Oukoku wo Tsukuru Koto ni Shimashita

Volumen 3

Capítulo 6: Un Nuevo Margrave

Parte 1

Una vez que entré en el castillo de Maust, los señores regionales enviaron de inmediato enviados para ofrecer sus felicitaciones.

Todos se apresuraron a felicitarme por el embarazo oficial de mi esposa.

Sentí que se había corrido la voz con bastante rapidez, pero todos los señores regionales estaban desesperados por sobrevivir. Cada uno de ellos probablemente tenía al menos un agente en la capital y, por supuesto, celebrarían las buenas noticias para la potencia más grande del reino.

Lumie recibió a estos enviados con una sonrisa. Le dije que descansara, ya que era una tensión innecesaria para su cuerpo, pero ella insistió: “Es el trabajo de una esposa reunirse con los enviados”.

Ella no se movió de su postura. Sentí que este tipo de terquedad era donde ella era similar a Seraphina.

Todas mis consortes, incluso si eran de personalidad diferente, tenían una voluntad muy fuerte. ¿Podría ser que atraje a ese tipo de mujer de forma natural?

Había regresado a mi castillo residencial en el río, pero eso no significaba que no tuviera trabajo que hacer. En todo caso, había más porque había regresado por primera vez en mucho tiempo.

Había puesto a Fleur a cargo de las decisiones de personal que involucraban a las chicas en el castillo, como las doncellas y los diversos conventos esparcidos por el dominio. Fleur era quizás más una ayudante que una concubina. Ella se dedicó tranquilamente a su trabajo. Era extremadamente hábil con las tareas administrativas, pero rara vez mostraba signos de que fueran una carga para ella.

“Sir Regente, creo que es el momento adecuado para comenzar a construir la agencia doméstica formal de su esposa aquí dentro del castillo de Maust”.

Mientras bebíamos té durante uno de nuestros raros descansos, Fleur sacó el tema.

Las personas como la esposa formal o la heredera de un rey o un gran señor tenían derecho a formar pequeñas organizaciones de gobierno con ellos mismos en la cima. Esto se debía a que tenían que administrar sus propiedades individuales o las iglesias en las que tenían autoridad.

Como hermana menor del rey, Lumie tenía territorios por derecho propio. Pero hasta ahora, aunque había recibido ayuda de burócratas o de mis subordinados, generalmente había administrado sus propiedades por su cuenta.

Sin embargo, a medida que avanzaba su embarazo, eso se iba a volver más difícil. Antes de que lo hiciera, debería crear su propia agencia doméstica y hacer que ellos llevaran a cabo sus asuntos oficiales.

“Cierto. Pero tengo la intención de hablar directamente con mi esposa primero sobre el asunto”.

No había tenido tiempo de estar a solas con Lumie desde que había regresado al castillo de Maust.

Si bien era cierto que tenía un trabajo atrasado por hacer, probablemente ambos estábamos usando eso como una excusa para posponer el encuentro.

Por otra parte, no podía permitirme estar en desacuerdo con Lumie mientras las cosas estaban en desorden.

“Su esposa parece estar luchando por ser demasiado pura de corazón”.

“Eso hace que suene como si tu corazón estuviera corrompido, Fleur”.

“Por lo menos, sentí alivio de que mi clan continuaría cuando me convirtiera en tu concubina. Mi primer pensamiento fue a mi clan”.

Fleur se rio con autocrítica.

“Cualesquiera que sean tus motivaciones, Fleur, me has sido leal y te quiero mucho. Todavía puedo recordar cuando nos tomamos de la mano en nuestra primera noche juntos”.

Tampoco había olvidado lo feliz que Fleur había sonreído esa noche. Tenía muy buena memoria. Aparentemente, Oda Nobunaga rara vez olvidaba nada de lo que escuchaba. Aunque eso venía del hombre mismo, así que no sabía cuán cierto era.

“Hablar de estos asuntos durante el día es un poco travieso, ¿no?”

