Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 17

Capítulo 3: Reunión En La Aldea

Parte 4

Su rostro se había desplomado por completo al ver a todas las chicas alrededor de Rio. Todas eran como princesas, fundamentalmente diferentes a ella, una chica de pueblo corriente. Rio era tan maravilloso como lo había sido antes, pero ¿siquiera le echaría un vistazo ahora que estaba rodeado de todas estas hermosas mujeres?

Esos eran los males que atormentaban a Sayo. Al mismo tiempo, se sintió aún más avergonzada por confesarle sus sentimientos antes de que abandonara la región de Yagumo.

“…”

Shin miró entre Sayo y Rio con silencioso desagrado.

“En cuanto a Lady Aishia… puedo sentir algo extraordinario en su aura”. Gouki se dio cuenta de la belleza y la impenetrable guardia de Aishia. A partir de eso, podía adivinar que ella también poseía habilidades excepcionales.

“No me sorprende que lo hayas notado. Aishia es muy fuerte”.

“Oho… Escuché que Lady Aishia es un espíritu de alto rango como Lady Dryas. Y que tiene un contrato contigo, Sir Rio…”

“Ella durmió dentro de mí durante mucho tiempo debido al contrato”.

“Así que ella estaba dormida cuando viniste por primera vez a Yagumo”.

“Sí. Se despertó después de que me separé de todos y regresé a Strahl. Hemos estado juntos desde entonces”.

“Haruto siempre me está cuidando”, dijo Aishia cuando Rio la miró.

“Debería estar diciendo eso”, respondió Rio. “Aishia me ha salvado muchas veces ahora”.

Le presentó a Gouki y a los demás.

“Ha ha ha, parecen ser grandes amigos. Con todos los demás, también… Quizás eso, o el hecho de que logró su mayor deseo, es la razón por la que su aura parece haber cambiado, Sir Rio.” Gouki sonrió a Rio y Aishia, luego miró a Miharu, Celia, Sara, Orphia, Alma y Latifa mientras hablaba.

“Si es así, definitivamente es gracias a todas las demás. No habría cambiado si estuviera solo. Lo único que habría cambiado después de mi venganza sería cerrarme más”.

“Tuviste la suerte de conocer a un gran número de personas”, dijo Gouki con seriedad, al ver a Rio expresar sus sentimientos con sinceridad.

“Realmente lo tuve”, acordó Rio con una suave sonrisa. Las chicas que escuchaban la conversación a su alrededor se sonrojaron en respuesta.

No, no, realmente has cambiado. La sombra que se cierne sobre ti se ha debilitado mucho. Los chicos pueden cambiar tan rápido que si parpadeas te lo perderás, pensó Gouki asombrado. Todavía había una tenue sombra sobre él, pero ya no rechazaba a las personas que entraban en su espacio.

“Aparte de eso, ¿eres libre de discutir el asunto de convertirte en mi sirviente ahora mismo?” Rio dijo, sacando a relucir el tema anterior.

“O-Ooh. ¡Por supuesto!” Gouki asintió de inmediato. No tuvo un mal presentimiento al respecto gracias al fluir de su conversación anterior, por lo que su voz estaba animada por la expectativa.

“Al final, no creo que pueda convertirme en el maestro de nadie. Más aún para personas maravillosas como usted y su esposa. Y entonces, no puedo decir que los emplearé como mis sirvientes, pero…” Rio se calló, tomando un respiro para prepararse. Fijó su mirada en Gouki y dijo: “Si no te importa, ¿te gustaría viajar juntos sin convertirse en mis sirvientes? No estaremos juntos constantemente, pero al menos durante algún tiempo”.

“¿Qué significa eso exactamente…?” Preguntó Gouki nerviosamente, inseguro de cómo interpretar esas palabras.

“Como un amigo, un camarada, una familia… Me gustaría llevarme bien contigo en términos tan cercanos como ese. Por eso no le daré a usted ni a su gente ninguna orden. Por supuesto, puede regresar al Reino de Karasuki cuando lo desee, y puede mudarse por separado durante cualquier período de tiempo. ¿Cómo suena eso…?”

“D-Dios mío… ¿Quieres interactuar con nosotros no como sirvientes, sino como familia?” Gouki se mordió el labio, su cuerpo temblaba.

“Puede que no sea la respuesta que buscaba, pero… ¿es una alternativa aceptable? Si insiste en convertirse en sirvientes, entonces puede rechazar la idea”.

