Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 12

Capítulo 5: El Mago Indomable

Roxy era tal como la recordaba de hace tantos años. Tenía el mismo aspecto y se comportaba igual, aunque el haber estado atrapada en el laberinto durante el último mes la había debilitado considerablemente.

Sus mejillas estaban demacradas y tenía ojeras. Sus trenzas se habían soltado y todo su cuerpo estaba cubierto de suciedad, lo que la hacía parecer una niña de la calle. A pesar de todo eso, no había perdido su espíritu en absoluto.

Geese, al ver su estado, pidió inmediatamente que nos retiráramos. Una decisión prudente. Talhand cargó a Roxy en su espalda y nos dirigimos a la superficie.

Yo, por supuesto, sugerí que llevaría a Su Santidad, pero no lograríamos atravesar el segundo piso sin mis habilidades ofensivas, así que tuve que renunciar a la idea.

Sí debatí interiormente si era aceptable dejar que un bruto tan grosero llevara a Roxy, pero nadie más protestó -Roxy incluida-.

“Lo siento, señor Talhand, por causar tantos problemas”, dijo ella. “No te preocupes. Yo también tengo que ayudar a veces”.

“No apesto, ¿verdad? Me imagino que debe ser muy malo para que Rudy haya vomitado así”.

“¡Ha ha!” El enano soltó una carcajada. “¡Si no pudiera soportar tanto, no podría llamarme aventurero!”

Escuché desde atrás mientras caminábamos. Me dijeron que los dos habían viajado juntos durante mucho tiempo. A juzgar por la forma en que hablaban, me di cuenta de que confiaban profundamente el uno en el otro. Una punzada de celos se agitó en mi interior. Estimulado por esos celos, hablé.

“Maestra, sabe que no fue porque pensara que usted era apestosa que vomité”. Roxy me miró antes de desviar rápidamente la mirada.

“Entonces, ¿por qué vomitaste?”, preguntó.

“Estaba entre la felicidad de volver a verte por fin y la desesperación de que no te acordaras de mí, y se me hizo un nudo en el estómago”.

“No es que te haya olvidado. Sólo que no pude establecer la conexión entre el adorable Rudy de hace mucho tiempo y el tú actual”, murmuró en respuesta antes de callar.

“…”

Fue una conversación corta, pero escuchar su voz por primera vez en mucho tiempo me llenó de tal alegría que podría haber volado hasta el cielo.

Nuestro grupo de posaderos se alegró del regreso de Roxy, probablemente porque era la primera noticia feliz que tenían desde que empezaron a buscar en el laberinto.

Es cierto que sólo habíamos rellenado el agujero que ellos mismos habían cavado, pero no iba a decir eso. Independientemente de las circunstancias, esta era una ocasión feliz.

Lilia inmediatamente llevó a Roxy al baño. Con la esperanza de que pudiera hacer algo por ella mientras tanto, me quedé fuera de su habitación, pero entonces Vierra me echó.

Dijo que era de mala educación acercarse a la habitación de una chica mientras se estaba bañando. Por supuesto, no tenía ningún motivo oculto. Sólo quería hacer lo que pudiera por ella.

Lo digo en serio. De verdad.

De acuerdo, sí, tuve una ofensa anterior. ¡Pero esta vez era completamente inocente! Pensé en defender mi caso, pero decidí dejarlo. Esto estaba bien. Era yo, después de todo.

Si de repente miraba a mi lado y veía su ropa allí, no había ninguna garantía de que mi mano no se deslizara y se me metiera en el bolsillo la pequeña tela blanca que tenía encima.

No podía dar la oportunidad a mi lado pervertido. Ahora mismo, mis sentimientos eran todavía inocentes. Así que, en realidad, estaba bien.

