Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 3

Capitulo 22: El Contraataque

Parte 3

 

 

La mañana siguiente a las 9:00 AM, justo cuando la Compañía Beckett acaba de abrir su tienda al sonido de la segunda campanada de la mañana, cuatro figuras aparecieron fuera de sus puertas.

Eran cuatro chicas, de entre ellas, la más pequeña, una niña de alrededor de once o doce años, produjo un artículo de aspecto simple.


¡Bwooong! 

De repente, un sonido fuerte e inusual sonó y la gente cercana se detuvo, volviéndose para mirar a las chicas.

¡Bwong-bw-bwooong! 

Después del sonido, la niña gritó: “¡La venganza está cerca! ¡La venganza está cerca! ¡El padre de una niña fue asesinado, su madre y hermano y la tienda que construyó su padre fueron robados! ¡Ahora, su venganza está cerca! ¡Todos los reunidos, por favor tengan cuidado de no interponerse en su camino, ni salgan lastimados por los temibles hechizos que pronto volarán!”

Los cuarenta y siete ronin (menos cuarenta y tres) estaban haciendo su parada en la mansión del señor. No había nieve en el suelo, pero al menos era de madrugada. NdC: Un Ronin es un tipo de Samurái conocido como Wanderer o Rounder, un guardia para que entiendan.

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 Los ojos de los espectadores brillaban.

Este era un mundo de pocas atracciones. Los ciudadanos de esta ciudad casi nunca se topaban con eventos interesantes y mucho menos con los que podrían contarles a otros en las próximas décadas. Además, las estrellas del espectáculo eran un grupo de mujeres jóvenes y encantadoras y su enemigo era un comerciante sin escrúpulos, sumido en la infamia. No había que esforzarse en adivinar qué grupo estaba en lo correcto y cuál estaba en lo incorrecto.

La gente comenzó a reunirse y cuando los comerciantes salieron a ver qué estaba pasando, una multitud considerable había rodeado la sede de la Compañía Beckett.

Mientras tanto, Reina murmuró para sí misma: “¿A qué se refiere con ‘cerca’?”

“¡¿Qué sucede?!”

Quizás habiendo sido informado por sus empleados sobre la conmoción afuera, el presidente de la Compañía Beckett —en otras palabras, el mismo hombre que era el enemigo jurado de Pauline— salió por la puerta con algunos tipos que parecían guardaespaldas a su lado. Lo que vio fue una multitud que rodeaba su tienda y cuatro jóvenes de pie delante de ellos.

“¡P-Pauline!”

De hecho, allí estaba Pauline, sin el tinte y con su cabello castaño restaurado con magia. Se había quitado la venda con su rostro al descubierto.

“¡Has vuelto por tu cuenta! ¡¿Cuál es el significado de todo esto?!” preguntó el presidente, mirando a la multitud.

“Esta es tu audiencia. Todos han venido a dar testimonio mientras eres capturado y llevado ante la justicia…”

“¡¿D-de qué estás hablando?!”

El presidente quedó atónito ante las palabras inesperadas de la usualmente tranquila y apacible Paulina.

“Hace dos años y medio, contrataste a bandidos para matar a mi padre y te hiciste cargo de nuestra tienda usando documentos falsificados. ¡No te dejaré atreverte a decir que lo has olvidado! Además, has cometido otro delito y esta vez, no hay forma de ocultarlo: intentaste matar a ciudadanos de la capital real, que está bajo el control directo de Su Majestad, el Rey. ¡Este es un ataque al propio territorio del Rey —un acto de traición!”

Ante estas acusaciones, comenzaron a surgir gritos de ira entre la muchedumbre.

“¡N-no tengo idea de lo que estás hablando! ¡¿Qué prueba tienes…?!” El presidente entró en pánico al escuchar esas cosas ante tanta gente.

Sin embargo, Pauline continuó fríamente: “¿Pruebas? ¿No te parece peculiar que no hayas visto ninguna señal de los lacayos que contrataste para atacar a mis amigas y que esas mismas amigas están aquí conmigo? Así es, tus cazadores han sido capturados y están siendo interrogados por la guardia del palacio. O, quizás debería decir, estaban siendo interrogados. Ellos ya han confesado todo y ahora mismo, probablemente los guardias de la capital vienen para acá…”

“Qu…”

Al ver su reacción, la multitud supo de una vez: Todo lo que la chica dice es cierto.

 Pauline había vinculado a propósito los crímenes del pasado con los del presente, con la estrecha esperanza de que mientras hubiera testigos de los acontecimientos actuales, los del pasado podrían probarse con la misma facilidad.

Mientras tanto, el presidente finalmente se dio cuenta de que, al quedarse sin palabras, había sellado su propio destino. Sin embargo, ya era demasiado tarde.

