Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 2

Capitulo 19: Recompensa y Camino a Casa

Se suponía que pasarían el día por su cuenta, pero por todo lo sucedido, fueron invitados a la casa del señor feudal local esa noche.

El Voto Carmesí planeaba detenerse en el gremio a primera hora por la mañana para recoger su paga, luego irían de turista. Habían venido acá, así que valía la pena ver qué tipo de ciudad era y deseaban comprar recuerdos para la pequeña Lenny.

“Uh, así que talvez les gustaría ir a conocer-”

“¡¡Tú quédate fuera de esto!!”

Lobos Llameantes apenas estaban invitando a Mile y las chicas antes que Vera y Jeanie los rechazaran.

“¡Muy bien, vayámonos!”

“B-bien…”

La primera parada del día en el gremio, así que Lobos Llameantes vinieron con ellas.

“Todos lo hicieron muy bien. Acá está su paga del gremio. No era parte del encargo, así que no es mucho, pero hay una tarifa permanente de tres monedas de oro por cabeza para el exterminio de bandidos y una comisión de siete monedas de oro pequeñas para cualquiera que pueda ser vendido como mano de obra. Sus siete bandidos hacen setenta monedas de oro en total. El hecho de que los otros cuarenta y seis no fueran bandidos solo se determinará después, por lo que para nuestros propósitos son igual de buenos. Todavía obtienen los tres de oros estándar por cada uno –no hay recompensa por venderlos —pero había cuarenta y seis así que… eso era 138 monedas de oro de todos modos. Lo que hace 208 en total. Realmente, es muy poco por lo que hicieron, pero es lo que los comerciantes de esta ciudad pueden pagar, así que espero que lo acepten. Creo que nuestro señor también tendrá un poco más para ustedes, lo que les irá bastante bien…”

Cuando llegaron al gremio, fueros guiados hasta la habitación de reuniones en el segundo piso donde el maestro del gremio se encontraba para entregar las 208 piezas de oro. Eso un poco más de diecisiete por cada uno, en dinero japonés, sería más de 1.7 millones de Yen.

El trabajo originalmente tenía 24 monedas de oro pequeñas o 240,000 yen. Ahora, las ganancias de las cuatro del Pacto Carmesí eran de un total de setenta, o una fortuna de 7 millones de Yen.

Todos asintieron ansiosamente.

“Todas tomen una pieza de oro. Mile guarda el resto de inmediato.”

Reina no se sentía confortable yendo con tal suma de dinero y le indicó a Mile que depositara el dinero en su almacenamiento. Dejando a un lado las preocupaciones de seguridad, ese oro era pesado.

Mile siempre estuvo a cargo del dinero de Pacto Carmesí.

Todos sus ingresos y gastos se retiraban de sus fondos compartidos, que también se utilizaban para necesidades tales como tarifas de alojamiento, reparaciones y reemplazo de equipos para la línea frontal.

Si un grupo no funcionara de esta manera, por ejemplo, asignando dinero a la persona que derribó a un bandido, los de apoyo y magos de la retaguardia comenzarían a buscar una carrera diferente.

Pedir a los combatientes del frente, cuyo equipo se desgasta más rápidamente, asumir la responsabilidad individual de sus gastos de equipo sería igualmente injusto. Por lo tanto, aparte de los fondos aleatorios que puedan ganar en su tiempo libre, todo el grupo sacaba de la misma billetera.

Todas tenían una tarifa base para cubrir compras individuales y cada vez que traían pequeñas sumas de dinero las dividían entre ellas mismas.

En algunos grupos, puede haber una diferencia en los salarios según el rango y la ocupación, pero como el Pacto Carmesí era igual en ese sentido, no había necesidad de una división. Tampoco se les ocurrió a ninguna cambiar la tasa de pago en función de la profesión o la fuerza.

Incluso la comisión de Mile por transportar los bienes de los mercaderes fue destinado a la billetera del grupo, ya que se ganó durante una misión del grupo.

Aunque Mile estaba a cargo de guardar el dinero en su almacenamiento, naturalmente era Pauline quien dirigía el gasto. Todas las noches, Pauline hacía que Mile produjera el dinero para poder contar el contenido de su enorme bolso con una sonrisa maníaca en su rostro…

“¡Tomemos una pieza de oro cada una! ¡Divirtámonos a lo grande hoy!” gritó Reina. “¡¡¡Siiii!!!” las otras tres respondieron alegremente.