Íbamos a descansar unos días para dar tiempo a Roxy a recuperar las fuerzas. Dicho esto, ella era una aventurera. No tenía ninguna herida importante, todavía era lo suficientemente fuerte como para caminar sin ayuda, y juraba que con buena comida y una cama blanda para dormir a pierna suelta, volvería a la normalidad en poco tiempo. Todo parecía ir bien.

Pero no podía superar el hecho de que había metido la pata y me había comportado de forma vergonzosa delante de ella. Esperaba que no estuviera desilusionada conmigo.

El vómito había sido una falta de respeto, pero yo estaba tan sorprendido. Nunca dejé de pensar en ella durante todo el tiempo que habíamos estado separados. Pensar que podría haberme olvidado… era abrumador.

Ahora que lo pienso, Sylphie había dicho que también se había quedado atónita cuando actué como si nos hubiéramos encontrado por primera vez. Me pregunté si ella había sentido lo mismo en aquel entonces. Tendría que disculparme con ella cuando volviera a casa.

***

Roxy durmió un día entero. No podía culparla por ello, dado que había pasado un mes en un laberinto infestado de monstruos. Quise ser el primero en darle los buenos días cuando se despertara, así que merodeé frente a su puerta, pero Lilia me echó. Miré hacia atrás y pude ver su rostro mientras dormía plácidamente. Decidí dejarlo así, esperando que se recuperara pronto.

Al segundo día, Roxy saltó de la cama. Fue justo a la hora de comer. Se acercó a nuestra mesa mientras comíamos, moviéndose tan rígida como un robot.

“Buenos días, Maestra”.

“Sí. Buenos días, Rudy, quiero decir, señor Rudeus”.

Éramos cuatro, incluyéndome a mí, en la mesa. Los otros eran Elinalise, Paul y Talhand. Geese y los tres restantes estaban en ese momento de compras.

La composición de nuestro grupo era tal que el grupo del laberinto pasaba todo el tiempo descansando mientras estaba en la ciudad, y el grupo de espera hacía recados mientras tanto.

Geese formaba parte del grupo del laberinto, pero por alguna razón, tomaba el mando del grupo de espera. Era un gran trabajador. Tal vez debería dejar de ser un aventurero y convertirse en un administrador.

“Todos…”

Todos los presentes volvieron sus ojos hacia Roxy.

Con docilidad, ella recorrió con la mirada a cada uno de nosotros, y luego inclinó la cabeza. “Siento haberles causado problemas, pero ya estoy bien”.

Las reacciones de la gente fueron variadas. Hubo uno que le rodeó el hombro con un brazo y dijo: “No tienes que preocuparte por eso”. Otro que asintió y dijo: “No hay problema”. Otro que bebió un trago de alcohol antes de empujar una botella en su dirección. Y, por último, estaba yo, que me sentí abrumado por la emoción de su regreso.

“Bueno, si quieres dar las gracias a alguien, dáselas a Rudy. Si no hubiera empezado a balbucear, ‘Padre, puedo sentir a Dios cerca’, y a correr hacia adelante, atravesando paredes, no te habríamos encontrado”.

Paul me hacía parecer un completo loco cuando lo decía así, pero de alguna manera había sabido exactamente dónde estaba Roxy mientras nos habríamos paso por el tercer piso.

También tenía la sensación de que estaba en problemas. Sabiendo que la situación exigía rapidez, me dirigí hacia el sonido de su voz sin tener en cuenta el peligro potencial de que los túneles se derrumbaran. Cada vez que me topaba con una pared, la atravesaba sin dudar.

No tenía ni idea de cómo sabía que estaba en problemas. Simplemente lo sabía. Era mi vínculo con Roxy, que nos unía; estaba seguro de ello. Sí. Había una pequeña posibilidad de que el Hombre-Dios hubiera intervenido, pero no lo tendría en cuenta. Sólo había un dios en el que creía.

Espera, ¿eso significaba que Dios me había guiado hasta allí? En ese caso, ¡no había nada de extraño en ello!

