Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 3

Capítulo 48: El Ex-Señor Demonio Y El Otro Señor Demonio

Asumimos este nuevo acontecimiento crítico, que impulsó la situación hacia adelante.

Regresamos a nuestro propio campamento inmediatamente después de que el Señor Demonio se fue. Nuestros aliados seguían luchando contra los demonios, pero Lydia determinó que ya no tenía sentido continuar y dio órdenes para que todo el ejército se retirara. Nuestra repentina retirada debe haber confundido a los demonios.

… No tenían idea de que les esperaba un regalo más grande.

Nuestros movimientos después de que nos retiramos habían sido rápidos. Después de que Lydia explicara la situación a sus protagonistas clave durante nuestro retiro, escribió un informe y lo envió apresuradamente a caballo a la capital. A su llegada, Varvatos comprendió rápidamente la situación y convocó a un consejo de emergencia.

Y ahora, al presente.

En el corazón de la capital real de Kingsglaive, dentro de una de las salas de reuniones del residencial Castillo Millennion, yo era una de las personas alrededor de una mesa redonda. En una discusión más informal, nos relajaríamos en las camas y disfrutaríamos de un refrigerio… Sin embargo, este tema actual era de suma importancia y requería un enfoque más serio. Por lo tanto, todos se reunieron alrededor de una gran mesa redonda cuando se inició nuestra gran reunión.

Asistieron todas las figuras vitales de nuestra nación. Primero, estaban nuestros más grandes líderes militares, los Cuatro Reyes Celestiales.

La figura de mi hermana, Olivia, estaba enojada como de costumbre.

El jefe de los Cuatro Reyes Celestiales, el viejo general Lizer se sentó allí como si fuera un tronco de árbol grueso que había resistido muchas estaciones.

En un ataque de aburrimiento, la desastrosa y genial erudita Verda devoraba con avidez los bocadillos que se había colado.

Luego, estaba la bestia de batalla enloquecida, la carta bajo la manga,

Alvarto. Hablando de que…

“Hee-hee… Pensar que nos reuniríamos tan rápido. No puedo evitar sentir como si fuera una especie de destino romántico. ¿Qué dices, Ard Meteor?”

Se había sentado intencionalmente a mi lado, susurrándome al oído desde hace algún tiempo. Eso significaba que Ireena había perdido en la batalla para tomar asiento a mi lado, y una expresión de conflicto apareció en su rostro. En cuanto a Ginny, estaba completamente aterrorizada por el aura intimidante de Alvarto y temblaba con lágrimas en las comisuras de los ojos.

… Varias personas nos miraban con escepticismo por su cuenta. Un hombre que parecía estar actuando como su representante habló.

“¿No hay personas presentes aquí que podrían considerarse menos que apropiadas?”

Nada en él parecía particularmente especial y, según todas las apariencias, era un hombre común. Sin embargo, era una de las principales estrellas en ascenso entre los funcionarios civiles y un intelectual que se había abierto camino en las filas del Consejo de los Siete.

… Había pasado mucho tiempo desde que vi su cara. De repente tuve una oleada de nostalgia, cuando…

Son los favoritos de Lady Verda y Lydia. El poder de Ard Meteor en particular es comparable incluso al nuestro. Teniendo en cuenta una serie de factores, no sería razonable declararlos inapropiados en este escenario “, dijo perezosamente un miembro del ejército de Lydia que fue elegido para asistir.

Como Sylphy, parecía una niña. Sin embargo, a diferencia de ese otro, su porte emitía una impresión intelectual.

En verdad, esta chica con gafas era conocida como la Gran Campeona Sabia y desempeñó un papel clave en el ejército de Lydia. En la línea de tiempo que conocía, había tenido un final trágico en la batalla anterior, pero… gracias a la intromisión del Señor Demonio en la historia, afortunadamente había logrado sobrevivir y estar aquí en esta reunión.

Además, las Campeonas que deberían haber muerto ahora estaban aquí juntas y estaban de acuerdo en gran medida con las palabras de la Gran Campeona Sabio.

