Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 5: El Imperio de Hielo

Capitulo 5: Señor Demonio

Parte 4

Una vez que Kite, que había estado en medio de su desayuno, llegó, le hice una señal a Eleora para que continuara. Se giró hacia mí y preguntó, “¿Hay algo que te parezca extraño en lo que te acabo de decir?”

Eh, déjame pensar. Revisé mis recuerdos y luego señalé la única cosa que me llamó la atención.

“Tienen una gran cantidad de nobles.”

“Esperaba que lo notaras. Eso es correcto.”

El único lugar que tuvo tantos nobles en la Tierra durante la era medieval fue Polonia. El tono de Eleora se frustró mientras continuaba con su explicación, como si se estuviera desahogando.

“Debido a lo frío que es el clima en Rolmund, la mayoría de nuestro territorio no es adecuado para la agricultura. A pesar de eso, el ochenta por ciento de la población está obligada a apoyar al veinte por ciento privilegiado.”

¿No acabas de decir que los nobles son el 10% de la población? Entonces, ¿no sería el 20% un error de cálculo?

“El otro diez por ciento son el clero.”

Ya veo. Eso ciertamente parecía un sistema desequilibrado. Sin embargo, ahora entendía por qué Rolmund quería tanto a Meraldia. Necesitaban esclavos para mantener su sistema. Siervos que cultivarían obedientemente alimentos para las clases dominantes.

“¿No pueden reducir la cantidad de nobles que hay?”

“Como dije antes, la mayoría de estos títulos nobles tienen una historia más larga que la del propio imperio. Si eliminamos a los nobles que no han hecho nada malo con sus títulos, el imperio se derrumbará.”

Sí, eso hace las cosas difíciles. Eleora miró mi expresión y sonrió tristemente.

“Un emperador debe poseer riqueza absoluta y autoridad absoluta. Debe ser capaz de imponer castigos que atemoricen a los disidentes y, al mismo tiempo, regar a sus leales partidarios con generosas recompensas. Sin embargo, nuestro imperio se ha quedado sin tierras para regalar a los nobles.”

“Así que decidiste cruzar las montañas y tomar la tierra de Meraldia por la fuerza.”

Entendía la situación de Eleora ahora, pero eso no significaba que simplemente podía darle la tierra de Meraldia. Miré la ciudad de Ryunheit a través de la ventana y respondí, “No solo la tierra de Meraldia es fértil, sino que también tenemos pocos nobles. Incluso los miembros de la familia de un virrey tienden a tener otras ocupaciones.”

“Precisamente.”

Tomemos, por ejemplo, la familia Aindorf de la que procedía Airia. Todos los miembros de su familia eran comerciantes. Lo mismo sucedía con las familias de los virreyes de todas las demás ciudades. Todos eran abogados, burócratas, o similares. Solo el Senado estaba lleno de lo que se podía clasificar como nobles.

Sin embargo, ese no era el caso en Rolmund. Cuando Rolmund se había dividido en tres, las diferentes facciones habían repartido títulos como caramelos en un intento de traer familias poderosas a su lado. Eleora suspiró.

“Las cosas mejoraron al menos cuando se fundó el imperio. Rolmund Oeste, que ganó la lucha por el poder, aniquiló a las familias que se negaron a someterse. Como resultado, tomó posesión de vastas extensiones de tierra que luego podría redistribuir a sus propios seguidores.”

Espera, ¿mencionaste casualmente un genocidio literal?

“Aniquiló, ¿dices?”

“Para erradicar cualquier semilla de rebelión, cualquier familia recalcitrante fue aniquilada hasta la última mujer y niño. Además, todos sus siervos fueron sacrificados. Hay un dicho en Rolmund que dice ‘La muerte viene a todos por igual’.”

“Ni siquiera los demonios somos tan brutales.”

“Me inclino a creer eso. Incluso las familias nobles que se rindieron a Rolmund Oeste fueron despojadas de su nobleza y reducidas a siervos. Además de eso, las culturas y religiones de las otras dos facciones fueron erradicadas sistemáticamente. En cierto modo, la sumisión era un destino aún peor que la muerte.”

