Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 7

Capitulo 42: La Densidad del Silencio

Habían pasado dos semanas desde la eliminación del Devorador.

Por el momento, las otras seis naciones se estaban haciendo cargo de la defensa de Balmes. Mientras tanto, hubo reuniones regulares entre los gobernantes de las distintas naciones y los Gobernadores Generales sobre el manejo de los asuntos.

El tema más importante fue la defensa de Balmes, que había perdido a la mayoría de sus Maestros Mágicos. Como un medio para aliviar el problema, se propuso el envío de Maestros Mágicos de las otras naciones, y se sometió inmediatamente a una votación que se acordó por unanimidad.

Los Maestros Mágicos no incluirían Únicos, sino que estarían formados por varios Dobles para mantener un cierto nivel. Defenderían a Balmes por el momento.

Después de una discusión con los distintos gobernantes, se decidió que el gobernante de Balmes, Holtal Qui Balmes, se vería obligado a abdicar de su cargo, y sus parientes consanguíneos perderían cualquier derecho de herencia.

Gagareed fue sometido a un consejo de guerra por sus crímenes, pero gracias al trabajo de Alpha entre bastidores, evitó la pena de muerte. Nunca volvería al ejército, pasando el resto de su vida en una región remota como un castigo relativamente indulgente.

Un candidato adecuado para un gobernante de reemplazo fue seleccionado de la realeza del antiguo reino de Rohm. Y la siguiente Gobernadora General sería la general que había asistido al Torneo Mágico Amistoso con Holtal. Nilhinn Corder tenía alrededor de 50 años y treinta años de servicio militar en su haber. Ella era popular dentro del ejército y fue aclamada como moderada. Como pura noble, no hubo objeciones a su nuevo papel.

Normalmente era el gobernante quien nombraba al Gobernador General, pero tomaría algún tiempo nombrar a un gobernante, por lo que se hizo una excepción especial.

Y con eso… se lidió con las secuelas. Los altos funcionarios y Únicos de las distintas naciones regresaron a casa.

Balmes había sido golpeado por un incidente grave, pero esa era una razón de más para fortalecer las defensas en sus propias naciones.

Como resultado, el único Dígito Único que permaneció en Balmes… fue Alus. La razón era que todavía no se había despertado y, debido a su estado, no fue fácil moverlo. Los Maestros Mágicos curativos que habían ayudado a Nexolis también regresaron a sus propias naciones, dejando la sala de emergencias en un silencio inquietante.

Alus se acostó encima de la cama, silenciosamente continuaba durmiendo. La habitación era de un blanco puro y, con la excepción del círculo mágico, parecía una habitación de hospital normal. Aunque podría superarlo, gracias a la falta de olores químicos.

Dicho esto, no había ningún sentimiento melancólico debido a la gente que venía a ver cómo estaba a intervalos regulares, así como a la fórmula mágica que brillaba débilmente.

Una brisa seca entraba por la ventana, haciendo que las cortinas se agitaran. Y una fragancia refrescante provenía de la fruta que traía alguien que venía todos los días.

Un completo silencio llenó la habitación y el tiempo transcurrió en paz.

De repente, el cabello de Alus fue cepillado por un viento juguetón. Había llegado un visitante.

La puerta se abrió silenciosamente y ella se cuidó de no dejar que sus pasos hicieran ningún sonido. No llamó porque sabía que no había nadie más dentro. Parecía que tenía cuidado de no hacer ruido por preocupación por Alus, pero desafortunadamente no pudo ocultar los sonidos que hacían sus muletas.

La chica, Loki, la había visitado a la misma hora todas las mañanas desde que se despertó. Dicho esto, no había nada que pudiera hacer más que sentarse al lado de Alus. Pero ella siguió haciéndolo lealmente como si fuera su deber como compañera de él. Incluso se ofreció como voluntaria para realizar tareas sencillas como tomarle la temperatura y el pulso.

Con pasos silenciosos pero inestables, se dirigió a la cama de Alus, mientras su cabello plateado revoloteaba. Y luego, como siempre, se sentó en un taburete junto a la cama y se inclinó para mirarlo a la cara.

