Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 5

Interludio 1: Padre E Hija

Parte 2

Después de pasar el piso cincuenta, notaron una diferencia en el área. Este piso en particular estaba decorado con flores vibrantes por todas partes y adornado con joyas. Incluso había frutas frescas y bebidas colocadas sobre muebles de cristal. Esto fue nada menos que una gran bienvenida.

Ahora habían entrado en un salón de baile increíblemente extravagante del tamaño de un estadio de béisbol. Había una serie espeluznante de pinturas en las paredes y el techo, cientos de ellas, todas de la misma mujer hermosa.

“Bienvenidos a mi castillo. ¡Permítanme darles la más sincera bienvenida, mis queridos invitados…!” Belphegor apareció con su armadura dorada. Incluso en medio del glamour de esta habitación, su armadura completa brillaba particularmente y sus alas negras como la boca se extendían elegantemente detrás de él. Belphegor miró a Olgan y abrió los brazos como si fuera el padre del año. “He estado esperando mucho tu regreso, querida hija”.

“Tu gusto es repugnante como siempre. Incluyendo esa armadura”.

“Vaya, vaya. Debes haber dejado tus modales ahí abajo. Le estás rompiendo el corazón a tu padre”.

La mujer de cada una de las numerosas pinturas era la madre de Olgan. Ese solo hecho parecía bastante desagradable para ella, pero la armadura de Belphegor parecía aún peor. En el pasado, Olgan recordó que su padre había usado algo menos desagradable. “Te conviene. Realmente resalta lo horrible que eres”.

“¿No ves la belleza del oro, el epítome de la pereza y la elegancia…? Oh, querida hija. ¿Extrañaste a tu padre en tu viaje?” Belphegor negó con la cabeza y miró hacia el techo con lo que parecía una pena genuina.

Cada gesto dramático solo la enfurecía más. “Una vez que te hayas ido de este mundo, empezaré a aprender qué es la felicidad”.

“¡Oh, no puedo creer lo que escucho! ¡¿Una hija matando a su padre?! Es impensable… ¡La Gran Luz debe estar tomando una siesta!”

Antes de que Olgan pudiera responder, Monkey Magic rompió la tapa de una botella de vino contra una mesa y bebió de ella. “Finalmente nos encontramos, cobarde. Hoy será el día de tu muerte”.

“Por favor, lee la habitación, ¿no? Esta es una reunión de padre e hija. Además, el vino que acaba de tomar era una rareza de 367 años. ¿Por qué al menos no intentas probarlo? ”

“Gritando una y otra vez… ¡Siente la ira de nuestros parientes!”

Jingu Bang se extendió, golpeando a Belphegor directamente en el torso. Los otros simios atacaron a Belphegor con sus armas, convirtiendo la sala de fiestas en una pelea.

“Vaya, qué amigos incivilizados tienes…”

“¡Te arrancaré la cabeza y beberé tu sangre en su lugar!”

“¡Oh! ¡Qué declaración indigna, digna de las bestias!” Esquivando el Jingu Bang, Belphegor bailó con una mano extendida. Con el aleteo ocasional de sus alas, rompía en pedazos cualquier simio híbrido que tocaba.

Al ver que las bajas de sus hombres aumentaban con cada segundo, el líder de los simios parecía desesperado y agotado, especialmente después de luchar durante un período prolongado de tiempo. “¡Puedo morir aquí y ahora, pero tú vienes conmigo…!” Todos y cada uno de los ataques de vida o muerte de Monkey Magic fueron esquivados, a medida que la pila de simios muertos crecía. Sin embargo, su líder había superado el punto de no retorno.

Belphegor inclinó la cabeza mientras cortaba en cubitos a un par de simios con sus alas. “Lamento interrumpir tu melancolía… ¿Pero alguna vez he hecho algo para justificar tal odio?”

“¡Como si no supieras…!”

