Oukoku wo Tsukuru Koto ni Shimashita

Volumen 3

Capítulo 7: Una Hija De La Casa Real

Parte 2

Cuando Hasse estaba a punto de partir con su ejército desde la capital, Lumie rompió aguas.

Llevé a Altia y Laviala conmigo y ofrecí una oración en el templo de la ciudad del castillo de Maust.

Los sacerdotes frente a mí encendieron un fuego y ofrecieron fervientemente ritos por un parto seguro.

Debido a que repetían el mismo tipo de frases una y otra vez, gradualmente caí en un estado casi borracho, parecido al trance.

Crucé los brazos sobre el pecho y miré a los sacerdotes.

A ambos lados de mí, Altia y Laviala miraban en poses similares.

Si bien estos eran ritos para un parto seguro, seguí pensando en la seguridad de Lumie. En un caso extremo, estaría bien con un mortinato siempre que Lumie estuviera bien.

Estaba dividido entre si quería un niño o una niña. Y sentía que pensar en tales consideraciones políticas era menos valioso que preocuparse por la salud de Lumie.

Las voces del cántico que duró aproximadamente una hora se desvanecieron y el sacerdote a cargo señaló: “Hemos terminado”. Se refería al rito en el que estábamos participando. Los cantos en sí continuarían hasta que Lumie diera a luz. Pero si participábamos hasta el final, mis concubinas y yo estaríamos exhaustos.

“Está bien. Descansaremos un poco en una habitación diferente antes de irnos. No, quizás debería quedarme hasta que termine de dar a luz. No quiero dar vueltas por el castillo”.

“Lord Alsrod, vayamos de cualquier manera. Hace calor aquí con el fuego…”

Con el comentario de Laviala, salimos rápidamente de la habitación.

—Eres un hombre extrañamente piadoso.

Oda Nobunaga, por otro lado, no me pareció tan creyente.

En realidad, no creo en un dios. Es solo que lo único que puedo hacer ahora es ofrecer mis oraciones. No es como si alguien más pudiera tener al niño en lugar de Lumie.

—Es verdad. Si crees que la suerte tiene un elemento divino, supongo que yo mismo pensé bastante en los dioses.

¿Cierto? Ninguno de nosotros tendría problemas si las cosas salieran según lo planeado.

Por supuesto, no sabía cuál era mi plan en este caso en particular.

Le había dicho a Lumie que me llevara la realeza. Pero no le había dicho que me diera un hijo. Si bien el plan cambiaría dependiendo de si el bebé era un niño o una niña, no había pensado en esa parte.

—Bueno, en momentos como este se te puede perdonar que te preocupes por la seguridad de tu esposa. Puede que me haya llamado a mí mismo el Rey Demonio, pero al final, solo era un humano. Si hubiera sido un dios, después de todo, no habría muerto por una mera rebelión.

Ya sabes, parece que te has calmado un poco últimamente. Podría ser solo mi imaginación.

—Probablemente se deba a que su posición está más cerca de donde yo estaba en mi propia vida. Puedo darte un consejo si se trata de acabar con uno o dos señores. Pero de aquí en adelante, todo lo que queda es que usted lo decida por su cuenta. Así que lo dejaré en tus manos. Déjame soñar contigo.

No pude evitar sonreír. Oda Nobunaga era menos una profesión y más un viejo amigo, un firme compañero de armas.

“Pareces alegre, hermano. Como Dios les dijo que todo estará bien”, señaló Altia mientras caminábamos por el pasillo.

“Bueno, dudo que estar abatidos haría algo mejor. En todo caso, me estoy preparando para poder saludar a mi esposa con una sonrisa”.

“Cierto. Sí, el parto probablemente saldrá bien”.

Esperaba que las palabras de Altia se volvieran realidad.

“Sí. Después de todo, nadie que haya dado a luz a uno de los hijos de Lord Alsrod ha muerto al dar a luz. Podemos seguir ampliando ese récord”, bromeó Laviala.

Que ella dijera eso frente a mi hermana fue un poco vergonzoso.

“Nuestra hija está empezando a actuar como tú, Laviala. Incluso tiene las orejas puntiagudas como las de un elfo”.

