Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 11: El Hijo del Héroe

Capitulo 11: Estilo Japonés

Parte 13

Despojé a los cien hombres tigre de su magia de fortalecimiento y volví ese mana contra ellos. Se sintió bien finalmente usar Soul Shaker para el propósito previsto. Muy bien, al menos logré recuperar todo el mana que gasté durante la pelea. De los hombres tigre que habían sido derribados, la mitad logró ponerse de pie tambaleándose. A pesar de lo demacrados que estaban, levantaron los puños.

“¡Ese es el tipo de agallas que quiero ver de los guardianes de estos artefactos!” aplaudí.

Usé un lanzamiento por encima de la cabeza para arrojar al primer hombre tigre detrás de mí y luego usé una combinación de otras técnicas de lanzamiento para despachar al resto. Nubes de polvo y grava llenaron el aire mientras los hombres tigre que caían aplastaban aún más el suelo pulverizado. De vez en cuando uno de sus ataques lograba alcanzarme, pero sus patadas carecían de peso y sus puñetazos no eran tan afilados como antes.

Mientras continuaba tirándolos por todos lados, grité, “¡No se asusten por lo que estoy haciendo! ¡Un Valkaan real es mil veces más fuerte que esto!”

“¡Estás pidiendo lo imposible, hombre!”

“¡No hay forma de que podamos ganar!”

Aunque hablo en serio cuando digo que los Héroes son mucho más fuertes que yo. Mirando a mi alrededor, me di cuenta de que el único hombre tigre que aún estaba en la arena era Elmersia. Como cualquier buen mago, había estado conjurando desesperadamente todo este tiempo.

“Furiosa luna carmesí, lluvia arrasante… ¡Oh, olvídalo!”

Sin embargo, parecía que ahora incluso ella se estaba rindiendo. Supongo que no puedo culparla. Simplemente absorbí todo el mana que estaba tratando de usar.

Para usar una analogía más moderna, fue como si ella hubiera ido al refrigerador para sacar un poco de pudín, pero luego se lo arrebaté de las manos en el momento en que abrió la tapa. Nada era más frustrante para un mago que le robaran mana delante de sus narices.

Elmersia me fulminó con la mirada. Entendí cómo se sentía, pero la clave para una batalla de magos era asegurarse de que el otro lado no pudiera conjurar. Se acercó lentamente, con una mirada cada vez más intensa.

“Bien. ¡Veamos cómo manejas mi carta de triunfo! ¡Spirit Blade!”

Elmersia y yo éramos maestros de la magia de fortalecimiento, así que pude leer fácilmente su próximo movimiento. Se detuvo a poca distancia de mí y conjuró, “¡Garras de mis antepasados! Desciendan a mí y…”

Levantó las garras en alto.

“Desciendan a mí…”

Lo intentó de nuevo.

“…¿A mí?”

Pero su hechizo no funcionó. Mientras no pudiera reunir maná, no podría usar su carta de triunfo. No importaba lo fuerte que fuera.

Elmersia rechinó los dientes en señal de frustración, lo que hizo que las cosas fueran más incómodas. Era doblemente incómodo, ya que yo era capaz de conjurar ese mismo hechizo sin un encantamiento. La Maestra me había inculcado en la cabeza que los únicos hechizos que podían ayudar a un mago en combate eran los que podían lanzarse al instante. La mayoría de las veces, no había tiempo para conjurar un encantamiento en el campo de batalla.

“Elmersia.”

“¡¿Qué?!”

“¿Es este el hechizo que estabas tratando de usar?”

Bajé mis garras y un pilar distante se cortó por la mitad. El segmento superior se deslizó al suelo con un estruendo estrepitoso. El hechizo era extremadamente poderoso y, a menudo, mataba instantáneamente a mis enemigos, razón por la cual no lo había usado para esta pelea. El principio que lo impulsaba era el mismo que le había permitido a Arshes usar su espada de mana. Por supuesto, mi versión era mucho más débil que la suya.

Elmersia dio un paso atrás y gritó, “¿Cómo es tan poderoso…? ¡Sí, es cierto! ¡Ese es el hechizo que estaba tratando de usar! ¡¿Tienes algún problema con eso?!”

