Ore dake Ireru Kakushi Dungeon (NL)

Volumen 5

Capitulo 4: ¡Estoy En Casa!

Parte 2

Cuando llegué, el templo estaba rebosante de gente que venía allí para ser sanada y para adorar. Ni siquiera tenías que ser especialmente devoto para recibir tratamiento, siempre y cuando dijeras que creías en los dioses. Como era de esperar, eso significó que muchas personas vinieron cuando no pudieron visitar una clínica regular por cualquier motivo.

La línea de Luna solía ser la más larga, pero no pude verla hoy. Me acerqué a una de las personas que estaban en la fila y les pregunté al respecto.

“¿El clérigo Luna está libre hoy?”

“No, ella solo está en un descanso. Creo que salió, pero no deberías molestarla”.

“No te preocupes, yo no lo haré”.

Dejé la línea y me dirigí al costado del edificio. Parecía que había una regla sobre no molestar a Luna cuando estaba en un descanso, pero esperaba que al menos me dejaran decirle que estaba en casa. Seguí la pared alrededor hasta que llegué a la parte trasera del templo, preguntándome dónde podría estar. Pero cuando la encontré, estaba con alguien. Me escondí a la sombra del edificio. No porque no debería estar allí, simplemente no quería interrumpir.

“Sé que lo he mencionado miles de veces, pero realmente es por tu propio bien. Al menos piénselo seriamente”, dijo el hombre.

“Lo sé”, dijo Luna. “Pero… todavía no estoy lista…”

“¿Al menos estarías de acuerdo con una reunión? De esa manera, al menos puedo salvar un poco las apariencias”.

Inclinó la cabeza hacia ella, casi suplicando su ayuda. Era un poco mayor, tal vez en sus cincuenta, y lo había visto antes por aquí. Era uno de los sacerdotes del templo.

“Bueno”, dijo Luna. “Si es solo una reunión, entonces…”

“¡Maravilloso!” gritó el sacerdote. “¡Hagámoslo el próximo domingo!”

Parecía lleno de alegría y comenzó a caminar en mi dirección. Presa del pánico, me escondí detrás de un árbol hasta que se fue. Cuando Luna comenzó a seguirme, me paré frente a ella. Caminaba lentamente y colgaba la cabeza. ¡¿Qué quería exactamente que ella hiciera?! Tenía que ser espantoso.

“Luna. ¡Luuuna!”

La saludé y su rostro se iluminó al instante. “¡S-S-S-Sir Noir! ¡¿Estás en casa?!”

Corrió hacia mí y me agarró de las manos, saltando con entusiasmo.

¡Estaba muy contenta de verme! Casi nunca dejó caer su exterior tranquilo y sereno.

Charlamos un rato después de eso. Le aseguré que no estaba herido y le di un breve resumen de todo lo que había sucedido desde la última vez que la vi.

“¡Estoy tan contento de que estés bien! Estaba tan preocupado por ti.

¡Apenas he podido dormir!”

Bueno, tenía círculos oscuros debajo de los ojos.

“Lo siento si hice que te preocuparas”, le dije. “¿Hay algo más que te esté molestando?”

Luna comenzó. “Ugh… ¡¿qu-qué quieres decir?!”

“¿Para ser sincero? Lola está preocupada por ti. Dijo que parecías muy deprimida”.

Luna sonrió un poco. “Supongo que no puedo ocultarle nada”.

“¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?” Yo pregunté.

Luna vaciló, luego suspiró y negó con la cabeza. “Uno de los sacerdotes con los que trabajo está tratando de emparejarme con un hombre, ¡pero no quiero casarme! Pero… el sacerdote ha hecho tanto por mí… no puedo simplemente decir que no”.

Asentí y Luna siguió hablando. Aparentemente, el sacerdote con el que la había visto hablar era amigo de un rico comerciante, y el hijo del comerciante estaba buscando esposa. Según Luna, este tipo era muy particular y no le gustaban los humanos normales. Quería una elfa, una semielfa o una bestia.

“¿Por qué odia a los humanos?” Yo pregunté.

“No quiere a alguien que se vuelva viejo y poco atractivo”, dijo Luna. “No puedo entender eso. ¿No es mejor ver la vida de alguien cuando le miras la cara?”