Sus heridas deberían haber sanado hasta el punto de que podía caminar sin ayuda, pero Loki se mostró reacia a dejar de usar las muletas. Era como si tuviera miedo de que esto significara que tendría que regresar a Alpha y dejar a Alus atrás.

Cuando se despertó por primera vez, se había preocupado más por Alus que por ella misma. Se había calmado un poco a estas alturas, pero aún estaba inquieta. Sobre todo, quería que alguien estuviera aquí cuando Alus se despertara. Y si era posible, quería ser ese alguien.

Por eso Loki se quedaba al lado de Alus todos los días.

“Sir Alus, si no se da prisa y se despierta… no tendrá suficientes días de asistencia.” Hoy también le habló sobre temas triviales. Y como siempre, no hubo respuesta.

Loki negó con la cabeza en señal de negación, ya que el temor de que él no pudiera despertar jamás volvió a ella. Había perdido la cuenta de cuántas veces había aparecido ese pensamiento en su cabeza. En la habitación silenciosa, lo único que logró calmarla fue la respiración de Alus.

Le habían dicho que algún día se despertaría… pero a medida que pasaban los días, se sentía cada vez más inquieta. ¿Cuándo llegaría ese día? ¿Y realmente se despertaría? ¿Quizás el éxito del tratamiento fue una mentira?

“Sir Alus… a este paso realmente no podré…” Ella estaba a punto de ser incapaz de perdonar a nadie. Los militares y su confianza en él, el gobernante que le había impuesto este peligro, Lettie y Rinne que no habían llegado a tiempo. Y, sobre todo, ella misma por no poder hacer nada.

Todo lo que pudo hacer fue soltarlo con un profundo suspiro. Pero eso no iba a despertar a Alus.

Soñaba con volver a poder hablar de nada en particular con él. Su ingenuidad y el hecho de que uno pudiera aprovechar eso ya no le importaba.

Alus había sido como una persona diferente desde que se inscribió en el Instituto. Eso se había sentido increíblemente extraño para ella, pero ahora, era solo un pequeño problema. Se había dado cuenta de que no importaba lo que sintiera; en cambio, lo importante era cómo ayudaría a Alus. Si fuera algo bueno para Alus, entonces no diría nada al respecto.

A estas alturas quería ver cómo cambiaría Alus y cómo se desarrollaría su futuro. Quería creer que el tiempo que pasaban juntos continuaría en el mañana y en el futuro…

“Por favor, despierte, Sir Alus.”

Alus estaba en un sueño profundo, como si se estuviera recuperando de todas las heridas profundas que había sufrido su alma… y Loki le dio una sonrisa. Como su compañera, hizo lo que pudo para forzar una sonrisa y no mostrar las emociones que brotaban dentro de ella.

Quizás fue porque Frose le había dado un empujón en la fiesta. O tal vez fue porque finalmente había obedecido a su corazón y había tomado medidas. Si bien estaba frustrada por su propia inutilidad, si no fuera por esa decisión, se habría arrepentido aún más.

Con todas sus emociones subiendo, el autocontrol de Loki se rompió, y los pensamientos egoístas que había escondido en su pequeño pecho comenzaron a filtrarse. El taburete vaciló cuando se inclinó y apoyó los brazos en el borde de la cama. Apoyó la cabeza en los brazos y se frotó la cara contra ellos.

Cuando entró el viento, Loki expresó sus sentimientos en palabras. Nadie estaba escuchando, pero ella continuó, sus ojos no estaban en el rostro de Alus sino en sus pies. “Por favor, no me dejes sola otra vez… no le quites el sentido a mi vida… por favor no me alejes.”

Ella escupió todos sus pensamientos de duelo, pero para ella no era más que egoísmo. Eran cosas destinadas a guardarse dentro y desaparecer con el paso del tiempo. Pero nunca imaginó que sus sentimientos apretarían su corazón de esta manera. Por eso… si pudiera soltarlo todo una vez, mañana podría volver a ser su yo habitual.

