Campione (NL)

Volumen 5

Capítulo 3: Hime-Miko De La Espada

Parte 3

Pasos que eran virtualmente insonoros, y se movía con su centro de gravedad extremadamente estable. Incluso si colgasen una campana en su tobillo, esta mujer probablemente podría caminar sin hacer ruido.

Amakasu Touma. El trabajador especial del Comité de Compilación Histórica.

Ese hombre también tenía similares movimientos y forma de caminar, aunque para ser precisos, se encontraban en niveles completamente diferentes.

“En realidad, hay algo por lo que a Ena le gustaría pedirle disculpas a Erica-san.” Ena habló de repente.

“¿El incidente de hace algunos días? Para ser honesta, ese tipo de regalo me generó algunos problemas.”

Erica sacó el pedazo de metal del bolsillo de su uniforme.

Era el fragmento de la hoja en forma de manji (卍) que la atacó en la calle aquella noche.

Erica lanzó el fragmento a los pies de Ena, y la afilada pieza de metal se incrustó rápidamente en el suelo blando.

“Ah, ¿esto? No, no es eso a lo que Ena se refería. Estoy segura de que una pequeña baratija como esa habría sido manejada fácilmente por Erica-san. ¿Debería Ena sacar algo un poco más fuerte?”

Riendo por el fragmento de metal, la desinteresada sonrisa de Ena admitió que ella era la culpable de ese ataque.

Una sonrisa perfecta que transmitía la coherencia entre su expresión externa y pensamientos internos.

“Teniendo en cuenta que el nivel de las técnicas de manufactura japonesa debe estar por encima de esto, entretenme.”

“Oh, ¿es así? Entonces deja que Ena te enseñe esto.”

La Hime-Miko de cabello negro sacó de su bolsillo varias hojas de papel.

Eran largas y delgadas piezas rectangulares de papel, cubiertas con muchos kanji diferentes de diversos tamaños.

Debido a la severidad de su raída condición, Erica no podía distinguir las palabras, y el único carácter que apenas reconoció fue el de ‘espada’ — ¿Era alguna especie de hechizo?

“En realidad, Ena quería disculparse, porque Erica-san quería negociaciones políticas, ¿verdad?”

“¿Hay algún problema?”

“Sí, un gran problema. Para ser franca, Ena no es muy buena en este tipo de conversaciones.” Los labios curvos de Ena mostraban una intrépida sonrisa desde lo más profundo de su corazón.

Los cinco talismanes de ‘espada’ en la mano de Ena estaban a la espera de ser desplegados.

“Ahora que lo pienso, ni siquiera Yuri es adecuada para las negociaciones.”

“Correcto. Esos asuntos son administrados y manejados por el Comité, y no tienen nada que ver con las Hime-Miko.”

Los cinco talismanes de ‘espada’ fueron rodeados por flamas verdes, y Ena los arrojó a gran altura y distancia.

En un instante, los talismanes fueron consumidos por el fuego, pero en medio del fuego surgieron piezas de metal —era como desenvainar un grupo de espadas.

“¡Así que, hagamos algo más fácil de entender! ¡Algo como esto!”

Las piezas de metal que surgieron de los talismanes, eran esas armas en forma de Manji.

Espadas familiares que podían volar.

Cuando las cinco armas volaron hacia ella, Erica se encogió de hombros, como si enfrentase un agobiante trabajo.

“Si esta es la manera en que resultan las cosas, debería habérselo dejado a Lily. — ¡Padre y Madre, Baphomet que te jactas de la victoria, otórguenme el poder de las palabras de extinción!”

Muy probablemente bastante decepcionada, Erica ni siquiera tenía ganas de sacar su espada.

A pesar de que estos familiares estaban muy por debajo del nivel de pelea de un caballero, usar magia para derrotarlos sería mucho más eficiente.

Erica conjuró las palabras de hechizo y liberó el poder mágico. La técnica de Pulverización era un hechizo de alto nivel que podía hacer que la materia inorgánica estallase y se hiciera polvo.