Dicho eso, ninguna de ellas planeaba visitar cualquier sitio sombrío.

Al contrario, comerían deliciosa comida y comprar recuerdos. Y ya que no tenían que preocuparse sobre llevar su carga, todas eran libres de comprar lo que sea que quisieran.

“¡Muy bien! ¡A por todas!”

***

“No hemos gastado ni una décima del dinero…” Reina parecía exhausta.

A diferencia de Mavis, todas las chicas habían salido de la pobreza y tenían la mentalidad de estar al margen. Simplemente no había manera de soportar gastar dinero como el agua.

Habían intentado comer algunas cosas caras, pero sus pequeños estómagos no podían contener tanto y no estaban interesadas en las delicias locales.

Cuando se trataba de ropa, equipo y alimentos, tanto la calidad como la variedad serían mayores en la capital, por lo que no tenía sentido comprar nada de eso aquí. Además, mientras tuvieran a Mile para el transporte, su habitación en la posada era lo suficientemente pequeña como para que no se permitieran artículos grandes o voluminosos.

Al final, Mile terminó comprando solo  productos secos, pescado ahumado y otros mariscos que eran la especialidad de esta ciudad.

“Supongo que deberíamos irnos…”

El sol ya comenzaba a descender y se acercaba el momento de ir a la mansión del señor feudal.

En su camino de regreso a la posada para encontrarse con los demás, Mile hizo una sugerencia.

“Um, cuando hablemos del trabajo, ¿por qué no decimos que Aliento de Dragón y Lobos Llameantes hicieron la mayor parte del trabajo y en su mayoría solo proporcionamos respaldo.”

“¿¿¿Huh???”

Reina, Mavis y Pauline estaban desconcertadas.

“¡¿Por qué haríamos eso?! ¡Tenemos que promover nuestro nombre así podremos apuntar para ser rango B!”

“Como noble, si alcanzo un rango A a una edad lo suficientemente joven, ¡existe la posibilidad de que pueda convertirme en una caballero!”

“Bueno, a mí no me importa de ninguna manera.”

Aunque Pauline  era  indiferente,  Reina y Mavis no  estaban  dispuestas  a  aceptar  la sugerencia de Mile.

“Um, la cuestión es que creo que es posible que surjan muchos acontecimientos problemáticos de este incidente. El palacio, el Imperio de Albarn, otros países, nobles, política… No creo que nos envíen a una guerra en el corto plazo, pero no está fuera de discusión. De todos modos, si la gente sabe de los muy pronto famosos ‘doce guardias que derrotaron a cuarenta y seis soldados’ cuatro todavía son niñas, podríamos ser interrogados o atraídos a cosas en las que no queremos involucrarnos. Podría ser un gran problema.”

“Además, apenas nos volvimos cazadoras de rango C, así que subir a rango B está en un lejano futuro, incluso si lo hacemos extremadamente bien como novatas…”

Mientras Mile explicaba, Reina y Mavis pensaban.

“Hmmm, supongo que podrías tener razón. Si tenemos una reputación más allá de nuestras habilidades reales, probablemente fracasemos. Y aún deberíamos centrarnos en pulir nuestras habilidades,” dijo Mavis.

“Er, bueno, supongo que es cierto…” aceptó Reina a la ligera.

Después de eso, explicaron el plan a los otros. Aliento de Dragón aceptó y de alguna manera u otra, Lobos Llameantes parecía entenderlo también.

Aliento de Dragón ya estaba cerca del rango B, por lo que la atención pública no sería un problema para ellos y eran lo suficientemente fuertes como para rechazar a cualquiera que los molestara al respecto.

Así, los tres grupos decidieron presentar su registro oficial con Aliento de Dragón en el centro de atención, asumiendo la mayor parte de la acción junto con Lobos Llameantes, mientras que Pacto Carmesí actuó como apoyo y protegió a los mercaderes.

Como los mercaderes y los conductores habían estado escondidos en los carruajes durante la batalla, no habían visto lo sucedido y no había peligro de que contradijeran accidentalmente la historia de los cazadores.

Los Lobos Llameantes estaban un poco avergonzados de tomar crédito por los logros de las chicas, pero necesitaban desesperadamente un aumento de reputación si querían reponer los números de su grupo. Sonrieron al pensar en todos los cazadores que vendrían corriendo a unirse a ellos.

