Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 6: La Rebelión

Capitulo 6: Hombres Lobo

Parte 11

Mientras la moral de los soldados del príncipe Woroy continuaba cayendo, la moral de nuestros soldados comenzó a dispararse.

“¡La próxima vez que ataquen, derribaré al doble de enemigos!”

“Oh, ¿entonces dos soldados? ¡Tienen tres veces más tropas que nosotros, así que será mejor que mates al menos tres la próxima vez, hombre!”

“¡Jajajaja!”

El cuerpo de magos bromeaba entre ellos mientras realizaban el mantenimiento de sus armas. Jerrick, que estaba trabajando en su propio Blast Cane, se volvió hacia mí y ladeó la cabeza.

“Oye, jefe.”

“¿Sí?”

“¿Por qué están todos de tan buen humor?”

Le sonreí a Jerrick y respondí, “Cuando Eleora desarrolló por primera vez sus armas mágicas, los generales del imperio se mostraron reacios a permitir que los magos se unieran al ejército.”

“Uh-hu.”

“Así que establecieron reglas que decían que el único equipo que los magos podían usar eran duelas, grimorios y dagas para defensa propia.”

Los generales de Rolmund habían querido usar las poderosas armas mágicas de Eleora, pero no habían querido dejar que los magos las tocaran.

“Entonces Eleora rediseñó sus Blast Lances en Blast Canes. Ella insistió en que eran una especie de báculo, por lo que a los magos se les permitiría usarlos. Pero aunque su plan funcionó, excluyó a los magos dentro del ejército.”

“Maldición, eso apesta. Estas son armas muy buenas.”

Jerrick frunció el ceño. Como herrero, no estaba contento de ver cómo se desperdiciaban diseños tan inspirados.

“Es por eso que todos los cuerpos de magos están tan felices de que pudieron obtener una victoria abrumadora sobre un enorme ejército regular.”

Los magos eran conscientes de su propia fuerza y ahora finalmente habían podido mostrar esa fuerza al mundo.

“Ahora saben que mientras sirvan bajo el mando de Eleora, sus talentos no serán desaprovechados. Podrán ganar honor y prestigio y no terminarán muriendo como un perro. Además de eso, incluso conseguirán el equipamiento adecuado.”

“Oh sí, vi algunos de los Blast Canes que están usando en el ejército de Woroy. Se ven como la mierda. Es mejor usar esas cosas como palos que como armas.”

Muchos desertores habían comenzado a vender sus armas y armaduras en los pueblos cercanos y habíamos logrado asegurar una buena parte de ellas. Sin embargo, como había dicho Jerrick, sus Blast Canes eran inferiores, versiones apenas funcionales de los nuestros. Tanto su alcance como su poder palidecían en comparación con los que usaba el ejército de Eleora.

“Sí, los círculos mágicos dibujados en los cañones son descuidados y están hechos con acero mágico de baja calidad. Supongo que Rolmund Norte no tiene una línea de producción tan buena como la de Rolmund Este.”

Como Eleora fue quien inventó el armamento mágico, tenía sentido que su tierra natal tuviera la línea de producción más eficiente y avanzada para ellos.

Había sido lo suficientemente cautelosa como para mantener en secreto su propio proceso de producción, así que solo ella sabía cómo fabricar las armas de mejor calidad. El hecho de que solo ella pudiera producir en masa armas modernas de alta calidad sería un factor importante en esta lucha política.

Ahora bien, ¿cuál será el próximo movimiento del príncipe Woroy? Sus aliados más cercanos seguían siendo leales a él y su núcleo de soldados de élite no había desertado. No podía permitirme bajar la guardia. Desafortunadamente, estaba en una posición tan precaria que no podía predecir su próximo movimiento.

“El príncipe Woroy debería estar acorralado en una esquina en este momento.”

Hoy, como todos los días, vigilaba el Castillo Creech desde los muros. Kite, que estaba a mi lado, se apoyó con cansancio contra el muro de hielo.

