Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 9

Capítulo 1: La Ciudad de Ocean Harbor

Parte 5

 

 

Sin embargo, Katarina era diferente. Me impresionaba lo agradecida que era siempre con quien la ayudaba, pero al mismo tiempo me preguntaba qué tipo de educación había recibido para ser así.

Cuando entramos en la cocina, llena de sus deliciosos olores, Katarina preguntó a una de las cocineras por la dueña, pero antes de que terminara de preguntar, la propia dueña había empezado a caminar hacia nosotros, empujando un carrito. Había sabido que los nuevos contratados de Regina vendrían, y ya había preparado cajas llenas de comida para nosotros.

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Mientras pagábamos la comida, nos preguntó si éramos cocineros. Cuando Katarina respondió que era camarera, la dueña puso cara de sorpresa y luego dirigió su mirada hacia mí.

Ya sabía lo que iba a decir a continuación, así que no me sorprendió lo más mínimo cuando le preguntó a Katarina si la patrocinaba el mismo tipo que Regina.

Era raro que un establecimiento con tan pocos clientes como el Restaurante Portuario contratara a nuevos camareros, así que era obvio lo que la gente pensaría de ellos, sobre todo porque a Regina la rodeaban los rumores que lo hacían. Sin embargo, Katarina no se lo esperaba y explicó nerviosamente que sólo era una pariente de Regina.

La dueña se rio y dijo que sólo pensaba eso porque había una chica joven y un chico guapo. Luego dijo que era un desperdicio contratar a dos camareros nuevos y me miró. Pude ver cómo le brillaban los ojos.

Como era de esperar, me pidió que fuera a trabajar para ella. Qué molestia. Le dije que ni siquiera iba a ser camarero, con una sonrisa que siempre funcionaba en las mujeres mayores.

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Sin embargo, puso cara de sorpresa y me dijo que era un desperdicio no tenerme trabajando en el comedor. Para ser sincero, estuve de acuerdo, así que me inventé una excusa en el momento, diciendo que era malo con la gente.

Puse mi mejor cara de tristeza, sabiendo que eso solía bastar para hacer retroceder a este tipo de mujeres. Ella se sonrojó, sonrió y se rindió. De nuevo, todo lo esperado.

La rematé sonriendo y diciéndole que ciertamente me encantaría trabajar para ella algún día, y se perdió por completo.

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Llevarme bien con la gente que me rodea también formaba parte del trabajo. Me ganaba la vida consiguiendo gustar a las mujeres, así que esto no era difícil de hacer. Sólo que nunca funcionó con la chica que estaba a mi lado…

De todos modos, la dueña incluso nos regaló algunos dulces.

Cuando volvíamos al Restaurante Portuario mientras empujábamos los carros con la comida, el olor salado del mar se hizo más fuerte, e incluso pudimos oír el sonido de las olas. Katarina preguntó emocionada si estaba oyendo el sonido de las olas, y cuando le confirmé que sí, insistió en que quería ir a ver el mar.

Le recordé que estábamos trabajando y desistió. Pero parecía tan decepcionada, con los hombros caídos y los ojos oscurecidos, que tuve que dejarla verlo.

Inmediatamente se animó y me abrazó. ¿Por qué es tan extremista en todo? Le dije que no se olvidara de su carro como excusa para quitármela de encima. Me sentí lamentable haciendo eso. ¿Desde cuándo me siento tan incómodo con las mujeres?

Hacía mucho tiempo que no veía un mar tan bonito. El agua era clara y la arena blanca.

Katarina lo miraba con asombro. Las primeras palabras que consiguió decir fueron: “Es muy bonito.” Le dije que este lugar era conocido por sus pintorescas playas, y ella me miró.

“Has cumplido tu promesa.” Me dijo.

No tenía ni idea de lo que estaba hablando, pero luego me lo explicó, y recordé la época en que la conocí.

Cuando todavía no sabía mucho de ti, me pedías que te contara historias. Y entonces te hice esa promesa… pero lo dije sin pensar. Nunca quise cumplirla. Ya lo había olvidado, pues pensé que alguien como yo más nunca podría coincidir con una noble como ella.

El broche azul que me diste, y tus palabras… “Estamos en el mismo mundo”. Pensé que tener esas dos cosas para recordarte sería suficiente… pero también recordaste esa promesa.

