Ore ga Heroine o Tasukegite

Volumen 16

Capitulo 7: Al Mundo Paralelo

Parte 3

Eso no quería decir que sería una hazaña fácil para un don nadie como yo… Cruzar una barrera mundial fue un gran problema, después de todo.

Pero si estuviéramos hablando de alguien con una combinación especial de poderes sobrenaturales, y estuviéramos con mi yo futuro, entonces sería fácilmente posible que pudiera cruzar la barrera de Maine desde dentro de la grieta y escapar de regreso a nuestro mundo. Es por eso que Yuuhi se había tomado la molestia de empujarlo hasta el mundo Sith, esencialmente encerrándolo detrás de dos puertas.

“Entonces, cuando sellé el Rekka Namidare del futuro en el mundo Sith, confirmé que mi yo equivalente también podría cruzar la barrera… Eso es lo que quiero decir”.

Shirley asintió en silencio, bastante reticente, ante la explicación de Yuuhi. Ella todavía parecía bastante cautelosa.

“¿Qué pasa con Shirley?” Me incliné hacia R y susurré. “La explicación de Yuuhi en este momento me pareció perfectamente razonable. ¿Había algo que me perdí?

—Qué ignorante eres, Rekka —respondió R con su habitual abuso verbal. “¿No acaba de decir Rosalind que no debes confiar tanto en los demás?”

Mientras susurraba con R, Hibiki habló y entró en la conversación.

“Yuuhi Namidare, al final, simplemente no tenemos ninguna razón para creer que no harás una prueba rápida con Rekka”. Con los brazos cruzados, continuó: “Originalmente, estabas tratando de matar a nuestro… pasado Rekka, ¿lo llamarías así? Dejarlo solo contigo, y mucho menos dejar que lo lleves a un mundo donde nadie más puede llegar a ti… me temo que no puedo estar de acuerdo con eso”.

“…”

“H-Hey, Hibiki…” Entre el argumento de Hibiki y la mirada silenciosa de Yuuhi, estaba un poco perdida. “Quiero decir, entiendo por qué estás preocupada, pero todo estará bien”.

“¿Cómo puedes estar seguro de eso?”

“Hmm…” Busqué a tientas las palabras correctas. “¿Cómo debería decir esto…? Yuuhi me recuerda a ti, Hibiki.”

“¿A mí?”

“Si. Cuando nos conocimos, tú también estabas tensa todo el tiempo”.

“…!”

El linaje Banjo de Hibiki era muy similar al mío. También se vio envuelta en todo tipo de historias, y una vez una querida amiga suya había resultado herida accidentalmente en medio de una.

Hibiki se lo tomó bastante mal, y en un intento por asegurarse de que nunca volviera a suceder, comenzó a alejar a la gente y mantener la distancia. No era exactamente el mismo que el caso de Yuuhi, pero estaba igualmente determinada a no aceptar la ayuda de nadie. Estaba convencida de que necesitaba hacer todo por su cuenta.

“Por eso, bueno… Sí, podría ser por eso que quería salvarla. Aunque también quiero salvar ambos mundos, por supuesto”.

Allí, Hibiki se quedó en silencio por un momento y se volvió malhumorado antes de decir: “Solo porque ella te recuerda a mí… No hagas esto por algo tan trivial, estúpido”.

“Perdón por ser estúpido. Pero eso es—”

“Eso es lo que eres”, dijo Hibiki, golpeándome en el pecho antes de retroceder un poco.

Espera, ¿eso significaba que lo había aceptado?

“¡Oye, ahora espera un minuto!” Tsumiki gritó, golpeando con el pie. “¡Hibiki no es la única persona a la que tienes que convencer! Y además, ¡el mayor problema aquí ni siquiera se ha abordado!”

“¡Así es! ¿Por qué te disculpas por ser estúpido? ¡Ya sabemos que lo eres!” gritó Lyun a su vez.

Tsumiki y Lyun claramente tenían sus objeciones, pero también Tetra y Mio, quienes estaban detrás de ellos. Me miraron con expresiones silenciosas y suplicantes que prácticamente me rogaban que no fuera. En nombre de las cuatro chicas preocupadas, Tsumiki señaló con un dedo furioso hacia Yuuhi.

“Entonces, señora, ¿por qué estaba tratando de matar a Rekka en primer lugar?”

En lugar de responder a Tsumiki directamente, Yuuhi se volvió hacia mí y dijo: “La razón por la que intenté matarte fue, naturalmente, para detener el plan de los pacifistas”.

“Pero si me hubieras matado, ¿no habría impedido eso que la Guerra de Todos ocurriera?”

“No, todavía habría sucedido”.

“¿Cómo? Incluso si estuvieras moviendo los hilos desde las sombras, la Guerra de Todos es realmente una pelea por mi yo del futuro. Entonces, si me eliminas de la imagen, entonces no habría habido nada por lo que pelear en primer lugar, ¿verdad?”

Eso era algo que me había estado preguntando por un tiempo. Aunque tenían métodos diferentes, tanto los pacifistas como los extremistas compartían el objetivo de querer poner fin a la Guerra de Todos. O eso parecía, pero aquí habíamos descubierto que el verdadero objetivo de Yuuhi desde el principio era mantener la guerra. Algo claramente no cuadraba.