“Hasta ahora solo lograron atacarnos una vez.”

“Bueno, sufrirán grandes bajas si asaltan el castillo en serio, y con el tiempo que ha pasado, ya no hay mucho valor estratégico en derribar el castillo.”

Kite se inclinó y comenzó a construir un muñeco de nieve en miniatura.

“Entonces, ¿cómo vencemos al príncipe Woroy, Veight?”

“Ni idea.”

“¿Incluso tú no lo sabes?”

Más bien es porque soy yo que no lo sé. No tenía dudas de que alguien más inteligente que yo podría resolverlo fácilmente. Sin embargo, todavía le sonreí a Kite y le dije, “Pero tengo una idea de lo que el príncipe está pensando en este momento.”

“¿En serio?”

“Su fuerza como estratega es ser capaz de descubrir lo que su oponente menos quiere que haga.”

El príncipe Woroy no usaba la lógica, sino su propia intuición para leer los pensamientos de sus enemigos. Era una habilidad que había heredado de su padre.

“Entonces lo más probable es que lo próximo que haga sea lo único que no queremos que haga. En ese sentido, él es fácil de leer.”

Mientras nos preparemos para el peor de los casos, estaríamos bien.

Afortunadamente para nosotros, el príncipe Woroy se movió exactamente como esperaba.

“¡El príncipe Woroy ha salido del castillo con veinte mil hombres! ¡Se dirige hacia el norte!”

Uno de los escuadrones de hombres lobo que patrullaban volvió a mí con ese informe. El príncipe había dejado unos pocos miles de hombres para defender el castillo y había llevado al resto de sus fuerzas al norte. ¿No crees que estás siendo demasiado obvio, yéndote a mitad del día así?

“¿Por qué se retiraría justo ahora?” preguntó Kite, mientras me daba una mirada confusa.

“En este momento, el movimiento más peligroso que el príncipe Woroy puede hacer no es esconderse en su castillo o tratar de invadir la capital, sino más bien, tratar de embolsar al ejército de Eleora.” Por eso, por supuesto, el príncipe Woroy había elegido hacer eso. “Sin embargo, hay otra razón.”

“¿Y cuál es?”

“Durante nuestra última batalla, le mostramos a su ejército lo abrumadoras que son nuestras armas. Pero al mismo tiempo, hicimos evidente que solo son tan devastadoras cuando están protegidas por muros y trincheras.”

En realidad, básicamente no tenía caballería. Incluso si enviara a la infantería a perseguir a los enemigos en fuga, ellos tendrían tiempo de reagruparse antes de que la infantería los alcanzara.

Además, el cuerpo de magos que formaba el núcleo de mi ejército no era apto para batallas en llanuras abiertas. Las únicas unidades que podía enviar en persecución de un ejército en marcha eran mis 200 tropas de caballería, 5000 lanceros y 1000 ballesteros. Las 800 tropas del cuerpo de magos que tenía eran efectivamente inútiles.

Por supuesto, una fuerza de 6000 aún podría causar un daño decente a un ejército de 20,000 si los atrapaba mientras marchaban.

Pero si, en cambio, establecieran una emboscada, mi ejército sería aniquilado. Y según el informe que recibí de mis hombres lobo, el ejército del príncipe Woroy marchaba sospechosamente despacio. Me pareció que intentaban activamente atraernos para que los atacáramos.

Por supuesto, era posible que el ejército marchara lentamente porque el príncipe Woroy sabía que establecer una marcha rápida provocaría el abandono de más hombres. Aun así, la situación parecía demasiado perfecta. Estaba seguro de que era una trampa.

“¿Dónde se encuentra la fuerza principal del príncipe Woroy?”

“Vimos su bandera y un grupo que se parece a su guardia de honor en la parte trasera de la línea de caballería.”

