Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 12

Capítulo 6: Muy Fácil

Con Roxy entre nosotros, reanudamos nuestra exploración del laberinto. Nos movimos tal y como habíamos planeado, dirigiéndonos al tercer piso. Allí había tres tipos de enemigos: Los cráneos de barro, además de las tarántulas de la carretera de la muerte y las orugas de hierro.

La calavera de barro era un monstruo de rango A.

Parecía un gigante sin cabeza hecho de barro, de unos dos metros y medio de altura, con una circunferencia que hablaba de su naturaleza duradera.

La criatura tenía una calavera enterrada en la zona del pecho, que también era su punto débil, como Jamila de Ultraman o Sachiel de Evangelion.

Se movía con lentitud, pero podía encajar cualquier golpe que recibiera en las partes de su cuerpo cubiertas de barro, y si sentía que estaba en peligro, podía esconder el cráneo dentro de su cuerpo.

El método de ataque de la calavera de barro consistía en lanzar barro y utilizar un hechizo similar al del cañón de piedra.

Sin embargo, esas no eran las razones por las que se le consideraba de rango A.

Aunque parecía un simple gólem, la calavera de barro era bastante inteligente y capaz de dar órdenes a monstruos menores como las tarántulas de la carretera de la muerte y los reptantes de hierro.

Atacaría en formación con las orugas de hierro en la vanguardia, las tarántulas de la carretera de la muerte en el centro y ella misma en la retaguardia. En otras palabras, era un monstruo general.

En el segundo piso, las orugas de hierro se lanzaban al frente mientras las tarántulas de la carretera de la muerte intentaban inmovilizarnos lanzando telarañas.

Ahora teníamos a la calavera de barro supervisándolos, repartiendo también cañones de piedra. Debía ser una dinámica difícil de contrarrestar para Paul, que ya se había visto envuelto en combates cuerpo a cuerpo en el segundo piso.

El combate requería todo lo que tenían. No había forma de que pudieran buscar el Zenith también.

Eso no sería un problema con Roxy y conmigo en el grupo. La Tarántula de la Carretera de la Muerte estacionada en el centro no planteaba muchos problemas, así que sólo tenía que tomar la delantera para atacar al Cráneo de Barro en la retaguardia mientras Roxy se enfrentaba a la Oruga de Hierro en el frente. Todo lo que quedaba se lo dejé a Paul y a los demás.

Al estar hechos de barro, los Cráneos de Barro eran vulnerables a la magia del agua. Una abundancia de ésta los arrastraría. El fuego también funcionaba; si les secaba el barro, ya no podrían moverse.

Pero mi Cañón de Piedra era todo lo que necesitaba. Utilicé mi Ojo de Previsión para dispararles, asestando golpes críticos a las calaveras de sus pechos. Un disparo, una muerte.

Era un francotirador experto, sólo que lento, como los de los FPS que no podían mover su punto de aparición.

“Uf…” Una vez que el enemigo fue completamente aniquilado, Roxy soltó un suspiro. Pude ver parte de su cara asomando por debajo del borde de su sombrero. Debe haber usado una cantidad importante de maná. Parecía agotada.

De repente, me devolvió la mirada y me miró de reojo. Cuando nuestras miradas se cruzaron, apartó rápidamente las suyas.

“Estoy a punto de quedarme sin maná”, dijo. “Me gustaría descansar”.

Volvimos al pasillo principal y nos tomamos un descanso allí.

A mí también me quedaba mucho maná. De hecho, ni siquiera había consumido la mitad de mis reservas.

Al fin y al cabo, sólo estaba usando el Cañón de Piedra, mientras que Roxy era la que congelaba a nuestros enemigos con Nova Escarcha. No era de extrañar que se hubiera agotado antes.

“Siento tener una reserva de maná tan pequeña”, dijo. “No, creo que tienes más que suficiente”.

Utilizó la magia con una precisión excepcional, lanzando hechizos en un área estrecha sin fallar ningún tiro.

De vez en cuando, su Cascada de Agua salpicaba a Paul y a los demás, pero su precisión con el hechizo de acompañamiento Campo de Témpanos de hielo era tan acertada que sólo los enemigos se quedaban helados.

La precisión también requería una cantidad adecuada de maná. A pesar de todo, siguió luchando durante un buen rato.

