Slayers (NL)

Volumen 2

Capitulo 2: Grotescos Guerreros se Arrastran en Atlas por la Noche

Parte 2

 

 

Estaba inquieta, no paraba de dar vueltas en la cama.

Me encontraba en una de las habitaciones de invitados de la casa de Lord Tarim. Se suponía que Gourry y yo nos turnaríamos para descansar, mientras nuestras cosas seguían guardadas en un hostal, pero me estaba costando mucho el poder pegar ojo.


Los asesinos suelen trabajar de noche, por razones obvias. Así que los guardaespaldas no pueden tomarse la noche libre como si tal cosa, y cumplir con su labor.

¿Que por qué dejamos nuestras cosas en un hostal? Bueno, mientras estemos contratados, proteger a Lord Tarim tiene que ser nuestra prioridad. Así que si, por ejemplo, alguien prendiera fuego a la mansión, no podría proteger a Lord Tarim, y poner mis cosas a salvo al mismo tiempo.

Puede parecer una precaución excesiva, o tonta, pero entre mis posesiones se encuentran objetos mágicos irremplazables… de un valor incalculable para cualquier aventurero. Una cosa era vender mis servicios, y otra arriesgar todo lo que tengo. ¡Ser hechicera es un trabajo que no sale barato!

Por supuesto siempre cabía la posibilidad de que el hostal donde guardaba mis cosas acabase ardiendo, pero si intentas cubrir todas y cada una de las posibles eventualidades, acabas volviéndote loco.

De todos modos no era mi preocupación por mis cosas lo que me impedía descansar. Era… un presentimiento, casi una premonición. Me pasa a veces, simplemente.

Publicidad G-M1



Estaba cansada, pero aunque me durmiese me despertaba poco después. Estaba segura de que los asesinos iban a atacar esa noche… ¡y tenía razón!

La habitación era algo extravagante para un simple guardaespaldas, supongo, pero Lord Tarim le quitó importancia diciendo que era un hedonista. Gourry dormía junto a los otros hombres cuando no estaba de guardia.

Me levanté y busqué mis zapatillas. Mis ropas eran más o menos las mismas que había llevado durante el día, excepto que había dejado mi capa junto a la cama, pues no me habría dejado descansar.

Estaba totalmente preparada para ocuparme de cualquier intruso. Por si acaso, desenvainé mi espada antes de salir de la habitación.

No es que hubiese notado nada sospechoso… pero tenía que usar el baño.

Varios hombres estaban durmiendo en el pasillo. Ya fuese de pie, acurrucados con una manta, o montando guardia, nunca se alejaban de sus espadas.

Caminé por el pasillo, con mucho cuidado para no pisar a nadie.

Aunque el clima era bastante cálido por el día, las noches en Atlas eran lo suficientemente frías como para necesitar una túnica o una manta. Pero para una escapada tan corta no me iba a parar a eso.

– Brrr… qué frío. – Dije antes de detenerme. Había notado una silueta extraña junto a una puerta cercana. A mi espalda, una bisagra chirrió. Había una extraña presencia acercándose.

Mmm, olvida eso. Más que una presencia era… un ambiente.

Había unos diez hombres montando guardia fuera pero, por supuesto, ninguno de ellos había notado nada inusual. Algo hizo que sintiera escalofríos, y no era por la temperatura. Sentía un aura muy extraña al otro lado de la puerta.

Un instante después, una sensación fría me recorrió la espalda, gritándome que saliese corriendo.

“¡Allí!”

Oí un ruido, como arañazos en algo de metal… con eso bastaba.

– ¡Levantaos, espabilad! ¡Todo el mundo arriba! ¡Nos atacan! ¡No es un simulacro, chavales!

Después de despertar a los hombres salí al exterior por la puerta más cercana. Podía oler la sangre en el aire. Las bajas aparecieron muy pronto. Las hojas de las espadas danzaban en la oscuridad, iluminadas sólo por la fugaz luz de la luna.

Slayers Volumen 2 Capítulo 2 Parte 2 Novela Ligera

 

Cuando se lucha en la oscuridad, la más temible amenaza suele venir de tus propios aliados. Si alguien atacaba por error a Rod o

Gourry, no se irían de rositas con un simple ‘uy, lo siento’, por lo que lancé varios hechizos Lighting por toda la zona.

