Jimi na Kensei (NL)

Volumen 3

Capítulo 2: Dictador De Una Tierra Extranjera

Parte 5: Compromiso

“¡Muro Brillante Máximo!” “¡Whoa!”

Usando paredes de luz amplificadas por Eckesachs, Saiga crea una barrera protectora alrededor de Ukyo. Encerrado en esas paredes, Ukyo está a salvo, siempre y cuando Saiga permanezca de pie.

Incluso si Ukyo posee Elixir, no hay tal cosa como una sobreabundancia de precaución. Puede que no muera fácilmente, pero eso no significa que no pueda resultar herido.

“¡Mata a ese hombre!”

Como si se dieran cuenta de ese hecho, los asesinos cambian su objetivo a Saiga. Es tanto la decisión correcta como un error letal.

Los asesinos visten ropas oscuras y están armados con espadas con una sola mano adecuadas para una incursión nocturna en interiores. Aun así, al envolver sus espadas con magia de fuego, tenían una letalidad muy superior a la que se necesitaría para matar a tres oponentes sin armadura.

“¡Hrmph! ¿Creías que tal fuego me asustaría?”

Sunae había perdido recientemente contra un mago de fuego de élite, y las espadas llameantes definitivamente captaron su interés. No, de hecho, recordaron visceralmente esa pérdida reciente. Le recordaron sus propios defectos y los límites de la Posesión del Espíritu. Todo esto sirvió para avivar su ira.

Una de las ventajas conferidas por el poder conocido como Posesión espiritual es un cuerpo extremadamente duro, aunque incluso con esa dureza, la magia de fuego es más que capaz de infligir daño al usuario en su forma de bestia gigante. Sin embargo, eso solo es cierto si el portador de la magia es un mago de primera clase, y asumiendo que el mago tiene suficiente distancia del portador de la Posesión Espiritual.

No necesitaba convertirse por completo en una bestia gigante. Solo necesitaba transformarse tanto como Saiga normalmente lo hacía, lo suficiente para cubrir todo su cuerpo con pelo. Mientras pudiera aumentar sus habilidades físicas, el humano promedio no sería rival para ella. En todo caso, su elección de armas se desvió de su camino para anunciar su presencia en la oscuridad, y así facilitó las cosas.

“¡Graaaaah!”

Pared, pilar, techo. Usando esos lugares como escalones, Sunae se coloca detrás de ellos e inflige heridas letales con patadas y ataques de garras. Ella domina completamente el terreno, una mancha de pelo y músculos.

“Impresionante… veo que no te has dejado llevar”.

No importa cuánto lo intente, Tahlan no puede igualar la velocidad conferida por la posesión espiritual. Sin embargo, su rapidez como espadachín y su uso agresivo y sin vacilaciones de Invocación de Sombras le da una fluidez impresionante. Tahlan lanza tres sombras con movimientos preestablecidos, cada uno de ellos derribando a su objetivo designado.

“¡No es el momento para la magia de fuego, y ya estoy usando el misticismo…! ¡Bien! ¡Posesión espiritual! ¡Invocación de Sombras!”

Saiga usa su Presencia Real para Posesión Espiritual y su Presencia Sombra para Invocación de Sombras.

¿Podrán sus oponentes encontrar el camino a través de sus ataques? Saiga no solo se transforma en un hombre bestia, sino que también se

divide en varios duplicados. Todos los Saigas preparan sus legendarias espadas a la altura de la cintura y cargan sin tener en cuenta su seguridad. La colección de cargas de auto sacrificio es una forma sencilla y eficaz de que las sombras de Saiga conviertan a los asesinos en alfileres.

“Phew…”

“Demasiadas sombras esa vez. Terminarán encontrándose”. “¡O-Oh, está bien!”

Mientras Saiga da un suspiro de alivio, Tahlan le ofrece algunos consejos. Como las sombras tienen sustancia, siempre pueden terminar bloqueándose unas a otras. Difícilmente sería un uso ideal de Invocación de Sombras.

“Oh… Debería estar bien ahora. Liberaré la pared”. “¿Ehh? ¿Qué diablos estás pensando?”

