Ore ga Heroine o Tasukegite

Volumen 16

Capitulo 7: Al Mundo Paralelo

Parte 2

No tenía idea de cómo era Maine, la diosa de nuestro mundo, pero esperaba que ella no fuera del tipo que se deleita en destruir el mundo de su hermana pequeña.

“¿Y exactamente cómo planeas conseguir una audiencia con una deidad?”

“Bueno, ¿cómo conociste a la diosa de tu mundo, Yuuhi?”

“En mi caso, superé la prueba de la diosa para ganarme el derecho a verla”.

“¿Prueba?”

“Si. Verás, las deidades son las existencias más elevadas del cosmoverse. Para cumplir con ellos, debes pasar por los procedimientos adecuados”.

“Hmm…” Procedimientos, ¿eh? “Doctora, ¿ha oído hablar de algo similar a esta prueba divina en nuestro mundo?”

“¿Algo similar? Eso es bastante vago… Espera un momento”, dijo la doctora, sacando una especie de tableta. “La palabra clave es demasiado amplia. Hace que la búsqueda sea difícil… Sí, lo siento, hay demasiados resultados”.

“¿De verdad hay tantos? ¿Y cuál es ese dispositivo, de todos modos?”

“Es una terminal que puede acceder a todas las bases de datos del mundo. He revisado todos los registros disponibles, pero la mitología de todas las culturas está repleta de historias de héroes y sacerdotes que han realizado grandes hazañas para obtener una audiencia divina. Esta lista no tiene fin”.

“Ya veo,” dije con un asentimiento antes de volverme hacia Satsuki. “¿Qué pasa con la Magia de Omnisciencia? ¿Puedes buscar cómo encontrar a un dios?”

“Espera”, dijeron tanto Satsuki como la Satsuki del futuro al mismo tiempo. Luego ambas se miraron con sorpresa.

“Oh lo siento. Adelante.”

“No, tú eres la… um… adulta aquí, así que por supuesto…”

“En realidad, ¿no podrían ambas buscar juntas?”

Una extraña competencia de ceder comenzó a desarrollarse entre las Satsukis, así que sugerí que ambos lo intentaran. Teniendo en cuenta la lista infinita de posibles respuestas que la doctora dijo que estaba disponible, pensé que sería más eficiente que buscaran juntos. Después de todo, tomaría un tiempo. Y mientras estaban ocupadas…

“¡Oye, eso es correcto! ¡Rachelle!”

Mientras pensaba en las cosas, de repente me di cuenta de que teníamos un ángel en la fiesta. Ella servía al dios, ¿o diosa, como resultó? De este mundo.

Quizás ella podría conseguirnos una audiencia. Con esperanza, busqué a Rachelle… pero no pude encontrarla entre las heroínas de la habitación. Fue entonces cuando me di cuenta de que Yuuhi aún no había liberado a todos.

“Oye, Yuuhi. Libera al resto de las heroínas ya”. Ante eso, Yuuhi volvió a mirarme estoicamente.

“¿Qué, todavía no confías en mí? Te lo digo, estará bien”.

Aún escéptica, Yuuhi presionó un botón oculto en su chaqueta, y una brecha entre este mundo y el de ella abrió la estructura misma del espacio. De la grieta aparecieron las heroínas desaparecidas, que parecían bastante confundidas.

“¿Eh…? ¿Dónde estamos?” murmuró Kiri. “¿Qué estaba haciendo?” reflexionó Suzuran.

Al darme cuenta de que probablemente estaban aturdidos por el lavado de cerebro y todo lo demás que había sucedido, me volví hacia L.

“¿Te importaría explicarles las cosas?” Yo pregunté. “Ugh, está bien”, dijo enfadada.

L reunió a todos para completarlos mientras yo apartaba a la inconfundible chica que estaba detrás del grupo con alas blancas.

“¿Huah? ¿Qué es esto, Rekka?” Preguntó Rachelle, todavía un poco aturdida.

Parecía desconcertada por qué la había elegido.

“Rachelle, tengo un favor que pedirte”.

“¿Un favor, dices?”

“¿Hay alguna manera de que puedas arreglar una reunión con Dios para mí?”

“¡¿QUÉ?!” De repente, pasó de parecer aturdida a estar completamente despierta. “¡E-Eso es imposible! ¡De ninguna manera, de ninguna manera!”

“Por favor. El destino del mundo está en juego”.

“I-Incluso si dices eso…”

“¡Solo esta vez!”

Allí, le expliqué lo que le estaba pasando a Rachelle. Para salvar ambos mundos, necesitaba conocer a Maine, la diosa de este mundo, y pedirle que cancelara el juego. Pero desafortunadamente…

“¡Lo siento! ¡Simplemente no es posible!”

“¿Por qué no?”

“Estoy seguro de que el Rekka del futuro lo entendería, pero en la gran escala del mundo, y con eso me refiero al cosmoverso, la Tierra es solo una pequeña partícula de polvo, ¿sabes?”

