Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 6

Capitulo 8: El Regreso Del Señor Demonio

Parte 9

Una Conferencia Cruel

——Hospital de Campaña, el Pueblo de Rabbi.

Tahara estaba garabateando notas en varias hojas de papel esparcidas sobre un escritorio frente a él. Parecía tener más planes reservados para el futuro de la aldea.

Yu entró en la habitación, luciendo extrañamente eufórico. “¿Esta es tu oficina por hoy?”

“El Jefe ha vuelto, así que el complejo está un poco abarrotado”.

Las damas que se alojaban en el resort habían causado un alboroto, exigiendo ver al Señor Demonio en carne y hueso. Algunos parecían simplemente curiosos, mientras que otros obviamente tenían intenciones más calculadas en mente.

La reconciliación entre Madam y Hart, negociada por Luna, se había convertido en conocimiento público, y los nobles y damas más inteligentes ya se habían movido para asegurar su lugar en la dinámica de poder de Holylight, que pronto será sacudida.

Algunas de las damas incluso parecían discernir que el hombre que se hacía llamar Señor Demonio era una parte integral de este cambio de poder, a pesar de permanecer en las sombras durante la mayoría de sus operaciones.

Las damas de la alta sociedad central, incluida Madam, eran todas brillantes. De lo contrario, sus casas no habrían sobrevivido. Conocer el poder, sentir el poder y seguir y adherirse despiadadamente a los poderosos fueron parte integral de su batalla por la supervivencia. Tanto Tahara como Yu consideraban que era más fácil tratar con esos miembros más inteligentes de la sociedad, en todo caso.

“¿Y qué hay de la princesa caprichosa…?” Preguntó Tahara. “Chica brillante. Creo que la pediré que me ayude en mi trabajo”.

Tahara levantó la vista de su periódico. “Seguro que no dices eso todos los días”. Se despertó su interés, ¿qué tipo de persona haría que la Bruja quisiera tomarla bajo su protección? “Debe ser un verdadero zorro, esa princesa”.

“La prefiero mucho a Ren o Akane…”

“Muy bien entonces…” Tahara pareció inferir algún significado de eso y decidió cambiar de tema. “Creo que será un buen estandarte para cuando nos enfrentemos a Xenobia. El Jefe no dejará que nada se le escape de los dedos… Se siente como si estuviera leyendo cien pasos por delante en todas direcciones”.

“Sí, un regalo tan maravilloso para que nos traiga…” dijo con adoración Yu, imaginando al Señor Demonio planeando movimiento tras movimiento con cálculos casi clarividentes.

Tahara murmuró “Me hace preguntarme cada vez más por qué nos mantiene cerca”, con una sonrisa satisfecha en su rostro.

Ambos estaban convencidos de que todo se estaba desarrollando de acuerdo con el plan maestro del Secretario. Si el propio Señor Demonio hubiera confesado que acababa de tropezar con la princesa, Tahara y Yu se habrían reído de eso como una broma. El Señor Demonio no lo habría encontrado tan divertido, pero uno difícilmente podría culpar a los asesores por encontrarlo confiable.

“Y traté de hacer algunos de estos”.

“¿Qué es eso?” Tahara preguntó, mirando el frasco que contenía un poco de polvo naranja neón.

“La cáscara en polvo de una zanahoria cosechada aquí”.

“¿Como en la parte de basura de la cosa? ¿Para qué lo vas a usar?”

“¿Hay algo dentro de ese cráneo tuyo? Hay una gran cantidad de betacaroteno en la cáscara de zanahoria”.

“Caro… ¿qué, ahora?”

“Un fuerte antioxidante. Nuestros cuerpos la almacenan y la cambian a vitamina A según sea necesario. Eso es además de estimular el sistema inmunológico del cuerpo. También tiene propiedades para combatir el cáncer y las infecciones, estabilizar la producción de moco e incluso prevenir la fatiga ocular. Puede mejorar tu piel y estimular la circulación para…”

“¡Lo tengo! Así que es bueno para ti, ¿verdad?” Tahara intervino, buscando escapar de la improvisada conferencia. Si bien podía aprender rápidamente y dominar la mayoría de las cosas, no era un experto en medicina o productos farmacéuticos.

“Estoy pensando en recetar esto para los síntomas leves. A veces tenemos tantos pacientes que no puedo atenderlos yo misma”.

“¿Por ‘leve’, te refieres a un resfriado?”

“Ese sería un buen ejemplo. He agregado propiedades para ayudar con dolores de cabeza leves, fiebre, dolores de estómago y dolor general”.