Mientras estaba preocupado por esos pensamientos, Roxy se volvió hacia mí e inclinó la cabeza de nuevo. “Um, señor Rudeus, lo que quiero decir es que… gracias”.

¿Por qué sentía que Roxy estaba siendo fría y distante? No, yo conocía esta sensación. Lo había aprendido en la escuela.

Era mi nombre. La forma en que me llamaba. Me llamaba “Señor”, como si yo fuera un extraño.

“No te preocupes por eso”, le dije. “Sólo hice lo que cualquiera hubiera hecho. Y lo que es más importante, por favor, llámame, Rudy”.

Roxy bajó la mirada y murmuró: “¿Pero no parece que estoy siendo demasiado familiar si te llamo así?”.

“¿Qué? Pero estamos cerca. Si voy a hacer que mi propio Maestra me llame Señor Rudeus, entonces también puedo hacer que mi padre haga lo mismo”.

“Oye, ¿por qué demonios iba a hacer eso?”

Ignoré la protesta de Paul. “Me gustaría que me llamaras ‘Rudy’, tan cariñosamente como lo hiciste una vez. No importa cuántos años pasen… Siempre te veneraré, Roxy Migurdia, como mi maestra”.

Roxy parpadeó varias veces. Por alguna razón sus mejillas estaban rojas. ¿Tenía fiebre o algo así? De repente se abofeteó las mejillas. “Sí. Tienes razón… Rudy”.

“Ya está, eso es perfecto”.

Sonrió con desprecio mientras me miraba. Sus mejillas aún estaban un poco sonrosadas. “Dejando de lado todo eso, realmente te has hecho grande”.

“Al fin y al cabo, soy un humano”, le recordé. “Sin embargo, no pareces haber cambiado”.

“Sí, sigo siendo tan pequeña como siempre”.

“No creo que seas tan pequeña como crees”.

“¿Ah, sí?”

Esto me estaba trayendo muchos recuerdos. Si cerraba los ojos, podía recordarlos todos: el primer día que me enseñó magia, el día en que obtuve mi objeto de culto, el día en que me enseñó la magia de nivel Santo, el día en que nos despedimos y los días que pasamos intercambiando cartas. Cada recuerdo era precioso para mí.

“De todos modos, fue una magia espectacular”, dijo Roxy. “Parece que has seguido bastante bien tu entrenamiento en mi ausencia. ¿Era magia de agua de nivel emperador?”

“¿A qué hechizo te refieres?” pregunté, aunque estaba bastante seguro de que no había utilizado nada de nivel emperador.

“La magia que usaste cuando me salvaste. Ese poder, esa velocidad y el alcance. Era una magia increíble. Esa era la magia de nivel Emperador de la que he oído hablar, Cero Absoluto, ¿verdad?”

No. Era una simple Nova de Escarcha. Habíamos estado atravesando el segundo piso cuando Talhand me habló de la magia que Roxy había estado usando, y de lo efectiva que era. Yo simplemente la había imitado.

Pero ahora Roxy tenía una mirada que parecía decir ¿Y bien? Tengo razón, ¿no? Dudé si corregirla o no. Era una especialista en magia acuática. Podría avergonzarla descubrir que había malinterpretado mi hechizo. ¿Quizás una pequeña mentira blanca era apropiada en este caso?

Por supuesto, quedaría expuesta inmediatamente. Tal vez el curso de acción más sabio era decir que sí y luego contar la verdad en secreto.

¿Pero qué pasaría si hiciera eso y ella reaccionara negativamente? Mi Cañón de Piedra aparentemente tenía el mismo nivel de poder que un hechizo de nivel Emperador, pero era magia de un nivel mucho más bajo.

Hmm, ¿cómo debería responder?

“No, esa era una Nova de Escarcha. Sólo que tenía más poder detrás de ella que la que tú usas”. Como dudé, Talhand aprovechó para responder en mi lugar. Qué injustificado. Será mejor que siga con algo o si no-.

“Oh, así que eso es todo. Mis disculpas”.

