Haken no Kouki Altina (NL)

Volumen 13

Capitulo 4: El Precio de la Traición

Parte 2

Uno de ellos expresó sus pensamientos.

“¡He estado descontento por esto desde el principio! ¡Mi abuelo también trabajó con él, pero las tácticas, el equipo y el entrenamiento eran siempre los mismos, y no había resultados de guerra presentables de los que hablar! Y ahora, incluso tenemos que soportar la infamia de desobedecer las órdenes.”

“Hablando de eso… Escuché que los muchachos del Cuarto Ejército dicen que aunque la Oficina de la Généralissime ha sido establecida, su número de soldados regulares todavía no existe.”

Cuando escucharon eso, los otros comenzaron a parlotear. “¿No contrataron mercenarios hace algún tiempo?”

“Pero todavía son menos de 10.000 soldados pesados.”

“Han enviado destacamentos al frente norte y este…”

“Pero los soldados que trabajan directamente bajo la Madam Généralissime son limitados en número, ¿verdad?”

“Escuché a ese flacucho estratega decir que había planes para ‘aumentar el número de soldados.”

“¡Está bien, probemos!”

Parece que el comandante del Octavo Ejército era menos popular de lo esperado.

No había nadie preocupado por el castigo de Rockhoward, ni siquiera esos que suplicaran para reducir su sentencia. La mayoría de los oficiales abandonaron el patio.

La mayoría de ellos planeaba transferirse al Cuarto Ejército. Solo quedaban unos pocos hombres ancianos.

Frank preguntó:

“¿Cuáles son sus planes?”

“Ehh… ya pasamos la edad de buscar fama y fortuna, así que simplemente nos retiraremos a nuestra ciudad natal. Si el Emperador actual requiere nuestros servicios, aún le ofreceremos nuestras espadas.”

“Estoy impresionado por su sentido de lealtad.”

“… El Emperador anterior también fue amable con nosotros.”

“Tal vez no necesito decir esto… los caballeros de hoy en día luchan por la fama y la fortuna, y le dan menos prioridad a la lealtad. Comparado con ellos, siento que todos ustedes son los verdaderos caballeros.”

Los viejos oficiales negaron con la cabeza.

“Somos demasiado viejos para servir a un nuevo maestro. Señor Alguacil Militar, la casa del Marqués Rockhoward sirvió a la familia real desde los tiempos de L’Empereur Flamme. El líder actual podría ser retrasado, pero definitivamente no tenía intención de cometer traición. Por favor sea indulgente con su sentencia.”

Al ver que bajaban la cabeza, Frank respondió solemnemente: “Este humilde relatará sus palabras a Su Majestad”

***

Durante el mismo tiempo, en un lugar diferente-

La gran sala de reuniones lo suficientemente grande como para sentar a decenas de personas tenía solo dos ocupantes.

Uno de ellos era Regis.

El otro era el comandante del Sexto Ejército, el teniente general Dorval. Altina no estaba aquí.

Ninguno de los dos tenía escoltas, ya que tenían algo confidencial que discutir: Regis fue quien propuso esta reunión.

Parecía que la otra parte tenía algo que decir sobre la batalla reciente. La palabra “rabia” parecía estar tallada en la frente de Dorval.

“¡Qué diablos fue eso, explícalo ahora mismo!” Regis habló sin aturdirse.

“… Con la ayuda del Sexto Ejército, derrotamos al Ejército de Etruria. Desafortunadamente, nuestro cerco se rompió debido a la imprudencia del Octavo Ejército.”

“¡No estoy preguntando sobre el Octavo Ejército! ¡Estoy hablando de hacer de mi ejército el escudo en esta batalla! ¿¡Nunca escuché acerca de esto!?”

“… No hubo tales planes. Frente a la carga del enemigo, la unidad enfrente se abrió paso. Esta es una ocurrencia común. Esa es la razón por la cual su unidad estaba desplegada en nuestra parte posterior.”

“¡Ocho mil soldados que se dividen limpiamente en dos mitades no es común en absoluto! ¡Esto debió planearse antes de tiempo!”

“… Pero aun así, esa es todavía la decisión tomada por la Généralissime, el comandante en jefe. Los soldados que están en el campo de batalla no pueden culpar a nadie solo porque tuvieron que enfrentarse al enemigo, ¿correcto?”

La mitad de lo que dijo fue falso.

Esto fue planeado por Regis, no por Altina.

Y por supuesto, no había necesidad de decir todo eso. Dorval no aceptó esta explicación.