Fleur rio, tapándose la boca con la mano.

Nuestra relación era lo suficientemente estrecha como para poder intercambiar este tipo de comentarios.

Esperaba tener una relación como esta con Lumie también, pero Fleur y ella estaban en posiciones muy diferentes: la hija de un clan que se enfrentaba a la aniquilación frente a la hermana menor de un rey, sin importar lo débil que fuera. No era correcto esperar lo mismo de ambos.

“Me gustaría hablar con Lumie esta noche. A medida que se acerque su fecha de parto, sin duda estará más cansada”.

“Sí, parece una buena idea”.

Fleur asintió con una expresión seria.

***

Esa noche, me vestí formalmente y visité a Lumie.

Estaba más visitando a la hermana del rey que entrando en la habitación de mi esposa. Y como estaba en traje formal, también tenía mi espada equipada.

“Querida, hoy pareces terriblemente intimidante”.

Lumie me recibió con una sonrisa triste.

Sus asistentes también habían sido despedidos, así que solo estábamos nosotros dos en su habitación.

“Lumie, tengo algo muy importante que contarte esta noche. Quiero que me escuches con atención”.

“Entiendo. Por favor, comience”.

Nos sentamos uno frente al otro con una mesa entre nosotros.

“Mi deseo es convertir este reino en un lugar verdaderamente pacífico. No una paz que durará unos años, sino una que durará siglos”.

“Una meta loable”.

Lumie tenía el aire de una realeza. Sentí que era algo que provenía de la sangre de aquellos que habían gobernado durante mucho tiempo este reino. Parecía mucho más majestuosa que el rey actual.

“Para lograr eso, quiero que su hijo ascienda al trono”, dije mientras miraba profundamente a los ojos de mi esposa.

Su propia mirada nunca vaciló.

“¿Eso significa que tiene la intención de comenzar una nueva dinastía?” ella preguntó.

“No hay nadie en el Reino de Therwil con más poder que yo. Estaré en la cima de este reino y comenzaré una nueva dinastía. Es lo mejor por el bien de la paz. Pero para eso, Lumie, necesito tu ayuda”.

“No importa cómo lo analice, esto suena a sedición”.

“Si unifico este reino, no será sedición”.

Seguimos mirándonos fijamente el uno al otro.

Casi se sintió como un concurso; el primero en romper el contacto visual perdería.

“En ese caso, sin duda el destino de mi hermano no será agradable”.

“Quiero luchar por la felicidad de mi esposa. La felicidad de mi cuñado tiene menos prioridad”.

“E-Entonces, y si…”

Fue en este punto que Lumie desvió la mirada.

Sus ojos se llenaron de lágrimas.

“¿Y si dijera que iba a informar de todo esto a mi hermano? En ese caso…

no tendrás más remedio que matarme… Haría que tus palabras sobre querer hacer todo por el bien de tu esposa… una mentira… ”

“Esa es una pregunta sin sentido”.

“¿Por qué es eso…?”

“Porque mi esposa ama a su esposo más que a su hermano. Estoy seguro de eso”.

Me levanté y abracé a Lumie por detrás.

“Mi esposa desea mi felicidad. Por eso nuestros intereses están entrelazados. ¿No es así?”

Lumie enterró su rostro en mi pecho y lloró durante un largo rato.

“Si te hubiera odiado, tal vez la historia hubiera cambiado…”

“Llévame a la realeza, Lumie”. Silenciosamente susurré mi deseo al oído de mi esposa.

La conversación que tuve esa noche con Lumie despejó el aire entre nosotros.

Por supuesto, eso no significaba que hubiera resuelto todas las preocupaciones de Lumie. Cada vez que sucedía algo, ella luchaba con eso. Pero aun así, Lumie había elegido su camino.

Ella había jurado acompañarme.

Finalmente, me llamaron a una habitación donde Seraphina, Laviala y Fleur me esperaban juntas.

