Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 5

Capitulo 7: Fuerzas Colisionan

Parte 7

Intruso

Al escuchar los gemidos  de agonía a su alrededor, Hummer aceptó tímidamente el trozo de pan que le dieron. Era el hombre de mediana edad con mala suerte, que tomó un trabajo en un barco y terminó en el mercado de esclavos en territorio Hellion.

“¿Está bien, señor Hummer?”

“¡Oh…! ¡S-Sí!” Hummer salió de su trance y miró hacia arriba para encontrar a la hermosa princesa Cake.

“Mantén el ánimo en alto… creo… ¡Oh, lo siento! Quién soy yo para decirte… Oh… ”

“N-No, ¡gracias por intentar siempre animarme…!” Hummer no podía dejar de pensar en cómo esta pequeña luchaba por vivir en este lugar infernal, dando esperanza a los esclavos mientras arriesgaba su propia vida. Qué increíblemente noble.

“Señor Hummer, ¿acepta esto…?”

“Espera, eso es…”

“¡Cállate! No se lo muestres a nadie. Hee hee.”

Cake le entregó discretamente una cereza. La pequeña gota roja le parecía la vida misma a Hummer. “¿C-Cómo hiciste…?” preguntó.

“Me dieron algunos. De hecho, he estado aquí un tiempo”. Cake esbozó una pequeña sonrisa.

Hummer estuvo a punto de llorar por lo delicada que era su sonrisa. Se preguntó cómo una chica tan maravillosa terminó en este lugar y, lo que es más importante, cómo sobrevivió sola durante tanto tiempo.

“Asegúrate de comerlo debajo de tu manta, para que nadie más lo vea. ¡Adiós!”

“¡O-Okay!” Hummer se inclinó profundamente y se arrastró debajo de su manta. La cereza que se echó a la boca fue lo suficientemente deliciosa como para hacerlo llorar.

Su dulzura y frescura incluso revitalizaron sus ganas de vivir. (¡Por su bien, necesito salir de aquí con vida…!) Lo curioso de los humanos era que una pequeña cosa como esta podía mantener unido un corazón roto, o incluso animarlos con determinación.

Cake continuó hablando con los esclavos, entregándoles pan endurecido y agua turbia. Aunque la comida era pobre, hizo sonreír a los esclavos.

Más que la comida en sí, las breves conversaciones con Cake parecieron darles a cada uno una razón para vivir. Ella era, casi literalmente, una hermosa flor floreciendo en el infierno. La princesa, obviamente afligida por el entorno infernal, regresó a su propia tienda.

(¡Maldita sea! Están siendo golpeados antes de lo previsto… ¡A este ritmo, pronto estaré en la tabla de cortar!) Su paso parecía acelerarse a medida que aumentaba su frustración.

Algunos goblins que administraban el mercado de esclavos estaban pululando, pero se apresuraron a separarse del camino.

No habían olvidado que, el otro día, uno de ellos fue asesinado por Kale, y la ejecución se había realizado con el método más doloroso imaginable. Se corrió el rumor entre los goblins de que no se debería molestar a este humano en particular.

Justo cuando pasó junto a ellos, Cake le susurró a un Goblin algo que se sintió como una daga en su oído. “Oye, Goblin. Ve a buscar agua mejor”.

“Q-Quién crees que…”

“Le diré al Maestro Kale que estás descuidando el mantenimiento de los esclavos”.

“T-Tú pequeño… ¡Gragh…!”

Cake se burló de la falta de respuesta y entró en su tienda. Si bien su capacidad para cambiar entre una fachada y su verdadero yo tan limpiamente se estaba convirtiendo en una princesa, uno podría haberse preocupado por su futuro en más de un sentido.

Una vez en la tienda, Cake leyó la hoja grande de papel. “¡Mierda! Solo envié a tres de ellos a la Etapa Dos…” El documento enumeró varios números bajo los encabezados que decían ‘Etapa Uno’, ‘Etapa Dos’ y ‘Etapa Tres’. Evidentemente, el Mercado de Esclavos en el que estaba ahora era ‘Etapa Uno, que tenía la lista de números más fluctuante en comparación con los otros dos. “Si pudiera conseguir algunos más en… Tal vez prisioneros de guerra…” Cake murmuró un deseo que contradecía completamente su frágil apariencia.

Su trabajo consistía en enviar gente de la Etapa Uno a la Dos. Todos los esclavos humanos fueron enviados a este curso, comenzando con la Etapa Uno, que era prácticamente un basurero.