“Normalmente, un humano normal no podría cambiar el pasado en una escala significativa”.

“¿Eh? Pero la doctora dijo que si matas a alguien del pasado, tiene repercusiones en el futuro… Es por eso que las futuras heroínas no podrían luchar contra su yo pasado, ¿verdad?”

“Eso es un malentendido por parte de los científicos de este mundo. Permítanme reiterar: un ser humano normal no puede cambiar el pasado”.

“Pero… Entonces, ¿qué pasa cuando volví en el tiempo para salvar a la gente de Atlantis?”

“No eres una persona normal. Eres un Namidare”.

“¿Qué…?”

“El poder correctivo del tiempo es algo contra lo que ningún ser humano normal tiene el poder de enfrentarse. Incluso si alguien, digamos, fuera al pasado e intentara alterar el curso de la historia, el mundo se autocorregiría volviendo al curso que estaba destinado a seguir. Piense en ello como el destino”.

Según la explicación de Yuuhi, incluso si una persona normal retrocediera en el tiempo y matara a sus padres, no cambiaría el hecho de que habían nacido.

Eso se debió a que el tiempo viaja en un curso fijo una vez que se ha superado, y ese curso no se puede alterar retroactivamente.

Entonces, en el ejemplo de que alguien retrocedió en el tiempo y mató a sus padres, la mano del destino haría avanzar las cosas de una manera que trajo los mismos resultados. Esa persona todavía —de alguna manera— nacería, y así el mundo volvería a encaminarse. Ese fue el poder auto corrector del tiempo.

“Pero como dije, no eres una persona normal. Los namidares tenemos el poder de realizar cambios reales. El rey de Laputa y los demás tuvieron la idea correcta. En lugar de intentar en vano alterar el pasado ellos mismos, te hicieron consciente del futuro para que pudieras hacerlo. Les dio una oportunidad real de sofocar la tempestad del destino que es la Guerra de Todos”.

“C-Correcto…”

Esta conversación había alcanzado una masa crítica en mi cabeza. Podía sentir el humo saliendo de mis oídos. Pero en resumen, solo nosotros, los namidares, podíamos cambiar el pasado. Solo nosotros podríamos cambiar el destino. Destino… Destino, ¿eh?

¿Qué es el destino, de todos modos?

Nunca antes había buscado la palabra en un diccionario, pero… ¿era el destino el curso que algún dios había predeterminado? No, no algún dios… la diosa de nuestro mundo. Y para encontrarme con ella, estaba a punto de viajar a un mundo paralelo.

Cuando la vea, debería preguntarle cuál es realmente el destino.

“Entonces, está bien… Para resumir, no importaría si alguien regresara al pasado y me matara. ¿Estás diciendo que el poder correctivo del tiempo significaría que la Guerra de Todos todavía sucedió de todos modos?”

“Eso es exactamente lo que estoy diciendo”, confirmó Yuuhi.

“Ya veo. Por eso envió a L y esos robots gigantes en lugar de venir usted mismo. Tú también eres un Namidare, por lo que venir al pasado podría haber arruinado las cosas”.

“Bueno, sí… Seguro que no tienes pelos en la lengua, ¿verdad?” Yuuhi pareció momentáneamente en conflicto, pero se recompuso. “Del mismo modo, ahora no puedo matar a Rekka con mis propias manos. De eso te puedo asegurar”.

“Grr… ¡Aun así!” Tsumiki refunfuñó, luciendo como si todavía tuviera sus objeciones.

Y ella no fue la única. Mis instintos me decían que confiara en Yuuhi, pero los instintos de las chicas les decían lo contrario. Hablar de esto con cada uno de ellos podría llevar días, y ese fue el tiempo que no tuve. Ya había decidido seguir a Yuuhi de regreso a su mundo. Y entonces…

“Tsumiki”.

Me volví hacia ella. “Lyun, Tetra, Mio…”

También me volví hacia las chicas detrás de ella.

“Satsuki, Iris, Harissa, Lea, Hibiki, Rosalind, Suzuran, Chelsea …” Luego me volví hacia las chicas de mi izquierda, mirándolas a los ojos. “Shirley, Fam, Rain, Ellicia, Corona, L…”

Lo mismo con las chicas de mi derecha.

“Rachelle, Zeta, Kiri, Chirika, Sherlyn, Nyanyan, Touko…” Los llamé a todas y me golpeé el pecho con convicción.

“Cree en mí. Voy a llevar esto a cabo”, prometí. “Voy a hacer lo que sea necesario para salvar nuestro futuro”.

Luego recurrí a las futuras heroínas que me habían ayudado a llegar tan lejos. Aunque Iris todavía estaba ocupada reteniendo a la flota de la Gran Federación Galáctica, yo también estaba pensando en ella.

“Voy al mundo Sith con Yuuhi, y voy a salvar ambos mundos para asegurar un final feliz para todos nosotros”.