De ninguna manera tenía una pequeña reserva de maná. La suya era probablemente del mismo tamaño que la de Sylphie, si no más grande.

“Me gustaría encontrar pronto el círculo mágico que lleva al cuarto piso aquí”. Geese se rascó la barbilla mientras cotejaba el libro con el mapa.

Habían pasado casi dos días desde que bajamos al tercer piso. El autor del libro había tardado cinco días en llegar hasta aquí. Nos habíamos adelantado a su grupo y habíamos recorrido la tercera planta varias veces, trazando un mapa. Ya era hora de encontrar el siguiente círculo mágico.

“Rudy, ¿puedo tomar prestada tu espalda?” Roxy preguntó. “Adelante”.

Una vez que respondí, se desplomó contra mí. Descansaba así cada vez que hacíamos un descanso; supuse que era porque la espalda de una persona le resultaba más cómoda que las paredes de piedra que nos rodeaban. Un beneficio adicional para mí.

“Sabes, nunca pensé que podría sumergirme en un laberinto como éste contigo”, dijo. “Yo tampoco. Dime, ¿hay algo que esté haciendo con lo que deba tener más cuidado?”

“¿Eh? Ya tienes dominado lo esencial a la hora de moverte en grupo, así que no hay consejo que pueda ofrecerte”.

“Gracias”, dije.

“Usando la magia sin voz con una precisión perfecta. Realmente eres increíble”.

“En absoluto”. Sacudí la cabeza. “Todavía tengo mucho que aprender”.

Así es: había mucho más que aprender. Ver a Roxy realmente me hizo sentir así. Ella no añadía cartas a las que tenía en su mano, sino que aumentaba lo que podía hacer con las que tenía. Combinaba los elementos existentes en su arsenal para abrumar a su oponente.

Estaba segura de que había hecho lo mismo en el pasado, pero en algún momento, había empezado a usar sólo el Cañón de Piedra y el Quagmire.

No era el mejor hábito, pero eran suficientes para vencer a la mayoría de los oponentes más débiles.

Aun así, los trucos insignificantes de ese tipo no funcionarían contra los enemigos más fuertes a los que me imaginaba enfrentándome, pero no tenía a nadie de un nivel apropiado contra el que practicar. Apuntaba alto, pero no había nada tangible frente a mí para apuntar. Por lo tanto, no estaba mejorando.

“¿Rudy?” Roxy me llamó de repente. “Sí, ¿qué pasa?”

“Si somos capaces de rescatar a tu madre de forma segura y ambos tenemos la oportunidad, ¿qué tal si nos adentramos en un laberinto alguna vez, los dos solos?”.

Parpadeé. “¿Sólo nosotros dos?”

“Sí. Ahora mismo estamos un poco apretados de tiempo, pero bucear en un laberinto puede ser bastante divertido. Así que, ¿qué tal si formamos un grupo sólo nosotros dos y probamos juntos un laberinto más sencillo?”

Un laberinto, ¿eh? Para ser franco, si no fuera por Geese, probablemente ya habría caído en una trampa. Sin embargo, si alguien puede aventurarse en un laberinto solo, sería Roxy. Tenía un historial de torpeza, pero si la acompañaba, quizá pudiéramos atravesarlo.

“Eso suena muy bien”, acepté. “Cuando volvamos, ¿por qué no lo intentamos?”

“Es una promesa”.

“Sí, una promesa”.

Pude ver a Roxy cerrando su mano en un puño por el rabillo del ojo.

“…Ah, estoy empezando a sentir un poco de sueño. Voy a descansar un poco”, dijo.

“Claro, que duermas bien”.

Había aceptado su propuesta en el calor del momento, pero aventurarse en un laberinto consumía varios días a la vez. En realidad, no estaba seguro de tener la oportunidad de hacerlo, ya que tendría que ayudar con la crianza de los niños.

Ah, bueno. No era como si tuviéramos que decidir de forma correcta. Si tenía el tiempo extra, entonces podríamos hacerlo. Quizá cuando nuestro hijo fuera un poco más grande y Sylphie y yo tuviéramos más tiempo libre. Probablemente tendría más de veinte años en ese momento, pero eso no sería un problema.

Me alegraba que me hubiera invitado a participar en su fiesta. Sentí que reconocía mis habilidades. Debía tener cuidado de no revelar mis defectos delante de ella.

