Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 17

Capítulo 2: Preparándose Para Partir

Parte 2

“E-Entonces eso significa…”

“…” Roanna se sonrojó, pero permaneció en silencio.

“¡B-Bastardo, eso es acoso sexual! ¡No digas esas cosas delante de Roanna!”

Hiroaki mostró una reacción sorprendentemente inocente. Parecía que no quería que Roanna escuchara de lo que estaban hablando.

“B-Bueno, es tu culpa que empezaras a hablar de vírgenes. ¡Hablar de virginidad frente a una chica es un acoso sexual en sí mismo!” Kouta refutó. “¡Es tu culpa por ser virgen!” Declaró Hiroaki.

“De hecho, Kouta es un poco sensible acerca de ser virgen”, dijo Rei, poniéndose del lado de Hiroaki.

“Ngh…” Kouta no pudo contestar después de eso.

“Tch… Oye, Kouta. En lugar de viajar como un aventurero, primero consigue una novia y deja de ser virgen”, aconsejó Hiroaki, suspirando con cansancio.

“¿Por qué tengo que hacer eso?”

“Porque eres virgen”.

“Deja de decir la palabra ‘virgen’ tantas veces… Al menos dame una razón”. Kouta frunció el ceño, enfurruñado ligeramente.

“Déjame decirte esto sin rodeos: todavía estás enamorado de esa chica, ¿no es así?”

“Qué…”

Habiendo tenido su marca golpeada una vez más, Kouta se sonrojó de un rojo brillante. No había necesidad de confirmarlo con palabras.

“Tu cara pregunta por qué lo sé, ¿eh? La razón por la que quieres crecer es porque todavía estás apegado a esa chica que te rechazó. Quieres mostrarle cómo has crecido”, continuó Hiroaki, diciendo la verdad.

“Guh… ¿Por qué suenas tan confiado en tus palabras? Hiroaki, casi suenas como…”

Como si tú también fueras virgen— pensó Kouta, mirando a Hiroaki mientras se tragaba esas palabras.

“Imbécil. Lo que sea. En cualquier caso, tú y Rei son mis asistentes ahora.” Hiroaki se rio entre dientes con una sonrisa extrañamente tranquila.

“No puedes decidir eso de la nada…” dijo Kouta de mala gana.

“Eso está bien, ¿verdad, Rei?”

“Sí, no me importa”, asintió Rei fácilmente.

“Entonces está decidido. Ustedes dos son mis asistentes desde hoy”.

“No, espera un minuto”.

“¿Cuál es el problema? De todos modos, estarás trabajando en la novela por el momento. Puede partir para su viaje después. Hasta que lo haga, puede ser mi asistente. Por ahora, sé mi ilustrador exclusivo”, decidió Hiroaki con bastante fuerza. “Oye, Roanna. Prepara un puesto para estos dos. Se están convirtiendo en mis asistentes. Al menos eleva el rango social de Rei”, agregó antes de que Kouta pudiera protestar.

“…Entiendo.” Roanna vaciló por consideración a Kouta, pero asintió de mala gana con la cabeza.

“Dime, Rei. ¿Hay alguna mujer agradable con la que este chico pueda emparejarse?”

“Hmm… Hay una chica llamada Mikaela Belmond. Se lleva bien con mi prometida y a menudo nos sentamos juntos durante las conferencias”.

“Eh. ¿La conoces, Roanna?”

“Nunca la conocí personalmente, pero creo que es la hija del barón Belmond”.

“Ya veo. La hija de un barón, ¿eh? ¿Vinieron esas dos a este castillo contigo?” Hiroaki le preguntó a Rei.

“No, ambas están en Rodania”.

“Okay. Llámala aquí con tu prometida”.

“¿Eh? ¿Es realmente tan fácil llamarla aquí? ”

Los dirigibles encantados eran una opción de transporte, pero normalmente los utilizaban nobles de alto rango y militares solos. No fue fácil para la hija de un barón usarlos para viajar. Mover una aeronave también requería el permiso de un noble o real con un rango bastante alto. “Solo serán unas pocas horas en dirigible, ¿verdad? Al convertirse en mis asistentes, se están convirtiendo en mis subordinados. Como su superior, quiero conocer con quién se va a casar. Por favor, haz esos arreglos también, Roanna.”

“Como desees.”

Era un asunto diferente cuando el héroe estaba dando las órdenes. Roanna tampoco mostró ninguna objeción en particular mientras asentía.