“¡No tengo nada que decir si esta es realmente la decisión del comandante en jefe! ¿¡Pero puede ganarse la confianza de los soldados con la forma en que comanda!?”

“… Confianza, eh.”

Si Altina escuchara eso, podría estar de acuerdo con Dorval.

***

Por eso no la dejó venir.

Porque esta conversación no era solo sobre la batalla. Dorval le advirtió concienzudamente:

“¡Eres demasiado joven! ¡Reconozco que este plan fue espléndido, pero si pierdes la confianza de tus tropas, no podrás comandar como un general!”

“… Lo tendré en cuenta. Por cierto, ya que estamos hablando de confianza, ¿y usted teniente general?”

“¿¡Qué dijiste!?”

“… Después de ver al Ejército de Etruria chocando de frente con el Sexto Ejército, confirmé una cosa. Puedes ganar incluso si tus números están igualados con el enemigo.”

Los hombros de Dorval temblaron de risa.

“Fufu… me preguntaba qué querías decir… la suerte también juega un papel en la victoria y las derrotas.”

“… Estaba claro por los registros de las batallas anteriores también. El Sexto Ejército pudo haber perdido, pero no perdiste ningún hombre. Parece que estás perdiendo a propósito.”

Regis dijo con confianza. Dorval negó con la cabeza.

“Eso es porque la condición de nuestros hombres y el enemigo era diferente a la de hoy. No es algo que alguien que nunca ha estado en campañas largas lo entenderá.”

“… ¿Estás diciendo que no perdiste sin una pelea a propósito?”

“¡Por supuesto! ¿¡Por qué habría de hacer eso!? ¡No tengo razón para hacerlo!¿¡Por qué iba a perder ante el Ejército de Etruria a propósito!?”

“… El resultado es que siete fuertes y la ciudad de Sembione cayeron en manos del enemigo.”

“¡El Sexto Ejército participará en la campaña para reclamar estos territorios perdidos! ¡No te agrandes solo porque te llaman héroe! ¡No pienses que no habrá consecuencias por calumniar sin fundamento mi reputación!”

Dijo agresivamente.

En el pasado, Regis podría detenerse por miedo.

Solo necesitaba decir lo que pensaba honestamente. Esto no era nada en comparación con el campo de batalla donde decenas de miles de vidas estaban en juego.

Se había enfrentado a la intención asesina del Caballero Negro Jerome, el Rey Mercenario Gilbert y el Nuevo Emperador Latreille en el pasado.

A pesar de que Regis era tan débil como un cachorro, aún podía hacer una comparación entre las personas que había conocido.

–El teniente general Dorval no era nada. Regis ni siquiera rompió en sudor.

Preguntó:

“… ¿Dónde están las raciones que deben guardarse en los fuertes?”

Dorval sonrió burlonamente

“¿De qué estás hablando…? Desafortunadamente, esas raciones han caído en manos de Etruria. ¿Quieres que compense estas pérdidas? Pero protegí las vidas de los ciudadanos. ¿O estás diciendo que el trigo es más importante que las vidas humanas?”

“… Hablar de algo que parece relevante pero que en realidad no lo es simplemente desviará el punto. Estoy hablando de las raciones. Puedes comparar la diferencia entre el trigo y la vida humana la próxima vez.”

“¡Es relevante!”

“… lo diré de nuevo. Esto es sobre las raciones. Ahora, ¿dónde están?”

“¡Dije que Etruria las tiene!”

“… Ya obtuvimos el testimonio de los oficiales de Etruria que capturamos de que ‘los almacenes estaban vacíos’.”

“¡Hmmp! ¿Me estás preguntando algo tan ridículo por las divagaciones de un soldado enemigo? ¡Deja de bromear conmigo!”

Regis asintió.

“… Uno de los patrocinadores de la Princesa es la Casa Tiraso Laverde. Una casa competente que unió a todos los nuevos nobles en el sur. El teniente general Dorval quien ha estado guarnecido en el sur por un período de tiempo tan largo debe saber de ellos.”

“Sí, los conocí antes.”

“… ¿Sabías que también controlan a los mercaderes del sur?”

“¿Hmm? No lo sabía, solo me enteré de que son mercaderes ricos… ¿Qué tiene que ver eso con las raciones?”

Dorval mostró una expresión detestada.

Regis miró las vastas tierras de cultivo fuera de la ventana.

La tierra estaba lentamente teñida de un profundo tono rojo.

