Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 10: El Reino del Dios de la Guerra 

Capitulo 10: Dos Conflictos Consecutivos

Parte 1

Me reencarné como un hombre lobo, me convertí en el vicecomandante de la Señora Demonio y transformé a Meraldia en una nación donde los humanos y los demonios pudieran vivir juntos en armonía. Pensé que las cosas se calmarían después de eso, pero luego uno de los Senadores muertos regresó como un liche usando el poder del Legado de Draulight, un artefacto mágico diseñado para crear Héroes. Una vez que lo detuvimos, el artefacto secuestró el cuerpo de Airia y, después de una larga serie de eventos, ella terminó convirtiéndose en la tercera Señora Demonio del ejército demoníaco.

Por cierto, nuestra nueva Señora Demonio está durmiendo a mi lado en este momento. Me casé con ella el otro día y ahora mi jefa también es mi esposa.

“¿Qué hora es?” murmuré somnoliento.

Había algo profundamente reconfortante en despertarse junto a alguien. El frío otoñal había comenzado, pero como Airia y yo dormíamos en la misma cama, las noches nunca eran frías.

Honestamente, pensé que estaría demasiado nervioso para descansar cuando empezamos a dormir juntos, pero me acostumbré sorprendentemente rápido. Ahora no había nada más relajante que quedarse dormido acurrucado en su cálido abrazo.

Es probable que Airia se sintiera de la misma manera, ya que también me acariciaba cuando dormíamos. Los últimos días, siempre nos despertábamos abrazados.

Anoche me había ido a la cama con la cabeza apoyada en el pecho de Airia, pero nuestras posiciones se habían invertido en algún momento durante la noche y ahora era Airia quien me estaba usando como almohada. Estaba durmiendo tan tranquilamente que sentí que estaría mal despertarla. Pero había salido el sol, y si no lo hacía pronto, una de las sirvientas la despertaría en cambio.

***

Una vez que Airia se levantó, bajamos a desayunar. Mientras comíamos, discutimos nuestros planes para el día. Yo era su asistente, por lo que ella necesitaba estar al tanto de mi agenda.

“Los guerreros de Beluza se pelearon con algunos de los soldados de Lotz en un bar anoche”, murmuré mientras leía el informe diario que Wengen me había enviado. Una pelea entre grupos como este no era algo que pudiéramos permitirnos ignorar. Si no abordábamos el problema rápidamente, podría convertirse en una disputa entre las dos ciudades. Lo mejor sería cortar este problema de raíz.

“Iré a mediar. Esto no es algo con lo que la Señora Demonio tenga que molestarse.”

“Trata de no asustarlos, ¿de acuerdo?” respondió Airia con una mirada preocupada y sonreí con pesar.

“¿Realmente aterrorizo ​​tanto a la gente?”

“Eres el general más famoso de Meraldia. La gente te tiene más miedo de lo que crees.”

Entonces, tal vez debería optar por un enfoque menos directo.

“Ya veo… En ese caso, ¿qué tal si hablo las cosas con los capitanes de ambos escuadrones en lugar de disciplinar a los soldados yo mismo?”

“Esa es una idea mucho mejor. Si manejas el problema personalmente, se convertiría en un problema más grande de lo que debería ser.”

¿En serio? ¿Mis acciones tienen tanto impacto? Si cada pequeña cosa que hacía tenía repercusiones tan espantosas, necesitaba traspasar aún más mis responsabilidades a otras personas. Ojalá todavía tuviera a Kite. Lamentablemente, se enojaría conmigo si trajera a otro vicecomandante, así que no tuve más remedio que repartir las tareas entre un grupo grande.

“Realmente necesitamos apurarnos y capacitar a una nueva generación de burócratas capacitados.”

“En efecto. Es imposible para nosotros supervisar la situación de las diecisiete ciudades por nosotros mismos. Ocuparnos de nuestros deberes ya es bastante difícil.”

La vida era mucho más fácil cuando solo debía preocuparme por el ejército demoníaco. Meraldia era simplemente demasiado grande para que nos las arregláramos solos; necesitábamos encontrar personas en las que pudiéramos confiar para que se hicieran cargo de la situación.

“Hay tanto que hacer que ni siquiera podemos tomarnos un tiempo libre”, refunfuñé.

Airia se rió entre dientes y respondió, “Pero te gusta estar ocupado, ¿no?”

