Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 3

Capitulo 22: El Contraataque

Parte 4

Mientras hablaba, miró de reojo su espada corta de respaldo, contenta de ver que nada brotaba de esa. Agarró rápidamente la empuñadura de la espada corta y la sacó.

“¡Queeeeemaa!”

Al haber usado tanta fuerza para sacarla, la espada salió volando. “Técnica secreta, ¡Heat Blade!”

Pauline gritó el nombre de su técnica (léase: hechizo) con una mirada satisfecha.

De hecho, como el cazador había adivinado, se trataba de un hechizo oculto: una técnica de alto nivel mediante la cual se lanzaba un hechizo en secreto sin un encantamiento mientras se hablaba de otra cosa sin notar que se usaba magia.

Claro, esto era difícil de lograr mientras se habla con el oponente de forma casual, por lo que Pauline solo podía hacerlo mientras recitaba mecánicamente las palabras que había preparado con anticipación.

Aun así, era una hazaña impresionante.

Por cierto, el hechizo ‘Heat Blade’ era una referencia al arma utilizada por un golem gigante en una de las historias de cuna de Mile, aunque tenía era malo tener que elegir que calentar: la cuchilla o la empuñadura. Cuando Mile escuchó el nombre que Pauline le dio, pensó, ¿No debería llamar a esto ‘Heat Grip’? 

“¡Maldita sea! Bueno, al menos todavía puedo usar mis puños.”

Mientras hablaba, el cazador intentó lanzar un puñetazo a Pauline, pero en ese momento, cayó de rodillas en el suelo.

“Uh… ¿Huh? ¿Qué? ¿Por qué esto… yo…?” Y así, se desplomó en el suelo.

“Nunca dije que la empuñadura de tu espada era la única cosa a la que había subido la temperatura. Al aumentar lentamente la temperatura de tu cuerpo poco a poco, parece que también te caes a pedazos…”

“¡Gaaaaaah! ¡Agua! ¡Alguien, traiga agua para echársela en la cabeza! ¡Va a palmaaarrr!”

Ante el grito desesperado de Mile, varios de los espectadores cercanos se apresuraron a sacar agua de los depósitos de emergencia frente a la tienda y mojar al hombre. Si lo hubiera pensado, a Mile le habría sido mucho más fácil hacerlo con magia, pero estaba demasiado horrorizada que ni se le ocurrió.

Cuando, después de un corto tiempo, el pensamiento cruzó por su mente, apresuradamente usó un poco de magia refrescante y curativa sobre él.

Sin embargo, no estaba claro si la magia curativa podría restaurar la mente y los recuerdos de uno a la normalidad después de algo tan traumático, por lo que estaba bastante preocupada.

Este cazador solo estaba tratando de cumplir con el deber para el que había sido contratado, después de todo. No era un chico particularmente malo.

En otras palabras, eran ellas, en este caso, quienes serían las villanas ante los ojos de la ley.

“¿Qu-qué?”

Cuando su línea de vida final fue cortada, el presidente cayó en la desesperación. Sin embargo, el destino le sonrió una vez más.

“¡Despejen el camino!”

Se acercaron varios jinetes a caballo y un solo carruaje, con varias docenas de soldados de a pie avanzando a cierta distancia detrás de ellos.

“¡Bwahaha, idiotas! ¡No puedo creer que hayan caído con eso! El señor y sus soldados están aquí. ¡Es el final para ustedes! ¡Será mejor que se preparen!”

Reina, Mavis y Pauline fueron derribadas.

¿Huh? Ellos pensaron. ¿De Verdad? ¿Qué va a pasar ahora? ¿Estaremos bien?

 Mile, mientras tanto, parecía completamente despreocupada.

Todo va según el plan…

“¿Cuál es el significado de esto? ¡Explíquense!”

“… ¿Y tú eres?” Preguntó Mile al hombre que acababa de bajar del carruaje.