Parecía que este tipo solo quería a alguien que se mantuviera joven y hermoso para siempre. Desafortunadamente para él, la mayoría de la gente de la ciudad era humana.

“Creo que sería mejor conocerlo y rechazarlo suavemente”, dije. “¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?”

Los ojos de Luna se iluminaron. “¿Podrías… tal vez… fingir ser mi hermano pequeño y venir a la reunión conmigo?”

“Seguro. ¿Cuál es el plan?”

“Supongo que solo… ¿dices muchas cosas despectivas sobre tu hermana mayor frente a él?” Preguntó Luna.

Guerra psicológica, ¿eh? ¿Convencerlo de que había una gran desconexión entre su belleza física y su fea personalidad? Tenía sentido, así que discutimos el asunto un poco más y decidimos preguntarle a Lola si le importaría interpretar a la hermana pequeña de Luna. La reunión no fue hasta el domingo, así que tuvimos mucho tiempo para ponernos manos a la obra.

Luna volvió a trabajar después de eso, y me quedé un poco inseguro de qué hacer a continuación. El sol ya se estaba poniendo. Si fuera a la mazmorra  oculta,  probablemente  estaría  oscuro  cuando  regresara.

Todavía…

“¡Iré! ¡Quiero ver a mi maestra! ¡Y Dory también!”

Hacía mucho tiempo que no había visto a ninguno de ellos y estaba seguro de que estarían encantados de verme.

Fui directamente allí, recité la contraseña de la mazmorra y entré. Para entonces, estaba acostumbrado a sacar algunos de los lodos dorados que me atacaron al entrar. La primera vez que maté a uno, disparé varios niveles a la vez. Pero ahora era tan fuerte que apenas me registré.

Bajé al segundo piso y abrí la puerta de la habitación de Oliva en silencio, planeando acercarme sigilosamente a ella.

<Uuh… duele…>

Sonaba como si tuviera mucho dolor. Me detuve en seco.

<Es un poco difícil… hoy…>

Ella había estado atada con las mismas cadenas desde que la conocí, y durante mucho tiempo antes de eso también. A pesar de que tenía los ojos cerrados, debió haberse dado cuenta de que yo estaba allí, porque inmediatamente volvió a su estado alegre y habitual.

<¡Es broma! ¿Te engañé? ¡Ah ha ha ha!>

Pero hablaba más despacio de lo habitual y me di cuenta de que estaba temblando. Olivia no era el tipo de persona que se irrita fácilmente, así que esto no era una broma. Además, si no quería que la escuchara, ¿por qué estaba usando la comunicación telepática?

Mastiqué eso, examinando las cadenas de la muerte que la ataban con mi Ojo Perspicaz para los objetos. Eran de grado S y estaban diseñados para durar tanto como el objetivo al que estaban conectados. Olivia ya me había dicho que moriría si los cortaban, pero no sabía que también la lastimaban.

“Maestra, ¿ha estado sufriendo todo este tiempo?” Yo pregunté.

<¿Sigues creyendo mi pequeña broma? ¡Ha ha, eres tan lindo, Noir!>

Supongo que no iba a llegar a ninguna parte al interrogarla. Claramente, ella no quería hablar conmigo sobre eso, así que dejé el tema por ahora. Olivia parecía tener la misma idea.

<Me interesa más hablar sobre cómo abandonaste a la pobre y dulce Olivia aquí durante siglos y siglos. Ya sabes, si quieres probar nuevos fetiches,

¡prefiero hacerlo en la cama!>

“No has cambiado, ya veo. Honestamente, acabo de tener muchos problemas en mi viaje. No fue personal”.

<¡Quiero saberlo todo! ¡Especialmente las aventuras de una noche!>

¿De verdad pensaba que yo era el tipo de persona que tenía aventuras de una noche?

En cualquier caso, le conté todo sobre mi viaje e intercambiamos bromas al respecto. Ella pareció disfrutar la historia, así que le conté todo sobre la situación con Iesu.

“¿Tomé la decisión equivocada?” Yo pregunté.

Olivia ni siquiera tuvo que pensar en eso. <No siempre hay una elección correcta o incorrecta. A veces, solo depende de tu propio sentido de la justicia. Dicho esto, probablemente habría hecho lo mismo que tú. ¡Es decir, si la gran aventurera Olivia todavía poseía todas sus facultades!>

“¡Gracias!” Dije, sintiendo que el incómodo nudo en mi garganta se disolvía.