Llamé a nuestra hija Pequeña Laviala. Le había puesto el nombre de su madre con la esperanza de que fuera tan enérgica y saludable como su tocaya.

“En realidad, creo que habría sido una niña activa sin importar a qué padre se parecía. En ese sentido, no hay una diferencia real de a quién se parezca”, dijo Laviala.

“Bueno, nunca esperé que ella creciera y tuviera buenos modales, así que está bien”.

“Sabes, cuando lo dices sin rodeos, me molesta un poco…”

Altia se rio entre dientes mientras escuchaba nuestro intercambio.

Una vez que llegamos a la otra habitación, pasamos el tiempo con una pequeña charla. Charlamos de todo tipo de tonterías, como si volviéramos a ser niños.

Cuando era niño, ni siquiera pensaba en heredar el título de vizconde.

Simplemente vivía como si fuera uno de los vasallos de mi hermano.

Como hijo de un señor regional, sabía que me vería arrastrado a situaciones complicadas y conflictos cuando creciera, pero traté de no pensar mucho en eso.

Altia tenía una constitución frágil y no podía jugar en el bosque, así que Laviala y yo íbamos a la habitación de Altia y le llevábamos cosas como frutas de los árboles y le contamos historias sobre el bosque. Eran días normales, pero eso era agradable a su manera.

Había pasado bastante tiempo desde esos días.

Todos tuvimos nuestros propios hijos, y Laviala y yo tuvimos una hija juntas. Si nuestro yo pasado pudiera escuchar lo que nos sucedería, ¿nos creerían? No, lo dudo.

Después de dos horas o más de charla trivial, la criada encargada de recibir a los invitados anunció la llegada de un mensajero.

Dada la expresión de alegría del mensajero, supe que traían buenas nuevas.

“¡Traigo noticias, sir regente! ¡Su esposa ha dado a luz a un niño sano!”

“Ya veo. Gracias por informarme.” Traté de sonar distinguido, pero no pude contener una sonrisa. “Entonces, ¿es un niño o una niña?”

“Una princesa, Sir Regente.”

“Ah, entonces una niña”.

Necesitaba dejar de lado la cuestión de la sucesión real por el momento.

“Odio pedirte esto, pero regresa al castillo y dile: ‘Gracias’. No iré hasta que madre e hijo estén instalados”.

Después de que el mensajero se fue, me senté en una silla y solté un gran suspiro.

“Se siente como si acabara de pelear tres batallas seguidas”.

“Estabas tan preocupado, a pesar de que parecía que estabas disfrutando de nuestra charla”, señaló Laviala.

“Por supuesto. Yo también estaba así cuando tenías a nuestra hija”.

***

Debido a que había sido criada como una princesa y no era tan fuerte físicamente como alguien como Laviala, Lumie pasó un poco de tiempo en la cama después de dar a luz a su bebé. Aun así, su cuerpo estaba sano y me dijeron que eventualmente se recuperaría por completo.

Cuando visité a Lumie por primera vez después de que dio a luz, su cutis no se veía tan mal.

“Lo di todo”.

“Sí, eso lo sé bien. Lo hiciste asombrosamente. Tenemos una hija que lleva sangre de reyes”.

“¿Pero no crees que las cosas podrían haber estado mejor si hubiera sido un niño?” Lumie dijo con un tono levemente burlón.

“A decir verdad, no había pensado en eso en absoluto. Lo único que quería era que tú y el bebé estuvieran a salvo. Tengo testigos. Puedes preguntarle a Laviala y Altia si quieres”.

“Entiendo. Puede que haga su parte de intrigas, pero en el fondo es un buen hombre. No tengo ninguna razón para dudar de tus palabras”.

Sentí que el rostro de Lumie ahora era el de una madre.

Los rostros de las mujeres cambian cuando dan a luz.

“Puede que sea una niña, pero proviene de la realeza. No hay ningún problema”.

De cualquier manera, mis políticas serían bastante flexibles y cambiarían dependiendo de cómo pretendiera actuar Hasse.

“También me han informado de la situación en la capital. Creo que la expedición está a punto de partir”.

