Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 17

Capítulo 3: Reunión En La Aldea

Parte 1

Aproximadamente tres semanas después, Sara y las demás regresaron a Strahl desde la aldea de los espíritus. El espíritu contrato de Sara, Hel, se coló en la mansión en forma espiritual e informó a todos de su regreso. Rio salió de la mansión esa noche para dirigirse a la casa de piedra donde Sara y las demás se alojaban en las afueras de la capital.

“Perdón por venir tan tarde”, dijo Rio.

“Para nada. Por favor, entre”, dijo Sara, y Rio entró.

Invitado por Sara, Rio atravesó la puerta principal.

“Cuánto tiempo sin verte, Rio”.

“Buenas noches.”

Orphia y Alma también estaban allí para recibirlo.

“Me alegra ver que ustedes tres están bien. ¿Ha sucedido algo nuevo?”

“Sí. Obtuvimos permiso para llevar a Celia al pueblo. El cristal de teletransportación se ha recargado con esencia mágica, por lo que está listo para funcionar en cualquier momento”.

“Entiendo. Probablemente nos vayamos en los próximos días”.

“Okay. Pero había algo más… No estoy segura de sí se puede clasificar como un problema, pero hay personas que quieren conocerte una vez que regresemos al pueblo”, le dijo Sara a Rio en un tono bastante vacilante.

“¿Conocerme? No me importa… ¿Pero puedo preguntar quién es?” Rio ladeó la cabeza en pregunta.

“Sobre eso… Nos pidieron que no dijéramos nada para que la explicación se pudiera dar directamente. ¿Podrías esperar hasta que regresemos a la aldea para escuchar los detalles?” Sara se rascó la mejilla, sin saber cómo explicar las cosas.

“Está bien. Eso también está bien”. Realmente no podía entender la situación, pero si Sara fue la que dijo esto, entonces debe haber una razón. Rio no era el tipo de persona para entrometerse. Asintió fácilmente y decidió esperar hasta que llegaran al pueblo.

***

Varios días después, llegó el momento de que Rio y los demás partieran hacia la aldea espiritual. Parados en la puerta principal de la propiedad de Rio estaban Satsuki y Charlotte, quienes habían venido a despedirlos. Francois se había despedido con anticipación, mientras que Rio y Celia habían visitado a Christina y Flora para informarles de su ausencia. Liselotte también se había despedido, por lo que ninguno de ellos estaba presente para despedirlos en este momento.

“No puedo creer que te vayas por otros dos meses… Me sentiré sola”. Charlotte infló sus mejillas de una manera malhumorada, mirando a Rio desde una distancia cercana. Cualquier niño en crecimiento que no esté acostumbrado a las niñas se habría quedado impresionado en el acto.

“Planeo quedarme en la mansión por un tiempo la próxima vez que regrese”. Rio desvió la mirada con torpeza. Los ojos de Latifa brillaron a su lado.

“Princesa Charlotte, eso es un poco cerca”.

“Estamos a punto de separarnos, así que estoy cerca a propósito”. Charlotte avanzó aún más, cerrando la brecha entre ella y Rio hasta que no quedó nada. Apoyó la parte superior de su cuerpo contra el pecho de Rio.

“¡Onii Chan!” La voz de Latifa era casi un grito. La única razón por la que no apartó a Charlotte en un momento dado fue porque sabía que la otra persona involucrada era, de hecho, una princesa. Miharu y Celia eran igualmente conscientes de esto, pero sus personalidades les impedían hacer otra cosa que mirar nerviosamente.

“Princesa Charlotte, sus bromas han ido demasiado lejos”. Rio puso sus manos sobre los hombros de Charlotte y lentamente trató de poner distancia entre ellos. Sin embargo—

“Aunque no estoy bromeando…”

Charlotte inmediatamente tomó la mano derecha de Rio con un movimiento elegante y silenciosamente se la llevó a la mejilla. Luego procedió a tocar sus dedos con sus labios.

“Ups, te he besado”. Había un leve rubor en sus mejillas. Agregó algunos comentarios sobre cómo era su primera vez y cómo no haría una broma.

“¡E-Eso no cuenta! ¡No cuenta como un beso! Eso estaba en los dedos. ¡Los dedos!” Latifa protestó de inmediato.

“Entonces deseo besarlo en los labios a continuación”. La mirada acalorada de Charlotte estaba fija en la boca de Rio.

“¡Onii Chan!” Latifa tiró del brazo de Rio, tratando de alejarlo de Charlotte.

“Oye, sabes que no puedes hacer eso, Char. Eres una princesa soltera. Fingiremos que no lo vimos en este momento, pero debes dejarlo así. ¿Okay?” Satsuki había estado observando la serie de eventos en estado de shock, pero el grito de Latifa la devolvió a sus sentidos, permitiéndole advertir a Charlotte con un suspiro.