Realmente tuve suerte de tenerla como mi maestra.

Prometí volver y visitarlo pronto, luego salté a mi Elevador de Mazmorra y me dirigí al séptimo piso para ver a Dory. La habilidad  Elevador de Mazmorra fue realmente útil, pero fue frustrante tener que esperar una hora antes de poder usarla nuevamente. Ni siquiera pude Editar el tiempo de recuperación; el costo de LP era demasiado alto.

Cuando llegué al séptimo piso, me deslicé por el verde bosque hasta que vi a una niña de unos siete u ocho años con cabello verde esmeralda.

“¡Dory! ¿Cómo has estado?”

“¡Noir! ¡Regresaste!”

Dryade podría haber sido un monstruo, pero era un alma amable y gentil con la apariencia de una niña. Corrió y tomó mi mano, y giramos como si estuviéramos bailando.

Me uní, pero no pasó mucho tiempo antes de que comenzara a sentirme mareado.

“Ugh… el mundo no dejará de girar…”

“¡Haré que lo malo se vaya!”

Dory acarició mi cabeza y… de hecho, se sintió mejor. Pasamos la siguiente hora caminando perezosamente por el bosque y poniéndonos al día. Cuando llegó el momento de irme, pareció recordar algo importante.

“Noir, hay algo que necesito decirte.”  Asentí. “Tú puedes decirme cualquier cosa.”

“Hace un tiempo… un extraño monstruo comenzó a aparecer aquí. Solo de vez en cuando”.

¿Un monstruo extraño? Qué curioso.

“¿Me puede decir más acerca de eso?” Yo pregunté.

“Definitivamente es un monstruo”, dijo Dory. “Pero parece una persona montada en un caballo rojo. La parte humana lleva una espada y lleva una máscara de metal. Viene a través de esta lágrima que simplemente… aparece en el aire y mira un poco a su alrededor. Si encuentra monstruos, los ataca. Una vez, lo vi luchar contra una manada de monstruos lobo. Los mató a todos en segundos”.

“¿Pero estabas bien, Dory?”

“Sí”, dijo ella. “Me vio, pero no pareció interesado. Se fue de inmediato”.

Tal vez no le interesó porque parecía una niña. ¿Los monstruos tenían ese tipo de sentimiento? O tal vez solo estaba interesado en encontrar oponentes fuertes para luchar. Independientemente, el hecho de que haya comenzado a visitar recientemente es preocupante. ¿Tuvo algo que ver conmigo explorando la mazmorra?

“Estaré atento”, dije. “Pero prométeme que no te acercarás a él si vuelve a aparecer”.

Dory asintió. “Lo prometo.”

Feliz con eso, le di una palmadita en la cabeza y salí del calabozo.

***

Cuando llegué a casa, estaba completamente oscuro y mi familia ya había terminado de comer. A menudo llegaba tarde a casa, así que sabían que seguirían adelante sin mí si no aparecía a cenar.

“Noir, has vuelto”, dijo Madre. “Déjame traerte algo de comer”.

“Sí”, asintió el padre. “Te ayudare.”

Mientras me dirigía a la cocina con ellos, sentí a Alice mirándome. “¿Qué ocurre?” Yo pregunté.

“Nada.”

Antes de que pudiera preguntar más, me dio la espalda y se enfurruñó en el piso de arriba. Era inusual para ella estar tan enojada. Normalmente, ella era la primera en darme la bienvenida a casa.

Les pregunté a mis padres y a Tigerson qué estaba pasando con ella, pero ninguno de ellos tenía idea. Bueno, incluso Alice podría tener días malos. Probablemente no fue nada. Estaba seguro de que estaría de mejor humor a la mañana siguiente.

Al día siguiente, me desperté lamentando profundamente mi ingenuidad. Me encontré con Alice cuando salía de mi habitación y extendí la mano para poner mi mano en su hombro, pero ella se apartó.

“¡No me toques!”

“L-Lo siento.”

“¡¿Por qué eres así?!” Ella chasqueó. “Realmente no piensas en nadie más que en ti mismo, ¿verdad?”

“Um, lamento mucho haber hecho algo que te haya molestado”.

“¿Lo estás?” exigió. “Si realmente lo lamentaras, te encerrarías en una bonita habitación segura y nunca saldrías”.