Estaban aquí para jugar con ellos, golpearlos y / o matarlos para un entretenimiento menor. Su base de clientes consistía principalmente en orcos humildes, ogros salvajes y vampiros de bajo nivel.

Aquellos que sobrevivieron a este ambiente atroz sin perder la cordura fueron enviados a la Etapa Dos.

En la Etapa Dos, a los esclavos se les dio un ambiente limpio, abundante comida y un refugio cómodo, pero fueron entrenados a fondo y se les lavó el cerebro. Solo aquellos que completaron con éxito este proceso fueron enviados a la Etapa Tres. Aquellos que se consideraron insatisfactorios fueron naturalmente devueltos a la Etapa Uno.

La tercera etapa fue el verdadero mercado de esclavos, y los esclavos que llegaron tan lejos habían sobrevivido con certeza a los entornos más abominables. Lo mejor de lo mejor.

Y el mercado de esclavos prosperó con esa reputación. Si bien había varias formas de comercio de esclavos en todo el territorio de Hellion, los otros Grandes Diablos no pusieron tanto esfuerzo en refinar la calidad de sus esclavos humanos. Belphegor fue el único entre ellos que empleó tal sistema.

Era perezoso, lujurioso y prefería un viaje largo por encima de todo… Para él, atormentar a Olgan era solo otra forma de matar el tiempo. Una forma de saborear el exceso.

“Tengo que hacer algo antes de que ese hijo de puta aparezca de nuevo…” gruñó Cake, sosteniendo la mano que había sido apuñalada. No se sabía qué haría el diablo cuando regresara.

Él podría arrancarle los ojos, cortarle los dedos, arrancarle todas las uñas… Recordando la risa sádica del diablo, Cake se estremeció de pies a cabeza

. “No podemos conseguir una mierda por aquí… Quizás tengamos que agarrar algo de comida de la Etapa Dos, usando su nombre”. Fue un movimiento valiente, pero Cake estaba seguro de que el cruel demonio solo se reiría y disfrutaría de su lucha. De hecho, ella solo podría aumentar su sadismo si permanecía estancada y no hacía nada más que llorar por su situación. “Ahora es mi oportunidad cuando los goblins se cagan… voy a sacar hasta la última gota de esto”.

Cake endureció su determinación y se acercó a una tienda que parecía demasiado bonita para estar allí. Un Hellknight, un monstruo que trabajaba directamente para el Conde Empalador, estaba sentado dentro de la tienda.

Un Hellknight era una especie de general para un ejército de Skeleton Warriors y Haunts. Este poderoso monstruo no sufriría un rasguño de ningún humano, salvo un clérigo extremadamente poderoso como Mynk.

“Yo-Yo he venido a hacer una solicitud…” Incluso Cake no pudo evitar dejar que su voz temblara frente a este monstruo aterrador. El Hellknight giró levemente la cabeza y permaneció en silencio. Todo su cuerpo estaba cubierto por una gruesa armadura que ocultaba todo lo que había dentro, así como cualquier expresión facial. “Me gustaría un carruaje para la Etapa Dos… El Maestro Kale, eh, me ha dado una orden…”

El Hellknight permaneció en silencio por unos momentos, antes de comenzar a mover su cuerpo aquí y allá. Incluso Cake, que se enorgullecía de sus habilidades de observación, no podía captar ningún pensamiento a través de la armadura. Después de un tiempo en silencio que pareció durar una eternidad, el Hellknight finalmente habló. “¿Por qué el Conde tiene a alguien tan inescrupuloso…?” Cake, temblando de miedo, pensó que debía referirse al Conde Empalador, que dirigía el Mercado de Esclavos, la mano derecha del Gran Diablo Belphegor. “Una criatura tan humilde es indigna de estar cerca de nuestro noble Conde…” refunfuñó el Hellknight. Luego, habiendo sentido algo, el monstruo saltó de la silla en la que había estado sentado y se arrodilló en el suelo, frente a una calavera.

Los ojos de la calavera brillaron con una luz espeluznante y su mandíbula comenzó a aletear. “Sencillo. Nuestro Rey parece fascinado con eso…”

“Perdone mi insolencia, noble conde. Lo pagaré con mi cabeza”.

“No hay necesidad. Mis pensamientos sobre el asunto no son tan diferentes a los tuyos”. El aura negra se reunió alrededor del cráneo, que pronto formó una silueta.

