Isekai Ryouri (NL)

Volumen 11

Interludio 1: Aventura Bajo El Camino Del Borracho

Parte 2

Yumi caminaba por los barrios bajos, acompañada por dos personas del borde del bosque.

Todavía no habían avanzado demasiado, por lo que no era como si hubiera habido muchos cambios en su entorno. Sin embargo, dado que había más guardias en la carretera principal de lo habitual, los residentes de los barrios marginales también parecían estar escondidos con cautela en sus casas.

“Esta parte de la ciudad postal es donde se reúnen las personas especialmente pobres y los tipos con un pasado turbio. Es el tipo de lugar en el que ni siquiera los guardias ponen un pie solos”.

“Ya veo. Sin embargo, no parece tan diferente de la calle principal”.

“Eso es porque esto es solo las afueras de los suburbios. Pero debes tener más y más cuidado a medida que avanzas”.

Cuando Yumi dijo eso, un letrero familiar apareció a la vista: el del lugar de su familia, The Westerly Wind. Y así, pasó rápidamente a su lado, usando el gran cuerpo de Gazraan Rutim para protegerla de la vista.

“Lo siento, pero ayúdame a esconderme un poco. Si mis padres me ven, intentarán obligarme a volver a casa”.

“¿Estás tratando de ayudar a Asuta, aunque eso signifique desafiar a tus padres, Yumi?”

“Claro que lo estoy. Para eso están los amigos, ¿verdad?”

Al escuchar eso, los ojos de Gazraan Rutim se entrecerraron suavemente mientras miraba a Yumi.

“Sí. Asuta también es un amigo insustituible para mí. Me alegra mucho saber que hay alguien en la ciudad que siente lo mismo por él”.

“Caray, me estás avergonzando, poniéndote así de serio”.

Y así, Yumi logró pasar The Westerly Wind, escondiéndose en la sombra de Gazraan Rutim mientras avanzaba.

En poco tiempo, llegaron a una intersección de cuatro vías en el camino. En este punto, los edificios alineados a ambos lados de la calle habían comenzado a verse bastante en mal estado. La pobreza que padecían las personas que vivían allí les dificultaba reunir el dinero para las reparaciones.

“Vamos a seguir recto, ya que ayer buscamos en el resto del área”.

“Esto es de gran ayuda. Morun y yo habíamos planeado pasar todo el día buscando en la zona”.

“Sin embargo, la parte realmente problemática es el Camino del Borracho, que está más adelante. Hay un montón de gente allí con la que no puedes razonar”, respondió Yumi mientras miraba al otro miembro de su grupo. “¿Vas a estar bien? No es realmente el tipo de lugar al que deberían ir las mujeres jóvenes, normalmente”.

“Pero tú también eres una mujer joven, ¿no es así?” Morun Rutim le preguntó con una sonrisa verdaderamente inocente.

Ella era una chica muy adorable, y realmente no se parecía a su hermano en lo más mínimo. Era un poco regordeta, pero era mucho más encantadora que una chica que parecía que se estaba consumiendo. Sus lindos ojos brillaron positivamente y sus redondas mejillas se veían increíblemente suaves.

“Tengo quince. ¿Qué edad tienes, Yumi?”

“¿Me? Tengo dieciséis.”

“Dieciséis, ¿eh? Te ves muy madura”.

Bueno, para cuando cumpliste dieciséis años en la ciudad postal, ya no te trataban como a un niño. De hecho, sus padres habían empezado a fastidiarla para que se casara últimamente.

“Si tu hermana menor tiene quince años, entonces tú tampoco puedes ser tan mayor, ¿verdad?”

“Tengo veinticuatro. La casa principal de Rutim tiene cuatro hijos además de mí, y yo soy el mayor, mientras que Morun es el más joven”.

“Cinco niños, ¿eh? Sé que es lo mismo con los Ruu, ¡así que ustedes, gente del borde del bosque, seguramente deben tener muchos hijos!”

“Sí. Dar a luz a muchos niños es una tarea importante para la gente del borde del bosque”.

Fue una experiencia bastante inusual para Yumi, charlar con gente del borde del bosque al lado de la carretera de esta manera. De hecho, esta era probablemente la primera vez que realmente había tenido una conversación adecuada con alguno de ellos para empezar.

“Por cierto, ¿cuántos de ustedes están en la ciudad hoy?”

“Aproximadamente 60. Nos dividimos en parejas de un hombre y una mujer cada uno, y hemos estado buscando desde la tierra de Turan al norte de la ciudad del castillo hasta las plantaciones al sur de la ciudad postal”.

