Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 7

Capítulo 1: Supongamos Que Un Niño De La Última Mazmorra De En Medio De La Nada Intenta Subir De Nivel En Una Ciudad En Mitad Del Juego

Parte 3

El tachi de Anzu ya estaba en la vaina y ella le sonrió. “¿Crees que puedes vencer mi técnica de espada iai?”

“¿Iai?” Abrió mucho los ojos. El taparrabos se le clavó en la grieta. “¿Era esa la última técnica del clan Kyounin, Three Door Iai? Nunca pensé que vería eso usado en Azami”.

“Bien descrito. Tú sabes tus cosas”.

“La primera vez que lo veo en persona”, dijo Allan, expresando su sorpresa a través de la exposición, como si estuviera en un manga de batalla shounen. “Ese rango es abrumador. No da oportunidad de cerrar la brecha”.

Merthophan no dijo nada. Él simplemente se quedó quieto, luciendo sombrío.

Anzu sonrió triunfalmente. “Supongo que las tornas ahora están cambiadas”, observó. “Si no tienes trucos, siéntete libre de rendi—”

“¡Extender taparrabos!”

“¡Aaaaaaaaah! ¡Quítame esta cosa asquerosa!”

El taparrabos de Merthophan se había disparado, tratando de envolver a Anzu. Consciente del estado de su ropa, hizo todo lo posible para evitarla, desesperación sin medida. Sorprendida por la naturaleza misma del ataque, logró evadir la captura.

“¡Tan cerca! Una pulgada más y te habría dejado indefensa”.

“¡¿Cuál es tu problema?! ¡Eso es más que sucio!”

“Estoy en desacuerdo. Ocultar la carta de triunfo de uno es una estrategia legítima”.

Eso no es lo que ella quiso decir con “sucio”…

“¡Deberías estar escondiendo todo! ¡Estás en tu maldita ropa interior!”

Cuando se le preguntó sobre su estado de ánimo más tarde, Anzu Kyounin diría: “Sin comentarios. Ni siquiera quiero recordarlo”. (Anzu se veía sombría.)

“—Lo supuse.”

“Para romper su postura… ¡Ese es un taparrabos increíble!”

Bueno, al menos Allan estaba impresionado. Esperemos que no intente copiarlo, no es que nadie más pueda hacerlo.

“Estás dentro de mi alcance. ¡Nunca más te burles del trabajo agrícola!” El taparrabos de Merthophan atrapó varias veces más a Anzu.

“¡Augh! Urp… ¡Euaghhh! ¡Basta, pervertido!”

La doncella ruborizada dentro de ella definitivamente estaba saliendo ahora. Si ese taparrabos la atrapaba, realmente estaría en un nivel de crisis que la haría “inmaculable”.

Anzu terminó huyendo de la escena a velocidades de velocista, gritando a todo pulmón.

“¡Tras ella, Allan! ¡No podemos permitir la violencia en las calles de Azami!” Merthophan se echó al hombro su azada, con el taparrabos extendido…

“¡Ex coronel! ¡Te escucho! ¡Pero por favor, póngase algo de ropa! ¡Como soldado activo, tampoco puedo permitir tu comportamiento actual!”

Allan corrió tras ellos, agarrando la ropa de Merthophan.

Mientras continuaba esta persecución, una cadete de Azami saltaba alegremente por las calles nocturnas del Lado Este.

Llevaba un brazalete rojo que la identificaba como estudiante de último año. Rasgos indomables, pechos incontenibles. El grupo de Lloyd la conocía como Micona Zol.

¿Su alegría fue causada por su libertad de las clases del día? Aparentemente no.

“¡Mwa-ha-ha! ¡Hoy es el día en que pillo a Marie bañándose!”

Esto requiere una explicación. Micona Zol estaba locamente enamorada de Marie, en un grado claramente inapropiado.

Ella era comparativamente racional cuando se trataba de asuntos que no involucraban a Marie o Lloyd (que se estaba quedando en la casa de Marie). Pero ella tendía a sacar rango y a involucrarse de las formas más desagradables.

Además, dentro de su cuerpo, albergaba el poder del señor demonio que era un treant, el Erlking, pero conservaba algunos jirones de cordura. Esto la convirtió en una curiosidad académica, al menos.