Originalmente, este hechizo no era muy efectivo contra objetos protegidos o animados mágicamente, pero—

“No funcionó eh… Parece que simplemente aumentar la cantidad no será suficiente.” Al ver a varias de sus espadas Manji destrozándose al mismo tiempo, Ena murmuró.

Erica hábilmente empleó sus hechizos. Creación, transformación, destrucción y refuerzo eran sus áreas de especialización. En estas áreas, se podría decir que Erica superaba a todos sus contemporáneos. Incluso Liliana era superada de lejos.

Erica infundió vida temporalmente a los fragmentos metálicos que acababa de destruir, haciendo que se expandan, transformen y se fundan, otorgándoles inteligencia artificial y concediéndoles movilidad.

—Con los restos de las espadas como material, un lobo  de acero nació ante Erica. A pesar de que poseía la apariencia de un lobo, la escasa materia prima dejaba espacios visibles entre el hueso y la piel en su cuerpo.

¡¡¡*Roar*!!!

Los gritos y los movimientos del lobo de acero eran como los de un animal viviente.

Para ser una creación improvisada en el acto, era todo un logro.

¿Su amada espada, Cuore di Leone, sería añadida para reforzar la construcción? Con la protección de la espada mágica del león, su fuerza y ferocidad sin duda se elevarían a un nivel completamente diferente.

“¿Qué te parece? Si deseas manipular el hierro, ¿me dejarías mostrarte la forma correcta?”

“Increíble, increíble. Ese tipo de delicado hechizo es muy difícil para Ena. Los movimientos de Erica-san sí que están llenos de delicadeza.” Ena continuó sonriendo.

No parecía que estuviera siendo acorralada, y Erica decidió no subestimarla.

“¿Mencionaste hecho en Japón hace un rato? Sí, mostrarle a los extranjeros las técnicas japonesas sería un buen servicio. Por favor, espera un momento.”

Ena descolgó la bolsa de su hombro y la abrió, dejando al descubierto la espada en la vaina de color negro azabache. La hoja sola ya era de un metro de largo. Al desenvainar la espada, reveló que era una hoja recta, sin curvas.

“Ama no Murakumo no Tsurugi. Permíteme darte una introducción. Ésta en verdad fue hecha en Japón, y es la compañera de Ena.”

La Hime-Miko de cabellos negros clavó la hoja de la espada en el suelo.

Este movimiento por si solo creó viento.

Con la espada como centro, calmados vientos se arremolinaron gradualmente para formar un vórtice.

Golpeado por esa ráfaga de viento, el lobo creado se rompió en pedazos, como si con huyera intimidado por un acero de mejor calidad.

Dirigida por sus instintos defensivos, Erica invocó a Cuore di Leone.

Pero incluso para la espada mágica del león, tomar a esa otra espada como oponente será difícil. Espada mágica, espada sagrada, espada espiritual, hoja maldita.

Tal vez supere todo esto y se trate de un objeto mágico aún más amenazante, ¿podría incluso ser algo así como un artefacto divino?

“Hmm… parece que Ena lo sacó demasiado pronto eh…”

Ena comenzó a hablar consigo misma y de inmediato volvió a envainar la espada. ¿Por qué se detuvo si era tan hábil como para blandir esa enorme espada con la misma facilidad que si se tratara de su propio miembro?

Mientras Erica sospechaba desconcertadamente sobre su comportamiento, Ena hizo una torpe sonrisa y respondió: “Lástima, se acabó.”

“Los pasos de Yuri se están acercando. Esa niña y su sentido espiritual notan de inmediato cuando Ena saca esto. Ya que sin duda va a regañar a Ena por desenvainar la espada tan a la ligera, lo mejor sería parar aquí.”

“¿Pasos? ¿Puedes oírlos?”

“Las orejas de Ena son muy buenas, y no es sólo una persona, hay un hombre atrás suyo… Es muy probable que sea Kusanagi-san.”