“Punto justo…”

La Tierra era solo un planeta en un sistema solar, que no era prácticamente nada en el gran esquema del espacio, y mucho menos el llamado cosmoverso que incluía otros mundos. La Tierra realmente era solo una gota en el balde, si acaso.

“¡Incluso los serafines están bastante abajo en la escalera, y yo estoy incluso por debajo de ellos! ¡Soy como el último fondo! Lamento mucho decirlo, ¡pero no eso no pasara!”

“Ya veo… Perdón por ponerte en aprietos”.

Cuanto más frenética se ponía Rachelle, peor me sentía. Para que alguien tan ridículo como ella se tomara esto tan en serio, debe haber sido realmente imposible.

“Rekka…”

Sin embargo, mis esperanzas se reavivaron cuando Satsuki regresó. Si teníamos suerte, la Magia de la Omnisciencia nos encontraría la manera de encontrarnos con una deidad.

“Oye, Satsuki. ¿Come te fue?”

“Bueno, lo busqué con la ayuda de la Sra. Satsuki, pero no son buenas noticias. No hay forma de conocer a la diosa de este mundo”.

“… ¿En serio?”

Tuve que preguntar solo para estar seguro, y Satsuki bajó la cabeza mientras asentía. En busca de respuestas, luego me volví hacia Yuuhi.

“¿No pudiste conocer a tu diosa superando algún tipo de prueba?”

“En el caso de los Sith, sí… pero depende de la deidad si quieren organizar un juicio, o incluso cuál es ese juicio”.

“¿Entonces nuestra diosa no tiene intención de conocer a nadie?”

“Probablemente no. Para las diosas, esto es solo un juego de caja de arena. Si quieren interactuar con los personajes o simplemente observarlos desde la distancia, todo depende de ellos”.

Eso significaba que Maine, la diosa de nuestro mundo, no estaba interesada en interactuar con ninguno de nosotros.

“Ya veo… ¿Touko está por aquí?”

“Por aquí,” respondió Touko, levantando su mano cuando dije su nombre.

Ella era la única de las heroínas cotidianas que había desaparecido, pero parecía que Yuuhi también era responsable de eso. Ahora que lo pienso,

¿por qué Touko era la única de las heroínas cotidianas que había sido secuestrada? Tendría que llegar al fondo de eso más tarde…

“¿Podría tu poder conseguirnos una reunión con la diosa, Touko?” Yo pregunté.

“Hmm… me pregunto”, reflexionó.

“Imposible,” intervino Yuuhi, inmediatamente derribando mi idea. “Como dije antes, las deidades son las existencias más elevadas en el cosmoverse. Si cree que pueden ser manipulados por el poder de las palabras, está completamente equivocado”.

“Supongo que no sería tan fácil…”

Mis hombros se hundieron por la decepción.

“¿Es realmente imposible conocer a la diosa de nuestro mundo, entonces…?”

Cerré los ojos para pensar. Para detener el juego con uno de nuestros mundos en juego, necesitábamos reunirnos con Maine. Tuvimos que. El problema fue que no había ningún sistema establecido en nuestro mundo para hacerlo. ¿Hubo quizás algún tipo de alternativa? ¿Otra forma de tener la oportunidad de verla?

“…”

Cuando abrí los ojos, Yuuhi estaba de pie frente a mí con esa misma expresión solemne, mordiéndose el labio tensamente. ¿Le preocupaba que rescindiera mi oferta una vez que me di cuenta de que no tenía opciones? Quería asegurarle que eso no sucedería, pero era perfectamente razonable que se sintiera ansiosa. Por eso decidí sugerir algo más concreto.

“Yuuhi.”

“¿Qué?”

“Llévame de vuelta a tu mundo por un rato. ¿Puedes hacer eso?”

“?!”

“¡¿Rekka?!”

“¡¿Sir Rekka?!”

“¡Rekka!”

Mi declaración sorprendió no solo a Yuuhi, sino a todas las demás chicas también. Para ser honesto, estaban mucho más sorprendidos de lo que pensaba.

“Tu mundo tiene una prueba divina en su lugar, ¿verdad? Si lo aclaro, al menos podré reunirme con los Sith”.

Si Sith, su hermana, intentaba comunicarse con ella, tal vez podría comunicarme con Maine de esa manera. Habían organizado el juego juntos, después de todo. Tenía que haber una forma de comunicarse.

“¿Bien, Yuuhi? ¿Puedes hacerlo?”

“Es posible, pero…” Yuuhi miró a Satsuki y a los demás antes de continuar. “Las únicas personas que pueden cruzar la frontera somos yo y personas como yo. Eso significa que puedo llevarte, Rekka, pero no puedo llevarme a tus heroínas”.

“Ya veo…” Comencé a asentir, pero de repente me di cuenta de algo. “Espera, si eso es cierto, entonces, ¿cómo lograste que todos entraran en la grieta?”

“Porque fue solo una grieta. Hay una especie de muro que bloquea el camino entre diferentes mundos. Esa es la barrera que nadie puede cruzar excepto nosotros, los Namidares”.

