Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 6

Capitulo 8: El Regreso Del Señor Demonio

Parte 8

De vez en cuando, también disfrutaba de baños de burbujas y resortes carbonatados para tratar su cuerpo envejecido, pero robusto.

También había empezado a meditar en una bañera en solitario. Había servido a su país con tanta valentía que una jubilación en el paraíso ni siquiera podía acercarse a devolverle el trabajo de toda su vida.

(Y este baño con vistas a las estrellas…) No podía expresar con palabras lo maravilloso que era sumergirse en un baño perfecto, al aire libre, rodeado de imponentes bambúes.

El scaredeer, un artilugio japonés común que soltaba un sonido metálico cada pocos minutos mientras se llenaba de agua y se derramaba, proporcionaba un metrónomo relajante. (La Emperatriz… Pensar que se guardó un lugar como este para ella sola…)

El pensamiento frustró a Harts por un momento antes de que la comodidad se apoderara de nuevo. Después de todo, el baño de observación de estrellas estaba equipado con el efecto especial de liberar la mente de una persona del estrés de su vida diaria, además de simplemente restaurar su salud.

Para alguien como Harts, un hombre con mucha presión y muchas responsabilidades sobre sus hombros, no había mejor lugar para relajarse que el baño contemplando las estrellas.

(Mañana…) se juró a sí mismo, como lo hacía día tras día, (Partiré y regresaré a la fortaleza…) Estaba en una situación muy complicada, similar a cómo el Señor Demonio estaba perfectamente satisfecho en su estado de realización sin fundamento en el baño iglú dentro de la Guarida Secreta.

“Te traje un poco de vino, hoppity”.

“Tan plateado como siempre, hippity”.

Harts casi saltó del baño ante la repentina intrusión, pero logró volver a sumergirse rápidamente, al ver que eran Kyon y Momo, quienes siempre parecían estar atendiéndolo. “Te lo dije… Este lado es para los hombres. Las mujeres deberían ir al otro lado…”

“No nos importa, hoppity, nos dejan a cargo del resort”.

“Será mejor que hagas lo que te decimos si quieres quedarte en ese baño, hippity… ¡Hippity-hippity-hop!”

En verdad, los Bunnies dirigían el complejo. Limpiando, reabasteciendo suministros y servicio al cliente, Kyon y Momo estaban al mando, y Harts era simplemente un invitado. Dentro de estos muros, los Bunnies dirigían el espectáculo, y la posición de Harts no se mantuvo firme.

“Mira cómo estás vestida…” refunfuñó, desviando la mirada. “¿No tienes sentido de la decencia…?” Incluso para un hombre como Harts, que había perdido su libido, la apariencia de las chicas lo inquietaba.

“Te estás sonrojando, abuelo. ¡Qué lindo, hoppity!” Bromeó Kyon. “Encendiendo  un  corazón  plateado  en  llamas.  Qué  crueles  somos…¡Hippity-hippity-hop!”

La risa extraña pero teatral de Momo hizo que Harts se cubriera la cara. Solo había un pensamiento en su mente. (¿Por qué al ángel sabio le gustó una especie así…?) Su mente vagó de regreso a la era de la mitología. Su mente naturalmente estoica ahora estaba pensando en curiosidades completamente imprácticas.

Para colmo, el Señor Demonio entró, después de despertarse de su siesta. “Este era el lado de los hombres, la última vez que miré…” Estaba completamente equipado, una botella de licor y algunos vasos en el cubo de madera en la mano.

Harts se movió para salir del baño, pero el Señor Demonio lo detuvo levantando una mano.

“También estamos a cargo de la gestión aquí, hoppity”.

“No nos importaría lavarte el pelo de vez en cuando, hippity”.

“No hay necesidad. ¿Sigues usando esos eslóganes…? Oh, me olvidé de mencionar antes: hay treinta conejitos que regresan de Animania”.

“¿Qué…?” Kyon y Momo se congelaron.