“… Al permitir que el Ejército de Etruria tomara el fuerte e invadiera con éxito, las zonas de suministro de alimentos se perdieron, el precio del trigo y las verduras se dispararon. Y también están los piratas del Imperio de Hispania vagando por el mar.”

“¿¡No estás hablando de raciones!?”

“… El precio actual ha alcanzado su punto máximo.” Regis miró a Dorval.

Un bramido que parecía venir de la tierra resonó: “¿¡Tienes alguna prueba, mocoso!?”

Era una sonrisa que se parecía al diablo en las pinturas religiosas.

Y por supuesto, estaba preparado cuando ingresó a la guarida del león. Regis sacó un pergamino.

“… Esta es la lista de los comerciantes que comercian frecuentemente con el Sexto Ejército. He marcado a los que han intercambiado alcohol y prendas de vestir que normalmente no se comercializarían… ¿Qué opina, teniente general Dorval?”

“¿¡Ughh…!?”

Sus labios estaban temblando.

“¿Tú sabes? El emperador Latreille reorganizó el Departamento Nacional de Policía Militar. ¿Debo dejar que investiguen los libros de cuentas de estos comerciantes cuestionables? Bien teniente general Dorval… Permítame preguntarle de nuevo.

¿Dónde están las raciones de los fuertes?”

“¡Ughh… ughh… tú… maldito mocoso!”

Dorval sostuvo la empuñadura de la espada en su cintura. Regis entrecerró los ojos.

“… ¿Lo admites?”

Dorval suspiró profundamente.

“Como se esperaba de ti. Realmente lo has visto.”

“… Es una vergüenza.”

“Sí, es una pena. ¡Mis manos… serán quien maten al héroe que salvó al Imperio!”

“¿¡Teniente general Dorval!?”

“¡Te mataré, luego te arrojaré a ti y a ese trozo de pergamino en el fondo de un lago!”

Dorval sacó su espada. “¿¡Uwah!?”

Regis retrocedió.

Pero fue inútil frente a un acto tan brutal.

Pudo haber enfrentado a muchos hombres poderosos, haberse acostumbrado a su intención asesina e intimidar el aura, pero su frágil cuerpo que no podía empuñar una espada permaneció sin cambios.

– ¿¡Voy a morir!? 

“¿¡Regis-!?”

Con un grito, la puerta de la sala de reuniones se rompió.

Las gruesas puertas fueron aplastadas por la espada de Altina, “Grand Tonnerre Quatre”.

Los pedazos de madera fueron esparcidos por todo el piso. Una sombra oscura cargó dentro.

Fue Eddie.

La hoja de su “Defendre Sept” se acercó. “¡¡Dorval!!”

“¡No olvides tu honorífico, retardado!”

La espada se balanceó con un grito-

Y se hizo añicos antes de llegar a Eddie.

El duque Eddie Fabio de Balzac era increíblemente hábil en romper el arma de su enemigo.

Rompió la espada de Dorval de un solo golpe. Las manos del teniente general temblaban. “Ughh… ¿¡en verdad eres tan fuerte…!?”

“Después de todo, soy el jefe de una casa otorgada con una espada del Emperador.”

Dorval abrió mucho los ojos cuando escuchó lo que dijo Eddie.

“¡Maldito mocoso! ¡No mostraste ningún resultado cuando trabajabas debajo de mí!”

“¿No te lo dije? Odio ver sangre.”

Dorval, quien sostenía la empuñadura sin bisagra, se desplomó en el suelo.

“Yo… ¿Qué hice? Simplemente vendí algunas raciones. Todos los nobles enviados a la vanguardia hacen eso.”

Él murmuró para sí mismo.

Él estaba completamente perdido.

Phew, Regis quien se salvó en el último momento respiró aliviado. “… Eso fue espantoso.”

Eddie se encogió de hombros.

“Esa es mi línea. No mueras en un lugar como este, Regis.”

Altina quien había roto la puerta se acercó con su espada al hombro.

“¡Justo ahora! Nos hiciste esperar afuera y te dejé manejarlo, ¿¡pero no que fue tan peligroso!?”

“… Sigh… nunca pensé que él me atacaría desde la nada.”

“¡Ingenuo! ¡Eres demasiado ingenuo!”

“… Está bien.”

Incluso Eddie estaba diciendo eso.

“No importa qué tan alto sea el estado de un criminal, no hay distinciones en sus acciones. Tanto los bandidos como los nobles actuarán de la misma manera.”

“… Tendré cuidado en el futuro.”