“¿No sabes qué les sucede a los grupos que se anuncian a sí mismos como más grandes de lo que son? ¿No entiendes por qué estas chicas eligen ocultar su poder? Van a morir,” dijo Bart.

Los hombros de Lobos Llameantes se desplomaron.

“Sus intenciones no son malas, así que lo permitiré. Entiendo la necesidad de atraer más reclutas. Así que, por ahora, les haremos saber a todos que hicieron lo mejor que pudieron y que realmente brillaron en esta misión. Solo asegúrense de decirle a la gente la verdad sobre sus habilidades cuando las estés entrevistando. Mentir traerá un desastre a ustedes.”

“Sí, señor…”

Incluso los de Lobos Llameantes eran muy conscientes de que sin el poder impío de Aliento de Dragón y Pacto Carmesí, habrían sido aniquilados. Al ver que realmente entendían su necedad, Bart se sintió aliviado.

El Feudal se llamaba Conde Amroth, igual que el pueblo.

“¡Felicitaciones por un trabajo bien hecho! ¡Con el comercio entre nuestro territorio y la capital bloqueado, nuestras finanzas estaban disminuyendo, así que les agradecemos por sus esfuerzos!”

Su subordinado, el soldado con el nombre de Connelly, había dicho que el señor normalmente era un poco avaro, pero él parecía tener un carácter honesto cuando los nobles daban —un agradecimiento adecuado incluso a estos humildes cazadores.

En lugar de mirarlos desde un estrado, los recibió en una mesa grande, cargada de comida y bebida. Para tranquilizar a los cazadores, la comida se apilaba en platos grandes al estilo de los plebeyos.

Parecía que su invitación no era solo por el bien de las apariencias, sino que realmente les estaba dando una cálida bienvenida.

“Veo que hay niñas entre ustedes y aun así derrotaron a cuarenta y seis hombres sin rasguños. Eso no es poca cosa. ¿Qué opinan? ¿Les interesa quedarse en este pueblo?¡Podemos prometerles nuestra hospitalidad!”

Para un cazador de rango C a medio camino, esta podría ser una oferta muy atractiva. Podrían pasar sus días con comodidad y una vez que sus cuerpos comenzaran a debilitarse, podrían retirarse y vivir de sus ahorros.

Casarse. Abrir una pequeña tienda. Sin embargo, para un grupo que estaba cerca del rango B, un grupo de hombres jóvenes ardiendo con el deseo de dar a conocer su nombre y reclutar algunas chicas atractivas y por supuesto, para Pacto Carmesí, esta no era una perspectiva especialmente atractiva.

En la capital, había más empleos, así como una mayor variedad. Había más mercaderes, caravanas que viajaban en todas las direcciones y muchas solicitudes de recolección de material.

Además, había trabajos nacionales con altos grados de dificultad y solicitudes de otras regiones cuyos gremios no podían manejar como un solo trabajo.

En otras palabras, había más peligro, pero también más oportunidades –además, la paga era buena y ganarían muchos puntos para la promoción.

El señor feudal ciertamente era consciente de esto. Su oferta era simplemente una cortesía, una que esperaba que los cazadores rechazaran.

Después de eso, era hora de hablar de dinero. Al enterarse de que recibirían 300 monedas de oro en total, todos —especialmente Lobos Llameantes— rebosaron como verdaderas ‘jarras de la emoción’. (Una expresión de este mundo, que sugiere que estabas tan emocionado que parecías expresar toda tu alegría).

Esta recompensa consistía en 100 de oro por cada grupo y la emoción de los cazadores aumentó con este incremento en sus acciones individuales. Incluso si reemplazaran todo su equipo, tendrían más que suficiente para vivir cómodamente. Para aquellos que habían comenzado en la pobreza, era como un sueño.

Por supuesto, si cada uno de esos cuarenta y seis soldados hubieran sido simples bandidos, los cazadores no serían tratados con tan espléndida fiesta.

Sin embargo, no solo habían detenido el plan de un país extranjero mientras mantenían un número bajo de bajas, sino que también habían llegado a tomar prisioneros de guerra. Estos logros eran extremadamente valiosos.

Incluso si los soldados realmente hubieran sido bandidos, al capturarlos y venderlos a todos para trabajos forzados, las ganancias de los cazadores tampoco serían nada para burlarse. Funcionaba de cualquier manera y deberían estar agradecidos por la consideración del señor feudal.

