Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 13

Capitulo 3: Cena En La Ciudad Del Castillo

Parte 6

El estómago de karon usado en él era blanco y resbaladizo, pero, bueno, no parecía un mal ingrediente mientras no tuvieras problemas con las entrañas. Aun así, el sabor de la sopa en general fue una vez más complicado y difícil de acostumbrar a la lengua.

Al lado de Reina Ruu, Sheera Ruu dijo, “Hmm…” con una expresión compleja en su rostro. Tenía el plato de carne karon que era el plato principal encima de su plato.

Originalmente, no se suponía que el plato fuera parte de las comidas de los chefs, pero como había sobras de la cena, se entregaba aquí. Una vez que se volvió a calentar, la brillante carne de karon desprendía un delicioso aroma. Ludo Ruu era el único de los cazadores que parecía curioso, saltó de su silla y se acercó.

“No me interesa nada más, pero esa carne parece sabrosa. Córtame una rebanada, Asuta”.

“Si todo bien.”

Cortando el trozo de carne que era tan suave como la mantequilla, corté un poco para mí y para Ludo Ruu.

Y cuando le di un mordisco… la carne de karon realmente se rompió fácilmente en mi boca, como si se estuviera derritiendo. Sin embargo, era más que suave. Inesperadamente, hubo una explosión de contenido aceitoso en mi boca, tomándome por sorpresa.

“¡¿Gah, qué diablos es esto?! ¡Es solo un saco de grasa!” Ludo Ruu gritó, rápidamente regresando a la gran mesa y sorbiendo sopa de giba como limpiador del paladar.

“Roy, podría ser… ¿Agregaste grasa extra a esta carne después?”

“Ah, me sorprende que lo hayas descubierto. Usamos estas delgadas agujas parecidas a pelos para hacer un montón de agujeros en la carne, luego las empapamos en grasa de karon y las cocemos al vapor junto con hierbas y vegetales,” respondió Roy descuidadamente. “De lo contrario, nunca hubiéramos podido obtener ese nivel de ternura y sabor. Como resultado, tomó la mayor cantidad de tiempo prepararse”.

“¿Qué sentido tiene hacer la carne tan suave? Yo diría que la carne de karon en ese plato de fuwano ya estaba bastante tierna y deliciosa”.

“Eso es porque el karon comprado a Dabagg es de alta calidad. Este es un método eficaz para hacerlo aún mejor de lo que obtendría normalmente. Honestamente, pensé que era una idea increíble”.

La carne de karon cortada en rodajas emitía un reluciente brillo de color rosa intenso. Tenía el sabor de una deliciosa carne de res de primera clase, y la salsa cítrica rociada encima tampoco estaba nada mal.

Aunque era un asado, estaba tan tierno que parecía derretirse en la lengua. Y las muchas hierbas y verduras utilizadas dieron mucho sabor a la carne.

Sin embargo, no pude evitar sentir que había cruzado algún tipo de línea. No tuve mucho problema con ningún tipo de comida chatarra, pero mi estómago protestaba, gritando que algo andaba mal y retorcido. Tal como había dicho Ludo Ruu, fue como tragar una masa de grasa.

“¿La gente de la ciudad del castillo suele comer tanta grasa? No puedo evitar sentir que absorber tanto va a ser malo para tu salud…”

“¿Mmm? Eso es porque el contador… er, el exconde hizo que sus chefs y restaurantes usaran tanta grasa de leche, aceite y grasa de karon como quisieran. Sin embargo, solo los nobles pueden pedir un plato tan extravagante como este”.

¿Cyclaeus se había enfermado por solo comer cosas como esta? Había tanto aceite y sal en el plato que no pude evitar pensar eso.

“Ah, este plato no está mal”, intervino Reina Ruu como para suavizar las cosas.