Era cierto que, si realizabas una purga a medias, volverían para vengarse más tarde. Así que, en ese sentido, la decisión de Rolmund Oeste había sido racional. Pero si me preguntas, métodos como esos son bárbaros. Hombre, el sol apenas ha salido y ya estoy deprimido. Pero pensando en ello, esto significaba que los métodos de Eleora habían sido sorprendentemente pacíficos.

“Pero no lastimaste a las familias de ninguno de los miembros del Senado.”

“Elegí no hacerlo porque temía que la ciudadanía me odiaría si lo hiciera. Fue una decisión política, nada más”.

¿Eso fue realmente todo? Eso de ahí huele a mentira. Eres más amable de lo que dices, ¿eh?

***

Reflexioné sobre la situación actual de Rolmund. En la actualidad, el imperio era una nación cerrada cuyas opciones eran limitadas. La razón de eso era simple.

El imperio había llevado la política de la zanahoria y el palo demasiado lejos. Debido a que los emperadores anteriores habían recompensado a todos sus aliados con títulos, había demasiados nobles. Pero ya era demasiado tarde para reducir la cantidad de nobles. Tampoco quedaban tierras para dar a los nobles actuales.

El imperio apenas producía alimentos porque la mayoría de sus ciudadanos eran siervos. Pero si le das la vuelta a eso, significa que solo estaban sobreviviendo porque habían implementado un sistema de pseudo-esclavitud. La única solución duradera al problema de Rolmund era mejorar su tecnología agrícola, pero incluso entonces no había mucho que se pudiera hacer tan al norte. Incluso si lograba colocar a Eleora en el trono, Rolmund se derrumbaría bajo su propio peso en poco tiempo.

Después de considerar cuidadosamente todas mis opciones, murmuré en voz baja, “Por lo que me acabas de decir, está claro que el imperio está en sus límites. En cuyo caso, podría ser mejor destruirlo antes de que se destruya a sí mismo.”

Eleora me lanzó la misma sonrisa peligrosa que tenía cuando la conocí.

“Estoy de acuerdo. Durante mucho tiempo, he creído que esa es la mejor solución.”

Esta princesa era demasiado peligrosa. Necesitaba asegurarme de que ella no estaba planeando nada precipitado.

“Sin embargo, si vamos a hacerlo, dejaremos montañas de cadáveres y fomentaremos innumerables rencores. ¿Estás preparada para recorrer el camino de la matanza, Eleora?”

“¿Quién diablos crees que soy?”

Una chica torpe que es mala socializando. Al ver mi expresión, Eleora sonrió tristemente.

“¿Soy yo, o estás preocupado por mí y por los ciudadanos de Rolmund, sir Veight?”

“Te lo dije antes, soy un líder misericordioso.”

“Sí, lo hiciste.” Eleora asintió, luego preguntó, “Por cierto, ¿recuerdas la historia de La Fría Micha que te conté antes?”

No creo que pueda olvidarme de eso aunque quisiera. Tuve pesadillas después de que me la contaras. Pero ¿por qué ella estaba mencionando eso ahora? Tratando de parecer lo más calmado posible, asentí.

“¿Te refieres a ese horrible cuento de hadas?”

“No tienes que sonar tan disgustado. Esa historia enseña lecciones importantes sobre la dureza del invierno; la importancia de prepararse para las emergencias y el valor del auto sacrificio, así como la determinación necesaria para sacrificar a los demás.”

Me lo imaginaba, ¿pero no podrían al menos hacer que el final fuera más feliz?

“Hasta ahora, he creído que las elecciones de los personajes en La Fría Micha eran las correctas. Porque no sabía que había otras opciones y otros valores. Pero ahora eso ha cambiado. He visto tantas cosas aquí que se oponen a lo que aprendí mientras crecía.” Eleora continuó, “Sir Veight, si estuvieras en el lugar de Micha, ¿qué harías?”

Agonicé con esa pregunta durante unos minutos, pero luego me di cuenta de que siempre había tenido una respuesta.