Después, el señor feudal les contó cómo había ido a hablar con los prisioneros la noche anterior y escrito una carta con sus hallazgos a Su Majestad el rey que había sido enviada esta mañana. Ente esas palabras, todos los presentes dieron un suspiro de alivio ya que el señor feudal no era un traidor.

Luego explicó cómo le encantaban aquellos que persuadieron a los prisioneros a cooperar para hablar directamente con las tropas de la capital, por lo que los prisioneros sabían que se cumplirían sus acuerdos anteriores. Finalmente, habló con los empleadores de los cazadores, los mercantes.

Después de regresar a la posada y conferir con los mercantes, se enteraron de que solo el Pacto Carmesí y Lobos Llameantes serían los escoltas para el viaje de regreso a casa, mientras que Aliento de Dragón permanecería en Amroth para ayudar con los prisioneros.

Basado en los mensajes que Fargus había enviado, probablemente habría algo de acción del palacio. Esperaban que las cosas se desarrollaran al menos un día antes del horario propuesto por el señor feudal. No importa cuán confiable pareciera, nunca se podía estar realmente seguro y habían elegido no informar al señor feudal de las cartas que habían enviado de antemano.

“Diremos que solicitamos esto a Aliento de Dragón y enviaremos nuestra confirmación de finalización del trabajo al gremio, grado A,” dijo el comerciante principal.

Bart asintió ligeramente. “Gracias. Te debemos una.”

En realidad, nadie podría afirmar que un resultado tan fructífero fue realmente una infracción de contrato.

La reunión formal del grupo mercante se disolvió, pero el Pacto Carmesí y Lobos Llameantes permanecieron donde estaban. Necesitaban discutir sus planes para mañana, actuando como guardias en el camino a casa.

“¿Están todas bien conmigo sirviendo como el líder para el viaje de regreso?” Preguntó Brett, jefe de Lobos Llameantes. “Sé que su grupo tiene más personas, pero nuestro grupo tiene un poco más de experiencia como cazadores de rango C. Además, tenemos más luchadores de la línea frontal que necesitarán instrucciones rápidas. Soy muy consciente de cuán habilidosas son todas, por lo que no tienen que preocuparse de que las subestime.”

El Pacto Carmesí asintió en acuerdo.

“Gracias. Vale ahora, permítanme plantear la estrategia. Ya que Mile puede usar magia de localización, viajará en el carruaje del frente. La pequeña Reina es buena con magia de combate, por lo que viajará en la retaguardia y se encargará de los enemigos que decidan perseguirnos. La señorita Mavis y la señorita Pauline viajarán en el tercer carruaje, para que puedan dar apoyo fácilmente a cualquier extremo de la caravana. Nuestro grupo se dividirá —uno para cada carruaje también— como guardia avanzada y escolta para los usuarios de magia. Esto será un esfuerzo combinado y debería servir como una buena práctica para mezclarnos con otros grupos y aprender las formas de otras personas. ¿Hay alguna pregunta u objeción?”

“No tengo ningún problema con este plan, pero ¿Puedo hacer una pregunta?”

“Claro. ¿Qué pasa?”

Reina miró ferozmente a Brett.

“¡Mile es una cosa, pero ¿por qué me llamas ‘Pequeña’?! ¡Llamaste a Pauline ‘señorita’, y como su senpai me pregunto qué, exactamente, me hace tan ‘pequeña’!”

“Er…”

Lobos Llameantes se congeló.

“Um… pensamos que tenías once o doce…” Esta era la primera vez que las edades de las chicas habían surgido y se quedaron completamente sorprendidos.

“Ahora bien, hagamos nuestro mejor esfuerzo mañana,” dijo Brett varios minutos después, tratando de finalizar la reunión. Suavemente acarició las brasas de su cabello chamuscado, intentando extinguirlas.

***

“Mile, ¿cómo conociste a las otras tres de tu grupo?”

“Ah, bueno, todas éramos compañeras de clase en Hunter’s Prep School —compañeras de cuarto de hecho. Y…”

Chuck se sentó al lado del conductor del carruaje y Mile subió a la carpa, con las piernas colgando.

La cabina era un poco estrecha para que los tres se sentaran en fila, por lo que Mile, que era lo suficientemente liviana como para sentarse en la lona sin deformar el techo, se colocó en la parte de arriba. No estaban tratando de ser atacados en el camino a casa, por lo que era mejor tener a sus guardias visibles en lugar de esconderlos como antes.