Sentí como si hubiera agarrado mi corazón con sus propias manos, y ya no pude hablar.


“Gracias, Sora.” Me dijo con una sonrisa. Podía sentir cómo mi corazón latía más rápido y mi cara se calentaba más. Hice que docenas de mujeres se enamoraran de mí por el trabajo, y para ser honesto, pensé que había tenido suficiente… ¿Por qué estoy reaccionando ante esto como alguien que no tiene ninguna experiencia con las mujeres?

Ya estaba bastante nervioso, pero entonces Katarina lo empeoró al preguntarme si me acordaba del broche. ¿Qué si lo recordaba? Lo llevaba puesto en ese mismo momento… Pero le mentí y le dije que no sabía dónde lo había puesto.

“¡Pero si era un broche tan bonito, con los colores de nuestros ojos!” Protestó ella. ¡¿Cómo puede ser tan romántica sin darse cuenta?! ¡Estoy al límite!

Estaba tan frustrada por lo ajena que estaba que le agarré la cabeza y empecé a revolverle el cabello. Me preguntó por qué lo hacía y, como no quería que me viera la cara (probablemente roja), me di la vuelta. Le dije que teníamos que volver al restaurante y empecé a caminar.

Mi cara aún no se había enfriado. Si alguien tan experimentado con las mujeres como yo reaccionaba así, no podía imaginar lo difícil que era para el príncipe o su hermano.

Cuando por fin dejé de sonrojarme, ya habíamos llegado al restaurante, donde encontramos algunos platos esperando en el mostrador de la cocina.


Resultó que María los había hecho en el poco tiempo que estuvimos fuera. Estaba realmente impresionado. Era hermosa, diligente, usuaria de Magia de Luz e incluso buena cocinera.

Era digna de ser la protagonista de una novela. Si hubiera nacido en la alta sociedad, el hermano de Katarina y su prometido probablemente se habrían enamorado de ella… pero todos estaban demasiado ocupados enamorándose de Katarina y sus travesuras, y eso incluía a la propia María: estaba loca por Katarina.

Cuando después probamos los platos que había cocinado, María parecía ser la más preocupada por la opinión de Katarina. Pero la comida que había preparado sabía incluso mejor de lo que esperaba, y a Regina le gustó tanto que le pidió a María que cocinara más para servir en el restaurante.

Todo el mundo  se escandalizó  ante  aquella orden  absurda,  y me acordé  de cierta responsable del Laboratorio de Herramientas Mágicas. Al final, María acabó trabajando en la cocina mientras Katarina y una antigua empleada servían las mesas. Yo me quedaría en un rincón, actuando de vigilante si ocurría algo, como habíamos hablado previamente.

Finalmente, llegó la hora de la cena y el Restaurante Portuario abrió sus puertas.

Katarina parecía nerviosa. Se había puesto el uniforme de camarera y había recibido algunas explicaciones de la anciana que llevaba mucho tiempo trabajando aquí.

A decir verdad, pensé que para una dama noble, incluso una tan extraña como ella, trabajar en un restaurante como éste sería demasiado.

Me sorprendió que dijera que lo haría, pero pensé que sólo lo decía por su habitual curiosidad. Esperaba que se rindiera en cuanto tuviera que trabajar de verdad.

En el Ministerio siempre estaba haciendo cosas como limpiar el suelo y entregar paquetes, pero todo el mundo allí se comportaba bien (excepto mi propio departamento, por desgracia) y sabían que era una dama noble. Siempre la trataban con el respeto que exigía su rango. Pero aquí no era una noble. Tenía que trabajar como una chica normal, y yo sabía lo difícil que podía ser eso.

Además, los empleados deben respetar siempre a los clientes, y a alguien que nunca ha tenido ese tipo de experiencia le resultaría difícil mostrar esa cortesía. Yo tenía bastante experiencia en ese tipo de trabajo, así que estaba preparado para saltar y sustituirla como camarero cuando ella renunciara.

