Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 4

Capitulo 1: Geo Malifex

Parte 6

Había algo extraño en la magia de Graziella. El hechizo que acababa de usar desafiaba todo lo que Suimei sabía sobre la magia en este mundo.

Le habían dicho que el único sistema mágico aquí dependía de llamar a los Elementos para liberar su poder. Entonces, ¿qué había hecho ella? Ella no había meditado en los Elementos, y no fue solo un ataque físico lo que lanzó rocas. Sin embargo, su defensa de la muralla contra los hechizos apenas había hecho nada. Suimei pensó cuidadosamente en lo que había presenciado momentos antes.

La sensación de incomodidad, la región nebulosa del espacio… Esa enorme masa de roca tomó forma demasiado rápido para haber sido natural. Suimei entonces de repente notó algo dentro de su línea de visión.

“Ya veo. Esa magia… usa el bordado en el forro de ese abrigo, ¿verdad?”

“¿Oh?”

Mientras Suimei usaba su aguda visión para identificar la magia de Graziella, su mirada se agudizó.

“Interesante. Escuchemos tu teoría”.

Al contrario de lo que estaba diciendo, su rostro indicaba que no le divertía lo más mínimo. Parecía que estaba exigiendo una explicación y escudriñaría cada palabra a fondo.

“No me gusta la forma en que lo dices, pero… Esa magia, a diferencia de la magia típica, no depende de los Elementos. Es esencialmente una técnica de invocación, ¿verdad?”

Elliot fue el primero en reaccionar a esas palabras.

“¿Técnica de invocación? ¿Qué estás diciendo? Este mundo no tiene técnicas de invocación, ¿verdad?”

“¿No es así? Está la magia que te llamó aquí, ese ritual de artefacto fuera de lugar de la magia de invocación del héroe”.

“Ah…”

“Esa magia que ella usó hace un momento probablemente usa una sola parte de ese hechizo para unir dos lugares. Es magia de teletransportación”.

“¿Tele-por-tashun magic-ah…?”

Felmenia, Graziella y Christa no parecían entender el significado de sus palabras. Sin embargo, hubo una persona que lo entendió bien y asintió con admiración.

“Lo entiendo. Es un tipo de hechizo de teletransportación, ¿eh? ¿Esa enorme roca se almacenó en un lugar diferente y luego se transfirió aquí a través de su magia?”

“Así es. De lo contrario, lo que acaba de suceder no podría explicarse adecuadamente”.

“¿Qué pasa con la posibilidad de que fuera solo una ilusión?”

“Imposible. De la magia que usa la tierra como atributo, además de los hechizos que solo mueven tierra y rocas, los objetos manifestados juegan el papel del atributo de la tierra en el hechizo. Dado que la mayoría de dichos objetos están compuestos íntegramente por poder místico, un muro defensivo contra los hechizos es capaz de bloquearlos. Pero lo que hizo ahora fue un ataque completamente físico”.

Los proyectiles que fueron disparados por la magia del atributo tierra eran existencias fundamentalmente vagas. Ya fueran una mezcla de sustancias reunidas por magia o una construcción del propio hechizo, dependiendo del método utilizado, el producto era completamente físico o completamente místico  por naturaleza.

En el caso de los  proyectiles místicos, las defensas mágicas para romper los hechizos serían suficientes para defenderse de ellos.

Sin embargo, en el caso de uno físico, tendrían que descomponerse con magia ofensiva, desacelerarse y detenerse, o repelerse por completo. Había muchos enfoques para defenderse de la variedad física, pero tratarlo como un objeto místico no era uno de ellos.

Y la magia que Graziella había usado entraba en esa categoría.

La roca masiva se colocó en un círculo mágico de antemano, y usando un hechizo, conectó ese círculo mágico al espacio frente a ella. Al hacerlo, teletransportó la roca hacia ella, y luego pudo usarla para atacar a su oponente.

Los medios detrás del ataque eran en realidad extremadamente simples, pero no se podía criticar diciendo que carecía de sofisticación o que era un mero hechizo de distorsión. Ella había transferido fácilmente algo que pesaba cientos de toneladas sin comprimir su tamaño. El peligroso potencial de tal hechizo era evidente.

La muralla de Suimei tenía el poder de detener el proyectil de un tanque con un poder mucho más destructivo que su roca. Sin embargo, eso fue posible porque solo tuvo que detener algo aproximadamente del tamaño de una bala.

Para algo tan masivo, incluso si su poder destructivo era inferior, no era algo que pudiera detener por completo. Por supuesto, había otros enfoques para manejar la situación, por lo que no estaba demasiado preocupado, pero…

“No, espera. Si eso es magia de teletransportación, ¿no faltaron los preparativos para usarla?”