“Lord Alsrod, escuché de Lumie sobre lo que sucedió, pero esta vez fuiste demasiado imprudente. ¡¿Qué planeabas hacer si Lumie no te escuchaba?!”

Basado en la expresión de Seraphina, ella sintió lo mismo. Probablemente porque básicamente me había metido de lleno en esto.

“No habría hecho nada. Aunque en ese caso, quizás habría tenido que explicarme al rey. Aunque pude haber puesto a Lumie bajo arresto domiciliario, pero si lo hacía, la información le llegaría y el resultado sería el mismo. En cuyo caso, tal vez hubiera sido mejor enviarla de regreso a la capital”.

“Oh esposo imprudente, ¿no consideraste seriamente lo que harías si las cosas salieran mal?”

Seraphina parecía exasperada.

Por otro lado, Fleur permaneció en silencio, con una expresión fría en sus rasgos. Parecía que sabía lo que haría.

“No, más bien al contrario. Es porque fui tan honesto hasta el punto de la imprudencia que Lumie decidió comprometerse conmigo”.

Si no amo a este hombre, es muy posible que se destruya a sí mismo— gané en el momento en que ese pensamiento pasó por la mente de Lumie.

Laviala se rio secamente y dijo: “Eso es trampa”. Ella pareció entender.

“Honestamente… ¿cómo es que estás tan seguro de ser tan amado a pesar de que tienes tantas concubinas…?”

Seraphina dejó escapar un suspiro teatral mientras se frotaba la frente.

Aparentemente, ella también había aceptado mis acciones.

“Por supuesto, señor regente, si fuera sospechoso de sedición, me imagino que al menos se habría unido al antiguo rey y atacaría la capital con él”, ofreció Fleur en mi defensa. “En ese caso, la capital habría caído fácilmente. Complicaría las cosas después, pero estoy seguro de que al menos podrías haber derrotado al ex rey”.

Sí, más o menos tenía razón.

Parecía que había dejado todo en manos de Lumie, pero en realidad, había tenido muchos caminos hacia la victoria cuando regresé al castillo de Maust.

Incluso si Lumie me hubiera llamado traidor, simplemente habría desertado al bando del antiguo rey, habría continuado la guerra y habría expulsado sin piedad a Hasse.

Por supuesto, habría sido una desviación de mi plan original. No hubiera sido ideal.

Pero tampoco fue el peor caso posible. Era un camino que tenía suficiente valor para seguir.

Y más que nada, al final, pude valorar los deseos de Lumie.

Todo lo que tenía que hacer ahora era trabajar con todas mis fuerzas para hacer feliz a Lumie como lo hice con mis otras consortes.

“Pensando en ello, Lord Alsrod también ha desarrollado el hábito de ser imprudente en el campo de batalla”, señaló Laviala. “Tiene sentido cuando pienso que eso se aplica fuera del campo de batalla”.

“Gracias por tu comprensión, Laviala. No esperaría menos de mi hermana de leche”.

“No es un cumplido. Todavía estoy exasperada”.

Pero era cierto, yo tendía a elegir el camino un poco más arriesgado sobre el que era demasiado conservador.

“Por mi parte, pensé que sería algo interesante si ella dejaba de ser tu esposa oficial, pero supongo que no funcionó de esa manera”, bromeó Seraphina. Sin duda, estaba hablando al menos en parte en serio.

“Me gustaría que mis consortes se llevaran bien…”

“Lo sé. Pero si pasas demasiado tiempo amándome a mí o a las otras concubinas, Su Alteza, la esposa oficial, podría cambiar de opinión, así que debes tener cuidado, oh esposo mío “.

Me había dejado muy abierta para que Seraphina dijera lo que quisiera.

“Quiero decir, anoche, después de que me visitaste, fuiste a la casa de Laviala, luego finalmente pasaste por Fleur, me dijeron. He oído que los héroes tienen una libido fuerte, pero ¿no te estás complaciendo un poco?”

Laviala y Fleur se sonrojaron ante el comentario de Seraphina. Este no era un tema para plantear frente a los demás.

