Tokyo Ravens (NL)

Volumen 4

Historia Paralela 3: Escape De Dougenzaka

Parte 3

Eligieron la habitación más barata, pero fue un gasto inesperado. Pero honestamente, a Harutora no le importaba el problema del dinero ahora mismo.

Era la primera vez que entraba en un hotel de amor en su vida, e incluso había entrado con una chica vestida de hombre, la chica con la que había jugado desde que era pequeño.

“……. nos quedamos aquí por ahora, ya que la situación es urgente……..”

“… es verdad, después de todo es una emergencia…”

Como no podía dejar que los dos se lo encontraran de pie frente a un hotel de amor, Harutora y Natsume habían entrado avergonzadamente en la habitación, evitando mirarse el uno al otro.

El interior de la habitación estaba decorado de forma escabrosa, y el baño estaba justo al lado de la entrada. Había una pequeña mesa y un sofá en la habitación, y había una televisión LCD al lado de la pared.

Había también un pequeño refrigerador debajo, y, además, había una cama gigante ocupando el treinta por ciento de la habitación entera………

“Es más normal de lo que imaginaba”. 

Aunque la iluminación de la habitación era oscura, a primera vista se instaló igual que un hotel normal. Además, aunque el tamaño de la cama era grande, era sólo una cama normal. Harutora pensó que este tipo de hoteles todos tenían camas giratorias, y sólo entonces notó que no había espejos en la pared y no podía ver el baño desde dentro de la habitación.

“…… cierto, esto es más normal de lo que imaginaba. La cama no es peculiar, no hay espejos en las paredes, y no se puede ver dentro del baño desde fuera…” 

La comprensión de Natsume acerca de los hoteles de amor parecía casi igual a la de Harutora, y debido a que los dos estaban solos, ella también regresó a su tono de voz normal.

Ella quería que Harutora se sentara en el sofá, pero él eligió sentarse en la esquina de la cama.

“…………” 

“…………” 

“…………” 

“…………”

Los dos abrieron la boca, ambos creyendo que debían decir algo para aliviar la torpeza, pero incapaces de encontrar la oportunidad. Se miraban el uno al otro a hurtadillas, evitando apresuradamente sus miradas cuando cruzaban, fingiendo que no miraban la expresión de la otra persona.

“¡Eso era realmente aterrador ahora mismo, no pensé que nos encontraríamos con ellos!”

Harutora consiguió reunir su valor.

“así es.” 

“¿Podrían esos dos estar siguiéndonos? ¡No me di cuenta en absoluto!”

“yo tampoco”.

“Realmente no tienen nada mejor que hacer. Desde que vinimos aquí, deberíamos esperar a que pare de llover”. 

“De acuerdo……..” 

Harutora mostró una alegría consistente, pero a la inversa resultó en cosas que parecían aún más indefensas. Por otro lado, Natsume también se había aliviado de su ira de antes y parecía extremadamente guapa, rígidamente sentada en el sofá.

El silencio se extendió.

“¿Por qué no vemos la tele?” Harutora tomó el mando a distancia y encendió la televisión.

Una vez encendido el televisor, la pantalla mostraba el color de la piel y el sonido de las voces provenía de los altavoces. Apagó frenéticamente la televisión. Natsume parecía haber mirado la imagen en la pantalla. Su cara era roja y su cuerpo rígido.

“…… Disculpa…” 

“……. Está bien…”

“…………” 

“…………”

La atmósfera de la pequeña habitación se tornó aún más incómoda en medio del silencio, y los dos se sentaron incómodos.

Después de un tiempo pasado, “…….. Lo siento.” Natsume rompió el silencio, pidiendo disculpas en voz baja. Harutora hizo un “¿Eh?” mirando a Natsume. La cabeza de Natsume aún estaba bajada, y murmuró: “……. Lo siento. Me invitaste a salir hoy. No debería haberme enfadado…” 

“A eso te referías. Está bien, ya no me preocupa más”.