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Probablemente Regina me hizo ponerme en una esquina porque esperaba que ocurriera exactamente lo mismo, pero Katarina desafió todas nuestras expectativas siendo una camarera perfecta. Era tan buena que se diría que ya lo había hecho antes, como yo. Incluso era buena para interactuar con los clientes. Nunca adivinarías que era la hija de un duque. Me sorprendió tanto que, al principio, me quedé mirándola en silencio.

El único problema de su forma de trabajar era que era tan agradable para los clientes que la gente empezaba a acercarse a ella. Ya había muchos hombres que venían al Restaurante Portuario sólo para ver a Regina, pero una chica tan guapa como Katarina no podía evitar atraer una atención no deseada. Le preguntaban cosas como: “¿Quieres ir a comer a otro sitio?” o “¿Estás libre después del trabajo?” Pero, siendo Katarina, ni siquiera se daba cuenta de que intentaban ligar con ella.

“¡Lo siento, ahora mismo estoy ocupada!” Decía con una sonrisa, o respondía: “¿Necesitas ayuda para algo?” Lo que ni siquiera tenía sentido en esta situación.





Algunos de los clientes estaban borrachos o eran demasiado atrevidos, así que me acerqué a ellos y les pedí amablemente que se marcharan. Más que un gorila de restaurante, yo era el gorila personal de Katarina.

Regina, que se dio cuenta, sonrió y me dijo: “No hace falta que espantes a todos los hombres que intentan acercarse a Katarina, ¿sabes?”

Otome Game no Hametsu Flag Volumen 9 Capítulo 1 Parte 5

 


Sólo agradecí que la propia Katarina, siendo tan densa como era, no se diera cuenta de lo que estaba haciendo.

El timbre del tendero sonó y el último cliente se fue. El restaurante estaba cerrado por la noche. Regina me dijo que saliera y pusiera el cartel de “Cerrado”, y cuando volví, la encontré hablando con Katarina y la anciana que trabajaba en el restaurante. Las tres parecían divertirse.

“Bien hecho. Nadie que te vea trabajar así podría adivinar que eres una noble.” Le dije, y ella me dio las gracias y sonrió. Era una especie de halago, pero no por ello dejaba de estar contenta. Su inocente alegría era realmente un espectáculo para la vista.

Entonces le pregunté cómo habían ido las cosas, y empezó a darme detalles sobre cómo servir mesas en el restaurante. No era eso lo que quería decir. Evidentemente, se había olvidado de su misión. Suspiré y le expliqué de qué estaba hablando, y sus ojos se abrieron de par en par.

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“¡Ah!” Jadeó, con cara de asombro. Realmente lo había olvidado. Katarina siempre se esforzaba al máximo, pero cuando se concentraba en una cosa, tendía a olvidar todo lo demás.

“Te olvidaste de ello, ¿verdad? Tal y como pensaba. Aunque probablemente tenías las manos ocupadas, siendo tu primer día como camarera.” Le dije, y se disculpó.

“Pero si mañana hay aún más clientes, la recogida de información también será aún más difícil.” Añadí.

“Tienes razón… ¿Qué podemos hacer?” Preguntó.

Las cosas no pintaban bien. Me gustaría poder ayudar más, pero como estaba en una esquina, sólo podía oír las conversaciones que se producían cerca de mí. Además, como gorila, sería raro que empezara a merodear por el restaurante.

“No te preocupes.” Dijo Regina.





Me explicó que utilizaba su Magia de Viento para escuchar todas las conversaciones que se producían en el restaurante en todo momento. Me pareció que, cuando le estaban tirando los tejos en el mostrador, parecía muy desinteresada, y esto lo explicaba. No sólo estaba aburrida…

En realidad estaba ocupada escuchando a los demás clientes.

Mi opinión sobre ella cambió ahora que sabía que en realidad estaba trabajando sorprendentemente bien. Por desgracia, también dijo que no había oído nada sobre el secuestro. No iba a ser tan fácil.

“Pero cuantos más clientes tengamos, más posibilidades tendremos de encontrar algo. Si todos trabajan duro, estoy segura de que encontraremos la información que necesitan. De todos modos, yo me ocuparé de la información, así que tú puedes centrarte en servir mesas.” Dijo finalmente Regina antes de desaparecer en la parte trasera del restaurante.

Katarina parecía aliviada de poder concentrarse en una sola cosa. Entonces me uní a ella y a la anciana para limpiar el suelo.

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