Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 9

Capítulo 1: La Ciudad de Ocean Harbor

Parte 6

Katarina estaba acostumbrada a limpiar por haberlo hecho en el Ministerio, y la verdad es que era tan buena con la fregona que, una vez más, no parecía una noble. Cuando casi habíamos terminado, Katarina empezó a hablar conmigo.

“Como aquí también servimos alcohol, me preocupaba que me acosaran los borrachos, pero por suerte no pasó nada de eso.” Me dijo.

Tal y como pensaba, ella no se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Para ser sincero, pensé que había notado lo que había hecho, pero mientras ella no lo notara, estaba bien. Le seguí la corriente a la idea errónea que se había formado de cómo habían ido las cosas, y comentó que debía tener poco que hacer como portero. Ella aceptó fácilmente mi acuerdo.

Pensé que cuanto más habláramos de esto, más probable sería que tuviese un desliz y dijera algo que no debía, así que decidí irme directamente a la cama.

Sin embargo, me preocupaba si Katarina podría llegar a su habitación. Estaba tan acostumbrado a esperarla que también lo hacía aquí. Cuando por fin salió, le dije que debíamos ir a nuestras respectivas habitaciones, pero, de repente, me dijo: “Sora, me enteré por Regina de que estabas evitando que los borrachos me molestaran. Siento no haberme dado cuenta. Gracias.”

No sabía cómo responder. Esa mujer y su gran boca.

“… Es para lo que me contrataron. No tienes que darme las gracias.” Dije. Que me dieran las gracias después de fingir que no había hecho nada era embarazoso, y no conseguí decir nada más que eso.

“Pero tú siempre me salvas de una forma u otra. Gracias, de verdad.” Añadió Katarina mientras tiraba de mi espalda para darme la vuelta. Mi ritmo cardíaco aumentó inmediatamente y mi cara se puso roja.

Estaba frustrado, y se lo demostré despeinándola. Se quejó, pero cuando le dije que volviera a su habitación, me dio las buenas noches y, afortunadamente, hizo lo que le ordené. Después de verla entrar en su habitación, entré en la mía.

Mi corazón y mi cara tardaron en volver a la normalidad.

Estar cerca de Katarina siempre me ha hecho daño, y quizá por eso, esa noche tuve un sueño sobre algo en lo que hacía tiempo que no pensaba.

Era un recuerdo de cuando vivía en los barrios bajos y me metí con los matones equivocados. Pensé que iba a morir, pero un amigo vino a ayudarme en el último momento.

Todo el mundo tenía las manos llenas tratando de sobrevivir, así que ser salvado de esa manera se destacó aún más. Recordaba claramente que era la única vez que me había pasado algo así. Me pregunté cómo estaría ese amigo en estos momentos.

Justo después de despertarme a la mañana siguiente, oí un fuerte ruido cerca. Parecía provenir del pasillo, pero se suponía que éramos los únicos que utilizábamos este espacio para empleados. Salí de mi habitación para comprobarlo, pero no vi a nadie. Eso no tenía sentido, así que fui por el pasillo hacia el restaurante y vi a alguien en la cocina. Me fijé mejor y vi que era María Campbell, trabajando en algo.

“¿Qué estás haciendo?” Le pregunté, y ella pareció sorprendida. “¿Sora? ¿Por qué estás aquí?”

“He oído un ruido y he venido a comprobarlo.”

“¿Te he despertado? Lo siento…” Inclinó la cabeza en señal de disculpa.

“No te preocupes, ya estaba levantado.” Le dije. “Y de todas formas, ¿qué haces tan temprano?”

“Quería preparar algunas cosas antes de tener que cocinar para el restaurante…” Dijo, sonrojada.

“¿No es demasiado pronto?”

El restaurante servía tanto el almuerzo como la cena, pero aún faltaba mucho tiempo para que abriera. No entendía por qué había que empezar ya a prepararse.

“He hablado con Regina y hemos decidido que, a partir de hoy, vamos a servir diferentes platos, así como el postre a la hora de comer. Así que quería estar preparada.” Explicó.