“Pero…”

“No necesitas preocuparte, al menos aprendí un poco más sobre Shibuya por eso. Además, puedo ir a comprar ropa cuando quiera.” 

“Pero, finalmente, los dos tuvimos la oportunidad de divertirnos juntos………….” Después de decir esto, Natsume se cayó de espaldas.

“Todavía nos queda mucho tiempo, el domingo no ha terminado.”

“… Harutora-kun.”

“Y si realmente quieres hablar de ello, fue mi desgracia la que te cansó.”

“¡Eso no es verdad!”

“De todos modos, esto cuenta como una especie de lección: que los domingos pueden ser a veces tan malos”. Harutora habló tranquilamente, y sólo entonces Natsume levantó la cabeza. Miró a Harutora, mostrando una tímida sonrisa. “…….. Sí.” 

Su cabello negro, empapado de lluvia, brillaba en la iluminación de la luz de la habitación, sus húmedos flequillos pegados a sus mejillas y haciendo que se viera particularmente encantadora.

Justo entonces, Natsume estornudó, y sólo entonces Harutora se dio cuenta de que los dos habían sido empapados por la lluvia.

“Oh no, una toalla…” 

“Está bien, puedo tomarla yo misma…” 

Los dos se levantaron simultáneamente. Como el espacio en la habitación era tan estrecho, casi se chocaban entre sí a mitad de camino y rápidamente dejaron de moverse. Al final, fue Harutora quien entró en el baño y se llevó la toalla para darle a Natsume.

“gracias…”

Natsume recibió la toalla de las manos de Harutora, esparciéndola sobre su cabeza. Se cubrió la cara, secándose el pelo mojado.

Los dos no se sentaron en sus asientos originales, mirándose cara a cara mientras estaban de pie frente al baño. Entonces, Natsume estornudó suavemente otra vez y Harutora pronunció un “Ah”, murmurando inconscientemente: “Natsume, ¿quieres darte una ducha?”. 

Los movimientos de Natsume se detuvieron instantáneamente.

Sólo después de hablar, Harutora se dio cuenta de que se había equivocado. “¡Yo no tengo ninguna otra intención! ¡Tengo miedo de que te resfries! ¡Será malo si coges un resfriado! Si lo haces…” Habló tartamudeando, desesperadamente defendiéndose. Natsume no respondió, con la cara cubierta por la toalla.

“¡No quiero obligarte a ducharte! ¡Claro que no tenía motivos ocultos! Me preocupaba que cogieras un resfriado”. 

Harutora se arrepintió profundamente, no entendiendo cómo podría haber dicho ese tipo de palabras. El cuerpo de Natsume se movió y sus labios presionaron fuertemente. Lentamente se quitó la toalla de la cabeza. Su cara seguía siendo rosada, pero su expresión era un poco diferente a la de antes. Movió un poco la mirada, no queriendo mirar a Harutora.

“…….. esta bien.”

“¿Eh?”

“Si tú lo dices, iré a ducharme…” 

Su tono mostraba su temblor y sus ojos ya no eran evasivos, mirando fijamente a Harutora. Sus claros ojos miraron hacia arriba, mirando hacia Harutora como si estuviera confirmando.

La mente de Harutora se puso blanca.

“……. Ejem.” 

Los dos amigos de la niñez saltaron repentinamente hacia atrás como si se hubieran quedado conmocionados, distanciándose unos de otros.

“¿Qué… qué…?” La aterrorizada Harutora miró hacia atrás, viendo a una niña pequeña arrodillada en la gran cama.

Llevaba un suikan como una muñeca japonesa de una niña, con lo que parecía ser orejas de zorro saliendo de su hermoso pelo corto y pulcro. Incluso se podía ver una cola con forma de hoja esponjosa detrás de su espalda.

Era el shikigami defensivo de Harutora, Kon.

Normalmente, ella estaba escondiendo su cuerpo, siempre esperando a Harutora a su lado y protegiendo su seguridad. Ella no había salido hoy para crearle problemas durante todo el día, haciendo que Harutora olvidara por completo que estaba con él.