Era el plato de verduras hervidas de color rojo oscuro que consistía principalmente en tarapa. Debe haber sido cortado de esa enorme tarapa que servía como recipiente. Actualmente, una cantidad muy pequeña estaba allí en un recipiente de metal ordinario.

Seguí adelante y le hice una prueba de sabor también, y efectivamente fue bastante bueno. El caldo se preparó cuidadosamente con una variedad de verduras y, aunque el aroma de la hierba parecida al cilantro era un poco fuerte, el sabor parecía bastante parecido al del minestrone.

Personalmente, habría ido un poco más ligero con la sal, y tampoco usaría esa hierba. Aparte de eso, sin embargo, no tengo ninguna queja.

“También hay miel de panam y azúcar en ese plato. Aparentemente fue muy cuidadoso con las cantidades para no arruinar el sabor,” dijo Roy en un tono rígido.

“Ya veo,” respondió Reina Ruu, aplaudiendo. “Pensé que había algún tipo de sabor que no reconocía además de las hierbas allí. Panam miel y azúcar son los ingredientes que se utilizan para hacer dulces, ¿no es así?”

Con Reina Ruu mirándolo directamente así, Roy perdió el equilibrio por un momento.

“¡Así es! ¡¿Tienes algún problema con eso?!” Él chasqueó.

“Eso no era lo que estaba tratando de decir… Si herí tus sentimientos, entonces lo siento”, dijo Reina Ruu con una inclinación de cabeza, pasando al siguiente plato. También me di cuenta de que Roy parecía estar al borde de su ingenio, pero finalmente me abstuve de hablar con él al respecto.

“Asuta…” gritó una voz, acompañada de un tirón en la manga de mi camiseta. Era Rimee Ruu, mirándome con lágrimas en los ojos. Encima de su plato estaba ese dulce fuwano horneado que fue cortado en un cuadrado.

“Esto… es asqueroso…”

“¿Eh? ¿También te derribó, Rimee Ruu?”

Gulaf Zaza era una cosa, pero nadie podía igualar cómo Rimee Ruu explotó de alegría cuando traje el azúcar a la cocina. Definitivamente fue algo sorprendente para ella mostrar tanta resistencia al postre.

En términos de apariencia, parecía un milhojas o algo así, con numerosas capas delgadas de fuwano, y no parecía asqueroso en lo más mínimo. Parecía tener una textura muy húmeda y el color rosado de la fruta minmi era adorable. Honestamente, no se vería fuera de lugar en absoluto si estuviera en exhibición en una pastelería en mi viejo mundo.

“Aunque ciertamente se ve delicioso… Bueno, entonces, supongo que me deshago del resto. Ah, pero ¿está bien que me coma tus sobras cuando no somos familia?”

“Esa es solo la costumbre para cuando uno tiene más de diez años y ya no es un niño”.

“¡Vaya, me asustaste allí! ¿Qué pasa, Ai Fa?”

“He terminado con la cena. Todos los platos estaban deliciosos”.

Mientras estaba allí detrás de mí, Ai Fa miró con recelo el dulce horneado encima del plato. Por lo que pude ver, había terminado antes que todos los demás, mientras que el apetito de los demás cazadores seguía enfurecido.

“Ese es ciertamente un plato extraño. Sin embargo, no huele mal”.

“Sí, y se ve bastante sabroso. ¿Quieres intentarlo también, Ai Fa…?”

“No tengo ninguna intención de comer comida hecha por un hombre tan descortés”.

“Ya veo. Bueno, entonces parece que depende de mí terminarlo después de todo”.

Mientras acariciaba la cabeza de Rimee Ruu, que aún lloraba, le quité el plato de madera. Y cuando me eché un poco a la boca… comprendí de inmediato por qué a la joven no le había gustado. Había el sabor de una especie de licor en el plato, una especie de brandy o algo así.

Posiblemente podría haber sido lo mismo que ese vino de frutas de clase alta que me había dado Balan.