“Gracias,” dijo Hiroaki con satisfacción. “Ahora. Escuchemos más sobre cómo te rechazaron, ¿eh?”

La conversación pasó a la historia de cómo a Kouta le rompieron el corazón.

***

Una noche, medio mes después de que Rio comenzara a dar sus clases de combate, Rio, Miharu, Celia, Latifa, Aishia, Sara, Orphia, Alma y una visitante Satsuki se reunieron en el comedor de la mansión. Todos habían terminado de comer y estaban disfrutando del té después de la cena.

Rio miró a todas a su alrededor y comenzó a hablar de manera algo formal. “Tengo algo serio que me gustaría discutir hoy, si está bien. Se trata principalmente de Satsuki, el grupo de Sara, Celia y Miharu”.

Todas intercambiaron miradas de perplejidad.

“Seguro… ¿Qué es?” Preguntó Satsuki en nombre del grupo.

“Quería tener una discusión adecuada sobre el futuro”.

“¿El futuro…?”

“Es posible que lo que quiero hacer no esté alineado con lo que todos quieren hacer, así que quiero escuchar los pensamientos de todos. También hay algo de información que quería transmitir”, explicó Rio, mirando casualmente a Sara y Latifa.

“Ya veo. Qué considerado, aunque típico de ti, supongo”. Satsuki se rio entre dientes, encontrando la forma en que Rio no decidía las cosas para todos sin preguntar primero si era un aspecto positivo de su personalidad.

“Primero, creo que lo he mencionado antes, pero estoy pensando en irme en otras tres o cuatro semanas. Pasarán otros dos meses más o menos antes de que regrese de nuevo”, dijo Rio, revelando el primer orden del día.

“¿Puedo preguntarte adónde irás…?” Preguntó Satsuki lentamente, observando la expresión de Rio.

“Por supuesto. La primera parada será el pueblo de donde son Sara y las demás. Después de eso, me iré a la ciudad natal de mis padres”.

“¿Su ciudad natal? Eso está en…”

“La región de Yagumo”.

“Cierto. ¿No está eso realmente lejos? Ha pasado por el vasto páramo al este de la región de Strahl. Escuché que es realmente peligroso…” Satsuki miró a Rio como si preguntara cómo llegaría allí.

“Viajar a pie llevaría años, pero se puede llegar en menos de un mes por el aire. Sin embargo, incluso entonces, es un viaje peligroso…”

Sin mapa ni brújula, no había más remedio que viajar confiando en la posición del sol, limitando el movimiento a las horas del día. Había criaturas peligrosas en el cielo y en la tierra, y el clima anormal a veces impedía volar por completo.

“Eh… Entonces, si fueras por aire, te llevaría dos meses llegar y regresar”.

“Bueno, sí”, dijo Rio. Usar un cristal de teletransportación a la aldea espiritual acortaría el viaje de regreso, pero explicar eso descarrilaría la conversación.

“¿Pero para qué vas a la región de Yagumo cuando es un viaje tan largo?”

“Quiero darles a mis familiares una actualización de lo que ha estado sucediendo”.

“¿Eh? ¿Tiene familia en la región de Yagumo?” Los ojos de Satsuki estaban muy abiertos. Pensó que Rio había nacido y se había criado en la región de Strahl, donde había perdido a sus padres a una edad temprana y se había quedado huérfano. No se sentía bien preguntar sobre su pasado, así que ella no sabía que él había estado en Yagumo antes.

“No te lo he mencionado antes, pero sí”.

“Vaya, ¿los conociste antes?”

“Sí.”

“Eh. Como que quiero conocerlos. ¿Cómo son?” Preguntó Satsuki. Miharu y Celia también fijaron sus miradas en Rio.

“Son mi abuela paterna y mi primo. Y mis abuelos maternos también”.

“Ya veo, ya veo. ¿Tu primo es chico? ¿O una chica?”

“Ella es una chica que es un año mayor que yo…”

“Lo que la hace tener la misma edad que yo, ¿eh? ¡Oh, ahora tengo muchas ganas de conocerlos!”

“El problema principal es este: el grupo de Sara regresará a su aldea para darles sus actualizaciones a sus familias también, pero ¿qué harán el resto de ustedes? Si vienen, no volverán a la región de Strahl hasta dentro de dos meses. Visitar a mis parientes es un asunto puramente personal, así que puedes quedarte en esta mansión si lo deseas…” También existía la opción de esperar en la aldea espiritual.

