Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 1

Capítulo 3: Chicas de Universidad y sus Diferentes Clasificaciones

Abandonar la universidad a la mitad de su primer año no le dio a Itsuki Hashima el tiempo para hacer muchos amigos. Solo le quedaba una conocida de esa época que se molestó en mantener.

Esa era Miyako Shirakawa, de veinte años y estudiante de segundo año. Tenía la misma edad que Itsuki y estaba en el mismo departamento de la universidad que él, haciéndolos esto algo así como ex compañeros de clase.

Ella tenía un aire de elegancia, la clásica estudiante universitaria de la gran ciudad, y tenía una apariencia que podrías catalogarla como ‘linda’.

Su cabello castaño claro ondulaba ligeramente—siendo natural, sin tintes ni permanentes. Su aspecto llamativo la hizo popular en toda la escuela primaria, pero todavía hasta este punto no había disfrutado de un novio.

Ellos dos habían hablado por primera vez un mes después de que su primer semestre hubiera comenzado. Este era el momento en que la mayoría de los estudiantes de primer año aprovechaban al máximo su nueva recién descubierta libertad—uniéndose a clubes, yendo a fiestas, consiguiendo trabajos de medio tiempo, haciendo nuevos amigos y forjando relaciones amorosas. Pero Itsuki era el chico del departamento que siempre estaba solo.

Cuando no se encontraba a mitad de clase, él se encontraba en la última fila, mirando atentamente la pantalla de su computadora portátil mientras escribía, sonriendo de vez en cuando para sí mismo o retorciendo su cara en dolor.

Lo dejaba a un lado durante la clase, pero sus notas escritas obviamente no tenían mucho que ver con el tema de la clase, ya que las emociones en su rostro eran como

un torbellino—sonrisas, concentración intensa, y de vez en cuando un rostro patético. Y cuando la clase terminaba, regresaba directo a casa.

Sus ’amigos’ se burlaban de él llamándolo de varias formas groseras—raro, emo, sin amigos—pero Miyako tenía una impresión de él diferente.

Ella sentía que él tenía algo realmente importante que lo llevaba hacia adelante, algo mucho más vital que las clases o jugar con amigos o enamorarse. Algo más concreto. Algo que Miyako y sus amigos—más o menos a la deriva en la universidad, dejando que el tiempo fluyera esperando el fin del semestre —no tenían.

Después de un tiempo, Miyako finalmente decidió preguntarle a este sujeto, a Itsuki Hashima, qué era lo que hacía todo el día en su computadora. “¿Bwuhh?”, él respondió. “Yo—Yo no… ¿A qué te refieres?”

“Vamos—No se lo diré a nadie”, dijo ella en respuesta a este obvio comportamiento sospechoso. Ella sabía que fue algo forzado, pero en un momento, Itsuki finalmente dijo la verdad. “¿Una novela? ¿Quieres convertirte en novelista o algo así, Hashima?”

“Bueno, no, um” dijo Itsuki algo angustiado. “…No es que quiera serlo… Es que ya lo soy”

Dado que él la escribió bajo su nombre real, Miyako no tardó mucho en visitar la librería de la universidad y encontrar una novela escrita bajo el nombre Itsuki Hashima. Ella lo tomó y lo leyó, y para ser sinceros, no lo entendió.

***

Al día siguiente, se sentó junto a él en la clase y le dijo:

“Traté de leer tu novela, pero no tenía mucho sentido para mí.”

“¡Pfft!”, Respondió él, como un niño malhumorado. “¡Esa novela no es algo que una mujerzuela universitaria como tú entendiera!”

Este comentario ofendió, con razón, a Miyako. Las personas habían estado usando insultos como esos basándose en su apariencia desde la secundaria, pero esta era la primera vez que alguien se lo decía a la cara.

“¡Oye, no soy una mujerzuela, imbécil! Y si la novela no es dirigida a mí, ¿entonces a quién? ¡¿Y por qué el besar a su hermana menor le da poderes mágicos al protagonista?!”

“¡Ja-ja-ja! ¡Supongo que una mujerzuela como tú tendría problemas para entender la profunda y sagrada mitología detrás de los lazos fraternales!”

“¡Ya te lo dije, no soy una mujerzuela! Nunca he tenido siguiera un—¡Mira, no estamos hablando de eso! ¡Tu historia no tendría sentido para nadie!”