En ese momento, se dirigía a echar un vistazo al baño de Marie, el ritual diario de Micona, más allá de la dudosa intención. Al llegar a la tienda de Marie en el Lado Este, confirmó que salía vapor del baño y, con práctica facilidad y sin vacilación, se deslizó por la parte de atrás.

“¡Okay, okay! Hoy es el día en que finalmente puedo deleitar mis ojos con las extremidades flexibles de Marie… ¿Oh?”

La emoción cedió el paso a la respiración agitada, Micona… encontró a alguien más que ya estaba espiando.

“¿Oh? ¿Micona?

“… Selen Hemein”.

¿Cuáles eran las probabilidades? ¡Ambas fueron a la misma escuela!

Selen estaba aquí con un solo propósito: estaba vigilando, esperando el turno de Lloyd en los baños. En sus manos tenía un par de binoculares negros mate… un par demasiado imponente para ser equipo estándar para un soldado de patrulla.

““ …… ””

Sin necesidad de palabras, cada una sabía por qué la otra estaba allí.

Hubo un silencio incómodo, como estar en una tienda de juguetes sexuales y encontrarse con alguien que conocías pero que no te agradaba en particular.

Micona negó con la cabeza y abrazó a un koala a un árbol cercano.

“Bueno, siempre y cuando no nos interpongamos en el camino del otro… Pero mirar de frente corre un alto riesgo de ser detectado”.

Selen negó con la cabeza con orgullo. “No temas, Micona. Todas las mujeres saben cómo hacerse invisibles. No solo el acabado de estos binoculares es mate, sino que las lentes también están tratadas especialmente para minimizar los reflejos. Ningún destello perdido revelará mi posición”.

“… ¿Cuánto te han costado esos? ¿Cinco noventa?”

“Tres noventa. Regateé”.

“Pensé que cuatro sería la oferta más baja que aceptarían. Impresionante.”

“Impresionante”, ¿eh…? El conocimiento de Micona del mercado era bastante alarmante.

Selen infló su pecho, complacida por el cumplido, aunque espiar no era una actividad que mereciera cumplidos.

“Los elogios no te llevarán a ninguna parte, Micona. Pero si Marie se baña primero hoy, podría ver la manera de prestárselos”.

“… ¿En serio?”

“Sí. Y la ventana está abierta. La oportunidad de nuestra vida, para los dos”.

“Claramente, tenemos que trabajar juntas”.

Esto suena como una hermosa historia de rivales trabajando juntos, excepto que están aquí para echar un vistazo a sus enamoramientos.

Y mientras hablaban, alguien entró al baño.

“¡Él está aquí! ¡Aquí, aquí, aquí! ¡Whoo-hoo! ¡Yeehaw!” Selen vitoreó en voz baja, jadeando.

Micona le lanzó una mirada horrorizada. “Me avergüenzo de solo mirarte…”

“Yippee… Oh, no importa, es Marie”, dijo en voz baja.

Esto cambió por completo los modales de Micona. Hizo una seña a Selen para un pase binocular como una estrella de fútbol egocéntrica. “¡Oye, dame esos! ¡Date prisa, date prisa, date prisa!” (Esto fue dicho en tono bajo).

“Lo sé. Toma.”

“Yahoo! ¡Yowsers! ¡Yee-to-the-yay-to-the-haw!” (Lo más silenciosamente posible.)

“No veo por qué están todos tan alterados. Hablando de avergonzarse…” Ella eres tú de hace cuatro segundos.

Mientras tanto, la silueta curvilínea de Marie se movía al otro lado del vapor. Micona se estaba acercando a la máxima excitación, luchando desesperadamente contra el impulso de soplar esa nube de vapor, con los ojos bien abiertos hacia los binoculares, lista para grabar la imagen en sus retinas.

Pero este momento de dicha fue destruido de la manera más inesperada. “¡Auuugh! ¡Corraaaaaaaaan! ¡Pervertido sueltooooooooo!”

Abriéndose paso a través de los edificios de más allá, Anzu irrumpió en la fiesta de los mirones.

