Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 4

Capitulo 3: Crepúsculo, Danza

Parte 6

Después de una sola rotación, Titania ya lo estaba saludando con el siguiente ataque. Por un instante, pudo ver una expresión algo insatisfecha en su rostro.

Era como si ella le estuviera diciendo sin palabras que si su golpe hubiera dado en el blanco, la pelea habría terminado con sangre en los ojos de Suimei.

Suimei sintió su persecución mientras la espada en su mano giraba y giraba. Una vez más, lo atacó mientras saltaba hacia adelante. Eso estuvo bien. Mientras esquivaba, tuvo problemas para juzgar si era un golpe por encima o por encima del hombro, tal era su velocidad.

“¡Ugh—!”

Golpeando el suelo con todas sus fuerzas, su cuerpo se levantó de la fuerza. Con una velocidad que podría confundirse con un movimiento instantáneo, Titania apareció ante sus ojos. Luego extendió las espadas que en su mayoría sostenía cruzadas frente a ella.

Cuando lo hizo, un destello de luz plateada trazó una línea horizontal amplia y recta en el aire ante los ojos de Suimei. Fue acompañado por un breve silbido de la barra.

Su única salida era juzgar su alcance por la longitud de sus espadas y la longitud de sus brazos. Si ella tuviera los mismos principios que los maestros de la espada de su mundo, aquí sería donde Suimei habría muerto.

“¡¿Entonces qué tal esto?!”

Con un grito para levantarle el ánimo, Titania prácticamente se transformó en un vendaval corriendo por el suelo. La figura de su abrigo ondeando desapareció de la vista de Suimei.

Para cuando tomó su posición y fijó sus ojos en ella una vez más, ella se dirigía directamente hacia él. Antes de que pudiera terminar de girar su cuerpo, pudo ver la hoja de Titania desgarrando el suelo.

Titania corría mientras excavaba el suelo con una espada.

Dejando atrás un rastro de tierra y pasto, corría hacia él sin perder el impulso. Al sostener una espada en el suelo y retener la otra, estaba reuniendo fuerzas para golpear. En otras palabras, estaba usando una espada como una especie de ancla.

En el momento en que lo levantó del suelo, a varias veces la velocidad de un golpe de espada normal, un ataque cortante vino hacia Suimei.

Sin dudarlo, Suimei dejó caer la katana de mercurio en su mano y construyó su muralla dorada. Sin embargo, Titania se desvió repentinamente de su ataque frontal y ahora se estaba moviendo como para golpearlo desde un costado.

Ella venía de la derecha. Suimei se había rendido en determinar su ubicación precisa, y apuntó ciegamente su muralla hacia la derecha. Las chispas salieron volando. Había bloqueado el ataque, pero por alguna razón, podía sentir feroces escalofríos recorriendo su columna.

Obedeciendo rápidamente a sus instintos y saltando hacia atrás, la punta de la espada de Titania atravesó el aire y rozó la mejilla de Suimei.

Ni un instante después, la siguiente puñalada llegó volando y repitió la combinación una y otra vez. La rápida avalancha de estocadas entrelazadas de sus dos espadas fue implacable.

Si hubiera sido obra de estoques, habría fintas mezcladas con las estocadas, pero todos y cada uno de los golpes de Titania tenían la intención de matar.

Sin pasar por alto el objetivo de esas estocadas, Suimei evadió un ataque tras otro.

Y luego las estocadas dejaron de llegar. A esta distancia, sería mejor para él levantar su muralla, tomar cierta distancia y comenzar a usar magia, pero…

No. Juzgando que poner más defensas sería un plan estúpido, Suimei siguió adelante. Ante su repentino avance, el rostro de Titania se contrajo con sospecha. Pero después de verlo tomar su katana de mercurio, su expresión cambió a una de sorpresa. Pero…

“¿Te atreves a burlarte de mí, Suimei?”

Cuando Titania resopló esas palabras, la alegría de la victoria brilló en su rostro. Más rápido de lo que Suimei podía preparar su espada, se abalanzó sobre él. Su objetivo era su abdomen. Seguramente estaba planeando golpear el estrecho espacio entre sus órganos internos.

No tuvo tiempo de esquivar esta rápida estocada y estaba indefenso. Definitivamente golpearía. Comparando sus habilidades y velocidad con sus espadas, Titania fue claramente superior.

Sin embargo, eso era algo de lo que Suimei era plenamente consciente. Si ella no era tan buena, sería un problema para él. Y efectivamente, la espada de Titania se hundió en el cuerpo de Suimei y lo atravesó.

“Con esto, se acabó, Sui— ¡¿Qué?!”

En medio de declarar su victoria, el cuerpo de Suimei de repente se derritió como el agua.

Sin darle tiempo para recuperarse de su sorpresa, Suimei envolvió el líquido negro como el alquitrán de hulla en el que se había transformado alrededor de su cuerpo y lo endureció. Con esto, le robó la libertad de movimiento.