Esto envió una mirada de incomodidad a los rostros del Consejo de los Siete.

“… ¿Por qué están estos invitados imbéciles entre nosotros en primer lugar? No puedo empezar a entenderlo”.

Esto encendió al ejército de Lydia, provocando a algunos miembros vitales en un estado asesino. Sin embargo, Lydia le lanzó al instigador una mirada en blanco.

“Si. No te equivocas. Honestamente, no deberíamos estar aquí”.

Lydia y su ejército estaban en una posición difícil. Ella era parte de mi ejército, pero nuestra relación no era la de amo y sirviente. Las fuerzas de Lydia habían comenzado como un ejército rebelde que ella misma había creado. Mi antiguo yo la había acogido como invitada.

Sí, no como subordinado, sino como invitado.

Había sido un intercambio que aseguró su igual estatus como amiga jurada que tenía el mismo testamento. Por lo tanto, como regla general, no estaba obligada a escuchar mis órdenes. Sin embargo, su autoridad seguía siendo igual o mayor que la de los Cuatro Reyes Celestiales y el Consejo de los Siete.

Más de unas pocas personas estaban en contra de esto. Además… para el Consejo de los Siete, cuyas habilidades de combate no solo se concentraban en la estrategia sino también en la guerra limitada, alguien que había desperdiciado todos sus planes detallados, Lydia, ocupaba demasiado espacio.

“… Si lo entiendes, ¿tal vez no te importaría irte?”

“No, yo tampoco puedo hacer eso. Verás, cuando no estoy cerca, nuestro chico Var se siente muy solo y termina siendo incapaz de hacer nada en absoluto. ¿Cierto?” Ella se rio entre dientes, haciendo un acto ridículo.

Varvatos dejó escapar un profundo suspiro. “Consejo de los Siete, puedo entender tu preocupación. Como huéspedes de todo tipo, no tienen las calificaciones para estar aquí entre nosotros. Sin embargo, debes aceptar que son el arma secreta de nuestro ejército”.

“E-Eso es cierto, pero…”

“Entiendo tu dificultad para aceptar esto. ¿Pero podrías hacerlo por mí?” Mi yo pasado los atrajo en serio.

Pero como una tercera parte objetiva… ¡podía ver por qué me había parecido la persona más encantadora de toda la tierra pidiendo limosna tan adorablemente…!

“S-Si eso es lo que Su Majestad quiere, yo— ¡no tengo más remedio que obedecer!”

“¡De hecho, deseo disculparme por perder tu tiempo!”

Cada uno de estos chicos fue completamente sincero. Solía pensar que la sumisión de mis subordinados se debía al miedo y al asombro hacia mí, pero… ahora no me parecía así.

Después de todo, el Consejo de los Siete me miraba como un grupo de niños y niñas enamorados.

…De todos modos.

“Ah, y dicho sea de paso… creo que Ard Meteor y sus compañeros están en condiciones de asistir a esta reunión. Ard Meteor es tal como supuso la Gran Campeona Sabio… y esas dos chicas iluminan la habitación”.

“¡Ha-ha! ¡No hay duda de eso! ¡Sabes exactamente qué decir, Var!” Con una carcajada, Lydia pasó su brazo alrededor de Ginny, que estaba sentada a su lado.

Parecía que todo el mundo había tomado esas palabras como una broma, una forma de aliviar la tensión, pero… me di cuenta de que había sido más que un poco sincero.

Según todas las apariencias, mi yo pasado está echando una mirada amable a las chicas para calmar sus preocupaciones… Pero puedo decir que no es por bondad o compasión. Tengo algún motivo oculto.

Porque solía carecer del favor de las damas.

Recuerdo haberme preguntado por qué las mujeres me evitaban, ya sabes.

Claro, quiero amigos que sean hombres, solía pensar. Pero creo que

quiero ser aún más amiga de las mujeres. No puedo explicarlo, pero en la jerarquía de la amistad, ¡es mejor tener más amigos que no son del mismo sexo que tú…!