“¿No pisas hormigas cuando camina y aplasta insectos sin nombre cuando está acostado? Simplemente di algunos paseos por el bosque”. Belphegor abrió los brazos en un amplio encogimiento de hombros, genuinamente asombrado.

“¡Tu…!”

“Algunas hormigas estaban debajo de mi bota durante mis paseos por el bosque. ¿Y ahora, un mono con la cara roja se apresura a entrar en mi castillo, gritando que debo pagar por la muerte de su clan? ¡Wah ha ha ha ha! Creo que naciste para divertirme”. Belphegor soltó una carcajada, sacudiendo sus hombros, dejándolo completamente vulnerable.

Los simios aprovecharon la oportunidad y arremetieron contra Belphegor con las armas en la mano. Los atacantes de primera línea golpearon a Belphegor una vez y retrocedieron, mientras que los de atrás dispararon magia y flechas. El ataque coordinado se ejecutó a una velocidad increíble, pero Belphegor siguió riendo.

El kappa tuvo una sensación inquietante al respecto. “A-Algo no está bien en esto…”

“¡Sigan adelante!” Monkey Magic gritó. “¡Sigan atacando!”

“Tus caras tan rojas como tú trasero… ¡Wah ha ha ha ha! ¡Realmente eres…!” Belphegor se contuvo las tripas y se dobló, sin aliento por reírse demasiado. Casi parecía que estaba recibiendo algún daño de los ataques. “¡Estoy agradecido por este maravilloso encuentro…! Ráfaga de Muerte x2“.

Las alas de su espalda se abrieron de par en par y se agitaron, generando torbellinos que desgarraron sin piedad a los simios, llenando el interior decorado con horribles salpicaduras de sangre y gritos.

Después de que pasaron los vientos, los únicos que quedaron fueron Monkey Magic y el kappa, aunque ambos estaban destrozados y sangrando mucho. Detrás de ellos, Olgan estaba concentrada en algún tipo de trabajo mientras Mynk la protegía con un hechizo de Defensa.

“Solo queda una cosa por hacer…” murmuró Monkey Magic, alcanzando su garganta y tirando de una cadena, como si estuviera tratando de arrancarla.

“¡¿Eh?! ¡No puedes hacer eso!” El kappa se apresuró a intentar apartar los brazos del mono. “¡No sin el permiso de Lady Tatsu, de todos modos!

¡Estás perdiendo la cabeza!”

“Perder la cabeza es la única forma de acabar con él”.

“¡Dame un respiro! Usar ese truco tan bajo tierra… ¡y también estaremos muertos!”

Belphegor comenzó a mostrar interés en su pelea. No parecía considerar nada de esto como un combate. Vio esto como una mera actuación interactiva. “Tienes una especie de arma secreta. Oh, enséñanos. ¿Qué es una fiesta sin entretenimiento? Si yo fuera un Hellion apostador… Sí,

¡debes estar preparándote para lanzar estúpido mono!” Belphegor se acurrucó en el suelo de la risa.

La cara de Monkey Magic se puso aún más roja, pero la voz de Olgan finalmente detuvo la risa de Belphegor. “Tengo un arma secreta”, dijo.

“¿Oh? Estabas tan callada que pensé que llorabas de terror…” Belphegor torció el cuello al ver lo que Olgan había producido. Reconoció la hermosa bola de cristal. Era un tesoro llamado Merciless World, y solía pertenecer al tesoro de su castillo. “Mala, mala hija. Parece que necesitas un castigo más severo”. Incluso mientras se reía, Belphegor no podía apartar la mirada de la bola de cristal, que contenía una magia increíble en su interior.

Este mundo estaba plagado de piedras de hechizo que contenían el poder de la magia simple y podían ser utilizadas por cualquiera.

Esta bola de cristal, por otro lado, podría almacenar un hechizo de clase 4: el logro supremo de la magia en el ámbito de la humanidad.

