Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 5

Capitulo 2: Relación De Los Convocados

Parte 1

“Así que el héroe de la Alianza que estaba en el desfile…”

“¿Es el conocido de Suimei-dono?”

Las voces de sorpresa de Lefille y Felmenia resonaron por toda la habitación. Después del desfile de la victoria del héroe, Suimei y los demás se reunieron en la oficina del maestro del gremio en el Pabellón Crepuscular. Suimei ahora estaba sentado en el sofá con una expresión profundamente sombría en su rostro.

“No hay duda de que esa chica era mi amiga de la infancia, Kuchiba Hatsumi. Pensar que ella también fue convocada…”

Suimei respondió a las chicas con un profundo suspiro. Felmenia y los demás estaban completamente asombrados por la extraña coincidencia que Suimei estaba sugiriendo: conocía al héroe de la Alianza de su propio mundo.

“¿Así que no solo fuiste tragado por la invocación de tu mejor amigo, sino que ahora tu amiga de la infancia también ha sido convocada aquí? Realmente te has enredado en un destino desventurado aquí, ¿no es así?”

Insegura de si fue solo una suerte o la influencia de las estrellas, Rumeya simplemente miró a Suimei con asombro con un ojo cerrado mientras fumaba su pipa. Realmente fue como ella dijo. Suimei no pudo pensar en una mejor manera de describirlo que “desventurado destino”. Tenía que haber algo que uniera a las personas que habían sido convocadas a este mundo, eso era lo que el instinto de Suimei le estaba diciendo ahora. Reflexionando sobre todo esto, Lefille recordó las acciones anteriores de Suimei.

“¿Así que por eso gritabas así?”

“Si. Estaba tratando de llamar su atención, pero… no lo entiendo. Ella no reaccionó en absoluto”.

“¿Podría ser que no es realmente ella, solo alguien que se parece a ella?”

“No. Quiero decir, si solo fuera su apariencia, podría pensar eso, pero la ropa que lleva puesta es un claro indicio. Sin mencionar que tiene el mismo nombre”.

“Hatsumi Kuchiba, ¿verdad? Es cierto que los nombres coinciden…”

“Si…”

Suimei estaba gimiendo por su ingenio. Liliana luego expresó su duda con palabras.

“¿No podría ser simplemente… que ella no te escuchó?”

“Quizás, pero juro que nuestras miradas se encontraron. Ella me miró directamente. Me cuesta creer que no me reconociera entonces”.

“Pero es posible… había tanta gente… que ella te pasó por alto… ¿verdad?”

“¿Eso crees? Quizás eso es todo lo que fue…”

Suimei asintió como para convencerse a sí mismo. Tal como dijo Liliana, antes había habido tantos en la calle que era realmente posible que no hubiera podido distinguirlo entre la multitud. Y no ganaría nada preocupándose por ello.

“Voy a tener que reunirme con ella y verlo por mí mismo”.

Al escuchar la declaración de Suimei, Rumeya logró adivinar lo que vendría después.

“Y por eso viniste a hablar conmigo, ¿verdad?”

“Si. Como maestra del gremio, pensé que podrías concertar una reunión con el héroe”.

Incluso si Suimei era un viejo amigo suyo, para la gente de la Alianza, no era nadie. Era difícil imaginar que dejarían que cualquier civil tuviera audiencia con el héroe. Por eso había elegido venir a Rumeya, alguien importante en la comunidad. Pensó que podrían llegar a alguna parte con su título. Pero contrariamente a sus esperanzas, Rumeya negó con la cabeza hoscamente.

“Lo siento, eso sería un poco difícil”.

“Difícil… ¿cómo?”

“Bueno, ya ves… Según la familia real, al héroe no le gusta salir mucho. No ha pasado tanto tiempo desde que fue convocada, por lo que parece que todavía no está acostumbrada a este mundo. La familia real no quiere que se sienta abrumada, por lo que las audiencias con ella están prohibidas”.

“Ya veo… ¿Es por eso que tampoco la conoces todavía, Rumeya-dono?”

“Lo adivinaste. La familia real de Miazen está muy nerviosa por todo lo relacionado con el héroe. Incluso si tirara de todos los hilos que podía y lanzaba mi peso, dudo que nos dejen verla”.

“Eso parece extraño después de dejarla pelear y hacerla participar en un desfile”.

“¿No es así? Honestamente, tampoco sé lo que están pensando”.