La silueta se formó y se convirtió en el Conde Empalador, vestido como un noble estereotipado. Su espantosa aura hizo que Cake se arrastrara instintivamente, empujando su frente contra el suelo. Mientras sentía terror, actuó con un instinto animal para mantener al Conde fuera de su vista. Se sentía como si el mero hecho de mirarlo hiciera que su fuerza vital abandonara su cuerpo.

“El rey prefiere los desvíos y se deleita con la inutilidad. Quizás sienta una especie de parentesco con ese Kale.”

“¡Si mi señor!” El Hellknight permaneció donde estaba, sin atreverse a oponerse al Conde de ninguna manera. Cake también estaba escuchando atentamente cada palabra que murmuraba, con la esperanza de poder usarla en su beneficio algún día.

“Cuando el rey se vuelve loco de deseo y arde enloquecido de lujuria, se ocupa de su trabajo con pasión. Una vez que el fuego se apaga, sin embargo, vuelve a pasar días inactivos. Un amo difícil de servir, déjame asegurarte.” El Conde se sentó en una silla y sonrió con su boca sin labios. El dolor genuino brilló en su rostro. “Si no fuera por su pereza, ya habría ganado el control de todo el territorio de Hellion”.

“Noble Conde… Si el rey gobierna todo el territorio, puede perder interés en todo y puede interrumpirse… o ‘detenerse’ por completo”.

“¡Ha! ¡Tienes razón sobre eso! Esa es también una de mis preocupaciones. El rey necesita un enemigo. Algo de interés. Algo en lo que ocupar su mente, sobre todo”.

Mientras escuchaba la conversación siniestra pero extraña, Cake no pudo evitar preguntarse qué pasaría con el mundo fuera del territorio de Hellion si estos monstruos encontraran su camino allí, de alguna manera.

“¿Kale está jugando con ese humano allí?” preguntó el Conde. “¡Si! Aparentemente ella quiere viajar a la Etapa Dos”.

“Está todo bien, y deberías acompañarla allí. Estoy seguro de que tienes el ánimo bajo por estar tanto tiempo en un rincón tan oscuro. Puede descansar un rato en la segunda etapa”.

“¡Soy indigno de tanta amabilidad!” El Hellknight frotó su casco contra el suelo, marchitándose de gratitud.

Si bien el título de “Conde Empalador” tenía connotaciones premonitorias, Cake estaba bastante impresionada por lo bien que parecía tratar a sus súbditos.

Mantuvo la cabeza gacha como antes y gritó internamente en victoria. (¡Demonios, sí! ¡Ahora tengo un pase de este monstruo! ¡Nadie me va a joder ahora!) Había jugado mintiendo sobre una orden de Kale, pero obtuvo el permiso del Conde, la mano derecha de Belphegor, a cambio. Esto debería darle algo de libertad, incluso en la Etapa Dos.

¿Quién en esta tierra podría desafiar la orden del Conde Empalador?

Siguiendo al Hellknight, Cake subió al carruaje, su corazón dio un vuelco. Pronto, el carruaje comenzó a rodar y la vista familiar del Mercado de Esclavos pasó a su lado.

“U-Um… ¿Maestro Caballero…?” Cake había intentado hablar con el Hellknight un par de veces para obtener información, pero solo recibió silencio a cambio. Parecía que no tenía intención de hablar con un simple humano. Comparado con lo alegre que parecía hablar con el Conde, Cake se sintió como si estuviera sentada frente a una estatua. (¡Hmph! Sigue así… Voy a escapar de este lugar, no importa lo que cueste).

Cake había sobrevivido hasta ahora en el infierno literal de la Etapa Uno; su tenacidad mental estaba más allá de su edad, y su corazón estaba igualmente distorsionado.

(Todo gracias a mi padre inútil…)  Recordó vívidamente los días de gloria de Palma, cuando se erigía como un reino poderoso, y Cake había pasado sus días en el lujo pacífico como la princesa. Sin embargo, esos tiempos se derrumbaron en el suelo un fatídico día.

Una declaración de guerra del prometedor Nuevo Reino de Xenobia, cuyo gobernante había comenzado a ganarse el apodo de “el Pequeño Conquistador del Norte”, había destruido la vida de Cake.