Realmente no. Así que por favor deja de mirarme así.

El anciano, que había estado viendo el Duelo Divino todo este tiempo, suspiró y dijo, “Ya es suficiente, Elmersia. El vencedor de este duelo hace tiempo que se decidió.”

“Anciano…”

“No molestes más a Veight.” El anciano levantó ambas manos en el aire y declaró, “¡Este duelo ha terminado! ¡El vencedor es Veight!”

Recibí unos cuantos golpes dolorosos, pero fue una pelea bastante divertida. Me gustaría volver a hacer esto en algún momento.

***

Desafortunadamente, el tiempo de diversión había terminado. Mi verdadero trabajo comenzaba ahora. Esta era mi mejor oportunidad para hacer valer mi punto de vista.

Cuando el anciano se acercó, me incliné y dije, “Gracias por concederme la oportunidad de intentar un Duelo Divino.”

“Este… bueno… Para ser franco, no pensé que fueras tan fuerte.”

El anciano se frotó la frente con torpeza mientras Elmersia preguntaba, “¿De verdad no eres un Valkaan, Veight?”

“No lo soy, de verdad.” Sacudí la cabeza y agregué, “Sé que parezco fuerte, pero no duraría ni diez segundos contra uno real. Probablemente me destruirían con un solo ataque. Ni siquiera cien de mí podrían igualar a uno.”

“De ninguna manera…”

Digo, los cálculos demuestran que los verdaderos Dioses de la Guerra tienen más de cien veces mi mana. No hay forma de que pueda vencer a uno. La única razón por la que vencí a Arshes fue porque Friedensrichter casi lo había acabado. Si no hubiera estado al borde de la muerte, un simple hombre lobo como yo no habría tenido ninguna posibilidad. Estos hombres tigre eran los guardianes de los artefactos que daban origen a los Dioses de la Guerra, pero no habían visto lo que podía hacer uno real. En ese sentido, se podría decir que habían hecho un buen trabajo salvaguardando los artefactos, pero esa es precisamente la razón por la que ignoraban la fuerza de un verdadero Héroe o Señor Demonio.

Les conté sobre la batalla que había presenciado en el castillo de Grenschtat. Les indiqué lo increíblemente fuertes que habían sido Arshes y Friedensrichter.

“Si nace un verdadero Dios de la Guerra, un Valkaan, nadie podrá detenerlo. Ni si quiera yo. ¿Entienden ahora lo importantes que son las reliquias que protegen?”

Los hombres tigre intercambiaron miradas silenciosas. Acababa de derrotar a cien de sus mejores guerreros. Los demonios se rendían por instinto ante los más fuertes. Los miembros mayores del clan fruncieron el ceño, pero finalmente asintieron entre sí.

Al ver que se había alcanzado un consenso, el anciano dijo, “Acabas de derrotar a un centenar de miembros de mi clan, ya no tengo ninguna razón para dudar de tu fuerza. Acepto que estos artefactos son más aterradores de lo que pensamos.” Dejó escapar un pequeño suspiro. “Me duele renunciar al deber que hemos considerado un honor durante tanto tiempo, pero como eres más fuerte, haremos lo que deseas.”

“Tienes mi agradecimiento.” Me incliné y agregué, “Pero la verdadera amenaza por la que deberías preocuparte no son los Dioses de la Guerra.”

“¿Entonces qué es?”

Sonreí tristemente mientras examinaba los recuerdos de mi vida pasada.

“Humanos. No hay raza por ahí más aterradora o más persistente que los humanos. Dentro de cien o doscientos años, les garantizo que serán la fuerza más poderosa del mundo. Los hombres lobo, los hombres tigre y todas las demás razas de demonios no podrán hacerles frente.”

Ningún ejército demoníaco tendría una oportunidad contra una nación humana modernizada. Podrían compensar fácilmente la diferencia de fuerza con un equipo poderoso y su población crecía más rápido que cualquier otra raza inteligente. Tal como estaban las cosas, los Blast Rifles eran lo suficientemente poderosos como para matar instantáneamente a los hombres lobo.

