Tantei wa mou, Shindeiru (NL)

Volumen 5

Capitulo 1: La Aventura Que Comenzó De Nuevo Después De Un Año

Parte 15

La Historia De La Golondrina Feliz

Estaba en una luz profunda, profunda.

Había una luz tan cegadora que me atravesó los [tentáculos] incluso cuando aparté la cara, incluso cuando cerré los ojos.

En el pasado, nací como un alter ego de una chica, una existencia tan vaga que podía desaparecer en cualquier momento. Esa chica, la Maestra, había sido físicamente débil desde la infancia y, como una forma de escapar del dolor de su tratamiento, me creó dentro de sí misma.

Estaba confinado al mundo solo, con las rodillas dobladas mientras compartía la mitad del dolor de la Maestra. Pero lo que no pude soportar más que cualquier otra cosa fue la “luz” que creó mi maestra.

Era una sonrisa tan deslumbrante como el sol de verano. Ella pudo sonreír así porque yo compartí la mitad de su dolor, y odié, realmente odié a la Maestra que pudo charlar felizmente con sus amigos sin saber eso.

—Pero entonces, un día, llegó el momento en que intercambiamos roles.

“Tu nombre es Hel, nombre clave Hel”.

Entonces, la primera voz que escuché después de despertar en este mundo fue de la [Semilla Primordial].

Mi nombre es Hel. Nombre clave — Hel.

Me llamó por mi nombre y me reconocieron como alguien. Sentí como si la oscuridad hubiera aparecido en la luz. Pero para mí, la frialdad de esa oscuridad fue más reconfortante que cualquier otra cosa.

“Tienes una misión. Proteger a tu gente, destruir el mundo”.

SEED dijo eso y me entregó un libro.

“¿Destruir el mundo es lo que se supone que debo hacer?”

“Destruir el mundo es lo que hacemos”.

Y mientras inclinaba la cabeza, SEED… Padre, me lo dijo,

“Tu única tarea es sobrevivir, pase lo que pase”. 

Mirando hacia atrás ahora, puede que hayan sido solo las primeras palabras de un plan tentativo para realizar el plan de Padre. Era solo una forma conveniente de usarme como recipiente algún día.

Pero en ese momento, un cierto sentimiento me abruma. Fue un vínculo que me dio la voluntad de seguir viviendo en este mundo. Entonces comencé a destruir el mundo, siguiendo un libro que más tarde resultaría ser una profecía llamada la [Biblia].

“Sé que esto no es justicia”.

Me dije a mí mismo, y todavía empuñaba la espada del tesoro rojo que mi padre me confió.

Esto es bueno, eso pensé. En esa luz deslumbrante, me aferré a la mancha de una sola gota negra, esperando que al hacerlo, esta existencia fuera reconocida por el mundo, por el Padre. Si mi misión era ser un enemigo del mundo, entonces viviría solo para ese propósito.

Lo único que calculé mal fue que de alguna manera había llegado a apreciar esa luz que debería haber odiado por encima de todo… y apreciaba al Maestro, a quien debería haber odiado. Habiéndome dado cuenta de que esta vacilación y debilidad creó el campo de batalla actual, no pude evitar sonreír amargamente.

“—No, ¿cuándo pasó?”

Desde el principio, mi relación con Nagisa fue que éramos dos caras de la misma moneda, un reflejo de espejo.

Los celos eran lo opuesto al amor. “Todavía estoy vivo.”

Los ojos dorados de [Uroboros] me miran desde lejos mientras caigo de rodillas.

Esa es la encarnación del instinto de supervivencia de Padre. Si ese fuera el caso, ¿mis palabras del mundo exterior… no llegarían a Padre a menos que deje caer esa cabeza?

“¿Todavía estás de pie? ¿Todavía quieres darme un poco de sangre?”

La serpiente se enroscó en el aire, su lengua roja parpadeó en el aire. Seguramente pretendía absorber mi sangre, que contiene el ADN de mi padre, para ganar más poder.

“No quiero que te hagas una idea equivocada”.

Clavé mi sable en el suelo y me levanté, utilizándolo como apoyo.

No sabía por qué todavía podía estar de pie, por qué podía levantarme. Al parecer, la serpiente tampoco lo sabía. Bueno, es de esperar si es solo un instinto sin memoria ni emoción.

Pero ella lo dijo.

“Padre me ordenó que sobreviviera”. 

Mis disculpas, pero esa fue la promesa.

Levanté la espada roja que mi padre me dio y corrí hacia el enemigo que reinaba debajo del gran árbol.