Desafortunadamente para mi yo pasado, no lo permitiré.

Primero que nada, esos dos son mis amigos. Incluso si te reverencian, nunca te verán como un amigo. Siga adelante y no tenga amigos, siempre solo.

… ¿En qué estaba pensando? Esto me estaba poniendo muy triste.

“Bueno, vayamos al meollo del asunto. ¿Debemos?” Mi antiguo yo preguntó solemnemente, haciendo que la vibra se tensara una vez más.

“Primero, permítame declarar esto. Con este último incidente, admito que el Señor Demonio es nuestro objetivo principal ahora. Sabía que había sido una amenaza menor en ocasiones anteriores, pero no lo habíamos considerado formalmente una persona de interés hasta ahora… Sin embargo, con esta declaración de guerra, ese ya no puede ser el caso”.

“En otras palabras, ¿nuestra próxima guerra pondrá fin al Señor Demonio, Maestro?” Alvarto preguntó ansiosamente con una sonrisa audaz.

Mi yo pasado asintió. “Así es. Pudo arrebatarnos… el oeste de las llanuras de Aralia. Con la metrópoli de Amadam en su centro, es un área vital que necesitaremos para controlar el continente como pretendemos. Debemos retirarlo”.

“… Así que el Señor Demonio ahora está interfiriendo con nuestro gobierno militar”, ladró Olivia.

Varvatos asintió. “En efecto. Por eso debemos derribarlo. Pero… no podemos ser demasiado cuidadosos ni orgullosos. Entraremos en esta próxima batalla con nuestro ejército a plena capacidad y lograremos la victoria incondicional en el día”.

La habitación comenzó a moverse con determinación. Pero el viejo general Lizer permaneció tranquilo mientras hablaba.

“Por ‘capacidad total’, ¿te refieres a… dejarnos a todos los Reyes Celestiales en el mismo campo de batalla?”

“Eso no es todo. Esta vez, tengo la intención de ir a la batalla yo mismo”, declaró mi yo del pasado.

La habitación ya no se agitaba, estaba en ruinas.

“¡Ha-ha-ha! ¡Oh, Maestro! ¡¿Me engañan mis oídos?! ¡Pensé que te escuché decir que lucharías junto a nosotros!”

“Escuchaste bien, Alvarto. Después de tanto tiempo, tomaré el mando en esta próxima guerra. Y dependiendo de la situación… también puedo participar en maniobras en el campo de batalla”.

Ante esto, Alvarto pareció abrumado por la emoción, temblando a mi lado.

“¡Heh-heh-heh-heh-heh! ¡Espléndido! ¡Maravilloso! ¡Con Su Majestad al timón, yo, Alvarto Egzex, no puedo luchar de manera desapasionada!”

No tenía idea de qué era tan gracioso. Este amante de la guerra tuvo que tener algunos tornillos sueltos.

“¡Hah! No recuerdo la última vez que estuve hombro con hombro contigo en la batalla”, se burló Lydia.

“¡Nnnnnngh…! ¡Tú participación no es nada! Conseguiré al Señor Demonio, ¡fácil!” Sylphy gruñó.

“Enviar a los Cuatro Reyes Celestiales juntos es un acontecimiento trascendental”.

“… Haré lo que me digan. Siempre lo he hecho y siempre lo haré”. Cada uno de los militares respondió, la mayoría a favor.

“¡Por favor, espere!” El Consejo de los Siete levantó voces de protesta.

“¡Si los Cuatro Reyes Celestiales están en el campo de batalla, todas las defensas se derrumbarán aquí!”

“¡En efecto! ¡¿Has olvidado por qué los colocamos en las cuatro esquinas?!”

“Si perdemos nuestra defensa, las fuerzas enemigas se precipitarán sobre nosotros, ¡y nos atraparán a todos!”

Varvatos lanzó una mirada seria. “Tus preocupaciones son válidas. Por eso dije que lo lograríamos en un día. Hasta ahora, los Cuatro Reyes Celestiales nos han dado poder más que suficiente para defendernos de nuestros enemigos. De alguna manera me parece dudoso que puedan lanzar un ataque sorpresa dentro de ese tiempo”.