El pueblo de Rabbi estuvo poblado una vez por numerosos conejos antes de que emigraran uno por uno, incapaces de soportar la sequía continua y el aumento de impuestos. Ninguno de los que se fueron tenía perspectivas de futuro, lo que siempre había entristecido tanto a los que se quedaban atrás como a los que se iban.

No importa a dónde fueran, siempre serían discriminados por ser semihumanos. Era evidente que el futuro les deparaba poco más  que verse obligados a cultivar zanahorias en la práctica esclavitud.

“¡¿Qu-Quién va a volver?!”

“¿Sabes sus nombres? ¡Dinos!”

“No sé sus nombres, pero deberían hablar con Tahara sobre cómo proporcionarles una vivienda”.

“¡Hurra! ¡Regresarán! ”

“¡Vamos a decirle a todo el mundo!”

La pareja salió corriendo y el silencio volvió al baño de contemplar las estrellas.

El Señor Demonio negó con la cabeza y desenvolvió la toalla de baño de su cintura antes de bajar lentamente al baño. En el instante en que se hundió, un calor sublime lo envolvió. Harts miró fijamente al Señor Demonio.

“Perdona a mi personal por entrometerse”, dijo el Señor Demonio.

“No hay necesidad de eso.”

“¿Cómo va tu recuperación?”

“Tengo todas mis extremidades… Gracias a ti”. Después de que su pierna volvió a crecer y sus brazos destrozados comenzaron a trabajar como si nada hubiera pasado, Harts no pudo evitar sentir que lo trataban con magia diabólica.

Tenía un millón de preguntas sobre el extraño vendaje y el tratamiento de Yu, pero también le preocupaba preguntar directamente. Históricamente, los demonios susurraban dulces tentaciones al oído del hombre, creando una apertura para que se deslizaran hacia sus corazones.

Su ejemplo más notorio fue el de conceder un deseo y exigir un precio inesperado. Harts se estremeció al imaginar lo que el Señor Demonio podría pedirle a cambio.

El Señor Demonio, por otro lado, no tenía un tema de conversación en mente que pareciera apropiado discutir con uno de los hombres más importantes de Holylight. Simplemente mantuvo los ojos cerrados en una muestra de consideración.

Harts decidió romper el hielo. “Ninguno de los libros de historia dice cuán aceptador eres de los semihumanos”.

La relación del ángel caído Lucifer con los semihumanos era un misterio histórico. La única historia relacionada fue cómo los semihumanos se independizaron a través de la mítica guerra entre Lucifer y la Gran Luz, estableciendo una relación hostil con los humanos.

“No me encontrarás en documentos históricos…”. Esto no era una mentira, por supuesto. La mayor notoriedad que pudo ganar fue como estafador buscado.

“¿Quieres decir que no te representan con precisión?”

“Estoy representado con precisión aquí y ahora. Cualquier otra descripción no es de mi incumbencia”. El Señor Demonio había escrito efectivamente al verdadero Lucifer de la historia.

Harts, mientras tanto, recordó lo que Madam le había dicho: si está tan preocupado, vea su régimen por sí mismo. No es necesario abrir un libro de historia cuando lo real está justo delante de tus narices, había dicho, como si hablara con un niño malcriado. Harts se rio entre dientes, también recordando cómo no pudo hacer una refutación.

“Debo decir que tu físico es impropio de tu edad…” murmuró el Señor Demonio, impresionado.

De hecho, Harts era endurecido y musculoso a pesar de tener más de 60 años. Además, su cuerpo no era solo un espectáculo, como el de un culturista competidor.

La suya estaba adornada con innumerables cicatrices que cuentan historias de numerosos campos de batalla. Incluso para otros hombres, su apariencia y comportamiento eran perfectamente galanteos, lo que lo convertía en el comandante ideal.

“Pido disculpas por la monstruosidad. Me iré “, dijo Harts cortésmente.

“Tonterías”, respondió el Señor Demonio. “¿Dónde más podemos tener tanto tiempo de calidad, de hombre a hombre?” Miró a Harts con una mirada penetrante, listo para solidificar una relación con otra figura política vital para Holylight.

Para Harts, la propuesta parecía inquietantemente como un dulce susurro en su oído.