Mientras pensaba en estas cosas, me dormí.

***

Después de descubrir el círculo que lleva al cuarto piso, terminamos de cartografiar a fondo el tercero. No había ninguna señal del Zenith, así que decidimos seguir adelante.

Las paredes del cuarto piso estaban hechas de un tipo de piedra que nos resultaba familiar. Se parecían a las ruinas a las que habíamos accedido para teletransportarnos aquí desde los Territorios del Norte. Quizá fueran estructuras similares, salvo que ésta se había convertido en un laberinto.

“Geese, ¿qué será?” Preguntó Paul.

“¿Hm? Bueno, parece que lo estamos haciendo bien”.

“Genial. Entonces vamos a explorar un poco el cuarto nivel antes de volver a la superficie”, dijo Paul con frialdad, mirando en mi dirección mientras yo examinaba nuestro entorno.

Cuando Paul estaba deprimido, parecía una causa perdida, pero cuando trabajaba parecía bastante suave. No me sorprendería que este fuera el lado en el que Zenith había caído. Si realmente corría la misma sangre por mis venas, entonces tal vez Sylphie no sólo me halagaba cuando hacía el mismo tipo de cumplidos.

“Maestra, ¿me veo guapo cuando estoy serio?” pregunté bruscamente. Podría haber sonado un poco narcisista.

Los ojos de Roxy se asomaron por debajo del borde de su sombrero. “¿Eh? Oh, eh… Bueno, claro, eres guapo”. Tanteó las palabras y volvió a desviar la mirada rápidamente.

Bien. Esa reacción decía todo lo que necesitaba saber. Expresó sus sentimientos alto y claro. Era claramente una pregunta incómoda. Qué grosero soy. Parecía que me había dejado llevar un poco.

Si Roxy se pusiera súper cariñosa conmigo y me preguntara: “Oye, Rudy, en una escala del 1 al 10, ¿qué tan linda soy?”. Yo levantaría alegremente palitos luminosos en ambas manos y diría de buena gana: “¡Un 100!”. Estaría en primera fila, no te equivoques.

En un hombre había algo más que su cara: también estaba su corazón. Necesitaba un corazón de acero al rojo vivo. Uno que pudiera noquear a cualquiera con un solo golpe.

“Rudy-enemigos”.

Levanté la vista y me encontré con dos monstruos de cuatro brazos con armadura que se acercaban. Guerreros con armadura. Por cierto, estos monstruos se consideraban muertos vivientes.

La magia terrestre y divina funcionaba mejor contra ellos. El Cañón de Piedra, siempre que fuera lo suficientemente grande, podía hacer pedazos a la mayoría de ellos de un solo golpe.

“Empezaré con el Cañón de Piedra”, dije.

“Espera, Rudy, no puedes”. Roxy me detuvo justo cuando estaba levantando mi bastón. “He oído que el Guerrero Acorazado utiliza el Estilo del Dios del Agua. Si te descuidas con tu magia, nos la devolverán”.

El Estilo del Dios del Agua era algo con lo que no me había encontrado mucho, pero era un estilo de espada basado en desviar y contrarrestar ataques. También era efectivo contra la magia, por alguna razón.

No estaba seguro de cómo, pero una de sus habilidades les permitía contrarrestar la magia ofensiva con el destello de una espada.

Normalmente, no me preocuparía demasiado, pero estos tipos tenían cuatro brazos y no eran humanos. Podrían ser capaces de enfrentarse a cuatro personas a la vez y aun así conseguir contrarrestar cada uno de los ataques.

“Muy bien entonces, ¿qué debemos hacer?”

“Cubramos a los demás y hagamos que tropiecen”, propuso Roxy. “Es nuestra primera vez contra este oponente. Tenemos que ser cautelosos”.

“Entendido. Padre, usaré a Quagmire. Por favor, ¡cuidado con los pies!”

“¡Entendido!”

Estos monstruos de tipo blindado tenían mucho poder y sus habilidades con la espada eran temibles, pero eran lentos. El acero de sus cuerpos era tan pesado que se hundían fácilmente en el barro.

Podrían caer a través del suelo si hacía mi hechizo demasiado profundo. No creía que hubiera mucho riesgo de colapso, pero aun así era mejor mantener los efectos de alteración del entorno al mínimo. Hasta las rodillas era suficiente.

“¡Quagmire!”