“Fuiste a la casa de Fleur después de visitarme… L-Lord Alsrod, e-eres un poco demasiado viril…”

“Estaba de humor … Hay momentos en los que me siento así después de sacar algo de mi pecho … Además, me siento más como en casa en mi propio castillo que en la capital…”

Mientras me preguntaba si tenía que ver con mi profesión, Oda Nobunaga respondió con “No me arrastres a esto”.

***

Al día siguiente, llamé a Kelara a mi habitación y tuve una discusión detallada sobre el gobierno de mis reinos directos.

Ahora pude reunir la fuerza más grande que jamás había podido movilizar.

Incluso necesitaba crear una nueva división para ubicar a algunos de ellos.

Hablé con Kelara sobre quién sería el adecuado para liderar esa división.

Como algo entre burócrata y general, se convirtió en una consejera ideal.

“Creo que sería mejor contratar a esta persona que tenía una larga historia de servicio en el clan Caltis. No tenemos idea de cuánto estarían dispuestos a luchar si les asignáramos a alguien que no tuviera ninguna conexión con el clan”.

“Estás bien. Sin duda, estos hombres todavía tienen un apego persistente a la era del clan Caltis de todos modos. Este es un buen lugar para tratar bien a un criado superviviente de ese clan”.

“Así que creo que hemos terminado por el momento”.

Kelara parecía pensar que había terminado de trabajar, pero yo aún no había terminado.

“Um, Kelara, lo siento, pero también me gustaría pedirte que me sirvas con tu cuerpo…”

Kelara miró hacia abajo y respondió: “Como desees…”

Estaba seguro de que eventualmente me calmaría… era solo que mi mente y mi cuerpo todavía estaban trabajando después de mi escape de la capital.

Una vez que terminamos, Kelara dijo en su habitual discurso demasiado formal: “Señor Regente, también estaba el asunto del Problema del Norte”.

“Sí, tenemos que discutir eso. Había planeado hacer eso en otro momento, pero supongo que esto es tan bueno como cualquier otro”.

Hablé del problema del norte con Kelara.

“—Eso lo resume todo. Kelara, ¿qué te parece?”

“Oh, sí…” Kelara apartó la mirada, como si se ruborizara. “Ah… es impresionante lo rápido que puedes pasar de los asuntos del dormitorio a los de estrategia…”

Tenerla en realidad señalando eso me hizo un poco cohibido.

“Oh, vamos… Tú fuiste quien sacó a relucir este tema después de nuestro asunto en el dormitorio. Tú fuiste la primera en cambiar de pista. No me culpes con esto”.

“No… había planeado llegar a este tema después de la discusión de sus territorios. Fue entonces cuando mencionaste que querías mi cuerpo…”

El rostro de Kelara estaba rojo brillante. Parecía que Kelara se había vuelto más femenina, o más bien, acababa de desarrollar una gama más amplia de emociones.

Quizás ella estaba tan enamorada de mí. Eso fue algo que me sentí muy bien como hombre.

“Está bien. Tú ganas. Así que volvamos al tema que nos ocupa”, dije con una carcajada. “Entonces, ¿tiene alguna inquietud después de enterarse de este plan? Quiero tu opinión honesta”.

Al realizar grandes movimientos, es suficiente pedir su opinión a un pequeño número de asesores de confianza.

Aquellos que no son interesantes temen hacer el movimiento en sí y no pueden tomar decisiones decentes.

Además, quienes no tienen una vista fija tienden a ser empujados al lado de la mayoría.

“No creo que sea un mal plan. Siempre que el otro lado no sea excesivamente terco”.

Kelara había recuperado la expresión de un asesor principal. De hecho, Kelara era quien podía cambiar de marcha rápidamente.

“Sí. Todo es un asunto que involucra a una parte contraria. Pero sería mejor asegurar nuestro control sobre el Norte durante esta oportunidad. Ampliaría enormemente nuestras opciones”.