“Oh, ¿eso es lo que piensas? ¡Pues que mal! Leíste Hermanitas fundadoras del nuevo mundo, ¿verdad? ¡Esa es mi segunda serie y el Volumen Uno vendió más de cien mil copias!”

“¿Qué? Imposible. ¿Algo como eso…?”

La reacción de sorpresa hizo enfadar a Itsuki. “¿Qué quieres decir con, ‘eso’?” le lanzó. “¡’Eso’ superó las cien mil copias, así que esto significa que hay al menos cien mil personas por ahí que entendieron completamente lo que tú no pudiste! Y aquí estás tú, en público, en plan de, ‘¡Aww, cielos, no lo entieeendo!’ ¿No sientes vergüenza de ti misma? ¡Es tan gracioso que casi es triste! Quiero decir, ser estúpida no es algo sobre lo cual sentirte mal, ¡pero debería ser un crimen lo desvergonzada que eres al exhibir tu idiotez frente a todos! ¡Una estúpida mujerzuela como tú debe darse cuenta de lo estúpida que es en verdad e irse arrastrando de regreso a algún agujero o algo así!”

¡Crack!

El torrente de insultos finalmente llevó a Miyako a darle una cachetada directa.

“Ah… ¡¿Qué…?!”

Miyako  miró  directamente  al  confundido  de  Itsuki.

Lágrimas cayendo de sus ojos.

“¡No tenías que decir todo eso, imbécil! ¡Nnngh…!”

“Oh, um, espera, uh… Ummm, está bien. Tal vez, tal vez, existe la posibilidad de que me haya pasado un poco, ¿bien? Tuve una mala crítica como esa escrita en Amazon el otro día y realmente me molestó, así que… um… este, lo sien… me discul… Mira, ¡¿puedes dejar de llorar, mujerzuela?!”

“¡Cielos, ya te dije que no soy una mujerzuela! ¡Y no estoy llorando!”

“No, sí que lo estás.”

“¡No lloro y no soy una mujerzuela!”

“E-Está bien, está bien… Bien… No estás llorando, y no eres una mujerzuela…”

“¡Exactamente, maldita sea!”

Entonces, dándose cuenta simultáneamente que ambos eran ahora el centro de atención, Itsuki y Miyako se sonrojaron al instante.

“…Oh, cielos… Ahora todo el mundo va a pensar que soy un rarito.”

“…Oh,  no  tienes  que  preocuparte  por  eso.  Todos

sabemos que lo eres.”

Ese fue su primer contacto y, por alguna razón, Miyako e Itsuki siguieron hablando después de eso. Para un espectador imparcial, el intercambio de palabras debió haber parecido un desastre, pero para Miyako, la curiosidad ganó por sobre el disgusto.

Su obsesión por las hermanitas seguía siendo un misterio para ella, pero él estaba dispuesto a prestarle un montón de libros y juegos interesantes, y era interesante escucharlo hablar sobre la industria editorial y el trabajo que hacía para ellos. Y también era agradable ofrecer consejos de moda para los personajes femeninos de sus novelas.

Es por eso que fue una gran sorpresa, después de que las vacaciones de verano terminaron y luego de que comenzara la segunda parte del año escolar japonés, cuando Itsuki repentinamente le dijo a Miyako que él iba a dejar la escuela.

La noticia llegó en forma de un mensaje de texto que llegó a su teléfono justo después de salir de la bañera

Esas fueron las tres palabras que él le dio a la única amiga de la universidad que tenía, sin ninguna explicación o algo que reflejara que en su vida le estaba yendo mal. La sorprendió y entristeció tanto que ni tiempo le dio para ponerse algo de ropa antes de llamarlo.

Por teléfono Itsuki sonaba arrogante y egocéntrico como siempre. “¡Ja ja ja ja ja! ¡Soy un genio escritor!

¡Llegué al top 10 de Oricon! ¡Ahora me doy cuenta que la universidad fue una pérdida de tiempo!”

Seguramente lo decía en serio, Miyako razonó. Para él, la universidad no significaba nada, hasta el punto de que Itsuki sintió que esas tres palabras bastaban para explicar su comportamiento.

Para ella, se sintió como si esta debiera ser una decisión mucho más monumental. De alguna forma, que él haya podido decidir eso por puro capricho, sin pedirle un consejo a alguien más, la hizo sentir una increíble envidia.