En otras palabras, estaba sirviendo como la retaguardia. No había pruebas de que estuviera allí con su guardia de honor, pero definitivamente parecía que estaba tratando de hacer que su ejército fuera lo más atractivo posible para atacar. Sí, definitivamente es una trampa.

Pero cuando me ofrecía un objetivo tan jugoso, me sentí obligado a atacarlo incluso sabiendo que era una trampa. Sobre todo, porque si lo dejaba escapar aquí, el trabajo de Eleora sería mucho más difícil. Mi única opción era hostigar a sus fuerzas tanto como fuera posible.

“¡Hagámoslo, Veight!”

“¡Podemos eliminar a Woroy ahora mismo, jefe!”

Mis hombres lobo estaban llenos de sed de sangre, pero aún no estaba seguro.

“Cálmense”, dije. “La única razón por la que ganamos la última vez fue porque el enemigo no tenía una comprensión precisa de nuestra fuerza. Y porque utilizamos nuestros Blast Canes en todo su potencial.”

Si enviara al cuerpo de magos para perseguir al príncipe Woroy ahora, estarían peleando al descubierto. El hecho de enviar a la infantería ligera a luchar contra un ejército sin ninguna protección equivalía al suicidio. Fahn calmó a los hombres lobo emocionados y luego se volvió hacia mí.

“Pero Veight, si lo dejamos ir, Eleora tendrá problemas, ¿verdad? Te estás preparando para enviar a todos, ¿verdad?”

“Lo estoy, pero…”

Miré la carta en mis manos. Había sido traída por uno de los espías de Eleora. Si se las arreglaba para hacer lo que sugería en su carta, probablemente podríamos aplastar al ejército del príncipe Woroy. Pero si no, seríamos derrotados. Aun así, una derrota aquí no me costaría demasiados hombres. Y mientras mi cuerpo de magos sobreviviera, aún podría defender el castillo de hielo. De acuerdo. Aún estoy un poco asustado, pero hagámoslo. Me puse de pie y me volví hacia mis hombres lobo.

“¡Todos! ¿Estás dispuestos a confiarme sus vidas?”

Todos me sonrieron.

“¡Por supuesto que lo estamos!”

“Eres el líder de nuestra manada. Tu palabra es la ley.”

“Todos moriremos eventualmente. Así que bien podríamos morir luchando.”

Como mínimo, eran fieles a sí mismos. Me decidí. Y entonces dije, “Muy bien, vamos a perseguir al ejército. ¡Es hora de cazar la cabeza de un príncipe!”

“¡Sí!”

Esta vez nos enfrentamos a un ejército masivo, así que, si las cosas salían mal, habría bajas entre mi unidad de hombres lobo. Todo lo que podía hacer era rezar para que todo saliera bien.

***

Salí del castillo liderando mi unidad de caballería. Solo había 200 de ellos, por lo que la caballería por sí sola no sería suficiente para causar un daño significativo al ejército del príncipe Woroy. Además, los 5000 lanceros que seguían a la caballería viajaban lo más ligeros posible. No llevaban raciones ni ropa de cambio. Normalmente, sería imposible perseguir a un ejército con tan poco equipo.

“Lanceros, traigan solo sus escudos y lanzas. Si no pueden seguir el ritmo, desháganse de su armadura y espadas.”

“¡¿Es una broma?!”

“¡Si tienen que hacerlo para seguir el ritmo, dejen sus lanzas y escudos también!”

“¡En serio tiene que ser una broma!”

El ejército del príncipe Woroy marchaba actualmente hacia el norte a lo largo del camino.

Como el camino estaba rodeado por bosques a un lado y montañas por el otro, se habían visto obligados a estrechar y estirar su línea de marcha. Si atacáramos su retaguardia, menos de 10,000 del ejército de 20,000 soldados podrían siquiera unirse a la lucha. El resto no podría desplegarse debido al terreno restringido.

Sin embargo, el príncipe Woroy había puesto toda su caballería, sus fuerzas más móviles, en la retaguardia. Estaba preparado para dar la vuelta para un contraataque en cualquier momento.