No importa lo que dijera, nadie podría culparla si no hubiera nadie cerca para escuchar sus palabras. Simplemente desaparecerían con el viento.

Una vez que se tomó la decisión, no hubo forma de detenerla. Y su boca siguió moviéndose. Le temblaron los labios, pero uno por uno expresó los sentimientos que había guardado encerrados en palabras. Al mismo tiempo, puso en orden todo lo que había sucedido entre ella y Alus. Si no lo hiciera, no podría procesarlo correctamente.

Lo dicho era similar a una niña pequeña tejiendo su propia historia en fantasías. Era la historia de por qué Alus aún dormía profundamente. Ella inventó un villano adecuado como chivo expiatorio y lo culpó de todo. Sin embargo… ella era consciente de que era parte de ese villano. Esa impotencia era el pecado imperdonable de Loki.

Finalmente, los labios de Loki, que habían estado contando esta historia, se cerraron. En medio de la historia, recordó cierta escena, lo que provocó que su expresión cambiara a una de alegría. “Así que te acuerdas…” Murmuró.

Alus había recordado el día en que se conocieron, el día en que vivió el infierno. “Pensé que te habías olvidado. No, no tenías que recordarlo. Para ti fue un evento trivial, una de las innumerables misiones que cumpliste… Por eso…” El cabello de Loki cayó sobre sus ojos, cubriéndolos y los sentimientos que mostraba en ellos. Le temblaron la garganta y los labios.

Se aclaró la garganta… y luego continuó. “Por eso nunca tuviste que mostrarme ninguna consideración. Con solo un pedido, con mucho gusto sería su escudo o ganaría tiempo o cualquier cosa que usted diga. Así es como tenías que pensar en mí… ¡¿por qué no hiciste eso…?!”

Dejó escapar sus palabras egoístas y puso una sonrisa seca. Su risa auto-ridiculizada dejó en claro que ella entendía la razón mejor que nadie.

Al igual que entonces… no lo perdonaría. Ella lo había entendido desde el principio. Habiendo perdido a sus padres y cualquier esperanza, lo único que le quedaba era su insignificante vida, que quería gastar por su bien… esa era la única razón por la que había trabajado tan duro.

Entonces también había sido el caso. Durante su primer encuentro, Loki pudo haber visto exactamente qué tipo de persona era Alus. Por eso no dudó en sacrificar su vida y por qué había podido seguir adelante. Todo fue porque Alus era Alus. Si su vida pudiera ser de alguna utilidad para él, podría morir con una sonrisa en su rostro.

“Hice lo mejor que pude. Desesperadamente, tan desesperadamente… No necesitaba que alguien lo reconociera. La idea de no estar a tu lado era simplemente demasiado dolorosa.”

Esa era la única forma en que podía ver algún valor en sí misma. Y ni siquiera Loki pudo evitar que las palabras salieran de su boca. Ella agarró la sábana con frustración. Sus emociones estaban fuera de control y sus ojos amenazaban derramar lágrimas. Todo lo que estaba reprimido dentro de ella estaba tratando de estallar. Su voz tembló.

“… No dejaré que eso suceda.”

La voz llegó como una brisa fresca, sonando más suave que cualquier otra cosa, aunque rechazó fríamente su deseo más profundo. Solo la voz hizo que su corazón quisiera gritar. Esas palabras injustas, esa voz, la llenaron de una felicidad casi infinita.

Quería ver su rostro lo antes posible, pero al mismo tiempo no se atrevía a mirar hacia arriba. Todo lo que había retenido desesperadamente humedeció sus ojos bajos y le hizo temblar los pequeños hombros.

Sin embargo, Alus fácilmente deshizo el control de Loki cuando su mano se movió para acariciar su sedoso cabello plateado como de costumbre. Con cada toque, el baluarte alrededor de su corazón se derrumbó aún más. Y todo lo que Loki pudo hacer fue sollozar.