Luego hubo numerosas hierbas y jugos de frutas mezclados en la masa, por lo que era un poco difícil decirlo con certeza, pero de todos modos definitivamente tenía una base alcohólica.

Todas y cada una de las delgadas capas de fuwano habían absorbido mucha miel de panam y leche de karon. Eso lo hizo extraordinariamente rico y dulce, y luego tenía el aroma de vino de frutas además de eso, lo que le dio al sabor mucho más fuerte de lo que esperarías al mirarlo.

“Hmm, bueno… definitivamente diría que necesitarías un poco de perseverancia para entenderlo todo”.

Seguro que eres duro. Tanto es así que te llamaría loco si no hubiera probado tu comida “, intervino Roy, aparentemente recuperándose de su anterior daño autoinfligido. “Es cierto que los platos que preparaste definitivamente no perderían con los de Timalo. Eso ciertamente es asombroso, pero realmente no creo que los platos de Timalo se queden tan cortos… Usaste condimentos ligeros y casi ninguna hierba en tu cocina, y hay muchas personas en la ciudad del castillo que no estarían satisfechas con eso…”

“Correcto. Por eso el duque Genos dijo que ni mi cocina ni la de Timalo eran mejores o peores. Y no tengo ninguna objeción a esa evaluación. Pero…”

“‘¿Pero qué?”

“Pero en la ciudad del castillo… o más bien, en tu cocina y la de Timalo, diría que estás exagerando los condimentos. Parece que su enfoque principal está en la cantidad de hierbas, aceites y productos lácteos que puede empacar sin arruinar el sabor… Sin embargo, ¿me equivoco?”

“Hrmm… No diría que eso está particularmente mal, no. En realidad, diría que de eso se trata la cocina, ¿verdad?”

“No es así como me enseñó mi padre. Me enseñaron a usar los condimentos de manera eficiente para sacar lo mejor de los ingredientes”.

“Eso es…” Roy comenzó a replicar, pero luego se mordió la lengua, con una expresión de preocupación en su rostro pecoso. “Solo tengo diecinueve años, pero me invitaron aquí a la mansión Turan después de trabajar en tres restaurantes diferentes. Cada vez que me mudaba a un lugar de trabajo más grandioso, la cantidad de ingredientes y condimentos que se ofrecían aumentaba… Y me di cuenta de que las habilidades de un chef provenían de lo bien que podían usarlas”.

“Bien, puedo entender eso”.

“Entonces, ¿qué es lo que no puedes entender? En una pequeña tienda, solo puedes usar una pequeña variedad de ingredientes. Y en un restaurante de primer nivel, tienes muchos ingredientes de primer nivel para preparar comidas de primer nivel, como un chef de primer nivel. Eso es lo que me han enseñado…”

“Hmm… Esa es ciertamente una forma diferente de pensar en comparación con el lugar de donde vengo. Si tienes carne de primera, creo que la forma más sabrosa de comerla es simplemente asarla”.

“Entonces, ¿por qué te molestas en freír o hervir carne de giba? Confías en su sabor, ¿no es así?” Roy replicó, poniendo cara de niño enfurruñado.

Mientras me rascaba la cabeza, le ofrecí una sonrisa.

“¿Por qué es eso, me pregunto? La carne de giba es deliciosa, así que creo que es más sabrosa simplemente frotando sal y hojas de pico y asándola a la parrilla. Así  que puede que esté perdiendo el tiempo devanándome la cabeza, tratando de encontrar algo que pueda igualar ese sabor”.

“Como si eso pudiera ser cierto alguna vez,” intervino Ai Fa, dándome un golpe en el costado. “No hay necesidad de preocupaciones tan inútiles. Me enojaré bastante si empiezas a hacer nada más que asar carne para la cena”.

“No estoy exactamente preocupado por eso. Tengo la intención de seguir esforzando mi cerebro todos los días de aquí en adelante, así que adelante y espera con ansias lo que se me ocurra”.