Como era de esperar, el ejército del príncipe Woroy había estado listo para un ataque nuestro. En el momento en que vieron mi unidad de persecución, cambiaron la formación. Los lanceros dieron media vuelta y formaron un muro mientras la caballería se extendía hacia los flancos.

El príncipe Woroy estaba usando la misma formación que en Nodgrad. Esta era probablemente su estrategia de batalla favorita. Aparte del hecho de que no tenía arqueros, su formación era sólida. Y aunque no pude obtener un conteo exacto, parecía que había asignado alrededor de… 5000 hombres para interceptarnos. Un momento, no son tantos…

“¡Lord Veight, enemigos por delante!”

“Ya vi. Escuadrón de caballería, ¡prepárense para cargar!”

“¡Sí, señor!”

“¡Finjan que van a chocar contra sus líneas, pero retrocedan en el último momento!”

“¡Sí, señor!”

Perfecto, mi caballería sabe cómo seguir órdenes inesperadas. Cargamos contra el enemigo, que estaba encajonado entre montañas y un bosque. Unos cuantos pernos perdidos vinieron disparados hacia nosotros, pero por lo que pude ver, no había un escuadrón de arqueros organizado, solo unos pocos caballeros que por casualidad poseían ballestas. Las flechas eran pocas y lejanas, así como muy imprecisas.

Nos acercamos lo suficiente como para rozar las lanzas del enemigo—bueno, tal vez eso fue un poco exagerado—luego nos dimos la vuelta y comenzamos a retroceder.

Como era de esperar, la caballería en ambos flancos cargó contra nosotros. Estos eran los mejores hombres del príncipe Woroy. De un vistazo, parecía haber unos cientos de ellos. Definitivamente más caballería de la que yo poseía.

Sus lanceros también cargaron, corriendo detrás de la caballería. Mis hombres y yo galopamos hacia atrás tan rápido como pudimos, uniéndonos a nuestros propios lanceros. Cuando pasé junto a los lanceros, grité, “¡Todos, corran al bosque lo más rápido que puedan! ¡Suelten sus armas si es necesario!”

Mis hombres reaccionaron al instante, rompieron la formación y corrieron hacia los árboles. Algunos de ellos tomaron mi consejo y arrojaron sus armas.

Debido a lo ligero que viajaban, pudieron correr bastante rápido. Como resultado, todos estaban a salvo dentro del bosque mucho antes de que la caballería enemiga nos alcanzara. Incluso cuando estaban dentro del bosque, mis lanceros no dejaron de correr.

Se dirigían directamente a mi castillo de hielo. Ahora bien, es hora de que haga mi trabajo. Salté de mi caballo y me tumbé en la fría nieve. Fue sorprendentemente cómodo. Algunos de los otros hombres que habían estado montando se bajaron de sus caballos y se agacharon a mi alrededor. Todos eran miembros de mi escuadrón de hombres lobo. Todavía tumbado, les sonreí.

“¿Están preocupados?”

Los hombres lobo cargaron sobre sus hombros sus Blast Canes personalizados y me sonrieron.

“Sí, me preocupa que los mates a todos antes de que tengamos la oportunidad de divertirnos.”

“Jajajaja.”

Miré hacia atrás y vi que la caballería enemiga se había detenido frente a la entrada del bosque. Mientras al cuerpo de magos le costaba luchar en campos abiertos, la caballería tenía problemas para desplazarse en espacios reducidos como el bosque.

Los caballos necesitaban espacio para acelerar a la velocidad de una carga devastadora y los bosques eran demasiado densos para eso.

Naturalmente, las élites del príncipe Woroy lo sabían y estaban siendo cautelosos. Pero cuando el enemigo me vio tirado en el suelo, olvidaron su precaución y se lanzaron al bosque. Desde su perspectiva, parecía que el comandante enemigo se había caído de su caballo y solo estaba protegido por una escasa guardia de honor.

