Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 4

Capítulo 7: La Desnudez Contraataca

Parte 1 

 

 

Al día siguiente de la competencia de manga, Nayuta estaba holgazaneando en el kotatsu de Itsuki mientras él se encontraba sentado frente a la computadora.

“Hmm… hmm… Cielos……”

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Él estaba viendo atentamente la pantalla, aparentemente buscando algo en internet. Nayuta se inclinó hacia atrás para ver mejor.

“¿Mmm…? ¡¿Nyaaaa?!”

“¡Oye! ¡No me des esos sustos, Kanikou!”

“¡ eres el que no debería asustarme así!” contraatacó ella, con la cara tensa.

“¿Eh? ¿Susto por qué?”





“¡¿Por qué estás revisando sitios de lencería, Itsuki?!”

En pantalla se mostraba una tienda online de ropa interior femenina, llena de fotos de sostenes y panties en stock, junto con fotos de mujeres occidentales de buenas proporciones modelándolas.

“¡Yo—sólo estoy investigando! ¡No hay motivo oculto!”

El alarmado y enrojecido Itsuki poco pudo hacer para disuadir a Nayuta mientras esta le dirigía una mirada de incredulidad primero a Itsuki, luego a la pantalla.

“¿Investigando…? ¿Sobre panties?”


“Sí. Quiero usarlas en mis novelas.”

Nayuta le dirigió la mayor mirada de incredulidad que sus ojos le permitían expresar. “¡¿Y tus novelas hacen que necesites mirar lencería?! ¡Sólo haz lo que siempre haces y descríbelas bien genéricas, como ‘panties blancas’ o ‘bra’ o lo que sea!”

Este era un hábito que Itsuki aún no había abordado desde su primer trabajo publicado. Las descripciones de lo que sus chicas llevaban bajo su ropa, en el mejor de los casos, eran escasas. Milagro era que se molestara en mencionar los colores.

“…Eso es lo que estoy intentando mejorar”, respondió Itsuki con seriedad. “Creo que no le he dado a esto la atención que merece. Existen todos estos tipos de sostenes y panties, cada uno con sus propios colores y decoración y formas y materiales. Todo es tan único. Es como si finalmente me percatara de que lo que un personaje lleve puesto es importante para expresar mucho de su personalidad.”

“¿Q-Qué te pasó, Itsuki…?” Nayuta hizo un puchero con tristeza. “No importa qué tipo de panties lleven. Sabes que en la siguiente línea se las quitarán, o el viento se las llevará, o serán despedazadas por un hechizo mágico. Así que, ¿a quién le importa?”

“…Tienes razón. Así ha sido, hasta ahora. Pero desde hoy, estoy pensando en agregar fan service de lencería.”

“¡Oh, no puede ser! ¡¿A qué viene eso?!”

Nayuta casi se desmayó por pura consternación mientras Itsuki seguía hablando con su cara tan serena como una estatua de Buda.

“¿Conoces a Kaiko Mikuniyama, la artista para el manga de ImoSube? Ella realmente me abrió los ojos, ¿sabes? Me demostró lo profundo que es el mundo de la ropa interior”.

De repente, toda expresión desapareció de la cara de  Nayuta.

“…Oh… Kaiko Mikuniyama… ¿Ese es el nombre de la víbora que te puso patas arriba…?”

La frialdad de su susurro casi penetró las paredes, enfriando todo el vecindario.

***

 

 

Al día siguiente, la artista de manga novata, Kaiko Mikuniyama, entró en un hotel de categoría media que se encontraba a unos diez minutos a pie de la estación de tren más cercana a poca distancia de su editorial. Como dijo Tokuyama, una de las autoras con mayores ventas de GF Bunko había expresado un repentino deseo de ver a Kaiko—y esta autora, Nayuta Kani, había estado alojada en este hotel desde ya hace un tiempo.

Kaiko nunca había leído el trabajo de ella, pero sabía cuan dedicados eran sus fans. ¿Qué querría una escritora tan popular? Nunca se habían conocido, y Kaiko ni siquiera había hecho su debut profesional todavía. No tenía ni idea de cómo Nayuta sabía de ella.