Uno de los soldados, bajando de su caballo, respondió en lugar del hombre. “¡Niña insolente! ¡Este hombre es el señor feudal de estas tierras, su excelencia, el Vizconde Boardman!”

El presidente intervino. “¡Su excelencia, estas sinvergüenzas me han acusado y atacado falsamente!”

“¿Qué? ¿Acusaciones falsas, dices?”

Mile, por supuesto, intervino para responder. “¡Ah, sí! ¡Este hombre contrató a ladrones para asesinar al dueño de esta tienda y luego tomó el control usando documentos falsificados! ¡Quien haya aprobado estos documentos obviamente es cómplice también de él, así que nos gustaría verlos juntos y ejecutados! Me pregunto quién por aquí haría algo tan malo. ¡Sus superiores claramente también deben ser investigados!”

Mientras Mile hablaba con voz resonante, todos en la multitud hicieron una mueca. “¡¿Q-qué estás gritando?!” El señor feudal trató de silenciar a Mile en pánico, pero ya había terminado todo lo que se había propuesto decir.

“Sí, le suplicamos, su excelencia— ¡por favor, detengan a estas criminales!” Esta vez, Reina saltó, gritando igual de fuerte.

“¡C-cállate, cállate, cállate! ¡Desgraciadas están causando disturbios públicos en mi ciudad! ¡Ustedes son los que deberían ser arrestadas!” El señor les gritó, conscientes de la multitud a su alrededor.

“¿Oh? ¿No es esto extraño? ¿Cómo podría decidir cuál de nosotras está equivocada sin realizar una investigación adecuada? Es casi como lo que haría un funcionario que aprobaría documentos falsificados, emitiendo un juicio sin una investigación, a pesar de las protestas públicas. Qué peculiar… Un momento– ¿podría ser que…?”

Esta vez fue Pauline, cuyas reflexiones se hacían cada vez más audaces.

“¡¿N-no les dije a todas que se callaran?! ¡Ustedes, arréstenlas de inmediato!”

“No puedo dejar que hagan eso.” De entre la multitud, una mujer dio un paso adelante.

“¡¿Quién eres?!”

“Mi nombre es Theresa. Soy una representante de la rama del gremio de la capital.”

“¡¿Qué asuntos tiene aquí una niña del gremio?!”

“Sí, bueno, ese comerciante es un criminal que ordenó el asesinato de estas jóvenes cazadoras, que son ciudadanas de la capital, así que he venido para seguir ese incidente. Esas chicas son la parte perjudicada y hace tan solo unos minutos, ese

hombre una vez más ordenó que fueran asesinadas por esos hombres que están tirados en el suelo. No puedo permitir que alguien que parece estar confabulado con estos hombres, como usted, su Excelencia, tome la custodia de estas chicas.”

“¿Qu…?”

Theresa ignoró al señor feudal y se volvió hacia el presidente.

“Fuera de las personas atrapadas en el acto y otros criminales buscados, el gremio de cazadores no tiene la autoridad para detener a los que no son miembros del gremio. Sin embargo, ordenaste a tus subordinados que mataran a un grupo de miembros del gremio. Por lo tanto, el gremio reconoce que es un ataque contra el gremio mismo.

Después de esto, se ha considerado oficialmente que, de ahora en adelante, no se aceptarán solicitudes al gremio de su empresa, sus socios comerciales o cualquier otra persona que pueda asociarse con usted.

Este será el caso en cualquier sucursal, en cualquier país. Sin guardaespaldas, sin acompañantes de caravanas y sin pedidos de materiales.

“Además, tu participación en el intento de asesinato de los miembros de nuestro gremio ya ha sido reportada a la guardia de la ciudad en la capital. Lo que has hecho es un delito contra ciudadanos de la capital y por ende, es un delito contra Su Majestad, por lo que, independientemente de tu condición de constituyente de otro señor feudal, la guardia de la capital tiene la autoridad para aprehenderte. Creo que los guardias encargados de ese deber ya han salido de la capital, por lo que deberían llegar muy pronto.”