Sus pies se hundieron al intentar avanzar, el barro se los tragó hasta los muslos. Entonces nuestros dos miembros de primera línea se pusieron a trabajar. “Paul, yo iré por la izquierda”, dijo Elinalise.

“Entendido…” Paul hizo una pausa. “Espera, siempre tomas la izquierda”.

“La pared se interpone en el camino de lo contrario y dificulta el balanceo”.

“Así que sólo piensas en ti mismo… ¡eso estuvo cerca!” Paul los manejó con facilidad. Desvió un ataque entrante con su espada derecha y pronto cortó uno de los brazos del monstruo con la espada corta de su izquierda.

Su armadura parecía bastante resistente, pero aparentemente eso no importaba. Los espadachines del Estilo del Dios de la Espada eran bestias. Eso, o tal vez su espada corta era así de afilada.

Elinalise, por otro lado, parecía un poco abrumada. Nunca recibió mucho daño de su oponente, pero le faltaba la ofensiva para asestar un golpe mortal.

“Vamos a respaldarlas”, intervino Roxy. “Rudy, liberemos nuestra magia al mismo tiempo, en dirección a la señorita Elinalise”.

“Entendido.”

Levanté mi bastón, conjurando un Cañón de Piedra. Ahora que no podían moverse, no había manera de que evadieran. No tenía ni idea de lo rápido que tendría que ser mi ataque para evitar que lo desviaran, y nunca lo sabría si no lo intentaba.

“¡Señor Talhand!”

“¡Te escucho!” Levantó su escudo y se puso delante de nosotros. Si una descarga salía volando hacia nosotros, él estaría allí para absorberla. Mientras no muriera al instante, podría usar mi magia de nivel avanzado para curarlo. Sólo esperaba que cualquier ataque no alcanzara sus órganos vitales.

“¡Cañón de Piedra!”

“Majestuosa hoja de hielo, te invoco para golpear a mi enemigo. ¡Cuchilla de tempano de hielo!”

Aunque nuestros tiempos de lanzamiento eran diferentes, liberamos nuestra magia al mismo tiempo. Una era una bala de cañón redonda y la otra era una espada de hielo, casi como el ataque Ultra Slash de Ultraman.

Nuestro oponente con armadura intentó desviar los ataques. Dos de sus brazos con espada se movieron, cambiando su postura a la defensa.

Esto dio la oportunidad perfecta para que Elinalise le golpeara con el escudo, desequilibrándolo. Mi cañón atravesó uno de sus brazos, cortándolo, mientras la hoja congelada se incrustaba en lo más profundo del pecho de la armadura. Al mismo tiempo, Paul también terminó su lucha.

“No debería sorprendernos, pero estos monstruos de rango A no caen fácilmente”, comentó, aunque nuestra batalla total había durado sólo un minuto.

No los habíamos derribado de un solo golpe, pero no había sido un combate duro. Justo lo que cabía esperar de un hombre que había alcanzado el nivel avanzado en las tres escuelas de esgrima. En cuanto a la habilidad, es probable que pueda alcanzar el nivel Santo.

No, en todo caso, Paul podría ser tan fuerte como cualquier espadachín de nivel Santo. La fuerza de las personas no puede medirse sólo por su rango.

“Padre, ¿te has vuelto más fuerte que antes?”

Oh, mierda. Acabo de decir algo que podría aumentar su ego. Ahora podría empezar a tocar su propio cuerno.

“¿Hm? No, en absoluto. Soy más débil ahora que antes”. Pero Paul ni siquiera sonrió. Se limitó a mirar hacia mí antes de mirar hacia adelante. “Vamos, pongámonos en marcha. Y no bajes la guardia”.

Las palabras de Paul sirvieron como un recordatorio aleccionador. Tenía razón. Ahora mismo estábamos en un laberinto. Tenía que recomponerme.

Mi padre sí que estaba actuando con frialdad hoy. Norn probablemente estaría encantada si le dijera lo suave que se veía en acción.

“¿Qué es esto?” Elinalise habló de repente mientras miraba la cara de Paul. Se tapó la boca con una mano y sonrió. “¿A qué viene esa sonrisa, Paul? Es espeluznante”.

“Vamos, no tienes que hacer ese tipo de comentarios”, le contestó él refunfuñando.