“Esa es una pequeña receta útil. Sabiendo que lo hiciste, no puedo evitar pensar que el ingrediente secreto es algo un poco más nefasto que un poco de TLC”.

La receta, ahora efectivamente una panacea para las dolencias leves, permitiría a Yu llegar a muchos más pacientes.

“Estoy pensando en recetar una pequeña cantidad de esto como cura para las epidemias”.

“¿Qué quieres decir con epidemias?”

“El escorbuto, la peste negra, la tos ferina, la tuberculosis, la malaria, las paperas, la difteria, la lepra, la sífilis, el cólera, la viruela, la varicela, el sarampión, la rubéola… También hay muchas enfermedades en este mundo”.

“Hace tiempo que no escucho algunos de esos nombres”.

Muchos en la lista de Yu habían sido conquistados por la humanidad a cambio de mucho tiempo e incontables vidas. Ahora, Yu estaba planeando alcanzar este mundo sin pagar un precio tan alto.

“¿Qué es este verde?” Preguntó Tahara. “Hojas de zanahoria mezcladas”.

“¿Otro hallazgo de las sobras de la cocina…?”

“¿Cómo funciona tu cerebro? Tengo mucha curiosidad. Las hojas de zanahoria contienen calcio, magnesio, vitaminas E, K,… Sin mencionar—”

“¡Agh, está bien! ¡Culpa mía! ¡Vaya, es tan bueno para ti!” Tahara gritó desesperado para evitar la inminente clase magistral sobre nutrición.

“Planeo llamar a la medicina para los síntomas leves la ‘píldora del rabino’. Debería ser un anuncio eficaz para la aldea”.

“¡Es una gran idea! Funciona con la idea del Jefe de ganarse una reputación”.

“Yo llamo al que cura las epidemias el ‘Elixir del Nirvana de los Nueve Intermundos’.”

“Elixir… del Nir-¿Quién ahora?”

“‘Elixir. Del Nirvana. De los Nueve. Intermundos. Encarna la misericordia del Secretario”.

“Eso es…” Tahara no sabía qué decir. En su mundo anterior, sus entusiastas seguidores eran apodados los Nueve, pero Yu actuaba como si quisiera convertir a toda la población de Holylight en los Nueve. “Al menos a la gente enferma no le importará por qué estás salvando sus vidas… Probablemente seguirán agradeciéndote con lágrimas”, agregó Tahara como un golpe.

En verdad, la medicina podría salvar innumerables vidas. No estaría mal imaginar que esos pacientes volverían su gratitud hacia el hombre detrás del médico y su brebaje.

“Estos se convertirán en una especialidad del pueblo, además de las zanahorias crudas”.

En cuanto a los negocios, no podría ser mucho mejor que usar el subproducto de las zanahorias.

“Estoy de acuerdo. Estamos nadando en zanahorias, ahora”.

“Por otro lado, me pregunto qué estará tramando Akane…”

“Cuando ella está fuera, es por orden del secretario. Si metemos la nariz en él, podríamos sufrir quemaduras”.

“Bien… no quiero que ella deambule por el pueblo de todos modos”, escupió Yu.

Akane, que siempre buscaba pelear las grandes peleas por su cuenta, que tenía una tendencia a simpatizar con los débiles, nunca estaba destinada a llevarse bien con Yu, quien siempre ponía las aspiraciones del Señor Demonio por encima de todo lo demás, y eliminaba cualquier cosa innecesaria para su causa. Por lo que se consideraba a Yu, sentía un parentesco mucho más fuerte con Cake que nunca con Akane.

“Bueno, ahora que el Jefe ha vuelto… Vamos a encargarnos de algunos asuntos”.

“Sí, vamos. También he regado las flores para celebrar su regreso”.

“Es así…” Una mirada de disgusto brilló en el rostro de Tahara, ya que sabía exactamente qué eran esas flores. El otro día, un arzobispo de Tzardom había sido agregado al espeluznante macizo de flores.

“Es una nación muy militarista”, Yu le entregó a Tahara una pila de documentos más gruesa que la que trajo el día anterior. Parecía estar documentando todo lo que extrajo del arzobispo. El expediente de hoy incluía información detallada hasta los aspectos más secretos del Tzardom of Light.

“Caballeros elementales, ¿eh? Cada pedido tiene 40.000 unidades… Un total de 120.000”.

La organización era, con mucho, la orden de caballeros más grande del continente. Los Tzardom estaban utilizando la orden para expandir sus fuerzas hacia el oeste mientras mantenían pequeñas batallas en el norte. No cabía duda de que tenían uno de los ejércitos más poderosos del continente.