Nuestra fuerza superior ya no era una ventaja contra la gente de Rolmund, como mínimo. Si cualquier nación se modernizara, usarían como armas los artefactos de creación de Dioses de la Guerra de formas mucho más horribles que en el pasado.

Por ejemplo, sería bastante fácil modificar uno de esos en una bomba mágica con tanta fuerza destructiva como una bomba nuclear y luego arrojarla sobre una ciudad. Incluso si no llegaran tan lejos, podrían usarlo como fuente de energía para sobrecargar los Blast Rifles o los Blast Canes de decenas de miles de soldados. Ya existían ciertos artefactos como el Legado de Draulight que habían sido diseñados como armas estratégicas desde el principio.

“El ejército demoníaco está investigando estos artefactos para asegurarse de que no se produzcan más tragedias a causa de ellos. Uno de nuestros objetivos es encontrar tantos de ellos como podamos y sellar sus poderes.”

“Ya veo…” El anciano asintió y luego me hizo una seña. “Muy bien. Te guiaré hasta donde los tenemos.”

Lo seguí fuera del templo.

“Estas ruinas tienen cerca de mil años y no son un lugar seguro para guardar artefactos poderosos. Por eso construimos una nueva bóveda en la cima de la montaña.”

El anciano se transformó y estiró la espalda. A pesar de su edad, parecía bastante imponente en su estado transformado. Parece bastante fuerte. Él sonrió, mostrando sus colmillos.

“¿Te apetece una carrera corta, Veight? Como este es un territorio sagrado, me temo que no podemos llevar a nadie más con nosotros. Seremos solos tú y yo.”

Mientras decía eso, el anciano saltó a las ramas de un árbol cercano.

“Muy bien, ya han oído al hombre. Volveré pronto, así que quédense aquí por ahora”, les dije a mis hombres lobo y luego perseguí al anciano.

***

Vi varios tótems tallados en las rocas que había a lo largo del camino por el que me llevó el anciano. Solo los magos podrían saberlo, pero esos tótems estaban allí para crear una barrera especial. Si bien los tótems habían sido grabados profundamente en las rocas, eran bastante viejos y podía decir que habían sido reparados varias veces a lo largo de los años.

“Esto es una barrera, ¿no?”

“Sí. Alerta a todos los hombres tigre de la montaña cada vez que algún humano o demonio cruza su umbral. Nadie vivo sabe cómo hacer esto, así que confiamos en Elmersia y los otros magos para mantener los tótems que todavía tenemos.”

Los hechizos de barrera eran una de las formas básicas para que los magos protegieran su investigación, por lo que la mayoría de los magos en Meraldia conocían al menos algunos. Incluso yo podría hacer algunas barreras sencillas. Parecía que las tribus de las montañas habían perdido todo su antiguo conocimiento mágico. Sabía que era de mala educación pensar esto, pero realmente eran demasiado ignorantes para quedarse a cargo de un alijo de poderosos artefactos. Ni siquiera tenían un especialista en magia que pudiera crear nuevos tótems si los viejos se rompieran.

La elevación del Monte Kayankaka era bastante alta y, a medida que nos acercábamos a la cima, los árboles empezaron a pasar de caducifolios a coníferas. También había muchos menos de ellos y podía ver el cielo nocturno claramente desde aquí.

Mientras saltaba de roca en roca, el anciano murmuró, “Me di cuenta… de que estás mirando más allá de nosotros. Tus preocupaciones son por un futuro que ninguno de nosotros puede siquiera visualizar.”

“Sí, me lo dicen mucho. Sé que es extraño.”

“No puedo entender por qué puedes ver tan lejos, pero… quizás por eso todos los Señores Demonio de Meraldia te valoraban tanto.” El anciano asintió pesadamente para sí mismo. “Si subes a esta montaña, puedes ver la tierra que se extiende debajo de ti, pero la subida en sí es bastante difícil. En las alturas más bajas, los árboles bloquean el camino y aquí arriba los vientos y los escarpados acantilados significan la muerte instantánea si no se pisa con cuidado. Además, la cima es nuestro santuario sagrado e incluso los miembros de nuestro clan necesitan permiso para realizar esta subida.”

Esta es definitivamente una montaña alta. Apuesto a que la vista desde la cima es preciosa. Ya estamos tan alto que esta niebla podría ser solo el interior de una nube.