“Los hombres lobo viven en manadas y tenemos la regla férrea de nunca abandonar a uno de los nuestros. Si no hubiera suficiente comida, compartiríamos lo que tenemos y buscaríamos más. Seguramente si todos trabajáramos juntos podríamos sobrevivir. De esa manera, todos podríamos saludar la primavera juntos.”

Era terrible con estas preguntas sobre el Dilema del Tranvía, así que prefiero elegir una de las respuestas que no ofrece el guión. ¿Quién diablos querría responder una pregunta de mierda como esa?

Eleora asintió en comprensión.

“Ya veo… supongo que para los hombres lobo, eso podría ser posible.” Eleora me miró a los ojos y dijo resueltamente, “Oh, misericordioso Rey Negro de los Hombres Lobo, me gustaría pedirte ayuda para ponerle fin a la triste historia de La Fría Micha de una vez por todas. Estoy segura de que eso también será beneficioso para Meraldia, así que por favor coopera conmigo.”

Eleora no estaba pidiendo algo tan simple como usurpar el trono. No, ella quería que la ayudara a transformar el Imperio de Rolmund. Pero si lo hiciéramos, la situación política de Rolmund tardaría décadas en estabilizarse. Incluso podría tardar un siglo. Sin embargo, también era cierto que un Rolmund estable sería beneficioso para Meraldia. Así que mi respuesta fue obvia.

“Puedo ayudarte a poner fin a esta historia, pero una vez que termine, estarás por tu cuenta. Mientras estés preparada para llevar esta carga, te ayudaré.”

Mis responsabilidades recaen en Meraldia; una vez que la revolución tuviera éxito, tendría que volver. Lo que significaba que Eleora se quedaría para lidiar con la limpieza por su cuenta. Necesitaba estar seguro de que ella estaba bien con eso. Eleora sonrió débilmente.

“Ya veo. Realmente eres tan misericordioso como dices.”

“¿Eso crees?”

Por derecho, debería haberme comprometido a quedarme y ayudar a Rolmund, pero desafortunadamente tenía demasiadas obligaciones importantes que me esperaban en Meraldia. Solo había uno de mí y no era tan especial. No podía prestar mi ayuda a todo el mundo a la vez.

En cualquier caso, parecía que se había llegado a un acuerdo. Recogí el ramo de flores en mi escritorio y me puse de pie. Me había acostumbrado a dejar flores en el monumento todas las mañanas.

“Podemos discutir los detalles más tarde. Reuniré a mis hombres y a los tuyos para una reunión esta tarde. ¿Te parece bien?”

“Sí, en ese caso…” Eleora asintió, luego se calló. Miró el ramo en mi mano y preguntó, “¿Para qué son esas flores?”

Eran solo una ofrenda, pero me daba vergüenza admitirlo.

“Un asunto personal. Aún no has desayunado ¿verdad? Haré que te traigan algo.”

“Espera, podría ser que…”

“Tengo asuntos que atender, así que, por favor, discúlpame.”

La interrumpí antes de que pudiera seguir investigando y la eché de la habitación. Orar por los muertos era algo que prefería hacer en privado.

***

Esa tarde, nos ocupamos de los detalles. El plan era el siguiente: el Ejército de Liberación de Meraldia ya se había rendido y dispersado.

Las ciudades del norte de Meraldia se unirían a nuestra coalición, creando una Mancomunidad Meraldiana que abarcaba toda Meraldia.

A Rolmund, que había apoyado al ejército de liberación tras bambalinas, se le otorgaría una gran influencia sobre los asuntos en Meraldia. En la superficie, Meraldia parecería ser independiente, cuando en realidad sería el estado vasallo de Rolmund. O mejor dicho, ese era el plan que le iba a presentar al emperador de Rolmund cuando fuera allí como diplomático.

“Eso debería servir, ¿verdad, Maestra?”

“No estoy bien versada en asuntos de política y gobierno, así que supongo que sí.”

La Maestra tomó un sorbo de té y suspiró. Los dos estábamos en mi oficina.

“Debo decir, es maravilloso lo laboriosos que son mis discípulos. Hace mi trabajo mucho más fácil.”