Titania se tambaleó y cayó sobre la hierba. Después de soportar el impacto de la caída, miró hacia arriba para ver a Suimei de pie junto a ella.

“Esa es mi victoria”.

“Pensar que incluso podrías transformar tu propio cuerpo… Realmente me atrapaste”.

Titania admitió eso con voz irritada solo después de perder literalmente la capacidad de usar sus manos y piernas. Suimei juzgó que era seguro liberar la magia alrededor de su cuerpo según su tono y el hecho de que ya no irradiaba su espíritu de lucha.

“¿Entonces?”

“…Entiendo. Aceptaré gentilmente mi derrota”.

“Así que no te importa si actúo libremente ahora, ¿verdad?”

“Con ese nivel de habilidad, no tengo ningún motivo para quejarme”.

Y así quedó resuelto. Cuando Titania fue a recoger sus espadas nuevamente, miró a Suimei con una expresión algo desconcertada.

“Suimei, ¿por qué escondes tu poder?”

“En mi mundo, es lo más natural. Los viejos hábitos tardan en morir.”

“¿Así es realmente…?”

Titania hizo una mueca de desagrado como si no estuviera realmente convencida. Sin embargo, solo duró un momento. Su actitud entonces tomó un giro extraño.

“Tengo algo que me gustaría pedirte, Suimei.”

“¿Qué?”

“Me gustaría que no hablaras de lo que pasó aquí con Reiji-sama. Aunque es una petición egoísta de quien te desafió, ¿puedo confiar en tu silencio al respecto?”

Ciertamente, ella había peleado con él en un intento de obligarlo a hacer lo que ella le dijo que hiciera. Suimei no iba a decirlo, pero la princesa sí misma, estaba siendo egoísta. Incluso ahora. Pero Suimei no tenía ninguna razón para negarse.

“Si seguro. Siento lo mismo, así que está bien para mí. No mencionaré nuestra pequeña escaramuza”.

Sin embargo, eso no era exactamente de lo que estaba hablando Titania.

“No, eso no, precisamente. Significa sobre el hecho de que uso una espada. Um… dije que no quiero hablar de eso, pero… ¿Cómo lo digo…?”

“¿Hmm? ¿Reiji y los demás no saben lo fuerte que eres? ¿Por qué no les dijiste?”

“E-Eso es, um… tengo una razón para no querer que sepan”.

“¿Qué podría hacerte querer ocultarles eso?”

Cuando Suimei le preguntó eso, la cara de Titania de repente se sonrojó.

“¡P-Porque, porque…! Si Reiji-sama me considera una marimacho, no le agradaría, ¿no es así?”

Ante su repentino grito, Suimei se puso rígida con una mirada estupefacta. No pudo analizar correctamente los detalles de lo que acababa de decir. Pero finalmente, logró dar voz a cómo se sentía.

“¿Eh…?”

“‘¡¿Eh?!’ ¡¿Qué pasa con esa cara de idiota?!”

“¡No te burles de mí! Pero en serio… ¿No creo que a él realmente le importe ese tipo de cosas? ”

“Pero eso es solo una conjetura, ¿no? ¡Debo mantenerlo en secreto! Seguramente puedes entender, ¿no es así?”

El rostro de Titania, que se apretaba cada vez más, estaba muy serio.

¿Realmente tenía tanto miedo de que a Reiji le desagradara que llegaría a tales extremos? Sintió que ella estaba perdiendo el objetivo, pero dejando eso de lado…

“Bueno, no me importa. Realmente no pretendo alargar nuestra conversación anterior, pero ¿cómo puedes decirme una mierda por ocultar mi poder después de esto? ”

“¡Cállate la boca! ¡Solo dije que tengo una buena razón para no decírselo!”

Titania estaba mirando a Suimei con dagas mientras gritaba en respuesta. Sin embargo, en un destello frío, su ira se convirtió en una actitud algo perpleja.

“D-De todos modos, Suimei, tengo una cosa más que me gustaría decirte.”

“¿Qué es esto de repente?”

“Esa magia que usaste para derrotarme… No es magia que debas usar contra una dama”.

“… ¿Eh?”

“¡¿Huh de nuevo?! ¡¿Eso es?! ¡Piénsalo detenidamente!”

Titania estaba loca de nuevo. Suimei tampoco tenía idea de por qué tenía que enojarse tanto por eso. La magia que había usado era un ataque para engañar deliberadamente a su oponente. Después de licuarse, se enroscó alrededor de su objetivo y se endureció. Restringió los movimientos de su oponente.

Después de derretirse, se enroscó alrededor de su objetivo y…

Suimei llegó a su respuesta, y mientras se ponía rojo brillante, expresó su objeción.

“¡Realmente no es nada pervertido, maldita sea!”

“¡Incluso si tú lo crees, la persona que se lo haga no lo hará! Primero es blando, luego se endurece de repente… ¡Es una sensación extremadamente extraña, pervertido!”

“¡No lo digas de una manera tan extraña, maldita princesa marimacho!”

Cuando una Titania ruborizada le apuntó con su espada, Suimei bromeó magníficamente.