El reconocimiento de su culpa había comenzado a extenderse por la multitud. No había más remedio que reprimir esto por la fuerza.

Mientras pudiera eliminar la raíz principal de todo este alboroto, podría lidiar con todos los efectos residuales más tarde, de una forma u otra. Tenía conexiones solo por circunstancias como estas. Había pagado sobornos solo para circunstancias como estas.

“¡Atrapen a las que están difundiendo estos falsos rumores!” Gritó mientras señalaba a sus guardias, retrocediendo.

La señal que había dado era una que había usado muchas veces antes: Matadlos.

Los cinco guardaespaldas asintieron y dieron un paso adelante. Cuatro de ellos sacaron sus espadas, mientras que uno estaba un poco detrás de ellos, blandiendo un bastón.

“¡Oh, así que pretenden matarnos para silenciarnos! ¡El hombre es tan bueno que ha reconocido su pecado! ¡Como han sacado sus espadas para eliminarnos, no tenemos otra opción! ¡Debemos alzarnos para luchar! ¡Actuamos ahora en defensa propia!”

Mientras Mile gritaba esta larga explicación de sus acciones, desenvainó su espada. Las otras tres sacaron sus armas de turno. Reina y Pauline ya habían comenzado a preparar sus hechizos.

Los guardaespaldas renunciaron a cualquier tipo de gritos innecesarios, tales como ‘¡Mueran, infelices!’ O ‘¡Prepárense, bribones!’ En cambio, sin palabras, inmediatamente, lanzaron su ataque.

La charla innecesaria estaba reservada para asesinos de tercera categoría o peores y estos hombres parecían ser combatientes de segunda categoría como mínimo. Reina y Theresa habían escuchado que estos hombres no poseían la certificación del gremio, pero esto no era por falta de habilidad. Debe haber alguna otra razón.

Cuando comenzó la batalla, Reina y Pauline concentraron toda su energía en el mago enemigo.

Ya que desconocían las capacidades de sus enemigos, esta era una medida de precaución estándar. Además, esta era la primera vez que podían aprovechar al máximo su confianza absoluta en Mile y la capacidad de Mavis de protegerlas por completo de los cuatro espadachines del frente.

Después de todo, si la línea frontal de su enemigo ataca mientras mantiene toda su concentración en la retaguardia, seguramente las matarían.

Las dos habían terminado sus hechizos ahora, sus dedos proverbiales en el gatillo, esperando pronunciar las palabras simples y finales que liberarían los ataques. Luego los espadachines se movieron en su dirección.

Cada uno de los cuatro hombres apuntaba a cada una de las chicas. Intentaban eliminar a las chicas indefensas de un solo golpe con su mago de respaldo por si acaso. Claramente, estaban subestimando la rabia, habilidad con la espada, poder mágico de ataque y la velocidad de encantamiento de estas chicas.

Sin embargo, Mavis y Mile fácilmente enfrentaron a dos cada una, deteniendo a los que habían apuntado a las chicas de atrás como sus oponentes.

Se movieron hacia arriba para bloquear los ataques que se acercaban, luego retrocedieron para desarmar a los que se dirigían a la línea de retaguardia, deteniendo a los hombres en su camino. En el más de medio año que habían pasado juntas, habían practicado juntas un poco. Este nivel de movimiento sincronizado no era nada para el grupo.

Al ver esto, el mago enemigo entró en pánico y soltó el gatillo del hechizo que había preparado, dejándolo volar hacia Mavis. Era un carámbano de jabalina.

Mientras luchaban en lugares cerrados, era crucial que seleccionara un hechizo que no afectara a nadie más que a su objetivo. Por lo tanto, un hechizo como este era ideal.

Además, debido a que llevaba su propia energía cinética innata, el carámbano podría atravesar fácilmente cualquier protección mágica que pudiera ser implementada.

Sin embargo, en esta ocasión, fue el peor movimiento.

Incluso si los magos enemigos se mantenían, apuntando a los combatientes de primera línea, en lugar de a los magos, las dejaba completamente libres para atacar.

Si estas fueran cazadores aprendices infantes promedio que enfrentaban a los hombres, esto probablemente no habría sido un problema.

Para un usuario de magia que confiaba en sus habilidades, que tenía mucha experiencia de combate y un especializado trabajo de guardaespaldas, no sería difícil defenderse de los ataques de las usuarias aprendices de magia, incluso después de haber lanzado un hechizo.

Sin embargo, mientras que Reina y Pauline ciertamente eran ‘aprendices’, solo podrían llamarlas así mientras agregan mentalmente ‘fuera de lo común’.

“¡Earth Shield!”

“¡Icicle Javelin!”

Ambos hechizos fueron lanzados, la lanza de hielo que había estado volando hacia Mavis se estrelló contra la pared de tierra que se había levantado repentinamente del suelo y por otro lado otra jabalina de hielo volaba hacia el mago enemigo.