“Así concluye mi declaración del gremio de cazadores, rama de la capital.”

“¿Qu…?”

El presidente y el señor feudal quedaron atónitos.

El presidente, justo antes, había escuchado de Pauline sobre estos guardias de la capital, pero aún no había pensado en ellos. Simplemente había planeado silenciar a las chicas, elegir un comerciante como chivo expiatorio y afirmar, “¡Falsificó su identidad para tratar de mancillar mi nombre!” Como siempre, esperaría a que los subordinados del señor feudal capturaran al hombre, lo torturaran y luego afirmar que había confesado todo antes de suicidarse. Para el presidente, todo sería tal como había sido en muchas ocasiones…

Además, incluso si los guardias de la capital pudieran reunir las pruebas y los testigos, presumió que no serían capaces de ponerle un dedo encima, al ciudadano de las tierras de otro señor feudal –sin importar si fueran de la jurisdicción del Rey.

No importa si tenían pruebas, testigos o testimonios de delincuentes. El señor feudal podía dar fe de su inocencia, después de todo.

Sin embargo, el gremio era un problema.

El gremio no estaba sujeto a las órdenes de ningún noble, ni siquiera a la Corona.

Además, el gremio elegía si aceptar o no trabajos únicamente a su propia discreción y más allá de eso, el gremio ni siquiera tenía el deber de presentar pruebas de irregularidades para rechazar un servicio enemigo. El gremio simplemente tenía que declarar: ‘Esta persona es nuestro enemigo’ y un cazador nunca volvería a trabajar para ellos. Era así de simple y nadie tenía derecho de protestar.

Además de esto, no solo su tienda se vería afectada por esta prohibición, sino también cualquiera que hiciera negocios con su tienda. Esto significaría el final para él.

Escoltas para sus caravanas. Pedidos de suministros y bienes. Los cazadores se negarían a tener algo que ver con cualquiera que se asocie con él. Para un comerciante, tal herida podría resultar fatal.

Para sus socios comerciales, los medios para evitar tal destino serían simples: Nada más tendrían que cortar todos los lazos con la Compañía Beckett. Y además, ¿quién en su sano juicio posiblemente continuaría haciendo negocios con él después de eso?

Además, no podría enviar carruajes con productos de su tienda, ni pedir nuevos materiales.

Estaba arruinado.

“S-su excelencia,” el presidente desesperadamente suplicó. “¡Debes aprehender a estos demonios y ejecutarlos! ¡No hay forma que una mocosa sea una representante del gremio! ¡Intentan engañarnos!”

Si se encargaban de la chica del gremio, el presidente tendría tiempo de seleccionar un chivo expiatorio para sacar a los soldados de la capital de su camino y evitar el castigo del gremio.

El señor feudal tenía el mismo pensamiento. Era muy peculiar que una tarea tan importante se dejara a unas novatas de quince o dieciséis años. Además, sería un problema permitir que esta conmoción continuara por más tiempo. Tendrían que apresurarse y aprehender a todas, seleccionar a un matón para que cayera y preparar el chivo expiatorio para ser entregado a los guardias de la capital.

Si  no  lo  hicieran,  el  presidente  de  la  Compañía  Beckett  sería  arrestado  y transportado  por  esos  mismos  guardias  y  si  él  comenzara  a  cantar  mientras  lo interrogaban, entonces el señor feudal también sería puesto en una posición difícil.

Hasta la fecha, le había otorgado a la Compañía Beckett una serie de ‘ventajas’, que a su vez vieron una serie de devoluciones en el trayecto. Para ponerlo simple, todo lo que haría falta sería un solo soplido para que se derrumbara todo su castillo de naipes.

Además, este grupo de señoritas eran un conjunto bastante atractivo. Sus cuerpos eran… bueno, todavía les faltaba algo para su gusto, pero crecerían.