“¡Sí! ¡Quiero ir contigo! Tu familia también es mi familia. Necesito saludarlos apropiadamente,” respondió Latifa inmediatamente, levantando su mano.

“También me quedaré con Haruto”, agregó Aishia.

“Dependerá de si los ancianos dan permiso, pero también estamos pensando en ir contigo a Yagumo después de visitar el pueblo”. Sara envió a Orphia y Alma una señal con sus ojos antes de expresar en voz baja sus intenciones.

“¡Sí! ¡Yo quiero ir también!” Satsuki también levantó su mano enérgicamente.

“No puedes dejar el castillo, Satsuki”.

No había forma de que pudiera dejar el castillo casualmente para ir hasta Yagumo.

“Sí, pero…” Satsuki hinchó las mejillas en una linda protesta.

“¿Qué hay de Miharu y Celia?”

“Umm, yo…” Miharu miró a Satsuki vacilante. Quizás se sentía culpable de que Satsuki se hubiera quedado atrás completamente sola.

“Está bien, Miharu. Tú puedes dejarme. Estoy de mal humor porque sé que no puedo ir”, persuadió Satsuki a Miharu con una sonrisa irónica.

“Sí. Pero también está el asunto de Aki y los demás…”

“Claro. Es cierto que ha pasado un tiempo desde que nos separamos, así que tiene sentido que te preguntes qué están haciendo. Y ahora estarás fuera por al menos dos meses”.

Habían decidido esperar pacientemente a que pasara el tiempo, pero habían pasado varios meses desde que se separaron. Tenía sentido sentir curiosidad por saber cómo les estaba yendo.

De hecho, Miharu bajó la cabeza con una expresión vacilante.

Después de sopesar todas sus opciones en su corazón, finalmente decidió priorizar sus propios sentimientos y levantó la cabeza. Luego se volvió hacia Satsuki casi suplicante.

“¿Está… está bien si yo también estoy de acuerdo?”

“Por supuesto. Déjame las cosas a mí en tu ausencia”. Satsuki estaba complacida de que Miharu se hubiera priorizado a sí misma por una vez, y quizás un poco complacida de que se confiara en ella, mientras se golpeaba en el pecho y aceptaba la solicitud. “Enviaré una carta a Masato y le preguntaré si ha habido algún progreso. Debería haber una respuesta para cuando regrese, así que espérelo”.

“Muchas gracias, Satsuki.”

Satsuki negó con la cabeza tímidamente ante la forma en que Miharu se inclinó profundamente ante ella. “Está bien, nada por lo que agradecerme. ¿Para qué están los amigos?”

“Yo también cuento contigo, Satsuki.” Cuando Rio se inclinó ante ella, Satsuki puso una cara aún más avergonzada.

“Seguro.”

“Eso deja a Celia. ¿Qué vas a hacer? Hay que considerar la Restauración, así como los principales problemas del Reino de Beltrum. Puedes quedarte en esta mansión si lo deseas, pero…”

Debe estar preocupada por cómo le va a su familia en casa, pensó Rio mientras miraba a Celia.

Celia hizo una pausa por un breve momento, pero respondió con una sonrisa brillante. “No… soy tu asistente en este momento. Yo también voy, por supuesto”.

“¿Estás segura?”

“Sí. He recibido información sobre el gobierno principal y mi familia no parece estar en peligro inmediato. No hay nada en mi poder que pueda hacer para ayudar a la relación de la Restauración con Beltrum. Solo a la princesa Christina se le puede confiar eso. Además, ella te dejó a mí…” Celia se calló, mirando a Rio.

Rio inclinó la cabeza, desconcertado. “… ¿Hay algo más?”

“Sí. Bueno, yo también quiero conocer a tus parientes…” Celia dijo con un poco de timidez.

“Entiendo. Entonces también te llevaré a la región de Yagumo”.

“Okay.” Celia asintió feliz.

“¡El primero en conocerlos seré yo, tu hermana pequeña!” Latifa infló las mejillas.

“Lo sé,” estuvo de acuerdo Rio con una sonrisa forzada.

“Eso significa que sería mejor para nosotros regresar primero a la aldea. Me encantaría mostrarle a Celia el pueblo, y los ancianos deben dar su permiso para eso”, sugirió Sara de repente, intercambiando miradas con Orphia y Alma.