No importa lo que haya logrado Hasse en su campaña occidental, si yo controlara el norte, podría hacer mi propio país. Mi posición como regente del propio Reino de Therwil ya no sería de ninguna utilidad.

“Gracias. El resto de esto lo resolveré hablando con Talsha directamente. Obtuve su aprobación, así que es hora de traer al que realmente estará involucrado”.

Pero escuchar el nombre de Talsha hizo que Kelara frunciera levemente el ceño.

“¿Quizás estás planeando más intimidad…?”

“¡No! Estoy bastante satisfecho con eso en este momento… Aun así, realmente no sé cómo se siente la propia Talsha…”

Recordé la disposición de Talsha.

Impulsada y enérgica en todo lo que hacía, era una mujer que era prácticamente la encarnación de todo lo que la gente de la capital imaginaba cuando pensaba en un norteño.

Pero había una cosa que la diferenciaba de los habitantes del norte que imaginaban los habitantes de la capital. Los habitantes del norte no son bárbaros. En todo caso, valoran el honor mucho más que los residentes de la capital.

Por supuesto, considerando la frecuencia con la que la autoridad en la capital cambió de manos, vivir de acuerdo con un código de honor y defender el honor de uno podría muy bien hacer que uno y toda la casa sean asesinados, así que quizás al final sea una cuestión de diferencias geográficas. Si no hay nadie a quien contar historias de su honorable muerte, es simplemente una muerte sin sentido.

En el momento en que Talsha entró en mi habitación, inmediatamente se acercó a mí.

“Necesito calmar mis emociones antes de que podamos hablar de política… Alsrod, por favor…”

Esta mujer era extrañamente apasionada. Ella era la personificación de la herencia de su clan.

“Está bien. Necesito que me escuches. Haz lo que necesites para calmarte”.

Talsha y yo pasamos mucho tiempo haciendo el amor.

Por supuesto, si pudiera tener a Talsha embarazada, impulsaría mis objetivos estratégicos muy bien, pero eso sería pedir demasiado a una mujer que no era una concubina.

“Ahora bien, ¿qué es lo que desea discutir?” Talsha me preguntó en la cama, su rostro tan cerca que nuestras narices prácticamente se tocaban.

“Talsha, le informé a tu hermano Seitred, el margrave de Machaal, que abdicara de su título en tu favor. O más bien, fue para notificarle que le había renunciado a su título”. Negué levemente con la cabeza. “Como cuestión de personal dentro del Reino de Therwil, ya te han nombrado Margrave de Machaal. Talsha Machaal, ahora eres el Margrave de Machaal”.

“Bueno, es un aviso bastante repentino, pero las buenas noticias siempre son bienvenidas, no importa dónde se escuchen”.

Talsha se rio con una expresión digna de un gran héroe. Ciertamente no era una actitud que mostraría una mujer noble de la capital. Esta mujer nació guerrera.

“Pero, como dije antes, no puedo creer que mi hermano me entregue su título tan fácilmente. Mi hermano es un bruto, pero cree que ha usado su fuerza para proteger nuestras tierras. Y hay una parte de él que piensa menos de mí porque soy mujer”.

“Lo sé. Por eso tienes que quitárselo a la fuerza. Te prestaré las tropas que te prometí en el pasado. No, te acompañaré”. Sonreí y acerqué a Talsha a mi pecho. “Ahora que he regresado a Maust, tengo tiempo que puedo tomar para mis propios fines. Al menos puedo darte ayuda. Eso hará que echar a tu hermano sea fácil, ¿no?”

“Ya veo. Llegarás tan lejos por mi bien”. Talsha también sonrió y me abrazó. “¡Me convertiré en el más fuerte, no, el gobernante más grande entre los Margraves de Machaal! ¡Te lo juro aquí! ¡Las tierras de mi hermano son demasiado pequeñas para contenerme!”

“Así es. Necesito que te expandas mucho más”.

Talsha tenía una profesión llamada Takeda Shingen.

