Jinrou E No Tensei Maou no Fukukan (NL)

Volumen 3: La Unificación del Sura

Capitulo 3: Nueva Virreyna

Parte 21

Al final, el ejército meraldiano decidió dejar de disparar sus catapultas. Desearía que hubieran disparado otra ola. Me habría asegurado de golpear a alguien con la siguiente piedra que desviara. Bueno, supongo que exactamente por eso se detuvieron. Pero ahora el ejército meraldiano se había quedado sin opciones.

Debido a que habían instalado sus catapultas muy atrás, eran de poca utilidad. E incluso si sus disparos llegasen a la ciudad, simplemente se los devolvería. Sin embargo, invadir la ciudad mientras estaba intacta daría lugar a bajas masivas. En realidad, el ejército meraldiano aún tenía una ventaja abrumadora, pero no se habían dado cuenta de eso.

La formación de los soldados comenzó a romperse. Los arqueros en los flancos comenzaron a retroceder. Si bien los lanceros todavía se mantuvieron en su posición, sus escudos estaban temblando. Y aunque estaban manteniendo la formación, claramente empezaron a entrar en pánico.

“Marchamos hacia Zaria y, como nos ordenaron, intentamos desgastar la ciudad con piedras y flechas antes de invadirla. Sin embargo, nuestra estrategia se volvió ineficaz porque uno de los hombres lobo del ejército demoníaco repelió nuestros ataques a distancia. Debido a eso, consideramos el plan como un fracaso y juzgamos imposible conquistar con éxito Zaria.”

Si los soldados dieran un informe de esa naturaleza al Senado, probablemente no serían castigados por su fracaso. Y fue por esa razón que creí que se retirarían.

La mayoría de los soldados rasos ya estaban a punto de desertar. Aunque sus comandantes les gritaban que mostraran algo de agallas, ya era demasiado tarde. Finalmente, uno de los oficiales pareció hartarse de sus hombres y cabalgó solo hacia Zaria. Era un caballero vestido con una armadura gruesa y tenía una gran espada atada a la espalda.

“¡Vaya, miren esa espada! ¿Podría ser él—?”

“¡Es sir Volzaav! ¡El gran cazador de demonios!”

A juzgar por los gritos emocionados de los soldados meraldianos, este tipo era famoso. El caballero desenfundó su gran espada y la levantó por encima de su cabeza.

“¡Mi nombre es Volsaav, el Comandante de los Cien Hombres del ejército regular meraldiano!”

Ese no es realmente un rango impresionante… La mayoría de los generales de mayor rango del ejército eran hombres viejos y astutos, por lo que las únicas personas que se veían exigiendo un combate individual eran oficiales de rango medio como estos.

“No, solo desperdiciarás tu vida en vano.”

Había planeado murmurar eso en voz baja, pero terminé diciéndolo lo suficientemente alto como para que todos lo escucharan. Estoy bastante seguro de que hay una forma de desactivar temporalmente la amplificación de voz, pero no puedo recordarlo. La cara de Volsaav estaba cubierta por su casco, así que no pude ver su expresión, pero su tono era furioso.

“¡Bastardo, ¿quién te crees que soy?! ¡Soy Volsaav el Asesino de Jabalíes!”

“Nunca he oído hablar de ti…”

Eso no pretendía ser un insulto. Realmente no había oído hablar de él. No era muy bueno conversando con humanos que no conocía, así que decidí apelar a todo el ejército.

“Si este es el guerrero más fuerte que tienen, quizás deberían enviar algunas personas más para pelear conmigo.”

“¡Cómo te atreves! ¡Soy el Maestro Fencer Volsaav, el hombre que se ubicó primero en los torneos de Wilheim y Aryoug! ¡Incluso ustedes, ignorantes salvajes del sur, deben haber oído hablar de mí!”

Quiero decir, no hay internet ni televisión aquí, así que es un poco difícil que se difundan las noticias. Este tipo parecía que no se rendiría sin importar cuántas veces le dije que no lo conocía, así que decidí cambiar de tema.

