Tantei wa mou, Shindeiru (NL)

Volumen 5

Capitulo 2: Epílogo Y Prólogo

Parte 1

“Sí, la crisis mundial ha terminado”.

La chica del teléfono da un suspiro de alivio.

“Sí. Ha pasado una semana desde entonces, pero no hay señales de que el sello de SEED se haya roto”.

Estaba en un pequeño hospital, apoyando la espalda contra la pared del pasillo.

—Hace una semana, en una ciudad gobernada por plantas, afrontamos la [crisis mundial]. Siesta y yo, y luego Hel, luchamos contra la [Semilla Primordial]. Al final salimos victoriosos, pero el costo fue grande.

El alter ego de Nagisa Natsunagi, Hel, imbuyó el poder restante de la [semilla] en su cuerpo y su propia conciencia en la espada roja, y se selló junto con SEED en el Gran Árbol. Incluso ahora, ese árbol se mantuvo alto en la ciudad, mirándonos a los humanos.

“Buen trabajo, Kimihiko.”

La chica del teléfono me dijo: “Todos ustedes eligieron una ruta hacia el futuro que ni siquiera yo podía prever, y salvaron con éxito la crisis mundial. Como uno de los [Tuners], les expreso mi agradecimiento”.

Gracias, eso dijo ella.

Me di cuenta de que estaba haciendo una reverencia al otro lado del teléfono, a pesar de que está a 9.000 kilómetros de distancia.

“… No hice nada.”

De hecho, aunque había pasado una [crisis mundial], no era algo que pudiera haber hecho por mi cuenta, sino gracias a la dedicación de Siesta, Natsunagi y muchos camaradas. Y finalmente, fue Hel, quien heredó la pasión de su Maestra, quien puso a SEED a dormir.

Me pregunté si Hel podría encontrar un final feliz mientras miraba el gran árbol. Los muertos no podían hablar, por lo que los vivos deberían respetar su silencio y no hablar por ellos.

Y, sin embargo, pensé, no podía evitar desear que Hel, que había estado buscando el vínculo del amor, descansara en paz en ese gran árbol de la vivienda… con SEED, que finalmente se había dado cuenta de sus sentimientos.

“Lamento que hayas tenido que pasar por eso, Mia.” Le dije a Mia, queriendo cambiar de tema.

La sacerdotisa: Mia Whitlock es una [Tuner] encargada de predecir la [crisis mundial]. Durante muchos años, luchó contra SEED ayudando a Siesta. Puede que tengan una historia más larga juntos que yo, pero todo está resuelto ahora, así que Mia estaba de vuelta en la torre del reloj en Londres.

“Eso nos hace dos. ¿Cómo están tus heridas?”

“Ah, supongo que estoy lo suficientemente bien como para charlar así”.

En resumen, el [tentáculo] de SEED me golpeó en el flanco durante esa batalla. Realmente, estaría al borde de la muerte… tal vez la [semilla] que había consumido antes todavía tuviera algún efecto, y mis heridas se curaron casi por completo gracias a esta asombrosa recuperación. La [semilla] había sido eliminada por SEED, pero sus efectos, para bien o para mal, podrían persistir por algún tiempo.

“En todo caso, Siesta es la que está gravemente herida”.

Siesta fue mordida en el cuello por [Uroboros] durante la batalla y sufrió una herida severa. La llevaron a este hospital… y finalmente se recuperó lo suficientemente bien como para poder visitarla. Debería ser más resistente que la mayoría de las personas, pero la herida debe haber sido bastante profunda.

“Entonces, ¿no se curará hasta que vayas a verla?” Con el poder del amor, dijo Mia burlonamente. “¿Eso también es una profecía?”

“La intuición de una mujer”.

…Ah, sí. “Hasta luego”, luego colgué.

Llegué a la sala de oficiales donde dormía Siesta, me paré frente a la puerta y respiré hondo.

No había visto a mi antigua compañera en un año. En ese entonces, ni siquiera podía hablar con ella con calma debido a la situación, pero como me había calmado, me preguntaba qué debería decirle, qué debería decirle. Incapaz de pensar con claridad, abrí la puerta.

“Oye, ¿estás bien?”

Era una habitación privada bastante grande.

La detective famosa, vestida con ropa de hospital, estaba en una cama junto a la ventana con la parte superior del cuerpo erguida.