No lo voy a negar. Tal vez podría tomármelo con calma en el futuro, pero ahora mismo, tenía mucho trabajo para rato. Mi trabajo más difícil era asegurarme de que todos se llevaran bien.

Había tantas disputas entre humanos y demonios, norteños y sureños, y creyentes de Sonnenlicht y seguidores de Mondstrahl. Todos tenían sus propias circunstancias que conducían a conflictos y resolver esos conflictos nunca era fácil.

Afortunadamente, era amigo de los líderes de todas las organizaciones influyentes, pero ellos también tenían responsabilidades con su gente y el hecho de que fuéramos amigos no significaba que siempre escucharan mis peticiones. Por supuesto, estas disputas no eran nada nuevo, pero deseaba que la gente no estuviera tan ansiosa por lanzarse a la garganta de los demás.

Convertir a una virreina humana en la nueva Señora Demonio había contribuido en gran medida a aliviar las tensiones, al menos. Tanto los humanos como los demonios estaban dispuestos a respetarla como la máxima autoridad en Meraldia.

“Airia, ¿quieres otro huevo?”

“¿A qué viene eso?”

“Necesitas comer más si quieres mantener tus fuerzas.”

Yo era básicamente un cruce entre el asistente personal de Airia y su representante. Si dos incidentes que requerían la atención de la Señora Demonio aparecían al mismo tiempo, era mi trabajo ocuparme de uno de ellos. Sin embargo, mi deber más importante era filtrar las peticiones que le llegaban. A mitad de mi papeleo matutino, surgió una situación en la que tenía que hacer precisamente eso.

“…Una petición para la Señora Demonio, ¿eh?”

Miré el documento que había llegado del otro lado del mar. Garsh lo había traído personalmente.

“El tipo fue rechazado por Petore, así que vino llorando a mí y me pidió que si podía entregarlo.”

Petore era un comerciante demasiado aguerrido para que las lágrimas lo conmovieran. Mientras tanto, Garsh actuaba como un tipo duro, pero por dentro era un gran blandengue. Naturalmente, esto significaba que todos los comerciantes presentaban sus problemas al consejo a través de él, en lugar de a través de Petore.

Esta petición en particular había venido de una de las naciones del continente al sur del Mar de Soledad, Kuwol. Geográficamente, Meraldia se encontraba donde Italia o España estaban en la Tierra, por lo que el continente sur tenía un clima similar al de la costa norte de África. Al igual que los antiguos imperios que habían gobernado el norte de África, el reino de Kuwol era una nación marítima.

Era un socio comercial de Beluza y Lotz desde hace mucho tiempo y era más una confederación de tribus poderosas que un verdadero reino. La mayoría de los ciudadanos eran mondstrahlistas, lo que en parte explicaba por qué no había una autoridad central real. La religión mondstrahlista valoraba la libertad sobre la cohesión, después de todo.

“Si es una carta del propio rey, probablemente no podamos ignorarla.”

Petore tenía pelotas para rechazar a un enviado real, pero probablemente sabía que Meraldia estaba a salvo de represalias ya que estaba muy lejos del continente sur. Ninguna nación se beneficiaría de una posible invasión a Meraldia, sin importar lo poderosos que fueran. Por supuesto, Petore debía saber que el enviado se dirigiría a Beluza cuando lo rechazó. Lo más probable era que en realidad no quería rechazar al enviado real, simplemente no quería lidiar con la molestia de escoltarlo. Qué viejo astuto es.

Al leer la petición, parecía que Kuwol quería la ayuda de Meraldia para patrullar sus tierras. El rey y los nobles que tenían tierras a lo largo de la costa estaban peleando y la nación estaba al borde de una guerra civil.

Al parecer, el rey había elevado los impuestos a las ciudades portuarias en un intento por llenar sus arcas vacías, lo que había enfurecido a los nobles costeros y los gremios de comerciantes. Por cierto, la razón por la que las arcas del rey estaban vacías era porque había gastado demasiado dinero en un nuevo palacio.

Después de que terminé de leer la carta, suspiré. “El rey de esta nación es un idiota. Incluso un niño sabe que no debe gastar más dinero del que tiene.”

“Sí. El viejo dijo lo mismo.” Garsh se cruzó de brazos y asintió pensativo. “No hay manera de que un imbécil que no puede mantener felices a los comerciantes de su país tenga un trato que valga la pena. No voy a lidiar con él.”