“120.000… Eso es un festín”, comentó Yu. Ninguno de los dos parecía preocupado por el número, cuya idea sacudió a los estrategas de las naciones vecinas de Tzardom. De hecho, Yu parecía estar contemplando un abundante buffet.

“Luego están los Caballeros del Templo y los dos Paladines…” Una sombra cayó sobre Tahara mientras recordaba su encuentro con Weeb el otro día. Tahara, como alguien que prefería conspirar y conspirar, era el que menos deseaba tratar con gente como él. Tahara ya lo  sabía, cuanto  más conspiraba para reclutar a Weeb, más se alejaba su corazón de su causa.

“Si es un obstáculo para el secretario, yo me ocuparé de él”.

“No puedo aprobar eso… A la gente le gusta demasiado”. “Simplemente lo haré para que nunca existiera”.

Yu tenía la aterradora habilidad Propaganda, que había sido una habilidad para que los jugadores ocultaran su información en el juego, pero tenía usos mucho más variados en este mundo. Con el uso de rumores y palabras de moda, Yu podía manipular información en el mundo.

Simplemente se había abstenido de usar la habilidad hasta ahora porque podría haber resultado contraproducente si no entendían completamente los mecanismos de este mundo.

Tahara respondió: “No importa cuántas veces ocultes el sol, volverá a salir por la mañana”.

“¿Qué? ¿Se supone que es una especie de acertijo?” Yu exigió con frialdad. Tahara la ignoró y apagadamente golpeó su cigarrillo. Ella frunció el ceño a cambio. “Estás en un hospital, en caso de que lo hayas olvidado”.

“¿Eh? El secretario fuma este lugar como una chimenea”.

“¡No pongas el tabaquismo del secretario y el tuyo en el mismo ámbito de existencia!”

“¡¿Que se supone que significa eso?!”

“El tuyo es simplemente… desagradable”.

“¡Desagradable, mi culo! ¿Le preocupa lo que pasa en un hospital? ¡Eso es una risa! ¿Qué hay de tus espeluznantes laboratorios y parterres de flores? ¡Esto es un matadero, llamémoslo como es!”

“Oh, Dios… Parece que podrías necesitar una cirugía cerebral…”

Incluso mientras discutían, no se olvidaron de reunir sus documentos para prepararse para el día siguiente, cuando habría una reunión formal del ejército del Señor Demonio.

***

—— El Día Siguiente

Yu y Tahara estaban en la oficina dentro de los documentos de organización del Complejo de Aguas Termales. La habitación contenía un escritorio ejecutivo destinado al propietario del establecimiento, un sofá de cuero genuino para los invitados e incluso un tanque de acuario tropical.

La pareja continuó silenciosamente su trabajo en silencio, acompañada por una serie de flores desplegadas alrededor del escritorio ejecutivo.

El arreglo vibrante de flores en jarrones se coordinó alrededor del color púrpura, y pareció incomodar un poco a Tahara. Podía sentir una sensación oscura que se le agolpaba en el estómago.

Las flores se habían vuelto aún más vibrantes que antes, casi deslumbrantemente, lo que sugiere que Yu ha estado haciendo modificaciones regulares. Quizás, después de todo, la esencia del mal fue el mejor fertilizante.

Finalmente, Tahara no pudo soportar más. “¡Maldita sea! ¡¿Cómo se supone que voy a concentrarme en este invernadero?!”

“Cuida tu boca”, dijo Yu. “No cultivé estas flores para ti”.

“¡Es mejor que no lo hayas hecho!”

Tahara no habló más después de eso, ya que las flores le parecieron gemir y lamentarse en el más leve susurro.

Entonces, el Señor Demonio entró con un profundo surco en su frente, exudando un aura que advirtió a sus consejeros que consideraran sus palabras antes de hablar con él.

Parecía temer el aluvión de sugerencias, comentarios y malentendidos de sus asesores que lo superaron con creces. Incluso antes de que comenzara la reunión, sintió un dolor agudo en el estómago.

(¿Me equivoqué al quitarle la correa a Akane? Pero ella podría haber hecho las cosas mucho más confusas… ¿Qué se suponía que debía hacer?) Entonces, de repente se dio cuenta de la variedad de coloridas flores alrededor de la habitación.

“¿Qué es esto…?”

“Me tomé la libertad de decorar la habitación”, se abalanzó Yu, “con una paleta de sus colores favoritos, señor secretario”.

“Impresionante… Hace que el espacio sea muy relajante”, sonrió el Señor Demonio.

“¡Gracias Señor!” Yu respondió alegremente.