Y fue con algo más que sólo una pizca de nerviosismo que Kaiko caminó por el pasillo. Nayuta había hecho un comentario muy enigmático al pedirle que viniera sola, por lo que su editor, Tokuyama, no estaba allí. Al llegar a la puerta de Nayuta, con cautela tocó.

“¿…Sí?” una voz de mujer se escuchó desde el otro lado.

“Um, soy Kaiko Mikuniyama. ¿Esta es la habitación de Nayuta Kani?”

La puerta se abrió lentamente, una cabeza plateada se asomó. Ella era muy atractiva, pero su cara estaba extrañamente arrugada, como si estuviera enfadada por algo.

“…Pasa”.

“C-Claro”.

Kaiko entró. Otra mujer estaba sentada en la cama, más o menos de la misma edad que Kaiko pero de aspecto más refinado. Ella renuentemente le asintió a Kaiko.

“¿Um…? ¿Quién es ella, Nayu?”

La chica de cabello plateado pareció dirigir cierto disgusto a la nada. “Ella es Kaiko Mikuniyama, artista de manga. Se encargará de la adaptación a manga de la novela ImoSube de Itsuki”.

“Vaya, ¿artista de manga?” La mujer miró de cerca con fascinación a Kaiko. Esto hizo que Kaiko se sonrojara y se girara un poco.

“Oh, me llamo Miyako Shirakawa”, dijo la refinada mujer mientras se ponía de pie. “Soy amiga de Nayu y también fui compañera de clases de Itsuki en la universidad”.

“¡Ah, ya veo! Me llamo Kaiko Mikuniyama. Encantada de conocerte”.

Entonces Kaiko giró su vista hacia la chica de cabello plateado.

“Um, ¿y tú eres…?”

“Me disculpo. Me llamo Nayuta Kani. Soy la esposa de  Itsuki”.

“¡¿E-Esposa?!”

Kaiko miró intensamente a Nayuta. El hecho de que esta chica etérea y de otro mundo con cabello plateado fuera la famosa novelista Nayuta Kani era muy sorprendente por sí solo, pero, ¿ella estaba casada con Itsuki Hashima?

Ni pensarlo. Itsuki Hashima, un tipo que sentía un amor tan fuerte por las hermanitas 2D así como la propia Kaiko, ¿tenía a esta linda chica real como compañera de por vida? Kaiko se sintió honestamente un poco traicionada.

“Nayuuu”, dijo Miyako con los ojos en blanco, “no deberías decir una mentira tan descarada como esa a alguien que acabas de conocer”.

“Oh, ¿cuál es el problema, Myaa? Tarde o temprano me casaré con él.”

“Yo… um, ¿cómo sabes eso…?”

Miyako parecía tener un poco de problemas para encontrar las palabras adecuadas mientras Kaiko seguía pensando qué decir.

“Um… ¿A qué tipo de mentira te refieres?”

“Oh, es solo que esta chica ama de verdad a Itsuki, eso


es todo”, contestó Miyako con una sonrisa de disgusto. “Ya…veo”, dijo Kaiko, insegura de qué más decir.

“Entonces, Nayu, ¿para qué me necesitabas hoy? Dijiste que era urgente…”

Ah, Kaiko pensó. Ella no fue la única en ser traída a este lugar por razones ambiguas.

“Bueno, ya sabes”, respondió Nayuta a regañadientes, “es algo aterrador, ¿no crees?, estar a solas con alguien que nunca antes has conocido”. Y entonces miró fijamente a Kaiko. “Escúchame, Myaa. ¡Esta mujer sedujo a Itsuki!”

“¡¿Se-Sedujo?!”

“¡¿Y-Yo?!”

Ambas comenzaron a sonrojarse profusamente.

“¿Qu-Qué cosas estás diciendo? ¡Sólo dibujo el manga Todo sobre mi hermanita, y no tengo la más mínima intención de tener otra relación con el Señor Itsuki!”

Nayuta señaló con un dedo directamente a la suplicante Kaiko. “¡Y, aun así, estás llevando a Itsuki por el mal camino!”

“¿M-Mal camino?”

“Tú cambiaste su historia original, ¿no es así?”

“Oh, eso… Bueno, sí, así es”.

“¿La cambió?” preguntó una extrañada Miyako, una pregunta que fue recibida por un resoplo irónico proveniente de las fosas nasales de Nayuta.