“¿Quieres decir que las tres volverán primero?” Rio preguntó después de una pausa.

“Sí. No creo que haya un problema si aparece en tu consulta, pero probablemente sea mejor avisar con anticipación”.

“¿Entonces volverás aquí después de recibir la confirmación…?”

“Sí exactamente.”

En otras palabras, los tres viajarían solos por el desierto. No era probable que ocurriera algo malo, pero había criaturas allí contra las que incluso Sara y las demás lucharían.

“Puedo ir”, ofreció Rio.

“Eres el dueño de esta mansión, así que deberías quedarte aquí. Y confía un poco más en nuestras habilidades. Es bueno que te preocupes por nosotras, y sé que no somos rival para ti o Aishia, pero aún somos lo suficientemente fuertes para enfrentarnos a la Región Salvaje”, dijo Sara, mirando a Rio con ojos desdeñosos.

“…”

“Ustedes…” Celia comenzó a hablar pero fue interrumpida.

“Oh, no te disculpes ni nos des las gracias, por favor”.

“Sí, no estamos haciendo esto solo por el bien de Rio o de Celia”.

“Es simplemente algo que queríamos hacer”.

Orphia, Alma y Sara hicieron comentarios anticipando lo que Rio y Celia estaban a punto de decir.

“Entiendo… En ese caso, por favor usen el cristal de teletransportación que tengo en mi poder en su camino hacia allí. Eso debería reducir la duración y el riesgo de su viaje a la mitad”, dijo Rio.

Sara asintió con satisfacción. “Está bien. Aceptaremos esa oferta”.

“Cristal de teletransportación… Ese es el nombre del artefacto que se usó cuando la princesa Christina y la princesa Flora fueron secuestradas, ¿verdad?” Preguntó Satsuki, parpadeando.

“Sí. Yo también poseo uno”. Rio dio la explicación sobre los cristales de teletransportación que había omitido antes. Se podía confiar en Satsuki, por lo que no había necesidad de mantenerlo en secreto.

“¿Eh? ¡Wow! ¿Entonces puedes deformar si tienes eso?” Preguntó Satsuki con gran interés.

“Sí, pero no libremente. El destino se limita al pueblo de Sara y el viaje solo se puede hacer en un sentido”.

“Sin embargo, sigue siendo asombroso”.

“Por supuesto. Por eso te agradecería que mantuvieras esto en secreto para cualquier otra persona. Este es un artículo particularmente valioso hecho de hechicería que se considera perdido en la región de Strahl. Si lo roban, la aldea de Sara también correrá el riesgo de ser invadida”.

“Bien, lo tengo”. Satsuki asintió con una mirada seria.

Rio continuó con una mirada a las chicas espirituales. “Además, quería aprovechar esta oportunidad para hablar sobre Sara y las demás”.

“¿Está seguro? Son de una aldea secreta, así que no se puede hablar mucho de eso, ¿verdad? Y con artefactos como este, puedo imaginar por qué…” Satsuki también miró para comprobar sus expresiones. Lo único que sabía era que vivían en un pueblo escondido en las afueras de Strahl.

“Esto es a pedido de las personas involucradas”.

Sara y los demás habían ido a Río, pidiéndole que le explicara las cosas correctamente a Satsuki antes de partir. También consideraron decírselo a Charlotte, pero finalmente decidieron no hacerlo esta vez debido a su posición como realeza. Dicho esto, su confianza en Charlotte era lo suficientemente alta como para que ella fuera considerada.

“Queremos acercarnos más a Satsuki, así que discutimos cosas entre nosotros y decidimos no guardar secretos. Sabíamos que siempre estabas actuando con consideración con nosotras”, dijo Sara.

“Se sentía como si hubiera una distancia entre nosotras, como si estuviéramos construyendo una pared. Y no queríamos eso”, agregó Orphia.

“Por eso le agradeceríamos que nos escuchara”, reveló Alma.

“Gracias…” Satsuki dijo tímidamente. “Pero es una regla de tu aldea, ¿no? No tienen que romperlo por mí”.

“Sí. Pero hay excepciones a las reglas,” respondió Sara con cierta timidez. Por lo tanto, Satsuki descubrió la verdad detrás de las chicas espirituales y su aldea. Las chicas partieron hacia el pueblo dos días después.