Eres realmente bueno imitando la voz de Petore, ¿lo sabías? Poner a Kuwol en deuda con nosotros definitivamente sería una bendición para Meraldia, pero no tenía sentido hacerle ningún favor a un rey tonto como ese. Había muchas tribus vecinas que estaban aliadas con Kuwol, pero por lo que parece, tampoco estaban moviendo un dedo para ayudar a este tipo. Ya había sido abandonado por sus aliados más cercanos, por lo que tenía poco sentido que lo ayudáramos.

“Además, ni siquiera envió a nadie para forjar relaciones diplomáticas cuando pasamos de una Federación a una Mancomunidad, pero ¿ahora viene a nosotros pidiendo ayuda?”

Garsh frunció el ceño y asintió. “Tú lo has dicho. Antes no dejaba de rechazar a nuestros mensajeros, pero ahora que está en problemas, de repente actúa de forma amistosa.”

“Probablemente cambió su tono porque la nueva Señora Demonio es una humana. Además, es amable, sabia, hermosa y…”

Un momento, ¿a dónde estaba llegando aquí?

“Este, lo siento por divagar. El caso es que probablemente piensa que le resultará más fácil lidiar con Airia que con la Maestra. Qué oportunista.”

“S-Sí”, respondió Garsh distraídamente.

“Lo que no entiendo es por qué pedir ayuda a Meraldia de todos los lugares.”

Se encogió de hombros y dijo, “Creo que se enteró de que cierta persona fue a Rolmund y reemplazó al emperador con una nueva emperatriz que era pro-Meraldia.”

“¿Esa historia se ha extendido a otros continentes?”

“Bueno, sí. Todos los marineros meraldianos probablemente se han jactado de ello en todos los puertos que han visitado. Eres una leyenda, Veight.”

Oh Dios, por favor no. De todos modos, todos los gremios de comerciantes y marineros de Kuwol probablemente estén en contra del rey. Y cuentan con el respaldo de los nobles locales. Esas familias nobles poseían lazos centenarios con Beluza y Lotz. También eran valiosos socios comerciales, por lo que no era de extrañar que Petore hubiera rechazado al mensajero del rey. Honestamente, si tuviera que elegir, diría que también estoy del lado de los nobles y los comerciantes. ¿Quién ayudaría a un rey que desperdició todo su dinero en un nuevo palacio?

“Dicho esto, no podemos simplemente ignorar una carta de un rey. Se la mostraré a Airia y podremos decidir qué hacer en la próxima reunión del consejo. Si quieres, también puedo tratar directamente con el enviado de ahora en adelante.”

“Me encantaría, pero ¿estás seguro?”

“Sí. Lo más probable es que, si nos retrasamos lo suficiente, Kuwol estalle en una guerra civil. En la remota posibilidad de que no sea así, significaría que el rey no necesita nuestra ayuda, así que ganamos de cualquier manera.”

Me di cuenta de que era una decisión insensible, pero no quería enviar a ninguna de las tropas de Meraldia a Kuwol. No había necesidad de derramar sangre meraldiana por la disputa interna de otra nación. Además, tenía miedo de que la opinión pública se volviera contra el consejo si enviáramos soldados al extranjero.

***

—Las Preocupaciones del Jefe—

“Hombre, ¿por qué todo el mundo siempre viene a mí con sus problemas de mierda?” murmuró Garsh con un suspiro y se rascó la barba.

No se lo había dicho a Veight, pero en realidad era un buen amigo de varios virreyes de Kuwol. El virrey de Bahza, una de las ciudades más grandes de Kuwol, había salvado la vida del padre de Garsh. Petore también tenía una gran deuda con él. No solo eso, sino que había ofrecido condiciones comerciales favorables a Petore y Garsh, por lo que realmente no podían permitirse el lujo de enemistarse con él. Al mismo tiempo, Garsh no había tenido valor para rechazar a los mensajeros del rey. Simplemente se veían tan desesperados.

Gracias a Dios que Veight es un buen tipo. Él es el único que entiende lo jodidamente difícil que es intentar complacer a todos. Si el ejército demoníaco hubiera sido tan malvado como los humanos inicialmente creían que eran, Garsh probablemente ya habría muerto de estrés.