No es una profesión para alguien absorto en defender sus tierras actuales.

“Ve con la intención de gobernar todo el Norte. Entonces, si crees que puedes confiar en mí, préstame tus tropas. Vamos a unificar el reino juntos. Si crees que no lo conseguiré, entonces vuelve tu lanza hacia mí”.

“No tengo ningún deseo de pelear contigo. No te preocupes”.

Talsha se rio entre dientes contra mi pecho.

Fue el sonido más suave que le había escuchado hacer en todo el día.

“Me he enamorado de ti. Sería extraño luchar a muerte con el hombre que amo. Alsrod, incluso si te quedas como el último guerrero superviviente, ¡seré tu aliado!”

“Si hay una desgracia para mí, será que no te veré hasta dentro de un tiempo una vez que te conviertas en el margrave de Machaal”.

Es difícil estar separado de una mujer que me ama tanto.

“Por eso vamos a hacer el amor mientras podamos”, dijo Talsha. Ella me besó apasionadamente.

Por lo menos, en la cama, perdí contra Talsha.

***

Inmediatamente tuve a las tropas de mi dominio listas para una invasión del Norte.

El objetivo de nuestra campaña sería enviar a Talsha como el nuevo Margrave de Machaal.

Muchos estaban perdidos debido a la repentina decisión, pero los hice prepararse sin quejarse.

Teníamos muchas posibilidades de ganar incluso sin un gran ejército. Después de todo, el nuevo Margrave de Machaal no era un testaferro, sino un héroe que superó a su predecesor.

En el papel, estábamos enviando soldados al norte para colocar al norte firmemente bajo el control del reino mientras Hasse planeaba su expedición al oeste.

No había nada extraño en esto. Ya habíamos iniciado la conquista del Norte, y solo se había suspendido temporalmente debido a las rebeliones. Por eso no se trataba de una aventura militar hecha por capricho del regente.

Por supuesto, aún existía la posibilidad de que se cancelara la campaña.

Eso sucedería si el hermano de Talsha, Seitred, aceptaba abdicar en favor de su hermana.

Si eso sucedía, todo lo que Talsha tenía que hacer era entrar con confianza en su nuevo castillo.

Al final, Seitred no me respondió antes de la fecha límite. Tenía la intención de pelear conmigo. Oda Nobunaga dijo que sabía que así terminaría.

—El padre de Shingen también era bastante bruto. Unificó a Kai, luego trató de expandirse a Shinano, pero fue entonces cuando fue expulsado por Shingen. Shingen no podría haber ejecutado ese plan por su cuenta, por lo que ya había obtenido una gran cantidad de apoyo.

Me imaginé tanto. Un golpe de estado solo podría mantenerse con un número considerable de aliados.

Un golpe de estado ejecutado sin una ventaja militar sería reprimido de inmediato. Como mínimo, se necesitaban fuerzas iguales a las del antiguo régimen, e incluso entonces, seguía siendo arriesgado. Los humanos tendían a ser conservadores y opuestos al cambio.

—Solo he escuchado cuál es la situación en el mundo, pero este Seitred suena como un hombre similar. Es bueno en la guerra, pero descuidado en cuestiones de política. Es probable que sus vasallos no lo estimen especialmente. Si hay un invasor externo, cerrarán filas con él para resistir, pero—

Si es un miembro adecuado de la línea Machaal, probablemente se pondrán en su contra.

—No me adelantes. Pero sí, eso es correcto. Por si acaso, envíe cartas en nombre de Talsha criticando el mal gobierno de Seitred a los varios señores del Norte y a los vasallos de Seitred. Sería un pequeño precio a pagar si reduce el número de enemigos.

Gracias. Es una buena idea. Cuanto menos peleas, mejor, en lo que a mí respecta.

Una guerra larga y prolongada provocaría un escrutinio innecesario de la capital y agotaría mis propias fuerzas. Si eso terminara arruinando mi capacidad para participar en la expedición occidental, estaría frustrando el propósito.