El anciano agregó, “Solo aquellos que superan numerosas pruebas y continuamente pulen sus habilidades pueden llegar a la cima. Si realmente hay una vista visible solo para aquellos que han soportado tales dificultades, entonces estoy seguro de que eres uno de los pocos que puede verla.”

“Es un honor escuchar eso, pero realmente me estás sobreestimando.”

Ruborizándome un poco, miré detrás de mí. El cielo estaba comenzando a iluminarse y pude distinguir vagamente el paisaje de abajo. Numerosos arroyos zigzagueaban a través del bosque como serpientes, uniéndose en la fuente del Mejire. Aunque las dos vistas no se parecían en nada, me acordé de la vez que escalé el Monte Fuji en la Tierra. Esta era realmente una vista espectacular.

***

Había una pequeña cueva dentro de uno de los acantilados cerca de la cima. Era bastante pequeña y parecía que podía ser natural. Incluso un montón de huesos de animales desgastados cubrían el suelo.

“La hemos disfrazado para que parezca un nido de leopardo peñón. Ninguna persona kuwolese en su sano juicio se acercaría a uno. Saben que se los comerían vivos.”

“Ya veo.”

Disfrazarla como un nido de monstruos era un camuflaje bastante inteligente. Estaba completamente oscuro dentro de la cueva, pero para mi visión mejorada de hombre lobo, parecía una habitación con poca luz. Había un pasaje oculto a mitad de camino, que conducía a una robusta puerta de metal. Mi suposición era que los artefactos estaban guardados detrás de ella.

“Entra, Veight. Como guardián de Kayankaka y anciano de la tribu de los hombres tigre, te concedo permiso para entrar en esta bóveda.”

“Gracias.”

Le di las gracias al anciano y luego abrí la puerta. En el momento en que entré, mi mandíbula se abrió. Me imaginé por la historia del anciano que había más que unos pocos, ¡pero hay como cien de ellos aquí! Los había de todas las formas y tamaños. Algunos tenían forma de cáliz, otras de espada y otras de casco. También había muchos que parecían bolas de cristal.

“…¿Estos son todos, anciano?”

“Sí. Aunque la mayoría ya no se pueden utilizar. Nuestros antepasados ​​creían que eran demasiado poderosos para ser controlados y, por lo tanto, los desactivaron.”

Apuesto a que hubo un montón que se activaron por sí mismos como el Legado de Draulight. El anciano comenzó a hurgar en la pila en busca de los restantes que aún estaban funcionando, pero personalmente, estaba más interesado en los rotos. Sus crestas mágicas brillaban, lo que confirmaba que todavía funcionaban, solo que estaban en modo de espera. Tuve mucho cuidado de no tocar ninguno de ellos y comencé a analizar los circuitos mágicos que contenían.

“Veight, los artefactos que estás buscando son… ¿Veight?”

Espera un segundo, estoy al borde de un gran avance.

“Anciano, esto es asombroso. La forma en que se desactivaron estos artefactos fue magistral. No hubo una sola decisión inútil.”

“Uhh…”

Señalé uno de los artefactos al anciano. Era una espada con una pequeña cresta que brillaba en el centro de la hoja.

“Solo dos de los círculos mágicos que componen el circuito completo han sido borrados aquí. Esta espada nunca se activará, pero si quisiéramos repararla, podríamos hacerlo fácilmente. Debido al contenido de los círculos que la rodean, solo hay un círculo potencial que podría completar este circuito.”

“¿Y-Ya veo?”

El anciano no tenía demasiados conocimientos de magia, por lo que no estaba tan emocionado como yo. Molesto por su tibia reacción, le expliqué, “¡Esto prueba que tus antepasados ​​eran magos extremadamente hábiles!”

“Lo siento, pero no entiendo muy bien la magia…”

Muy bien, es hora de dar clases.

“Los hombres tigre de antaño destruyeron estos artefactos de tal manera que nunca se activarían por sí mismos, ni nadie más podría abusar de ellos. Sin embargo, al mismo tiempo, lo hicieron con la mayor precisión posible para que sus descendientes aún pudieran obtener valiosos conocimientos de ellos.”