Cuando dije eso, todos reaccionaron a su manera. Hubo suspiros de resignación y aceptación. Hubo lágrimas. Incluso hubo risas. Era casi como si todos hubieran estado preparados para este momento.

Como si fuera inevitable que fuera a hacer algo imprudente. Pero sí, supongo que ese fue mi modus operandi. Con una carcajada, finalmente me volví hacia Yuuhi.

“Entonces, sigamos nuestro camino ahora.”

“Espera.”

Alguien más me llamó. Para mi sorpresa, esta vez fue R. “¿Qué, R? ¿Vas a intentar detenerme también?”

“Como sí pudiera. No haría algo tan inútil”, dijo con un movimiento de cabeza. “Voy contigo.”

“¡¿Qué?! Pero Yuuhi dijo que solo nosotros dos podemos cruzar al mundo Sith”.

“Yuuhi,” dijo R, volviéndose para interrogarla. “Antes, dijiste que solo las personas con poder como el tuyo podían cruzar la barrera. Pero, ¿qué pasa con las personas que no son personas en absoluto? Y con eso, me refiero a no tener cuerpo físico”.

“¿Sin cuerpo físico?”

“Así es.”

“…!”

La bombilla se encendió para mí cuando escuché esas palabras. Lo mismo ocurrió con L y la doctora.

“R, no me digas…” dijo L con escepticismo.

“¿Tiene la intención de volver a su estado semi-material para seguir a Rekka?” preguntó la doctora.

“Eso es correcto”, respondió R, confirmando las sospechas de ambos. “En mi forma semi-material, mi existencia casi se superpone a la de Rekka. Estoy restringido a un cierto radio alrededor de él y solo soy perceptible por él. En tal estado, debería poder sortear esta barrera y el poder necesario para sortearla, ¿no?”

“Si bien existe la posibilidad, no puedo garantizar que funcione”, respondió Yuuhi con cautela.

Eso fue suficiente para satisfacer a R.

“Si es posible, intentémoslo. Si te acompaño, la doctora y las otras heroínas no tendrán que preocuparse tanto”.

“R, si esto falla…” dijo la doctora con nerviosismo. Pero R estaba decidida.

“Doctora, incluso si intenta detenerme, esto es algo que debo hacer”, dijo rotundamente. “Esta es mi historia también. Tengo el deber de seguirlo hasta el final”.

“Aun así… Bien. Supongo que no hay nada que te detenga”.

La doctora estaba dispuesto a discutir al principio, pero cedió. Ella podía decir que no había forma de que R se doblegara con esto.

“Está bien, Yuuhi. Si fue usted quien reprogramó a R para que fuera material, eso debe significar que tiene las facilidades para trabajar en ella”.

“Así es.”

“Entonces abre el camino y échame una mano para que vuelva a la normalidad. También necesito que me digas exactamente de qué otra manera modificaste R”.

“No me importa”.

“Bueno. Está bien, R. Vamos”.

“Muy bien.”

Y así los tres se fueron juntos.

***

Aproximadamente dos horas después, R estaba de vuelta en su forma semi-material gracias a la ayuda de la doctora y Yuuhi. Pero a diferencia de antes, ni la doctora ni L ni Yuuhi pudieron verla. Ella realmente solo era perceptible para mí ahora.

Ese fue un intento de acercarla lo más posible a mí, que fue un intento de aumentar las probabilidades de que ella pudiera atravesar la barrera del mundo conmigo. Si lo arruinamos… Bueno, nadie quería pensar en eso. Digamos que cuanto mayores sean las posibilidades de éxito, mejor.

“Muy bien. Hora de irse.”

Yuuhi presionó el mismo botón secreto de su chaqueta, abriendo la brecha entre los mundos. Intenté preguntar cuál era realmente la grieta, pero…

“¿Recuerdas la metáfora de la caja del mundo que usé antes? Las cajas del mundo no están necesariamente una al lado de la otra. Esta brecha, entonces, es simplemente el espacio vacío entre las cajas donde no existe nada”.

Su respuesta fue muy simple y alucinante. “Está bien, todas. Nos vemos.”

“¡Vuelve pronto, Rekka!”

“¡Adiós, Sir Rekka!”

Cuando me despedí, varias de las chicas me llamaron y me devolvieron el saludo vigorosamente. Al verlas así, supe… supe que tenía que volver a casa sano y salvo.

“…”

Mientras tanto, R miraba a L desde mi lado. L le devolvía la mirada en silencio, aunque ya no podía ver a R. Incluso si R le dijera algo ahora, sus palabras nunca llegarían a los oídos de L.

“R…”

“No, no es un problema. Además, volveremos. No hay necesidad de disparar excesivamente las banderas de la muerte”, dijo R fríamente mientras se bajaba el sombrero.

Pero justo cuando ponemos un pie en la grieta…

“… ¡Regresa, estúpida hermanita!” L gritó detrás de nosotros.

Aunque no había podido ver a R, todavía la llamó alto y claro. No estaba claro si dijo “asegúrate de volver” o “no volverás nunca”, pero no importaba mucho.

“Volveré pronto, hermana”, dijo R mientras se giraba y saludaba a L con la mano.

Y con eso, estábamos en camino al mundo Sith.