Y Olgan lo estaba imbuyendo con un hechizo de clase 5. La bola de cristal brillaba de color carmesí, conteniendo un hechizo de Quemar, elevado desde el Fuego.

Belphegor miró el orbe con nostalgia. “Siempre te ha gustado quemar cosas. No recuerdo cuántas veces intentaste incendiar este castillo. Pensé que habrías crecido un poco con tu viaje…” Belphegor se interrumpió al ver que Olgan había producido otro Merciless World, este imbuido con un hechizo de hielo de clase 5, elevado desde el Agua.

“Estos toman mucho tiempo para activarse. Me ganaste suficiente tiempo”, dijo Olgan, mirando al líder de los simios y al kappa. Estaba decidida a aprovecharse de los simios, sin importar cuántos murieran en el proceso. Monkey Magic se puso de pie, su rostro empañado por la indignación. Entonces, Olgan sacó una tercera bola de cristal.

Incluso Belphegor dejó escapar un sonido de sorpresa.

“Ahora, hija…¿Dónde encontraste…?”

“He viajado a mazmorras por todo el continente. No gasté mi tiempo como aventurero por nada”. El tercer cristal se iluminó en verde, emitiendo violentas ráfagas de viento en exhibición de un hechizo Tormenta de clase 5, elevado desde el Viento.

Finalmente, Belphegor se había quedado sin paciencia. Cargó contra Olgan a grandes zancadas. “Querida hija… ¡Entreguemos esos a papa!” Él, sin embargo, se sorprendió. La Twinkle Star de Mynk lo había golpeado en el abdomen.

“Eso es por todas las veces que enviaste a tus matones tras nosotras…” gruñó Mynk. “Vas a morir ahora. Descansemos bien por una vez”.

Olgan produjo otra bola de cristal, que comenzó a oscurecerse a marrón, indicativo de un hechizo de roca de clase 5, elevado desde la Tierra.

La finalización de los Cuatro Elementos hizo que Belphegor se pusiera de pie rápidamente. “¡E-Esto no es gracioso! Hija, ¡¿cuál es el significado de esto?!” Saltó hacia ella por el aire, desenvainando su espada. Entonces, una sombra se precipitó sobre él.

Saltando sobre Belphegor con sus Moon Shoes, Mynk golpeó limpiamente su casco dorado con Twinkle Star. Belphegor se estrelló contra el suelo y Mynk declaró victorioso: “No tan rápido. No eres el único con un par de alas oscuras”. Con una mano en su ojo derecho, Mynk soltó una linda risita.

Después de ver cómo se desarrollaban estos eventos, el mono y el kappa se miraron antes de cargar contra Belphegor a una velocidad increíble. Iban a comprarle más tiempo a Olgan. A pesar del daño que habían acumulado, sus ataques fueron tan agudos como siempre.

“¡Ustedes…! ¡Quédense abajo, bestias moribundas! ¡Cómo se atreven, escoria del continente…! ”

“¡Ya no suenas tan seguro!”

“Geh heh heh… ¡Tu hija es otra cosa, viejo!”

Aún afectado por el golpe que recibió de Twinkle Star, Belphegor estaba vacilante, incapaz de enfocar su visión. Olgan sacó un quinto cristal, en el que vertió un hechizo Negro, elevado desde la Oscuridad.

Su expresión podría haber sido descrita como solemne, pero parecía tener dificultades para controlar todas las bolas de cristal. El sudor le corría por la cara y un violento escalofrío recorrió su cuerpo, amenazando con destrozarla.

“Esta es mi última misericordia para ti…” Olgan sacó una bola de cristal final que emanaba una luz brillante y sagrada.

Esto pareció afectar gravemente a la propia Olgan, ya que un hilo de sangre se derramó por la comisura de su boca y sus ojos se inyectaron de sangre. Ella había pagado una fortuna para que un clérigo del Tzardom of Light infundiera esta bola de cristal con un hechizo sagrado de clase 5, elevado de Light.