Rumeya estuvo completamente de acuerdo con Suimei. Parecía tener sus propias sospechas sobre el asunto y continuó fumando su pipa con expresión de insatisfacción. Fue Felmenia quien tímidamente habló a continuación.

“Entonces el héroe de la Alianza es tu, um… buen amiga, ¿verdad, Suimei- dono? ¿Eso significa que ella está… en tu mente?”

“Bueno sí.”

Cuando Suimei sonrió, Rumeya mostró una sonrisa maliciosa.

“¿Oh? Dios mío, qué casanova. ¿Ya te estás ahogando prácticamente en mujeres hermosas, pero todavía estás al acecho de una nueva captura? Eres un chico malo, ¿no es así?” dijo, haciendo girar su pipa alrededor de la punta de su dedo.

“¿Qué…? ¡N-No! Eso realmente no es…”

Naturalmente, Suimei no tenía tales intenciones y fácilmente negó su acusación, pero Felmenia y Lefille no estaban tan convencidas. Felmenia saltó hacia él mientras Lefille le lanzaba una mirada fría y aterradora.

“S-Suimei-dono, ¡¿es eso cierto?! ¡¿Son esas realmente tus intenciones?!”

“Suimei-kun, parece que tú y yo necesitamos tener una larga, larga charla”.

“¡Cálmate, Menia! Yo solo… Espera, Lefille… ¿por qué me miras así?”

Suimei estaba tambaleándose por el repentino cambio en sus actitudes. Rumeya se rio a carcajadas.

“Bueno, dejando las bromas…”

“¿Después de tirarme debajo del autobús así? Tienes algo de descaro…”

Suimei miró a Rumeya, el resentimiento obvio en sus ojos. Pero ella simplemente le devolvió una sonrisa astuta, como si hubiera encontrado un juguete nuevo para jugar.

“Suimei, es bastante divertido burlarte de ti, ¿sabes? Seguramente la gente te hizo esto, incluso en el mundo del que eres”.

“Urgh…”

“¡Hahaha! ¡Eso debe significar que di en el blanco! Parece que ese es tu destino en la vida, querido”.

Rumeya continuó riendo, completamente divertido con Suimei. Mientras se lamentaba en su corazón por haberse convertido en otro enemigo, la sonrisa desapareció repentinamente de su rostro cuando ella recuperó la compostura y lo miró con seriedad.

“Entonces, ¿ella está en tu mente porque es tu amiga?”

“Si. La conozco desde que era muy joven. Por eso quiero ver cómo está. No sé con certeza si no la están obligando a luchar contra su voluntad, después de todo”.

“Hmm…”

Parecía que Rumeya no había considerado esa posibilidad. La gente de este mundo en general dio por sentado que los héroes vinieron a salvarlos. Por supuesto que estarían dispuestos a luchar. La idea de que ese podría no ser el caso nunca se les pasó por la cabeza. Para Suimei, sin embargo, era una preocupación bastante natural.

Además, todavía no podía entender por qué Reiji y Elliot habían adoptado una postura tan desconcertante en este asunto del héroe.

No tenía sentido para él, y no pensó que llegaría al fondo hasta que lo examinó seriamente por sí mismo. Hablar con Hatsumi podría resultar un buen comienzo. Después de calmarse un poco, Felmenia inclinó la cabeza hacia un lado y planteó una pregunta sobre cómo exactamente haría él para hacer eso.

“¿Pero qué vas a hacer, Suimei-dono? Si no podemos concertar una cita con ella directamente, ¿tiene alguna otra forma de contactarla?”

“Bueno, si se trata de eso, tengo una carta en la manga…”

Mientras se acariciaba la barbilla, Suimei cambió su enfoque hacia la ventana. La noche, el día del mago, estaba a punto de caer. Si Suimei no podía ponerse en contacto con Hatsumi por medios normales, tendría que ser creativo.

***

Kuchiba Hatsumi de repente sintió una sacudida recorrer su cuerpo. “¿Hmm…?”

Lentamente se despertó de un profundo sueño y, cuando abrió los ojos, vio a su compañera Selphy Fittney inclinada sobre ella.

“Por favor, despierta, Hatsumi. Ya es de noche”.

“¿Noche…?”

Mientras se frotaba los ojos somnolientos, se enderezó y miró a su alrededor. Estaba encima de una cama en la habitación privada que le habían reservado en el cuarto piso del palacio de Miazen. El mobiliario se mantuvo al mínimo, con solo la cama y una cómoda para la ropa.