Por supuesto, sabían que probablemente era una trampa, pero al igual que yo, no pudieron resistir el cebo tan jugoso. Sin levantarme, saqué un silbato de perro. Ahora que lo pienso, he tenido esto desde que conquistamos Ryunheit. Llevé el familiar silbato a mis labios y soplé.

“Buda, ten piedad de sus almas.”

“¿Qué es un boo-da?”

Uno de los hombres lobo ladeó la cabeza. Antes de que pudiera responder, un chillido atravesó el bosque. Un segundo después, los caballos relincharon de miedo y los soldados gritaron cuando destellos de luz silbaron en el aire.

“¡¿Waaaaaaah?!”

“¡Enemigos! ¡Estamos bajo ataque!”

“¡¿Pero dónde están?!”

“¡No lo sé, solo corre!”

Lo siento, pero es muy tarde. Me puse de pie y ordené, “¡Muy bien, chicos, vamos! ¡Mátenlos a todos!”

“¡WOOHOOOO!”

Un bosque denso era el terreno de caza perfecto para los hombres lobo. Mis hombres usaron los árboles, la maleza e incluso la nieve como cobertura cuando saltaron sobre la caballería desde todas las direcciones. A diferencia de los soldados de infantería, la caballería podía maniobrar en espacios reducidos. Estaban atrapados en un bosque lleno de hombres lobo que buscaban su sangre.

Cuando los que estaban en la retaguardia se dieron cuenta de que algo extraño estaba sucediendo en el frente, ya era demasiado tarde. Antes de que pudieran siquiera darse la vuelta para huir, mis hombres lobo enviaron sus cabezas a volar. Cada vez que les resultaba demasiado difícil acercarse a un enemigo, cancelaban su transformación y los derribaban con sus Blast Rifles.

Se pegaban a las copas de los árboles cuando disparaban, sabiendo que las lanzas de los caballeros eran adecuadas para ataques frontales y no podían balancearse verticalmente como una espada.

Mi trabajo consistía en cuidar a los heridos, así que me moví a la retaguardia y vi cómo mis hombres lobo se divertían. A diferencia de ellos, a mí no me gustaba mucho pelear, así que este papel me venía muy bien. Cualquier persona que resultó herida vino a mí y fue sanada en segundos, por lo que nuestro lado no tuvo que preocuparse por las bajas. En poco tiempo los sonidos de la lucha disminuyeron y el hedor espeso de la sangre llenó el bosque.

“Terminamos”, dijo el mayor de los Garney mientras se acercaba a mí, limpiando la sangre de su pelaje carmesí. “Esos tipos no eran nada. Estoy bastante seguro de que matamos a todos los caballeros que entraron en el bosque.”

“Perfecto, ¿cómo les fue a los demás escuadrones? Necesito saber si alguien resultó herido.”

Me imaginé que, si alguien hubiera resultado herido, los miembros de su escuadrón me los habrían traído de inmediato, así que asumí que todos estaban bien. Emboscar a los humanos en un bosque era nuestra especialidad, así que, si alguien se hubiera equivocado aquí, no merecía llamarse a sí mismo hombre lobo. Solo unos 100 soldados de caballería habían entrado en el bosque, el resto estaba esperando fuera. En realidad, no podía verlos desde aquí, así que era posible que incluso se hubieran retirado. Los lanceros enemigos tampoco avanzaron hacia el bosque. Tenía la esperanza de atraer a todos al bosque y hacia el castillo para que mis cuerpos de magos los eliminaran, pero parecía que el enemigo no era tan estúpido.

Teniendo en cuenta la cantidad de hombres que el príncipe Woroy había enviado tras nosotros, era probable que estuviera priorizando regresar adonde el príncipe Iván que exterminarnos. Había hecho que pareciera que estaba tratando de atraernos a una trampa obvia, cuando en realidad no había habido ninguna trampa y estaba tratando de marchar lo más rápido posible. Podríamos haber ganado la batalla en sí, pero esta había sido una victoria estratégica para el príncipe Woroy. Había logrado ganar tiempo.