Y entonces la vi. Una grotesca banda de asesinos nos estaba atacando.

Eran un total de diez gigantes. No quiero decir gigantes en el sentido de que fueran muy altos, pero si eran muy corpulentos. Sus brazos eran tan anchos como mi cintura. Con esos músculos podían usar mazas tan grandes como carretillas con una mano, y blandir espadas enormes con la otra. Imagínate lo efectivo que es ese tipo de fuerza en un combate. No había manera de superar físicamente a esos tíos.

Lo más raro es que todos ellos tenían la misma cara, exacta. Tenían unos veintidós años, y ni un solo pelo en la cabeza. Sus caras carecían de cualquier expresión. Ni alegría, ni rabia… nada.

Si tuviera que adivinar, juraría que eran homúnculos creados por Daymia.

Tal y como Lord Tarim había sugerido, si alguien que dedicaba a crear criaturas así se convirtiese en el presidente de la Asociación de Hechiceros, Atlas se ganaría una reputación horrible por todo el mundo, ¡desde Zephilia en el norte hasta la Alianza de Estados

Costeros en el sur! Pero no era momento de ponerse a pensar en las consecuencias.

Esos gigantes no eran los únicos que habían venido a por nosotros. Vi puntos rojos luminosos en la oscuridad que, gracias a mis hechizos Lighting, pude ver que en realidad eran los ojos de lobos gigantescos cubiertos de escamas y de incontables púas. Entre los lobos y los homúnculos, nuestros enemigos eran un total de catorce.

Nosotros teníamos la ventaja numérica. Pero estábamos en terrible desventaja en cuanto a la fuerza bruta. El poder y la confianza de mercenarios que trabajaban por algo de dinero extra en el bolsillo no eran rival para unos enemigos que existían sólo para luchar.

Daban igual los refuerzos que llegasen desde el interior de la mansión, los grotescos asesinos enviados por Daymia no mostraban ningún temor, ni se retiraban.

Por supuesto, en nuestro lado había guerreros muy buenos. Rod surgió de la oscuridad a toda velocidad. Mientras desenvainaba la espada de su espalda con una mano, cargó contra el homúnculo que iba delante. Cuando el bruto respondió blandiendo su propia espada hacia delante, Rod cambió su dirección bruscamente, atacando el flanco derecho del gigante.

La espada del homúnculo atravesó el aire, mientras que la de Rod cruzó el espacio desde su espalda, destellando al reflejar la luz de mis Lighting. Ambos hombres cruzaron el uno junto al otro. La maza del gigante golpeó el suelo con un gran estruendo, mientras su costado escupía sangre. De una sola pasada, Rod había cortado el brazo con el que el gigante usaba la maza, y había hecho una profunda herida en su castado. Pero…

El gigante aulló y levantó la espada una vez más. Aunque su herida era profunda, no parecía afectarle en lo más mínimo, y simplemente comenzó su contraataque.

“¿Será que no puede sentir dolor? ¿Ni siquiera al perder una extremidad?”

El gigante golpeó a la altura de la cabeza, pero Rod se agachó para luego alzarse de una manera muy elegante, su espada brillando con la sangre que la cubría tras atravesar al gigante de abajo a arriba.

Gourry entró también en escena, llevando tranquilamente su espada larga, y eligiendo su primer contrincante de forma aleatoria, al parecer. El desafortunado homúnculo levantó la espada. Dos haces de luz plateada brillaron mientras se oía el sonido del chocar del metal. A la primera oportunidad, Gourry atravesó la frente del gigante, llegando hasta el pecho.

El cadáver se estremeció, antes de derrumbarse.

– ¡Ostras! – Exclamó Gourry mientras daba un salto hacia atrás. Algo se había lanzado hacia su cara, pero Gourry lo interceptó con la espada, desviándolo contra el suelo.

Publicidad G-M2



Uno de los lobos cubiertos de escamas le había lanzado una de sus púas como si fuese una flecha. El lobo (¿era un lobo de verdad?) estaba respirando profundamente, preparándose para otro ataque.