“No te preocupes, Padre, ya no tiene que hacer esto. Su instinto inicial de supervivencia se ha cumplido”.

Corté las espinas atacando desde la superficie con la espada mientras corría hacia mi padre, que estaba allí inconsciente.

Ya, la armadura que cubría la [Semilla Primordial] estaba casi completamente destrozada, y habían aparecido grietas en su cuerpo. Sus ojos estaban ciegos y no podía decir si el oído que le quedaba podía oír. Llamé a la persona que había perdido toda la conciencia y las emociones, que parecía estar esperando a desaparecer.

“¡Lo que querías dejar atrás está ciertamente vivo en este planeta! El ojo de zafiro, la espada de rubí, el corazón de plomo, ¡están todos en este mundo!”

Los [Androides] no fueron las únicas cosas que nuestro Padre dejó en este planeta.

Había un ojo de zafiro que podía mirar el corazón de los hombres. Había una espada de rubí que brillaba con llamas de pasión.

Había un corazón de plomo que no se rompería ni siquiera con la muerte.

Se suponía que todos ellos eran las cosas que Padre quería proteger. “—Los oídos para escuchar esas palabras están perdidos”.

En ese momento, [Uroboros] balanceó su cola hacia mí, rasgando a través del viento.

La serpiente me sonrió, pero luego sus ojos dorados se abrieron con sorpresa.

El ataque que apuntaba a mi corazón se detuvo justo antes de llegar a mi pecho izquierdo.

No necesitaba explicar por qué la hoja atacante se detuvo justo delante de mí, o exactamente quién detuvo el ataque.

“¡El instinto de supervivencia en el que insistes existe en este planeta como el amor que protege a tus hijos! ¡Eso por sí solo nunca morirá!”

Esa debe ser la esencia del instinto de supervivencia inicial de la [Semilla Primordial].

Era el nombre de una emoción que el propio Padre había perdido hacía mucho tiempo.

“¡…! ¡Qué imitación tan innecesaria…!”

[Uroboros] miró a su anfitrión por un momento, y luego, cuando estaba a solo unos metros de distancia, me interceptó con sus enormes colmillos. Como resultado, mi cuerpo fue lanzado hacia atrás, cuando la hoja de mi sable se encontró con los colmillos del enemigo.

“… Supongo que fui un poco imprudente.”

Traté de levantarme del suelo de cemento abandonado, pero no pude reunir fuerzas en mi cuerpo y caí de rodillas. No ha pasado mucho tiempo desde que el corazón de Alicia echó raíces en mi cuerpo. En primer lugar, este cuerpo debería haber muerto hace días, y normalmente sería un milagro poder ponerse de pie así ahora.

“—Hahaha.”

La serpiente se rio de nuevo, como si estuviera consumiendo las pocas emociones que le quedaban a su padre.

“Aquellos que se rebelan contra las reglas de la vida no tienen derecho a vivir de nuevo, ni merecen ir en contra de sus propios instintos de supervivencia”.

Y con eso, [Uroboros] rugió fuerte y me atacó con sus colmillos venenosos, arrojando mi cuerpo lejos.

“Perdón por llegar tarde, Hel. Estaba durmiendo.”

Esta vez, sin embargo, habló el ayudante de la detective famosa. “Como era de esperar de mi compañero, aquí para ayudarme”.

Me atreví a reírme de esa mentira descarada y me levanté con su ayuda.

Entonces escucho un disparo. La detective famosa también parecía haber despertado de su siesta, y estaba parada con su larga pistola apuntando a [Uroboros].

“Cielos, ustedes no están heridos, ¿verdad?”

Suspiré mientras miraba al chico sangrando por la frente y el abdomen. “Sí. No pude mantener esa promesa.”

Diciendo eso, se mordió el labio.

—Promesa. Ese debe haber sido el voto que hizo hace días, cuando cargó a Nagisa Natsunagi en su espalda en esa instalación experimental. No te perdonaré si haces llorar a la Maestra… muere dos veces.

¿Era por eso que estaba tratando de proteger a la Maestra a través de mí como un apoderado? Si es así,

“Esa promesa será válida por mucho, mucho tiempo. Así que, por favor, continúe al lado de la Maestra”.

Le dije, agarrando la espada roja en mi mano derecha de nuevo, y volví mis ojos hacia el enemigo.

“— ¿Vas a ir?”

El chico, tal vez sintiendo lo que estaba a punto de hacer, me detuvo un momento con estas palabras.

“Sí. Entonces deberías ir con tu pareja. Vas a necesitar algo de ayuda.”