“¿Kon?” 

“……. Sí, soy yo, el leal sirviente de Harutora-sama, Kon.” Kon se arrodilló en la cama, sus ojos cerrados mientras respondía solemnemente.

“¡Bueno, no salgas tan de repente, casi me matas del susto!”

 “Sé que no debí haberlo hecho, pero había un asunto apremiante… También……….” Abrió sus ojos cerrados, estrechándose los ojos, que se asomaron con una mirada aguda. “Harutora- sama, ¿crees que no debería haber hablado?”

” ¿Eh? ¡No, no, bueno…!” 

“¿Habrías preferido recordar que siempre estaré a tu lado más tarde?”

“N, no realmente…….. ¿Pero… Kon? Tu discurso parece un poco diferente de lo normal, ¿no estás tartamudeando cuando hablas?”. 

El ímpetu del shikigami era espantoso. La cara de Harutora se puso rígida y no se atrevió a decir nada casualmente. Natsume junto a él volvió a cubrir su cabeza con la toalla, frotándole el pelo como para enfatizar que no había oído nada.

La cola de Kon se movía con furia. El pequeño shikigami miró fríamente a los dos y volvió a toser.

“Vine a informarles, Harutora-sama, los shikigami del enemigo se acercan, así que por favor estén alerta.” 

◇◇◇ “¿Es esa la verdad? Realmente no me lo creo…”

“También creo que un hotel de amor es un poco…”

“¡Sabremos si es verdad o no cuando los encontremos!” 

“Bien, esta vez conseguiremos pruebas concluyentes, quiero decir, como gerente del dormitorio, ¡no puedo sentarme y ver a los jóvenes cometer errores irreversibles!”

Cuatro paraguas fueron sostenidos en un estrecho callejón. Dos de ellos eran Fujino Mako y Kifu Ako, y los otros dos eran Kurahashi Kyouko y Momoe Tenma.

Kyouko estaba vestida a la moda, su aspecto lindo y dulce, con una belleza que bien podría ser reclutada en una agencia si caminaba por la calle Shibuya. Tenma llevaba gafas y parecía sencillo y poco fiable, pero a primera vista era un chico de buen corazón.

Kyouko y Tenma estaban siguiendo las órdenes de Fujino, enviando simples shikigami cuyas naves habían sido cortadas provisionalmente en forma de pájaros.

“nuestro fin de semana ya estaba medio arruinado, y todavía tenemos que hacer este tipo de cosas.”

 “……. hoy tenemos mala suerte.” 

Kyouko murmuró una queja y Tenma habló en voz baja con una amarga sonrisa.

Los dos eran compañeros de clase de Harutora, y aunque hoy era un fin de semana, primero habían sido llamados a la Academia Onmyouji por su maestro de aula Ohtomo para ayudar, y después de eso, habían sido llevados a este tipo de lugar por Fujino y Kifu, que habían entrado en el edificio de la academia.

Fujino y Kifu habían jalado a media fuerza a la pareja que había estado en la Academia Onmyouji en un taxi, llevándolo a este encantador hotel lleno de amor.

Parecían estar planeando confiar en el poder del shikigami para encontrar a Harutora y Natsume, que habían desaparecido en alguna parte.

Buscaron una buena razón y dijeron que era por su “responsabilidad como gerentes de dormitorios”, pero en realidad eran curiosos. Y ahora que han hecho que los estudiantes les ayuden a investigar indiscriminadamente la privacidad personal, este problema ya no es sólo un abuso de poder.

“……. ya que es tu responsabilidad como gerente del dormitorio, ¿está bien hacer que los estudiantes menores de edad hagan este tipo de cosas?”

 “Está bien, no vives en el dormitorio.”

“Oye, eso es demasiado duro.”

“Además, ¿no estás también muy interesada? Esos dos realmente desaparecieron en alguna parte. Son ‘esos dos’, ¿sabes?”

“Kyouko y Tenma no podían evitar mirarse el uno al otro.