“Solo puedo negociar tan libremente porque has unificado a los demonios, Maestra. Estoy seguro de que tus otros discípulos también están agradecidos por lo que has hecho.”

El anterior Señor Demonio había sido tanto un maestro guerrero como un político, por lo que se había ganado constantemente el respeto y la lealtad de quienes lo rodeaban.

Fue efectivamente el padre del ejército demoníaco. La Maestra, por otro lado, era una maga maestra y un alma amable amada por todos. Así que ella era más como la madre… o más bien la tía del ejército demoníaco.

Lo que me convertía en uno de los muchos hijos del ejército demoníaco. Le informé a la Maestra que me llevaría a Lacy y Parker conmigo. Como también formaban parte de la familia Gomoviroa, no podía simplemente pedirlos prestados sin su permiso.

Nos iríamos por bastante tiempo, así que necesitaba asegurarme de que su ausencia no perjudicaría la capacidad de la Maestra para gobernar. También necesitaba asegurarme de seguir con mi entrenamiento.

“Maestra, sobre el entrenamiento de manipulación de mana que me has estado pidiendo que haga…”

Todavía no había dominado lo último que me había dicho que practicara, así que con suerte no le importaría si seguía haciendo el mismo entrenamiento mientras estaba fuera. La Maestra sonrió y dijo. “No temas, ya tienes lo básico. Todo lo que te queda ahora es poner esas habilidades en práctica.”

“Gracias por dejarme seguir trabajando en esto, Maestra.”

Necesitaba asegurarme de que fuera un maestro en esto cuando regresara, o decepcionaría a la Maestra. Afortunadamente, probablemente me enfrentaría a oponentes armados con Blast Canes en Rolmund. Las armas mágicas eran las cosas perfectas para poner a prueba mis habilidades de manipulación de mana. Adelante, tomaré todas las balas que tengan.

“Maestra, ¿a quién vas a tener como consejero mientras no estoy?”

El término “consejero” sonaba genial, pero en realidad todo lo que sucedía cuando uno estaba en esa posición era que la Maestra se acercaba a ti cuando estaba sola y necesitaba alguien con quien hablar. Ella se rió y dijo, “No temas. Ryucco aceptó quedarse aquí un poco más.”

“Me sorprende que ese misántropo esté dispuesto a vivir en una ciudad llena de humanos.”

“Mmm, parece que después de conversar con humanos, ha llegado a comprender que no son tan horribles como creía al principio.”

“Probablemente fue cuando habló con Eleora.”

El hombre lobo al que le había encargado que siguiera a la princesa había informado que había hablado con Ryucco hace unos días. Ambos eran personas excéntricas, por lo que probablemente se llevaron bien.

***

Junto con nuestra excéntrica princesa, completé mis preparativos finales para la partida. En total, me llevaría 3 magos, 56 hombres lobo y 61 miembros del cuerpo de magos.

Nos reuniríamos con los 12 miembros del cuerpo de magos que se habían quedado en Krauhen para defender el túnel, dejándome con el mando de un total de 132 hombres. También hubo algunos voluntarios de entre los caninos y la guarnición de la ciudad que nos acompañarían hasta Krauhen. Supuestamente nos estarían ayudando con varias tareas en el camino.

Sin embargo, tenía una sospecha de que los caninos solo querían una excusa para viajar. Sin embargo, los dejé venir de todos modos, ya que sentí que esta sería una buena oportunidad para mostrar al norte lo amistosos que podían ser los demonios.

“Sir Veight, ¿cómo va el entrenamiento de los hombres lobo?”

No quería revelar todas mis cartas a Borsche, así que le di una respuesta indirecta.

“No están ni cerca del nivel de habilidad del cuerpo de magos. Finalmente logré que dispararan en formación, pero en realidad sería más rápido si se transformaran y golpearan a sus enemigos hasta hacerlos papilla.”

“Seguramente solo estás siendo humilde.”