“Estúpido humano, te has embriagado con tus escasos logros. Pero no tienes ninguna esperanza de vencerme. Regresa a casa.”

Volsaav realmente estaría desperdiciando su vida si peleara conmigo, así que preferiría que se rindiera. Desafortunadamente, todavía tenía que mantener el despiadado acto de hombre lobo, así que mi advertencia salió más como una burla. Como temía, a Volsaav no le gustó eso. Se bajó de su caballo y sostuvo su espada cerca de su pecho.

“¡Como soldado de Meraldia, te desafío a un duelo!”

Honestamente, no quería pelear con él, pero era un general del ejército demoníaco. No podía negarme. Sin embargo, podría intentar advertirle una última vez.

“¿Te crees más poderoso que una catapulta?”

“¿Qué?”

Intentaba insinuar sutilmente que debía reconsiderarlo, pero gracias al personaje que estaba actuando, mi mensaje no se transmitió. Enfurecido, Volsaav cargó hacia adelante.

“¡Mi espada ha partido jabaleones en dos, un hombre lobo como tú no es rival para ella! ¡Muere!”

Los niños hombres lobo cazaban jabaleones por diversión, estos dos casos ni siquiera eran comparables. Si bien era impresionante que un humano hubiera logrado derrotar a uno con solo una espada, eso no sería suficiente para derrotar a un hombre lobo. Dicho esto, no podía simplemente ignorarlo. Me había desafiado a un duelo frente a mis hombres y yo era el comandante de esta batalla. La misericordia en el campo de batalla era un lujo que no podía permitirme.

“No digas que no te lo advertí.”

Desvié a un lado la espada de Volsaav y metí mis garras en su cabeza. Perforé su casco con facilidad y pedazos de él volaron por el cielo junto con su carne. Luego le arranqué la cabeza y el cadáver de Volsaav cayó al suelo. El campo de batalla quedó en silencio. A pesar de que él se lo había buscado, matarlo me dejó un mal sabor de boca.

***

“¿Quién quiere ser el próximo en morir?”

Di un paso adelante y la línea de lanceros retrocedió. La moral del ejército meraldiano había tocado fondo. Ni las flechas ni las piedras habían funcionado en mí. Y si el ejército intentara atacar, tendrían que lidiar con una lluvia de flechas y con mis hombres lobo. El único caballero con el coraje de desafiarme a un duelo había sido decapitado en instante. En este momento, los soldados meraldianos probablemente estaban aterrorizados.

En realidad, si avanzaran con su ejército de 2000, me aplastarían en un instante. Sin embargo, las primeras docenas de hombres que me atacaran morirían sin duda alguna. Nadie quería ser parte de esa primera ola. No a como estaba la moral. Por supuesto, yo también tenía mucho miedo de un ejército tan grande, pero si quería salir de esta situación de forma segura, tenía que actuar con valentía. Le lancé a los soldados una sonrisa feroz y aullé, “Les vuelvo a preguntar. ¿Quién quiere ser el próximo en morir?”

Seguí avanzando, como si la masa de 2000 soldados de infantería no me intimidara en absoluto. Al ver mis acciones imprudentes, mis hombres lobo comenzaron a aullar.

“¡Oye, Veight, ¿qué demonios estás haciendo?!”

“¡Detente! ¡Vuelve aquí ahora mismo, Veight!”

“El jefe está tratando de cargar solo, ¡que alguien lo detenga!”

“¡Maldita sea, tenemos que seguirlo, chicos!”

“¡Sí!”

Mis camaradas maldijeron mi insensatez mientras me seguían a regañadientes. Pero, aunque yo podía entender lo que decían, los humanos no podían entender los aullidos de los hombres lobo. Para el ejército meraldiano, parecía que mis hombres estaban ansiosos de sangre. Mi batallón de hombres lobo se colocó detrás de mí, con sus capas ondeando en la brisa.

“¡Jefe, ¿en serio estás planeando cargártelos a todos?!”

“¡Sé que eres fuerte, Veight, pero esto es una locura! ¡Tenemos que regresar!”

“Un momento, miren. ¡El enemigo se está retirando!”