“Por eso dije que era el bordado en el forro. Tiene el mismo hechizo que el círculo mágico inscrito en él. El hechizo compilado no requiere mucho canto, y también es probable que el círculo mágico donde se almacenó la piedra también tenga algún tipo de configuración”.

“Aun así, no todo parece cuadrar…”

“Así de extraña es la magia de invocación… Pero en el momento de la teletransportación, el revestimiento tiene que estar expuesto”.

“Ya veo, eso es lo que te dio una pista…”

Con eso, Elliot se volvió hacia Graziella con una expresión desagradable en su rostro. Luego gimió y habló con palpable amargura.

“Así que cuando estabas peleando conmigo, todavía tenías que ponerte serio…”

La expresión de Graziella permaneció completamente transparente mientras respondía.

“Parece que ustedes dos tienen una dinámica bastante dinámica cuando hablan, ya veo”.

“Eso es una novedad para mí…”

Suimei miró a Elliot con una expresión de desconcierto, como si él mismo se hubiera dado cuenta. Graziella luego reconoció asombrada que Suimei había adivinado la verdad detrás de su magia.

“Hubo un montón de palabras sin sentido mezcladas en su explicación, pero es seguro que lo ha visto”.

Después de que Graziella soltara un bufido, agudizó su mirada considerablemente y miró a Suimei.

“Sin embargo, me sorprende que haya alguien que pueda comprender la técnica creada al reunir la mejor tecnología de todo el Imperio después de verla solo una vez. Bastardo, ¿quién eres tú?”

“Eso no es algo que necesites saber”.

“Hmph, eso está bien. Pensé que era extraño que Llama Blanca-dono estuviera contigo, pero eso debe significar que tienes algo que ver con el hombre que derrotó al General Demonio Rajas y su ejército, ¿verdad?”

“¿Qué es eso? ¿No fue el que derrotó al demonio general el héroe de Astel? ”

“Déjalo. Probablemente ya hayas escuchado la verdad de Llama Blanca- dono. Además, ese hombre todavía es demasiado verde—”

El maná de Graziella comenzó a expandirse antes de que se cortara. Esto probablemente significaba que iba a ir a toda velocidad desde aquí. Ella usaba principalmente la magia común de los Elementos, pero también tenía esa habilidad que le permitía acelerar su cuerpo, así como la magia de teletransportación que podía formar en el aire.

“Usando un estilo de lucha como un maldito taoísta…”

“Una vez más, no entiendo lo que estás diciendo, pero parece que tienes más agallas que ese héroe. Aunque es un poco tarde, escucharé tu nombre”.

“Es Suimei Yakagi”.

“¿Oh? Qué nombre tan inusual”.

“Sí, demándame”.

Mientras la onda de choque aún le sacudía el cerebro, Graziella comenzó su siguiente movimiento. Suimei ni siquiera tuvo tiempo de corregir su postura.

“¡Aún hay más!”

Graziella rompió la enorme roca con un puño y disparó la metralla de piedra a Suimei. Fue un aluvión de rocas afiladas. Pero ella no había terminado allí. Lo siguiente que Suimei supo fue que el suelo se estaba elevando y su cuerpo estaba completamente atormentado por el dolor. Al presenciar todo esto, el rostro de Felmenia palideció mortalmente.

“A-Aah…”

Incapaz de soportarlo más, le gritó a Graziella. “¡Su Alteza! ¡Detén esto ya!”

Pero Graziella no tenía intención de escuchar. Con la intención de poner fin a las cosas, golpeó el suelo con su hechizo. El suelo se elevó aún más y se transformó en una aguja y empujó a Suimei. La explosión de tierra cubrió el área con una cortina de polvo. Graziella echó un vistazo a su obra y solo tuvo una cosa que decir.

“Se acabó.”

Pero fue una declaración prematura. Cuando la cortina de polvo se apartó, pudo ver a Suimei parada allí respirando con dificultad. Felmenia pareció aliviada y encantada.

“Tch, no solo arbitrariamente… convoque el encuentro por su cuenta, maldita sea…”

“Todavía no te has caído, ¿eh? No importa. No podrás pelear más en esa condición. Ríndete y coopera conmigo”.

Quizás porque estaba exasperada por su terquedad, Suimei se molestó en escucharla. Pero lo que escuchó no fue una burla. No, lo que dijo fue una solicitud franca sin nada de su lenguaje abusivo habitual.

“¿Rendirse? ¿Yo? Ha… haha…”

La risa misteriosa y sardónica de Suimei entre sus respiraciones irregulares resonó por toda la plaza. La mirada de Graziella se hizo más aguda mientras miraba a Suimei, quien ignorantemente parecía estar provocándola.