“Hmph,” resopló Ai Fa, justo a tiempo para llamar a la puerta.

“Ya voy”, respondió Kamyua Yoshu por alguna razón, apresurándose. Después de quitar el cerrojo, abrir ligeramente la puerta e intercambiar algunas palabras con la persona que estaba afuera, el guardaespaldas distante se volvió hacia mí. “Asuta, parece que Cyclaeus finalmente está despierto. Si dejamos pasar esta oportunidad, es probable que no se despierte hasta mañana por la mañana, así que, ¿puedo hacer que te pongas a trabajar preparando su cena?”

“Si, está bien.” Por fin, llegó el momento de mi tarea final. “Bueno, Reina Ruu, te dejo el resto. Sin embargo, no tienes que forzarte a terminar toda la cocina de Timalo, ¿de acuerdo…?”

“Correcto. Cuídate, Asuta”.

Ai Fa terminó siendo el único que me acompañó, después de detener a los demás cuando se movieron para ponerse de pie.

El primer paso debía ser recalentar la comida en la cocina. Con eso en mente, salí de la habitación junto con Ai Fa… y encontré una multitud increíblemente inesperada parada allí.

“Hola. Perdón por la molestia, Asuta”.

La visión de la persona que estaba a la cabeza del grupo me dejó sin palabras. De todas las personas, era el propio duque Marstein Genos quien había estado hablando con Kamyua Yoshu desde el otro lado de la puerta.

Detrás de él estaban Melfried, Donda Ruu y Lefreya, así como Sanjura entre dos guardias ducales.

“Sir Donda Ruu nos acompañará para actuar como testigo. Una vez finalizada esta tarea, se completará todo el trabajo de hoy. Cuento contigo, Asuta”.

“Entendido…”

Y así me enfrenté a mi tarea final, con los puños apretados.

***

Cyclaeus estaba confinado en el piso más alto del edificio central. Al parecer, ese lugar había sido el dormitorio del ex jefe de la casa para empezar.

Después de pasar por la puerta vigilada por guardias ducales, primero entramos en una antecámara vacía. Cuando era más tarde en la noche, los guardias se turnaban para descansar aquí y vigilar. Y fue aquí donde Marstein volvió a dirigirse hacia nosotros.

“Asuta y Lady Lefreya entregarán la comida. También entraremos en la habitación, pero si una multitud de este tamaño apareciera ante él de inmediato, Cyclaeus se pondría nervioso. En su lugar, estaremos al acecho detrás de la pantalla de partición o similar”.

El grupo presente estaba formado por Ai Fa y yo, Marstein y Melfried, Donda Ruu y Kamyua Yoshu, Lefreya y Sanjura, y dos soldados, para un total de diez.

Quizás como precaución adicional, los brazos de Sanjura estaban atados, y uno de los soldados sostenía la correa de cuero unida a las ataduras. Mientras estaba allí atado, la gentil mirada de Marstein se volvió hacia él.

“Esta es probablemente la última reunión que se le permitirá antes del juicio… Sanjura, ¿todavía no tiene ninguna declaración nueva que desee hacer, incluso en este momento?”

“Eso es correcto,” respondió Sanjura, mirando a Marstein con una mirada igualmente gentil.

“En ese caso, ¿por qué pediste acompañarnos a este lugar, aun sabiendo que requeriría tal tratamiento? ¿Quizás desea ofrecer una despedida final…?”

“No. Simplemente deseo quedarme, al lado de Lefreya”.

“¿No hay una forma completamente diferente de poder cargar con el dolor y el sufrimiento de Lady Lefreya?”

“No. No hay evidencia al respecto. Pero si hubiera pruebas, tal vez hubiera elegido ese camino”.

“¿Te refieres a ese chisme ocioso de que Sanjura es mi hermano mayor…?” Lefreya intervino, su voz increíblemente tranquila. Me pregunto de dónde salió un rumor tan descabellado. Sanjura es simplemente un asistente que mi padre contrató, pagándole por sus servicios”.

