Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 1

Capítulo 18: El Ex-Señor Demonio, Ausente

Rebobinando al tiempo en donde Ireena y Ginny seguían mirándose en el centro del estadio.

Cuando el ataque sorpresa causó estragos en la arena, la hostilidad entre ellas se disolvió instantáneamente, y se quedaron allí completamente desconcertadas hasta que Jessica se dirigió hacia ellas y les explicó la situación. Siguiendo su plan propuesto, Ireena y Ginny salieron corriendo a la ciudad, ansiosas por salvar el día.

No es que llegara su turno.

“Lightning Blast”, cantaba Jessica, conjurando un círculo mágico en la punta de sus dedos que disparó un destello cegador.

Se estrelló contra el demonio, quemando todo su cuerpo negro.

“Está bien, sigamos así”, comentó con una sonrisa compuesta, corriendo por las calles con su cabello rubio platino bailando detrás de ella en el viento.

En el momento en que se encontraron con un enemigo, Jessica lanzaría un hechizo de ataque sin cantar y lo derribaría de un solo golpe antes de pasar al siguiente objetivo. Era la viva imagen de una Valquiria, una doncella de guerra. Mientras tallaba un camino con la ferocidad de una leona, Ireena y Ginny quedaron completamente impresionadas por su demostración de fuerza.

Continuaron cubriendo un amplio rango, pero Ireena y Ginny no tuvieron la oportunidad de atacar ya que Jessica continuó arreglando las cosas por su cuenta. Las dos intercambiaron algunas palabras mientras observaban el trabajo de su maestra.

“E-Ella es increíble”.

“L-La estoy viendo bajo una luz completamente nueva…”

Jessica soltó una risita mientras corría por la calle principal, aparentemente escuchando partes de su conversación. “Ha-ha, podrás manejar esto mucho mejor que yo. Si te apetece—”

El área alrededor de ellos se oscureció en el medio de su oración. Notaron que las sombras de un objeto que caía se inflaban a medida que llovía del cielo.

“¡Salta fuera del camino!”, Gritó Jessica.

Ireena y Ginny habían saltado a lados opuestos sin que ella se lo pidiera, seguidas por su maestra, logrando escapar de la escena. Su cabello ondeaba salvajemente a su alrededor.

Booooom… hizo eco de los fuertes sonidos del impacto destructivo, pulverizando completamente los adoquines en las calles y enviando fragmentos dispersándose hacia el cielo. Un humo espeso se elevó hacia arriba mientras las tres miraban a su nuevo visitante, en guardia.

Para decirlo en términos simples, el enemigo era un conglomerado de innumerables fragmentos azules en forma de figura humana. Su tamaño era fácilmente más de tres metros…

Pero no fue solo su estatura lo que infundió miedo en sus corazones. ¡Este demonio era increíblemente poderoso…!

“Atrás, ustedes dos. Este es mío”, ordenó Jessica, dejando que su fachada alegre habitual se derrumbara de preocupación.

Después de que Jessica confirmó con ambas con un movimiento de cabeza, extendió su mano izquierda hacia el objetivo deseado.

“¡Giga Flare!” Gritó, liberando un hechizo de ataque de fuego de alto nivel sin un canto y convocando ocho círculos mágicos para expandirse frente a ella.

En el momento siguiente, las llamas surgieron de cada una, formando un remolino que convergió en una colosal bola de fuego que se cerró sobre el enemigo, dejando al demonio inmóvil.

Fue un golpe directo, envolviendo el cuerpo masivo del enemigo en un fuego infernal de rojo brillante.

““¡E-Ella lo hizo!”” Ireena y Ginny vitorearon, seguras de la victoria de Jessica.

Pero fue entonces cuando las llamas se extinguieron, llegando al límite de su invocación, y las tres caras adquirieron una expresión de desesperación total.

El demonio estaba completamente ileso entre sus alrededores, lo que se había quemado hasta quedar crujiente en la línea de fuego. Esto hizo que incluso Jessica se pusiera a sudar frío.

“Maldición, estoy perdida aquí. Este tipo está más allá de mi—”, soltó débilmente, justo cuando el cuerpo del enemigo parecía vacilar y reaparecer justo delante de ella.

Ireena y Ginny parecían absolutamente horrorizadas como se esperaba, pero Jessica no pudo evitar asumir una expresión de absoluta incredulidad. Y luego sus puños zumbaron hacia ella sin piedad.