“¿Q-Que—? ¡Ay!”

“¿Una espadachina enmascarada? ¡Hngg!”

Anzu entró ya fuera de balance. Chocó contra Micona, que estaba aferrada al árbol, luego pisoteó a Selen, que estaba tendida en la hierba.

Claramente no esperaba que hubiera gente escondida aquí, por lo que rápidamente se disculpó con las dos mirones.

“Argh, owww… Sí, ¿te pisé? ¡Mi error! Nunca pensé que habría alguien aquí… y estoy siendo perseguida por un degenerado, ¡así que tengo que correr!”

Todo esto fue entregado a todo pulmón, haciendo eco en el espacio detrás de la tienda.

“Owww… ¿Quién era esa? ¿Por qué estaba gritando? Preguntó Selen. En el baño, Marie había escuchado esos gritos y la sacudió.

“¿Eh? ¿A qué se debió todo eso? ¿Un pervertido? ¡Qué terrorífico! Será mejor que cierre esta ventana”, murmuró.

La ventana se cerró de golpe.

Micona cayó al suelo, como si la entrada al paraíso se hubiera cerrado ante sus propios ojos.

“No… nooo…”

¡Había estado tan cerca…! La desesperación en el rostro de Micona era como la de un estudiante de escuela primaria que había olvidado por completo su tarea de verano y ahora estaba apilada frente a ellos el 31 de agosto.

“Siento tu dolor, Micona”, se compadeció de su compañera acosadora. “Pero tendrás otra oportunidad. Todavía tenemos estos prismáticos de primer nivel y, pronto, algún día…”

Pero la expresión de Micona se volvió aún más trágica. Señaló los pies de Anzu.

“¿Mis pies?” Dijo Anzu. “Escuché un ruido extraño… ¿Pisé algo?” Ella se movió y se oyó un crujido de vidrio al romperse.

Todos miraron… y vieron la vista de los prismáticos de ganga favoritos de Selen, pulverizados.

“N-Nooo… Mis tres noventa…” Selen se puso de rodillas.

A lo lejos, escucharon el bramido de Merthophan. “¡¿Dónde estás?! ¡No hay forma de escapar de la ira de un granjero!”

“¡Póngase la ropa, ex coronel!”

“Mierda,” susurró Anzu, preparándose para correr. “¡L-Lo siento, pero tengo que saltar! ¡Te lo pagaré más tarde, lo prometo!”

¿Cuándo se realizaría este pago? Ni Selen ni Micona vieron que eso sucediera. Y ella había hecho todo lo posible por echar un vistazo, por lo que estaban listos para obtener un pago de otro tipo.

“¿Crees que puedes irte?”

“Entonces eres un tonto”.

Poder de doble acosadora. Su ira estaba hirviendo sobre la superficie.

“¡Te prometo que te pagaré! ¡Confía en mí! ¡Déjame ir!” Suplicó Anzu.

Ninguna de las dos prestó atención a sus palabras. Sus ojos se volvieron súper muertos.

“Vamos a cortarla en pedazos, Micona Zol”.

“Sí, ella puede fertilizar la hierba de este lote, Selen Hemein”.

Ante las innegables amenazas a su vida, Anzu instantáneamente adoptó una postura de combate. “C-Claramente, no sois chicas normales…”

“Vamos a filetearla”.

“Si la dejamos remojar en la tina durante la noche, será más fácil recolectar los nutrientes”.

“¡Maldita sea! ¡Eso es un desastre!” Anzu sacó su tachi, esperando luchar para salir de este atasco.

Pero… ¡chasquido!

“¡Wah! ¡¿Qué pasa con el cinturón?!”

Selen llevaba un cinturón maldito poseído por Vritra e intentaba agarrar la espada.

“¡Vritra! ¡Átala!”

“¡Si señora!”

Ambos extremos del cinturón vinieron tras ella, pero Anzu logró esquivarlos a ambos, saltando hacia atrás.

“¿Que—? ¿Eres la Princesa del Cinturón Maldito? ¡¿El legendario señor feudal?! De todas las personas con las que chocar… ”

“Sí”, se jactó Micona. “¡Y yo soy la famosa cabeza de segundo año de la academia militar, Micona Zol!”