Primero trasladé a Talsha a un fuerte más al norte.

Los señores del norte, naturalmente, se reunieron en ese fuerte. Muchos de ellos admiraban el talento de Talsha. Evidentemente, incluso hubo señores que se sintieron conmovidos por el hecho de que finalmente se había levantado para reclamar su título legítimo.

Finalmente, hubo quienes dejaron el lado de Seitred para unirse a ella.

A medida que ese número crecía lentamente, tomé mi propia fuerza de siete mil para unirme a Talsha como refuerzos.

Las fuerzas totales alcanzaron un poco más de veinte mil.

“Se reunieron tan rápido aquí que fue casi demasiado fácil. Es casi como si yo fuera el margrave”. En el momento en que la vi, Talsha dijo algo extraño.

“No, ya eres el margrave de Machaal. El enemigo con el que vas a luchar son los rebeldes que te resisten”.

Talsha se dio cuenta de su error y estalló en carcajadas.

“Ah, por supuesto. Entonces significa que no puedo permitirme perder, ¿verdad? Sería un problema si perdiera mi primera batalla como margrave”.

Talsha finalmente partió para atacar a su hermano, quien se negó a entregar el margravate.

No era que no hubiera enemigos tratando de detenerla en el camino, pero ella se las arregló rápidamente, aplastándolos sin apenas pérdidas para sus propias fuerzas.

La vi dar órdenes desde atrás, riéndome de lo que vi.

Si mis fuerzas eran como una hoja afilada que se abría paso hacia el enemigo, las fuerzas de Talsha lucharon como un martillo gigante que pulverizó al enemigo.

Ella era extremadamente experta en comandarlos, y todos sus generales estaban ansiosos por poner todo lo que tenían en juego por ella. Tenía un carisma natural.

Con un látigo elaborado con la cola de un caballo en la mano, Talsha tomó el mando inteligentemente. Ella era una general perfecta.

Este debe haber sido el poder de la profesión Takeda Shingen. No había nada particularmente único en ellos, pero sus tácticas fueron extremadamente bien ejecutadas. Sabía exactamente cuándo atacar para hacer el mayor daño.

Para cuando entró en el territorio del margrave, decenas de los vasallos de mayor confianza del clan Machaal se habían reunido a su lado.

“En última instancia, servimos al propio clan Machaal. Dado que ha habido una orden formal que designa a un nuevo Margrave de Machaal, la obedeceremos”, dijo un hombre canoso que actuaba como su representante.

“Sí. Me convertiré en el más grande de los margraves de Machaal. Espero con interés trabajar con usted. No tengo ninguna intención de ejercer un poder dictatorial como mi hermano. Si tiene quejas, no dude en comunicármelas”.

Talsha les dio la bienvenida con una suave sonrisa.

En ese momento, la brecha entre ella y Seitred se había vuelto decisiva.

Los únicos del lado de Seitred eran los que tenían peleas con las familias que se habían ido al lado de Talsha. Lo que significa que dudaban en participar, y eran pocos los que creían que Seitred tenía alguna posibilidad de ganar.

Los vasallos se preocuparon primero por proteger a su propio clan sobre su señor. Si había pocas posibilidades de ganar, pondrían excusas como la enfermedad y serían tacaños con sus tropas.

Talsha derribó las fortalezas una tras otra, y estaba acorralando constantemente a la facción de Seitred.

Me parecía que su pérdida todavía lo perseguía. Los señores del norte ya no veían a Seitred como su líder.

Cinco días después de nuestra llegada al margravate, después de habernos unido a los vasallos más importantes del clan, Seitred se rindió y entregó formalmente su título y tierras a su hermana. Debido a que había desobedecido una orden real, Seitred iba a ser encarcelado en uno de los templos del dominio.

El destino de un hombre considerado indigno de ser un señor fue triste.

Pero quizás tuvo suerte de que su oponente hubiera sido de su propia familia.

***