Ella no pudo escapar. Él había venido a ella exactamente al mismo tiempo que cerraba la distancia entre ellos. Justo antes del impacto, Jessica lanzó la magia de defensa de nivel medio Mega Wall, pero incluso entonces, los puños del enemigo la dominaron.

“¡Gah!”, Gritó mientras su cuerpo salía volando.

El impacto dejó parte de su ropa en pedazos cuando Jessica se elevó, trazando una parábola en el aire antes de estrellarse en el suelo. Pero quedaba suficiente energía cinética en su cuerpo para que continuara rodando y rodando y rodando… hasta que se agotó por fin. Jessica ni siquiera movió un músculo, yaciendo completamente inmóvil en su ropa hecha jirones como si fuera un cadáver.

“Haaah… Haaah… Haaah…”

Ireena estaba goteando de sudor por miedo y ansiedad extrema. Frente a ella, Ginny estaba en la misma condición, y ninguna de las dos podía moverse cuando el demonio se acercó a ellas y vio a Ireena.

“… Mi mayor prioridad en esta misión es capturarte. Si cooperas, dejaré de atacar. ¿Qué dices?”, Preguntó él, continuando antes de que ella pudiera responder.

“Pero si eliges correr, todos los caminos conducen a la muerte”. Clunk, Clunk.

Sus fuertes pasos resonaron más cerca.

En cuanto a Ginny, todavía estaba atrapada en su lugar, incluso cuando Ireena enfrentaba un peligro inminente justo en frente de sus ojos. Y, sin embargo, estaba inmovilizada por el miedo, y sus ojos estaban llenos de lágrimas, aparentemente avergonzada de su ineptitud.

Por otro lado, la misma Ireena estaba sorprendentemente tranquila.

Es inútil

Ya se ha terminado.

Por un momento, se sintió casi compuesta, resignándose a su destino, ya que el enemigo estaba parado directamente frente a ella.

“Usted es la piedra angular para cumplir nuestro deseo más querido. Alégrate, jovencita. Porque tú eres…”, pronunció el demonio, entregando algo parecido a una sentencia de muerte.

“No toques a mi hija”, advirtió una voz con frialdad helada antes de que el demonio fuera volado, rompiéndose en fragmentos cristalizados que se dispararon en el aire como si hubiera recibido un golpe devastador.

Pero Ireena no tenía ningún interés en la condición del demonio, sino que se concentraba en la persona que la había llamado.

“¡P-Padreeeeeeeeeeeee!”

De pie había un elfo andrógino con cabello plateado que ondeaba al viento. Fue el barón heroico, Weiss, cuya penetrante mirada se clavó en el desmoronado demonio.

“¡¿Gu… wah…?!” Murmuró el demonio, con la cara en el suelo como si hubiera sido inmovilizado.

Su cuerpo entero se estaba desmoronando por segundos, a pesar de que el poder responsable de su destrucción no se veía. Bueno, ese sería el caso de cualquiera que no supiera nada mejor. Me imagino que supondrían que su cuerpo fue destruido y se rompió por sí solo.

La verdad detrás de este fenómeno (es decir, Weiss) fue un sistema de hechizos de ataque que generó un proyectil de viento, que había logrado desarrollar para su uso exclusivo a partir de los avances científicos más recientes.

Para comenzar, manipularía la presión del viento, luego aplastaría a sus oponentes al poner todo su peso sobre ellos. Era como ser pisado por un gigante invisible, por eso Weiss había llamado a este hechizo Skeleton Giant.

“Piensa en esta presión como el peso de tus pecados por poner una mano sobre mi hija”.

Su mirada helada se clavó en el monstruo cristalizado.

“Deja que tus pecados te aplasten y abracen la muerte. Eso es lo que te mereces”, comentó antes de aumentar la capacidad de su hechizo.

“¡A-Aaaaaaaaaaaah!” Rugió el demonio, desatando su agonía mientras cada último cristal se convertía en polvo y se dispersaba en el viento.

Esto fue más que suficiente para estar seguro de la victoria.

“¡No puedo creer que hayas derrotado a ese demonio tan fácilmente…! ¡El heroico barón es increíble…!”

“¡Heh-heh-heh! ¡Bueno! ¡Él es mi papá, después de todo!”

Ireena hinchó su pecho con orgullo, corriendo hacia su padre, a punto de saltar a sus brazos.

“Eso fue lo que esperaba, más o menos”.

En cuanto sonó una voz familiar y encantadora, una mano estalló en el pecho de Weiss.

Alguien lo había atacado por detrás.

“¿Qué?”, Dijo Ireena al ver a su padre vomitar sangre y derrumbándose en el suelo con los ojos congelados abiertos.