“Deberías escuchar a Satsuki.” Gracias a la intervención de Satsuki, Rio pudo distanciarse de Charlotte esta vez. A cambio, Latifa se aferró a él.

Estoy tan cansado y ni siquiera nos hemos ido todavía.

Aún tenían que partir, pero Rio se sentía tan exhausto como el final del viaje.

“Sube al carruaje antes de que Char haga algo extraño, Haruto”. Satsuki lo instó hacia el carruaje cercano con un suspiro.

“Si me disculpas, entonces. ¿Nos vamos?”

Rio miró a Miharu, Celia y Aishia, que eran las más cercanas. Finalmente, miró a Latifa aferrada a su brazo izquierdo y le dio unas palmaditas en la cabeza. Con unas últimas palabras de despedida, subieron al carruaje y partieron.

“Tengo tanta envidia de Lady Suzune. Lady Celia, Lady Miharu, Lady Aishia…” Charlotte murmuró tristemente mientras veía cómo se alejaba el carruaje.

Verla hizo que Satsuki se sintiera un poco triste también, por lo que sonrió alegremente. “Momentos como este requieren una sesión de baño juntos. Haruto dijo que éramos libres de usar su mansión en cualquier momento, así que aprovechémoslo al máximo. Te lavaré la espalda”.

***

Después de que el carruaje llegó a la puerta del distrito noble, Rio y las demás desembarcaron y salieron de la capital a pie. Continuaron por la carretera principal que salía de la ciudad hasta que no había nadie más alrededor, luego se desviaron de la carretera hacia la casa de piedra donde esperaban las chicas espirituales.

Cuando pasaron la barrera que rodeaba la casa, Sara y los demás salieron de inmediato. “Bienvenido de nuevo.”

“¿No deberías estar diciendo ‘Estoy en casa’ a Miharu y Latifa en su lugar?” Alma dijo, señalando cómo eran ellos los que habían regresado del pueblo.

“Eso es cierto… Pero todos también están regresando a la casa de piedra”.

“Hee hee, ¿no funciona en ambos sentidos?” Orphia sugirió divertida.

“¡Estamos en casa! ¡Y bienvenido de nuevo! Sara, Orphia, Alma, ¡mucho tiempo sin verte!” Latifa los llamó enérgicamente, levantando una mano.

“Es bueno verlos bien a los tres”, dijo Miharu.

“Tener a todos reunidos en la casa de piedra realmente se siente como volver a casa”, agregó Celia.

“Si bien sería bueno tomar un descanso como este… ¿está bien si nos dirigimos a la aldea de inmediato?” Rio les preguntó a todos desde dónde estaba junto a Aishia.

“Seguro. Quiero ver el pueblo de todos modos”, dijo Celia, asintiendo con gran interés y entusiasmo.

“Nos alegra saber que está tan emocionado de ir a nuestro pueblo”. Sara sonrió un poco tímidamente.

“¡Va a ser tan esponjoso! ¡Un paraíso esponjoso! Quiero tocar el pelaje de todo tipo de personas allí”.

“¡Ah ha ha!”

Todos rieron divertidos.

“Así que vayamos ya”. Avergonzada, Celia se sonrojó y los instó a que se fueran.

“Guardaré la casa, entonces. Conditum”.

Orphia usó el alijo espacio-temporal equipado en su brazo para recolectar la casa de piedra. El área donde se encontraba se convirtió inmediatamente en un espacio vacío.

“Entonces usaré el cristal de teletransportación. Hay una variedad de efectos, así que mantente lo más cerca posible de mí. Sobre todo porque somos muchos”.

“¡Okay!” Latifa tomó la delantera al abrazar el brazo derecho de Rio, mientras que Aishia se apretó contra él desde el otro lado.

Sin embargo, no hay necesidad de estar tan cerca…

El alcance efectivo era de alrededor de tres metros de radio, por lo que no había necesidad de que siete personas se empacaran con tanta fuerza. La expresión de Rio se puso rígida por la timidez y bajó la mirada con inquietud. “O-Okay. ¿Es esto bueno?”

Sintiéndose competitiva contra Aishia y Latifa, Celia se aferró a Río desde el frente. La brecha de altura entre ellos significaba que su rostro estaba tocándolo en el pecho.

“S-Sí…”

Desconcertado, Rio asintió incómodo.

“…”

El espacio libre restante era la espalda de Rio. Las miradas de Miharu, Sara, Orphia y Alma se concentraron naturalmente en ese punto. Y la primera en moverse fue… las cuatro. Sin embargo, la que empezó más cerca de la espalda de Rio fue Miharu. Las otras tres estaban paradas frente a él, por lo que se tomaron un momento extra para dar la vuelta.

“¿M-Miharu…?”