“Supongo que estoy un poco molesto porque te recuperaste más rápido que yo”.

Siesta me miró. Su cabello plateado brillaba bajo el sol de la mañana, y me sonrió mientras bromeaba. No sabía si podía decir que estaba bien, pero parecía haberse recuperado lo suficiente como para hablar un poco al menos.

“Oh, Charl también está aquí.”

Luego vi a una agente rubia sentada en una silla cerca de la cama, probablemente aquí para visitar a Siesta, pero Charl todavía estaba vendada, por todo su cuerpo.

“¿…? ¿Qué pasa, Charl?”

Pero Charl ha estado en silencio por un tiempo, mirando a Siesta y mirando sus manos. Charl, que había querido tanto a Siesta, debería haber estado feliz de volver a verla después de tanto tiempo y debería haberla abrazado.

“Sí, eso es lo que esperaba inicialmente”.

Siesta pareció haber leído mi pregunta y explicado en nombre de Charl.

“De repente se sintió avergonzada y no supo cómo tratarme después de mucho tiempo”.

“¡Señora, por favor no diga eso!”

Charl continuó mirando hacia su regazo, su rostro sonrojándose como una manzana.

“Charl, ¿qué clase de doncella enamorada eres?”

“C-Cállate. No se puede evitar…”

Y parece que su condición era bastante grave ya que faltaba su comentario mordaz.

“… Nunca pensé que tal milagro sucedería… No, por supuesto, creí en él, e iba a hacer lo que tenía que hacer. Pero ahora que realmente sucedió, no sé qué hacer…”

Charl apretó los puños y dejó escapar un pequeño gemido. “Ven aquí.”

Siesta, que vio a su querida discípula actuar así, gritó gentilmente. Los hombros de Charl se sacudieron levemente y ella levantó lentamente los ojos.

“Lo siento por ponerte triste.”

Siesta se disculpó con Charl tal como lo hizo conmigo hace algún tiempo, y le dio unas suaves palmaditas en la cabeza.

“… Uuu… ¡Señora, señora…!”

Entonces Charl abrió mucho los ojos y pronto las lágrimas brotaron de sus ojos. Abrazó a Siesta, llorando a un niño.

“En serio, ¿por qué no pudiste ser honesta desde el principio?”

Observé la escena por un momento, luego dejé escapar una sonrisa irónica mientras volvía a colocar las flores en el jarrón junto a la ventana.

“… No  quiero  escuchar  estas  palabras  de  ti  de  todas  las  personas, Kimizuka.”

Sin embargo, Charl, quien me escuchó hablando solo, se levantó de los brazos de Siesta y me miró.

“Ustedes siguen siendo los mismos, ¿no es así? ¿No pueden llevarse un poco mejor?”

“¡No hay futuro en el que Kimizuka y yo nos llevemos bien!”

Y Charl, ahora apoyando su cabeza en el muslo de Siesta, me maldijo.

“Aquí pensé que estábamos empezando a entendernos un poco mejor”.

“Hay  cosas  que  sabes  en  tu  cabeza,  pero  que  no  puedes  manejar fisiológicamente, ¿verdad?”

“Siesta, lo siento. Parece que nada ha cambiado desde hace un año”.

Sentado en una silla redonda cerca de la cama, suspiré, pensando que si no podíamos llevarnos bien después de este incidente, nunca lo haríamos.

“Fufu”.

Sorprendentemente, Siesta soltó la boca y palmeó la cabeza de Charl en su regazo mientras decía:

“Esto está bien. Ha pasado un tiempo desde que los vi continuar con su acto de pelea.”

“”¡No es un acto!””

Mi voz se superpuso con la de Charl, y nos miramos el uno al otro. Y mientras seguíamos discutiendo.

“¡Por favor, no hagas una fiesta divertida sin mí!”

Yui Saikawa, una idol con cabello de malla rosa y blanco y un parche en el ojo a la izquierda, entró en la sala de oficiales.

“¡Yui!”

Charl se despertó y pareció aliviada.

Pero la posición de su mirada en Saikawa era más baja de lo habitual. “Oye, ¿estás bien?”

“¡Sí, estoy bien! ¡No del todo, pero estoy bien!”