Cuando la lanza —o mejor dicho, el carámbano romo— golpeó al mago enemigo en el estómago y lo tiró al suelo, los cuatro espadachines enemigos estaban rodando por el suelo. La multitud se emocionó con frenesí, mientras que el presidente se puso muy pálido.

Justo cuando Pauline se movió para tratar de interrogar al hombre nuevamente, una voz vino de detrás de ella.

“Bueno, bueno, ¿de qué se trata toda esta conmoción?”

Las chicas se volvieron para ver a un cazador, que parecía tener unos treinta y algo, de pie. A juzgar por la espada envainada en su cintura, era un luchador del frente.

Tenía una pinta astuta que daba la impresión de que habría sido bastante popular entre las mujeres en su época, pero tenía un comportamiento tranquilo y parecía haber envejecido gallardamente. El poco bello que permanecía sin afeitar de sus mejillas le daban una apariencia rugosa y agradable.

Era un cazador veterano, uno que había trabajado desde abajo. Esto era algo que rara vez se veía.

Al ver a este hombre, la esperanza de salvación apareció en los ojos del presidente.

Esta mirada dijo todo a Mile.

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Apuesto que dirá algo como, ‘¡Maestro, ayúdame por favor!’ 

“¡Maestro, ayúdame por favor!”

Sep, lo dijo. 

“Parece que son cazadoras, pero ¿Qué que sucede aquí?” preguntó el hombre llamado maestro. No parecía que tuviera intención de obedecer las órdenes de su empleador sin saber las circunstancias de tal situación.

E interesantemente, no preguntó a su empleador. ¿No confiaba en él? O ¿Pensaba que sería más fácil preguntar a sus oponentes?

“Estamos aprehendiendo a un criminal.”

“Un criminal ¿dices?”

“Así es, este hombre contrató unos bandidos para asesinar al padre de esta chica, luego robar su negocio falsificando documentos. Además, contrató ilegalmente a un grupo de cazadores para matarnos –siendo ciudadanas de la capital real– lo que es un acto de traición.”

Escuchando esto, el hombre se volvió hacia el presidente —que temblaba insensatamente y preguntó, “¿Es eso cierto?”

“¡Es-está mintiendo! ¡Todo es una calumnia!”

“Bueno, dentro de unos pocos días un carruaje de la guardia debería llegar de la capital, así que pronto lo verás. ¿Te gustaría esperar hasta entonces?” preguntó Reina al cazador, ignorando casualmente las objeciones desesperadas del presidente.

“A diferencia de esos matones que se retuercen por allí, me contrataron oficialmente a través del gremio. Por lo tanto, si fueran todas funcionarios del gobierno o soldados–o si estuvieran bajo las órdenes de un empleador o la Corona, no haría nada. Pero como ese no parece ser el caso, no tengo más remedio que seguir cuidando al hombre que me ha contratado. Todas ustedes son cazadores, así que lo entienden, ¿no es así?”

“Supongo que no se puede evitar. Sin embargo, dado que somos cuatro contra uno, ¿te gustaría aprovechar esta oportunidad para rendirte?”

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“No puedo hacer eso. Soy un cazador de rango B. Si me rindiera a un grupo de cuatro novatas, mi reputación se arruinaría y no puedo permitir eso. En cualquier caso, no puedo verme exactamente perdiendo.”

“Ya veo… Vale, entonces, hagamos esto.” Reina suspiró, moviéndose para blandir su bastón.

Justo en ese momento, Mile intervino a su lado, “¡Reina! ¡Esto es una verdadera pelea!”

“¿¿¿Huh???”

Las otras tres, como siempre, quedaron atónitas ante las extrañas palabras de Mile.

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“¡Esta no es una historia! ¡No importa cuánto peleemos en nombre de la justicia, intimidar a un debilucho frente a todas estas personas no se sentiría bien! ¡Además, no sería divertido para nuestros espectadores verlo!”


Al ver cómo los otros tres asintieron en silencio, la multitud comprendió de repente. “Vaya. Bueno entonces…”

“¡Alto! ¡Para para paaaaaara ahí! ¡¿Qué diablos significa ‘pelear en nombre de la justicia’ e ‘intimidar a un debilucho’?! ¿Qué significa eso? ¿Piensas que soy el del problema? ¿estás diciendo que soy débil?”

“¿Huh? ¿No eres débil?” preguntó Mile muy perpleja.

El cazador gritó, “¡¡¡Claro que no!!! Ya te lo dije, ¿no? ¡Tomé este trabajo de guardaespaldas oficialmente a través del gremio! Si todas estuvieran trabajando oficialmente, a través de los canales apropiados, simplemente me callaría y lo entregaría. Sin embargo, todo lo que sé es que son un grupo de asaltantes actuando de forma independiente. ¡Entonces, tengo que hacer el trabajo para el que se me contrató y defenderlo! Además, todos mis compañeros están en otras ciudades por negocios. Tomé este trabajo de forma independiente solo para pasar el rato, pero en realidad soy el líder de un grupo de rango B. ¡Mi rango individual está cerca de un rango A! ¿Lo entiendes? ¡No estoy mintiendo y por supuesto, no soy un debilucho!”