A medida que los muros de luz caen, Ukyo, armado con sus cuatro Tesoros Sagrados, es libre de moverse. La comprensión de Saiga sobre el manejo de la espada está ahora en un nivel en el que puede decir que Ukyo tiene poco entrenamiento marcial por su forma de caminar. A pesar de esto, Ukyo tiene una sonrisa inquebrantable y feroz en sus rasgos, mientras anda apuñalando a cada uno de los asesinos con Dainsleif.

“Manténgase alerta. ¿Cómo se llama? Zanshin, ¿verdad? Dadas tus habilidades, debes tener eso en cuenta, al menos”.

La sangre de los que habían sobrevivido y de los que no fluyeron por el aire, siendo absorbidos por Dainsleif. Casi parece como si su propia fuerza vital estuviera siendo absorbida por la Espada Demoniaca, dejándolos completamente muertos.

“¿Y ‘debería estar’ bien? Es una afirmación increíble. ¿Estás tan seguro de que estos son los únicos asesinos en esta propiedad?

“B-Bueno…”

En la oscuridad, Ukyo mantiene su sonrisa depredadora. Saiga, a pesar de su supuesto poder, no puede encontrar las palabras para responder a esa expresión.

“Mm, es como dices. Entonces, ¿qué haremos? Nuestra tarea, después de todo, es protegerlo a toda costa”.

Tahlan responde favorablemente al carisma crudo de Ukyo. Un gobernante, después de todo, debe ser fuerte y orgulloso.

“Entonces, eso facilita las cosas. Iré a encontrarme con el rey y Lord Caputo. Esos dos probablemente corren el mayor riesgo en este momento”.

Con Dainsleif en su mano derecha y Vajra en su izquierda, Ukyo simplemente comienza a caminar, como si ya supiera hacia dónde se dirige.

“Los que serían atacados en esta propiedad somos yo, el rey y Lord Caputo. Si alguno de nosotros muere, la cumbre se cancela”.

Ukyo adivina que ese es el objetivo de los nobles emigrados. Cuales quiera que sean las posibilidades de éxito, si tienen éxito incluso con uno de sus objetivos, acabará con cualquier posibilidad de una negociación exitosa. Eso es algo que Ukyo debe evitar a toda costa.

“¡Haha! Esto es bastante divertido, ¿no? ¿Quizás ya están muertos?”

El hombre más débil del grupo, que debería estar detrás de sus protectores, continúa avanzando pisando fuerte. Con una expresión levemente imprudente, avanza sin vacilar.

“… ¿Qué diablos le pasa? De repente se puso todo animado… Luciendo a pesar de que él es el más débil aquí… “

“Es un poco como mi padre, ¿no es así, Sunae? ¿Recuerdas cómo arrastraría al reino detrás de él?”

“Sí… Tiene bastante espíritu”.

Los otros tres comienzan a caminar tras él. Su juicio es sólido, después de todo. El rey y Lord Caputo eran los que estaban en mayor riesgo y estarían rodeados por la Guardia Real y los paladines de Caputo. Como no saben cuán numeroso es el enemigo, cuantos más aliados, mejor.

“¿Qué hay de tus propios guardaespaldas?”

“Saiga, no esperes demasiado de mi gente. Puede que estén bien equipados, pero en esta época del año pasado, todavía eran agricultores.

Si fueron atrapados en un ataque furtivo, están muertos, y si no han sido atacados, entonces no se han dado cuenta”.

Descartando casualmente el valor de su propio guardaespaldas, Ukyo continúa adelante. Gracias al Elixir del Cáliz Sagrado, puede oler el mejor camino hacia la supervivencia. A pesar de que parece estar vagando al azar, está haciendo cierto progreso hacia los otros dos.

“Aun así… ¿Cómo llegaron los nobles asesinos emigrados a la finca Caputo?”

“Todo es posible con suficiente tiempo y dinero. No tiene por qué ser un soborno. Podría ser algo como tomar como rehén a la familia del centinela. Mientras haya gente involucrada, no existe una defensa perfecta”.