“… Sí, nunca he oído hablar de ti. ¿Qué es una ‘cabeza’? ¿Cómo un presidente de clase o algo así?”

No era exactamente un título reconocible. La diferencia de fama entre la leyenda de los lores locales y un presidente de clase era como el día y la noche.

Micona nunca se tomó bien este tipo de cosas. Estaba temblando como una hoja.

“¿No solo cerraste las puertas del cielo, sino que también me tratas con abierto desprecio? … Claro, puede que no sea tan famoso como Allan Toin Lidocaine, Selen Hemein o Lloyd Belladonna… La clase que tengo ante mí acapara toda la gloria. No importa cuánto trabajo, esto es todo lo que obtengo. Bien podría cambiar mi nombre a Micona Segundona”.

Se había hundido en una depresión total. ¡Qué desagradable!

Anzu buscó una ruta de escape, con toda su atención en Selen. Vio un camino a través de los árboles lo suficientemente ancho para que ella se deslizara, y la carretera principal más allá. Su expresión se iluminó.

“Si paso por allí… ¡Correcto!” Dio un golpe para empujar a Selen hacia atrás y se volvió para correr.

Un nuevo árbol brotó en el hueco al que se dirigía. No todos los días crecían árboles nuevos ante tus propios ojos, y Anzu soltó un chillido ahogado.

“¡Eeep! ¿Q-Que—? Ella miró el árbol, desconcertada. No creció del suelo, sino de Micona. “¿E-Eres… incluso humano?”

Micona ya estaba frunciendo el ceño, y este insulto solo se sumó a su rabia.

“¡Claro que lo soy! ¡Soy una chica normal que simplemente tiene un parásito de treant viviendo dentro de mí!”

“¡¿Cómo es eso normaaaaaaaal?! ¡¿Cómo es que eso ‘simplemente tiene’?! ¡Aiieeeee! ”

Antes incluso de que Anzu terminara de hablar, una raíz se envolvió alrededor de su pie, elevándola en el aire. Pero incluso boca abajo, se soltó fácilmente y escapó, aterrizando erguida.

Cuando se le preguntó sobre su estado de ánimo más tarde, Anzu Kyounin diría: “Sus ojos estaban llenos de oscuridad, listos para reclamar mi vida”.

“—Entiendo que has luchado con cosas con gusanos desde entonces”.

“No solo cosas con gusanos. Se sabe que me estremezco compulsivamente al ver los cinturones y las raíces de los árboles”.

“—Tienes mis condolencias.”

“En serio, no es gracioso…”

Alguien de quien ella nunca había oído hablar estaba lanzando treants, y esa extravagancia la hizo girar la cabeza. Y lo último en extravagancia, Merthophan, finalmente la alcanzó.

“¡Ahí tienes! ¡Ve a buscarla, taparrabos!”

Su ropa interior se deslizó a través de los árboles, agarrándose a Anzu.

“¡No es divertido en absoluto! ¡¿Qué le pasa a este país?!” Balanceó su tachi salvajemente, como un niño tratando de mantener alejadas a las moscas. Claramente estaba más allá de su límite.

Un hombre taparrabos, una leyenda maldita y un treant además: Azami era un tesoro de personas locas.

Pero en lugar de detenerse a maravillarse, tuvo que escapar. Usó su habilidad con la espada para talar varios árboles, abriendo a la fuerza una ruta de escape, y corrió como un conejo.

“¡No te vas a escapar!”

“¡Prueba el poder de la cabeza de clase!”

“¡Taparrabo! ¡Taparrabo!”

Taparrabos, cinturones y raíces de treant: las tres armas más retorcidas de Azami, todas pisándole los talones…

Mientras tanto, en un callejón en el Lado Norte, un área llena de tiendas, que atiende a los recién llegados que ingresan por la puerta principal de la ciudad…

Después del anochecer, había poca gente en las carreteras secundarias, y el estruendo de las principales vías de arrastre sonaba muy lejano. Una mujer caminaba por uno de estos callejones. Llevaba un uniforme de cadete y lucía un brazo voluminoso de mithril a pesar de su esbelta figura: Riho.