“Ah, vale.”

Realmente no entendía la lógica, pero si esas eran las reglas, que así fuera. Podía aceptar eso, pero parecía que algunas de las chicas no podían.

“¡Oye, no tomes una decisión como esa por tu cuenta!” gritó Shirley. “¡No deberías ser tan confiado!” gritó Rosalind.

“¡Incluso si confías en ella, primero necesitamos conocer todos los detalles!” gritó Ellicia.

Quiero decir, no se equivocaron, pero…

“O-Oye, espera un minuto. ¿No estabas congelada, Rosalind?”

Si recuerdo correctamente, la doctora la había congelado en su forma de niebla roja durante la confrontación anterior con Yuuhi.

“¡Me descongelé hace mucho tiempo! ¡Y no intentes cambiar de tema!” Rosalind rugió, mostrando sus colmillos mientras aterrizaba un golpe bien dirigido justo en mi sección media.

“¡Guh!”

“Vaya, estabas más cerca de lo que pensaba… Lo siento”.

“No, está bien…”

Honestamente, realmente dolió… lo suficientemente malo como para hacer que las lágrimas brotaran de mis ojos.

“Yo, por mi parte, me gustaría confirmar algunas cosas mientras Rekka se tambalea por el dolor”, dijo Shirley, subiéndose las gafas mientras se volvía hacia Yuuhi. “En primer lugar, explique con más detalle la razón por la que solo Rekka puede cruzar esta supuesta barrera”.

“Bueno, antes que nada, tengo la capacidad de cruzar la barrera entre mundos”.

“Por supuesto que sí. De lo contrario, no estarías aquí en este mundo.

¿Qué pasa con Rekka?”

“Se supone que dicha habilidad es algo que solo yo puedo usar. Pero Rekka es mi equivalente en este mundo. Esencialmente, puede engañar a la barrera para que lo deje pasar”.

“¿Y cómo, puedo preguntar, lo sabes?”

“Porque ya lo he hecho una vez”.

“¿Lo hiciste? ¿Con quién?” Shirley preguntó, con el ceño fruncido dubitativamente.

Sin embargo, era una buena pregunta. Estaba aquí y lo había estado todo el tiempo. ¿Cómo podría Yuuhi tener alguna prueba empírica de que funcionaría conmigo? Tenía que preguntarme, pero obtuvimos la respuesta directamente de la boca del caballo lo suficientemente pronto…

“Con el Rekka Namidare del futuro,” respondió Yuuhi. “¡¿Qué dijiste?!”

“¡¿Rekka?!”

La mayoría de las futuras heroínas alzaron la voz enojadas en respuesta a la afirmación de Yuuhi de que había llevado al Rekka del futuro a su mundo.

“Ya veo… No me extraña que mi Magia Omnisciente no pudiera encontrarlo. Ni siquiera estaba en este mundo”, dijo la Satsuki del futuro, mordiéndose el labio con frustración.

“Hay algo más que me molesta”. Shirley, sin embargo, no parecía estar convencida. “Después de que fuimos secuestradas, nos encerraron en ese espacio entre mundos… ¿La grieta, la llamaste? ¿Qué quiere decir que no podría haber mantenido allí al Rekka del futuro? Cuéntanos por qué hiciste todo lo posible para enviarlo al mundo Sith”.

“Hay dos razones para eso,” dijo Yuuhi encogiéndose de hombros. “La primera es simplemente porque la grieta es útil. Puede ocultar a la gente de la Gran Magia Omnisciente, y yo mismo puedo usarlo para viajar. Es muy versátil”.

“¿Puedes viajar con él?” Preguntó Shirley, continuando con su línea de preguntas.

“Puedo abrir la grieta donde quiera. Entonces, si yo mismo me meto en él, es esencialmente un viaje gratis a mi destino de elección”.

“Eso suena conveniente…”

Habría sido la herramienta perfecta para la mente maestra extremista, tramando todo tipo de planes desde las sombras.

“La segunda razón también es simple,” continuó Yuuhi. “Temía que el Rekka Namidare del futuro pudiera salir de la grieta”.

“¿Oh? ¿Pero no dijiste que eres el único con la capacidad de cruzar la barrera?” Dijo Shirley, ladeando la cabeza.

“Más específicamente, cualquiera que no posea una habilidad como la mía no puede cruzar la barrera de ningún mundo al que no pertenece. Pero eso no quiere decir, por ejemplo… que alguien como Harissa, que está bien versado en la magia de la teletransportación, no podría eventualmente cruzar la barrera del mundo de Maine y entrar en la grieta si realmente se esforzara”.

Básicamente, funcionó así. Yuuhi era un residente del mundo Sith y yo era un residente del de Maine. En circunstancias normales, Yuuhi no podría cruzar al mundo de Maine debido a la barrera que lo rodeaba y viceversa. Sin embargo, todavía podía cruzar la barrera nativa alrededor de su propio mundo para entrar en la grieta. Y sucedió lo contrario; Podría cruzar la barrera de Maine y entrar en la grieta.