La armadura de Belphegor comenzó a resonar con la energía sagrada ambiental del hechizo de clase 5, el tipo de magia más devastadora para los Hellions. Ahora, las seis bolas de cristal flotaron ante ella para formar un círculo mágico conocido como la Estrella de los Seis Elementales, brillando en todos los colores imaginables.

“No…” murmuró Belphegor.

“Deberías haberme matado cuando tuviste la oportunidad”, respondió Olgan.

Al ver que el hechizo estaba a punto de activarse, el simio y el kappa dieron un último golpe antes de retirarse fuera del camino, como si todos hubieran ensayado esta coordinación.

Los colores de la estrella se mezclaron entre sí, hasta que la luz del círculo mágico se formó y tomó la forma de una mujer. La mujer, que brillaba en todos los colores, pronto se vio envuelta en llamas, cambiando su apariencia a la de un demonio con cuernos.

Belphegor pareció darse cuenta de a quién representaba la imagen. Dejó escapar un grito en un tono desesperado que nunca antes había usado. “¡Espere! Detente, te digo… Olgan, ¿realmente… matarás a tu propio padre?”

“No eres mi padre”. Con la declaración final de Olgan, se desató el increíble hechizo.

***

—Judgment Day

Las llamas cegadoras, con la mujer diabólica en el centro, se precipitaron hacia Belphegor. Una explosión ocurrió una vez que la mujer alcanzó su objetivo, y  abrazada por la pira infernal que quedaba, Belphegor se retorció, gritando de agonía.

Su silueta se desdibujó en el infierno mientras el gran diablo se tambaleaba de un lado a otro como un zombi. La energía destructiva del hechizo se cerró con más fuerza en su marca antes de disiparse, y la visión volvió a todos en la habitación.

Belphegor, que se encontraba en el epicentro de la explosión, se encontraba ahora en un estado patético, su armadura dorada completamente deformada mientras un humo negro se elevaba de su cuerpo. “Ol… gan…” Belphegor maldijo, extendiendo la mano frente a él. Luego, cayó de espaldas.

Durante algún tiempo, nadie se atrevió a hablar. Finalmente, Mynk gritó. “Por fin… se acabó”. Aliviada como estaba, habló con cierta inquietud. Olgan acababa de matar a su propio padre, después de todo. Mynk no podía celebrar del todo su victoria, no todavía.

“Lamento haber usado todos esos tesoros. Uno de ellos podría habernos comprado una mansión o dos”.

“Tonta…” Mynk contraatacó. “Somos aventureros. Nos sentaremos cuando nos jubilemos. Pero primero, necesitamos que descanses un poco en algún lugar”. Mynk miró a su alrededor, apoyando a Olgan. Se sentía impotente, ya que cualquiera de sus hechizos curativos solo lastimaría a Olgan. Le recordó la dolorosa división entre humanos y Firebrands.

“Bebe esto…” gruñó Monkey Magic, arrojándoles dos tabletas. Las esferas negras emitían un olor punzante.

“¡¿Q-qué son estos?! ¡Ellos apestan!”

“Son una medicina preciosa llamada Pop Pop Fizz Fizz, que hizo mi clan”.

Mynk chilló por el hedor, pero Olgan se los metió en la boca. Parecía que casi se ahogaba con ellos, demasiado débil para tragar. “¿Puedo traer un poco de agua, Mynk?”

“Geh heh heh. Te tengo cubierto”, dijo el kappa, frotando su plato con las manos. Entonces, comenzaron a formarse burbujas de agua en la superficie. El color desapareció de los rostros de los aventureros. “Este es mío. Ahora bebe. ”

“No, gracias…” murmuró Olgan.

“¡No! ¡Nunca! ¡Eso es asqueroso!”

“¡¿Asqueroso…?!”