Tenía una bolsa de papel bastante grande en los brazos y estaba alerta. Con sus características malvadas, parecía totalmente como si estuviera en camino a un oscuro negocio en un callejón sin salida.

“No hay nadie alrededor, ¿eh…?”

Cuando estuvo segura de que estaba absolutamente sola, abrió la bolsa y sacó algo.

Dentro estaba…

“Heh-heh-heh… ¡Recién salido de la freidora!”

—Donas. De todo, desde rosquillas con chispas de chocolate hasta espolvoreadas con azúcar de canela, una bolsa llena de deliciosos manjares.

“Quiero decir, solo iba a comprar algunos encurtidos, pero… tenían una oferta, así que… no soy exactamente del tipo de donas, ¡pero no puedo dejar pasar una ganga!”

Nadie escuchó sus excusas.

A Riho le encantaban las donas, pero había escuchado suficientes golpes de otras personas (¿no pareces del tipo, o no son de esas para chicas femeninas?) Que terminó comprándolos y comiéndolos en secreto.

Y estaba comprando encurtidos, que ni siquiera le gustaban, para disfrazar su compra. Como chicos adolescentes que esconden pornografía entre otras dos revistas en la caja registradora.

Para meter más donas, se había quedado sin comer y había estado apática todo el día. Ella fue muy intensa sobre todo esto.

Con los ojos brillantes, miró dentro de la bolsa. “¿Cuál debería probar primero?”

“…… El chocolate es una apuesta segura”.

“¡Lo sé! ¡Las donas de chocolate son las mejores! ¡Pero voy a ir con natillas rellenas!”

“…… ¿Por qué?”

“¡Esa tienda usa huevos frescos de la granja! También venden los huevos… ¡Auuuugh! ¡¿Phyllo?! ¡¿Por qué estás aquí?!”

La reacción de Riho fue tan dramática como la de un actor. Phyllo permaneció estoicamente impasible. “…… Mm.”

“¡’Mm’ no explica nada!”

“…… Parecías apático… me preocupé. Me alegro de que estés bien”.

“Oh… cierto.”

Esa fue una buena razón para seguir a alguien. Riho se rascó la cabeza con torpeza. El hambre era el mejor condimento, pero llevarlo a tal extremo que la gente la siguiera a su casa fue quizás un poco excesivo.

“Lo siento, no fue mi intención causar preocupación”.

“…… Solo les diré a todos los que estaban preocupados que estabas comiendo muchas donas… pero tenías miedo de que te hicieran engordar, así que no comiste nada en todo el día… Incluso te comportas como una niña a veces… ”

“¡Oye! ¡Para! ¡No hagas eso! ¡Tengo una reputación que mantener! ¡Ese último comentario especialmente!”

“… ¿Por qué? Tú eres una chica. Puedes saberlo mirando y la vislumbre de un lado más suave solo aumenta tu atractivo”.

“¡¿El lado más suave?! Auuugh…” Riho se puso rojo brillante, pero Phyllo se veía desamparado.

“…… Aunque no tengo ningún atractivo”.

“Eso no es cierto; tienes mucho. Quiero decir, ¡eres casi tan fuerte como el propio Lloyd!”

”     Mm.”

El cumplido pareció desinflarla aún más. Riho se dio cuenta de que algo podía estar realmente mal aquí. Decidió que las donas podían esperar.

“¿Qué pasa? No es propio de ti ser tan duro contigo mismo. Para bien o para mal, normalmente no dejas que nada te desanime”.

“…… Sólo me siento agotada. Creo. Cuerpo y mente… se sienten aburridos”.

“Agotada, ¿eh? ¿No es esa la razón que dan los idiotas para dejar sus trabajos corporativos cuando no pueden deshacerse de la mentalidad de los estudiantes?”

“…… Eso suena un poco injusto.” Luego intentó explicar la base de su afirmación. “… Encontramos a mamá… y supimos quién era nuestro papá…Quizás por eso”.

Durante el rodaje de una película en Rokujou, Phyllo y su hermana mayor, Mena, habían rescatado a su madre de una maldición lanzada por un sindicato del crimen y habían restaurado a su familia.