“¿Que es tan gracioso?”

“No podré pelear; eso es lo que dijiste, ¿verdad? ¿Quién crees que soy?”

“No sé cómo puedes tener tanta confianza. No es obvio que…”

Ocurrió cuando Graziella estaba hablando. Antes de que pudiera terminar de poner sus pensamientos en palabras, el aire comenzó a temblar.

“¿Es este atributo de la tierra magia? No…”

Graziella se arriesgó a adivinar, pero era incorrecta. La verdadera respuesta fue magia. Fue un fenómeno causado por la magia, y no un fenómeno cualquiera.

Y el temblor se fortaleció gradualmente con el poder de Suimei. La oscilación anormal fue causada nada más que por la enorme cantidad de maná que estaba tomando forma, haciendo que el espacio mismo temblara con su poder místico.

Dentro del espacio tembloroso que no mostraba signos de calmarse, el maná de Suimei se estaba hinchando en proporción a la fuerza de las vibraciones.

El efecto era similar al desbordamiento de la enorme energía de un reactor nuclear, pero había aparecido en un instante y ya había causado un vórtice que cubría quinientos metros en todas las direcciones.

Tirados por el poder manifestado, los ladrillos del suelo se levantaron en el aire y se hicieron añicos. Muchos pequeños relámpagos azules bailaron en el aire como una corriente eléctrica. Su crepitar resonó siniestramente.

Suimei se armó de valor. Si seguía luchando mientras prestaba atención a los límites de su cuerpo, solo se le presentaba un callejón sin salida. Estaba justo en el medio de la plaza en este momento.

No había adónde correr. Y si no había forma de ganar usando toda su fuerza, no había otra opción que atacar con toda su alma.

Archiatius Overload.

Esas palabras que Suimei tenía listas en el fondo de su garganta nunca salieron de su boca. Había terminado todos los preparativos para liberarlos y estaba parado en el borde donde se liberaría su horno de maná. Lo que detuvo a Suimei, que tenía un fuego carmesí ardiendo en sus ojos, fue Felmenia, quien saltó a su espalda con todas sus fuerzas.

“¡Suimei-dono!”

Mientras Felmenia se aferraba a su torso, Suimei giró ligeramente la cabeza para mirarla por encima del hombro.

“¡¿Menia?! Qué estas—”

“¡No puedes, Suimei-dono! ¡Por favor conténgase! ¡No puedes dejar escapar este tipo de poder en medio de la ciudad!”

“Pero…”

“¡Suimei-dono! ¡Por favor cálmate! Solo liberar tu maná es una cosa, pero si usas magia como esta, ni un solo edificio… ¡No, ni un solo humano lo haría…!”

“Tch…”

Era cierto que todo y todo el mundo en un determinado radio no se saldría a la ligera. Felmenia se aferraba desesperadamente a él a través del viento furioso creado por su maná para tratar de evitar exactamente eso. Suimei abandonó sus planes de encender su horno de maná cuando ella le suplicó.

Fue tal como ella dijo. En esta situación en la que no tuvo tiempo de contenerse para derrotar a Graziella, naturalmente recurrió a usar su magia con toda su fuerza.

Pero si hiciera todo lo posible, el daño no se limitaría solo a la plaza. Mientras rechinaba los dientes por el dolor en su cuerpo y su frustración, Suimei desaceleró la rotación de su horno de maná. Cuando se apagó, un gran letargo asaltó el cuerpo de Suimei. Incapaz de luchar contra su fuerza que se agotaba, Suimei colapsó en los brazos de Felmenia.

“Ugh… Menia…”

“¡Ven! Debe ser doloroso, ¡pero agárrate fuerte de mí!”

Al juzgar que la condición de Suimei era bastante mala, Felmenia intentó llevárselo. Había reforzado su fuerza física antes de saltar sobre Suimei, y ahora fue a aplicar la magia de movimiento instantáneo que había aprendido de Suimei. Mientras lo hacía, una voz colérica la persiguió.

“¿Pensaste que te dejaría correr?”

“¡Incluso si es imposible, me abriré paso a la fuerza!” Con eso, Felmenia comenzó a tejer su hechizo.

“¡Así como el viento eterno transmite, envía las llamas brillantes y oscilantes a Su lado! ¡Oye mi voz! ¡Tú eres el Ishim teñido de blanco! ¡Oye mi voz! ¡Tú eres el Ishim que se libra de toda calamidad!”

La luz corría salvajemente en el aire. Trazó la forma de un círculo y comenzó a dibujar letras y símbolos dentro de él. Se había formado un círculo mágico. El círculo completo derramó un calor intenso que uno apenas podía imaginar al ver su magia anterior.