“¿Cómo es esto posible?”

Dios, ustedes son tan ruidosos.

“¡Chicos, vuelvan! ¡Es demasiado peligroso venir conmigo!”

Desafortunadamente, parecía que nadie quería escucharme.

“¡Si es peligroso, entonces esa es una razón más por la que no podemos dejarte ir solo, jefe!”

“Oye, Veight, ¿no me dijiste que no cargarías solo? ¿Y bien?”

“¡¿Cuándo te darás cuenta de que un comandante no puede precipitarse imprudentemente de esta manera?!”

“¡¿Cuántas veces tengo que decirte que no te pongas en peligro?! ¡Espero que estés listo para una reprimenda cuando esto termine!”

Yo y mi gran bocota.

Afortunadamente, desde la perspectiva de Meraldia, parecía que un grupo de 50 hombres lobo aullaban gritos de batalla a medida que avanzaban constantemente. La moral de los soldados ya estaba lo más baja posible y la idea de enfrentar a un batallón de hombres lobo los aterrorizó.

“¡E-Estos tipos son monstruos!” gritó alguien. Ese grito señaló el colapso del ejército meraldiano.

“¡El diablo de Ryunheit viene por nosotros! ¡Corran!”

“¡E-Esto no es para lo que me apunté!”

“¡Mientras ese monstruo esté protegiendo la ciudad, no podremos capturarla!”

Los arqueros en los flancos tiraron sus arcos y comenzaron a correr lejos de nosotros. En cuanto a los ingenieros, ya habían abandonado sus catapultas y corrían tan rápido como sus piernas lo permitiían. En este punto, no había ninguna razón para que los lanceros mantuvieran su posición. Ya no contaban con apoyo a distancia para reforzar su formación.

“¡Vuelvan aquí, arqueros cobardes! ¡Maldita sea! ¡Tamborilero, señala la retirada! ¡Que los lanceros retrocedan!”

El comandante de los lanceros ordenó una retirada y el tamborilero tocó a un ritmo constante. Ahora que se había dado una orden oficial de retirada, los lanceros no tenían ninguna razón para luchar.

Arrojaron sus lanzas y escudos y se apresuraron a retirarse. Cuanto más rápido pudieran correr, más seguros estarían. Por eso se deshicieron de todo su equipo pesado como armas y escudos.

“¡Todos, corran! ¡Ahora!”

“¡Retirada! ¡Retiradaaaa!”

“¡Waaaaaaah!”

Los lanceros que llevaban conjuntos completos de armaduras comenzaron a entrar en pánico. Incluso desde esta distancia, podía decir que eran mucho más lentos que sus contrapartes ligeramente armados. Hamaam se acercó a mí y preguntó casualmente, “¿Deberíamos perseguirlos, vicecomandante?”

Le sonreí maliciosamente y respondí, “No hay necesidad de desperdiciar nuestra energía. Si los dejamos volver vivos, difundirán más historias de nuestro aterrador poder.”

“Entendido.”

Continué acercándome a las tropas meraldianas a paso ligero y se dispersaron en todas direcciones. ¿No están demasiado asustados de mí? Estaban huyendo el doble de rápido de lo que habían marchado hasta aquí. Después de que el último soldado desapareciera más allá de las colinas distantes, me detuve y me rasqué la cabeza.

“Eso fue honestamente una decepción.”

Los hombres lobo a mi alrededor sonrieron. Debe ser agradable ser tan despreocupado. Si hubiésemos luchado, la mayoría de ellos habrían muerto.

Es solo gracias al hecho de que huyeron que terminamos con cero bajas. Dudaba que tuviéramos tanta suerte la próxima vez, pero al menos logré ganar algo de tiempo. Sería un problema si se armaran de valor y regresaran a pelear, así que decidí hacer eso un poco más difícil.

“Dado que el enemigo tuvo la amabilidad de regalarnos todas estas armas, sería un desperdicio dejar que se oxiden. Recojan todo, incluyendo las catapultas. Desmantélenlas y llévenlas a Zaria. Si resulta que son demasiado difíciles de desmantelar, destrúyanlas.”