Una alfombra oscura se extendía por el suelo y desde la ventana se podía ver un amplio patio. Éstos eran los alojamientos frugales que la familia real le había asignado.

Con el rostro oculto por la capucha, Selphy continuó hablando en silencio con Hatsumi.

“De hecho, Hatsumi. Trabajaste duro hoy”.

“… ¿Me quedé dormida?”

“Sí, te fuiste como un rayo. Sin embargo, debes haber tenido un buen sueño. Tu rostro dormido estaba muy tranquilo”.

“Augh…”

Hatsumi no pudo ocultar su timidez ante la idea de que alguien viera su rostro dormido. Sus mejillas se pusieron de un rojo brillante, pero en lugar de intentar avergonzarla, Selphy estaba siendo algo afectuosa. Hatsumi no podía ver su rostro debido a la sombra, pero sentía como si Selphy estuviera sonriendo debajo de esa capucha suya.

“¿Qué tipo de sueño estabas teniendo? ¿Te acuerdas?”

“¿Mi sueño…?”

Trató de recordar su contenido. Y efectivamente…

“… Soñé que era una niña pequeña. En un lugar diferente a aquí. Corría con un chico y jugaba con él”.

“¿El mismo sueño de siempre, entonces?”

Hatsumi asintió hacia la suave voz de Selphy. No tenía recuerdos de su vida anterior, pero era un sueño que tenía a menudo. En él, ella era una niña pequeña y estaba con un niño de su edad. Jugarían y blandirían espadas juntos. No tenía pruebas para probarlo, pero pensó que debía ser un fragmento de su pasado.

Pero entonces…

Pero luego, a mitad de camino, cambió a un sueño extraño. Había un perro callejero. Ella estaba huyendo, pero se cayó y se lastimó. El chico la siguió. Luego recitó un amuleto de la buena suerte para curar sus heridas. Y por fin, dijo…

“Siempre que estés en peligro, vendré a salvarte”.

El rostro del chico estaba completamente confuso en su mente. No podía recordarlo con claridad. Pero cuando recordó esas palabras suyas, sintió un leve dolor en el pecho. Se sintió como la punzada de la soledad que viene después de perder algo.

Dejando a un lado el asunto del sueño, Hatsumi se sorprendió de sí misma. Solo tenía la intención de tomar una siesta rápida, pero se había desmayado por completo. Algo desorientada, se volvió hacia su compañero.

“Selphy, ¿cuánto tiempo estuve durmiendo?”

“Te dije que ya es de noche. Estuviste fuera durante bastante tiempo”.

“Hombre, ¿realmente dormí tanto…? Se suponía que íbamos a tener esa reunión estratégica esta noche, ¿no es así?”

“De hecho lo tuvimos”.

“Oh hombre…”

Después de que Hatsumi y sus compañeros cenaron después del desfile, decidieron tomar un breve descanso antes de reunirse para discutir cómo debían proceder con respecto a la subyugación de los demonios.

Hatsumi, como líder, había sugerido que se volvieran a reunir en una hora para dicha reunión, pero ahora, mirando por la ventana, estaba oscuro como boca de lobo. Su pequeña siesta después de la cena había durado más de dos horas.

“La hora se ha hecho bastante tarde, así que vine a despertarte”.

“Hubiera estado bien si lo hubieras hecho antes”.

“No, parecías bastante cansada, así que pensé que sería mejor dejarte descansar”.

“Gracias, Selphy. Entonces, ¿dónde están Gaius y Weitzer?”

“Están esperando en la habitación de al lado”.

“Ya veo. Entonces apurémonos—”

Antes de que Hatsumi pudiera terminar su oración, pudo escuchar pasos inquietos desde el pasillo. Fue Gaius; debe haber sentido que ella se había despertado. Y justo cuando Hatsumi se dio cuenta de quién se estaba acercando, la puerta de su habitación se abrió de golpe.

“¡Yoohoo! ¿La pequeña héroe dormilón ya está despierta?”

Esa puerta debe haber sido nada más que una hoja de barniz para él. Cuando se abrió de golpe como si lo hubieran golpeado, un hombre corpulento, musculoso y con una sonrisa afable entró y se dejó caer sobre una silla como si le perteneciera. Los ojos de Selphy brillaron con reproche debajo de su capucha.