Fue el turno de Tahara de fruncir el ceño. Ni siquiera fue gracioso escuchar al Señor Demonio decir que una habitación llena de estas flores era “relajante”. Para Tahara, parecía que su ambiente de trabajo se estaba volviendo más hostil cada día.

El Señor Demonio se sentó en la silla del escritorio y las flores violáceas brillaron aún más venenosas, como para acentuar la oscuridad que lo rodeaba. “Nunca tuve mucho interés en las flores”, dijo, “pero esto me está haciendo cambiar de opinión. Hay algo bastante excepcional en estos, saber que los cultivaste, Yu”.

“Señor secretario…”

La conversación hizo que Tahara quisiera taparse los oídos. Sintió la necesidad de presionar a un representante de recursos humanos sobre cómo su lugar de trabajo podría haber caído tan lejos. Esto era como trabajar en una casa encantada junto a fantasmas reales.

“H-Hey, jefe”, intervino. “Odio interrumpir la sesión de jardinería, pero

¿podríamos pasar a nuestra agenda?”

“Mm.” El Señor Demonio asintió, pasando su dedo por los pétalos de una flor cerca de él. Luego se colocó un cigarrillo en la boca y lo encendió, completando su look habitual. Comenzó el concilio. “Empezaré poniéndote al día por mi parte”.

Habiendo aparentemente ensayado el discurso, el Señor Demonio pasó a enumerar la serie reciente de eventos, desde conocer a Olgan hasta lo que sucedió en el territorio de Animania y Hellion.

A pesar de su tono práctico, esta fue una historia increíble para sus asesores. De alguna manera había acogido a la pareja de Jugadores Estelares, dos de los mejores aventureros del continente, usó parte del Anima a su favor e invadió las tierras de Hellion. Belphegor, en el extremo receptor de la invasión, tuvo todo su territorio pisoteado por los simios y su castillo volado en pedazos.

Ni siquiera una guerra total podría haber causado tanto daño, y las secuelas de la invasión hicieron que pareciera que un desastre natural había venido y se había ido. Para colmo, el Señor Demonio había adquirido un activo muy útil en forma de princesa refugiada.

Al escuchar estos eventos en secuencia, los asesores no pudieron considerar otra explicación que la de que el Señor Demonio lo había planeado todo en su brillantez.

Tahara inhaló un poco de humo de cigarrillo. “No puede evitar lanzar un juego perfecto, ¿verdad, señor? Se está poniendo realmente somnoliento en los jardines”, bromeó. Y era natural que Tahara tuviera esta impresión. Había hecho conexiones con Anima, trajo a casa una princesa en su bolsillo y reclutó a Jugadores Estelares a su lado.

La repetición simple pero efectiva de derribar enemigos y buscar aliados potenciales había comenzado a crecer como una bola de nieve, agravando la fuerza del ejército del Señor Demonio con cada movimiento que hacía.

“Simplemente un juego de la hora del té para el Secretario”, intervino Yu.

“¡Sin embargo, no es muy divertido para nuestros oponentes!” Tahara se rio, lo que provocó una sonrisa en Yu.

El Señor Demonio, por otro lado, estaba secretamente humeante, (¡No, lo entendiste todo mal! ¡Acabo de salir por un artículo anti-magia…!) Ese simple catalizador había llevado a resultados excesivamente impresionantes.

Antes de que el aluvión de elogios inmerecidos de sus asesores se descontrolara, el Señor Demonio colocó solemnemente las dos cosas que había adquirido sobre el escritorio: un par de objetos raros llamados Piedra de Amanda y Semilla de Amanda.

El primero impidió un cierto grado de condiciones de estado, mientras que el segundo impulsó temporalmente la MP. “Estos son los elementos anti-magia que podría tener en mis manos”.

Sus consejeros los reconocieron con reverencia. Parecían tener un pensamiento o dos sobre la descarada existencia de la magia en este mundo.

“Hablando de magia, señor secretario, mi bata de laboratorio parece prevenir condiciones de estatus. He realizado algunos experimentos, con la ayuda de Luna”, Yu le entregó un informe.

El Señor Demonio reflexionó, leyendo el informe. (Ahora que lo pienso, escribí eso en la bata de laboratorio de Yu… ‘Prevenir todas las condiciones de estado’ o algo así.

No parecía correcto que el mejor médico del mundo obtuviera una condición de estado) en el juego, había numerosas condiciones de estado como Envenenado o Paralizado que afectaban a los personajes.

(Además de eso, aparentemente previene la mayor parte del daño de los hechizos de clase 2…) Si bien el Señor Demonio no tenía forma de ver las estadísticas de sus asesores, Yu ya tenía una impresionante Defensa Mágica de 20. Teniendo en cuenta que Mikan, una de las mejores Atacante de nivel superior, tenía una Defensa Mágica de 10 después de tener en cuenta su armadura, y Yukikaze tenía una Defensa Mágica de 30, la estadística de Yu era definitivamente significativa.