“¡Esta mujer! ¡Tuvo la audacia! ¡De tomar una escena donde la heroína de la historia está desnuda, y ponerle sostén y panties!”

“Ah…”

“¡No, nada de ‘Ah…’!” Nayuta hinchó sus mejillas con ira. “¡¿Cómo puedes ser tan indiferente, Myaa?!”

“Pues…”, Miyako la miró confundida. “No sé qué decirte.  ¿En serio eso es un problema?”

“¡Es un enorme problema! ¡Ponerle panties a una chica durante una escena de desnudos es como tomar todo el trabajo de Itsuki y tirarlo por la borda!”

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“…El Señor Hashima dijo más o menos lo mismo”, respondió Kaiko con calma. “Pero finalmente, vio la luz en lo que respecta a los encantos de la ropa interior, y accedió a dejarme cambiar la escena para incluir panties”.

“¿Itsuki aceptó? ¿Entonces cuál es el problema?”

“¡Todo!” Gritó Nayuta, arremetiendo contra la pregunta de Miyako. “¡Itsuki fue hechizado! ¡Ahora está mal de la cabeza!  ¡Empezó  con  tonterías  sobre  querer  poner escenas de lencería en sus novelas!”

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“Oh sí, es un gran perezoso para describir la ropa íntima en sus libros. ¿No es algo bueno que él empiece a tomárselo más en serio?”

“¡Aw, para nada! ¡¿Crees que está perfectamente bien que Itsuki cambie su religión de desnudos a una religión de delicadas cositas con encaje?!”

“Si esas son las dos únicas opciones, no estoy segura de si alguna o ninguna de ellas esté bien…”, Miyako estaba completamente perdida.

Nayuta la miró con asombro. “Tú, estás bromeando…¿Qué pasó con la Myaa que conozco? ¿La zorra manipuladora que se quita la ropa con la velocidad de un rayo?”

“¡No recuerdo ser una zorra, Nayu!”

“¡Jugamos desnudas en la playa de Okinawa!”

“S…Sí, lo hicimos, pero…”

“¡Una vez las dos nos desnudamos en esta misma habitación!”

“¡Eso, eso fue porque me rogaste y suplicaste que lo hiciera!”

“Empezamos a besarnos desnudas en la calle y nos arrestaron por indecencia pública”.

“¡Eso fue en aquel juego que jugamos!”

“¿…De qué hablan ustedes dos…?”

El rostro de Miyako pasó a un oscuro tono rojo ante la fulminante mirada de Kaiko.

“¡N-No la escuches! No soy una nudista pervertida, ¿de acuerdo?”

“Oh, Myaa, ¿cómo pudiste…? Pensé que éramos compañeras nudistas…”

Nayuta miró a Miyako de una forma que recordaba a un gatito bajo la lluvia. Esto hizo que Miyako se retorciera y expresara un leve quejido de arrepentimiento.

Entonces la voz de Kaiko disminuyó a un tono más bajo. “Jee-jee-jee…Tal parece que la única persona infectada por los males del fundamentalismo nudista eres tú, y sólo tú”.

“Nnngh…”

Ahora Nayuta estaba rechinando los dientes con angustia.

“Así que ya es suficiente de esta incivilizada compulsión de quitarte la ropa”, continuó la triunfante Kaiko. “¡La ropa

interior con volantes es la mayor belleza que la raza

humana ha creado jamás! ¡La desnudez no tiene lugar en el gran arte! En la ducha, en la bañera, entre las sábanas, en un sueño profundo, cuando estás comiendo, cuando estás en la escuela—cada joven hermosa necesita ir por ahí en ropa interior, en cada aspecto de la vida diaria”.

“¡No, tú también estás actuando muy raro!”

“¿Qué…?”

Miyako estaba haciendo todo lo posible para mantenerse a flote y eso sorprendió a Kaiko.

“En cualquier caso”, vociferó Nayuta, “¡Me niego a permitir que adaptes el trabajo de Itsuki!”

“Te guste o no, el Señor Hashima ya me aceptó. Además, ¡estoy absolutamente segura de que nadie en el mundo está mejor preparada que yo para representar el mundo de Todo sobre mi hermanita en formato de manga!”