(¡Todo por culpa de ese idiota, idiota, saco de basura, Daddy Douchebag mantuvo alejado a Leon…!) Recordó al héroe que protegió a su país a través de duras batallas, e incluso causó daños catastróficos a Xenobia. (Leon no puede estar muerto… Si tan solo pudiera encontrarlo…) No pudo evitar   apretar   los   puños,   imaginando   llamas   carmesí.   (Beatrice…Kongming… ¡Los despellejaré vivas a las dos!) Cake cerró los ojos con fuerza, imaginando a las dos personas en este mundo a las que podría matar mil veces. Irónicamente, lo único que mantuvo a Cake con vida bebiendo tierra en este lugar fue su plan de venganza.

El carruaje siguió avanzando, llevando a un Hellknight silencioso como una piedra y una princesa que ardía en busca de venganza. Su destino era una lujosa instalación, la segunda etapa del mercado de esclavos. A través de un acondicionamiento completo y lavado de cerebro, los esclavos aquí fueron borrados de sus vidas anteriores y cualquier apariencia de personalidad. En términos de deshumanización, tanto la Etapa Uno como la Segunda fueron igualmente infernales.

De vuelta en la Etapa Uno, el Conde Empalador salió de la tienda. (Ha pasado un tiempo desde la última vez que visité aquí…) La plaza iluminó brillantemente la noche con amplias piedras hechizadas de luz.

Estos se establecieron teniendo en cuenta a los esclavos, para que pudieran ver cómo sus compañeros eran torturados hasta la muerte a todas horas del día.

La teoría era que estos esclavos solo serían dignos de su precio después de sobrevivir a esta locura. (El olor a sangre y carne podrida, maldiciones y gritos de agonía en el aire… Este lugar es siempre tan agradable).

Cuando los goblins vieron al Conde Empalador, enderezaron sus espaldas como si fueran alcanzados por un rayo, y comenzaron a dar vueltas alrededor del lugar con una eficiencia diestra como nunca antes habían mostrado. Incluso los Orcos y Ogros que estaban allí como clientes de pago doblaron el cuello en completa sumisión.

Los Kobolds, que llegaron a la Etapa Uno por un precio económico en lugar de cualquier calidad, siguieron su ejemplo. Los vampiros de bajo nivel que estaban alegremente empapados en el estanque de sangre se apresuraron a salir, pero el Conde los detuvo con un elegante movimiento de la mano.

Los vampiros bajaron la mirada y se quedaron completamente en silencio para no correr el riesgo de ofender al Conde de alguna manera. Ninguna criatura habló ni levantó la vista del suelo.

Fue un espectáculo extraño de contemplar. El Conde Empalador ocasionalmente pasaba por el Mercado de Esclavos sin previo aviso para hacer una especie de inspección.

Si bien su trabajo incluía verificar la calidad del producto y el trabajo, sus inspecciones estaban motivadas en gran medida por sus tendencias extremadamente sádicas que contrastaban con su comportamiento caballeroso.

“Hmm… Esto no sirve”, observó. “Este anciano se ha lesionado la pierna”.

“¡Ahh! ¡N-No, estoy bien! ”

“No debes esforzarte tanto. Algunos de tus dedos de los pies ya se han podrido”. El aire negro se acumuló en la mano izquierda del Conde, y una lanza se materializó de ella… si se puede llamar así. El arma parecía la encarnación del terror. Imágenes fantasmales entraban y salían del arma, gimiendo de agonía.

“¡P-Por favor, espera! ¡Que todavía estoy vivo! ¡Todavía puedo—!”

El Conde apuñaló al anciano con la lanza sin decir una palabra más. El arma atravesó una barra de la jaula y entró en el estómago del anciano. Gimió por un momento, antes de que su cuerpo comenzara a marchitarse rápidamente hasta convertirse en un estado momificado.

El Conde se rio al ver al anciano convertirse literalmente en piel y huesos. El cadáver del anciano carecía de labios para cubrir sus dientes, lo que hizo que el cuerpo fuera aún más inquietante.

Los goblins que habían estado a cargo de la jaula se acercaron corriendo, todos disculpándose con el Conde.

“¡P-Perdónanos…!”

“¡L-La calidad se mantendrá al más alto nivel!”

“Todo está bien. El fracaso es la madre del éxito, dicen”, dijo amablemente el Conde, haciendo que los trasgos se inclinaran agradecidos. “Sin embargo”, agregó el Conde. Los goblins se congelaron. “¿Qué sentido tiene una nariz que no puede oler la carne podrida? Como claramente no te sirve de nada, me aferraré a él”. El Conde agarró a uno de los goblins por la cabeza y le arrancó la nariz como si estuviera recogiendo un hongo. Los goblins gritaron ante la administración demasiado arrogante de este castigo. “En una línea, ahora. No podemos dejar cosas inútiles en nuestro preciado mercado”.