Su cerebro se apagó. Sobre su cuerpo arrugado, su atacante apareció a la vista.

“Whoa, whoa, whoa. No me digas que está al borde de la muerte después de un miserable ataque sorpresa. Los niños en estos días son patéticos”, murmuró una chica, sonando totalmente aburrida mientras lamía su mano derecha, que estaba empapada en sangre fresca.

Era Jessica, la instructora de la academia.

Ginny miró en estado de shock por su repentino acto de violencia.

Era como si todo sobre su maestra hubiera cambiado por completo, desde su comportamiento hasta su tono de voz, en una persona completamente diferente. Pero esa no fue la mayor sorpresa: fue la mano derecha de Jessica.

La mano ensangrentada estaba cubierta de escamas de color blanco brillante con enormes uñas que se extendían desde la punta de sus dedos. Eran mucho más grandes que las uñas de un humano normal, con un parecido peculiar a las garras de los depredadores.

“¡¿Señorita Jessica…?!”, Ginny gimió. Jessica sonrió dulcemente.

“No soy tu “señorita Jessica”. Bueno, yo he sido la encargada de ustedes, así que técnicamente soy tu “Jessica”… pero la verdadera dama murió hace mucho tiempo. A manos de los demonios.”

“¡¿Qué…?!”, Ginny soltó un grito, absolutamente inquieta. Jessica se rio burlonamente.

“Estoy trabajando con Lars al Ghoul. Para ayudar con su plan, entré en la academia como Lady Jessica. Así es… Fue todo para que podamos secuestrarte, Ireena”.

Ireena fue arrojada nuevamente a la conversación, pero su cerebro todavía estaba completamente apagado, totalmente incapaz de procesar un solo pensamiento. Todo lo que pudo hacer fue temblar mientras miraba el cuerpo de su padre caído.

Ella habló casi inconscientemente.

“¡¿Por qué?! ¡¿Por qué lo hiciste…?! ¡Tú, inhumana…!”

Jessica rio a carcajadas. “¡Ah-ha-ha-ha-ha! ¡Gracias por hacer una pregunta que vale la pena responder! ¡Primera pregunta! ¿Te preguntas por qué haría algo como esto? ¡Esa es fácil! ¡Quiero acabar con el mundo! ¡Es mejor que este planeta repulsivo sea completamente aniquilado! ¡Desde mi alboroto hace miles de años, ese ha sido mi único principio!”

Sus rasgos delicados se retorcieron con malicia.

“Segundo, dijiste que era inhumana, ¿verdad? Tienes razón. Después de todo, en realidad no soy humana, soy un dragón blanco”.

Como para probar su punto, el cuerpo de Jessica comenzó a transformarse, cubriendo su mano izquierda en escamas para que coincida con la derecha. Las garras inconfundibles de una bestia sobresalían de la punta de sus dedos, y la esquina derecha de su adorable boquita se rasgó hasta su oreja mientras sus dientes redondos se afilaban en puntas afiladas. Según todos los informes, ella era inhumana, un monstruo completo.

Ginny e Ireena sintieron un escalofrío helado, aunque no fue solo por el horror de su grotesca apariencia: fue porque Jessica estaba emanando una fuerza inmensa de su cuerpo, drenando hasta la última onza de energía de la pareja y obligándolas a someterse. Inmovilizó a las chicas.

Weiss podría haber logrado derrotar a un monstruo… pero tenía el poder de una hormiga en comparación con Jessica. Ella estaba en un nivel completamente diferente.

“¡M-Monstruo…!”, Ginny murmuró.

La boca rota de Jessica se torció en una sonrisa. “Sí, así es. Soy el verdadero negocio… el de tus leyendas. ¿Has oído hablar de mí? Me tratas como el villano al que recurres en tus pequeñas obras de teatro.”

Mientras se reía, reveló la verdad.

“Mi verdadero nombre es Elzard, el Rey de los Dragones Frenético”.

Los ojos de Ireena y Ginny prácticamente salieron de sus cabezas. Elzard El rey frenético de los dragones. El legendario dragón blanco… y el monstruo que casi destruyó el mundo después del fallecimiento del Señor Demonio hace miles de años. Durante generaciones, las historias de este dragón habían sido transmitidas, tratadas con la misma inquietud que los demonios y los Dioses malvados.

Y ahora, esta criatura legendaria estaba justo aquí ante ellas, y ellas estaban aterrorizadas más allá de lo creíble.