Un momento después una tormenta de púas salió disparada hacia Gourry. Un soldado corriente habría acabado cubierto como un puercoespín. Por suerte, Gourry era mucho mejor.

– ¡Uh-uhhh! – Exclamó mientras se tiraba al suelo para evadir el ataque. Una vez que este acabó, se levantó y se lanzó hacia el lobo, que volvió a tomar aliento profundamente.

Gourry, decidido a no darle otra oportunidad para atacar, y mirándole fijamente a los ojos, como si se estuviera despidiendo, se lanzó al suelo para meterse entre sus patas, mientras sostenía la espada de modo que, al pasar, partió al lobo por la mitad.

El lobo estalló como un globo, salpicando en todas direcciones.

Lantz era un soldado más capaz de lo que yo pensaba. Se lanzó directo a por la garganta de uno de los gigantes, con su espada bastarda sujeta en ambas manos. Su espada chocó con la de su enemigo, pero Lantz se zafó girando sobre si mismo, liberando su mano derecha, y usando la izquierda para clavar la espada en la mandíbula inferior de su contrincante.

Justo antes de que el homúnculo se recuperara Lantz le golpeó desde el lado, haciendo que cayese de rodillas. Entonces el soldado acabó con él atravesándole el cerebro. Después, por si acaso, le golpeó la cabeza con la empuñadura hasta hacerla puré.

El estilo de Lantz mezclaba la lucha clásica con espadas con la pelea de borrachos en una trifulca de bar.

– ¡Vamos, bastardos! – Gritó Lantz –. ¡¿No queréis bailar?! – Mientras Lantz lanzaba su extraño grito de guerra, un lobo apareció ante él.

– La… la verdad es que estaba hablando con los otros. Los gigantes… – murmuró.

Publicidad M-M2

Como imaginarás, yo no estaba observando con los brazos cruzados mientras todo eso sucedía. Me hubiese gustado, pero a los asesinos no les habría parecido bien. Uno de los lobos cercamos empezó a inhalar con fuerza.

“¡Ostras!”

¡Intenté pensar a toda velocidad en el hechizo correcto para contrarrestar su ataque, mientras el lobo me disparaba todas las púas de su cuerpo de un golpe!

– ¡Diem Wind! – Grité, y el aire se condensó a mi alrededor, enviando una onda de choque hacia el lobo. Era un hechizo de viento bastante débil, ni siquiera era lo suficientemente fuerte para desequilibrar a un contrincante, pero lo bastante fuerte como para rechazar las púas. Al quedarse sin proyectiles, el lobo soltó un lastimero quejido.

– ¡Vamos!

– ¡Allí!

– ¡Toma esto! ¡Y eso, y eso!

Un grupo de mercenarios de nuestro bando desataron su furia y miedo contra el impotente lobo, atacándole con sus espadas, y dándole patadas.

Mientras observaba tan encantador espectáculo, vi una sombra a mi lado… ¡había un gigante detrás de mí! Me eché hacia un lado, esquivando por un pelo la espada del gigante. No me hizo ninguna gracia.

“¡Te vas a enterar, tramposo!”

Comencé a recitar un contraataque. Me agaché y puse las palmas de mis manos sobre el suelo.

– ¡Bephis Bring!

Era un hechizo que originalmente se creó para, invocando al espíritu de la tierra, cavar un túnel. Lo lancé directamente bajo los pies del gigante.

Al momento siguiente, su cuerpo se vio tragado por un profundo agujero, con sus manos tratando de agarrarse al aire. El agujero no era lo suficientemente profundo como para que la caída lo matase, pero si lo bastante como para evitar que saliese trepando.

– ¡Encargaos de acabar con este! – Grité a un par de mercenarios cercanos.

– ¡De acuerdo! – Contestaron.

No sé si le lapidaron a pedradas hasta la muerte, o si le rociaron de aceite antes de prenderle fuego pero, si hubiese tenido tiempo de verlo, seguro que habría sentido pena por el estúpido gigantón.

En ese momento percibí que alguien me observaba, y me giré.

Pude distinguir la silueta de alguien apoyada en una pared blanca cerca de la puerta principal. Llevaba una máscara blanca.