“¡N-No, nunca lo haría! Estamos muy contentos de recibir una consideración tan profunda de su parte”.

Rio había enfatizado que estaba bien rechazarlo, pero Gouki negó con la cabeza con furia, inclinando la cabeza hacia abajo.

“Ya veo… En ese caso… ¿estaría bien para ti?”

“¡S-Sí! ¡Por supuesto, por supuesto que sí!” Gouki asintió con la cabeza una y otra vez. Kayoko y los otros sirvientes se inclinaron a su lado.

“Gracias a Dios… en realidad estaba pensando en visitar el Reino de Karasuki a continuación. Lamento que vayas a dar marcha atrás después de llegar hasta aquí, pero ¿te gustaría ir juntos? Estoy seguro de que a usted también le preocupan las personas que quedan atrás”.

Un peso debe haberse levantado de los hombros de Rio, mientras dejaba escapar un suspiro de alivio. Le informó a Gouki de su intención de visitar a Yagumo a continuación y lo invitó.

“Oh… ¡Oh, sería nuestro mayor placer…! ¡Con mucho gusto te acompañaremos!” Gouki inclinó la cabeza repetidamente en un gesto dramático, expresando su felicidad.

“Parece que el asunto está resuelto. ¡Ahora vamos a beber!”

Dominic, que había estado observando la escena cercana esperando el momento adecuado, levantó su copa e interrumpió.

“Sí, vamos. Saludos a nuestro futuro”.

Rio se río entre dientes, su expresión se suavizó cuando hizo contacto visual con Gouki y levantó su copa.

“¡SALUD!”

Con la voz de Dominic a la vanguardia, el comedor estalló en vítores.

***

Casi una hora después, en el salón de banquetes…

La fiesta estaba en marcha y la emoción se elevaba en el aire. El alcohol se había abierto camino en los sistemas de quienes bebían, separando a los que caminaban de los que estaban borrachos. Aquellos que eran demasiado jóvenes para el alcohol bebían jugo, pero un ejemplo de uno de los participantes menos borrachos fue Sayo. Su personalidad tímida y falta de coraje la hicieron evitar activamente hablar con extraños.

Como resultado, Sayo solo hablaba con los sirvientes de Gouki, pero cuando los sirvientes hablaban con los de la aldea espiritual, ella desaparecía rápidamente detrás de ellos. Rio y las chicas de vez en cuando se acercaban, pero ella retrocedía por el nerviosismo y se mantenía a una distancia lo suficientemente lejos como para dificultar cualquier conversación.

Eso, naturalmente, la dejó sola con su hermano todo el tiempo, y la personalidad de Shin le dificultaba llevarse bien con los aldeanos espirituales. Esto creó un espacio antisocial con un hermano directo y una hermana tímida dentro. Sin embargo, Shin parecía descontento por la incapacidad de Sayo para hablar con Rio, y frunció el ceño mientras bebía su alcohol.

Mientras tanto, las habilidades de comunicación naturales de Komomo la habían convertido en la mejor amiga de Latifa y los demás. Se integró a los amigos de la infancia y obtuvo una posición al lado de Rio, lo que le permitió acercarse rápidamente a los aldeanos que vinieron a saludar a Rio por su regreso. Sin embargo…

“Sir Rio, Sir Rio”. Komomo tiró de la manga de Rio.

“¿Qué pasa, Komomo?”

“¿Por qué no hablas con Sayo también? Tenía muchas ganas de verte. Y además…” dijo Komomo, mirando al grupo de Miharu, Latifa, Celia y Sara. Todos parecían querer hablar con Sayo también, pero la incesante multitud de personas que venían a hablar con Rio les había dificultado iniciar una conversación. Todavía no habían hecho ningún contacto con ella, lo que Komomo notó con tacto.

“He intentado hacerlo un par de veces, pero parece que ella me está evitando. No… Quizás yo también la he estado evitando. Entiendo.”

Rio había notado cómo Sayo se colocaba a la distancia, pero lo mismo se aplicaba a él. Reunió su determinación y decidió caminar hacia ella. “Eek…”

Si bien ella no se había acercado a él, Sayo había estado mirando constantemente a Rio todo el tiempo, por lo que se dio cuenta de inmediato cuando se acercó a ella. Al principio no pensó que él vendría a hablar con ella, pero cuando se dio cuenta de que él se dirigía directamente hacia ella, sus ojos se movieron nerviosamente. Finalmente, estuvieron lo suficientemente cerca como para tener una conversación clara entre ellos.