“Deja las catapultas a mi escuadrón, jefe.”

Jerrick, el herrero, se acercó a mí. Todas las personas en su escuadrón eran herreros, albañiles o carpinteros. Definitivamente eran los más adecuados para manipular maquinaria. Mientras tanto, probablemente debería enterrar a ese caballero. ¿Hm? Un momento, puedo sentir un poco de mana saliendo de su espada.

No es mucho, pero su espada está definitivamente encantada. Normalmente, un simple comandante de cien hombres no debería haber tenido una espada encantada. Curioso, decidí investigar.

***

Al regresar a Zaria, devolví la armadura del padre de Shatina.

“La armadura de tu padre me protegió. Fue esta armadura la que ahuyentó a las fuerzas de Meraldia.”

Estaba exagerando un poco, pero quería que Shatina se sintiera orgullosa. Viendo como las lágrimas brotaban de sus ojos, mi plan debió haber funcionado.

“Gracias, sir Veight. Yo…”

Ella se calló, esforzándose para encontrar las palabras. Me di cuenta de que ella estaba tratando de decir algo apropiado y virreinal, así que le di una suave palmadita en la cabeza.

“Está bien, no tienes que forzarte a actuar dignamente.”

Shatina agachó la cabeza, agarró la armadura de su padre y comenzó a sollozar.

Una vez que se calmó, trabajamos junto con la guarnición de la ciudad para completar la ardua tarea de eliminar a todos los espías escondidos en Zaria.

Si bien el falso funcionario al que le había dado una paliza nos había dicho todo lo que sabía, era posible que hubiera otros equipos de los que no nos había informado.

Como pensé, encontramos a algunos otros soldados sospechosos de los que el funcionario no nos había informado. Los tiramos a todos en la cárcel y le dejamos el interrogatorio a las tropas de la ciudad. Mientras corríamos por la ciudad, alguien se coló en la celda del funcionario y lo envenenó.

Supongo que uno de sus compañeros lo había matado para evitar que contara más secretos. Se merecía la muerte que recibió, pero me gustaría haber podido interrogarlo un poco más antes de que lo mataran.

“¡Ese traidor! ¡Él traicionó la confianza que mi padre depositó en él cuando lo nombró para ese puesto! ¡Ojalá hubiera sido capaz de cortarle la garganta con mis dos manos!” gritó Shatina, sus ojos ardían de odio. Le advertí en voz baja, “Sospecho que estaba trabajando para el Senado desde el principio, así que, en ese sentido, no se le puede llamar exactamente traidor. Además, tienes asuntos más importantes que atender que despachar personalmente a cada uno de los subordinados involucrados en la muerte de tu padre. No olvides que tu verdadero enemigo es el Senado.”

“Pero…”

“Si eres demasiado impulsiva, solo terminarás hiriéndote a ti misma.”

En ese momento, mis hombres lobo me miraron con incredulidad.

“No creo que tengas derecho a decir eso, jefe…”

“Eres el soldado más temperamental en el ejército demoníaco.”

“Nadie más carga solo contra el ejército enemigo de esa manera.”

Me volví hacia Shatina con una sonrisa compungida.

“¿Ves lo que quiero decir? Esto es lo que obtengo por ser de demasiado impulsivo. Trabajo hasta los huesos por estos chicos y ellos solo se quejan.”

Ante eso, Shatina se rió. Ella había estado decaída desde que terminó la batalla, así que me alegré de que estuviera recuperando su vigor. Después de que ella controlara su risa, Shatina me miró con reproche.

“Sir Veight, eso ha sido cruel.”

“¿Primero soy demasiado temperamental, ahora soy cruel? No me dan ni un respiro, ¿eh? No importa, ahora debemos concentrarnos en reestructurar las defensas de Zaria.”

Justo cuando dije eso, uno de los soldados de Zaria corrió hacia Shatina.

“¡Hay otro ejército acercándose por el este, mi señora! ¡Este está compuesto enteramente de caballería y casi mil hombres!”

“¡¿Mil?!”

Shatina comenzó a entrar en pánico.