Mientras el kappa repicaba como loros, Monkey Magic tomó un puñado de burbujas y se tragó su propia medicina. “Hm. El agua de Baldibald es la mejor”. El kappa hizo lo mismo con su dosis. Olgan y Mynk bebieron agua con uno de los hechizos de Mynk y se obligaron a beber la amarga medicina.

Mynk gritó por la abrumadora amargura y rodó por el suelo. Este medicamento en particular fue elaborado a partir de diversas hierbas y materiales desenterrados por el Jabalí Animadmiral, con propiedades para curar cualquier especie. Sin embargo, la cosa era poderosamente amarga y esto no fue ayudado por un bocado de agua.

“¿No desearías no tener sentido del gusto, Mynk…?” Olgan murmuró.

Mynk continuó lanzando su hechizo de agua, tragando tanto como pudo mientras se tumbaba en el suelo. Casi parecía una borracha que intentaba desesperadamente recuperar la sobriedad. “¡¿Cómo puede ser algo tan amargo…?! ¡Mi daño se está curando, pero me estoy muriendo por dentro!”

“¿Sanando pero muriendo? ¿Eres una idiota?”

“¡Dice el mono!”

“Los simios son los sabios del bosque. Nacimos diferentes a ustedes los humanos”. Monkey Magic golpeó dramáticamente su sien.

Justo cuando Mynk estaba a punto de replicar, el casco dorado se levantó del suelo. Todos en la habitación estaban atónitos.

“Interesante pieza de medicina”, dijo Belphegor. “De vez en cuando hago mi propia medicina y la esparzo entre las hormigas”.

“¿Cómo…?” Olgan murmuró.

“¡Si! ¡Eso es! ¡Esa es la cara que quería ver!” Belphegor se puso de pie, aplaudiendo, como si estuviera esperando mucho este momento. “¡Ahora, no es fácil fingir daño! Pero no fui tan mal actor, ¿verdad? Cualquier cosa por mi querida hija”. Continuó divagando, asintiendo con entusiasmo. La armadura, que había sido doblada y chamuscada, comenzó a volver a su forma y brillo originales.

“No puede ser…” murmuró Olgan.

“Por supuesto que puede. Preparé esta armadura para sorprenderte en nuestro reencuentro. Es un fragmento antiguo que niega incluso los hechizos de clase 5. Toda esa magia, desperdiciada… ¡Verdaderamente un testimonio del poder del amor paternal!” El color desapareció de las caras de todos los demás en la habitación, cuando comenzaron a darse cuenta de la gravedad de la situación. “Es más, esta armadura también niega todas las formas de ataques físicos. Esos simios bailaron con todo su corazón, pero ni siquiera me habían hecho un solo punto de daño. Oh, qué cruel puede ser mirar detrás de la cortina”. Belphegor miró los cadáveres de simios esparcidos por todos lados y tomó uno mientras se pellizcaba la nariz. “Estabas hablando de una medicina extraña. ¿Por qué no usas algunos de estos? He oído que el cerebro de los simios es todo un manjar. Tal vez sean un remedio útil”.

Monkey Magic se obligó a levantarse. Incapaz de quedarse callado mientras sus hombres fueron profanados. “Te mataré…”

“Vamos, vamos. ¿No estabas escuchando? Gire alrededor de su precioso bastón como quiera, solo serían suaves golpecitos para mí”.

“Quita tus sucias manos de mis hombres…”

“¡Déjame darte una pista de cómo puedes derrotarme! Deberías sacar esa Greole del suelo. Incluso esta armadura, trágicamente, no puede protegerme de un hechizo de clase 6 como el suyo. Por supuesto, lo han matado esos miserables ángeles”. Belphegor fingió un suspiro, mientras arrojaba al mono sin vida a un lado. Sabía que, incluso si liberaba a Greole, el Rey de los Demonios no poseería todos los poderes que solía tener. “Tan divertido como fue, es hora de terminar. Haré que los que no sean de la familia descansen un rato. Enviaré a alguien a buscarte más tarde. Dark Beam”. Con un movimiento de la mano, un rayo negro atravesó la habitación.