“Buenas noches, Shin, Sayo”.

“…Que hay.”

Shin levantó su copa en su mano izquierda casualmente, dándole a Rio un breve saludo.

“Tienes un momento para…”

“¡Shin! ¡No es ‘que hay’! Sir Rio es de la realeza. ¡Cómo pudiste ser tan grosero…!”

“… ¿No eres tú la grosera por interrumpirlo?” Shin señaló con una sonrisa. “¡Lo siento mucho, Sir Rio!” Sayo se disculpó presa del pánico.

Rio les sonrió divertido a los dos. “Está bien. Preferiría que me trataras como lo hiciste en el pueblo”.

“Eres una cobarde. Él dice que también está bien, ¿ves?”

“¡Sh-Shin! ¡Eso no significa que puedas olvidar tus modales!” Sayo lo regañó, preocupado por las miradas de Miharu y los demás detrás de Rio.

“Me alegra ver que ambos están tan unidos como siempre”, dijo Rio con alivio. Verlo interactuar con alguien que aún no conocían bien hizo que Miharu, Celia, Latifa y las otras chicas escucharan con curiosidad. Esto hizo que Shin notara la cantidad de chicas que rodeaban a Rio.

“Veo que todavía tienes a muchas mujeres a tu lado. Quién sabe cuántas chicas en el pueblo lloraron por tu culpa…” murmuró malhumorado, mirando a Rio.

“¿Eh?” todas las chicas respondieron a la vez. Todas se animaron atentamente ante la mención de Rio haciendo llorar a las mujeres, enfocando sus miradas en su espalda.

“N-No uses palabras tan engañosas”. Rio rompió a sudar frío ante las miradas en su espalda.

“¡E-Eso es correcto, Shin! ¡Sir Rio no hizo llorar a nadie! En todo caso, ¡estaban todos encantados!”

“Esa redacción tiene sus propios problemas…” murmuró Rio en voz baja ante la protesta indignada de Sayo.

“¿Eh? Él al menos te hizo llorar. Después de que te rechazó y dejó la aldea”, dijo Shin, dejando caer una bomba de la verdad aún más grande.

Las muchachas del pueblo estaban todas… ¿encantadas?

¿Eh? ¿Rio hizo llorar a Sayo?

¿Eso significa que Sayo le confesó?

¡¿Qué?! ¡Nadie mencionó esto!

Las miradas en la espalda de Rio se intensificaron. Latifa había dirigido el interrogatorio para obtener detalles sobre Sayo antes de que comenzara el banquete, pero Rio había usado su privacidad como escudo para mantener su silencio.

“¡¿Eh?!” La cara de Sayo estaba lo suficientemente roja como para incendiarse.

“…”

Rio se sintió como si estuviera parado sobre una fina capa de hielo. Se quedó helado de vergüenza, luego forzó una sonrisa falsa.

“Hmph.”

Shin resopló, satisfecho de ver a Rio tan incómodo frente a Miharu y los demás.

“¡Sh-Shin! ¡¿Qué estás diciendo?!”

Sayo volvió a sus sentidos y se dio la vuelta para enfrentar a Shin.

“Es la verdad, ¿no?”

“¡E-Eso no significa que debas decirlo frente a Sir Rio! Ah, umm, le confesé a Sir Rio antes de que se fuera del pueblo, pero fui completamente rechazada… ¡A-Así que no se preocupen! ¡Lamento haber actuado fuera de lugar! ¡P-Por favor, perdónenme!” Sayo confesó la verdad ella misma por consideración hacia las chicas, o tal vez por su gran conciencia de ellas.

“N-No es algo por lo que disculparse, ¿verdad?” Rio llamó apresuradamente a las chicas, quienes estuvieron de acuerdo con él después de un incómodo golpe. Todavía estaban procesando la impactante revelación.

“C-Cierto…”

Dado que Sayo lo había admitido ella misma y Rio no lo había negado, las cosas debieron haber sucedido como Shin describió. Pero las circunstancias de la época aún no estaban claras. Por lo tanto, continuaron viendo el resultado con confusión.

“Así es. Él es el que debería disculparse”, se burló Shin, tragando su bebida. Su cara no estaba muy roja, pero el alcohol podría haberlo estado afectando.

“Shin, ¡¿estás borracho?! ¡¿Cuántos vasos has bebido?!”