Las palabras “pérdidas de tiempo” en particular, le dieron de lleno a Miyako. Mientras reprimía las lágrimas que salían por una razón que no podía articular, ella gritó. “Ah, ¡ya veo! Bueno, ¡buena suerte en no ser abandonado por tu editorial!”

Su elección de palabras fue dura, pero en el fondo, ella sabía que no quería dejarlo ir. Es por eso que, como se juró a sí misma aquel día, ella todavía le hacía visitas regulares al apartamento de Itsuki.

Estaba a solo cinco minutos a pie del campus, por lo que usar el lugar para matar un poco de tiempo no parecía nada poco natural… o eso pensaba ella. hasta escuchar la cerradura. Rápidamente, preparó la excusa que había planeado.

“¡I-Itsuki! Tengo algo de tiempo libre y la biblioteca está llena, así que déjame usar tu apartamento para estudiar para mis—”

No fue recibida por Itsuki sino por una hermosa chica de cabello plateado en ropa interior.

“¡¿Qué… Nayu…?!”

“Oh. Hola” Nayuta lo dijo bostezando ante la colorada y semi desesperada, Miyako. “Buenos días, Myaa. Itsuki todavía está durmiendo. Estuvimos haciéndolo hasta el amanecer, así que…”

“¡¿Ha…cien—?! ¡Oh… Bueno, ¡perdón por haberlos interrumpido…!”

“Oh, espera un segundo, Myaa. Si ya te vas, ¿no hay problema si te acompaño un poco?”

Ella ya se estaba alejando de la puerta cuando Nayuta la detuvo.

***

Después de que Nayuta se puso algo de ropa, ella y Miyako comenzaron a caminar hacia la estación de tren. A diferencia de Miyako, que andaba con una audaz minifalda a pesar de ser invierno, Nayuta llevaba un abrigo largo y esponjoso, una bufanda, guantes y orejeras—la armadura completa. Verla andar por ahí bien abrigada hizo recordar a Miyako del gato que su familia tenía.

Desde que se conocieron, Nayuta había actuado terriblemente amigable con ella. Miyako, por su parte, la encontraba algo extraña… bueno, muy extraña, pero, sin embargo, también muy agradable.

“Entonces, Myaa, en realidad quería hablar contigo sobre algo.”

“¿Oh…?” Miyako respondió, con la mirada muerta.

“Sí. Últimamente Itsuki no ha tenido sexo conmigo.”

“¡¿Eh?!” Miyako exclamó, con la voz un poco quebrada.

“Entonces, ¿su relación ya llegó hasta ahí, o…? Espera, pero ¿no dijiste que estaban ‘haciéndolo’ hasta el amanecer o algo así…?”

“Sí. Y después de que me quedé dormida, él continuó escribiendo.”

“Cielos, ¡entonces comienza diciendo eso! Pero si él no ha estado haciendo esas cosas ‘últimamente’, ¿eso significa que ustedes… ya sabes, lo han hecho… antes?”

“Desde el momento en que lo conocí hasta este mismo instante, Itsuki no ha tenido sexo conmigo ni una vez.”

“¡Entonces di eso! Estás haciendo esto a propósito, ¿verdad?”

“¡je, je! Llámame la ‘narradora poco confiable’.”

“¿Podrías dejar de ser tan poco confiable por ninguna razón en específico, por favor?”, Miyako se quejó, incluso mientras su corazón se llenaba de alivio. “…Pero entonces, ¿por qué no llevabas ropa puesta antes?”

“Estaba acurrucada desnuda junto a Itsuki en la cama, pero luego sonó el timbre, así que me puse rápido el brasier y las panties.”

“¡No, ya no me siento aliviada!”

Ignorando el repentino ataque de pánico de Miyako, Nayuta continuó. “Bueno, eres una mujerzuela, ¿verdad, Myaa? Con tu experiencia, ¿qué crees que debería hacer para que Itsuki se caliente por mí?”

“¿‘Caliente’…? Y yo no soy una mujerzuela, ¿de acuerdo?”

“¿Ah no? Pensé que se suponía que todas las chicas universitarias eran máquinas de mamadas andantes.”

“¡Ugh! Tú e Itsuki… ¿Hasta dónde llegan sus prejuicios de mí? …Quiero decir, bueno, tengo una amiga o dos a las que les gustan ese tipo de cosas…más o menos, pero…”

“¿Entonces eres virgen, Myaa?” preguntó Nayuta, inclinando la cabeza como un perrito curioso.

“¿Qué? ¡Por supuesto que no! ¡He tenido varios novios!”