(¿Tiempo de calidad…? ¿Qué quiere decir con eso?) Los demonios eran conocidos por corromper a los hombres a través de la tentación. Si bien Harts reconoció la diferencia teórica entre un diablo y un ángel caído, no obstante estaba alarmado.

(¡¿Podría posiblemente querer decir… tiempo de calidad?!) Harts tembló de la cabeza a los pies, mientras la dicción del Señor Demonio reverberaba en su mente.

¿Cómo va tu recuperación? Tu físico…

Tiempo de calidad…

Estoy representado con precisión, aquí y ahora.

La sangre salió del rostro de Harts. La imagen de un ángel caído o corrupto hizo que su miedo pareciera aún más real. Estaban desnudos y solos… La maravillosa fuente termal se había convertido en una horca mortal. Un paso en falso…

Harts apretó, su voz temblorosa, “P-Perdóname por una pregunta tan personal… ¿Alguna vez has tomado una esposa? ¿Tuvo niños? No se menciona nada por el estilo en los documentos”.

“Estoy bastante ocupado, en realidad. No hay tiempo para perseguir mujeres,” respondió el Señor Demonio con tacto, temiendo que Harts estuviera tratando de arreglar un matrimonio para él.

(¡El ángel caído tiene una sexualidad retorcida…!) Harts tembló de terror.

Estaba luchando por encontrar una salida a su situación, cuando fue salvado por una voz que entraba por la entrada.

“Miren, un par de VIP… ¿Me pregunto qué plan están tramando ahora?” El desnudo Wo Wungol, líder de una notoria banda de bandidos, los Moles, entró. Su cuerpo musculoso estaba coronado por un mechón de pelo en forma de melena, que, junto con su barba y bigote, se sumaba a su brusquedad.

Harts vio una oportunidad y rápidamente se levantó para aprovecharla. “He estado empapado durante demasiado tiempo. Disculpe.”

Harts se fue sin darle a Wo otra mirada, dejándolo a él y al Señor Demonio desconcertados. Como Wo solo veía a Harts como un hombre que por lo general solo le dirigía una mirada asesina, soltó una carcajada. “Heh, Abuelo Cuadrado… Vuelve de donde viniste”. Se dirigió descaradamente a la bañera, mirando al Señor Demonio directamente. Esta fue otra reunión, en cierto sentido. “Ha pasado un tiempo… Maestro Señor Demonio”.

“Lo es…”

“¿Qué diablos pasa con ese chico Tahara? Amenazar a un bandido con el trabajo de jornalero. Para empezar, soy prácticamente un esclavo de esa mocosa la Doncella Sagrada. Todo se ha ido a la mierda desde que me encontré contigo. ¡Para mí Absolución, mis manos fueron apuñaladas con agujas hasta que me desmayé por el dolor!”

“Ya veo… Eso es muy gracioso”.

“¿Cómo es eso, eh?” El líder de los bandidos se levantó furioso. La vista de un bandido enfurecido en el vapor del baño era cómico en sí mismo. “¿Qué es esta ‘fuente termal’, de todos modos? ¿Cómo sale tanta agua? Ese chico Tahara aún no me ha dado una respuesta directa”.

“Chico… Eso me trae recuerdos”.

“¿Eh?”

El Señor Demonio se rio disimuladamente, tomando las botellas de su balde. Fire Spirit y Thunder Water, ambos alcohol enano muy fuerte.

Wo, que había adquirido un buen ojo para tasar bienes robados, los miró con   incredulidad.   Las   botellas   que   contenían   las   bebidas eran extraordinarias, hechas de cristal y decoradas con intrincados detalles como los que usaban la realeza y la nobleza.

“O-Oye, ¿no son esos…?”

“Regalos de un conocido”.

“¡¿Conocido…?! ¡Ese es el enano…!”

El Señor Demonio vertió descuidadamente un poco de Fire Spirit en un vaso y se lo entregó a Wo, cuya mano temblaba mientras miraba el líquido ambarino vertido. En la sociedad humana, estas cosas se negociaban a gotas. Prácticamente le dieron un vaso lleno de oro líquido.