Como maestro de la guerra psicológica que era, ya había tenido en cuenta que yo era un cobarde y que tendría demasiado miedo a una trampa para comprometer a todas mis fuerzas contra él. Siento ser tan cobarde. Pero desafortunadamente, la única manera que conocía de luchar era escogiendo batallas de tal manera que evitara las bajas de mis aliados.

“¿Y ahora qué, jefe? Tienes otro plan increíble, ¿verdad?” Jerrick se me acercó, acunando su rifle.

“Desearía tenerlo. No tenemos las tropas para seguir persiguiendo al príncipe.”

“Oh, vamos.”

“Nos triplican en número y son cautelosos. Si los perseguimos demasiado lejos, seremos aniquilados. Cancelen sus transformaciones y descansen.”

“¿En serio?”

Jerrick, que siempre estaba tan compuesto, me miró como si estuviera loco. Por supuesto, no tenía intención de dejar que el príncipe Woroy se fuera. Después de todo, esta era la oportunidad perfecta para derribarlo.

“Envíen mensajeros al fuerte. Díganles a todos los ballesteros y al cuerpo de magos que todavía esperan dentro que se preparen para salir. ¡Asegúrense de que no olviden sus paños blancos!”

“¡Sí, señor!”

“Quiero que la mitad de los lanceros regresen y defiendan el castillo. La otra mitad se quedará conmigo. Caballería, vayan a la orilla del lago Creech y esperen.”

Realmente espero que este plan funcione.

***

—La Resolución del Príncipe Woroy—

Continué marchando hacia el norte con mi Guardia Imperial mientras esperaba que regresase la unidad que había enviado a perseguir a lord Veight. Tenía poco sentido pelear una batalla campal aquí. Mientras mi caballería asustara un poco a las fuerzas de lord Veight, eso era suficiente para mí. Solo esperaba que regresaran pronto. Uno de mis caballeros levantó su visera y me miró preocupado.

“Esos cuerpos de magos son devastadores. Mi unidad permanecerá aquí en caso de que el enemigo continúe su persecución.”

Sonreí y sacudí la cabeza.

“No hay necesidad. Esos magos no son tan poderosos como parecen. Los soldados buenos para defender tienden a ser débiles para atacar. Las tropas que se especializan en defender castillos son malas para perseguir enemigos.”

El cuerpo de magos solo era bueno en emboscadas y defensa del castillo. Tenía la sensación de que ese era el caso desde el principio, pero no estaba seguro hasta que luché contra ellos.

“Gracias a nuestro asalto anterior, sé que una buena parte del ejército de lord Veight está compuesto por cuerpos de magos.”

Teniendo en cuenta cuántos disparos habían disparado contra mis tropas, lord Veight debió haberse quedado con la mayoría de ellos cuando Eleora se fue. Pero eso significaba que tenía proporcionalmente menos tropas que no eran cuerpos de magos.

“Además, las tropas que nos persiguen no han disparado ningún disparo de luz. Lo que significa que todo el cuerpo de magos está defendiendo el castillo. Lord Veight solo ha traído unas pocas tropas para perseguirnos. Dudo que nos persiga por mucho tiempo.”

Como esperaba, él había sido cauteloso al atraernos. A pesar de lo llamativas que parecían sus acciones, era un hombre cauteloso. Casi como un lobo. Mientras pensaba eso, otro de mis caballeros respondió, “Pero, Su Alteza, usted sigue siendo el comandante de este ejército. Por favor, al menos ve al frente. Permítanos asumir el deber de vigilar la retaguardia.”

“No. Cuando ustedes no están a mi lado se siente como si estuviera moviéndome por el campo de batalla desnudo. No puedo deshacerme de mi armadura para acelerar mi marcha. Avanzaremos juntos.”