La audacia de la declaración hizo que Nayuta se estremeciera por un momento, pero rápidamente se recuperó. “¡Eso—Eso no es posible! ¡Yo puedo describirlo mucho mejor de lo que tú podrías hacerlo!”

“¡…! B-Bueno, si estás dispuesta a llegar tan lejos, me niego a quedarme de brazos cruzados. ¡Te reto a un duelo! ¡Si gano, tendrás que aceptar que yo me encargaré del manga!”

“¡Perfecto! ¡Bien por mí!”

“Nayu”, susurró Miyako, “¿Al menos sabes dibujar?”

“¡No te preocupes!”

“Vaya… Impresionante.”

Había algo parecido a envidia en el tono de Miyako  mientras se maravillaba ante la infatigable Nayuta.

“…”

Kaiko, mientras tanto, ponía una cara atrevida pero internamente se preocupaba por la aparentemente imperturbable actitud de esta chica de cabello plateado.

No cabía duda de que ella misma se consideraba la más capacitada para adaptar ImoSube, pero ahora tenía la tarea de convencer a la novelista más talentosa de la editorial de ese hecho.

Una editorial que ofrecía un hogar a todo tipo de técnicamente talentos innatos, como Puriketsu, el chico de ayer. Tal vez esta chica era también una experta artista de manga.

Pero ahora no puedo echarme atrás.

Desde que era una niña, ella había estado dibujando manga lleno de ropa interior femenina a escondidas de sus padres.

Finalmente les contó hace un año, cuando llevó su manga a una editorial y le asignaron inmediatamente un editor. Ellos estaban firmemente en contra—El trabajo es muy inestable, protestaron. Aunque esa vez, ella no estaba tratando de convencer a un editor. Tenía que convencer al mundo.

Tenía que demostrar resultados reales, demostrar que podía ganarse la vida como artista profesional de manga, hacer que sus padres vieran la luz. De lo contrario, sólo le quedaría el viaje desde la aburrida universidad, a las aburridas entrevistas de trabajo, y hasta un trabajo aburrido.

Y tenía que lograr esto con su vasto conocimiento de la ropa íntima. Sabía muy bien lo imprudente que era cambiar la historia original sin permiso.

Pero este era el camino que había elegido, y estaba dispuesta a dedicarlo todo. Ese esfuerzo la llevó a la victoria sobre el talento a nivel de genio de Puriketsu y forzó al obsesionado creador  original a ver las cosas a su manera.

Ella casi lo había conseguido. Incluso si se enfrentaba a la autora con las mayores ventas de toda la compañía, ¡ella no podía dejar que nada la hiciera tropezar!

“…………”

Con llamas de guerra ardiendo en sus ojos, Nayuta tomó un bolígrafo y un bloc de notas que tenía a la mano. Preparada y dispuesta a luchar contra esta novelista genio, Kaiko sacó su equipo de manga y puso sus panties sobre su cara.

“…Qué comience el duelo”.

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“Prepárate para aceptar la derrota. Mi futuro con Itsuki depende de esto”, gruñó Nayuta como respuesta.

Ahí, mientras Miyako observaba—muy aturdida como para responder a todas las tonterías que decían—la batalla comenzó.

***

 

 

A los cinco minutos, Kaiko resultó victoriosa.

Miyako, al darse cuenta de que esto nunca iba a terminar, las obligó a que entonces se detuvieran.

“……………Nayu, no sabes dibujar”, dijo con una vaga sensación de alivio.

En pocas palabras, el manga de Nayuta era tan bueno como los garabatos de un niño de primaria. Una figura completamente  negra, apenas reconocible como una figura humana, estaba haciendo una extraña pose. Era espeluznante, el tipo de cosa que no querrías ver por mucho tiempo por miedo a desatar una antigua maldición.

“Aww… ¿Por qué no puedo dibujar mejor que esto?” Nayuta se encogió de hombros mientras daba a su dibujo una mirada de sorpresa. “Puede que no lo parezca, pero tuve mucho talento en el jardín de niños. Incluso mi maestra dijo: ‘Ooh, pintas muy bien’ y esas cosas…”

“Bueno”, entonó Kaiko mientras se quitaba las panties, “Yo gano. Así que, según lo prometido, me reconocerás como la única artista de manga para el trabajo de Itsuki”.