La llegada de 60 personas de la linde del bosque a la ciudad ciertamente fue un gran problema. Y la mitad de ellos eran cazadores musculosos, por lo que no fue una sorpresa que los habitantes del pueblo estuvieran muertos de miedo.

Aun así, Yumi no pudo evitar sentirse un poco disgustada.

“Pero hay cientos de ustedes del borde del bosque, ¿verdad? ¿Solo pudiste hacer que vinieran 60 de ellos?”

“Sí. Hubo muchos más que dijeron que querían ayudar en la búsqueda de Asuta, pero tenían que tener prohibido hacerlo. Actualmente, los Ruu y sus clanes afiliados están en medio de un período de descanso, por lo que terminamos siendo 60 de nosotros los que hemos venido a la ciudad, después de excluir a los más jóvenes y mayores de nuestro número “.

“¿Un período de descanso?”

“Así es. Tres veces al año, podemos tomarnos un tiempo libre para cazar giba. Los Ruu y aquellos aliados con ellos, como nosotros, se encuentran en ese período”.

“Hmm, ya veo,” dijo Yumi, considerando dejar el asunto ahí. Pero finalmente, decidió que tenía que decirlo. “Lo siento, pero déjame preguntarte… ¿Estás diciendo que cazar giba es más importante que Asuta…?”

“Veras, si ponemos nuestra caza en segundo lugar por este asunto, existe la preocupación de que los nobles de la ciudad del castillo nos ataquen por eso”.

“No tienes miedo de los nobles, ¿verdad…?”

“Necesitamos considerar la posibilidad de que todo este incidente tuviera como objetivo crear una excusa para culpar a la gente del borde del bosque”.

A la gente del borde del bosque se le asignó el duro trabajo de cazar giba, bajo las órdenes de los nobles de Genos. Si descuidaban ese trabajo, entonces no podrían oponerse a que los nobles los persiguieran.

“Todo eso suena como un gran lío complicado… ¿Entonces estás pensando que son los nobles de Genos los que están detrás de todo esto después de todo?”

“Todavía no lo sabemos. Existe la posibilidad de que lo haya hecho alguien que desee causar una ruptura entre nuestra gente y los nobles”.

“Ah, sí, no sería extraño que hubiera idiotas como esos ahí afuera… Pero siento que últimamente más y más gente del pueblo ha estado pensando diferente, gracias a todo lo que Asuta y los demás han hecho,” Dijo Yumi. Luego, con un suspiro, miró hacia el rostro de Gazraan Rutim. “Realmente es una lástima que esto tenga que suceder ahora… Como resultado, la gente del pueblo puede terminar sintiéndose aterrorizada por ustedes, gente del borde del bosque”.

“Eso puede ser así. Sin embargo, hay personas como tú que también piensan en nosotros”, respondió Gazraan Rutim con una suave sonrisa. “Esta vez no ha habido gente del pueblo gritándonos que ‘regresemos al bosque’, así que diría que algo ha cambiado desde la última vez. De hecho, más que nada, he estado sintiendo el aumento de la desconfianza de la gente del pueblo hacia los nobles”.

“Si eso es verdad. Quiero decir, esta vez Asuta fue secuestrado por matones, por lo que sería realmente extraño que alguien atacara a la gente del borde del bosque por eso”.

“Es muy reconfortante oírte decir eso”, respondió con calma Gazraan Rutim cuando apareció otra intersección ante ellos.

En ese momento, Yumi se detuvo y miró a los hermanos verdaderamente diferentes.

“Más adelante está el famoso Camino del Borracho. Déjame preguntarte de nuevo… ¿Realmente no me lo dejarás a mí?”

“No lo harás. Si es un lugar tan cuestionable, entonces realmente preferiría comprobarlo con mis propios ojos”.

“Está bien. Para ser honesto, no estaba exactamente seguro de poder buscar en cada rincón del lugar por mi cuenta, así que me alegra oírle decir eso. Pero, bueno… Solo asegúrate de no bajar la guardia, ¿de acuerdo? Sin duda, este es el lugar más peligroso de toda la ciudad postal”.

Gazraan Rutim simplemente asintió en silencio.

No parecía tímido en lo más mínimo. Honestamente, parecía razonable que un cazador tan corpulento pudiera acabar con el tipo de villanos que andaban por el Camino del Borracho tan fácilmente como una gran rata giiz.

“Bueno, entonces, vayamos. Y ten cuidado”. Trabajando en su determinación, Yumi salió a la calle.