“Cierto. El enemigo está dirigido por el vizconde de Kark, un señor de la prefectura de Olba que se encuentra a la entrada de la esfera de influencia del antiguo rey. Las fuerzas de Paffus se han reunido allí y suman unas diez mil. Bueno, es básicamente una escaramuza temprana”.

Debido a la distancia involucrada, el núcleo de la facción enemiga, los Condes del Talmud y Samuur, no se había comprometido mucho en el camino de las tropas. Decidieron esperar hasta que Hasse enviara fuerzas a las profundidades de su territorio.

Las prefecturas de Talmud y Samuur que ocuparon estos dos gigantes de la facción del antiguo rey estaban en la Región de la Gran Isla, al otro lado del Canal de Sanado. Una vez que las fuerzas aterrizaron allí, no tuvieron más remedio que luchar en terreno enemigo. Aumentaría enormemente los riesgos para las fuerzas de campaña occidentales de Hasse.

“Sé que podrías estar preocupada por Su Majestad, tu hermano, pero por ahora, concéntrate en tu propia recuperación. Los que lo acompañan en la expedición saben que deben protegerlo a toda costa. Dudo que reciba ni siquiera un rasguño”.

“Sí. Gracias.”

Hice lo mejor que pude para evitar mentirle a mi esposa.

Seguramente el ejército de la campaña occidental no era tan incompetente como para dejar morir al rey en la batalla. Puede ser extraño decirlo, pero para la mayoría de los que participaron en la campaña, mientras el rey no muriera, una pérdida no tendría mucho efecto. No era como si las fuerzas del antiguo rey pudieran hacer un movimiento inmediato hacia la capital real.

“También tenemos que decidir el nombre de nuestra hija”, dijo Lumie.

Ya había elegido uno.

“Creo que Lumie lo hará”, respondí.

“¿El mismo nombre que yo?”

Lumie parecía desconcertada. Según su expresión, la idea nunca debió haber pasado por su mente.

“Ella es una hija de la realeza. Debería llevar un nombre de la familia real. Pero no puedo elegir un nombre yo mismo sin permiso, eso estaría fuera de lugar. En cuyo caso, ¿cuál es el único nombre que me queda que puedo usar sin que nadie se queje?”

Lumie sonrió divertida.

“Estás bien. Nadie se quejaría si le di a mi hija mi propio nombre”.

“¿Cierto? Además, tengo una confesión que hacer: no soy muy bueno con los nombres… Personalmente, me gustaría nombrar a las hijas con el nombre de sus madres…”

Le había puesto su nombre a la hija de Laviala. A la pequeña Laviala pareció gustarle su nombre. Todavía no tenía una edad en la que ofrecería halagos, así que pensé que podía confiar en eso.

“Además, conozco a algunas personas que ponen el menor esfuerzo posible en nombrar a sus hijos, así que sentí que era mejor evitar emular eso”.

Lumie parecía completamente confundida por ese comentario. No es sorprendente, considerando que ella no sabía de lo que estaba hablando.

— ¿Ese comentario fue dirigido a mí?

Oda Nobunaga sonaba furioso.

Sí es cierto. Llamaste a tu hija Perro o algo así, ¿no es así? Quizás tenía algún tipo de significado mágico, pero ¿por qué nombrarías a tu hija Perro?

—En mi país, rara vez se hacía referencia a las personas por su nombre de pila, por lo que no importaba en particular cómo se llamara a alguien. Además, les di nombres extraños a mis hijos, pero solo durante la infancia. Les di los adecuados cuando se convirtieron en adultos.

Claro, las convenciones de nombres pueden ser bastante diferentes entre su mundo y el mío, pero aun así, ¿nombrar a tu hija Perro? Eso es demasiado.

—Bueno, sí, supongo.

Lo sabía, el problema era su gusto por los nombres. No, en realidad… era que había elegido ese nombre sabiendo muy bien lo extraño que era.

De todos modos, no tengo el valor de llamar a mi propia hija Perro. Después de todo, su madre es la hermana del rey; nombrarla así parecería una clara señal de que estaba planeando rebelarme.

—Supongo que es cierto. Creo que Lumie es una buena elección.

Dado que mi profesión estuvo de acuerdo, seguramente nadie podría quejarse.

***

Después de nombrar a la hija de Lumie, los mensajeros a caballo comenzaron a visitar regularmente el castillo de Maust.