“Esta semilla es tuya por ahora, Tahara. No dudes en usarlo si es necesario”.

“¡Magnifico! La magia parece una lata llena de gusanos, así que pensé que mi mejor opción sería tirar primero”.

“Yu, usa tus conexiones con pacientes nobles y Madam para encontrar tantos de estos artículos como sea posible. A puerta cerrada, por supuesto”.

“Entendido, señor”. Yu asintió, aceptando que pedir públicamente objetos anti-magia funcionaría tan bien para ellos como caminar con un gran objetivo rojo en la espalda.

Luego, el Señor Demonio pasó a explicar lo que sucedió en las profundidades de la Mazmorra Bastille.

“‘Vamos a jugar’, ¿eh…? Alguien tiene deseos de morir, ¿eh, jefe?”

Yu miró a Tahara por esto. “No es gracioso. Quién sabe qué escoria humilde, miserable e inútil era, pero tenemos que cazarla y exterminarla. Ahora.”

“Esa es exactamente la razón por la que el secretario se está preparando para eso”. Tahara entendió que el plan actual del Señor Demonio era expandir su territorio y solidificar su base de operaciones, mientras acumulaba una colección de artículos anti-mágicos. “¿Alguna suposición sobre quién era, Jefe?” Tahara preguntó, aparentemente intrigado por la misteriosa figura en la mazmorra.

“Es una incógnita. No recuerdo haberme hecho enemigos”.

Tahara se echó a reír. “¡Estoy seguro de que no lo verán de esa manera!”

(¡¿Qué cree que hice?! Bueno, supongo que mi historial no ha sido del todo limpio…) De vuelta en el Imperio, Hakuto Kunai había creado demasiados enemigos políticos para contarlos. Tahara lo miró como diciendo “¿qué esperabas?” Sintiéndose bastante herido por la suposición de que era un gran villano malo, el Señor Demonio cambió el tema a los asuntos dentro de Holylight.

“¿Puede echarle un vistazo a esto primero, Jefe?” Tahara intervino.

“Hm…” El Señor Demonio tomó el documento que le fue entregado. El paquete describía la dinámica de poder actual en Holylight, el cambio en el número de trabajadores, sus salarios, la logística de sus viajes y comidas, y mucho más con gran detalle. El Señor Demonio sintió un hechizo de vértigo ante el asalto de palabras y números de esas páginas.

“El boca a boca se extiende tanto como puede. Pensando en lanzar un cuartel o algo así, especialmente ahora que tenemos más manos trabajando en cubierta. Gracias a usted, señor”.

“Hm…”

“El pueblo se está volviendo bastante pequeño y rápido. Últimamente, he estado invitando a los vecinos”, sonrió Tahara, agregando un subtexto a su comentario.

Yu lo miró con reproche. “Has estado alimentando mucho a los perros”.

“Me haces parecer diabólico o algo así. Solo les estoy mostrando el pueblo por la bondad de mi corazón. Con un barril lleno de agua para que se lo lleven a casa”.

“Exactamente.”

“Eso se llama amabilidad, para tu información. Simplemente sucede que están conmovidos por nuestra amabilidad y comienzan a hablar de lo celosos que están de nuestra próspera aldea”, dijo Tahara con un estilo dramático mientras fumaba su cigarrillo. Después de todo, el este de Holylight era un páramo, detestado por el resto del país. Los aldeanos vecinos deben haberse estremecido, incrédulos al experimentar el estado actual del rabino.

“Entonces deberíamos incorporar esos pueblos vecinos de inmediato. Gestionar la felicidad de la población es una de las principales directivas del Secretario”.

El Departamento de Gestión de la Felicidad Ciudadana era el título torpe pero oficial otorgado al Señor Demonio y sus asesores en su mundo anterior. Yu no conocía otra forma de gobernar. De hecho, no conocía otra felicidad que vivir bajo el gobierno del Señor Demonio.

“Es más fácil decirlo que hacerlo”, respondió Tahara. “La gente que gobierna esos pueblos puede tener algunas cosas que decir al respecto”.

“Podemos silenciarlos. Para siempre. Coserles la boca para cerrarlos”.

“¿O hacer que se les traba la lengua? Tú también lo harías…”

El Señor Demonio gimió en silencio ante el tema de conversación cada vez más violento. Su intención inicial de mejorar su reputación se había ido por la ventana, y ahora sonaba como un invasor genuino.