Todos los edificios de madera alineados a ambos lados de la calle tenían un aspecto realmente ruinoso y cutre. Para las personas que solo conocían la bulliciosa calle principal, el lugar probablemente se vería deteriorado y desierto. Y encima de todo eso, había un persistente olor a podredumbre flotando en el aire.

“Está tranquilo… Pero puedo sentir una gran cantidad de miradas sobre nosotros”.

“Sí. Todos deben estar mirando a los visitantes desconocidos”. Después de un rápido escalofrío, Yumi se acercó a un edificio cercano. Cuando llamó a la puerta, una voz hostil respondió: “¿Qué quieres?”

“Estamos buscando a alguien. No te causaremos ningún problema, pero ¿podemos hablar contigo un rato?”

La puerta permaneció cerrada. Sin embargo, había algunos huecos aquí y allá donde las tablas se habían podrido y un ojo humano se asomaba por una de ellas.

“Llamarme así ya es bastante problema. No sé nada, así que inténtalo en otro lugar”, respondió la voz. Parecía que pertenecía a una anciana, y su ojo castaño claro parecía increíblemente desconfiado.

“Por favor, escuche lo que tenemos que decir. Somos residentes de la misma ciudad, ¿no es así?”

“Una chica vestida tan bonita como tú me parece una extraña…”

“Ya veo, no me he presentado. Soy la hija de los dueños de The Westerly Wind, esa posada que está un poco más adelante. Eso me hace parte del vecindario, ¿no crees?”

A través del hueco, el ojo de la anciana se entrecerró con sospecha.

“The Westerly Wind, ¿verdad? Entonces, ¿podría decirme el nombre del propietario?”

“Bueno, no me olvidaría exactamente del nombre de mi padre. El nombre del propietario es Sams, mientras que su esposa es Sill. Bueno, digo que es el dueño, pero mi papá es el que se casó con alguien de la familia”.

Se oyó un traqueteo y pronto se abrió la puerta de madera. Parecía que, a pesar de lo podrida que se había vuelto la puerta, todavía estaba debidamente cerrada.

“¿Entonces eres la hija de Sill? A diferencia de tu mamá, eres muy guapa, ¿no es así?”

“Oye, no vayas hablando mal de ella así. Pero bueno, he oído que me parezco más a mi padre”.

“Hmph. Entonces, ¿a quién estás buscando exactamente, niña? ¿Y quiénes son esos dos…?”

“Son gente del borde del bosque. Al menos ha oído hablar de ellos, ¿verdad, señora?”

Gazraan y Morun Rutim solo hicieron una reverencia en silencio. Mientras miraba a la pareja tranquila y serena, la anciana soltó un “¡Hmph!” y continuó, “Esta es la primera vez que veo a un comedor de giba tan de cerca. ¿Qué intentas hacer para traer gente como ellos?”

“Como dije, estamos buscando a alguien: un tipo llamado Asuta que fue secuestrado en la calle principal y los secuestradores que se lo llevaron. Umm, Asuta tiene el pelo y los ojos negros, y es una especie de chico lindo de diecisiete años, mientras que los secuestradores…” respondió Yumi, solo para dudar, por lo que Gazraan Rutim intervino.

“Los que secuestraron a Asuta eran un hombre de piel oscura con la apariencia de un oriental y un occidental de constitución firme. Ya son buscados en toda la ciudad postal por el secuestro”.

“Hmph. Hay alborotadores aquí y allá en todo el vecindario, pero no puedo decir que haya visto a ningún oriental”.

“Aparentemente nació con sangre mixta del este y oeste, para ser más precisos. Su nombre es Sanjura, y tiene el cabello y los ojos de color castaño claro, lo cual es inusual para un oriental”.

“No sé nada de todo eso. Si quieres preguntar sobre algo así, deberías hablar con Dattas”.

“¿Dattas? ¿Quién es ese?”

“Él es quien maneja a todos los sinvergüenzas de la zona. Cuando un forastero se instala aquí, lo primero que debe hacer es presentarse a Dattas”.

“¿Es eso así? Tienes nuestro agradecimiento”, dijo Gazraan Rutim con una reverencia, mientras la anciana cerraba la puerta antes de que él terminara.

“¿Dónde vive exactamente esta persona de Dattas…?”

“E-Espera un momento. ¿Planeas irrumpir en un lugar como ese? Quiero decir, no hay forma de que el tipo que dirige al Camino del Borracho se acerque a un hombre honesto”.

“Pero eso sería mucho más rápido que ir de casa en casa así, ¿no crees?” Yumi dio un profundo suspiro y luego se apartó el largo cabello.

“Muy bien, supongo que confiaré en tu fuerza. ¡Oye anciana! ¿Dónde deberíamos ir a encontrarnos con ese tipo Dattas?”