La razón fue simple. La guerra estaba a punto de comenzar.

Sin embargo, la información realmente importante estaba siendo transmitida por los rappas. Su información también fue más confiable.

Esa noche, Yadoriggy apareció en mi habitación. Si la propia Yadoriggy estaba aquí, debe haber algún movimiento en el campo de batalla.

“No hay nadie más aquí. Puedes hablar libremente. En todo caso, entra en detalles”.

La arrodillada Yadoriggy respondió secamente con un “Como quieras”.

La apariencia de Yadoriggy no había cambiado desde el día en que la conocí. Parecía una joven mujer lobo todo este tiempo. No sabía su edad real.

“El ejército real y las fuerzas del vizconde de Kark han chocado. El primero tiene aproximadamente el doble de números”.

“Suena bien. El enemigo tiene un poco más de diez mil, mientras que el ejército real tenía un poco más de veinte mil”.

“Sí. En cuanto a las condiciones en el campo de batalla, las defensas del enemigo son duras y el ejército real no ha podido abrirse paso. Actualmente están atacando varios fuertes, pero no parecen tener muchos generales con experiencia en asedios”.

Eso sonaba más o menos exacto. Los números por sí solos eran suficientes para una batalla en campo abierto, pero no cuando se trataba de derribar fuertes. La discreción de los generales individuales era esencial en esas circunstancias.

Y el ejército de Hasse no tendría generales decentes, dado que había elegido a todos sus segundos de la familia real.

Además, Hasse había estado vagando por la tierra por su cuenta antes de su reinado, por lo que no tenía vasallos de confianza. Si bien podría reunir un ejército para hacer una demostración de fuerza, sería demasiado difícil para él llevar a cabo un ataque contra un enemigo.

A este ritmo, existía una posibilidad muy alta de que Hasse terminara perdiendo. No tenía sentido reunir el doble de personas que tu enemigo si tus propios números no tenían ni idea de cómo luchar.

“Entonces, ¿qué planea hacer Hasse? ¿Planea seguir adelante de todos modos? ¿O parece que se rendirá rápidamente y correrá?”

Ésta era la pregunta importante.

El daño iba a cambiar drásticamente dependiendo de cuándo eligiera retirarse. Si bien los mensajeros a caballo eran suficientes para informarme sobre los cambios generales en el campo de batalla, cuando se trataba de los pensamientos del propio rey, necesitaba el poder de los rappas.

En su posición, me retiraría de inmediato. Por supuesto, había que tener cuidado de no ser atacado mientras se retiraba, pero en ese momento la situación estaba estancada debido a las tropas de baja calidad. En ese caso, si el ejército real forzara un ataque, simplemente acumularía bajas. Estaría bien si tuviera generales decentes, pero no había nada que hacer cuando ese activo simplemente no existía.

“Parece casi seguro que forzarán un ataque”, respondió Yadoriggy. “El rey seguramente desea evitar que su primera expedición termine en un fracaso”.

“En cuyo caso, no será solo una pérdida, será una goleada”.

Sonreí.

Si iba a deshacerse de su propia autoridad, era una buena noticia para mí.

Además, si me pidiera ayuda, eso automáticamente elevaría mi posición.

Mi sueño de unificar el reino estaba cayendo en mi regazo.

“Por supuesto, no está claro si el rey le pedirá refuerzos de inmediato, señor regente. Básicamente, eso sería admitir su propia falta de competencia, por lo que probablemente tratará de encontrar una solución que no lo involucre a usted”.

Yadoriggy aún no había parpadeado. Probablemente se estaba asegurando de que no hubiera ningún intruso cerca.

“Él no me llamará de inmediato, ¿mm?” Eso está bien, muy bien”.

Adelante, sigue cavando tu tumba.

Luego, una vez que se haya quedado sin opciones, venga y suplique ayuda.

En ese momento, me enfrentaría a un ejército bastante motivado de la facción del ex rey. Sería un desafío interesante.

“Yadoriggy, de ahora en adelante, concentra tus esfuerzos no en los movimientos del ejército real, sino en la facción del antiguo rey. Me gustaría saber qué está haciendo el enemigo cuando me enfrento a ellos”.