“Sinceramente, Roxy, no has cambiado en absoluto. Aunque estoy de acuerdo contigo, no me parecería nada extraño que Rudeus usara magia de nivel emperador”. Elinalise intervino sin demora para respaldar a Roxy. “Después de todo, se le considera el mago más poderoso de la Universidad de Magia”.

Aunque ese último comentario era innecesario.

Los ojos de todos se concentraron en mí. Bien, ¡esta era mi oportunidad!

“Mis habilidades actuales son todas gracias a la guía de mi maestra”, dije con seguridad.

Los ojos de Roxy se entrecerraron con sospecha. “Rudy, sigo oyendo que has estado afirmando eso, pero ¿crees sinceramente que es cierto?”.

“Por supuesto que sí”.

Las enseñanzas de Roxy eran mi fundamento. “Salir a la calle y hablar con la gente”,  “Intenta llevarte bien con los demás sin prejuicios” y “Da siempre lo mejor de ti”. Esas palabras habían echado raíces en lo más profundo de mi ser. Gracias a ellas había podido establecer la relación que tenía con Ruijerd, por ejemplo.

Claro que había momentos en los que no podía estar a la altura de esas enseñanzas, pero eso era otra cosa. Los humanos no eran capaces de vivir todo su potencial en cada momento.

Lo que importaba no era si siempre cumplías con éxito tus ideales, sino si los convertías en la clave de tu forma de enfrentarte al mundo.

“Has mejorado por tu cuenta. Completamente sin mi enseñanza”. Roxy esbozó una sonrisa de autodesprecio. “Te has convertido en un hombre increíble. Todo lo contrario de una torpe como yo, que se quedó atrapada en un laberinto”.

Se desplomó sobre la mesa con un golpe seco. Pude ver la mancha en su cuero cabelludo de donde salía el pelo, lo cual era algo lindo.

“La maestra es increíble, y el alumno también. ¿Qué podría ser mejor?” dijo Paul.

Bien dicho. Tenía toda la razón. Yo no era particularmente especial, pero Roxy era ciertamente una persona increíble. ¿Y qué si perdía frente a su alumna en unas pocas categorías? Eso no era un indicador de su valor como persona.

“Si no hubieras estado con nosotros, no estaríamos aquí. Ten un poco de confianza”. Las palabras de Paul parecieron levantar el ánimo de Roxy. Ella se sentó y asintió.

Geese regresó después de eso y continuamos con nuestra reunión. Nos sentamos acurrucados, el grupo de espera incluido.

“Dije que esperaríamos a ver el estado de Roxy, pero creo que volveremos a sumergirnos en tres días”, anunció Geese.

“¿No es eso un poco precipitado?” preguntó Paul.

Aunque no lo parezca, el buceo en el laberinto realmente desgasta a una persona. Especialmente uno como el Laberinto del Teletransporte, que estaba plagado de trampas, lo que te obligaba a mirar constantemente por dónde pisabas incluso cuando te veías envuelto en una batalla.

Ya era bastante agotador para alguien como yo en la retaguardia, pero la vanguardia llevaba una carga aún más pesada.

“Es mejor que Roxy vuelva a entrar lo antes posible”.

“¿Hm? Ah, sí, entiendo lo que quieres decir. Tienes razón”. Paul asintió, pero no podía estar del todo de acuerdo. ¿No sería difícil para ella tener que volver a entrar en el lugar donde casi había perdido la vida antes?

“¿No crees que es necesario un poco más de descanso para ella?” pregunté.

“¿Mm? Ah. Puede que no lo sepas, jefe”, explicó Geese, “pero cuando casi mueres en un laberinto, tienes que volver a entrar rápido o te caerá una maldición y no podrás volver a entrar”.

“¿Una maldición? ¿Existe algo así?” Pregunté, dudoso.

“Sí. No sé por qué, pero cuando intentas entrar en un laberinto después de eso, tu corazón se llena tanto de miedo que no puedes hacer nada”.