“¡Es la casa con el techo rojo, a mitad de la calle!” gritó una voz desde el interior de la casa.

Confiando en ese consejo, se dirigieron más adelante por la carretera y, efectivamente, un techo rojo muy claramente apareció a la vista.

Ciertamente no era raro pintar una casa, pero este material parecía haber sido puesto hace bastante tiempo. Y así, el rojo se había oscurecido y parecía que la casa había sido salpicada en un mar de sangre, dándole una apariencia realmente inquietante.

Después de tomar algunas respiraciones para calmarse, Yumi llamó a la puerta de ese edificio espeluznante.

“¿Esta casa pertenece a un tipo llamado Dattas? Tenemos algo que nos gustaría preguntarle”.

Durante un buen rato, no hubo respuesta en absoluto.

Pero finalmente, la puerta se abrió con un crujido inquietante, revelando a un hombre que era incluso más grande que Gazraan Rutim.

“¿Quiénes sois vosotros…? ¿Qué negocio tienes con Dattas…?”

“Nos gustaría preguntar sobre las caras nuevas que han aparecido en la zona últimamente”, respondió firmemente Yumi, siguiendo las costumbres de los barrios marginales. Por aquí, mostrar tu debilidad podría resultar mortal. “Soy Yumi de The Westerly Wind, y estos dos son Gazraan y Morun Rutim del borde del bosque. No tenemos ningún deseo de causarles problemas, amigos. Solo queremos hablar un poco”.

“¿Gente del borde del bosque…?” preguntó el hombre grande, mirando a Gazraan Rutim con una mirada peligrosa en sus ojos.

Si bien Gazraan Rutim ya era una cabeza más alto que Yumi, este hombre era otra media cabeza más alto que eso. Además, sus extremidades eran tan gruesas como troncos y su estómago sobresalía con fuerza. Era como si todo su cuerpo fuera un tamaño más grande que el de Gazraan Rutim.

Sin embargo, antes de que la montaña de un hombre pudiera decir otra palabra, una voz alegre gritó a través de una ventana con cortinas: “¡Oye, déjalos entrar ya! ¡Déjame echar un vistazo a esta gente del borde del bosque!”

El hombre corpulento no dejó de mirarlos hacia abajo ni por un segundo, pero dio un paso atrás por la puerta como se le ordenó.

Aunque su mano estaba cubierta de un sudor frío, Yumi hizo un puño y lo siguió.

Tan pronto como entró, se encontró en un pasillo. También era bastante largo, y lo siguieron hasta el final, donde se dividió a la izquierda y a la derecha. El hombre grande bajó por la derecha, y Yumi y compañía hicieron lo mismo.

Esta casa parecía haber sido construida de una manera realmente inusual. La voz del propietario antes debe haber venido de una habitación en el frente, pero había que recorrer este camino complejo y tortuoso para llegar desde la entrada. Yumi realmente no quería pensar demasiado en el significado detrás de eso.

“Bienvenidos, queridos invitados. Esta es la primera vez que invito a la gente del borde del bosque a mi casa”.

Había cinco hombres en la habitación y una mesa redonda con sillas rodeándola como se ve en un bar. Fue el hombre más lejano de la habitación quien los llamó.

Era un hombrecito bajito. Incluso si estuviera de pie, probablemente sería más pequeño que Yumi. Sus extremidades eran delgadas y era difícil imaginar que tuvieran mucha fuerza detrás de ellas. Tenía una apariencia realmente cutre y su cabello estaba bastante ralo. Solo sus ojos parecían moverse. ¿Era incluso mayor que el padre de Yumi…?

“Soy el dueño de esta casa, Dattas. ¿Exactamente qué negocios tienes conmigo?”

Parecía que no había necesidad de presentarse de nuevo, así que se adelantó y le hizo la misma pregunta a la anciana de antes.

“Ya veo, un matón con el aspecto de un oriental, ¿no es así…? He escuchado rumores de que alguien así viene a vivir en el vecindario últimamente, aunque no puedo decir que alguna vez  haya venido a presentarse”.

“¡¿Eh?! ¡¿En serio?!” Preguntó Yumi, inclinándose hacia adelante con entusiasmo.

Los compinches de Dattas, mientras tanto, estallaron en sonrisas divertidas.

“No digo mentiras que no me generen ganancias. Pero no veo ninguna razón para decir la verdad si tampoco me hará ganar monedas”.

“¿Estás diciendo que quieres que te paguen de alguna manera? No tenemos mucho sobre nosotros”.