“El propio Sanjura se lo confesó a la gente del borde del bosque. Después de eso, investigamos y pudimos determinar que su padre estaba alojando a una mujer de Sym en Dabagg hasta hace apenas cuatro años”.

Lefreya le lanzó a Sanjura una mirada sospechosa. Sin embargo, solo lució su increíblemente familiar sonrisa gentil en respuesta.

“Mi madre no habló del asunto antes de morir, por lo que no conozco los detalles. Sin embargo, me criaron para jurar mi lealtad a Cyclaeus”.

“Hmph… Pero en algún momento, decidiste jurarme lealtad a mí en lugar de a mi padre”.

“Sí. Ahora me ofrezco a tu servicio, Lefreya”.

“Entonces nada de esto importa de cualquier manera. Sin embargo, no tengo ninguna intención de llamar ‘hermano mayor’ a un hombre después de tenerlo como asistente durante años, ya sabes”.

“Por supuesto. Soy tu humilde sirviente, Lefreya”.

Ante eso, Lefreya miró hacia otro lado, su corto cabello castaño balanceándose a lo largo.

Y después de vigilar ese intercambio junto con todos los demás, Ai Fa gritó: “Duque Genos. Puede ser presuntuoso de mi parte hacer una solicitud así, pero ¿me permitirías quedarme al lado de Asuta para protegerlo?”

“¿Mmm? Si mal no recuerdo, eres el jefe del clan de Asuta, Ai Fa, ¿no es así? No tienes que preocuparte, ya que hay dos guardias ducales vigilando a Cyclaeus. Puede que ni siquiera le quede la fuerza para mantenerse en pie, pero no podemos dejar que se haga daño a sí mismo”.

“Pero a pesar de que su enfermedad era seguramente más grave que la de Cyclaeus, Zattsu Suun mordió y desgarró la garganta de un hombre Jeen, prendió fuego al asentamiento Dom y usó fruta de invocación giba para lanzar un asalto contra el grupo de Kamyua Yoshu. No importa a quién te enfrentes, creo que es mejor no bajar la guardia nunca”.

“No te preocupes. Melfried entrenó a los guardias  ducales para que estuvieran siempre alerta”.

Ai Fa parecía un poco adolorida y se mordió el labio. Y cuando vio eso, Marstein volvió a sonreír.

“¿Estás tan preocupado por tu familiar? Muy bien. Estoy seguro de que Cyclaeus no se volverá loco por la incorporación de una mujer hermosa como tú. Puedes proteger a Asuta junto a los guardias ducales”.

“Estoy realmente agradecido…” dijo Ai Fa con una pequeña inclinación de cabeza. Todo el tiempo, Donda Ruu permaneció en silencio.

“Bien, entonces, ¿entramos? Cyclaeus está bastante debilitado, así que tenga cuidado de no alterarlo innecesariamente”.

Con eso, Marstein le lanzó una mirada a uno de los soldados y el hombre extendió la mano hacia la puerta.

Siguiendo su dirección, pasamos de la tenue iluminación de la antecámara a un dormitorio aún más lúgubre.

Aunque era una habitación bastante grande, las únicas velas encendidas eran las de la pared interior. Y luego, además de eso, había una pantalla de partición masiva, por lo que la mayor parte de su luz también estaba obstruida.

El elegante dedo de Marstein señaló, indicando el otro lado de la pantalla divisoria. Con un asentimiento, empujé el carrito que llevaba la comida más adentro de la habitación. Ai Fa, Lefreya y yo continuamos hacia la oscuridad, y finalmente llegamos a una cama grande.

A ambos lados de la cama había un guardia ducal con armadura blanca, inmóvil como una estatua. Y encima de él había un hombre pequeño.