Ah, había leído algo así en un manga una vez. Un tipo de trastorno de pánico, también conocido como EP. También había oído que un tratamiento eficaz para ello era volver a intentar inmediatamente lo que había fallado. Al parecer, lo mismo ocurría en este mundo.

“Además, eres un principiante, jefe. Ir a un ritmo lento y adivinar repetidamente será una buena experiencia para ti”.

“Ya veo. Tienes razón”.

Después de ese intercambio, los demás empezaron a intervenir.

“Puedo darte algunos consejos para hacer de maga sanador y ofensivo”, dijo Roxy.

“No deberíamos repetir el método de Rudy de atravesar las paredes para navegar. El riesgo de derrumbe es demasiado alto”, dijo Paul.

“Si quieres, puedo ir delante de ti”, dijo Talhand.

“He estado pensando… ¿Qué tal si Paul y yo cambiamos de posición?” sugirió Elinalise.

Geese nos mantuvo organizados mientras compartíamos nuestros pensamientos sobre la aventura anterior, así como la forma en que deberíamos abordar la siguiente.

Todos parecían muy serios. Había pensado que estarían un poco más alegres al respecto, pero aparentemente no. Aunque debilitados, seguían siendo un grupo de rango S.

En esta reunión no pude aportar mucho, salvo responder cuando me preguntaron qué me parecía mi primer laberinto. Ellos eran profesionales. Yo era un aficionado.

Por muy bueno que fuera con la magia, no podía olvidar esas dos cosas. Nuestro último viaje había ido bien, pero eso no significaba que este también lo haría.

“Por el momento, nos concentraremos en mapear el resto del tercer piso. Dependiendo de cómo vayan las cosas, al menos podremos profundizar lo suficiente para encontrar el círculo del cuarto piso”, dijo Geese. “¿Qué te parece?”

“De acuerdo”, dijimos al unísono.

Por lo general, una vez que un grupo descubría las escaleras para el siguiente piso, decidía

si profundizaba o regresaba temporalmente a la superficie.

Si optaban por esto último, tomaban un camino recto hacia abajo para reanudar la marcha desde el punto en que la habían dejado al regresar.

Lo mismo ocurría con nosotros; la última vez habíamos bajado directamente al tercer piso. Si no eras rápido, existía la posibilidad de que el número de trampas aumentara. La velocidad era crucial.

“Oh sí, el libro dice que el cuarto piso es completamente diferente a lo que hemos visto hasta ahora”, dijo Geese. “Una especie de ruinas o algo así”.

“En ese caso, podría haber dos niveles inferiores”, dijo Paul.

“Hmm. Bueno, dejemos el pensar en el cuarto piso para la próxima vez. Por ahora, nos centramos en el tercer piso”.

“Entendido.”

Había casos de laberintos que existían desde hacía tiempo y que se combinaban con otros, formando un único laberinto con dos centros, dos corazones con cristales imbuidos mágicamente.

Se decía que estos tipos cambiaban de estructura en parte. El Laberinto del Teletransporte tenía ese tipo de disposición, pero eso no significaba necesariamente que tuviera dos centros. Era una posibilidad, nada más.

De hecho, según el libro, el Laberinto de Teletransporte sólo tenía un cristal mágico.

Sin embargo, todavía existía la posibilidad de que hubiera sido originalmente un laberinto ordinario que luego se fusionó con estas viejas ruinas para tomar su forma actual. Hablando de ruinas, también estaban las que contenían los círculos de teletransporte que habíamos utilizado para llegar hasta aquí.

“¿Qué es ese libro del que hablas?” preguntó Roxy, desconfiada.

“Rudy lo trajo consigo. Tiene notas de un tipo que viajó casi hasta lo más profundo del Laberinto de Teletransportación. Tú también deberías leerlo”. Geese le pasó el libro en cuestión.