Ukyo ofrece una respuesta detallada a la pregunta casual de Saiga. Dada su historia con el derrocamiento del imperio, sus palabras tenían un peso desconcertante para ellos.

“Pero… ¿Te has dado cuenta? Es inquietantemente silencioso. No escucho ningún sonido de lucha”.

“Un punto justo… Esto es más que una seguridad laxa. ¿Podría ser esto obra de la Casa Caputo?”

“¡Bien hecho, alteza! Sí, esta propiedad ha sido despojada de sus guardias a propósito”.

Se siente un poco tarde para haberme dado cuenta, pero definitivamente no hay suficiente gente aquí. Incluso teniendo en cuenta el hecho de que es medianoche en un lugar sin electricidad, no hay ni un solo guardia a la vista, a pesar de la presencia de dignatarios extranjeros. Lo que significa que la Cámara Caputo, a cargo de las defensas de la finca, tiene sus propios pensamientos al respecto.

“Ahahaha, maldición… ¡Esto es gracioso!” “Pero por qué… ¿Por qué iban a hacer eso?”

“¿Quién sabe? Solo tenemos que preguntar, ¿eh?”

Ya sea que esté enojado o riendo, feliz o no, lo único que pueden decir de sus palabras es que está emocionado. Pero es justo decir que no puede leer la intención detrás de todo esto. ¿Por qué los líderes del Reino de Arcana jugarían con semejante truco?

“¡No moriré! ¡Tengo Elixir, después de todo! Pero, incluso entonces, ¿poner en peligro la vida del rey y de un gran señor? ¿Por qué razón? Como no puedo resolverlo por mí mismo, ¡lo único que queda por hacer es preguntar!”

Saiga, con su precognición, detecta el acercamiento de los enemigos por delante y por detrás. Es natural que sus voces fuertes atraigan la atención en el edificio oscuro y silencioso.

“¿Está tratando de llamar la atención sobre sí mismo, de reducir el número de los que atacan al rey y al señor Caputo?”

Saiga se da cuenta del plan detrás de los gritos de Ukyo. Es audaz, casi imprudente.

“¡Quizás se hubiera apreciado alguna advertencia! ¡Pero estoy más que feliz de complacerlo!”

Tahlan se ríe con confianza, manteniendo la compostura incluso ante el peligro.

“Me aseguraré de acabar con los que vienen”.

Luchando junto a su hermano mayor y el hombre que ha aceptado como su compañero, Sunae se siente intensamente motivada a ser digna de estar junto a ellos. Y el que tiene más probabilidades de sufrir si la guerra continúa es Ukyo, el jefe de la República de Domino.

Ukyo necesita asegurarse de que el rey y Lord Caputo sobreviven para evitar cualquier posibilidad de que la culpa de los asesinos sea puesta en su puerta. Eso significa que debe hacer todo lo que pueda en estas difíciles circunstancias, incluso si eso significa atraer a los asesinos hacia él.

Aun así, son Saiga y los demás quienes realmente lucharán contra ellos. “¡Flanquear no tiene sentido para una Invocación de Sombras!” “¡Simplemente rodear a un usuario de Posesión espiritual no hace nada!”

Tahlan envía sombras tanto por delante como por detrás, mientras que Sunae recoge al Ukyo que grita, haciendo uso de las tres dimensiones para evitar a los atacantes.

Al observar sus movimientos, Saiga carga hacia adelante junto a las sombras de Tahlan.

“Tu misticismo es poderoso. Incluso más cuando es reforzado por Eckesachs. Como tal, debe confiar en su capacidad para protegerlo. No hay necesidad de que te importe que lo derroté; es inútil insistir en esas cosas. Tu mejor mano puede no ser necesariamente la correcta, pero si entiendes que tu mejor mano no garantiza la victoria, entonces puedes usarla para crear un flujo ventajoso para ti”.

Recuerda las palabras de su maestro, el Apóstol de la Espada.