Mynk sola se levantó de la nube de polvo. Ella había acumulado la menor cantidad de daño. “No… te saldrás con la tuya… nunca más…”

“¡Ah! ¡Mi querida hija te llama amiga! En consideración a su servicio hasta ahora, estaré encantado de asignarle una habitación especial. Puedes esperarlo”, declaró alegremente Belphegor mientras agarraba a Mynk por la cabeza y la arrojaba al suelo, como si estuviera eliminando una plaga. “Ahora, por un tiempo de calidad entre padre e hija”. Belphegor agarró a

Olgan por la pierna y comenzó a arrastrarla como un monstruo que arrastra a su presa a un rincón oscuro.

“No… déjame… ir…”

“Mm, la desesperanza en tus ojos. Finalmente, eres la niña de papá de nuevo. No se preocupe, he mantenido su antigua habitación exactamente como estaba. También construyó una nueva ‘cabaña’.”

“Señor demonio…”

“¿Hm? ¿El Rey de los Demonios, quieres decir? Lamento darte una falsa sensación de esperanza. Greole ha estado sellado durante 2000 años. Incluso si saliera de eso ahora, no tendría ninguna posibilidad contra mí en su estado debilitado”.

“Ayuda…”

Al ver una lágrima caer de los ojos de Olgan, Belphegor soltó una carcajada y se dio una palmada en la rodilla. Finalmente, había cosechado los frutos de su dramática presentación. “¡Wah ha ha ha! Nadie te va a salvar.

¿Alguien te ha salvado alguna vez en tu vida? Te dejé ir a propósito la última vez, pero no de nuevo. Pasarás el resto de tu vida bajo mi techo.

¿No es maravilloso?” El casco de Belphegor se retorció, sus ojos brillaban de una manera cruel, infinitamente viscosa.

Los viejos recuerdos inundaron a Olgan, finalmente rompiendo su resolución. “N-No… ¡Noooooooooooooo!”

“¡Wah ha ha ha! ¡Ese grito! ¡Volvemos a ser padre e hija, después de esos largos siglos! ”

Mynk trató de arrastrarse detrás de Olgan mientras se la llevaban, pero ni siquiera ella tenía la fuerza suficiente para ponerse de pie. “Ol… gan…” Mynk vio que tanto el Animadmiral como el kappa estaban inconscientes, sin mover un dedo mientras yacían en el suelo. Ni siquiera podía decir si estaban vivos. Mynk avanzó poco a poco en la dirección donde Belphegor había llevado a Olgan. Estaba rodeada de cadáveres de simios, haciéndola sentir como si estuviera en el infierno.

***

—   ?? piso debajo del castillo de Belphegor, el Tesoro.

La habitación estaba repleta de tesoros, obras de arte, objetos mágicos y artefactos históricos de todo el mundo. Había un demonio de alto rango recogiendo todo tipo de tesoros y objetos mágicos en una gran envoltura de tela. Era Kale, famoso por su naturaleza de espíritu libre.

“Voy a tomar prestados estos por un rato, Bel. No te importa, ¿verdad? Te ves bastante satisfecho con tus juguetes ahí arriba”, se dijo Kale, mientras Kale usaba un rastrillo literal para meter tesoros en su envoltura.

Misteriosamente, los tesoros que tocaron la envoltura desaparecieron en el trozo de tela, lo que indica que era una especie de objeto mágico que proporcionaba almacenamiento. “Pero, ¿realmente significa tanto para ti reunirte con tu hija? Supongo que estoy feliz de que estés feliz”. Cada pieza que estaba robando era un tesoro invaluable, pero el diablo en la piel de un niño los miraba como si estuviera rastrillando hojas en un jardín. Después de meter todo el tesoro en su manto, se lo echó al hombro como un ladrón de dibujos animados.