“No, por la forma en que insistes te hacer ver más debilucho…” dijo Mile de forma sospechosa.

“¡¡¡Que noooooo!!!” gritó el cazador de rango B, con la cara roja. “Vale, parece que la multitud se está emocionando, así que…” “¡Lo hiciste a propósito!”

“Tú oponente será Mile ahora, la guapa caballero mágica promedio…”

“¿En dónde?”

“¿Huh?” Mile, con la intención de ignorar las quejas del cazador y continuar con su rollo, dejó escapar un pequeño sonido de confusión.

“Estoy preguntando, ¿dónde está esta esa ‘guapa’ con la que se supone que lucharé?”

El cazador miró a su alrededor dramáticamente, con una leve sonrisa en su rostro.

Eres un idiota…

 Mile suspiró. Fue su propia culpa por joder demasiado y dejar que saliera ese comentario de ‘guapa’. Sin embargo, había muchas personas en este mundo que se referían a sí mismas como algo así como ‘hermosa caballero’ o la ‘brillante belleza mágica’… ¿verdad? Incluso cuando se trataba de algo como el ‘Incidente de belleza asesina sin cabeza’, todavía se deduce que ella era una belleza, independientemente del hecho de que no tenía cabeza, ¿verdad? Ese era el tipo de cosas a las que se refería Mile.

¡Era el tipo de declaración que todos hacen! ¡No se puede nada más saltar directamente a la batalla! ¡¿Es su venganza por burlarme de él?! 

Al pensarlo, Mile apretaba los dientes internamente.

Ella aprovecharía esta rabia y… “Lo haré.”

“¿¿¿Huh???”

“Esta debería ser mi pelea,” dijo Pauline, dando un paso adelante, mientras las otras parecían perplejas.

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“¿Pauline…?”

“Está bien. A pesar de mi apariencia, yo igual soy una miembro de Pacto Carm–”

“¡¡¡EH-HEH-HEH-HEM!!!”

Mile, Reina y Mavis dejaron escapar un sonido bastante forzado, interrumpiendo las palabras de Pauline.

De hecho, ya habían decidido con anticipación que este trabajo no lo realizaba ‘Pacto Carmesí’, sino más bien ‘Pauline y sus encantadoras compañeras’. No querían un rumor donde Pacto Carmesí haya estado involucrado en una operación que residía en un área tan irregular. Este no era un trabajo real, sino más bien una actividad individual de un miembro.

Pauline recordó esto rápido y trató de cambiar sus palabras para cubrir su error. “…Yo también tengo sed de sangre, como miembro de la Orden de la Sangre Carmesí…”

Las otras tres quedaron atónitas ante la sobre corrección.

La multitud retrocedió.

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“¿Q-qué tipo de grupo son?”


El otro cazador también se sorprendió.

“Hoy no tiene nada que ver con nuestro grupo. No estamos aquí juntas como miembros del grupo, vinieron aquí por su propia voluntad para ayudarme en una batalla personal. ¡Son mis amigas… no, son mis mejores amigas!”

Las  otras  chicas  se  dieron  cuenta  de  algo:  las  palabras  de  Pauline  fueron repentinamente mucho más simples que su forma habitual de hablar. Alguien que nunca la haya conocido antes apenas lo notaría, pero para sus amigas, que la habían conocido por tanto tiempo, estaba claro. Además, entendieron lo que esto significaba.

“Me llamo Pauline. He arriesgado todo para vengarme del enemigo de mi padre. Y como agradecimiento a las amigas que se han jugado sus vidas y futuro por mi venganza personal…”

Pauline no estaba hablando con su oponente. Estaba recitando palabras que había ensayado de antemano. Mientras hablaba, su mente estaba enfocada en una tarea diferente.

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“¡Ve!”

Cuando Pauline levantó su bastón, el cazador intentó sacar su espada. “¡¡¡Owwwwwwwww!!!”

El cazador gritó, quitando su mano de la espada. Su palma goteaba, roja sangre. Cuando miró la espada aún envainada, vio que la empuñadura estaba repentinamente cubierta de espinas.

“¿Q-qué…?” Se tambaleó por un momento, pero cualquiera que realmente pudiera ser sorprendido por algo tan simple nunca podría ser llamado un cazador de rango B.

“¡Mierda! ¡¿Eres una hechicera oscura?! ¡¿Y usaste un hechizo de alto nivel recitándolo en tu cabeza, mientras hablas de forma casual?!”

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