Llevaba una manta fina hasta el pecho y estaba medio enterrado en la suave ropa de cama. Fue el antiguo propietario de esta mansión, Cyclaeus.

Su rostro tenía un aspecto enfermizo y amoratado, y estaba cubierto de sudor frío. Sus brazos colgando sobre la manta eran terriblemente delgados. Solo había pasado medio mes, pero Cyclaeus se había arrugado como la momia de un mono o algo así.

“Lefreya… ¿es esto…?” su voz seca y áspera brotó de sus labios pálidos como la muerte. “Si él te envió… entonces ese maldito Marstein finalmente ha decidido ejecutarme, ¿eh…?”

Seguramente tendrás un juicio antes de cualquier ejecución. Esa es la ley de Genos, ¿no es así? Lefreya respondió en voz baja, ahora de pie junto a la cama. “Simplemente vine a traerte tu comida… Por hoy, tuve tu cena especialmente preparada por Asuta del clan Fa, el visitante del extranjero que vive como una persona del borde del bosque”.

Los ojos casi cerrados de Cyclaeus luego se volvieron ausentes hacia mí.

Ese brillo venenoso en su mirada ahora se había desvanecido por completo en las sombras. En cambio, había una luz tenue brillando en mí, como el brillo bioluminiscente del mar que se desvanece en el océano nocturno.

“¿Asuta del clan Fa…? ¿Qué tipo de trama es esta, exactamente…?”

“No es un complot en absoluto. Te preparé la cena a pedido de Lefreya”.

Marstein seguramente tenía algún motivo propio aquí. Pero yo no sabía la verdad de eso, y tuve la sensación de que realmente no tenía nada que ver con la esencia de mi trabajo aquí.

“Lefreya me pidió que te alimentara con mi comida antes de que te encarcelen. ¿Te queda la fuerza necesaria para comértelo, Cyclaeus?”

“Mi cuerpo ya no aceptará comida alguna… Por fin, mi enfermedad de muchos años ha dejado al descubierto sus colmillos… No importa cuánto luche, mi vida seguramente está llegando a su fin…”

“Qué cobarde de tu parte, padre. ¿Dónde está el hombre que vivió una vida más codiciosa que nadie?” Preguntó Lefreya, su voz había recuperado un leve matiz de emoción. “Por lo que me han dicho, ha cometido una gran cantidad de crímenes. Codiciabas el poder y la influencia lo suficiente como para hacer a un lado a muchos otros, ¿no es así? Si renuncias a todo al final, entonces, ¿qué tipo de vida viviste?”

“Quién puede decir… simplemente agarré todas las fuerzas que pude… Y con mi muerte, me separo de todo… Eso es, en última instancia, todo lo que la vida de un hombre equivale a…”

“¿Y qué propósito tenía la autoridad que obtuviste, a costa de dejar a mi madre y a mí aisladas y solas? ¿Por qué mamá tuvo que morir de una muerte tan solitaria?” Más y más de la altivez que Lefreya mostraba en su voz y la mirada en sus ojos estaban burbujeando. “Yo solo tuve a mi madre, y mi madre solo me tuvo a mí. Y así, cuando murió mi madre, me quedé sola. Nos descuidó a mi madre y a mí, usó métodos clandestinos para amasar una fortuna y reunió más ingredientes de los que podría comer, pero ¿eso le trajo felicidad, padre? Yo… yo no era feliz en lo más mínimo…”

Cyclaeus no respondió.

“Aun así, sigues siendo mi padre… Y aunque no te importara en lo más mínimo, soy tu hija. Es por eso que he organizado esta última comida de despedida para ti,” dijo Lefreya, lanzándome una repentina mirada. “Ahora bien, haré que comas la comida de Asuta, padre. Puedo repartir el contenido de esta olla en un plato de madera, ¿correcto?”

“Sí”, respondí, quitando la tapa.

Instantáneamente, el aire estancado en la habitación se llenó con el aroma de la sopa de giba.