“¿Es eso así? Sabes, no es agradable ser tacaño… ”

Yumi dio un paso adelante como para actuar como un escudo para Morun Rutim, frunciendo el ceño un poco mientras lo hacía.

“Si tienes pensamientos inapropiados, sería inteligente olvidarlos”, advirtió Yumi. “Pero si quieres mis collares o pulseras, te daré lo que quieras”.

“No me sirven accesorios tan baratos. Sin embargo, ¿por qué no intentar sacármelo a la fuerza?” Dijo Dattas encogiéndose de hombros. “Dicho esto, no me importa ensuciar mi casa. En cambio, ¿qué tal si tenemos un concurso de fuerza aquí y ahora, por un poco de entretenimiento?”

“¿Un concurso de fuerza?”

“¿No hacen eso los hombres en festivales y cosas por el estilo? No es como si tuviera muchas oportunidades, pero este tipo aquí tiene mucha confianza en su fuerza”.

Naturalmente, se refería a ese hombre corpulento que los había recibido en la puerta. Y el hombre estaba mirando directamente a Gazraan Rutim ahora, ni siquiera sonreía.

“Si puedes vencerlo en una competencia de fuerza, te diré dónde está ese matón. Pero si pierdes, veamos… Sí, ¿qué tal si me dejas tener esa espada que tienes colgando de tu cadera? Eso parece mucho más útil que unas simples chucherías”.

“Dattas, ¿podrías hacer que arrojen esa piel de giba? Sería una prueba de que vencimos a un cazador del borde del bosque en una competencia de fuerza, por lo que sería un buen trofeo”, gritó uno de los parásitos, lo que hizo que Dattas estallara en una sonrisa.

“Esa es una buena idea. ¿Qué dice, señor Cazador del Borde del Bosque?”

“No me importa, pero ¿cómo se decidirá?” Gazraan Rutim cuestionó, su expresión sin cambios.

Dattas parecía cada vez más complacido cuando respondió: “No creo que debamos preocuparnos por algo demasiado complicado. ¿Qué le parece la idea de que el primero en caer al suelo pierda?”

“Eso sería lo mismo que hacemos en el festival de la caza, así que no tengo quejas”, respondió Gazraan Rutim mientras tomaba su espada todavía envainada de su cadera y se la entregaba a Morun Rutim. “¿Es aceptable golpear y patear? En nuestras competencias de fuerza en el borde del bosque, tales acciones están prohibidas”.

“Eso no sería nada divertido. El solo hecho de que ustedes dos luchen entre sí suena como un verdadero aburrimiento, ¿no es así?

“Estoy bien de cualquier manera. No estoy buscando exactamente una emoción o algo por el estilo aquí”, respondió con calma Gazraan Rutim.

Por otro lado, la sangre claramente subía al rostro del hombre corpulento. Parecía que la naturaleza tranquila y serena de Gazraan Rutim realmente lo estaba afectando.

“¡Muy bien, despeja un espacio! ¡Este partido será de una sola ronda! Bueno, no es que me imagino que estarás despierto por un segundo después…”

Con la señal de Dattas, los hombres empujaron la mesa y las sillas contra la pared. Los Dattas solos permanecen sentados, y finalmente el espacio se despejó frente a él.

Gazraan Rutim y el gran hombre entraron en el centro del espacio recién despejado. Sin pensarlo, Yumi agarró la mano de Morun Rutim, solo para que la chica le devolviera la sonrisa.

“No necesitas preocuparte. Gazraan está entre los ocho mejores luchadores entre todos los cazadores bajo Ruu”.

Dattas, tembloroso, levantó el brazo por encima de la cabeza y luego lo bajó rápidamente.

“¡Comenzar!”

El hombre grande instantáneamente agarró a Gazraan Rutim.

La capa de piel del cazador ondeó ligeramente… y en el siguiente instante, la espalda del hombre grande se estrelló contra el suelo.

Era imposible saber qué había sucedido. El temblor llegó hasta los pies de Yumi, y el gran hombre gimió de angustia.

“¿Estás bien? Estás bastante pesado, por lo que puede haber sido bastante doloroso”, preguntó Gazraan Rutim, sonando genuinamente preocupado, pero el hombre solo pudo gemir en respuesta. Mirando con cuidado, su cuerpo estaba parcialmente hundido en el piso de madera.

“Me estaba conteniendo, así que no deberías sufrir ninguna lesión duradera. Pero podemos contar esto como mi victoria, ¿no?” Preguntó Gazraan Rutim, volviéndose lentamente hacia Dattas.

El brazo derecho del hombre todavía colgaba donde había deslizado, ya que tenía una expresión de desconcierto como la de un niño.