El asunto quedó decidido. El Consejo de los Siete no podía discutir si Varvatos había tomado una decisión. En cambio… Presentaron una nueva opinión propia.

“Su Majestad, reconocemos que es invencible. Pero si puedo… hay algo que deseo indagar con valentía. ¿Estás seguro de que podemos matar al Señor Demonio? La última vez que Su Majestad lo enfrentó, perdió su oportunidad y regresó sin matarlo. Normalmente, cuando Su Majestad decide un curso de acción, no comete un error en el campo de batalla. Sin embargo, esta fue la primera vida que Su Majestad no pudo tomar.

¿Tenemos alguna evidencia de que esto no volverá a suceder?”

La pregunta básica era preguntar qué planeaba hacer con la inmortalidad del Señor Demonio. Ante esto, mi yo pasado dejó que una sonrisa traviesa se dibujara en su rostro, colocando su dedo índice derecho en sus labios.

“Es un secreto.” Guiñó un ojo juguetonamente.

El viejo yo puso en desorden al Consejo de los Siete.

“¿No puedes confiar en mí?” Varvatos preguntó, lo que finalmente los silenció, y miró a su alrededor.

“Para esta próxima batalla, tengo una sola orden”, declaró, hablando con sus labios melocotón.

Como esperaba, era exactamente lo que había estado pensando.

“Destruye el castillo que controla nuestro enemigo. Haz eso y ganamos. Si no podemos, perdemos. Esa es la regla de esta batalla”.

Ya era la puesta de sol cuando terminó la reunión.

Había un dicho que decía que era esencial para uno saltar sobre su enemigo. Y tal como lo expresaron esas palabras, era imperativo que actuamos con rapidez.

Sin embargo… dado que esta batalla usaría al ejército en su máxima extensión, no podríamos movernos exactamente en un abrir y cerrar de ojos. Llevaría dos días tener todo preparado, así que Ireena, Ginny y yo nos quedaríamos en la mansión de Lydia hasta entonces.

… No hace falta decir que Verda se acercó a mí de nuevo.

“¡¿Queeeeeeeeee?! ¿Te vas a quedar en casa de Lydie de nuevo? ¡¿Por qué no te quedas conmigo?! ¡Eres mi subordinado! Si soy tu jefe, ¡¿no deberías estar conmigo?!”

Y de nuevo, según todas las apariencias, Verda era una chica dulce. Era difícil decirle que no cuando hacía una mueca así… Bueno, era difícil para la mayoría de la gente.

Aquellos que conocían su verdadero yo compararían esas miradas tímidas con el seductor aroma de una Venus atrapamoscas.

“… Vas a atacarnos mientras dormimos y usarnos a la fuerza para tus experimentos, ¿verdad?”

“¿Bien? ¡¿No es tan obvio?!” ella dijo.

Su único factor redentor fue su honestidad.

“… Es exactamente por eso que no deseo estar contigo. Para empezar, no nos ha ayudado en absoluto en nuestro objetivo de regresar a casa. Ese ha sido todo nuestro propósito de trabajar con ustedes. Como no veo ningún mérito en unir fuerzas contigo, ahora anuncio formalmente que estaremos bajo el cuidado de Lady Lydia a partir de este momento”.

“¡¿Disculpa?! ¡Tienes que estar bromeando! ¡Justo cuando pensé que un pequeño conejillo de indias divertido había caído en mi regazoooooo!” Verda abrió el suministro de agua, llorando lo suficiente como para ser su propia fuente.

… Como si escuchara la conmoción, Alvarto se unió. Y luego, se puso realmente feo.

Cuando finalmente terminamos ese acto bullicioso, llegamos a la residencia de Lydia. Nos dieron nuestras propias habitaciones, al fin pudimos descansar nuestras mentes y cuerpos.