“¡Ugh!”

Cuando Graziella vio esto, cayó hacia atrás presa del pánico. Justo cuando sus pies tocaron el suelo después de saltar hacia atrás, Felmenia desató sus palabras clave.

“¡Truth Flare!”

[¡Llama Blanca Hyacinth!]

Como una flor en flor, las llamas blancas silbantes se extendieron en gruesos cinturones y cargaron contra Graziella como para cortarla.

En respuesta, Graziella levantó el suelo ante ella como un escudo y adoptó una postura defensiva. Finalmente, la llama blanca se había extinguido hasta el punto en que solo podían quemar el cabello, pero ya habían logrado su propósito. Felmenia y Suimei estaban ahora fuera de la plaza y habían escapado del alcance efectivo de la magia de Graziella.

Desde lejos, Suimei podía escuchar el sonido de Graziella chasqueando su lengua. Luego expresó su gratitud por Felmenia con palabras.

“…Lo siento.”

“Por favor, no se preocupe por eso. Suimei-dono, te llevaron a un rincón debido a tus heridas”.

“Aunque se supone que debo estar acostumbrado a sentirme completamente agotado… Qué patético”.

Descuidadamente había desatado su poder y ahora se retiraba derrotado de mala gana. Solo podía agradecerle a Felmenia nuevamente.

“…Me salvaste. Gracias.”

Y con eso, la conciencia de Suimei se desvaneció.

***

Cuando la Llama Blanca Hyacinth de Felmenia desapareció, Graziella se quedó en medio de los ladrillos chamuscados y el olor a quemado que flotaba en el aire. Completamente distraída, cerró los ojos y reprimió su mana desbordante. Luego vio a Suimei y Felmenia huir sin mover un músculo. Mientras lo hacía, su asistente se acercó a ella y le hizo una reverencia respetuosa.

“¿Los perseguimos?”

“Está bien. No me importa si los dejamos en paz”.

“¿Estás segura? Con la forma en que ese hombre estaba hablando antes, podríamos hacer que lo acusen de difamación contra la corona”.

“Ese es ciertamente el caso, pero está herido. Además, ese hombre está acompañado por Llama Blanca-dono. Si los presionamos con demasiada fuerza, puede resultar en una fricción innecesaria con Astel”.

“Aun así, Su Alteza…”

“Si van a capturarlos por su cuenta, no estaría en contra de darle permiso. Pero eso no es exactamente algo que puedas hacer, ¿verdad?”

Mientras Graziella hablaba con su asistente, dio la vuelta a su abrigo. Echó un breve vistazo al rostro de su asistente, sabiendo muy bien que la tarea que les había encomendado era imposible.

El oponente en cuestión era un enemigo formidable contra el que Graziella se había visto obligada a usar su carta de triunfo.

Incluso si prepararan a varias personas comparables a los Doce de élite, aún sería una hazaña increíble. Incluso si su asistente, cuyas habilidades no faltan en comparación con las de Graziella, dijera personalmente que definitivamente capturarían a esos dos, sería mera bravuconería.

“Además, si vamos demasiado lejos, mi hermano mayor simplemente se enojará con nosotros también”.

Dejando escapar un suspiro exasperado, Graziella se volvió hacia Elliot y Christa.

“Bueno, entonces, haré que me acompañen, bastardos.”

“…Entendido.”

“Hmph, eres inesperadamente exigente, ¿no es así?”

“¿Debo agregar que también soy extremadamente reacia?”

“No, eso fue imprudente por mi parte, ¿no?”

Mientras escupía esas palabras, Graziella regresó al pabellón con Elliot y Christa a cuestas. Christa parecía infeliz de principio a fin, pero como estaba sirviendo a Elliot, no tuvo más remedio que seguirlo. Graziella se detuvo repentinamente mientras caminaban.

“Estoy un poco insatisfecha, pero está bien terminar con esto, ¿no es así?”

Habló sin rodeos y su tono corroboró su insatisfacción. Graziella centró su atención en la plaza parcialmente destruida. Había estructuras y detalles del paisaje que habían sido dañados por su magia, así como por la llama de Felmenia. Pero la mayor devastación provino del maná de Suimei.

Bajo su fuerte ola, los objetos de toda la plaza se habían derrumbado. Todavía podía sentir el cosquilleo de ese enorme poder en su piel mientras sus restos permanecían fuertemente en el aire.

Graziella se dio cuenta de que esto era solo el comienzo. Así que incluso con los puños cerrados y gotas de sudor corriendo por su rostro, dejó escapar un suspiro de decepción.