“Oh, no sabía que existiera algo así. Entendido. Lo repasaré detenidamente mañana”.

Así que Roxy planeaba pasar el día de mañana leyendo. En ese caso, me quedaría en la posada. Quería hablar con ella algo más, aunque no estaba seguro de qué. Si iba a leer el libro, ¿podríamos hablar de su contenido? Ella podría hacerme preguntas, y yo haría lo posible por responderlas.

Sí, eso suena bien. Genial. Absolutamente perfecto. 

“Ahora bien, sobre nuestra formación”, comenzó Geese. “Vamos a agitar las cosas un poco. ¿Talhand?”

Como estaba preocupado por mis pensamientos, la conversación pasó al siguiente tema.

Talhand se aclaró la garganta. Como el hombre más a menudo en la parte de atrás, que por lo tanto observaba más, estaba a cargo de decidir nuestra formación. “Hmph, déjamelo a mí”.

Pero apestaba a alcohol. Siempre apestaba a alcohol. Geese también se bañaba en licor por la noche, pero Talhand se dedicaba a volcar las jarras hasta el mediodía. Al menos se puso completamente sobrio en el momento en que empezamos a sumergirnos en el laberinto. Tenía una habilidad impresionante para encender y apagar su bebida.

“Será más o menos lo mismo que antes”. Había un papel sobre la mesa con dos líneas dibujadas, junto con pequeñas piedras de diferentes colores. Talhand colocó primero la piedra azul. “Primero, al igual que antes, Roxy tomará la retaguardia”.

“Entendido”. Roxy asintió.

Luego puso una piedra gris al lado de la anterior. “Rudeus actuará como apoyo de Roxy. Ella es del tipo que se escapa cuando ocurre algo inesperado, pero Rudeus tiene ese Ojo de Previsión. También es bastante tranquilo para su edad, así que tal vez pueda detener algo antes de que salga mal”.

“Muy bien”.

Hizo que sonara como si Roxy careciera de compostura. Quería protestar, pero era cierto que había resbalado y pisado una trampa de teletransporte.

Si lo intentaba, sólo estaría provocando problemas. Aunque, si lo pensaba, el Ojo de la Previsión sólo podía predecir las cosas que yo podía ver. Eso significaba que tendría una buena excusa para mantener mis ojos en Roxy todo el tiempo que estuviéramos en el laberinto.

Dicho así, no sonaba tan mal. Estaba feliz de poder mirarla.

“Intentemos cambiar a Elinalise y Paul. Paul, tú vas delante. Elinalise, tú vas detrás”, dijo Talhand mientras movía la piedra roja que representaba a Paul hacia delante y la amarilla que representaba a Elinalise hacia atrás.

Básicamente seguían estando uno al lado del otro. Probablemente se trataba de un cambio de roles.

Antes, Elinalise había sido el tanque mientras que Paul había sido el apoyo, pero esta vez sería lo contrario. Paul sería el tanque principal y Elinalise lo apoyaría.

“Geese, estarás donde estabas antes”. Colocó la piedra marrón muy por delante del resto de la manada. Finalmente, puso su propia piedra en el centro. “Dudo que la necesitemos, pero habrá más monstruos en el tercer piso. Yo haré de escudo para los de atrás”.

***

EXPLORADOR: Geese

VANGUARDIA: Paul, Elinalise

MEDIO: Talhand

RETAGUARDIA: Rudeus, Roxy

***

Esa era nuestra nueva formación. Excluyendo a Geese, parecíamos una ficha de mah-jongg de cinco puntos.

“¿Alguna opinión sobre esto?”, preguntó el enano.

Inmediatamente levanté la mano. “¿Debo tomar esto como que mi papel básicamente no cambiará?”

“Sí. Puedes hablar con Roxy sobre los detalles de tu trabajo en equipo”.

Al oír eso, miré a Roxy. Ella me devolvió la mirada, pareciendo nerviosa mientras tragaba saliva.