“Como desees.”

Con eso, Yadoriggy salió de mi habitación por la ventana.

Pude ver un solo lobo corriendo por el patio.

Regresar a Maust había sido una especie de apuesta. Si Hasse hubiera ganado demasiados laureles mientras yo estaba aquí, mis sueños de unificación se habrían deslizado un poco más lejos.

Pero parecía que había ganado la apuesta.

Solo necesitaba continuar acumulando mayor poder y saltar en el mejor momento para sacar al rey de su apuro.

***

Inmediatamente comencé a entrenar a mis soldados recién agregados en un entrenamiento de combate completo.

Me llevó tiempo aprender a manejar una lanza Tri-Jarg. Pero una vez que lo dominaron, el resto fue muy fácil. Específicamente, facilitó la guerra.

Cualquier arma que evite que el enemigo se acerque es muy poderosa.

Nadie quería sentir el acercamiento de la muerte, salvo yo mismo, que se regocijaría con ese sentimiento. La mayoría de los guerreros famosos eran un poco diferentes de la persona promedio en ese sentido.

También había comenzado la producción de un arma de mayor alcance:

las armas que estaba haciendo que produjera Ortonba, el enano.

Disparé a un objetivo de madera con mi arma personal.

Después de un rugido agudo y ensordecedor—

—El objetivo había sido perforado con un agujero del tamaño de un pulgar.

Esta arma de fuego se sintió más precisa que antes. Pero al final, el uso se hizo maestro. Si bien costó bastante en municiones, la precisión aumentó inmensamente una vez que el portador tuvo suficiente práctica.

A mi lado estaba el creador de la pistola, Ortonba.

“Sir Regente, es un prototipo de modelo mejorado. ¿Cómo se sintió?” “No sé dónde están exactamente las mejoras, pero funciona bien”.

“Es más ligero que los modelos antiguos. Además, agregué una cubierta para la lluvia para que pueda disparar en clima húmedo”.

Ortonba continuó con una larga descripción de la nueva arma. Se deleitaba inmensamente hablando de sus inventos. Era un ingeniero estereotipado en ese sentido.

“Está bien, entonces, Ortonba. Necesito que prepares unas tres mil de estas armas. ¿Puedes hacerlo?”

“¿Tres mil…?”

La expresión de Ortonba se congeló por un momento. Entendí que estaba pidiendo mucho.

“Puede incluir los modelos antiguos en ese recuento también para un total de tres mil armas. Con tantos, debería poder obtener una victoria decisiva contra las fuerzas del antiguo rey”.

Después de una breve pausa, Ortonba golpeó su grueso pecho.

“¡Muy bien! ¡Me aseguraré de que estén listos para entonces! ¡Esta será una oportunidad para brillar que tal vez nunca vuelva a ocurrir!”

“Bien dicho. Bien, eso significa que todos los preparativos están terminados”.

Primero, tomaría todas las tierras que conducen a los dominios de Talmud y Samuur, es decir, las tierras entre donde yo estaba y la Región de la Gran Isla.

Después de eso, podría ser una campaña larga. El enemigo nos enfrentaría con cierto compromiso y defensas. Si es necesario, intervendría yo mismo y acabaría con el enemigo directamente.

Si luego pudiera acabar con la facción del antiguo rey, eso eliminaría hasta el último enemigo que pudiera resistirme.

Entonces, todo lo que quedaría sería tomar la posición de rey. Habría muchas opciones, desde obligarlo a abdicar hasta recurrir a la fuerza bruta.

“Idealmente, Su Majestad puede aguantar un mes más o menos”.

“Ya veo”, respondió Ortonba. “Necesitas tanto tiempo para prepararte para poder llevar todas tus fuerzas”. No parecía haber leído entre líneas.

“Esa es una forma de verlo”, le dije.

Si Hasse se retirara después de prolongar la lucha durante una semana, su posición se desplomaría. Sin duda, los soldados que regresaran a la capital se verían sucios y desaliñados.

Entonces no podría declarar que lideraría el ejército y acudiría a mí en busca de ayuda.

De acuerdo, entonces, Hasse, conviérteme en un héroe. Romperé a los enemigos que te molestan por la mitad como si estuvieran hechos de papel.