Chuck no volvió la cabeza mientras hablaban.

Dada su posición y la diferencia de altura y el hecho de que Mile llevaba una falda, si miraba hacia atrás, seguramente vería algo que no debería de ver.

Mile, tan inocente como siempre, no parecía preocupada.

La única vez que Chuck intentó volverse en su dirección, recibió un codazo agudo del anciano tambaleante sentado a su lado.

El conductor hizo una mueca aterradora, completamente diferente a la sonrisa insípida que había usado hasta entonces y susurró en voz baja para que Mile no pudiera escucharlo, con una voz que cortaba como un cuchillo.

“Te mataré, sinvergüenza”.

Después de eso, Chuck fue un absoluto caballero.

Chuck también tenía órdenes estrictas de llevarse bien con las chicas hasta que llegaran a la capital, así Lobos Llameantes pudieran intentar nuevamente invitarlas a su grupo. Por lo que habló con Mile sobre varias cosas.

Sin que Brett lo pidiera, Mile ya había salvado a Chuck del ataque del soldado y curado por completo su brazo izquierdo –y eso era además del hecho de que ella era honesta, alegre y linda. Además, tanto su magia como su habilidad con la espada igualaban a la de un cazador de rango B. Ciertamente la quería en su grupo y no le importaría forjar una conexión aún más fuerte, si fuera tan afortunado. En solo dos o tres años tendría veinte años y ella probablemente tendría la edad suficiente para casarse. Si él se tomaba su tiempo y se acercaba a ella antes de eso…

Completamente inconsciente de sus intenciones, Mile habló felizmente con Chuck – alimentando inadvertidamente sus expectativas con su agradable comportamiento. Si esa anciana no hubiera estado en el carruaje desde hace ratos, le habría dicho a Mile una vez más:

“He, he, he. Realmente es una chica malvada, señorita Miley…”

También se desarrollaba una escena similar en el tercer y sexto carruaje. Brett había renunciado rápidamente a Pauline, quien estaba escribiendo furiosamente algo en su diario e ignorándolo por completo. Sin embargo, intentó conectarse con Mavis como un compañero espadachín.

Mientras tanto, Daryl, se había dado cuenta de que adular la apariencia y habilidades mágicas de Reina le darían más que respuestas ásperas, mientras que las historias sobre los fracasos pasados de Lobos Llameantes, las lecciones que aprendieron en el trabajo y los pequeños trucos para cazar monstruos le llamaban la atención en cada momento. Su conversación iba a la perfección, al menos en términos de su ego.

De hecho, para Pacto Carmesí, hablar con cazadores que eran jóvenes, pero un poco mayores que ellas resultaba bastante beneficioso. Mile les preparó una cena de carne de orco en agradecimiento.

Lástima que siempre sea orco… de vez en cuando sería bueno tener algo con un poco menos de grasa, algo un poco más saludable. Supongo que no puedes comer goblin, pero ¿qué hay de los ogros? Son menos grasos que los orcos y estoy seguro de que están llenos de nutrición.

 ¡La carne de ogro es buena para tu salud… y podrías llamarla ‘comida de ogro-nic’! 

Al darse cuenta de que no había una sola persona en este mundo que entendiera el juego de palabras, Mile bajó la cabeza decepcionada.

***

Después de cenar esa noche…

“¡Es hora del cuento japonés de esta noche!”

Al mencionar la maravillosa serie de historias de hadas de Mile, los ojos del Pacto Carmesí brillaron con anticipación. Lobos Llameantes parecían confundidos. Totalmente despreocupada, Mile comenzó su historia.

“El cuento de esta noche es una historia de tres damas caballeros mitad humanos, ‘Las Tres Chicas Bestias’.

Así comenzó la historia de Mile.

“Al salir del pueblo, la zorra soltera Aramis se encontró con D’arta-nyan, la empalagosa chica gato…”

¡Pfft!

 Algunas personas escupieron sus bebidas, pero Mile continuó.

“D’arta-nyan preguntó a Aramis, ‘¡¿Qué edad tienes, señorinya?!’  Y Aramis respondió vergonzosamente, ‘Tres veces diez y cuatro años…’

Mientras escuchaban, los ojos de Lobos Llameantes se abrían de par en par.

La historia de esta noche había perdido casi todos los rasgos del trabajo original y aunque tenía la etiqueta ‘cuentos japoneses’, no tenía nada que ver con Japón…