Era mentira, pero algo llevó a Miyako a pretender que era verdad por el bien de las apariencias.

“Vaya, Myaa. Debería haberlo sabido, supongo. Eres tan adulta.”

Miyako comenzó a sudar frío al ver la mirada de respeto de Nayuta.

“Desearía poder hacerlo con Itsuki todo el tiempo, así como tú, Myaa.”

“No—No lo hago todo el tiempo… Y deja de hacer que parezca como si yo me hubiera acostado con él… ¿Crees que yo haría eso? ¡Imposible!” Ella se sonrojó de nuevo.

“…No tengo idea de lo que ves en ese tarado obsesionado con las hermanitas…”

“Todo. Amo todo de él.”

La respuesta le regresó como un boomerang y dejó a Miyako en silencio. De alguna forma, alguien como Nayuta, quien expresa con total libertad a quién y qué ama, la puso celosa. La llevó a decir algo que normalmente no diría.

“…Sí, bueno… Buena suerte con eso. Te estaré apoyando.”

Nayuta respondió con una pequeña y dulce sonrisa. “Muchas gracias, Myaa. Nunca tuve amigos, así que estoy muy contenta de poder conocerte.”

“¿Oh…? Bueno, también me alegro de poder ser tu amiga, Nayu…”

Las palabras no formaban exactamente una mentira, pero Miyako las dijo con una terriblemente culposa conciencia.

***

Miyako y Nayuta se habían conocido hace medio año, en un día como hoy. Miyako estaba visitando el apartamento de Itsuki y Nayuta ya estaba allí.

“Una amiga de la universidad que lee mis manuscritos a veces.” fue cómo Itsuki prefirió presentar a Miyako. De igual forma, al principio, Nayuta tuvo problemas para ocultar su hostilidad. Ella no esperaba encontrarse a esta increíblemente hermosa chica universitaria en la flor de su vida—”Quiero decir, ¡es la amiga de Itsuki!” fue como lo expresó después.

Más tarde, una vez que Itsuki se retiró después de una noche entera de escribir, las dos decidieron salir un rato. Nayuta aprovechó la ocasión para lanzarle una bola rápida a Miyako.

“¿Así que estás enamorada de Itsuki, Señorita Shirakawa?”

Miyako instintivamente la esquivó. “¿Q-Qué? ¡Por supuesto que no! ¡Es solo un amigo, eso es todo!”

Eso hizo que Nayuta diera un suspiro de alivio, pero aún mantenía un ojo cauteloso sobre esta rival en potencia. “Bueno, yo sí. Itsuki lo es todo para mí” declaró Nayuta, asegurándose de que quedara claro que esas palabras eran una advertencia.

“¿Qué es lo que podría gustarte de ese chiflado por las hermanitas?” Preguntó Miyako, estremeciéndose ante esta demostración de fuerza.

Esta fue la señal de Nayuta para explicar exactamente cómo las novelas de Itsuki le habían salvado la vida—la intimidación que había enfrentado en la secundaria y todo eso. Era una historia terrible, y Nayuta la contó sin guardarse nada, detallando el nivel exacto de desesperación que había sentido en ese tiempo— utilizando todo el genio expresivo que había desarrollado a través de sus propias novelas.

Estaba esperanzada que al mencionar la enorme presencia que Itsuki tenía en su vida como salvador, mantendría a Miyako bajo control antes de que tuviera la oportunidad de rivalizar con ella en el amor.

En cambio, básicamente sirvió para enojar a Miyako. Su cara estaba hecha un desastre, derramaba lágrimas del tamaño de pasas y su nariz resoplaba mientras su corazón se aceleraba ante la historia de las crueles desgracias que Nayuta había pasado. Maldijo a los matones que la habían atormentado, sintiendo la tristeza que Nayuta debió haber sentido.

“¡Ugh, si tan solo hubiera estado allí!” Miyako se lamentó. “Por ti les hubiera pateado a todos el trasero!”

Nayuta la miró fijamente, sin haber anticipado esta avalancha de emociones. Entonces, inconscientemente, ella comenzó a sonreír. Oh. Esta chica está llorando mucho por mí. Ella se está enojando por mí. Ella es buena. Me agrada.

Entonces, sin darle más vueltas, le tomó cariño a Miyako. E incluso después de haber pasado medio año, no estaba exactamente segura de lo que Miyako pensaba sobre Itsuki.