Ena tomó su oreja con su mano mientras hablaba. Erica, sin embargo, no podía oír nada.

Por otro lado, ser capaz de reconocer a alguien por el sonido de sus pasos al igual que un perro, sólo puede ser descrito como un oído sobrehumano.

Una oponente inesperadamente problemática definitivamente había aparecido ante ella.

Erica disipó a Cuore di Leone. Sería imprudente luchar y buscar la victoria ante tal enemigo sin la preparación adecuada.

“De todos modos, ¿de qué Dios provino esa espada?”

“Ena ya lo dijo, es la Ama no Murakumo no Tsurugi, que Ena tomó prestada del abuelito. Si realmente quieres saberlo, intenta investigarlo — De todos modos, nos veremos de nuevo muy pronto.”

Agitando su mano cariñosamente, Ena giró para retirarse.

Mientras veía a su oponente marcharse, Erica decidido determinadamente iniciar el inmediato trabajo de inteligencia.

***

Esto sucedió después de que las figuras de Erica y Ena desaparecieran.

Las tres personas que quedaron atrás comenzaron a juntar los implementos de té en el club y los llevaron al fregadero para lavarlos.

De pronto Yuri mostró una expresión de preocupación mientras Godou y Liliana untaban el lavavajillas sobre la esponja.

“¿Qué sucede Mariya?”

“Ah, no. Sólo hay algo que me está causando preocupación. Lo siento, pero tengo que salir por un momento.”

Después de que Yuri saliera del lavadero, Godou repentinamente pensó en algo.

“Discúlpame Liliana, pero te dejaré el resto.”

“Sí, claro. Kusanagi Godou, ¿a dónde va?”

Godou no respondió mientras salía a perseguir a Yuri.

Yuri acababa de salir del bloque japonés y estaba a punto de entrar en el bosque. Con una expresión de sorpresa, ella cuestionó a Godou por haberla seguido.

“¡Godou-san! ¿¡Por qué me ha seguido!?”

“Bueno, sentí que Mariya estaba actuando un poco extraña… ¿Tal vez, hayas pensado en algo acerca de Erica y Seishuuin Ena?”

“En realidad no, pero de alguna manera siento que hay algo extraño en la atmósfera.”

Ambos se dirigieron hacia las profundidades del bosque con Yuri al frente y Godou siguiéndola detrás.

“Eh, ¿y qué clase de persona es Seishuuin Ena? Ella mencionó que era una de las Hime-Miko.”

“Eso es correcto. Ella es la heredera de una de las Cuatro Familias —la casa de los Seishuuin. Ella es la más destacada Hime-Miko que vigila Musashino, y también es mi amiga de la infancia.”

Las Cuatro Familias. Un término que nunca había oído antes.

“Seishuuin, Kuhoudzuka, Renjou y Sayanomiya — éstas son las cuatro antiguas familias que han estado utilizando sus poderes mágicos para servir a los emperadores a lo largo de la historia. Entre ellas, los Seishuuin se caracterizan por su fuerza en combate y su poder político, mientras que los Sayanomiya han formado el núcleo del grupo de expertos del Comité de Compilación Histórica… Haría falta mucho tiempo para explicar todo, así que dejemos el resto para otro momento.”

Yuri respondió fluidamente, pero se detuvo con una sonrisa forzada.

Dado que usaba términos muy especializados, al parecer Godou estaba perdido. En consideración por su confusión, Yuri decidió detenerse.

“Lo entiendo mejor ahora. De forma que en la facción de Mariya también hay todo tipo de complicaciones.”

“En realidad fue una sugerencia de Amakasu-san que no revelase demasiada información para evitar confundir mucho a Godou-san.”

“Eso está bien; de hecho, sigo bastante confundido.”

Los dos conversaron mientras se aventuraban en las profundidades del bosque y se encontraron con Erica.

“¿Se encuentra bien, Erica-san?”

Yuri había localizado a Erica con su Visión Espiritual, y ella corrió hacia Erica con una expresión de alivio.