“¡¿C-Cuál es su afiliación?!”

“¡Están ondeando la bandera de Meraldia, mi señora!”

Mierda, ¿vamos a tener que luchar contra otro ejército? Antes de que pudiera dar órdenes, Airia regresó y aclaró la situación.

“Es cierto que están ondeando las banderas de Meraldia, pero los soldados también están ondeando las banderas de Shardier y Veira. Al menos una parte de ese ejército pertenece a Shardier.”

“Supongo que eso significa que las negociaciones de Aram fueron un éxito.”

Estaba pensando en enviar a un explorador para observar la situación un poco más por si acaso, pero luego otro mensajero irrumpió en la habitación.

“¡El virrey de Veira y el virrey de Shardier han enviado refuerzos! ¡Veira nos ha enviado seiscientos soldados de caballería, mientras que Shardier ha traído doscientos arqueros montados!”

Parece que no tendré que jugar voleibol con otra ronda de catapultas después de todo.

***

Le di la bienvenida al ejército aliado de Veira-Shardier en Zaria sin incidentes. Con esto, estábamos a salvo por ahora. Shatina y Airia estaban hablando con los dos virreyes que habían venido con el ejército. Esperé hasta que las cortesías y las condolencias habituales terminaran y luego me apresuré a ir a la sala de audiencias.

“Mis disculpas por llegar tarde, damas y caballeros.”

“Ha pasado mucho tiempo, sir Veight.”

Aram no se veía muy diferente de cuando lo había visto por última vez, pero había perdido algo de peso. Él debe tenerlo difícil. El virrey de Veira parecía ser un joven de unos veintitantos años. Era guapo y alto y su armadura intrincadamente modelada complementaba su figura. Sin embargo, cuando habló, su voz me sorprendió.

“Vaya, es un placer conocerte.”

Sonaba sorprendentemente femenino. Pero al mismo tiempo, su voz era profunda. Él parecía indiferente a mi reacción y se presentó casualmente.

“Soy Forne Fom Foenheim, virrey de la ciudad de la belleza y la artesanía, Veira. Es un honor conocerte.”

Había tantos Fos en su nombre que todo lo que oí fue fofofo. Además, su estilo oratorio no coincidía en absoluto con su apariencia. Un poco desconcentrado, sin embargo, le devolví cortésmente su saludo.

“Encantado de conocerte. Soy el Vicecomandante de la Señora Demonio Gomoviroa, Veight.”

***

Ahora que el ejército demoníaco ha comenzado a interactuar más con los humanos, decidimos que haríamos hereditaria la posición de Señor Demonio.

Por esa razón, habíamos empezado a referirnos al Señor Demonio como Señora Demonio Gomoviroa al hablar de ella a otras personas. Al hacerlo, reforzamos la idea de que incluso después de que ella se retire, habría alguien más después de ella que heredaría el título.

Era un mensaje a los otros humanos de que no importa cuántos Señores Demonio mataran, siempre habrá otro para ocupar su lugar.

Afortunadamente, dado que el anterior Señor Demonio había sido bastante reservado, nunca nos habíamos referido públicamente a él como Señor Demonio Friedensrichter.

Además, casi no había tenido contacto con los humanos. Gracias a eso, la mayoría de los humanos no sabían que había existido un Señor Demonio llamado Friedensrichter. Tampoco sabían que la actual Señora Demonio había heredado su posición. Estaba planeando eventualmente grabar el nombre de Friedensrichter en los libros de historia, pero por ahora su existencia se mantenía en secreto.

Aparte de eso, este virrey afeminado tenía bastante presencia. Sin embargo, no era justo juzgarlo en base a las primeras impresiones e, independientemente, la cortesía era una virtud.

“Es un honor conocer al virrey de la famosa ciudad de artesanos. Tienes mi más profunda gratitud por haber venido en ayuda de Zaria.”

La expresión de Forne se nubló cuando mencioné a Zaria.

“Cuando lord Aram me dijo que lord Melgio estaba en peligro, vine corriendo tan rápido como pude. Sin embargo, no pude llegar a tiempo. Tienes mis más humildes disculpas. Es una pena que la hermosa guardia de honor de Veira no haya tenido tiempo de brillar.”