“¡E-Espera un segundo! ¡Eso fue sólo una demostración! ¡El verdadero duelo es al mejor de tres!”

“No sabes cuándo rendirte, ¿verdad?” Kaiko suspiró. “Me enfrentaré a ti tantas veces como quieras…pero será lo mismo, ¿no crees?”

“¡C-Claro que no!”

“…Deberías renunciar a esto, Nayu”, Miyako le ordenó a la chica que tenía una mueca en su rostro casi a punto de llorar.

“No me digas eso tú también, Myaa…”

“No soy experta, pero hasta yo puedo notar que ella es muy buena. Si convertirá la historia de Itsuki en un manga, deberías darle más apoyo”.

Nayuta sacudió la cabeza de un lado a otro en desacuerdo. “¡Sé muy bien que ella es muy buena dibujando! Pero no importa lo buena que sea, tomar a una chica desnuda y ponerle panties… ¡No está bien!”

“Eres  muy terca con  eso… ¿Por que estás tan obsesionada con que si alguien está desnudo o no?”

“¡No  se  trata  solo  del  manga!”  fue  su  apasionada respuesta.

“¿No?”

“¡Este es un problema que afecta a todo mi proyecto de vida!”

“Eso parece un poco melodramático”, señaló Miyako. “…Disculpa, ¿qué tiene que ver mi manga con tu vida?” preguntó una desconcertada Kaiko.

Nayuta se limpió una lágrima. “…pues”, dijo como si fuera completamente evidente, “algún día me casaré con Itsuki”.

“Oh”, respondió Kaiko con indiferencia. Miyako se quedó allí, sonriendo para ocultar su molestia, mientras Nayuta resoplaba.

“¡Y en mi casa, por lo general me la paso desnuda! ¡Siempre voy a estar desnuda delante de Itsuki y él se va a excitar tanto que me lo hará hasta estar satisfecho!¡Tendremos sexo, dormiremos, nos despertaremos, tendremos sexo, comeremos, tendremos sexo, veremos la televisión, tendremos sexo, jugaremos, tendremos sexo, leeremos libros, tendremos sexo, nos bañaremos, tendremos sexo, y …y cuando le apetezca, tendremos sexo! ¡Tendremos sexo hasta que no pueda ver bien, y día y noche estaré en puro éxtasis, mi corazón y mi cuerpo se derretirán estando en la cama! ¡Esa es la vida matrimonial cargada de amor que anhelo!”

“¡Ríndete!”

Las mejillas de Miyako y Kaiko estaban muy rojas.

Con obvio dolor, Nayuta rogó. “¡Por eso te ruego, no puedo permitir que despiertes ningún interés sexual en mi futuro marido aparte de la desnudez! ¡¿Cómo planeas compensarme si mi cuerpo desnudo ya no enciende sus pasiones?!”

“¡Pues ponte algo de lencería!” Kaiko gritó enfadada. “¡De cualquier forma, no voy a cambiar mi manga sólo por tu bien! ¡Adiós!”

“¡E-Espera un momento!”

Nayuta se puso frente a Kaiko en su camino a la salida.

“E-Está bien, si vamos a llegar a esto…”

Un momento de vacilación—y entonces Nayuta se quitó la ropa, la falda y las panties y su sostén navegando por los aires, hasta que estuvo completamente desnuda en un abrir y cerrar de ojos.

“¡¿Qué, qué, qué, qué estás haciendo?! ¡Qué indecente!”

Nayuta estaba igual de sonrojada que la frenética Kaiko. “Si  vamos  a  llegar  a  esto”,  gritó,  “¡Haré  lo  que  sea necesario para que reconozcas las maravillas de estar desnuda!” Y entonces abrazó a Kaiko por detrás.

“¡¿Qu-Qué estás…?!”

“¡Quiero demostrarte cómo se sienten los pechos femeninos!”

“Los, los, los míos ya son suficiente demostración, ¡gracias!”

“¿En seeeeeerio?”

“¡¿Hyah?!” Kaiko gritó adorablemente mientras Nayuta  le susurraba al oído.

“…Lo sabía, Mikuniyama. No sabes cómo se siente el pecho de otra chica, ¿verdad? ¿En la vida real?”

“¡…! ¡¿Y, Y eso qué?!”