“No me molesto en contar. Y estamos hablando de él ahora mismo. Tengo algo que decirle”.

“¡Sir Rio, lo siento mucho por esto! ¡Shin está realmente borracho ahora mismo! ¡Nos vamos ahora!” Sayo se disculpó presa del pánico, tirando de la manga de Shin mientras trataba de acercarse a Rio.

“Cállate. Escucha, cuando este tipo se fue del pueblo, dijo que no te llevaría. En otras palabras, quería evitar llevar un peso muerto como tú. Sin embargo, ahora está rodeado por un montón de otras mujeres. ¿Qué crees que significa eso? ¿No te llevo porque no tenías encanto? ¿Eh?” Shin miró enojado a Rio. Su expresión parecía más malhumorada que irritada. ¿Entonces sucedió algo así…? Miharu miró a Sayo mientras escuchaba.

“Oye, Shin. Sabes que no es…” comenzó Gouki mientras se acercaba para advertir a Shin, ya que había estado escuchando cerca. Pero Rio silenciosamente levantó una mano para detenerlo.

“En ese momento… la razón por la que rechacé el acompañamiento de Sayo fue porque no podía responder a sus sentimientos. Estaba a punto de partir en un viaje de venganza. No podría decir que no me importara que ella viniera en un viaje así. Es exactamente como dices: no quería soportar semejante carga. Ese sentimiento se aplicó a todo mi viaje, pero…” Rio se calló torpemente después de decir tanto, mirando a Miharu, Celia, Latifa y todos los demás.

“Es vergonzoso decirlo, pero pasaron muchas cosas. ¿Te gustaría hablar de ello? Quiero contarles lo que me pasó a mí y también quiero saber lo que les pasó a ustedes dos”. Miró nerviosamente entre Shin y Sayo.

“…”

Quizás fue porque Rio había respondido racionalmente, o quizás Shin había predicho un poco que Rio respondería racionalmente, pero Shin se abstuvo de hacer más comentarios emocionales y se quedó en silencio avergonzado.

“Es natural que Shin esté enojado. Tu amada hermanita fue tomada a la ligera… Yo también tengo una hermanita, así que puedo entenderlo”. Rio miró a Latifa mientras hablaba con remordimiento. Luego, miró a Sayo. Los ojos de Sayo se apartaron de Rio y las chicas con torpeza, y Shin la estaba mirando a su vez.

“No estoy enojado por eso. Honestamente, estaba pensando en golpearte si rechazabas a Sayo en este punto”.

La mirada de Shin se encontró con la de Sayo, y frunció el ceño como un niño que quiere hacer amigos pero no puede ser honesto consigo mismo. Probablemente entendió que Rio no había hecho nada malo exactamente.

Cuando Rio dejó la aldea, Shin y Sayo se enteraron de los antecedentes de Rio por Gouki. Por eso quería comprender las circunstancias de Río.

Cuando Rio estaba en la aldea, le dio a Shin la impresión de un joven distante que extrañamente intentaba mantener a la gente a distancia. Shin encontró eso espeluznante, y honestamente no le agradaba. Pero después de conocer la verdad, se dio cuenta de que ese estado era el más natural para Río y se sintió un poco feliz de poder entenderlo mejor.

Había aceptado a Rio como miembro de la aldea a pesar de encontrarlo espeluznante, por lo que estaba contento de haber aprendido más sobre Rio, incluso si era el hecho de que tenía un pasado terrible bajo su cara fría. También creía que dejar a Sayo atrás era lo correcto. Si Rio hubiera dicho que no le importaba que ella viniera con él, Shin se habría sentido lleno de resentimiento, exigiendo que asumiera la responsabilidad.

Sin embargo, cuando lo vio actuar amistosamente con otras chicas además de Sayo después de rechazarla y dejar la aldea… Como hermano mayor, Shin fue impulsado por la necesidad de darle a Rio una parte de su mente, razón por la cual había hablado tan duramente con él. Pero Rio fue el que se acercó a ellos, diciendo que quería hablar con ellos…

La verdad era que Shin estaba realmente feliz por eso. En realidad, le había preocupado cómo hablar con Rio como realeza cuando se reunieron, por lo que se alegró cuando Rio le pidió que interactuara como lo hizo en la aldea. Pero no podía ser honesto consigo mismo, por lo que Shin todavía parecía estar de mal humor.

“¿Hablarás conmigo, entonces?” Rio preguntó algo tímidamente.