María era una chica realmente diligente, y Regina se estaba aprovechando de ello para hacerla trabajar. Ya lo había notado durante nuestra misión encubierta en el castillo, pero esta chica nunca escatimaba esfuerzos. Y, a diferencia de otra persona, María tenía el suficiente talento como para que sus esfuerzos dieran sus frutos, haciendo que las expectativas de la gente crecieran y, a su vez, esto la hacía trabajar aún más.

Realmente había que preocuparse por ella.

“Escucha, Campbell, estoy de acuerdo en que conseguir más clientes en el restaurante podría ayudarnos a reunir información, pero no tienes que hacerlo todo tú sola. Si hay algo en lo que pueda ayudar, sólo dímelo, ¿de acuerdo?”

Ella pareció sorprendida por un momento. “Hablas igual que Lady Katarina…” Dijo con una sonrisa.

“¿Lady Katarina?” Repetí tras ella, confundido.

“Sí. Siempre me dice que no cargue con todo sola y que me apoye más en ella.” Explicó, pareciendo encantada mientras lo hacía.

Su cara tenía prácticamente impreso: “¡Te amo, Lady Katarina!”

“Te gusta mucho, ¿verdad?” Le pregunté.

“¡Sí!” Dijo, pareciendo aún más feliz. “Lady Katarina es…”

Empezó a divagar sobre la noble dama a la que tanto quería. Me habló de cómo Katarina la había defendido en la Academia, de lo bien que había quedado al hacerlo, etc. Sus historias, que hacían que Katarina pareciera cualquier cosa menos la hija de un duque, eran realmente interesantes.

“Oh, lo siento… Me acaloré y hablé tanto…” Concluyó después de un buen rato. “No, me he divertido escuchando.” Le dije, y ella volvió a sonreír.

“Quiero parecerme más a Lady Katarina, y quiero que ella también confíe en mí. Por eso estoy aquí en la cocina tan temprano… Quiero mejorar.” Dijo. Sus ojos eran tan apasionados que se notaba a simple vista lo fuerte que era la chica. María no era el estereotipo de damisela en apuros.

“Ya veo. Pero déjame ayudarte. ¿Qué debo hacer?”

“Oh, gracias. En ese caso…”

Empecé a ayudarla, sólo un poco, mientras me daba indicaciones. No pude evitar sentir que mientras el prometido de Katarina, su hermano y todos los demás hombres que la rodeaban se disputaban su afecto, María podría ser realmente la candidata más fuerte para ganar esa carrera.

***

Me levanté porque necesitaba ir al baño y ya había salido el sol.

Mientras volvía perezosamente del baño, oí voces procedentes del restaurante y fui a comprobarlo. Vi a María y a Sora hablando con entusiasmo en la cocina.

Quería  preguntarles  qué  hacían  levantados  tan  temprano,  pero  tampoco  quería molestarlos, ya que parecían estar divirtiéndose, así que volví a mi habitación para dormir de nuevo. De todos modos, el restaurante no abriría hasta la hora de comer. Las mantas ya no daban calor y no podía dormirme enseguida, así que pensé en Sora y María, juntos en la cocina.

Aquellos dos, una chica guapa y un chico guapo, se veían tan bien juntos. Eran como los protagonistas de una historia. Bueno, en Fortune Lover II uno de ellos era la protagonista y el otro uno de los personajes principales, así que, en cierto sentido, eran protagonistas de una historia.

Eso también explicaba por qué se veían tan bien juntos. Parecían disfrutar de la compañía del otro, y no quería convertirlo en una multitud y sofocar su romance.

En el mundo de ese juego otome, yo era una villana, así que no podía evitarlo… ¡¿Hm?! Recordé que, efectivamente, ¡seguía siendo la villana incluso en la secuela! Sofocar el romance entre María y sus intereses amorosos… Ese era exactamente mi papel en el juego. Al fin y al cabo, Katarina Claes era la principal antagonista de la heroína.

El día anterior, mientras revisaba mis pertenencias, recordé este hecho después de ver el Pacto Oscuro y pensé que debía preguntarle a Sora sobre sus sentimientos… Pero ya lo había olvidado de nuevo. ¿Qué me pasa?