“P-Por favor… ¡N-Nunca volveremos a cometer este error! ¡Lo juramos!”

“Vaya. Parece que tus oídos tampoco te sirven…” se lamentó el Conde, y le arrancó la nariz al goblin que acababa de hablar, así como las orejas, como si simplemente estuviera rasgando la esquina de una hoja de papel.

La procesión práctica de este espectáculo sádico silenció la totalidad del mercado de esclavos.

Después de ver esto, los goblins comenzaron a correr por el mercado, desesperados por eliminar cualquier mercancía dañada.

“¡Este es malo!”

“¡Este también! ¡Sacarlo!”

“¡N-No! ¡Por favor! ¡No estoy herido!”

“¡Por favor ten compasión! ¡Si me llevas, mi hijo…!”

Los goblins empezaron a sacar de sus jaulas mercadería en cualquier estado dudoso. Parecían darse cuenta de que no sufrirían la misma suerte que esos goblins si se ocupaban de la mercancía dañada antes de que llegara la inspección del Conde.

Uno de los goblins levantó su garrote, dispuesto a romper la cabeza de una mujer que sostenía a un niño. De repente, una cabeza explotó: la del goblin que había levantado su garrote.

“¡Ta-da! ¡Akane al rescate!” Una voz completamente fuera de lugar sonó a través del Mercado de Esclavos, acompañada por un lindo signo de paz de Akane. “Eso es V, por la victoria”.

El goblin que estaba parado al lado del que acababa de volar la cabeza se quedó inmóvil, incapaz de registrar lo que había sucedido. “¡Hola!” Akane, como si saliera directamente de una película de kung-fu, la casa redonda pateó al segundo goblin en el costado de su cabeza, lo que separó la parte superior e inferior del cuerpo, enviando su torso a volar por el mercado. Sin duda, se podría debatir si se podría llamar a eso una “patada”.

“Es mi partido de debut aquí, ¡así que hagámoslo contar! ¿Dónde está el gran jefe, eh? Olfatear, oler, oler…”

El Conde Empalador observó a la repentina intrusa con curiosidad antes de sentir algo curioso en ella y cambió su postura a una de precaución. Había detectado a un clérigo, al que detestaba.

Incluso el temible Conde no pudo evitar prepararse cuando vio que el intruso era un poderoso usuario del elemento Sagrado.

En este punto, una pregunta finalmente apareció en la mente del Conde. (¿Cómo no noté una presencia tan grande acercándose al Mercado hasta ahora…?) La variedad de Diablos de la Caza, como el Conde, eran muy sensibles a los poderes sagrados.

Debería haber sido imposible para él no notar tal presencia tan cerca. Antes de que pudiera encontrar una respuesta a su pregunta, el intruso se acercó.

Este fue el mismo momento que encendió la catastrófica batalla que se sintió en todo el territorio de Hellion.

Mynk 

Raza: Humano — Edad: 20 

Arma: Star-Cross

Efecto especial contra el demoníaco: un simple toque inflige daño. Esta arma aumenta explosivamente el poder del usuario en Santidad. Mynk utiliza este objeto para lanzar hechizos de clase 4.

Armadura: Angelic Coat

Esta no es una armadura física, sino una capa sagrada generada por un hechizo de clase 4. Cuenta con una impresionante mejora de Defensa y Defensa mágica, lo que dificulta que los monstruos débiles incluso se acerquen a Mynk.

Artículo: El Libro Negro

A pesar de lo que Mynk lo llama, es una Sagrada Escritura auténtica. El Primer Libro de la Sagrada Escritura, de hecho, se considera el mejor de todos. Aumenta drásticamente el poder de la magia sagrada.

Nivel: 20 —

HP: ? —

Resistencia: ? —

Ataque: 21 + 18 —

Defensa: 17 + 18 —

Destreza: 22 —

Magia: 18 + 10 (Sagrado +12) —

Defensa mágica: 18 + 10

Uno de los Star Players, los mejores y más famosos aventureros del continente. Su mentalidad se parece a la de una adolescente emo, con un ojo fingido “maldito”. Si no fuera por sus “arrebatos”, Mynk sería una persona completamente normal y sensata.