“… Bueno, entonces, si hay algo que necesites, no dudes en preguntar”, dijo Latima, la esclava que me asignaron, mientras se retiraba. Esta chica bronceada y de cabello blanco había acompañado a Lydia y se le había encomendado la tarea de cuidarme incluso en esta capital real.

“Uf… Todo en esta época es caótico…”

Suspirando, me dejé caer en la cama. Comparado con cómo pasé mi tiempo en la actualidad, esta era tuvo un ritmo más rápido. Pero incluso entonces, este impulso estaba girando demasiado rápido.

“Nunca pensé que tendríamos la oportunidad de volver a casa tan rápido… No ha pasado ni medio mes”.

Inicialmente temí que tomaría años, pero una vez que la lata de gusanos se abrió, no hizo falta mucho para que todos nuestros planes salieran sin problemas. Teniendo esto en cuenta, comencé a pensar en todo lo que había sucedido hasta ahora: el encuentro con el misterioso dios autoproclamado, el viaje escolar que se convirtió en un viaje en el tiempo, encontrarme con el pasado de Olivia, trabajar a regañadientes con Verda para tratar de conocer al Demon Lord … Y reunirse con Lydia.

“… Desbordamiento de información, eh”.

Antes de darme cuenta, solo Lydia ocupaba mis pensamientos: su ayuda con las tropas de apoyo, cabalgando hacia la batalla con ella a mi lado.

Estaba convencido de que ambos eran imposibles. Pero ahora se habían convertido en mi realidad…

Tal vez incluso podríamos continuar después de que regrese al día de hoy. Cerrando los ojos, me perdí en la especulación.

“… La última batalla debería haber cambiado la historia. Pero los destinados a morir sobrevivieron, y Lydia no ha sido maldecida”.

Esa no había sido la única fuente de nuestra tragedia… pero habíamos aplastado una oportunidad. Me dejo tener un poco de esperanza. Si ella viviera en el futuro, un tiempo más feliz para nosotros podría estar por delante…

Quizás, pero—

“Ese dios me dijo que arreglara la historia. En ese caso, si regresamos a casa ahora…”

Hasta ahí llegó mi soliloquio.

“Todo saldrá según lo planeado”.

Atravesando mis pensamientos fue una voz de la nada. Abrí los ojos de golpe… y vi a un hombre parado frente a la puerta. Todo su cuerpo estaba cubierto por una armadura oscura y siniestra.

Lo miré. “¿Tienes algún negocio conmigo? …Señor demonio.” Así es. Fue el Señor Demonio.

El objetivo a destruir antes de volver a nuestro propio tiempo. El hombre ampliamente visto como un enemigo público incluso en este mundo.

¿Por qué estaba aquí antes que yo?

Negándose a responder a mi pregunta, prosiguió. “La historia que les espera no es tan fácil de revertir. A este paso, podrías usar todo para revisar el pasado… y Lydia seguirá sufriendo el mismo destino”.

Por un momento, eso me dejó atónito, pero rápidamente recuperé la compostura.

“… ¿También vienes de otra época?”

El Señor Demonio respondió a mi pregunta con una risa sofocada. “En primer lugar, abandone ese acto aburrido. Eres Ard Meteor en este momento, pero… no tienes que mantener la fachada frente a mí”.

“… ¿De qué podrías estar hablando?”

El Señor Demonio suspiró. “Yo soy tú y tú eres yo. ¿Vas a ponerte la máscara delante de un espejo?”

No tenía idea de lo que estaba insinuando, y mi expresión prácticamente gritaba esto.

“Caray. Supongo que no lo entenderás a menos que te lo demuestre”, se burló, como si fuera un tonto. Alcanzó el casco con púas que le cubría la cabeza. Con un sonido metálico reverberante, se quitó el casco y dejó al descubierto su rostro.

“¡¿Q-Qué…?!” Me las arreglé para pronunciar, mirándolo con incredulidad.

“No hay nada de qué sorprenderse. Te obligaron a viajar a esta época. Entonces… mi apariencia no debería parecer extraña en absoluto”. Me miró con desprecio.

Su sonrisa se extendió por un rostro que era el mío, el de Ard Meteor.