“Huelo, huelo, huelo… Huelo un tesoro por aquí… ¡Oye! ¡Eres un ladrón!”

Kale saltó ante esa voz. Le costaría explicarse a un guardia. “No, solo los estoy tomando prestados de Bel… ¿Eh?” De alguna manera, un humano estaba parado frente a él. Una niña, nada menos. Kale se quedó confundido por un rato, antes de llegar a una conclusión. “Oh, ¿eres uno de los intrusos? ¡Escuché que uno de ellos era humano!” Mientras los ojos de Kale se iluminaban con intriga, lo único que Akane estaba mirando era la envoltura en el hombro de Kale.

“Sí lo que sea. Ese es mi tesoro, así que lo necesitaré de vuelta”.

“Esa es una gran audacia… supongo que no puedo culparte”, dijo Kale, riéndose de sí mismo. Se detuvo cuando se dio cuenta de un olor familiar en la chica. “Tienes el mismo olor que él. ¿Lo conoces?”

“¿Quién, Hakuto? De todos modos, devuélvemelo”. Akane comenzó a caminar directamente hacia Kale.

El diablo frunció el ceño. Si provocó una escena ahora, podría verse invadido por los guardias de Belphegor. “Si conoces a ese tipo, te mataré también, algún día…”

Justo cuando una calabaza rota apareció a los pies de Kale, Akane corrió. Su tonfa golpeó a Kale en el estómago, abrochándolo.

Algunas cosas brillantes se cayeron de su bata, pero Kale no tenía la fuerza para siquiera alcanzarlas. La calabaza partida por la mitad comenzó a recuperarse.

Akane lanzó silenciosamente una serie de ataques contra la calabaza en un intento de aplastarla, pero no se vio afectada cuando comenzó a tragarse a Kale. “Haha… Buen intento. Este es mi objeto mágico favorito. Una vez que comienza, nadie puede detenerlo ni atacarme. ¡¿Cómo se siente, estúpido?!”

“Devuélveme mi tesoro”.

“¡Te lo dije! Nadie puede parar…” Kale se calló, notando la expresión de Akane. Sintió como si el vacío en sus ojos le estuviera chupando el alma.

“Devuélvemela.”

“Detente… te lo dije, ¡no sirve de nada!” Incluso mientras hablaban, Akane nunca cedió en sus ataques. Su aluvión de tonfa, codos y rodillas sacudió aún más la calabaza, congelando la columna vertebral de Kale incluso en medio de su seguridad asegurada. “Date prisa… ¡Ve! ¡Vamos!”

“Nunca olvidaré tu cara. No importa dónde te escondas o hacia dónde corras, te encontraré y te acabaré”.

“¡Date prisa y déjalo ya!” Kale gritó, sintiendo como si la tormenta de ataques de Akane pudiera realmente abrirse paso.

Pronto, la calabaza finalmente completó su formación y desapareció como una bocanada de humo.

Akane se quedó sola con algunos de los tesoros que se habían caído del abrigo de Kale. “Tsk. No es justo… Esa fue mi gran oportunidad”. Recogiendo a unos pocos en el suelo, Akane comenzó a inspeccionar de cerca el tesoro. Como había ido más profundo que el resto del grupo, realmente no quería que su esfuerzo fuera en vano. “Me pregunto qué estará haciendo Hakuto. Será mejor que no vuelva a hacer algo divertido sin mí”. Akane sacó una lupa, inspeccionando las paredes y el suelo.

Después de un tiempo, sintió un temblor increíble, muy por encima de ella. “Eso es…” Akane tomó una botella de agua de su mochila de respaldo y se la bebió. Por alguna razón, estaba sedienta.

Recordó un verano en particular, hace mucho tiempo. Fue el día en que probó la derrota por primera vez. Un día abrasador en el que cualquiera habría seguido buscando un poco de agua.