¿Ella quería que me convirtiera en un confinado en casa? No entendí, pero ella parecía realmente enojada. No pensé que nunca la había visto tan enojada antes. Después del desayuno, se dirigió directamente a la escuela. Salí de casa para hacer lo mismo, sintiéndome abatido.

“¡Buenos días!” Emma gritó, corriendo hacia mí con una gran sonrisa en su rostro. “¡Vámonos!”

Todavía no había dominado el arte de apartar los ojos de su pecho cuando corría.

“¡Mis ojos están aquí arriba, tonto!” Emma inclinó mi cabeza hacia arriba y me lanzó otra sonrisa. Al menos hoy parecía estar de buen humor.

“Oye… ¿Qué hay de mi LP?”

“¡Oh! ¡Cierto!”

Emma me abrazó con fuerza, como hacía todas las mañanas. Pero esta vez, pareció durar más de lo normal. Me alegré por eso, pero fue un poco vergonzoso estar allí en medio de la calle con todos mirando.

“Desearía que Alice fuera tan feliz como tú”, dije cuando Emma finalmente me dejó ir.

“¿Está enojada contigo? Eso es extraño.” Asentí débilmente.

“Probablemente sea solo porque siempre te estás poniendo en peligro, Noir. Alice solo quiere que estés a salvo”.

Probablemente tenía razón. Emma era tan perspicaz sobre cosas como esa. Quiero decir, Alice había estado muy feliz cuando llegué a casa, pero supongo que una vez que tuvo tiempo para pensar en ello, probablemente se habría dado cuenta de lo peligrosa que había sido mi aventura.

“Supongo que tendré que hablar con ella”.

“Sí. Aguanta ahí, ¡ah ha ha ha ha ha!”

Sonreí. “Estás emocionada hoy. ¿Por qué no nos tomamos de la mano? Como lo hacíamos cuando éramos niños”.

Emma estuvo de acuerdo de inmediato, y caminamos el resto del camino a la escuela así. Al parecer, Emma estaba de tan buen humor porque había encontrado un trébol de cuatro hojas. Según la superstición, eso significaba que encontraría la felicidad con la persona que amaba.

“Supongo que eso es lo que hace felices a las chicas, ¿eh?”

Pero tan pronto como lo dije, supe que no estaba bien. Después de todo, la “felicidad en el amor” difícilmente haría feliz a mi maestra Olivia; no era del tipo que dedicaba todo su amor y energía a una persona. ¿Quizás vivir en libertad era su idea de la felicidad? Si ese era el caso, estar atrapada en esas cadenas tenía que ser un infierno para ella.

“Emma, voy a llamar al Gran Sabio. ¿Me ayudarás si me duele la cabeza?”

“Por supuesto. ¿Qué vas a preguntar?”

“Quiero saber sobre las horribles cadenas en las que ha estado atrapado mi maestra todo este tiempo”.

Gran Sabio, deseo romper las Cadenas de la Muerte en el Laberinto Infinito. ¿Hay alguna forma de destruirlos sin matar a Olivia?

<Creo que hay una manera de lograr tu objetivo en el decimoquinto piso.>

¿Tú crees? Dime, Sabio, ¿cómo funciona?

<No lo sé.>

Ow. Sí, está bien, eso fue suficiente por ahora. Cuanto más difícil era la pregunta que hice, más dolor tendía a sufrir como resultado. Si no me hubiera convertido en una habilidad de inmunidad, el dolor en ese momento habría sido terrible. Más importante aún, era preocupante que ni siquiera el Gran Sabio tuviera una respuesta para mí.

Emma vio el dolor en mi cara. Se inclinó y presionó sus labios contra los míos. “Supongo que fue una pregunta difícil, ¿eh?”

“Sí”, admití. “Pero al menos tengo una pista”.

Puede que no haya sido una respuesta firme, pero tenía algo que ver con el piso quince. O al menos, eso era lo que creía el Gran Sabio. Pero el Sabio no era omnisciente ni infalible. Tenía que recordar no depender demasiado de él.

Aun así, ya había llegado al duodécimo piso en la mazmorra oculta, por lo que el decimoquinto no estaba lejos. Al mismo tiempo, la idea de todas esas armas esparcidas por el duodécimo piso hizo que me doliera un poco la cabeza. Regresar allí sería más que un poco aterrador.