No, en serio, las cosas simplemente irían más rápido de esa manera. Les había dado a los hombres lobo todo el equipo de repuesto del cuerpo de magos y servirían como miembros de reserva si el cuerpo de magos necesitara más pistoleros. La razón por la que hice eso fue para ocultar el hecho de que en realidad estaban usando Blast Rifles modificados, en los que se habían vuelto sorprendentemente competentes.

“Oye, ¿puedo usar esto como una maza después de disparar?”

“¡Esa es una idea genial, hermano!”

¿Por qué los hermanos Garney son tan estúpidos? El plan era decirle a Rolmund que estas eran las tropas de élite de la Mancomunidad Meraldiana. Al hacerlo, esperaba que pareciera que Eleora había tenido tanto éxito que el ejército de Meraldia estaba dispuesto a seguir sus órdenes. Eso también implicaría que Eleora tenía una cantidad significativa de autoridad tanto en Meraldia como en Rolmund, lo que serviría como una moneda de cambio útil en las negociaciones.

Mientras tanto, yo me presentaría como el comandante de esta fuerza de élite, así como un consejero de la Mancomunidad.

Ya que Rolmund no estaba al tanto de la verdadera situación, simplemente asumirían que yo era un noble que buscaba asegurar mi posición cuando Meraldia se convirtiera en un estado vasallo del imperio. También planeaba ocultar el hecho de que era un hombre lobo.

Parker y los otros hombres lobo también estarían ocultando su verdadera identidad, para evitar cualquier problema con la iglesia de Sonnenlicht. Para bien o para mal, Rolmund hacía tiempo que había erradicado a los demonios de sus tierras, por lo que ya no los buscaban.

“Tal vez debería pedirle a Melaine que venga y hacer que convierta a todos nuestros oponentes políticos en vampiros.”

“Nuestros nobles no son tan tontos, Rey Negro de los Hombres Lobo.” Eleora negó con la cabeza. Ella estaba cabalgando sobre su viejo caballo. “De hecho, el gobernante del norte de Rolmund, el archiduque Vafuk, intentó esa misma estrategia después de la caída de la antigua república. Él fue quien inventó la técnica para transformar a otros en vampiros.”

Su historia sí que tiene algunas personas increíbles en ella.

“Suena como una persona interesante.”

“Desafortunadamente para él, la gente notó incluso los más mínimos cambios en el comportamiento de sus nobles. Antes de que su plan despegara, alguien lo vio chupando la sangre de una de sus criadas.”

Para un hombre tan ambicioso, seguro que carecía de precaución. Aunque supongo que yo también dejé de ser muy cauteloso una vez que me reencarné como hombre lobo.

En lugar de reírme de este tipo, probablemente debería aprender de él. Eleora miró hacia adelante y dijo con una sonrisa, “Después de conocer su verdadera naturaleza, sus criadas lo abandonaron. Rolmund Este y Oeste se unieron para formar un ejército conjunto para erradicar sus fuerzas. La Orden de Sonnenlicht también envió a sus propios cruzados e incluso los siervos de Vafuk se alzaron en rebelión. Al final, los vampiros fueron erradicados.”

Lo imaginé. La rama de Sonnenlicht en Rolmund afirmaba que todos los demonios eran malos, por lo que en el momento en que la identidad de Vafuk se vio comprometida, fue condenado.

Ya había escuchado de Eleora lo brutales que eran las batallas políticas en Rolmund. Al parecer, un noble había matado a su hermano mayor y trató de hacerse pasar por él. Otro había asesinado a su padre y había tratado de atribuirle el crimen a su rival.

Otro se había acostado con la esposa de su hermano y utilizó a su sobrino, que en realidad era su hijo, como una herramienta política. Me sorprendió que la gente pudiera caer tan bajo, pero supuse que eso significaba que estaban muy desesperados. Lo más aterrador era que estas eran solo las parcelas que se habían descubierto.

No se sabía cuántas otras cosas turbias habían pasado completamente sin ser detectadas. Pensándolo de esa manera, estaba claro que la oscuridad dentro de Rolmund se extendía mucho más allá de mi imaginación. Con suerte no tendría que quedarme mucho tiempo allí.