“¡Seigram!”

Me dirigí hacia el mazoku enmascarado.

– ¿Así que has decidido ignorar nuestro mensaje? Bueno… – Murmuró.

Me detuve delante de él, pero me di cuenta de algo que no había percibido la otra vez, y que me revolvió las entrañas.

Quizás era porque estaba un poquitín borracha la vez anterior, pero fuera por lo que fuese, en la noche de nuestro primer encuentro no me di cuenta que ese mazoku que estaba ante mí era uno de un rango bastante elevado.

Había imaginado que no me iba a costar acabar con Seigram con mi poder superior pero, ¿ahora? Tenía un montón de razones para pensar que sería afortunada si salía con vida de la pelea.

Por supuesto, sabía que podía acabar con él con mi arma secreta. Pero eso era muy peligroso… y pasarse un poco de la cuenta.

Si lo usaba había muchas posibilidades de que Atlas acabase convertida en un cráter. No habría problema si pudiese usar el hechizo individual Ra-Tilt, que destruye a un oponente desde el plano astral, pero no podía usarlo. ¡No lo había aprendido!

Verás, nunca antes había tenido necesidad de usarlo y… bueno… ¡no era muy espectacular que digamos! El Drag Slave mola mucho más, así que ese fue el que aprendí.

“¡No es momento de lamentarse! ¡Tengo que conseguirlo, sea como sea!”

– ¿Así que el tío de la media máscara se ha tomado el día libre? – Pregunté. Estaba bastante segura de que el llamado Gio estaba allí, en alguna parte, pero no le veía.

– Gio Gaea. No es mi cometido participar en esto. Se me ha ordenado sólo observar los resultados de la batalla.

– Te lo ha ordenado Daymia el Azul, ¿no?

Seigram respondió a mi pregunta sólo con el silencio.

Aunque invocar a alguien como Gio no requería demasiado talento, invocar a alguien como Seigram… eso necesitaba a un hechicero bastante competente.

Nos quedamos mirando el uno al otro en silencio.

“¿Quién va primero?”

Un sudor frío recorrió mi espalda. Entonces…

– ¿Te echo una mano? – Preguntó una voz totalmente carente de preocupación.

Supe quién era, incluso sin darme la vuelta

– ¿Cómo va todo por all1í, Gourry? – Pregunté sin dejar de mirar a Seigram.


– Bueno, Rod está con ellos, así que se las apañarán sin mi ayuda. Además, tú tienes a un tío-demonio por aquí.

“¿Un tío-demonio? Vaya términos, Gourry.”

Anduve hacia atrás hasta ponerme a su lado.

– ¿Y has venido a ayudarme? Vaya, Gourry, qué amable.

Aunque no estaba en posición de usar mis ataques más poderosos, el arma de Gourry tenía buena potencia. Pero antes de que me pusiera a pensar en un plan…

– Me temo que no puedo enfrentarme a vosotros en este momento. – Dijo Seigram con toda la calma del mundo.

– ¿Que tú qué…? – Contestamos Gourry y yo a la vez.

– Se me ha ordenado observar el resultado de esta batalla. No se me ha ordenado enfrentarme a vosotros. No tengo ni razones ni intención de hacerlo.

– ¿Pero qué puñetas dices? – Grité, enfadándome –. Vienes aquí con un ataque sorpresa con homúnculos enloquecidos y lobos quimera, ¡¿Y tienes los huevos de decir que no quieres pelear?! Bueno, quizás tú no, ¡pero nosotros sí!

– Ya veo. Entonces no me queda otra opción. – Dijo Seigram, dando un paso hacia delante. Gourry y yo dimos uno hacia atrás por instinto. Entonces…

El mazoku con la máscara blanca saltó, elevándose en el cielo. Un instante después, salió disparado.

¡Nos había engañado fingiendo que iba a atacar, para poder huir sin problemas!

– ¡Ah, no, ni de broma! – Salí corriendo tras él, persiguiendo su manto oscuro.

– ¡Lina, espera! – Dijo Gourry justo antes de unirse a la persecución.