Saikawa, que estaba en silla de ruedas, volvió la cabeza. La parte inferior de su cuerpo no estaba gravemente herida, pero aún no había recuperado la fuerza suficiente para caminar. Empujando la silla de ruedas de Saikawa estaba la antigua versión sirvienta de [Siesta]—Noches, que nos ha estado cuidando toda la semana.

“Sigues usando el mismo traje de sirvienta, ¿no?”

“Es exactamente como lo ves, Kimihiko.”

Bueno, puedo decir que no es un cumplido.

Y mientras Noches y yo teníamos una conversación separada.

“Esta es la primera vez que nos encontramos cara a cara, Yui Saikawa.” En la cama, Siesta le sonríe suavemente a Saikawa.

“Encantado de conocerte, Siesta-san. ¡Soy Yui Saikawa, la idol más linda del mundo!”

Saikawa, en silla de ruedas, hizo todo lo posible por atraer a la audiencia. Se encuentran por primera vez, aunque por su parte, Siesta ya reconoció a Saikawa y había estado trabajando para proteger a este último en las sombras.

“Te he causado muchos problemas aunque no era consciente de ello. Lo siento”.

La sonrisa de Saikawa se desvaneció y se inclinó ante Siesta. Sus padres solían financiar las actividades de [SPES].

“No es nada por lo que tengas que disculparte.”

Siesta luego extendió la mano y palmeó a Saikawa en la cabeza.

“Y gracias por permanecer al lado del Asistente mientras yo no estaba”.

“Siesta-san…”

Luego se miraron la una a la otra…

“Sí, fue mucho trabajo cuidar de Kimizuka-san. Tuve que masajearlo, cocinar para él… y a veces tuve que abrazarlo, es un cariño…”

“No inventes historias”.

“¡Owie!”

Golpeé la cabeza de Saikawa con un golpe de karate, “Aunque no los estaba inventando…”, así que murmuró algo que pude escuchar. Siesta me miró de reojo y murmuró un katakana de cuatro letras, pero no pude escucharlo debido al ruido de construcción afuera.

“Pero, ya veo.”

Siesta me miró con el rabillo del ojo bajado. “Estos son tus amigos ahora”.

Además de Siesta, estaban Saikawa, Charl y Noches en la habitación del hospital. También está Mia, que estaba hablando por teléfono conmigo hace un momento, y un detective pelirrojo, a quien podría llamar un aliado.

En comparación con hace unos años, ciertamente he hecho más amigos y he ganado algo importante. Se suponía que debía poder sentirme así al respecto… pero todavía falta una persona aquí. Así que negué con la cabeza ante las palabras de Siesta.

“Hay otra persona que se enoja más que nadie cuando se queda fuera”. Una vez que dije esto, Saikawa y Charl volvieron la cabeza.

El nombre de esa chica era Nagisa Natsunagi.

El trasplante de corazón de Alicia fue un éxito, y se despertó de su [siesta] causada por la [Semilla Primordial]. En esa batalla final contra SEED, Hel selló su conciencia para siempre, por lo que no debería haber sido una sorpresa que la personalidad de Natsunagi despertara en su cuerpo.

Pero ha pasado una semana desde entonces. Incluso después de que todas las heridas fueron tratadas, ella todavía no se había despertado y seguía durmiendo sola en otra sala de oficiales.

“Por supuesto que no lo he olvidado.”

¿Como podría olvidarlo? Dijo Siesta con los ojos cerrados.

Pero cuando abrió los ojos…

“Entonces, Asistente, vamos a un viaje para ayudar a nuestra amiga”.

Luego me tendió la mano izquierda. “¿Pero cómo?”

¿Había realmente algo que pudiéramos hacer?

Mientras dudaba, una y otra vez, Siesta dijo:

“Todavía tenemos gente con la que necesitamos conocer y hablar”.

…Oh sí. Es alguien que tuvo mucho que ver con nuestra situación actual, pero  que  no  había  aparecido  en  el  escenario  hasta  ahora.  Intenté contactarlo muchas veces durante la semana pasada, pero nunca se me mostró.

Pero si Siesta lo dice, entonces está listo para enfrentarme. Teníamos mucho que discutir con él.

“Ahora bien, ¿nos preparamos para encontrarnos con él?”

Siesta, que todavía estaba en la cama del hospital, se sentó y me dijo: “El médico clandestino que nos salvó la vida”.