“Sir Gaius, ¿qué está haciendo entrando en la habitación de una mujer sin siquiera llamar?”

“Aw, ¿cuál es el problema? Ella solo estaba durmiendo con la ropa que usa normalmente, ¿verdad? Si estuviera vestida de manera inmodesta, estoy seguro de que ya habrás hecho algo al respecto”.

“Bueno, eso es ciertamente cierto. Habría comenzado por lanzarte un hechizo”.

“Oooh, da miedo”.

Gaius lo agarró por los hombros y fingió temblar de miedo. Aunque no lo pensaba de esa manera, era un hombre bastante divertido. A Hatsumi, sin embargo, realmente no le importaba el comportamiento descortés de Gaius. Ella inclinó ligeramente la cabeza hacia él desde lo alto de su cama.

“Lo siento, Gaius. Me quedé dormida.”

“Eso es raro para ti”.

“Creo que hacer algo nuevo debe haberme cansado…”

Hatsumi habló tímidamente. También había surgido durante la cena, pero esa tarde había sido su primera experiencia con un desfile. Durante medio día, tuvo que pararse sobre un flotador tirado por cuernos de vaca mientras saludaba y sonreía a la multitud que la vitoreaba. Fue mucho más difícil de lo que pensaba.

“Ah, sí, te llevo allí. Incluso mis hermosos hombros están rígidos después de todo eso”.

Gaius se frotaba el hombro mientras hacía una mueca amarga.

Aunque era un hombre bastante mundano, parecía que tampoco estaba acostumbrado a esas cosas. Hatsumi había pensado que parecía que se estaba divirtiendo mucho durante el desfile, pero parecía que tal vez ese no era el caso después de todo.

Mientras hablaban de todo esto, un joven vestido con un exquisito traje de caballero entró por la puerta aún abierta. Y lo primero que salió de su boca fue…

“Gaius. ¿En qué estás pensando, entrando a la habitación del héroe por tu cuenta de esa manera?”

Mirando a Gaius por el rabillo del ojo, el recién llegado lo criticó con un tono agudo. Era Weitzer Ryerzen, príncipe de Miazen. Gaius, sin embargo, permaneció sentado imperturbable, hurgando alrededor de su oreja con el dedo meñique mientras esperaba que el príncipe dejara de hablar.

“¿Qué? ¿Me vas a sermonear también? Como dije, ¿cuál es el problema? Podía escucharlos hablar y todo, así que supe que estaba despierta. Vamos, ya. Quiero quitarme de en medio la charla deprimente para poder ir a beber algo”.

“¿Estás diciendo que te preocupan más los espíritus que la paz del mundo?”

“Estoy seguro.”

Gaius se golpeó el pecho con orgullo, sin dudar en responder. Pellizcando su frente con disgusto por tal arrogancia, Weitzer juzgó que cualquier conversación posterior con un idiota así sería improductiva. Con una expresión mucho más suave, se volvió hacia Hatsumi para saludarla.

“Me disculpo profundamente por ser tan bullicioso cuando acabas de despertar, Héroe-dono. ¿Dormiste bien?”

“Si, gracias. Y lamento haberte hecho esperar”.

“De ningún modo. Aún debes estar fatigado por la batalla. Después de todo, somos nosotros los que te arrastramos repetidamente al combate. Así que te imploro que no pienses en eso, Héroe-dono.”

“Si…”

Weitzer se propuso ser cortés para no incomodar a Hatsumi. Como siempre, fue todo un caballero. Hatsumi, sabiendo la seria conversación que les esperaba, fue a levantarse de la cama. Selphy se movió para echarle una mano mientras se levantaba, pero Weitzer la detuvo por alguna razón.

“Selphy, déjame esto a mí”.

“…Muy bien.”

Selphy cuestionó las acciones de Weitzer por un momento, pero rápidamente se dio cuenta y se resignó con gracia. Ver este intercambio dejó a Hatsumi desconcertado mientras Weitzer se acercaba.

“¿W-Weitzer?”

“Ahora bien, Héroe-dono, por favor toma mi mano.”

“¿Eh? Oh… G-Gracias…”

Weitzer le tendió la mano a Hatsumi en busca de apoyo. Preocupado por ella, le sonrió gentilmente para animarla. Hatsumi apartó la mirada tímidamente mientras le daba las gracias.