“…Sí.” Shin también estaba avergonzado, asintiendo con los ojos bajos.

“¡Oh! ¡Tengo una gran idea!” Latifa levantó su mano enérgicamente. Si Latifa, de quien se podría decir que crea el estado de ánimo de una conversación, estaba haciendo una declaración en un momento como este, entonces…

“¿Qué pasa, Latifa?” Miharu se volvió hacia ella con una voz esperanzada, sintiendo que algo divertido estaba a punto de suceder.

“Entiendo claramente lo que pasó. Onii-chan es un hombre de pocas palabras, por lo que Sayo también debe haberse sentida incómoda. ¡Entonces! ¡Sayo y Komomo deberían quedarse en nuestra casa esta noche! ¡Podemos hablar todas juntas en una reunión solo para chicas! ¡Y Onii-chan y Shin pueden tener su reunión de chicos!”

“Ha ha ha, ¿qué es esto? Eso suena interesante. Déjame unirme a ese grupo de bebedores”.

“Heh, ¿puedo participar yo también, entonces?”

Ante la sugerencia de Latifa de tal reunión, Dominic y Gouki hablaron de inmediato.

“Suena interesante.”

“Bueno, ¿por qué no?”

Rio y Shin también estaban a bordo.

“Aparte de eso, Shin. Te advertí muchas veces que vigilaras tu comportamiento con Sir Rio, pero al final…” Gouki le lanzó a Shin una mirada de decepción, pero no lo criticó más en consideración a los deseos de Rio.

“¿Q-Qué? Dijo que no le importaba”. Shin se estremeció cuando dio una débil excusa.

“Todavía estás destinado a mostrar respeto, tonto”.

“Está bien, está bien”, le dijo Rio a Gouki con nerviosismo.

Así continuó la animada noche.

***

Pasó otra hora y el banquete siguió desarrollándose sin contratiempos. Aquellos que mantuvieron su ritmo de bebida y los pocos que no bebieron mucho se habían abierto el uno al otro con entusiasmo.

Las fiestas para hombres y mujeres aún se llevarían a cabo después del banquete, pero eso no hizo innecesario interactuar con los demás antes de esa cita. Así, en un rincón del comedor, los vecinos de la casa de piedra y el grupo Yagumo se reunieron para compartir tragos con quienes estarían conviviendo. Los ancianos se unieron a ellos.

Shin estaba completamente borracho y con la cara roja mientras felizmente discutía con Rio; Sayo claramente no estaba tan rígida como lo había estado al principio. Se había relajado lo suficiente como para disfrutar de su alcohol con calma.

Cuando se acabó la bebida de su vaso, Sayo se levantó en silencio para irse. La gente se levantaba de vez en cuando para conseguir más comida y bebida, por lo que no fue una acción especialmente llamativa. Sin embargo…

“Oye, Sayo. ¿Adónde vas? ¿No había más que quisieras decirle a este tipo?” Shin la vio tratando de irse y la llamó, agarrando a Rio por el hombro.

“¡Sh-Shin…! Voy a tomar una copa y tomar un poco de aire fresco”. Sayo movió la cabeza arriba y abajo en disculpa con Rio antes de intentar irse.

“Yo también voy a tomar una copa”. Miharu miró la espalda de Sayo, luego se excusó ante Aishia a su lado y siguió a Sayo. Luego, se armó de valor y la llamó. “Sayo”.

“¿L-Lady Miharu? ¿P-Puedo ayudarte?” La llamada inesperada de una persona inesperada hizo que Sayo respondiera con nerviosismo.

“Umm, puedes dejar lo de ‘Lady'”, dijo Miharu con el ceño fruncido.

“No puedo hacer eso”. Sayo simplemente acompañaba a la familia de Gouki como aprendiz de sirviente. Vieron a Rio como su maestro, por lo que sus amigos también estaban en una posición que requería respeto.

“Entonces, si al menos pudieras usar ‘Señorita’ en su lugar”.

“Haré… haré mi mejor esfuerzo”.

“Lamento haberte sorprendido. Esperaba que pudiéramos hablar a solas un poco”.

“¿Conmigo?” Sayo parpadeó sin comprender después de escuchar la razón de Miharu para llamarla.

“Es, bueno… sobre Haruto…”

“Lo-lo siento. No sabía que Sir Rio era de la realeza en ese momento, pero debería haber sabido mi lugar”, se disculpó Sayo con seriedad, habiendo adivinado lo que Miharu quería.