“S-Solo para que quede claro… no puedo pagar por esto, así que no esperes que lo haga”.

“Es un regalo, no seas ridículo”.

“Está bien. No sé de dónde sacaste esto, pero esto no depende de mí”. Wo bebió todo el vaso de un trago, renunciando a cualquier gesto de disfrutar del aroma. “Qu… o… esto…”

“No es tan malo, ¿verdad?” El Señor Demonio sonrió como si lo hubiera destilado él mismo.

Wo parecía ajeno al comentario. “Es real. Tomé tres gotas de esta sustancia, hace mucho tiempo. ¡Heh heh heh…! ”

El Señor Demonio observó en silencio a Wo reír. La risa, además de la apariencia del bandido, parecía demasiado familiar. “¿Conoces a alguien llamado Aoki?” preguntó. “¿El término ’42 -OMG ‘significa algo para ti?”

“¿Eh? ¿Adónde vas con eso? Será mejor que me mojes los labios un poco más si tienes algo que preguntarme”. Wo sacó alegremente su vaso vacío.

El Señor Demonio soltó una risita al concluir que su parecido era una coincidencia. Eso fue reconfortante; no sabía cómo manejaría algún tipo de vínculo entre el mundo real y este extraño mundo de fantasía. Mientras servía otro vaso de Fire Spirit para el bandido, el Señor Demonio preguntó: “¿Cómo conoces a Harts?”

“¿Conocerlo? Casi me mata, una vez. Me tenía rodeado antes de darme cuenta. Maté a mis muchachos como si fuéramos una manada de ganado”.

“Bien, eras un bandido… ¡Ha! Es perfecto. Siempre pensé que debías haber sido un bandido o un pirata en una vida anterior”. Algo frío recorrió la espina dorsal del Señor Demonio. “Vida anterior”. ¿No se aplicaba también esa frase a él…?

“Vida anterior, mi culo. ¿Qué eres, una adivina?” Wo se burló, lleno de alegría por su segundo vaso de Fire Spirit, mostrando bastante coraje frente al Señor Demonio.

“No importa eso… Bueno, ¿qué estás haciendo ahora?”

“El chico quiere que excave pozos. Todo el mundo por aquí está loco”.

“Bueno… Tahara quiere ponerles cubos, estoy seguro”. Un viejo recuerdo regresó al Señor Demonio. Un recuerdo que parecía demasiado significativo para que él lo hubiera olvidado.

“Sí, ese cubo extraño… Y este lugar. ¿Qué diablos son ustedes? ¿Ángeles Diablos? ¿O sois alquimistas? Escuché historias de ellos desde Occidente”. La pregunta de Wo quedó sin respuesta mientras el Señor Demonio bebía silenciosamente de su vaso, como si estuviera mirando el fondo para el resto de su memoria. “¿Cuál es el punto de cavar pozos en este páramo, de todos modos?” Wo prosiguió. “Los nobles tan sabios dicen que esta es una tierra ‘inhabitable’, ¿sabes?”

“El trabajo de un artista es como cavar a ciegas en busca de un pozo, sin saber qué hay bajo tierra. La única forma de averiguar qué hay es excavar. Incluso si te quedas sin nada que mostrar más que dedos puntiagudos y ‘Te lo dije que sí’.”

“¡¿Eh?!”

“Un viejo amigo me dijo algo así, una vez… Se parecía mucho a ti”.

Con eso, el Señor Demonio empujó el cubo flotante a través de la bañera y salió del agua.

Mirando dentro del cubo, los ojos de Wo se agrandaron. “¡No es esto…¿Thunder Water?! Oye, sabes que nunca recuperarás esto, ¿verdad?”

“Bebe. Véndelo. No me importa.”

“¡¿Es una broma?! ¡Estas cosas son demasiado buenas para venderlas!

¡No puedes ponerle precio a esto!”

“No puedes ponerle precio, eh… No has cambiado. Espera no. Olvida lo que dije.” El Señor Demonio negó con la cabeza.