Ante la inesperada sensación presionando contra su espalda, los ojos de Rio se abrieron. Como Sara y los demás estaban frente a él, el único que posiblemente podría estar detrás de él era Miharu, pero eso fue exactamente lo que sorprendió a Rio. Miharu nunca antes había tratado de aferrarse a él. No pudo evitar girar el cuello para mirar hacia atrás. “T-Te lo agradecería… si no miras hacia atrás…”

Pero la voz temblorosa de Miharu lo detuvo. Su rostro estaba teñido del tono profundo de un melocotón maduro. No quería que Rio la viera así.

“Wow, Miharu, tu cara está roja brillante”, dijo Latifa con los ojos muy abiertos.

“¿Pero no es rojo?” La negación de Miharu salió con una voz bastante aguda. Podía sentir el calor de su propio rostro.

“Umm, no hay necesidad de que te aprieten tanto…” Rio trató de protestar vacilante.

“¡Todos se aferran demasiado a Río!”

“¿No es injusto que nos quedemos fuera, Sara?”

“¡Sí! ¡Espera, ¿no—?!”

“Está bien. Por favor, presione juntos más cerca, o no habrá lugar para nosotras”.

Sara, Orphia y Alma se apiñaron hacia adelante, haciendo las cosas aún más ruidosas y estrechas.

No puedo moverme…

Normalmente, Rio era capaz de moverse a velocidades rápidas para evadir todos los ataques enemigos, pero estaba completamente indefenso en este punto. Estaba bloqueado por todos lados.

Rio trató de mover un poco sus extremidades, pero la sensación de cosas que no deberían ser tocadas le fue transmitida. Los ruidosos sonidos de “¡Prefiero eso, Sara!” Y “¡Tu cara está demasiado cerca, Aishia!” Resonaron a su alrededor.

“Dije que no hay necesidad de estar tan cerca…” Nadie respondió a la opinión reservada de Rio.

L-Lo que sea. Vamos a teletransportarnos lejos de aquí lo más rápido posible, se dijo Rio, aclarando su mente para poder tomar una decisión.

“B-Bien, vámonos ahora. Voy a decir el hechizo. Transilio”.

Cantó el hechizo y activó el cristal de teletransportación en su mano. Al momento siguiente, el espacio giró en espiral y se combó alrededor de Río. Un momento después, el escenario cambió por completo. Se habían mudado del bosque en las afueras de Galarc a la aldea espiritual en las profundidades del desierto. En cuanto a su posición, estaban ubicados a uno o dos minutos de vuelo del ayuntamiento del pueblo.

Había una diferencia de tiempo entre la región de Strahl y la aldea, pero aún estaba brillante al lugar al que se habían teletransportado. La luz del sol se filtraba a través de los árboles y atravesaba el bosque. Había un manantial junto a ellos y un cielo azul que se extendía por encima de sus cabezas.

En un momento normal, este habría sido un espacio tranquilo y pacífico. Sin embargo, dado que las mujeres del grupo habían estado armando un escándalo hasta la teletransportación, no se habían dado cuenta de que habían llegado. Esto hizo que sus fuertes voces hicieran eco a través del bosque.

“Hemos llegado…”, dijo Rio a las chicas que aún se aferraban a él con un suspiro. Luego miró a su alrededor para confirmar que se habían teletransportado con éxito, que fue cuando notó una mirada desde cierta dirección.

Varias personas vestidas con lo que parecía ropa tradicional japonesa estaban sentadas en la orilla rocosa del manantial. Se sorprendieron por la llegada repentina de Rio y las chicas, o tal vez se sorprendieron al ver tantas chicas hermosas aferrándose a Rio, mientras parpadeaban maravillados.

¿Por qué están ellos aquí…?

Rio reconoció a algunas de las personas que se encontraban entre ellos: eran personas que deberían haber estado en la siguiente parada de su viaje.

Se quedó helado de desconcierto. Las chicas que se aferraban a él naturalmente notaron su mirada y miraron de la misma manera. Como resultado, el grupo de Rio y las personas que vestían kimonos se miraron fijamente. Entonces, un hombre se levantó del grupo.

“¿Por qué estás aquí, Gouki?” Rio le preguntó. Era el guerrero mayor del Reino de Karasuki, Saga Gouki, y el ex guardia de la madre de Rio, Ayame, con el padre de Rio, Zen.

“Nos dijeron que aparecerías esta primavera si esperábamos aquí…” Gouki se rascó la mejilla con torpeza, luego se detuvo para mirar de cerca a las chicas que rodeaban a Rio. “Veo que tienes mucha demanda, ¿eh? Como se esperaba de la princesa Ayame y el hijo de Zen”. Estalló en carcajadas. “No, umm… Esto es… Ha ha.”

Rio trató de ignorarlo riendo. Miharu, Celia y Latifa observaron, preguntándose quién era el hombre. Mientras tanto, las tres chicas espirituales que habían regresado antes parecían conscientes de sus identidades, ya que estaban mirando el rostro de Rio en su lugar. Como resultado, el aire era bastante incómodo entre todos.

“No molestes a Sir Rio, querido.”