“E-Err… No hay nada por lo que te disculpes, ¿creo? No estoy segura de qué hacer con una disculpa así…” Miharu parecía confundido ante la exhibición innecesaria de reverencia y miedo.

“U-Umm… lo siento…” Sayo se disculpó de nuevo.

“Heh… Hee hee”. Miharu se río.

“¿P-Pasa algo?”

“Err, estaba pensando en lo similares que somos…”

“¿Tu y yo…?” Sayo ladeó la cabeza sin comprender. A sus ojos, Miharu parecía tan elegante, su buena educación era clara a diferencia de su yo nacido en la aldea. Sobre todo, ella era extremadamente linda. Ella no pudo ver ninguna similitud.

“Sí. Escuché que le dijiste a Haruto lo que sentías por él cuando se iba de tu aldea…”

“¿E-En serio?” Sayo todavía estaba confundida, sin entender cómo eso podría ser una razón para su similitud.

“Umm, la verdad es… también le he dicho a Haruto mis sentimientos antes…” Dijo Miharu, saliendo con Sayo sobre lo que había sucedido durante el banquete de Galarc.

“¿E-Es así?”

“Sí. Por eso, Haruto casi se distanció de mí… así que pensé que éramos similares”.

“P-Pero Sir Rio dijo que te permitían quedarte con él, ¿verdad?”

“Eso es porque, bueno… En mi caso, fui demasiado terca para rendirme… Y Ai-chan me ayudó mucho…”

En ese momento, acababa de enterarse de que Rio era Amakawa Haruto, pero renació y no podía quedarse quieta. No pudo reprimir sus emociones y siguió adelante con su perseverancia. Cuando volvió a mirarlo ahora, se sintió realmente avergonzada por eso, lo suficiente como para que su rostro se enrojeciera gradualmente. Por supuesto, no se arrepintió en absoluto, pero…

“Pero si Ai-chan no me hubiera ayudado, me habrían rechazado, al igual que tú. Así de fuerte era la determinación de Haruto. Me hizo darme cuenta de lo pesado que era el peso que sentía en este mundo…”

No podía abandonar su identidad como Rio y vivir como Amakawa Haruto. Por eso no podía renunciar a su sed de venganza, eso fue lo que Rio le dijo una vez a Miharu.

Tenía su vida y las relaciones que había construido como Rio. Ella no podía negar esa identidad suya. Y ahora que sabía cuán pesadas eran sus cargas al crecer como Rio, Miharu no podía exigir que permaneciera como Amakawa Haruto. No tenía intención de preguntarle eso.

Sin embargo, a pesar de eso, todavía estaba enamorada de Rio. Ella todavía estaba enamorada de Haruto. Debido a que había llegado a esa respuesta por sí misma, Miharu le dijo a Rio que quería quedarse con él. Al decirle esto a Sayo ahora, Miharu recordó ese sentimiento. Además, este viaje podría llevarlos a las raíces de Río; ese era el sentimiento que Miharu tenía después de conocer a Sayo y los otros con los que Rio había establecido relaciones como Rio.

“Es eso así…”

Sayo miró a Miharu con empatía, y Miharu le devolvió la mirada. Sintió un sentimiento de simpatía indescriptible después de escuchar la historia de Sayo. Como alguien que también había confesado sus sentimientos y casi fue rechazada por eso, Miharu no pudo evitar llamar a Sayo. Así, un silencio cayó sobre ellos, creando un espacio compartido que solo ellas dos ocupaban.

“Err, en cuanto a por qué de repente te llamé… quería hablarte sobre algunas cosas…” Miharu vaciló, tratando de continuar con lo que estaba diciendo. “Y esperaba que pudiéramos ser amigas”. Terminó con una sonrisa tímida.

“Si no te importa alguien como yo, entonces…” Sayo asintió con entusiasmo.

“Entonces, vamos a llevarnos bien, Sayo”.

“S-Sí, La… Señorita Miharu”. Sayo estaba a punto de decir “Lady”, pero se armó de valor y dejó caer el título.

“¡Oh, no es justo! ¡Estos dos están compartiendo un momento íntimo solas!” Latifa corrió hacia Miharu y Sayo, habiendo dejado el grupo para tomar una copa.

“Solo le estaba pidiendo que dejara el título de ‘Lady’ y me hablara como una amiga. Y hablamos un poco de Haruto. Te lo diré más tarde, Latifa”. Miharu se río.