“De acuerdo entonces. Estoy deseando trabajar con usted, Maestra”.

“Sí, y yo también. Haré todo lo posible para no retenerte”.

Todo lo contrario. Yo era el que más la frenaba. Ojalá tuviera más confianza.

Es cierto que podía ganarle en capacidad de maná y uso de hechizos, pero la fuerza de las estadísticas de una persona no era la suma de su valor.

Sólo con la experiencia se ganaba el verdadero poder, y sentía que Roxy me superaba en ese aspecto. Había pasado un mes entero atrapada y luchando en el laberinto de teletransporte. Y apenas unos días después de ser rescatada, se había recuperado lo suficiente como para volver a entrar como si nada hubiera pasado.

Si fuera yo, si experimentara algo tan horrible, probablemente me juraría a mí mismo no volver a entrar en ese laberinto. Como decía el proverbio japonés, un hombre sabio se aleja del peligro. Podían llamarme gallina si querían; yo sabía que era un cobarde.

“Bien entonces, ya hemos terminado con eso. Lo siguiente es el grupo de espera”. Después de eso, Geese dio rápidamente sus órdenes al grupo de espera.

Le entregó a Vierra una lista de suministros para comprar, y luego consultó a Shierra sobre el estado de Roxy.

También le aconsejó que preparara los suministros médicos que considerara necesarios para preparar el rescate de Zenith. Por último, encomendó a Lilia la supervisión de esas tareas.

Si Geese era el líder del grupo del laberinto, Lilia era la líder del grupo de espera. Y Paul era el líder general de nuestro grupo. Supervisaba toda la toma de decisiones finales y hacía un seguimiento de todos.

“Bien entonces, todos, preparémonos para dentro de tres días. Pueden retirarse”. A la orden de Paul, la reunión terminó.

***

Al día siguiente, me dediqué a deambular por el primer piso de la posada, permaneciendo en la proximidad de Roxy mientras leía. Quería que me consultara si había algo que no entendía. A mí, concretamente, y no a nadie más.

“¿Rudy?”

“¿¡Sí!? ¿¡Qué pasa, Maestra!?”

“Que te muevas así me distrae”, dijo con una sonrisa forzada. “Mis disculpas”. Agaché la cabeza y decidí irme.

Así que ya está. La estoy distrayendo. Eso tiene sentido. Sólo me estoy interponiendo en su lectura.

No podía causarle problemas. Esa no era mi intención, sólo quería ser de ayuda. Pero si yo era una distracción, entonces no se podía evitar. Tal vez debería ir a otra parte. Sí, tal vez iría a alguna taberna desierta en algún lugar. Era bueno beber solo de vez en cuando.

Sí, eso es lo que haré.

“Rudy”, me llamó una voz desde atrás. “Si tienes suficiente tiempo para hurgar, hay algunas cosas en este libro que no tengo claras y que me gustaría que…”.

“¡Está bien!” Inmediatamente me dejé caer a su lado. Creo que he batido el récord de la sentada más rápida. Si fuera un perro y tuviera cola, ahora mismo estaría azotando el aire como una hélice. “¿Dónde está? Por favor, siéntase libre de preguntarme cualquier cosa”.

Ahh, Roxy sí que era pequeña, aunque estaba seguro de que eso se debía en parte a que yo había crecido mucho. Si la ponía en mi regazo, podía rodearla fácilmente con mis brazos. Aunque estaba seguro de que se enfadaría conmigo si lo intentaba.

Cuando la miré, Roxy me miró de reojo.

“¿Qué pasa?” Le pregunté.

Rápidamente cambió su mirada hacia el libro. “No, no es nada. Es esta parte de aquí…”

En los años transcurridos, mi estatura había superado la suya. Tal vez se sintió desanimada por eso. Parecía estar acomplejada por su baja estatura.

Tales eran mis pensamientos mientras pasábamos el día juntos, leyendo. Yo estaba contento.