“Su Alteza…”

¡Deja de verte tan triste por cada pequeñez que digo! Este es un campo de batalla. Me volví hacia uno de mis mensajeros y ordené, “Que la vanguardia acelere el paso. Ya no hay necesidad de estar vigilante. No seremos atacados de nuevo. La velocidad es nuestra principal prioridad ahora. Quiero llegar a las tierras de los Bolshevik antes de que se ponga el sol.”

Lord Bolshevik era mi primo y era su hermano menor quien lideraba actualmente la vanguardia de mi ejército. No importa en qué pueblo nos detuviéramos, estaba seguro de que nos proporcionaría comida y refugio.

Justo entonces, un jinete galopó hacia mí desde el norte. Era Jovtzia, uno de mis generales. También era un primo por parte de mi madre y el hermano menor de lord Bolshevik. En otras palabras, el comandante de mi vanguardia.

“¡Woroy! ¡Woroy! ¡Estamos en problemas!”

“¡¿Qué pasa?! ¡¿Por qué viniste aquí?! ¡¿Dónde están tus lanceros?!”

Jadeando, Jovtzia acercó su caballo al mío y dijo, “¡Es mi hermano! ¡Lord Bolshevik nos ha traicionado! ¡O más bien, se entregó a Eleora!”

“¿Él qué?”

¡Tienes que estar bromeando! ¡Lord Bolshevik era pariente! ¡Mi madre era una Bolshevik! Estaba seguro de que no nos traicionaría, pero parecía que lo había hecho. Pero ahora que lo pensaba, me di cuenta de que incluso si intentábamos endulzarlo, éramos rebeldes.

No teníamos una causa justa para esta guerra. Y si la justicia no estaba de nuestro lado, la única forma de mantener fieles a nuestros aliados era seguir ganando y demostrar que éramos más fuertes. De lo contrario, nuestros partidarios comenzarían a abandonarnos.

En el momento en que no pude conquistar el Torreón de la Nieve Carmesí, la causa de mi hermano había sido condenada. Todo fue mi culpa. Jovtzia desmontó y se postró ante mí.

“¡Lo siento mucho! ¡Mi hermano probablemente se rindió porque estaba preocupado de que Eleora lo matara! ¡Ya ordenó que los seis mil lanceros bajo mi mando regresaran a su castillo!”

Esto no es bueno. Esto no es bueno en absoluto.

“Levanta la cabeza, Jovtzia. Esas tropas son hombres del lord Bolshevik. Su retirada no es tu responsabilidad. Pero incluso si se rinde, lord Bolshevik al menos nos dejará pasar por sus tierras sin ser molestados, ¿verdad?”

“Bueno…”

Pude adivinar la respuesta de mi primo en el momento en que vi su expresión. No podríamos regresar al norte. La única vía al territorio de los Donieks era este camino que atravesaba las tierras de los Bolshevik. Era, de hecho, la familia Bolshevik quien custodiaba este camino. Ya que lord Bolshevik se había rendido a Eleora, nuestro camino hacia el norte había sido cortado.

“¡Sé que esto es imperdonable! ¡Por favor, córtame la cabeza! ¡Mi hermano necesita que se le muestre lo que ha causado su locura!”

“Cálmate, Jovtzia. Eso tendrá el efecto contrario.”

Me alegré de que Jovtzia tuviera un fuerte sentido de responsabilidad, pero realmente no quería matar a mi primo. Me dejaría un mal sabor de boca.

“Lord Bolshevik tampoco tiene la culpa. Solo estaba haciendo lo que necesitaba para proteger el honor de su familia. También deberías regresar a casa, según sus órdenes. Como noble, es tu deber poner a tu gente y la seguridad de tu familia por encima de todo lo demás.”

Jovtzia me miró.

“T-Tienes razón, pero entonces ¿qué vas a hacer?”

“¿No es obvio? Proteger el honor de mi propia familia.”