“¿Oye, Señor Demonio?” Wo llamó con un tono inusualmente serio.

“¿Hm?”

“Tuve un sueño… Cavar un pozo para que todos pudieran beber tanta agua como quisieran. No sé si eres un diablo, un espíritu maligno o lo que sea… Pero me quedaré. Al menos hasta que me canse de eso”.

“Muy bien… ¿Entonces es mi turno de trabajarte como un perro? Haz tu mejor esfuerzo.”

“¿Eh?”

El Señor Demonio se rio entre dientes, sin malicia, y se alejó.

Wo no estaba seguro de lo que estaba hablando, pero no pudo evitar babear ante la botella de Thunder Water. Podría vivir en el lujo durante un tiempo considerable si lo vendiera, pero parecía decidido a beberlo él mismo.

Cuando el Señor Demonio salió de las aguas termales, se encontró con Aku que llevaba un yukata.

“¿Me has estado esperando?”

“¡Sí! Me siento tan feliz de que hayas vuelto a la aldea…” La sonrisa inocente de Aku fue reflejada por el Señor Demonio, como si fuera su propia hija.

“Este es un buen momento para establecer una guarida secreta, entonces”.

“Guarida… ¿Secreta?”

“Parece que las cosas se pondrán un poco ocupadas mañana, así que voy a instalar una casa segura, por si acaso”.

Aku respondió con una adorable inclinación de cabeza.

El Señor Demonio llevó a Aku a la parcela de tierra vacía adyacente al Hot Springs Resort, luego sacó la Guarida Secreta de su Carpeta de Artículos.

“Establecer la base: la guarida secreta”.

La bola de luz parpadeó en una acogedora cabaña y se mezcló con su entorno. Aku había visto antes la instalación de una base, pero esta era una construcción completamente diferente.

“¡E-Eso es increíble! ¡¿Es esta una casa mágica, Maestro Señor Demonio?!”

“Hm. La cueva del mejor hombre que hay. Nadie te encontrará aquí”.

“E-Espera… La casa desapareció…”

“Es casi indetectable excepto para el usuario. Te lo regalo, Aku”. El Señor Demonio retrajo la base y le dio la bola de luz a Aku.

Ella lo aceptó como si fuera una papa caliente y le dio una mirada confusa.

El Señor Demonio se rio de su lucha por unos momentos antes de tomar sus manos suavemente para guiarla a través del proceso. “Ahora mira dónde deseas configurarlo y grita ‘Configurar base'”.

“¿Así…? ¡Configurar base! ”

En ese momento, la Guarida Secreta se materializó en el mismo lugar. No había ninguna razón para que Aku tuviera que gritar esas palabras, aparte de una pequeña dosis de placebo. Algunos jugadores la habían apodado Casa Cápsula.

“¡W-W-Wow! ¡Ahí está la casa! ¡Lo hice, Maestro Señor Demonio!”

“Hm. Ahora eres un jugador de buena fe”, declaró el Señor Demonio con arrogancia, como si hubiera criado a un prodigio.

Aku parecía tan emocionado de poder experimentar los misteriosos poderes del Señor Demonio.

“Ahora entremos”, dijo el Señor Demonio. “¡Hurra!”

El interior de la Guarida Secreta era el mismo que antes, decorado como un albergue de montaña, con un estudio en el segundo piso con una entrada al ático. También contenía un baño de cedro, un baño iglú, una cuna para acampar y una hamaca. Incluso había una fogata en el centro que permitía cocinar. La Guarida provocó una sensación de aventura en cada rincón y atrajo a todas las edades.

“¿Es esto… donde solías vivir?”

“Más como donde quería vivir cuando  era un  niño”, sonrió el Señor Demonio, recordando su infancia. De hecho, había pistolas de rayos de juguete y modelos de insectos en el estante.

“¿F-Fuiste alguna vez un niño, Maestro Señor Demonio?”

“Claro que fui uno. Claro, todo lo que hice fue tontear…”

Mientras recorrían la Guarida Secreta, Aku felizmente habló de su vida en la aldea. Cómo estaba estudiando con Tron bajo la tutela de Madam, cómo ayudaba a los Bunnies en el campo, cómo ayudaba a repartir agua y sal a los jornaleros por la mañana, y muchas cosas más.