***

Una vez que todos estaban listos, nos reunimos frente a la mansión para informar a la Maestra y Airia de nuestra partida. Melaine y Firnir también habían venido a despedirnos. Bajamos de nuestros caballos y la Maestra dijo con voz solemne, “Veight. A menudo das vueltas y vueltas mientras duermes y tienes el mal hábito de no cubrirte adecuadamente cuando hace frío. Asegúrate de mantenerte abrigado o te enfermarás.”

Maestra, ¿realmente tienes que decir este tipo de cosas delante de todos? Tú eres la Señora Demonio, no una vieja abuela. Aunque estaba feliz de que ella estuviera preocupada por mí, probablemente esta no era la mejor manera de demostrarlo. Tratando de parecer digno, incliné respetuosamente la cabeza.

“Aprecio tu preocupación. Juro completar mi misión y regresar a salvo a tu lado.”

“Mmm, bien. Oh, también…”

Por favor, solo detente. Melaine le dio una palmada apresurada a la Maestra en la espalda, interrumpiéndola. Antes de que la Maestra pudiera reanudar su letanía de advertencias, Airia dio un paso adelante. Parecía estar bastante bien sincronizada con Melaine.

“Lord Veight, estaré rezando por tu éxito.”

“Tienes mi agradecimiento, lady Airia. Pero no temas, esta misión no es más difícil que cualquiera de las otras que he emprendido. Regresaré antes de que te des cuenta.”

Eso sonó un poco como una bandera de muerte, pero antes había levantado muchas banderas de muerte y me abrí paso a través de todas ellas. Airia me miró con preocupación.

“Ten cuidado, lord Veight. Que yo sepa, nadie de Meraldia ha intentado visitar Rolmund.”

Por supuesto, estaba un poco preocupado por visitar una tierra desconocida, pero cuando me reencarné por primera vez, todo era desconocido. Naturalmente, no podía decirle a Airia que me había reencarnado, pero aún así, sonreí tranquilizadoramente.

“No te preocupes, soy un hombre lobo. Las fronteras de los humanos no significan nada para mí.”

Para mi sorpresa, sin embargo, Airia no se echó atrás, lo que era inusual en ella.

“Supongo que no. Sin embargo… por favor, asegúrate de regresar con seguridad.”

“No te preocupes, lo haré. Tan rápido como pueda, también.” Cuando dije eso, me di cuenta de algo interesante. “Qué extraño que tanto tú como yo pensemos que Ryunheit es ahora el hogar al que debo volver.”

“Fufu, no creo que sea extraño en absoluto.”

Airia sonrió y yo le devolví la sonrisa. Dejé a mucha gente capaz para encargarse de Ryunheit en mi ausencia. Baltze, comandante de los Caballeros Azure, y Shure, comandante de las Escamas Carmesí, estarían a cargo del ejército demoníaco. Wengen, el capitán de la guarnición y Grizz estaban aquí para garantizar que las calles de Ryunheit permanecieran seguras. Y Airia y los otros consejeros eran más que capaces de manejar todos los asuntos políticos. Podrían negociar con el norte sin problemas.

Dado que todos los virreyes de Meraldia ya tenían conexiones entre sí, tenía más sentido dejarles la totalidad de las negociaciones mientras el ejército demoníaco permanecía apostado silenciosamente en el sur.

En el frente tecnológico, Ryucco y Kurtz continuarían analizando y mejorando los Blast Canes de Eleora.

Seguramente pronto comenzarían a producir Blast Rifles en masa, en caso de que los necesitemos para pelear una guerra a gran escala contra Rolmund. Si tuviera suerte, serían el equipo estándar del ejército cuando regresara.

Después de asegurarme de que tenía todo, volví a montar mi caballo. Firnir y Airia me habían estado dando clases de equitación recientemente. Si fuera solo llevar a un caballo a dar un paseo, podría hacerlo. Una vez que volví a montar, me dirigí a mi grupo y dije, “De acuerdo con la decisión del consejo, partiremos para ayudar a la princesa Eleora a tomar el trono de Rolmund. ¡En marcha!”