Me obligué a sonreír. Ahora bien, ¿cómo salgo de esta? Como acababa de perder 6000 lanceros, solo me quedaban 14,000 tropas. Ya no podía contar con el reabastecimiento en las tierras de los Bolshevik y no había garantía de que mi antiguo aliado no me atacara. Mis tropas lentamente se agotarían cada vez más si continuaba marchando.

Lo que quedaba de mi ejército no estaba en condiciones de luchar contra el ejército conjunto Eleora-Ashley. Mi ejército desequilibrado, desprovisto de lanceros, no tendría ninguna posibilidad contra esa marimacho de Eleora.

En el pasado, ella había sido tan linda como un ángel, pero ahora se había transformado en un ángel de la guerra. Además, si intentara forzarme a pasar por las tierras de los Bolshevik, lord Bolshevik podría verse impulsado a prestar abiertamente su apoyo a Eleora y darle sus tropas.

De hecho, el momento de su rendición era demasiado conveniente para ser una coincidencia. Lo más probable es que hubiera estado negociando con Eleora durante un tiempo.

Había decidido declarar abiertamente su traición porque ahora era el momento en que podía retirar a sus tropas. Y si él lo había planeado con tanta antelación, no había duda de que lord Bolshevik me tendería una trampa si seguía avanzando. Continuar hacia el norte ya no era una opción. Seguramente moriría si lo hiciera.

Sin embargo, tampoco podía dar la vuelta e invadir la capital. Incluso si todos eran aficionados, la capital ahora tenía 70,000 hombres defendiéndola. Mi única opción era retirar mis tropas y retirarme al Castillo Creech. Había dejado una guarnición de 5000 hombres allí, así como a todos mis hombres heridos. No podía simplemente abandonarlos.

Ahora que había tomado mi decisión, la prisa era de suma importancia. Me volví hacia mis guardias.

“¡Envíen mensajeros a las tropas que están al frente! ¡Todos los hombres deben dar la vuelta y retirarse al Castillo Creech! ¡Si continuamos marchando, seremos eliminados por las tácticas de deserción del ejército Eleora-Ashley! ¡Nuestra única esperanza es regresar al Castillo Creech y esperar que mi hermano traiga refuerzos para salvarnos!”

Aunque dudaba que Iván pudiera salvarnos.

***

Nuestra situación podría haber sido grave, pero todavía tenía una oportunidad de cambiar las tornas.

“¡Guardias Imperiales, síganme! ¡Esta es nuestra única oportunidad de derribar a lord Veight! ¡Ganaremos tiempo para nuestras tropas y también derrotaremos al comandante enemigo!”

“¡Sí, señor!”

Si puedo eliminarlo, su cuerpo de magos no será una gran amenaza. No tenía dudas de que también fue a él al que se le ocurrió la idea de construir un castillo de nieve. Si lo dejaba andar libremente, no habría forma de saber qué haría después. Teníamos que derrotar a lord Veight aquí y ahora, o la familia Doneiks no tendría futuro.

Teniendo en cuenta lo mucho que le gustaba estar en primera línea, estaba seguro de que todavía se estaba escondiendo en algún lugar de ese bosque.

El segundo ejército de Ashley avanzaba lentamente y aún no había llegado al Castillo Creech. Si pudiera aplastar al ejército de lord Veight, no enfrentaría amenazas inmediatas, dándome tiempo para reorganizar y formular un nuevo plan.

“¡Nuestras venas están llenas de sangre de guerreros!” declaré. “¡Nuestros caballos son más feroces que cualquier dragón y nuestras lanzas más afiladas que cualquier espada! ¡No tenemos nada que temer! ¡Ahora es el momento de derrotar al señor del Torreón de la Nieve Carmesí y grabar nuestros nombres en los anales de la historia!”

“¡RAAAAAAAAAH!”

“Solo aquellos que nunca se rinden sobreviven para luchar hasta el final.”

Ese simple apotegma había sido uno de los favoritos de mi padre. ¡Muy bien, Veight, hagamos esto!