Afortunadamente, Veight era más razonable que la mayoría de los humanos, y aunque técnicamente no era el Señor Demonio, era en todos los términos prácticos el líder del ejército demoníaco. La única razón por la que los humanos y los demonios no estaban tratando de matarse entre sí era por él. Aun así, no puedo confiar en Veight para todo. El tipo ya tiene suficiente en sus manos. Además, se acaba de casar. Debería poder disfrutar de la vida al menos un poco.

Garsh recordó la expresión de alegría de Veight cuando habló efusivamente de Airia. Era difícil creer que el hombre que solía pensar en nada más que en el trabajo pudiera verse tan feliz. Perdón por pasarte mis cargas, Veight. Garsh suspiró y se rascó la cabeza. Por lo menos, cumplió con su obligación con la familia real de Kuwol. Todo lo que había hecho era entregar una carta, por lo que los nobles con los que tenía vínculos probablemente no verían esto como una traición.

Se volvió hacia la puerta de la oficina de Veight y sonrió débilmente. “Solo espero que el viejo Petore no se enfade por esto. Por el bien de ambos.”

***

El rey de Kuwol envió varias cartas complementarias, pero cada vez las eludí diciendo cosas como “No tenemos suficientes barcos de transporte” o “Estamos en medio de la reestructuración de nuestro ejército y no tenemos tropas de sobra”. Aunque técnicamente nada de eso era mentira, eran adornos de la verdad.

Teníamos tan pocos barcos de transporte que, en el mejor de los casos, solo podíamos enviar de 100 a 200 soldados.

La mayor parte de la flota de Meraldia consistía en galeras rápidas de casco grueso diseñadas para patrullar la costa. Eran difíciles de hundir y adecuadas para el combate cercano, pero no podían contener mucha carga. Podríamos requisar barcos de carga a los comerciantes ricos, pero costaría un ojo de la cara. Simplemente no valía la pena arriesgarnos por el rey de Kuwol.

Sin embargo, ordené a Lotz y Beluza que recopilaran información de manera proactiva para que estuviéramos listos en caso de un cambio de régimen. Como Wa era nuestro aliado, también le conté a Fumino todo lo que habíamos aprendido sobre la situación actual de Kuwol. Sin embargo, decidí comenzar a estudiar kuwolese, por si acaso.

***

Era posible que las consecuencias de la guerra civil de Kuwol llegaran a Meraldia, por lo que hice de la reorganización del ejército una prioridad absoluta. Bajo el Senado, la estructura del ejército de Meraldia había sido un desastre absoluto. Los caballeros nobles, los oficiales comisionados, los soldados rasos y los mercenarios privados tenían diferentes estructuras de mando que se superponían entre sí de formas confusas. Desenredar ese lío era imposible, así que decidí consolidar todas las ramas bajo el control directo del consejo.

Los caballeros constituirían la columna vertebral del nuevo ejército de Meraldia. Como todos los caballeros eran nobles, no sabían ningún oficio ni cómo cultivar, lo que significaba que, si no los manteníamos como soldados, se quedarían sin trabajo.

Por otro lado, habían sido educados y sabían mucho sobre la guerra, por lo que servían como perfectos comandantes; especialmente porque se adherían estrictamente a su código de caballería, mientras que la mayoría de los mercenarios no eran mejores que los bandidos.

Reuní a todos los caballeros de Meraldia y comencé mi discurso.

“Nobles señores, tanto el consejo como el ejército demoníaco han escuchado muchas historias sobre su lealtad y valor. Cuando todavía éramos enemigos en el campo de batalla, ustedes fueron nuestros oponentes más feroces.”

Estaba diciendo la verdad, así que no me sentí mal por poner un poco de elogio. Su moral no había decaído incluso cuando estaba claro que el Senado estaba acabado, su equipo y entrenamiento era de primera clase y todos estaban en buena forma. Si el Senado no hubiera utilizado tan mal a los caballeros, el ejército demoníaco la habría tenido difícil para vencerlos.

“Actualmente, solo responden ante el consejo. Sin embargo, el gobernante de Meraldia es la Señora Demonio. Y necesita un ejército personal.”

En el pasado, Woroy me había inculcado la importancia de formar una unidad que respondiera solo a la máxima autoridad de la nación.

En la actualidad, todos los soldados de Meraldia se encontraban bajo la jurisdicción del consejo. Eso significaba que no podían movilizarse sin una mayoría de votos.