La mirada de Regis cayó sobre Dorval.

“… En realidad, solo quería que el Teniente General admita su error y dé vuelta la página. No quise que las cosas explotaran.”

Altina suspiró de nuevo.

“No pensé que le diría estas palabras a dos generales en un día.”

“Ughh…”

Dorval suspiró.

Pero ya era demasiado tarde. Ella anunció:

“¡En nombre de la Généralissime, por la presente retiro tu nombramiento como comandante del Sexto Ejército Imperial!”

Colgó su cabeza calva baja.

“Los centinelas que patrullaban el fuerte se precipitaron después de escuchar la perturbación.”

“¿¡Que ocurrió!? ¿¡La puerta está rota!? ¿¡Que está pasando!?”

Regis levantó su mano y detuvo a Altina que quería contarles lo que sucedió aquí.

“… Son ladrones. Probablemente soldados de Etruria Theocracy. Podrían haberse infiltrado en la ciudad. Fortalezcan la seguridad. Incluso el teniente general Dorval fue herido.”

“¡Qué!”

Y por supuesto, todas estas fueron mentiras. No hubo ladrones o bajas.

Sin embargo, los soldados transmitieron esta noticia a los demás. Fortalecerían la seguridad dentro del fuerte.

Regis le pidió a Eddie que realizara otra tarea.

“… mueve a Dorval a una habitación rápidamente. Cuida de él, no dejes entrar a nadie.”

Eso significaba confinarlo. Eddie asintió.

“Entendido. Pero será mejor conseguir que alguien se haga cargo de mí pronto. No quiero estar solo con Dorval por mucho tiempo.”

“Entiendo.”

Finalmente, solo Regis y Altina quedaron en la sala de reuniones. Ella preguntó:

“¿Realmente no estás herido?”

“Estoy bien.”

“Hey Regis- ¿Por qué no has entregado a Dorval al Departamento de Policía Militar Nacional inmediatamente?”

“… Porque él no es la mente maestra que tenemos que aprehender.”

“¿¡Ehh!?”

“… Lord Dorval es un aristócrata del centro. Le resultaría difícil encontrar comerciantes que sean confiables y valientes para comprar productos militares robados, ¿correcto?”

“Ahh, eso es verdad.”

“… Me pregunto si los comerciantes fueron los que propusieron esto. Bueno, incluso si ese no fuera el caso, las personas que trajeron productos militares no pueden ser inocentes de todos modos.”

“No importa cuál sea el motivo, todavía compraron esas mercancías a pesar de saber de dónde venían, ¿verdad?”

“… Así que no deberíamos hacer que las noticias de Lord Dorval siendo detenido se hagan públicas antes de investigar a esos comerciantes.”

Eso los llevaría a destruir la evidencia.

Quería entender mejor la situación, por eso organizó un diálogo privado… Regis nunca esperó que Dorval lo atacara con una espada.

La gente no se quedaría quieta como las piezas en un tablero de ajedrez. Ellos se pondrían ansiosos.

Y perder de vista el panorama general. O ser cegado por la avaricia.

– La gente es difícil de entender.

Altina colocó sus manos en sus caderas.

“¡No se puede evitar! Hay un montón de cosas que debes hacer ahora. ¡Trabaja duro, Regis!”

Hablando de eso, no podía entender cómo esta chica estaba llena de alegría y optimismo interminables, qué deslumbrante, admirable e impresionante.

No importa qué tan grave fuera la situación, ella podría seguir avanzando con determinación.

Regis murmuró en voz baja: “… Gracias.”

“¡Ajajaja! ¡Bien bien, ya he decidido que protegeré a Regis correctamente!”

“… Considerando la posición de una maestra y sus subordinados, esto es un poco raro.”

“¡Regis es demasiado débil después de todo!”

“Bueno… no puedo refutar eso… pero…”

“Eso no importa, ¿¡qué debemos hacer ahora!?” Los siguientes pasos.

Debían investigar a los comerciantes que podrían haber llevado a cabo intercambios ilegales con el Sexto Ejército.

Para evitar que escondieran evidencia, sería mejor investigarlos a todos al mismo tiempo.

También necesitaban explorar el movimiento del Ejército de Etruria. Probablemente se retiraron a la ciudad de Sembione.

Entonces sería un ataque a un fuerte.

Más importante aún, la intención del emperador Latreille está más allá de la defensa de su tierra.

“La próxima vez, estaremos invadiendo otro país.”

Altina frunció los labios cuando escuchó a Regis decir eso.