Ella sollozó incontrolablemente, incapaz de mostrarle a Alus el desastre que era su rostro. Todo tipo de sentimientos se arremolinaron dentro de ella. Finalmente, lágrimas calientes comenzaron a correr cuando la presa estalló. “… Sir Alus, ¿no le sirvo de nada?”

“Eso no es cierto. Eres de gran ayuda.”

“… Sir Alus, aprendí a usar Force.”

“Sí, lo vi.”

Mientras Loki expresaba todo lo que había retenido, Alus simplemente le dio unas palmaditas en la cabeza. Pero sus siguientes palabras lo hicieron detenerse por un momento.

“… Sir Alus, incluso ahora puedo usar Naruikazuchi correctamente.”

“Ya veo. Lo hiciste bien.” Con una sonrisa amarga, de alguna manera se las arregló para mantener la calma, diciéndole lo que quería escuchar. Eso, por supuesto, estaba fuera de lo común, pero no estaba exactamente en el reino de lo inalcanzable… aunque no podía decir eso en esta atmósfera.

“Trabajaré aún más duro, así que por favor déjame quedarme a tu lado.”

Todas y cada una de las palabras llorosas tenían peso y golpeaban a Alus directamente. “Bueno, parece que todavía tengo mucho que aprender… este incidente realmente me trajo ese punto a casa. Realmente me salvaste esta vez. Gracias… Sigue así en el futuro.” Dijo Alus, y cerró los ojos.

Este fue el resultado de haber luchado solo. Habiendo luchado en el campo de batalla sin descanso, había perdido algo. Era sólo un sentimiento vago, pero se sentía como una pieza vital insustituible. Y no estaba claro si alguna vez podría recuperarlo.

Alus levantó lentamente la parte superior de su cuerpo, lo que provocó que Loki enderezara su postura. Se frotó los ojos, secándose violentamente las lágrimas. Sus ojos estaban rojos, pero contenían una determinación inquebrantable, haciéndolos lucir aún más hermosos de lo habitual.

“¡Sir Alus! ¿Puedes prometerme algo?” Loki miró directamente a Alus con más determinación que cuando ella le pidió ser su compañera.

“Si es algo que puedo hacer.” Alus asintió sin vacilar. Tenía una expresión sincera. En este punto, no iba a negarse a ninguna promesa. “Realmente me salvaste esta vez, así que supongo que podrías decir que estamos a la par.”

“Eso no es… ¡¡nunca se podrían comparar!!” Loki inmediatamente negó esto, como si dijera que nada entre ellos podría compararse. Desde ese día, lo había dedicado todo a Alus. Eso significaba más que el mundo para ella. Su rostro estaba sonrojado y su cuerpo estaba rígido.

“Entonces, ¿cuál es la promesa?” Alus la miró con una sonrisa irónica. Él estaba preocupado por lo que ella estaba pensando, pero no planeaba declinar ahora.

Loki dejó escapar un fuerte suspiro. Las cortinas se agitaron cuando el viento entró en la habitación. Mientras su cabello plateado se agitaba con la brisa, ella le dedicó una leve sonrisa.

“Por favor, no mueras antes que yo.”

Si el mundo fuera normal, esas serían las palabras que una pareja de ancianos podría intercambiar cerca del final de sus vidas. Sin embargo, los Maestros Mágicos que luchaban en el frente perdieron la vida fácilmente en este mundo incierto. Sus palabras eran pesadas, cargadas de su deseo. Nada podría hacerla más feliz que eso. Por eso pesaban tanto.

Y Alus entendió completamente el significado detrás de ello. Sin embargo… “Está bien, lo prometo.” Si eso es lo que ella quería… él haría lo que pudiera para cumplirlo. Después de todo…

“Por supuesto… me salvaste, así que tienes el deber de vivir más que yo pase lo que pase, Sir Alus.” Dijo Loki, con una sonrisa extremadamente hermosa. “Además… hay una cosa que he entendido después de esto.”

Con las mejillas rojas, continuó después de una breve pausa. “Y es que no puedo soportar vivir en un mundo sin ti.”