“… Sí, pero tú eres…”

Para mi sorpresa, sus ojos estaban llorosos.

¿Podría ser que sintiera lástima por mí, su enemigo? Si es así, esto pone una sonrisa en mi rostro, pero no era motivo de risa. Esperaba que su indecisión no fuera un obstáculo para él en el futuro… pero su socio debería poder educarlo sobre eso. Con eso en mente, me volví hacia la [Semilla Primordial] una vez más, solo para mirar al chico una vez más.

“Estoy contenta de haber nacido”.

Cuando dije eso, sus ojos se abrieron por un momento aparentemente con sorpresa, y luego sonrió suavemente.

Me preguntaba por qué quería decirle esto ahora. Y, extrañamente, mi mente no estaba tranquila. “Cuida a la Maestra, Kimihiko Kimizuka”.

Grité su nombre una última vez y corrí con el viento.

En medio de esto, mis ojos se encontraron con los ojos azules de una chica de cabello blanco ondulado que sostenía una pistola.

Había pasado un año desde ese cierto día.

Les pregunté a los dos enemigos que estaban frente a mí por qué confiaban tanto el uno en el otro. Pero en ese momento, no pude entender su relación hasta el final, y fui sellado en el cuerpo de mi Maestro. Pero ahora entiendo… eso fue lo que dijeron.

“Eso fue un vínculo”.

Pensé para mí mismo mientras usaba la espada del tesoro rojo para cortar inconscientemente la cola de [Uroboros] que se alzaba ante mí. Finalmente, intercambié una última mirada silenciosa con el famoso detective y pateé el suelo con fuerza.

“Esto está bien para mí y para ella”.

Me reí entre dientes, pensando que esto podría ser otra forma de vínculo y que podría estar resumiendo la historia un poco demasiado bien.

Sin embargo, al menos pude establecer un vínculo con mi maestra… Nagisa Natsunagi al final. Fue compartir eso con Padre, y esa fue la última misión que tuve que cumplir.

“Mis pies no se detendrán”.

Finalmente, utilizo el poder de la [palabra espíritu] para ordenarme a mí mismo que lo haga.

Entonces la espada en mi mano brilló en rojo como si se estuviera quemando en respuesta.

Puse el poder restante de la [semilla] en mi cuerpo y mi propia conciencia en esta espada roja, y destruí la [Semilla Primordial] misma. Seguramente entonces [Uroboros] se extinguiría. Mis pies no pudieron detenerse mientras corría hacia [Uroboros].

Estaba al pie del edificio de moda que había perforado el árbol gigante. El árbol se había hecho más grande, envolviendo casi por completo el edificio de cincuenta metros de largo.

“Asumo toda la responsabilidad por todos mis pecados”.

Las heridas que infligí en este mundo nunca podrían deshacerse.

Corrí por el campo de batalla con el peso de todos mis pecados, toda la sangre que había derramado, todas las vidas que había tomado.

El poder de la [semilla] y mi conciencia recorrió cada célula de mi cuerpo. Finalmente se concentraron en mi palma y se transmitieron a la espada de color rubí.

“Creo que esto es amor”. Y luego.

“¡Hel…!”

Con Kimihiko Kimizuka gritando detrás de mí, mi espada roja atravesó la [Semilla Primordial] en el abdomen.

“¡Aahhhhhhhhhhhhhhhhh!”

No sabía cuál era este sentimiento. No fue ni rabia ni tristeza.

Simplemente no pudo evitar gritar.

Impregné el poder que parecía romper cada hueso de mi cuerpo en la espada que sostenía con ambas manos, y empujé SEED en el árbol imponente ante mí.

“— ¡Ha!”

Un pequeño gemido escapó de la boca de Padre, que parecía haberse recuperado cuando miró hacia arriba.

Al mismo tiempo, escuchó la voz moribunda del monstruo detrás de él. El último enemigo se estaba pudriendo en este momento.

“— ¿Hel?”

De repente, creí escuchar una voz familiar.

Esa voz de hace seis años, cuando me dieron el nombre. “Sí, el nombre clave Hel está aquí.”

Entonces respondí de la misma manera que lo hice ese día, y di una respuesta diferente.

“Padre, volvamos. Al mundo al que pertenecemos”. Me miró y me pregunté si era mi imaginación.

Parecía sonreír un poco, solo un poco.

“—Sí, estoy un poco cansado.”

Esas fueron las últimas palabras que escuché de Padre, como si fuera un ser humano normal.

Lentamente, lentamente, cerré mis párpados mientras caía en su pecho.