***

Después de su pelea con Titania, cuando Suimei regresó a la capital imperial, el día había terminado y estaba completamente oscuro. Inmediatamente después de regresar, Suimei se encerró en una habitación que fue declarada prohibida para cualquier otra persona. Después de terminar su trabajo allí, salió y se dirigió hacia la sala de estar.

Fue allí donde encontró a Reiji relajándose. Pero como Suimei estaba buscando a alguien más, Reiji lo señaló afuera. Suimei abrió la puerta y salió. De pie en la plaza entre los edificios circundantes, miró hacia el cielo estrellado. Pero una vez que su mirada volvió a bajar a la tierra, Suimei no tardó mucho en encontrar lo que estaba buscando.

“Oye, Mizuki. ¿Qué estás haciendo aquí?”

“Oh, simplemente disfrutando de la brisa nocturna y un poco de tiempo a solas”.

Mizuki estaba sentada en una de las sillas que quedaban afuera mirando la luna. Suimei revolvió en su bolso y sacó la razón por la que había venido a verla.

“Aquí, tus zapatos”.

“Mis zapatos, como en… ¿Por qué los tienes?”

“Obviamente, olfatearlos así…”

“Suimei-kun, eso es pervertido…”

Cuando Suimei hizo la pantomima de que sus zapatos apestaban, Mizuki se tambaleó hacia atrás.

“Es una broma, solo una broma. En realidad, he escuchado mucho eso hoy… De todos modos, estos son nuevos, ¿sabes?”

“¿Eh? Oh, tienes razón. ¿Compraste estos?”

“Bueno sí. ¿Por qué no te los pruebas? ”

Se sentó en la silla junto a ella y volvió a mirar al cielo estrellado. Después de que él le empujó los zapatos, Mizuki comenzó a ponérselos.

“¿Oh? Estos son…”

Después de ponérselos y ver cómo se sentían, Mizuki comenzó a saltar de un lado a otro en su lugar. Se tomó un momento para inspeccionar los zapatos y luego volvió una cara de sorpresa hacia Suimei.

“Compré unos nuevos y los ajusté”.

“¿Qué? ¿Tu casa es una zapatería y no me di cuenta? ”

“De ningún modo. Solo tengo manos hábiles… Bueno, usé algo de magia que aprendí. Creo que deberían ser algo mejores y bastante cómodos de usar, ¿verdad?”

Suimei mostró una sonrisa traviesa. Los zapatos que le acababa de dar eran unos con los que había trabajado en la habitación prohibida: su laboratorio de magia.

Después de enterarse de que Mizuki estaba deprimida porque se había gastado sus buenos zapatos, se apresuró a usar Magia para mejorar algunos zapatos confeccionados para que fueran más cómodos de usar y duraran más.

Mizuki lanzó ambos brazos al aire con admiración.

“¡Asombroso! ¡Suimei ya puede manejar la magia muy bien!”

“‘Muy bien’, dices… ¿No puedes también hacer todo tipo de cosas como esta?”

“No puedo usar ese tipo de magia práctica. Prioricé el aprendizaje de la magia que era útil en la batalla, después de todo… Pero ese no es tu caso, Suimei-kun, ¿verdad?”

“Heh, para vivir cómodamente, no me detengo por principios”.

Mientras Suimei bromeaba, Mizuki se volvió a sentar en su silla y reveló una sonrisa gentil que le sentaba perfectamente.

“Así es como tú, Suimei-kun. Ah, y gracias por esto”.

“No es nada.”

Suimei respondió mientras levantaba la mano ligeramente. Con esto, su viaje debería ser al menos un poco más fácil.

“Um, en realidad, Suimei-kun…”

Entonces Mizuki se volvió hacia él con una expresión algo sombría. Ella estaba mirando hacia un callejón donde no había nada en absoluto. Suimei se dio cuenta del cambio que se había producido en su estado de ánimo, pero simplemente escuchó con paciencia como siempre lo hacía.

“¿Qué es?”

“Ya peleaste con monstruos y demonios, ¿verdad?”

“Si.”

“Cuando lo hiciste, ¿estabas asustado?”

“Me oriné”.

Cuando Suimei declaró esto, Mizuki se puso de pie.

“¡Mentiroso! Dios… Eres solo un asqueroso mentiroso. ¿Alguien que haya tenido la pistola de una yakuza apuntándolo y parezca aburrido cuando sucedió realmente haría eso?”

“¿Qué, todavía recuerdas eso?”

“Por supuesto que sí. Porque eso, en nuestro mundo… Fueron los días más peligrosos de mi vida, ¿sabes?”

Ciertamente tenía razón. En el pasado, cuando Mizuki todavía sufría de chuunibyou, había recogido un arma que había dejado caer un hombre peligroso y se convirtió en una gran molestia. Al final, Suimei y Reiji acudieron en su ayuda. Reiji había atacado, lleno de rectitud y celo, pero en secreto estaba siendo apoyado por la magia de Suimei todo el tiempo.