El Señor Demonio no pudo evitar sentirse impresionado. “Entonces estás trabajando todo el día…”

“Siempre es divertido”, comentó inocentemente Aku.

El Señor Demonio todavía creía que era el deber de un niño jugar, en lugar de hacer un trabajo real.

(Por supuesto, ella estaba haciendo un trabajo horrible antes de que yo la conociera… Para empezar, intentaron sacrificarla). Considerando todo eso, la vida de Aku ahora debe parecer increíblemente satisfactoria.

De todos modos, no era inusual que se pusiera a trabajar a niños pequeños en este mundo. Lo mismo ocurrió con los Bunnies, que empezaron a trabajar temprano en la mañana. Si les hubiera dicho que jugaran en lugar de trabajar, lo habrían mirado confundidos.

“Quiero decir, no está mal empezar a adquirir experiencia laboral a una edad temprana…”

“Um… ¿No trabajan los niños en su país, Maestro Señor Demonio?”

El Señor Demonio recordó, con cariño, cómo trabajar en una ruta del periódico se había convertido en una tendencia popular cuando estaba en la escuela primaria. “Hubo una fase en la que todos los niños querían repartir periódicos…”

“¿Periódicos?”

“El caso es que necesitaban personas que los entregaran. Los repartidores iban de casa en casa desde las tres de la mañana, dejando un juego de periódico en cada casa. Hiciste unos 500 yenes… unas 5 monedas de bronce”.

Ese fue, por supuesto, uno de los trabajos peor pagados, incluso después de tener en cuenta el hecho de que un niño de esa edad no podía entregar tantos periódicos como un adulto. Dicho esto, 500 yenes era mucho dinero para un estudiante de primaria.

Aku hizo todo lo posible por comprender lo que el Señor Demonio estaba diciendo con el conocimiento que tenía. “¿También hiciste ese trabajo de entrega, Maestro Señor Demonio?” preguntó ella, algo alegremente. No podía imaginar la infancia del Señor Demonio, y mucho menos él entregando algo de puerta en puerta.

“No, me burlé en silencio de los que lo hicieron. Un niño solo podía ganar hasta cierto punto. Pensé que era una pérdida de tiempo trabajar al amanecer, nada menos”.

“Oh…”

“Por otro lado, estaba celoso de ellos. Podían comprar los bocadillos y los juguetes que quisieran. Uno de ellos incluso ahorró para comprar un costoso auto RC. Entonces me di cuenta… que me merecía la burla más que cualquiera de ellos, por ignorar su arduo trabajo”, reconoció claramente el Señor Demonio.

Aku escuchó en silencio al Señor Demonio. Si bien no entendió partes de su historia, sintió que esta era una confesión muy valiosa para que ella la escuchara.

“Ya es suficiente nostalgia por hoy.  El punto es que no se esfuerce demasiado tratando de ayudar a todos”.

“¡No lo haré…!” Aku tomó gentilmente la mano del Señor Demonio, como para consolar a un padre que le acababa de contar una historia vergonzosa de su juventud. “Renací cuando me salvaste, Maestro Señor Demonio. No puedo agradecerles lo suficiente. Siempre pienso en eso”.

El Señor Demonio se rascó el cuero cabelludo, avergonzado por la mirada sincera de Aku. Algo era diferente cuando estaba con ella. Se sintió relajado y, a veces, se encontró cara a cara con una parte más profunda de sí mismo, con sorprendente facilidad.

“Veremos quién salvó a quién…”

Aku le dio una mirada de desconcierto. “Nada. Descansemos un poco por la noche”.

“¡Oh, todavía no me has leído Las aventuras de Spot!”

“¡¿De verdad…?! Vamos…”

El Señor Demonio pasó a leer la historia a Aku y Tron, con una mirada exhausta pegada en su rostro. A pesar de la historia completamente absurda, Aku y Tron parecían disfrutarla completamente.