Era plena noche, y la ciudad estaba muy silenciosa. Había nubes que tapaban la luz de la luna, así que sólo iluminaba las calles la luz de los hechizos Lighting.

Seigram iba muy rápido, atravesando el cielo nocturno. Por algún motivo su manto no hacía ningún sonido al ser agitado por el viento.

Gourry y yo sólo podíamos escuchar el sonido de nuestras pisadas, y el ritmo de nuestra propia respiración. Curiosamente en ese momento se me ocurrió un pensamiento muy extraño: era como intentar capturar un sueño.

El mazoku no se había fundido con las sombras como había hecho la otra noche. Quizás había supuesto que aunque éramos capaces de enfrentarnos a Gio, no éramos una amenaza para él. O quizás…

Quizás nos estaba atrayendo hacia alguna parte.

“¿Una trampa?”

Publicidad G-M1



Quizás a Gourry se le había ocurrido lo mismo… o simplemente tenía la mente en blanco. No podía adivinarlo por su expresión.

El camino que Seigram había escogido era extraño. En vez de intentar librarse de nosotros por los callejones, avanzábamos por la calle principal.

Entonces lo entendí.

“¡Vamos hacia casa de Daymia el Azul!”

La forma de Seigram desapareció en cuanto la silueta de la gigantesca mansión apareció ante nosotros.

“Lo sabía… ¡la mansión de Daymia!”

Aunque no había guardias en la entrada, pequeña en comparación con el lugar, había mucha luz filtrándose a través de las ventanas del edificio.


No me gustaba nada la situación. Era demasiado predecible. Cualquiera sabría que era una trampa muy obvia.

– Sabía que acabaríamos aquí. – Le dije a Gourry.

– ¿Sabes dónde estamos?

Publicidad M-M5

“No puede ser…”

Me sentí con ganas de caerme de rodillas ante la respuesta de Gourry.

– ¡Has estado aquí hoy mismo, memo! ¿Te acuerdas? ¡Lantz nos hacía de guía!

– ¿En serio? – Dijo mientras parecía pensar con mucho esfuerzo, y con los brazos cruzados –. Jeje, pero los edificios tienen otra pinta por la noche, ¿verdad? – Preguntó con total seriedad –. Entonces… ¿dónde estamos?

– E.n. c.a.s.a. d.e. D.a.y.m.i.a. – Dije lentamente, con la mandíbula apretada.

– ¡Ajá! – Dijo mientras chocaba el puño contra la palma de la otra mano, con fuerza –. ¡Lo que pensaba!

– ¿Te crees que tiene gracia? ¿Estás intentando hacer algún chiste a mi costa?


Porque, en serio Gourry, no estoy de humor… ¡vamos!

– ¿A dónde?

“¡¿Alguien más quiere ser mi compañero?! ¡¿Por favor?!”

– A. c.a.s.a. d.e. D.a.y.m.i.a., – repetí, a punto de explotar.

– Eh, pero… – Comenzó a decir con una cara muy seria –. Parece una trampa.

– ¡Ya lo sé! – Grité –. ¡Pues claro que es una trampa! Pero aunque lo sea, aunque nos hayan atraído aquí a propósito, no sabemos cuáles son sus intenciones, ¡¿verdad?! ¡Y sólo hay una manera de descubrirlas! Puede que te parezca una estupidez, ¡pero dejar que el miedo y la precaución dicten todos nuestros movimientos me parece aún más estúpido!

– Dije por encima del hombro mientras me ponía en marcha.

Gourry puso cuidadosamente una mano sobre ese mismo hombro.

“¿Eh…?”

– Lina… – Dijo en voz baja mirándome directamente a los ojos.

“Espera un momento, debería estar estar abochornado, no poniéndose tan serio de repente.”

Publicidad G-AB



– Lina, quiero que me escuches atentamente…

– ¿Q-qué? ¿Por qué te pones de repente tan… serio? – Hasta yo me daba cuenta de que me había puesto muy nerviosa, y se notaba al hablar.

– Lina, escúchame. Si montamos un follón en mitad de la noche vamos a tener problemas con los vecinos.

Mi silencioso puño explotó en su mandíbula.

“Listillo.”

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

0 Comentarios
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios