86 [Eighty Six]

Volumen 8: Humo de Pistola en el Agua

Capítulo 5: La Torre (Al Revés)

Parte 4

 

 

Sería admitir que él, y sus camaradas, y los clanes del Mar Abierto, y Shin, y el capitán, merecían morir, ser despojados de su orgullo. Y él no quería eso. No lo admitiría. Nunca.

Con la proa de la Noctiluca asegurada por los otros Juggernauts, salieron disparados anclajes de alambre desde la cubierta del andamio de la Torre Espejismo. Dos anclas se engancharon a la cubierta y nuevos Juggernauts abordaron la nave, dando patadas contra el suelo al aterrizar.

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El Wehrwolf de Raiden, el Snow Witch de Anju y el Sagittarius de Dustin. Al parecer, algunas de las naves de rescate remolcaron algunas de las vigas que habían caído por el disparo fallido de la Noctiluca, sosteniéndolas a lo largo de la pared. Un puñado de paneles no cayó, lo que permitió que las vigas formaran un punto de apoyo para que las otras unidades abordaran la nave.

La zapata cayó al agua después de tener que soportar repetidamente un peso de más de diez toneladas. Los barcos de rescate se apresuraron a soltar las vigas y se alejaron para no ser arrastrados con ellas.

En el momento en que aterrizó, Snow Witch soltó una andanada de cohetes desde su lanzador. Wehrwolf también disparó. Los perdigones perforantes y los cañones automáticos que se dispararon cortaron el aire y obligaron a las unidades que se acercaban a Laughing Fox a dispersarse.

“Siento que hayamos tardado tanto, Theo.” Dijo Anju.

“Déjanos a nosotros el resto de los Phönix… Y no hagas más locuras. Tampoco tienes que imitar esa parte de él.”

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“… Bien.”

Su respiración seguía siendo agitada. Theo inhaló con fuerza. Mientras la lluvia de acero volaba por el aire, miró hacia los dos cañones de riel.

Se acordó de las palabras que escuchó antes de que comenzara la batalla.

Mientras vivas, siempre puedes encontrar algo que sea igual de valioso. 

Eso tuvo que ser una mentira. Puede que Ishmael no tuviera intención de mentir cuando lo dijo, pero de todos modos era una mentira. Y aunque no lo fuera, definitivamente no era la verdad.

Para seguir viviendo, había que encontrar algo que les diera un propósito. Aunque lo hubieran perdido, tenían que encontrar lo que les diera forma. Incluso después de que se lo quitaran, tenían que seguir adelante si pretendían sobrevivir. De lo contrario, serían derrotados. Morirían y se lo quitarían.

Había que encontrarlo. No importaba lo que les hubieran quitado o las veces que les hubieran quitado. Tenían que mantener la cabeza alta, aunque eso significara mentirse a sí mismos.

No quiero vivir la vida avergonzado de lo que soy. 

¿No es cierto, Shin? Yo tampoco quiero avergonzarme. Ni de mí mismo, ni de ti, ni del capitán. Los vengaré a ustedes dos, para no tener que vivir en la vergüenza…

 Una máquina de mantenimiento descubrió y eliminó al último Sirin que quedaba de la fuerza que se había infiltrado en el interior de la Noctiluca.

“Tsk…” Vika no pudo evitar chasquear los dientes, molesto.

Había podido reducir la posición del núcleo de control, pero aún no estaba claro. Sentía que estaba muy cerca de lograrlo, pero ahora que no tenía ningún medio para reunir información, no podía esperar un resultado perfecto.

Para empezar, el Stella Maris se estaba quedando sin munición. Se conectó al puente integrado a través del Para-RAID y separó los labios para hablar.

“Milizé, Capitán, les enviaré mi estimación actual de la posición del núcleo de control. Lo he reducido a tres posibles puntos, pero no puedo investigar más que eso. Lamento que todo lo que pueda enviar sean resultados incompletos, pero…”

Los cañones de gran calibre destinados a las batallas navales tenían un mayor alcance que la torreta de un tanque. El cañón de 120mm de Gadyuka tampoco era lo suficientemente bueno para esta tarea. Pero en función de lo cerca que estaba del objetivo, podría resultar útil.

Vika habló, enviando los datos con una mano y marcando los comandos para las maniobras de combate con la otra…

… pero su mano se detuvo cuando, por el rabillo del ojo, vio un destello azul acero al final del hangar.

El bombardeo de la Torre Espejismo hizo volar el último cañón antiaéreo. El último Phönix que quedaba en la Noctiluca fue empujado fuera de la cubierta, como en un acto de venganza por lo que le hizo a Shin. Mientras esos informes se gritaban por la radio, el último disparo del Benetnasch se cruzó con la trayectoria del cañón de 800mm.

Un proyectil de 40cm se desprendió de su capa exterior por encima de la Noctiluca, esparciendo bombas que cayeron sobre la última pareja de cañones de tiro rápido de 155mm que quedaba a babor y explotaron. El proyectil de 800mm se clavó en el casco del Benetnasch.

Su popa fue arrancada con una facilidad casi cómica. Las hélices también resultaron dañadas, haciendo que perdiera rápidamente la velocidad y se detuviera en el lugar.

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El Benetnasch quedó varado en el lugar.

Mientras lo veía pasar por la pantalla, Ishmael separó los labios.

Con esto, el armamento de la Noctiluca se redujo a cinco cañones de tiro rápido, que se fijaron a estribor, en dirección contraria a ellos. Y, por supuesto, estaban las armas más amenazantes de todas, los dos cañones principales.

Pero a pesar de ello, el Benetnasch quedó inmovilizado y los dos cañones principales del Basilicus resultaron dañados. El Stella Maris también se estaba quedando sin proyectiles, y sólo le quedaba su depósito de munición de reserva en su arsenal.

En caso de agotarlo, Ishmael estaba dispuesto a hundir al enemigo embistiéndolo si era necesario. Pero antes de llegar a eso…

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“Nos preparamos para disparar el cañón anti-leviatán. Capitán Milizé.”

La chica centrada en el mando de los Juggernauts se giró para enfrentarse a él.

“Toma tus tropas y prepárate para evacuar el barco. Los botes de rescate los recogerán, así que úsenlos para regresar. Esto también se aplica a los Ochenta y Seis dentro de la Torre Espejismo. Los botes de rescate deben acercarse al fondo de la base. Tendrán que abandonar los Reginleif, pero tienen espacio para los chicos.”

Los generales que planearon esta operación insistieron en adjuntar dos botes de rescate más para ese propósito explícito. Así, en el peor de los casos, cuando el Stella Maris quedara inmovilizado, los niños soldados podrían volver a casa.

“El Grupo de Ataque ha completado sus objetivos. Ha tomado el control de la base enemiga y ha eliminado al Morpho. Así que has hecho lo suficiente. No tienes que participar más en la guerra de los Países de la Flota y de la Flota Huérfana.”

Pero Lena sacudió la cabeza con firmeza. “No.”





Esta era la responsabilidad, la determinación y el sentido de orgullo de Ishmael. Pero los Ochenta y Seis tenían su propio orgullo al que adherirse en esta situación, y como su reina, ella tenía la responsabilidad de llevarlo a cabo.

“Dejarte atrás y huir les dejaría un mal sabor de boca. Y también heriría mi orgullo. Mientras sigan luchando, tengo que permanecer en el mismo campo de batalla que ellos. No haré preparativos para huir.”

Un ascensor transportó un helicóptero de patrulla a la cubierta superior inclinada del Benetnasch. Aceleraron el motor del helicóptero hasta que lograron el despegue, aunque su ascenso fue muy inestable.

Ello se debía a que habían fijado los proyectiles de los cañones en partes sin pilones, lo que hacía que el helicóptero superara su capacidad de peso normal.

De un vistazo quedó claro que estaba armado para autodestruirse, convertido en un misil que caería en picado hacia la Noctiluca.

Con esa visión como telón de fondo, los dos soberanos se miraron. El último líder de los clanes que lucharon contra los monstruos a través de los despiadados mares, y la reina que lidera a los Ochenta y Seis que sobrevivieron a los horrores del Sector Ochenta y Seis.

“… Si las cosas se ponen muy peligrosas, ejerceré mi autoridad como capitán para hacerlos evacuar. ¿De acuerdo?”

La carga suicida del helicóptero estaba justo delante del Noctiluca. Pudieron ver cómo los cañones de tiro rápido de estribor se revolvían para dispararle y cómo era abatido antes de que pudiera cumplir su cometido.

El helicóptero se estrelló, reducido a un trozo de metal que ni siquiera se parecía a su forma original. Los proyectiles que transportaba se incendiaron y explotaron. En un abrir y cerrar de ojos, el océano ardió en llamas.

El crucero de larga distancia funcionaba con energía nuclear, pero los helicópteros de patrulla que transportaba funcionaban con motores de turbina de gas.

Los buques disponían de combustible para repostar, que se filtró del Benetnasch y el Denebola, extendiéndose por la superficie del agua. El combustible vaporizado se incendió. Las llamas rojas se deslizaron por la superficie del mar.

El campo de batalla azul del mar abierto se tiñó de rojo.

Iluminada por esas llamas, la Noctiluca siguió disparando al Denebola, que lo mantenía fijo en su sitio. Finalmente su bombardeo alcanzó la sala de máquinas del buque.

El insistente bombardeo de los cañones de tiro rápido de 155mm desgarró gran parte del casco, dejando al descubierto sus interiores y clavándose en los mecanismos internos de la nave.

Ninguno de los operadores de la nave sobrevivió. El Denebola era en realidad un cascarón muerto y devastado, apenas movido por su motor. Finalmente, sus hélices se detuvieron.

Sin embargo, las cuerdas de anclaje se aferraban insistentemente a la Noctiluca. Era como si las manos de los fantasmas de la tripulación hundida persistieran en mantenerlo fijo en su sitio.

La Noctiluca empujó hacia delante como si tratara de sacudírselo de encima, girando mientras se movía. La mayoría de las cuerdas de anclaje fueron arrancadas, pero algunas permanecieron intactas, lo que hizo que la Noctiluca remolcara los restos del barco mientras se movía.

Los motores de la Noctiluca rugieron como cañones mientras sus sensores ópticos se dirigían al buque insignia enemigo, el Stella Maris.

El enorme barco se movió. Cambió de dirección tan repentinamente que el casco se inclinó casi hasta el punto de volcar. Cuando la cubierta se inclinó hacia delante con tanta fuerza que se podía ver claramente el agua debajo de ellos, Juggernauts y Phönix se deslizaron por la cubierta y cayeron al agua.

“¡Mierda…!”

Raiden disparó por reflejo un ancla, deteniendo a Wehrwolf en el lugar.

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Maldita sea. Está en movimiento. Sólo nos hemos ocupado de los cañones antiaéreos y de los Phönix, pero aún quedan algunos cañones de tiro rápido.

La proa de la nave corría paralela al Stella Maris, y al pasar junto a él, giró su costado de estribor hacia él. Sus torretas principales intactas y los cinco cañones restantes se desviaron para apuntar al súper transporte. Era la posición perfecta para desatar toda su potencia de fuego sobre la nave enemiga.

Raiden pudo ver cómo el Stella Maris se alejaba apresuradamente en la distancia. Las dos torretas de 800mm se desviaron para seguirlo, como si se burlaran de su intento de huida.

No te dejaré hacer eso. 

Shin había abatido a su hermano, y con eso como único deseo concedido, estaba destinado a morir sin ganar nada más. Y sin embargo, siguió viviendo, mostrándoles el camino al elegir vivir junto a otro.

Mientras que la mayoría de los ciudadanos de la República perecieron en la ofensiva a gran escala, la anciana que lo acogió y el sacerdote que cuidó de Shin sobrevivieron y se reunieron con él.

La salvación y la restitución existían en este mundo.

Siempre parecía que se les presentaba esa pizca de esperanza. Pero este mundo demostró que podía ser lo suficientemente despiadado como para quitárselo todo después de hacerles fomentar esa expectativa. Y si ese era el caso, lo último que iba a hacer Raiden era paralizarse ante esta desesperación calculada e intencionada.

El barco estaba tan inclinado que era imposible que su Juggernaut se mantuviera en pie. Si intentaba disparar cuando estaba colgado del ancla de alambre, no podía esperar que sus disparos fueran del todo precisos.

“En ese caso, supongo que tengo que agitarlo… Todo lo que tengo que hacer es estabilizar esta cosa.”

Selección de armamento, cambio.

El mar ardió, y cuando las olas en llamas cortaron su proa, la Noctiluca giró la cabeza. Snow Witch abandonó su plataforma de misiles, ahora vacía, y en su lugar disparó sus ametralladoras pesadas en rápidas andanadas. Los otros Juggernauts de la cubierta también se estabilizaron con anclajes de alambre.

La inclinación de la cubierta se había vuelto tan pronunciada que las patas de Snow Witch colgaban del aire mientras Anju estabilizaba su unidad.

Pudo ver girar una de las torretas de 800mm de la Noctiluca, pero no tenía ningún armamento capaz de atacarla. Las ametralladoras pesadas, por muy devastadoras que fueran, no podían esperar causar ningún daño significativo a una torreta tan enorme.

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… Lena está en ese barco. Y Frederica también. ¿Qué hacemos…?

 Anju apretó los dientes. Fue entonces cuando vio algo delante de ella. Un trozo de andamio metálico se había deslizado por la cubierta inclinada y se había clavado en su sitio, y enredado en él había un Alkonost, ahora desprovisto de su Sirin. Los Alkonosts estaban equipados con explosivos de alta potencia con fines de autodestrucción, para evitar que la Legión accediera a cualquier información clasificada en su interior.

Cerca de ella estaba Sagittarius. Habían formado un improvisado equipo de dos, cubriéndose mutuamente mientras barrían a los Phönix… y ambos se quedaron sin munición al mismo tiempo.

Snow Witch no estaba lo suficientemente cerca del Alkonost. Sagittarius estaba más cerca, pero como Dustin tenía bastante menos experiencia pilotando un Reginleif, no era probable que fuera capaz de realizar este tipo de maniobras.

“… Anju.”

 “Lo sé.”

Sin embargo, no tenían otra opción. “Pero… será mejor que no lo olvides.”

Él era su vanguardia. Siempre iba por delante, luchando contra todo lo que se interponía en su camino, incluso mostrándoles su forma de vida y dándoles esperanza. Les había mostrado la felicidad que había en mirar hacia el futuro y desear más. Tanto a ella como a Dustin.

Aunque se haya perdido en esta batalla.

“Por supuesto que no. ¿Cómo podría hacerlo?”


Pudo sentir la sonrisa de Dustin a través de la Resonancia.

“No voy a morir y dejarte atrás.”

Selección de armamento, cambio. Martinetes perforantes instalados en las piernas. Los cuatro, activación simultánea.

Fuego.

Los cuatro martinetes electromagnéticos de 57mm de Wehrwolf se clavaron en la cubierta blindada, fijando el Reginleif en su sitio. El retroceso desprendió los anclajes mientras los cables dibujaban un arco en el aire.

A continuación, Raiden se apresuró a volver a seleccionar su armamento en la torreta principal. El cañón automático de 40mm del Reginleif estaba colocado en su brazo de montaje trasero, que era capaz de girar, aunque de forma limitada.

Volvió a apretar el gatillo. “¡¿Qué te parece… esto?!”

Rastreando su campo de visión, las vacilantes miras se ajustaron mientras el cañón automático rugía como un animal, soltando una andanada de proyectiles al aire.

Todos los martinetes montados en las piernas de Sagittarius se dispararon, fijando su unidad en el lugar.

“¡Ahora, Anju! ¡Ve!”

 Mientras lo hacía, Snow Witch dio una fuerte patada contra la cubierta inclinada, lanzándose en un salto. Utilizando a Sagittarius como segundo punto de apoyo, saltó más lejos, aterrizando sobre el andamio. Antes de que pudiera doblarse bajo el peso de Snow Witch, Anju apartó al Alkonost de una patada con toda la fuerza que su unidad podía reunir.

“¡Por favor! ¡Ve allí!”

Mirando hacia arriba como en una oración, disparó sus dos ametralladoras pesadas.

Los disparos del cañón automático de Wehrwolf llegaron cerca del cañón de 800mm de la popa de la nave, penetrando en el metal líquido encargado de formar el campo electromagnético en su interior.

Puede que su cañón automático no fuera capaz de destruir la torreta en sí, pero el impacto masivo de sus disparos tenía potencia más que suficiente para destrozar el metal líquido como un cristal.

Mientras tanto, en la parte de proa de la nave, el Alkonost se precipitó hacia la boca del cañón de 800mm. El fuego de la ametralladora de Snow Witch atravesó el Alkonost, encendiendo y desencadenando los explosivos alta potencia en su interior.

La explosión que provocó viajó a ocho mil metros por segundo, dispersando el metal líquido.

Al momento siguiente, la torreta disparó un proyectil de 800mm, cuya trayectoria se vio ligeramente perturbada por el campo electromagnético alterado.

Mientras las dos naves estaban enzarzadas en un combate naval a quemarropa, la trayectoria se desvió unos diez kilómetros, con lo que el disparo erro su objetivo.

Los dos potentes disparos de los cañones de riel fallaron el Stella Maris por un amplio margen, cayendo en picado al mar junto a ellos. Un enorme maremoto, casi arrollador, arrasó

la cubierta de vuelo del Stella Maris. Pero el mayor acorazado de la humanidad, con un desplazamiento de diez mil toneladas, no sería volcado tan fácilmente.

Los Juggernauts a bordo de la cubierta de vuelo también lograron evitar ser arrastrados por las olas. Sin embargo, a cambio de la seguridad de su nave madre…

El retroceso de los disparos provocó una tensión superior a la que podían soportar los martinetes, haciendo que se desprendieran. El andamio crujió bajo el peso de un Reginleif de diez toneladas, rodando ruidosamente.

Wehrwolf, Snow Witch y Sagittarius se escabulleron de la cubierta inclinada. Todos intentaron disparar anclas de alambre, pero ninguna llegó a tiempo.

Tres columnas de agua salpicaron el flanco de la Noctiluca.

Sólo pudieron interrumpir dos disparos destructivos de los cañones de 800mm. El fuego de los cinco cañones automáticos voló libremente hacia el Stella Maris. La andanada se desplazó en una viciosa formación de abanico, asegurando que no importaba si la nave se movía a la izquierda o a la derecha, sería alcanzada.

El Stella Maris no eligió ninguna de las dos cosas. Tomó un giro suave, enfrentándose directamente a la Noctiluca, y en los pocos segundos que faltaban para el impacto, asumió la posición en la que menos superficie sería golpeada.

La tormenta había pasado, pero los vientos seguían siendo bastante intensos, y en un giro irónico, las marejadas resultantes de los proyectiles de 800mm golpearon al Stella Maris un segundo antes de que lo hicieran los proyectiles de 155mm, desviando aún más al súper transporte de su trayectoria.

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Impedidos por los intensos vientos y desviados de su objetivo por las olas, los proyectiles de tiro rápido que deberían haber impactado en la proa del Stella Maris sólo acabaron fallando a bocajarro, rozando el costado del barco y cayendo en el océano.

Sin embargo, ahí se acabó su buena suerte.

“¡¿Un impacto en el propulsor número dos?! ¡Parece que está fuera de servicio!” Cuando ese informe llegó a sus oídos, Ishmael chasqueó la lengua.

“Los proyectiles nos alcanzaron bajo el agua. Hablando de tener mala suerte en el último momento…”

Cuando un proyectil entraba en el agua con un cierto ángulo, la resistencia del agua podía hacer que se moviera en una trayectoria recta. Uno de los disparos que rozó el Stella Maris siguió accidentalmente una trayectoria directa, golpeando la hélice.

Cuatro hélices impulsaban la gigantesca nave hacia delante. El Stella Maris ya era más lento que la Noctiluca, y con la desaparición de una de ellas, había sufrido una fatal disminución de su velocidad y movilidad.

“¡¿Raiden?! ¡Anju!”

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Al sentir que Raiden, Anju y Dustin se desconectaban de la Resonancia, Theo alzó la voz en señal de pánico. Sin prestar atención a los Juggernauts que habían caído de su cubierta, la Noctiluca terminó de girar el timón con calma. La nave volvió gradualmente de su posición inclinada a un rumbo horizontal.

“¡…!”

Esta era su oportunidad de atacar. Después de todo, a los cañones de riel apenas les quedaban defensas. El Stella Maris estaba atascado; tal vez no había logrado evadir los proyectiles de tiro rápido. ¡Y, de todos los lugares, estaba justo delante de la Noctiluca!

Como si estuviera estimulado por la visión de los sacrificios de sus compañeros, Theo lanzó a Laughing Fox hacia adelante.

Pero viendo a través de él, dos Feldreß se interpusieron en su camino. Uno era un Alkonost que parecía una escultura cincelada en hielo, y el otro era un Reginleif marfil, como el suyo. Chaika de Lerche y Verethragna de Yuuto.

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