Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 17

Interludio 2: Carta Al Reino De Centostella

En el Reino de Centostella, unos días después de que Rio y los demás llegaran a Yagumo…

Takahisa estaba escondido en su habitación como de costumbre mientras Masato balanceaba su espada en el área de entrenamiento… La primera caballero de la princesa Lilianna, Hilda, estaba entrenando con Masato esa tarde, enseñándole cómo refinar su habilidad con la espada. Aki los estaba viendo practicar desde la distancia.

Si bien todavía le quedaba un largo camino por recorrer para alcanzar a Hilda, la soldado de carrera y caballero con rango de capitán, Masato mejoraba cada día. Pudo cruzar espadas a un alto nivel.

Habían pasado más de diez minutos desde que comenzaron a entrenar. Sus encuentros no terminaron con un intercambio decisivo, continuando interminablemente con los participantes reajustando sus posiciones. Esto significaba que estaban jadeando bastante, sin aliento.

“Los descansos también son importantes. Descansemos un momento, Sir Masato”. Hilda se detuvo en sus movimientos, recuperando el aliento. Masato también se detuvo.

“Sí, Instructora Hilda,” respondió Masato alegremente, jadeando por respirar. Bajó su espada de entrenamiento de madera y se secó el sudor con un suspiro.

“Tus esfuerzos también están dando sus frutos hoy”.

Lilianna, que acababa de llegar a la arena hace un momento, se acercó a los dos. La razón por la que Hilda había pedido el descanso era porque la había visto.

“Aquí tiene, Sir Masato. Tómate una copa también”. El asistente de Lilianna, Frill, le ofreció a Masato una toalla y una bebida.

“Oh, gracias, Frill… ¡Uf, eso da en el clavo!” Masato le agradeció calurosamente y bebió. Durante ese tiempo, Aki también se acercó, en silencio.

“Sir Masato, llegó una carta del Reino de Galarc”. Lilianna le entregó una carta a Masato.

“¡Espera, ¿de verdad?! Debe ser de Satsuki”. Masato abrió la carta con alegría. El remitente era Satsuki, pero Rio y Miharu también escribían mensajes siempre que estaban en Galarc. Masato miró la carta con emoción mientras Aki la miraba con curiosidad.

La carta informaba sobre la situación reciente de Satsuki y Rio. Rio había partido en otro viaje con los demás, así que esta vez la carta fue escrita solo por Satsuki. Ella escribió sobre cómo se divirtieron viviendo juntos en la mansión que Rio recibió en los terrenos del castillo de Galarc, sobre la bañera allí y sobre la fiesta de pijamas que tuvieron. También había un mensaje que Rio y Miharu querían transmitirles. Finalmente, se preguntó cómo estarían Masato y Aki.

“Eh, entonces Celia también fue a ese pueblo… Me pregunto si Arslan estará bien”, murmuró Masato para sí mismo con cariño mientras leía la carta. Una vez que llegó al final, notó la mirada de Aki y le ofreció la carta.

“Aquí, tú también lo lees. Tienes curiosidad, ¿verdad?”

“¿Seguro…?” Aki preguntó vacilante. Supuso que el contenido estaba dirigido solo a Masato. Después de lo que ella y Takahisa hicieron en el banquete, Miharu y Satsuki solo se mantuvieron en contacto con Masato.

“Estoy diciendo que está bien, entonces está bien. Ellos también están preocupados por ti, ¿sabes?”

Continúa, instó Masato con un movimiento de la carta.

“Pero…” Aki levantó su brazo vacilante, luego inmediatamente lo bajó de nuevo.

“¿Qué ocurre? ¿No te preocupan Miharu y Satsuki? También hay cosas escritas sobre Haruto”, animó Masato.

“Pero después de lo que hice…”

Aki probablemente estaba recordando lo que le había hecho a Miharu y Rio en Galarc mientras la culpa plagaba su expresión. No tenía derecho a leer esa carta, pensó.

“Realmente has reflexionado sobre ello después de todo…”

“…” Aki agachó la cabeza en silencio. Desde que llegó a Centostella, no había pasado un día sin que recordara lo ocurrido en Galarc. Y cada vez que lo hacía, se llenaba de tristeza. Esos sentimientos se intensificaron todos los días.

¿Pero era eso realmente una forma de reflexión? Aki no tenía la confianza para decirlo. Por eso no podía estar de acuerdo o en desacuerdo con la opinión de Masato.

“No le mostraría a nuestro hermano esta carta, pero creo que puedo mostrártela. Así que léelo”.

“¿Por qué…?” Aki preguntó con miedo.

“A diferencia de Takahisa, en realidad has reflexionado sobre ello y te arrepientes de lo que hiciste, ¿verdad?”

“…” Masato seguía diciendo palabras como “reflexión” y “arrepentimiento”, pero Aki no podía estar de acuerdo con ellas. Ella permaneció en silencio; era fácil llamarlo reflexión y arrepentimiento, pero ¿y qué? Eran palabras que solo se decían cuando se buscaba el perdón. Palabras utilizadas al buscar el perdón, a pesar de que ella fue la que se equivocó.

¿No fue eso demasiado conveniente? Ella había hecho algo tan terrible… ¿No sería demasiado conveniente buscar el perdón después de eso? Esa fue la pregunta que llenó la cabeza de Aki.

Dicho esto, ya no estaba tan segura. Definitivamente sintió pena por Miharu. Se sentía en conflicto con Haruto, pero también se sentía culpable por eso. Podía aceptar que había hecho algo mal.

Pero cuando pensaba en Takahisa, también estaba llena de una emoción impotente que no podía expresar con palabras…

Aki realmente ya no tenía idea. Su mente estaba por todos lados. Quería que Miharu apareciera convenientemente y la salvara. Y eso a su vez estimuló aún más su conciencia culpable… Simplemente no podía decir que estaba reflexionando o arrepintiéndose de las cosas.

Entonces, Lilianna miró a Aki.

Lady Aki ha reflexionado sobre las cosas y se ha arrepentido, lo que le está causando tanto dolor en este momento. En contraste, Sir Takahisa es…  Pensó en Takahisa, que no estaba presente en ese momento.

Lo que se hizo, se hizo y permanecería como un hecho, no se podía borrar eso. Es por eso que Aki siguió sufriendo por eso.

Takahisa tenía un dolor similar, pero se había encerrado en su habitación y se había negado a interactuar con nadie. Cuando Lilianna comparó a los dos, no pudo verlo sufrir de la misma manera que Aki.

Se necesita tiempo para examinarse adecuadamente. Eso es lo que creía, pero…

¿Fue eso realmente lo correcto? No se sabía si Takahisa reflexionaba sobre lo que hizo en Galarc y lo lamentaba. Lilianna estaba empezando a perder la confianza.

“Bueno, lo que sea… te dejaré esta carta, Aki. Puede decidir cuándo leerlo tú misma. Toma.”

Masato se quedó sin paciencia para la silenciosa Aki y puso la carta en su mano.

“Pero…” Aki, reflexivamente, trató de empujarlo hacia atrás.

“Deja de pensar tanto. Puedes leerlo cuando quieras. ¿Qué tal si escribes lo que sientes en una carta a Miharu? Esa es otra razón por la que me gustaría que leyeras la carta, de hecho. También te daré las otras cartas”. Masato empujó la carta hacia ella con firmeza.

“…” Incluso después de escuchar eso, Aki no pudo leer la carta de inmediato. Sin embargo, ya no trató de devolvérselo a Masato, sino que lo abrazó con cariño contra su pecho.