“La peor situación es un estancamiento. No debes entrar en una situación en la que estés evaluando tu fuerza contra la de tu oponente, o simplemente continuarás recibiendo sus ataques. No me refiero a que siempre debes seguir moviéndote, pero asegúrate de tener varias direcciones potenciales en las que puedas moverte en todo momento”.

En una situación de pinza, si el oponente usa una bola de fuego sin tener en cuenta su propia seguridad, sea cual sea su propio estado, es posible que Tahlan o Sunae se lastimen. Es por eso que Saiga da un paso adelante para tomar la iniciativa.

“Si vas tras alguien… ¡empieza conmigo!”

La armadura mística reforzada por Eckesachs… La única persona que la ha derrotado es el mismo Sansui. Dado que Sansui no está presente, no hay forma de que pueda perder.

“… ¡Ahí!”

Si bien Saiga se ofrece a sí mismo como cebo, no hay razón para que los asesinos sigan el juego.

Incluso dejando de lado los Eckesachs, la armadura mística es difícil de perforar sin el uso de calor o magia de rayos. El misticismo es relativamente común en lo que respecta a las artes raras, tanto en Arcana como en Domino. Como tal, las medidas a tomar en su contra son bien conocidas.

“¡No te vas a escapar!”

Al luchar contra un combatiente que ejerce las artes místicas, la mejor solución es ganar algo de distancia sobre él. El misticismo, a diferencia de la magia, no tiene poder de ataque a distancia, lo que lo hace inofensivo más allá de cierto punto. Además, el simple hecho de alejar a un místico del objetivo que están defendiendo suele ser eficaz en sí mismo.

Sin embargo, la precognición de Saiga no permite que eso suceda. Una vez que puede ver que los asesinos se muestran con la intención de pasar corriendo a su lado, todo lo que necesita hacer es enviar un grupo de sombras convocadas mejoradas con Posesión espiritual detrás de ellos.

Los despliega en una carga directa con sus espadas en la mano. Las sombras, solo capaces de movimientos simples, son enviadas así con una carga suicida.

“¡Gaaaaah!”

“¡¿Q-Qué diablos es esto?!” “¡Ahhhh!”

Las sombras los matan a todos, apuñalándolos uno a uno. Aun así, no puede bajar la guardia aquí. Tal como dijo Ukyo anteriormente, es importante estar alerta y asegurarse de que los termine.

“…Mueran.”

Una vez que las sombras se desvanecen después de ejecutar sus movimientos preestablecidos, se suelta con otra ola de sombras. Cargan contra los asesinos en el suelo y los apuñalan sin piedad. Es una elección despiadada, pero no puede permitirse el lujo de dejar pasar a uno solo, y no hay tiempo para tomar prisioneros.

“Bueno. Sabía que podrías hacerlo.”

Esa declaración toma a Saiga con la guardia baja. Aunque no tenía la intención de hacerlo, Ukyo le da una palmada en el hombro a Saiga cuando Saiga termina de administrar su último golpe de gracia.

“Aun así, todavía no se ha decidido nada. ¡Tenemos que apresurarnos hacia tu rey!”

No hay tiempo para saborear el momento. Ukyo lo deja claro con su lenguaje corporal mientras da un paso adelante. Un hombre poderoso que derribó un país… Un símbolo de la máxima fuerza, uno que es diferente de sus otras definiciones de la misma frase…

“Así que de eso está hecho este hombre. ¡Intensidad y juventud! ¡Podrías aprender un par de cosas de él, Sunae!”

“…Sí hermano.”

Sunae asiente ante las palabras de Tahlan.

Mostrar una intensidad ardiente de espíritu cuando es emboscado y seguir adelante con un objetivo claro en mente… Ukyo en este estado es inspirador. La imagen misma de un gobernante valiente a la cabeza de su pueblo.

“Necesito… estar al día”.

Saiga, al ver a un héroe de otra tierra, no siente envidia, sino admiración.

Si Ukyo intentaba reclutarlo, bien podría seguirlo. Sabe muy bien que no puede hacer eso, por supuesto. Como heredero de la Casa Batterabbe, no puede simplemente seguir a Ukyo. En cambio, necesita poder pararse a su lado.