Incluso en mi vida anterior, nunca me fijaba en el peligro y me olvidaba de todo lo demás en cuanto empezaba a concentrarme en algo. Los profesores incluso lo anotaron en mi expediente.

Pero este tipo de comportamiento despreocupado no iba a servir ahora que me amenazaba la perdición. Tengo que esforzarme más. Me levanté de la cama y empecé a rebuscar entre mis cosas.

Este no… Este tampoco… ¡Aquí está!

 Tiré cosas aquí y allá en el suelo hasta que encontré lo que buscaba: el Cuaderno de Notas para Evitar Malos Fines II. En realidad, me había deshecho alegremente del primero en cuanto me gradué en la Academia sin que se produjera ningún Final Catastrófico, pensando que ya no lo necesitaba. Así que tuve que hacer uno nuevo para la secuela.

Este cuaderno también contenía la misteriosa nota que había encontrado en uno de los libros que Sophia me había prestado. Esta nota, escrita en japonés, explicaba algunos detalles de Fortune Lover II, al que nunca había jugado.

Como nadie sabía japonés en este mundo, probablemente la escribió alguien que, al igual que yo, se reencarnó aquí después de jugar al juego. Intenté averiguar quién estaba detrás, pero fue en vano.

Sin embargo, para mí, que no había jugado a la secuela, esta nota valía su peso en oro. Desplegué la nota y empecé a leerla.

“¡Una nueva historia de amor en el Ministerio Mágico!” Anunciaba, enumerando todas las nuevas opciones románticas, incluido Sora.

“Los antiguos intereses amorosos están de vuelta junto con los antiguos personajes rivales, y hacerse amigo de ellos o ganar su aprobación será vital para progresar en el juego. El principal obstáculo para encontrar el éxito con los nuevos intereses amorosos será la lucha contra una misteriosa chica que ha venido a entorpecer a la protagonista.” Decía entonces antes de revelar la identidad de esa chica.

“Más tarde se revela que esta chica es Katarina Claes, que fue exiliada del reino en el juego anterior. Katarina guarda rencor a la protagonista por haber provocado su exilio, y se convierte en una usuaria de Magia Oscura para volver a colarse en el país y en el Ministerio, en busca de venganza contra María. Para conseguir el final feliz, la protagonista, junto con los intereses amorosos, deben superar la amenaza de Katarina y revelar su identidad a las autoridades, lo que provocará que la villana sea encarcelada. Si la protagonista fracasa, Katarina y María se matarán en un duelo y los intereses amorosos serán presa de la Magia Oscura.”

La verdad era demasiado para mí. Cada vez que lo leía, acababa deprimida y preguntándome por qué Katarina querría volver al reino. Si fuera yo, simplemente viviría el resto de mi vida tranquilamente como granjera…

Y esta vez, mis opciones eran la cárcel o la muerte, lo que lo hacía aún peor que los finales de FL1. Al menos entonces podía optar por ser exiliada e ir a trabajar a una granja en algún lugar del extranjero… pero no tendría esa opción en la secuela.

Sin embargo, lo más importante era que me arriesgaba a interferir en el romance de María y Sora. Los tres estábamos juntos en misiones tan a menudo que me había olvidado de ello. Y también quería preguntarle a Sora qué sentía por María, pero su expresión al hablar con ella antes me decía que probablemente le gustaba.

Tenía el Pacto Oscuro, tenía un Familiar Oscuro (Pochi), y ahora incluso me arriesgaba a obstaculizar el amor de la protagonista… ¡¿Podría ser más villana?!

¡Realmente tengo que hacer algo! Si no lo hago… 

Presidenta de la reunión: Katarina Claes. Representante de la reunión: Katarina Claes. Secretaria de la reunión: Katarina Claes.

“Teniendo en cuenta tanto la situación traicionera en la que nos encontramos como la necesidad de evitar cualquier Final Catastrófico, iniciemos una reunión estratégica.”

“Esto es malo. ¿Por qué estamos cada vez más cerca de ser realmente la antagonista del juego?”

“Estamos viviendo tranquilamente, sin molestar a nadie…”

“¿Sin embargo, ese es el caso?”

“¿Qué? ¿Quieres decir que somos una molestia?”