Con un tesoro de este tamaño, sería posible analizar cómo recrear este tipo de artefactos.

“¿No ves lo asombroso que es esto? ¡Mira! Por ejemplo, ¡la capacidad de mana para todos estos está escrita en un lenguaje sencillo!”

“Uh-huh…”

“Todavía no sabemos exactamente cuánto mana se necesita para dar nacimiento a un Valkaan, pero si investigamos todos los artefactos almacenados aquí, podríamos encontrar una respuesta a esa pregunta. O si no, ¡al menos algunas pistas!”

Incluso el artefacto con la capacidad de mana más pequeña debería poder almacenar al menos suficiente mana para crear un Dios de la Guerra, por lo que podríamos usar eso como base.

Para impresionar al anciano sobre el increíble valor de este rimero, le expliqué, “Este no es solo un lugar para sellar reliquias del pasado. Es una mina de oro de información. ¡El conocimiento resguardado aquí puede cambiar el futuro!”

“¿Puede?”

“Absolutamente. Incluso si no hacemos Dioses de la Guerra, la sabiduría que podemos extraer de esto es suficiente para transformar la sociedad.”

“Oho…” musitó el anciano, acariciando su barba. “Eso suena bastante emocionante. Pero al mismo tiempo, es una responsabilidad bastante pesada.”

Finalmente, lo entiendes. Después de discutir las cosas con el anciano, me permitió enviar a un topógrafo aquí más tarde para catalogar todo correctamente. Probablemente debería convencerlo de que las defensas alrededor del monte Kayankaka también necesitan ser reforzadas. Para empezar, deberíamos traer un ejército de no-muertos aquí para proteger los artefactos. Si bien quería hacer todo esto para salvaguardar la habitación, también quería asegurarme de que la tribu de los hombres tigre estaría protegida durante siglos cuando los humanos se volvieran mucho más fuertes. Después de todo, nunca se podía bajar la guardia con los humanos. Siempre existía la posibilidad de que olvidaran su antiguo pacto y trataran de eliminar a los hombres tigre. Los humanos eran en verdad muy aterradores.

***

El anciano agarró el único artefacto que funcionaba y lo llevó afuera. Mientras lo seguía, vi cómo el sol se alzaba sobre el horizonte. Los primeros rayos del amanecer iluminaron el bosque en la base norte del Monte Kayankaka y provocaron que el sinuoso Mejire centelleara.

Hacia el sur, vi la cordillera de la que Kayankaka formaba parte extendiéndose en la distancia. Si tuviera un celular, habría tomado una foto de esta impresionante vista y la habría publicado en línea, pero en este mundo, una vista como esta estaba reservada para aquellos que podían escalar.

El anciano disfrutó del resplandor de la mañana durante unos minutos y luego me ofreció el orbe que llevaba. Era tan grande como una pelota de béisbol, traslúcido y tenía numerosos circuitos mágicos grabados en su interior. La forma en que brillaban débilmente hacía que pareciera una especie de bola de nieve. Realmente emitía una vibra de fantasía.

“Este es el último artefacto funcional que tenemos. Lo conocemos como la ‘Reliquia de Jakarn’. Según la leyenda, cuando nuestros antepasados ​​derrotaron al último Valkaan, Jakarn, sellaron sus poderes dentro de este orbe.”

El rostro sonriente de Zagar apareció en mi mente. Hasta el final, continuó llamándose descendiente de Jakarn. Fácilmente podría imaginar cuánto le hubiera gustado tener en sus manos esto. Menos mal que lo detuvimos. Sacudí la cabeza para despejarlo de mis pensamientos y luego acepté reverentemente el orbe con ambas manos. Siguiendo las costumbres de los montañeses, lo sostuve en alto.

“Acepto humildemente este regalo. Juro que el ejército demoníaco de Meraldia hará todo lo que esté en su poder para mantener a salvo la Reliquia de Jakarn.”

“Ponemos nuestra fe en ti, Veight.”

Envolví cuidadosamente el orbe en una sábana de tela para protegerlo de los elementos. Una vez que regresáramos a la aldea, estaba planeando empacarlo en una caja de madera y hacer que dos escuadrones lo vigilaran en todo momento.