Kaiko protestó, la verdad revelada. Nayuta puso la sonrisa de un gamer que acababa de descubrir un truco para acabar con un enemigo súper fuerte.

“Eh-je-je… ¿Y tú crees que alguien que manejará el manga de una comedia romántica con un poco de humor sexual puede salirse con la suya sin saber cómo se sienten los pechos de una mujer?”

“Yo, ya te lo dije, tengo un par perfecto para averiguar todo lo que yo misma necesite…”

Nayuta respiró en el oído de Kaiko, ganándose otro

“¡Hyah!” de ella.

“Sabes, aprendí no hace mucho tiempo que tocar tus propios pechos es totalmente diferente a tocar los de otra persona…”

“¡¿Eh…?!”

“¿Oh? ¿No lo sabías? ¿Y crees que así vas a poder dibujar esa escena en las aguas termales en la que Ichika y Yukiko se lavan una a la otra y empiezan a manosearse?

¿Cuando digan: ‘Ooh, ¿te crecieron de nuevo los pechos?’ y todas esas cosas?”

“Yo, yo, ¡las mujeres no hacen eso en la vida real! ¡Es sólo una fantasía, así que puedo usar mi imaginación para dibujarlo!”

“¿Sólo  una  fantasía?  ¿No  es  también  una  fantasía  toparse con tu hermana en la ducha usando nada más que un sostén y unas panties? ¿Es ese el tipo de enfoque indiferente que tomaste cuando dibujaste esa escena?”

“¡N-No! ¡Tengo la imagen perfecta de cómo se sienten las panties de la vida real, y el olor, y el sabor en mi mente! ¡Eso es lo que me permite dibujarlas con tanto detalle!”

“¿…Sabor?” Miyako murmuró, sus ojos medio tapados por la exasperación. Las otros dos no se dieron cuenta.

“Mikuniyama”, dijo Nayuta mientras de repente metió una mano en la ropa de Kaiko.

“¡¿Hyah?! ¡¿Qu-Qué estás…?!”

“Estoy de acuerdo. Creo que la ropa interior que dibujas es increíble. Puedo entender cómo te las arreglaste para hechizar a Itsuki con ellas”.

“Affh… Quita, quita tu mano, por favor…”

“Si tomaras esa habilidad y la dirigieras más hacia la desnudez, eso dejaría tanto a Itsuki como a sus lectores cien por cien satisfechos… pero te niegas. ¿Por qué no puedes dibujar nada más que lencería?”

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Su mano se había abierto camino bajo el sostén de Kaiko.

“Ee… E-Espera un…”

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“…No estoy diciendo que nunca más vuelvas a dibujar un sostén, ¿sabes? Ese tipo de decisiones funcionaría muy bien en escenas en vestuarios, o en los dormitorios, o lo que sea. Y estoy segura que te dejarán dibujar todos los panty y bra flashes que quieras. Pero para la escena del  baño, al menos… ¿No puede ser una escena de desnudos, hmm…?”

Luego, un apretón.

“¡Hyaahn!” salió la voz casi coqueta de Kaiko.

“No me importa cuánta ropa interior dibujes. Pero prométeme que al menos dibujarás también algunos desnudos… vamos…”

Una de las manos de Nayuta estaba amasando el pecho de Kaiko, mientras que la otra arrastraba su falda hacia abajo.

“¿O acaso…no puedes dibujarlos?”

“¡…!”

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La cara de Kaiko se tensó.

“Como nunca has tocado un par de pechos reales, o el trasero real de una mujer… ¿Es por eso que no puedes dibujarlos, hmm?”

“Nh… ¡Agh…!”

Las dulces insinuaciones se estaban comiendo el corazón de Kaiko. Nayuta se equivocó. Kaiko ya había dibujado pechos y traseros antes—incluyendo la muestra de diseños de personajes de Todo sobre mi hermanita, usando las ilustraciones de Hoshiimo como guía.

Pero comparado con las innegablemente excelentes panties y similares, sus dibujos de pechos y traseros no estaban al mismo nivel. Incluso había posado frente a un espejo, ella no podía hacer que sus ilustraciones estuvieran al nivel de ‘quiero tocarlos justo ahora’, como lo hacía con las figuras vestidas.

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