“¿Tan contento estás de que Rudeus te haya felicitado? Oh, no te preocupes, lo entiendo. Heh heh heh…”

“Ya basta, cállate”.

No, lo retiro. Paul sigue siendo el mismo Paul de siempre.

***

Después nos deshicimos de varios guerreros acorazados más y comenzamos nuestro viaje de vuelta a la superficie. La ruta hacia arriba nos llevó aproximadamente cinco horas a pie. Esta búsqueda nos iba a llevar un tiempo. Me preguntaba si el Zenith podría aguantar mientras tanto…

No, no podíamos apresurarnos. Teníamos que evitar más accidentes como el de Roxy.

Las cosas iban bien ahora. Estaba nervioso, pero no demasiado. No me sentía emocionalmente abrumado.

Estábamos en un buen momento. Mantener este ritmo nos beneficiaría al máximo.

***

En cuanto llegamos a la ciudad, nos reunimos todos para una reunión.

Había varios artículos que necesitaríamos para nuestra próxima aventura, así que nos pusimos a recogerlos. También preparé algunos pergaminos espirituales más, ya que se nos estaban acabando.

Como era de esperar, al tratarse de la Ciudad del Laberinto de Rapan, el tinte para círculos mágicos y el pergamino eran fáciles de conseguir. Crear extras resultó fácil.

Todo lo que tenía que hacer era dibujar uno para usarlo como referencia, y Shierra haría el resto. Al parecer, era bastante hábil en ello, ya que había trabajado anteriormente dibujando pergaminos para la Iglesia de Millis. Prometió que podría tener cincuenta copias hechas en un día. Eso sí que era prometedor.

Geese compró algunos productos químicos que se suponía que eran eficaces en los monstruos acorazados. Nos informó de que este material, si se apuntaba bien, se enrollaba alrededor de las articulaciones de las criaturas y ralentizaba su movimiento. Cuando sugerí rociar el suelo con aceite para que resbalasen, ya que eran muy pesados, se rió, diciendo que Paul sería el que aterrizaría de culo. Respondí con un reflexivo “Supongo que tienes razón”, y Geese se limitó a reírse.

Paul y Elinalise se pusieron a buscar armas. Al parecer, intentaban encontrar una espada de segunda mano para Elinalise. La que usaba actualmente -su estoque- era un objeto mágico.

Al blandirla, desataba una ráfaga de vacío, lo que no era lo más adecuado para luchar contra los Guerreros Acorazados, que eran un rival difícil de vencer a pesar de todo. Podía entender por qué quería un arma diferente.

La espada corta que Paul blandía en su mano izquierda era un objeto mágico que había comprado en Rapan.

Tenía la capacidad de cortar el acero, lo que significaba que cuanto más difícil era cortar a su oponente, más afilada se volvía su espada. Era una habilidad bastante rara, tanto que la gente del mercado no había sido capaz de identificarla.

Lo habían tratado como un cuchillo de mantequilla sin filo que ni siquiera podía atravesar la carne seca, y prácticamente lo vendían por unos centavos.

Paul afirmó: “Fue mi aguda vista la que me ayudó a identificar el verdadero poder de esta espada”. Pero yo sabía más. Había leído La Leyenda de Perugio en Buena Village, y en ella había un guerrero cuya arma tenía esa misma habilidad. Aunque no podía cortar carne seca, era capaz de partir en dos un trozo de acero.

Paul debió saber lo que era en el momento en que escuchó esa frase de que ni siquiera era capaz de serrar la carne seca.

De todos modos, ahora tenía sentido por qué sus ataques contra los Guerreros Acorazados eran tan efectivos. Aunque la empuñaba con su mano más débil, seguía siendo potente siempre que diera un golpe certero.

Elinalise compró un solo gladius, uno que aparentemente tenía la capacidad de emitir una onda de choque al ser empujado hacia adelante. No hacía mucho daño, pero permitía a su portador ganar algo de distancia con respecto a su oponente, haciéndolo volar hacia atrás.

Eso la hacía bastante útil, por lo que costaba un buen dinero, pero Elinalise se limitó a sacar del bolsillo un cristal redondo imbuido mágicamente y realizó la compra. ¿Cuántas de esas cosas tenía a mano?

Esa noche, salí a beber con Roxy y Talhand, esta última me invitó diciendo: “Ya eres mayor de edad, así que puedes ir a beber, ¿no?”. Sin embargo, no había forma de que pudiera beber alcohol delante de Roxy, así que me limité a acompañarla.