Sin embargo, Ena estaba por ningún lado, ¿se marchó primero?

“No puedes preocuparte por mí sólo por esa mujer, ¿realmente es tan peligrosa? Si se trataba de una pelea entre nosotras dos, yo, Erica Blandelli estaría en desventaja, ¿es eso lo que predijiste, Yuri?”

De repente Erica cuestionó a la Hime-Miko que se acercó a ella.

“Ummm, eso…”

“Sobre el compañero de Seishuuin Ena, he tomado un gran interés en ese objeto. ¿Me permitirías preguntarte sobre algunos detalles suyos?”

Ante esta pregunta, Yuri bajó la cabeza.

En otras palabras, ella no podía responder, incluso si quisiera. Erica suspiró ante tal situación.

“De acuerdo, está bien, incluso si no puedes responderme, simplemente pensé que valía la pena intentarlo. No te preocupes. Igual tú Godou, no le preguntes a Yuri sobre esa chica. Creo que hay muchas cosas que encontrará difíciles de responder.”

Erica estaba hablando de una manera amistosa, como si estuviese preocupada por su hermana menor. Presumiblemente estaba siendo considerada con el estatus de Yuri como miembro de la organización Hime-Miko.

Fue durante ese momento que la Diavolo Rosso mostró una compasión impropia de su apodo.

Godou asintió con la cabeza.

“Así que, ¿a dónde fue Seishuuin?”

“Charlamos un rato, y luego se despidió, me pidió que cuidara de Yuri, eso es todo.”

“¿Ustedes dos no pelearon?”

“Por supuesto que no, por favor no me trates como un perro rabioso. ¿En verdad crees que no tengo ningún problema con morder al azar a las personas, independientemente de la situación?” Godou asintió ante el informe de Erica y decidió irse a casa.

Dejando a Yuri en camino al Santuario Nanao, Godou regresó al bloque japonés para encontrarse con Liliana.

La caballero de cabellos plateados estaba, naturalmente, muy molesta, y Godou la acompañó disculpándose hasta la puerta del colegio.

“De todos modos, hoy han pasado bastantes cosas, espero poder tomar un paseo tranquilo de vuelta a casa.”

Mientras Godou se quejaba consigo mismo, Erica y Liliana intercambiaron miradas y lo observaron de una manera sutil, como si hubiera dicho algo malo.

“Si tienen algo que decir sólo díganlo. Esto es incómodo.”

“Entonces me adelantaré. Kusanagi Godou, es una pena que lo único que esperaba no se realizara.”

“¿No te has dado cuenta de que este incidente será uno de tus más grandes retos?”

Al recibir tales respuestas de los caballeros azul y rojo, Godou sintió que su furia aumentaba.

(Ambas están hablando como si yo fuera una especie de idiota) ― Pero cuando su ira aumentaba, Godou finalmente lo notó.

(¡Qué tonto soy!, ¿cómo podría haberme olvidado de esa persona en particular?) Diez metros afuera de las puertas de la escuela.

Una pequeña niña estaba erguida muy severamente con el resplandor rojo de la puesta del sol a sus espaldas.

Era Kusanagi Shizuka, vestida con el uniforme de la escuela media.

La hermana menor que había escuchado las conversaciones en el cuarto del club en ese momento.

Su expresión facial no era visible por la puesta del sol a sus espaldas. Aunque incluso así, no había necesidad de verla. Después de todo, no había otra opción más que una cara llena de furia.

“Hermanita Shizuka, por favor, perdónalo sin importar qué excusas haga, ¿sí? No importa qué, un día Godou te mostrará la verdad… Por cierto, Lily y yo vamos a tomar otra ruta el día de hoy, así que dejaremos que ustedes dos, hermanos, vayan juntos, no hay problema―” Una sonrisa verdaderamente diabólica.

Godou sintió que su cuerpo era aplastado por las suaves palabras de Erica mientras hacía esa expresión.