“No creo que estemos molestando activamente a nadie, pero ¿realmente somos… pacíficas?”

“Creo que siempre lo hemos sido. ¿Verdad?”

“Ejem. Centrémonos en lo importante. Debemos hablar de la situación actual.”

“Entonces, ¿el hecho de que Katarina se arriesgue a ser un obstáculo para el desarrollo del amor de Sora y María?”

“Precisamente. En la secuela, Katarina engendra su perdición al obstaculizar a la protagonista en su romance. El hecho de ser una tercera rueda no deseada es precisamente lo que el juego espera y, por lo tanto, es muy malo.”

“¡¿Así que estamos condenadas?!”

“¡Todavía no hemos terminado de practicar la apertura de cerraduras! ¡¿Cómo vamos a escapar de la cárcel?!”

“¡La cárcel es el mejor escenario! ¡¿Y si nos matan?!”

“¡Ahhh! ¡Esto es horrible! ¡Terrible! ¡¿Qué podemos hacer?!”

“Por favor, todas, cálmense. La perdición puede ser una amenaza, pero aún no está cerca. Sólo caerá sobre nosotras si no actuamos con rapidez.”

“Ya veo… Así que aún falta para que la perdición venga tras nosotras. Uf.”

“Oh, entonces ¿por qué no vamos a ver a María? Ayer dijo que haría dulces.”

“¡Qué bien! Me pregunto qué va a hornear. ¡Ya estoy deseando que llegue!”

“¡No te calmes tanto! ¡¿Cómo puedes estar tan relajado de repente?! ¡Acercarnos a María ahora mismo es lo último que queremos hacer! La molestaríamos a ella y a Sora mientras se divierten tanto hablando juntos!”

“… Efectivamente.”

“… Tienes un punto.”

“Si seguimos actuando así, sin pensar en la gente que nos rodea, ¡definitivamente estaremos condenados!”

“Entonces… ¿qué debemos hacer?”

“¿No es descubrir eso la razón por la que nos reunimos?”

“… Es cierto.”

“Pues bien, ¿alguien tiene alguna sugerencia?”

“Sí.”

“Adelante, Miss Katarina Claes.”

“¡Apoyemos a Sora en su intento de cortejar a María como hicimos con Cyrus y Dewey!”

“¡Eso suena bien! Vamos a apoyarlo.”

“Pero espera, ¿le gusta María? Deberíamos asegurarnos de eso primero.”

“¿No has visto lo feliz que parecía mientras charlaba con ella? Nunca parece tan relajado cuando habla con gente en la que no confía. Lo que significa que confía en ella, y si confía en ella, ¡probablemente le guste!”

“Bueno, sí… pero aun así, ¿qué supondría apoyarle?”

“¿Qué hay de crear oportunidades para que los dos estén solos?”

“Interesante. Pero ¿cómo?”

“Como, no interferir con sus interacciones.”

“Sí. Sólo seríamos una molestia.”

“Estoy de acuerdo, pero decirlo así me entristece un poco…”

“Pero es la verdad…”

“¡N-No pongas esa cara! Vamos a pensar en cómo no ser una molestia para esos dos.”

“S-Sí… El problema es que siempre dependemos de la ayuda de Sora y María, lo que significa que siempre estamos cerca de ellos. Tal vez deberíamos ser más independientes.”

“¡Gran punto!”

“¡Esa es una gran aportación!”

“¡Si fuéramos más independientes y actuáramos por nuestra cuenta, esos dos tendrían más tiempo para estar solos!”

“¡E-Eso es verdad!”

“¡Bueno, eso fue fácil!”

“Bien. A partir de ahora, nos esforzaremos por ser más independientes y actuar por nuestra cuenta. ¿Alguna objeción?”

“¡No, señora!”

“¡No, señora!”

“¡Hagamos lo que podamos y actuemos solas!”

Y así, otra reunión de las Katarinas llegó a su fin. Relajada, me metí en la cama y conseguí volver a dormirme. Dormí hasta que María, preocupada porque no aparecía, vino a despertarme porque quedaba poco tiempo para prepararse. Más tarde, Sora se enfadó conmigo y me dijo que debería aprender a ser más independiente.