“Ah… ah…”

Ginny gimió mientras caía de rodillas.

Jessica, no, Elzard la miró de reojo antes de acercarse a Ireena y extender los brazos.

“Es una mierda repetir las líneas de un monstruo de nivel inferior, pero aquí va… Si vienes voluntariamente, prometo no lastimar a nadie, ¿de acuerdo? Bueno, por el momento, al menos”, corrigió, las comisuras de sus fauces abiertas temblando mientras se acercaba cada vez más.

Se acabó para mí esta vez de verdad. Ireena se resignó a su destino.

“¡Argh… aaaaaaaaaaaaah!”

Estalló un grito, al mismo tiempo que una bola de fuego se estrelló contra el costado de la cara de Elzard, detonando al impactar.

Pero cualquier daño al dragón era inexistente, aunque ella arqueó una ceja ante este sorprendente desarrollo.

“… ¿Qué es exactamente lo que planeas hacer, Ginny?”, Preguntó, mirando a la súcubo por desatar su magia.

Una mirada fue suficiente para hacer que Ginny vacilara y la arrodilló sobre una rodilla, pero continuó lanzando más bolas de fuego a su objetivo incluso mientras soltaba respiraciones forzadas. Sus ojos estaban húmedos de horror absoluto.

“¡Corre, señorita Ireena!”, Exigió con voz temblorosa entre ataques.

Todos chocaron contra su objetivo, pero estaba en un estado mental tan torturado que sus hechizos no eran una amenaza para Elzard.

“Bien, bien, bien. La que estaba demasiado asustada para ir en contra de ese pequeño demonio viene detrás de mí. ¿Por qué? ¿Me veo tan patético? … Realmente no me gustas”, escupió Elzard mientras seguía siendo golpeada por bolas de fuego, mirando a Ginny como si fuera una mosca particularmente molesta.

Cuando Elzard levantó la punta de la garra en su dedo índice derecho hacia Ginny, imágenes de la muerte inminente de la súcubo pasaron por la mente de Ireena. Su cerebro ya no estaba en blanco, sino coloreado por la ira al rojo vivo.

“¡Aaaaaaaaaaaah!”

Ireena había dejado escapar un grito inconscientemente, atacando a su antigua instructora y tratando de derribarla hasta la cintura. Pero no fue suficiente ni siquiera para mover el cuerpo de Elzard.

“… ¿Qué crees que estás haciendo?”

Con toda honestidad, Ireena no tenía idea de por qué estaba protegiendo a Ginny.

No era como si pudiera decir que estaba en alineación con su personalidad, porque Ireena encontró a Ginny deplorable por interponerse entre ella y Ard. Y, sin embargo, en este momento, Ireena se sintió obligada a salvar a Ginny desde el fondo de su corazón.

¿Por qué? Ireena se preguntó, completamente perdida, pero había algo en su corazón que respondió por impulso.

“¡No te atrevas a toca a mi amiga!”, Gritó, con los ojos saltones ante las palabras que salieron instintivamente de su boca.

¿Amiga? ¿Acabo de decir que Ginny y yo somos amigas?

… Sí, supongo que podríamos serlo.

Después de todo, Ginny había tomado un lugar especial en la vida de Ireena, de todos los que había conocido hasta ahora. Cuando estuvieron juntas, Ireena nunca necesitó contener ningún rencor, miedo o preocupación, ya que Ginny era la mujer más detestable en su mente, nada más y nada menos.

Esta podría ser otra forma de amistad, pensó Ireena y estalló en una pequeña sonrisa.

“¡Llévame contigo, Elzard! Pero a cambio, ¡promete que no pondrás un dedo sobre Ginny! ¡Si lo haces, me morderé la lengua y me mataré!”, Declaró Ireena, lanzando a Elzard una determinación recién descubierta.

Elzard podía sentir que no era un farol y soltó un gran suspiro.

“… Maldición, qué dolor. Realmente te odio después de todo”, murmuró para sí misma.

Con eso, Elzard atravesó el resto de la ropa hecha jirones que se había aferrado a su espalda cuando un par de alas se desprendieron de la superficie de su piel lisa y expuesta.

“Parece que tu vida se ha salvado. ¿No es genial, Ginny?”, Dijo sarcásticamente como sus últimas palabras antes de despegar hacia el cielo con Ireena agarrada en una mano.

Ginny se quedó sola y aturdida por un tiempo.

“¡Señorita Ireena…!”, Finalmente sollozó.

Una cascada de emociones brotó dentro de ella antes de darse cuenta de que estaba llorando sin control.