Se suponía que era una reunión entre tres magos, pero en algún momento el “Profesor” Talhand comenzó a darnos una conferencia sobre “Lo que hace que un hombre sea un verdadero hombre…” Los hombres deben tener músculos. Unos músculos magníficos significaban un espíritu magnífico. No era una conversación para magos, pero seguía siendo significativa. Tenía toda la razón. Los hombres deben ser musculosos y fuertes.

Roxy se sentó somnolienta. Estaba claro que no podía estar menos interesada, aunque no podía culparla.

Al día siguiente, Lilia se despidió de nosotros mientras nos sumergíamos de nuevo en el laberinto.

***

Nuestro viaje hasta el cuarto piso fue tranquilo. Esto se debió en parte a nuestros elaborados preparativos y al cambio de marchas, pero también tuvimos suerte. Fue básicamente un camino recto hasta aquí. En cuanto al tiempo, sólo tardamos tres horas. Tampoco tuvimos casi ningún encontronazo con los monstruos.

Una vez allí, continuamos con el mapa del cuarto nivel en lugar de seguir adelante, pero, para sorpresa de todos, el Zenith no aparecía por ningún lado.

Como nuestras provisiones seguían siendo buenas, bajamos para empezar a conquistar el quinto piso. En este nivel, a los Guerreros Acorazados se les unieron los Demonios Devoradores.

El Diablo Devorador era un demonio con una boca gigante y colmillos afilados.

También tenía largas extremidades y garras puntiagudas que le permitían escalar el techo, como un alienígena de cierta franquicia cinematográfica. Era un oponente formidable.

El hecho de que pudiera venir patinando por el techo o las paredes significaba que nuestra formación era inútil. Pasaba por encima de Elinalise y Paul cuando se enfrentaban a un Guerrero Blindado y se dirigía hacia nosotros. Verlo me produjo un escalofrío.

Dicho esto, el Diablo Devorador no era tan fuerte. Era rápido, con ataques que parecían poderosos, pero tenía defensas bajas y no ofrecía mucha resistencia. Me sorprendió un poco cuando apareció por primera vez, pero después de golpearlo contra la pared, Elinalise se lanzó con su nueva arma y el combate terminó sin incidentes.

Aunque el Diablo Devorador era de rango A, nos acostumbramos a sus inusuales patrones de movimiento. El guerrero acorazado, con su excepcional fuerza, resultó ser el rival más difícil.

Sin embargo, resultaba molesto tener que mirar siempre hacia arriba para detectar a los demonios. Si tu atención se centraba en el techo, no veías las trampas colocadas por tus pies.

Y si pisabas una trampa por descuido, podías ser transportado a Dios sabe dónde.

“Muy bien, es hora de nuestra arma secreta”, dijo Geese.

Afortunadamente, teníamos nuestra guía. Había una innovadora contramedida para estas plagas registrada en las páginas de Un relato exploratorio del laberinto de teletransporte.

Las raíces del árbol de Talfro se vendían para su consumo, pero si las quemabas como si fueran incienso, los demonios bajaban del techo: odiaban su olor.

Y no sólo eso, sino que además intentaban escapar lo más lejos posible del humo. Esto hacía que fuera increíblemente fácil luchar contra ellos.

De hecho, con este método, ni siquiera eran de rango B, ¡estaban más cerca del rango C! El autor de este libro sí que había investigado.

Y así, en un abrir y cerrar de ojos, hemos superado el quinto piso. Al no poder localizar el círculo que conducía a la siguiente planta, nos vimos obligados a deambular un poco, pero nuestro objetivo no era explorar el lugar. Estábamos aquí para encontrar a Zenith. Todo iba bien. De hecho, nos estaba yendo de maravilla.

Finalmente, llegamos al sexto piso. “¿Y bien, Geese?”

“Podemos seguir adelante”. Geese dio una corta respuesta a la ambigua pregunta de Paul.

Apenas habíamos utilizado nuestras provisiones, así que estábamos bien preparados.

Además, estábamos en racha.

“De acuerdo, no hay vuelta atrás. Sigamos, entonces”.

“Sí.”

No había necesidad de volver, ya que teníamos provisiones y estábamos preparados.

Nuestra búsqueda continuaría.