Este tipo de comportamiento era bastante común para él, pero aun así era bastante vergonzoso. Sin embargo, ella tomó su mano y se puso de pie. Sus otros dos compañeros se reían en silencio como si algo fuera muy divertido.

“Ah, entonces el príncipe va a la ofensiva, ¿eh?”

“Heh…”

Weitzer acompañó a Hatsumi hasta donde estaban sentados.

“Héroe-dono, ¿disfrutaste la cena de esta noche?”

“Bueno, la comida estaba deliciosa, pero…”

“¿Hubo algo que no le agradó?”

“No es eso. Es solo que lidiar con ese tipo de atmósfera no es fácil. Ah, pero no quiero decir que no me guste estar cerca de Él y Su Majestad, ¿entiendes?”

Hatsumi realmente se llevaba bastante bien no solo con el rey y la reina, sino con todos en el palacio. Sin embargo, incluso entonces, estaba ansiosa por cenar bajo tanta pompa y circunstancias. Nunca pudo relajarse por completo con todas las formalidades. No estaba segura de cómo había interpretado Weitzer lo que dijo al respecto, pero él respondió con aire de sabelotodo.

“Pero por supuesto. Después de todo, has perdido la memoria. Estoy seguro de que, después de un tiempo, las cosas volverán a ti y te sentirás mucho más cómodo en tales circunstancias”.

“Eso no es realmente a lo que me refiero…”

“Te acostumbrarás pronto, Héroe-dono. Creo que ya te está creciendo. Tus modales en la mesa siempre son impecables, después de todo”.

“S-Sí…”

Hatsumi solo pudo reunir una respuesta incómoda a los elogios de Weitzer. No entendía cómo podía halagarla así con una cara tan seria. Después de tomar asiento, alcanzó a ver a Gaius sonriendo. Selphy también estaba reprimiendo una risa. No estaba segura de qué era tan divertido.

“Veo que ustedes dos se comportan de esta manera de vez en cuando… pero ¿qué es?”

“Ah, no es nada”.

“En efecto. Solo estábamos haciendo una pequeña charla”.

Los dos parecían estar de buen humor. Weitzer, por otro lado, parecía bastante ofendido, aunque eso solo hizo que Gaius sonriera más. Esperó a que Weitzer tomara asiento antes de dirigirse a él.

“Entonces, ¿qué haremos desde aquí?”

“Realmente no creo que haya nada que hacer”.

“Aw, vamos, no seas así. ¿Estás enojado por algo?”

“Ciertamente no.”

A pesar de lo que dijo, Weitzer parecía irritado. Interrumpiendo su pequeño intercambio, Hatsumi volvió a encarrilar la conversación.

“Es natural que continuaremos subyugando a los demonios, pero ¿cómo procederemos a partir de aquí?”

“¿No está bien simplemente unirse a los soldados y marchar sobre los bastardos como de costumbre?”

“También creo que es una buena idea proceder como lo hemos hecho, Héroe-dono”.

En un extraño giro de los acontecimientos, Weitzer estuvo de acuerdo con Gaius. Y si los dos estaban unidos, tenía que significar que era un plan sólido. Sin embargo, Hatsumi tenía diferentes pensamientos al respecto.

“Eso puede ser, pero…”

“¿Estás pensando en otra cosa, Hatsumi?”

“Si. Dado que tenemos este tipo de potencial de guerra, estaba pensando que probablemente haya una mejor manera de usarlo. Quiero decir, ya hemos elevado considerablemente la moral de los soldados con una gran victoria. Y la moral solo se pone muy alta, ¿verdad? Así que pensé que sería mejor dejar el campo de batalla a los generales de aquí en adelante”.

“¿Eh?”

Gaius no la siguió del todo, pero Weitzer pareció captar su propuesta de inmediato.

“En otras palabras, estás diciendo que sería mejor para nosotros movernos contra los demonios de forma independiente ahora”.

“Sí, estaba pensando que es una posibilidad. Podríamos hacer un ataque sorpresa contra los generales demonios o algo así. Aunque puede ser una jugada peligrosa…”

“Ciertamente. Pero si tiene éxito, la carga de los soldados se aligeraría notablemente”.

Su grupo era incomparable en términos de fuerza y potencial en el campo de batalla.

Tenían tres miembros que podían luchar cada uno contra los demonios de frente, y uno que podía apoyarlos desde la retaguardia perfectamente. Como grupo, también eran adecuados para operaciones encubiertas.