“¿Esta es una guardia de honor?”

Por lo que pude ver, solo eran caballeros regulares.

Si bien era cierto que su equipamiento, desde sus armaduras hasta sus arneses, parecía innecesariamente llamativo, sus armas parecían todo menos ceremoniales. Además, las tropas parecían experimentadas.

Cuesta creer que solo se queden allí parados viéndose importantes todo el día. De hecho, parecían ser la unidad mejor equipada que había visto en cualquiera de los ejércitos humanos. También eran la unidad que mejor se adaptaba a mi imagen mental de los caballeros medievales. Al ver mi confusión, Aram sonrió a sabiendas.

“A Veira solo se le permite oficialmente una guarnición de doscientos hombres, pero han reclutado a cientos más al afirmar que el resto son una guardia de honor ceremonial. A veces alquilan sus fuerzas adicionales a las ciudades que las necesitan.”

¿Y Meraldia les permite salirse con la suya? Forne sonrió y agregó, “Al permitir que la elegante guardia de honor de Veira realice desfiles en las ceremonias, Meraldia puede anunciar su magnanimidad. Además, es Veira la que diseña los escudos, las mansiones y la ropa de los nobles meraldianos.”

Ya veo, no pueden darse el lujo de enojar a Veira por la importancia cultural que tiene. No es de extrañar que dejaran que la ciudad se saliera con la suya con unos cuantos cientos de soldados adicionales.

A raíz de la Guerra de Unificación Meraldiana, Veira abrió sus puertas a todos los artistas y artesanos desplazados y les ofreció los talleres y estudios que necesitaban para hacer su trabajo. Como resultado, los artesanos famosos de todos los oficios emigraron a Veira después de la guerra. Una vez que terminó de explicar todo eso, Forne sonrió.

“Si bien nuestra proximidad al norte significa que la amenaza de la guerra siempre está cerca, también significa que podemos atraer personal capacitado. Por lo menos, así fue como lo vio el virrey anterior.”

Parece que los ciudadanos de Veira también son bastante duros. Necesitaba asegurarme de que Forne entendiera que los demonios no eran solo una mezcolanza de monstruos bárbaros.

“Si bien el ejército demoníaco es una coalición de demonios, naturalmente también valoramos la cultura humana y el arte. Me alegraría si pudiéramos aprovechar esta oportunidad para aprender sobre las costumbres de cada uno.”

Las sociedades demoníacas tenían mucha cultura propia, como la plata de los caninos. Estoy seguro de que también hay algo que los humanos pueden aprender de nuestra cultura. Forne me examinó.

“Escuché que eras un hombre lobo sanguinario que mató a cuatrocientos soldados y que destrozaste al Héroe con tus colmillos. Para ser honesto, esperaba a alguien mucho más… feroz. Sin embargo, eres sorprendentemente agradable y guapo, además.”

¿Guapo? Yo solo era un simple chico de campo que venía del bosque. Forne caminó a mi alrededor en círculo, evaluando mi atuendo y mi postura.

“Bastante guapo de verdad… Dejar tu apariencia oculta en la oscuridad sería una verdadera pena. Deberías hacer apariciones públicas con más frecuencia, como una forma de publicitar el ejército demoníaco.”

¿Quién se cree este tipo que es, escupiendo toda esta mierda? ¡Apenas me conoce! Mis sentimientos debieron mostrarse en mi cara, ya que Forne sonrió disculpándose y agitó la mano.

“Vaya, qué grosero de mi parte. Mis disculpas, mi trabajo es vender obras de arte como tú, así que cada vez que encuentro un espécimen digno, tiendo a adelantarme un poco.”

Sarcásticamente respondí, “¿Es también tu trabajo decirle a los hombres aburridos y feúchos que son agradables y guapos?”

Forne asintió con una sonrisa.

“¡Sí, sí, de hecho! Te convertirás en un maravilloso compañero de combate verbal.”

Nada desconcierta a este tipo, ¿eh?