Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 14: Paranomanía [parano_mania]

Capítulo 4: La Forma en que las Cosas Brillaron Cuando nos Conocimos [toki_meki]

“…El destino,” dijo Tonbe. “Sí, eso es, creo que fue el destino, mi reunión con Io-sama. Así es la única manera como podría llamarse, pero no diría que Io-sama y yo estamos limitados por el destino, porque si dijera eso, Io-sama me regañaría. «Espera, Tonbe, me estás asustando. ¿Podrías parar? En serio, es asqueroso. Aquí, mira, tengo la piel de gallina.» Y cuando ella me muestre su brazo superior —no, no su brazo superior, ella no me mostraría su brazo superior, ¿verdad? Bueno, su antebrazo con piel de gallina— me quedaría mirando fijamente, lo haría, por supuesto que lo haría, ¿verdad? Lo vería como loco, ¿verdad? ¡Quiero decir, es el antebrazo de Io-sama después de todo! Incluso si eso solo asustaría Io-sama aún más. Sé que lo haría, pero todavía lo miraría. Sí, me gustaría mirar. Como, podría hacerlo muchas veces, solo para ver la piel de gallina de Io-sama. Estoy pensando en diez, ¿tal vez? Como, me estoy saliendo de la conversación aquí. ¡Gwujujujujuhyuh! Oh, por cierto, este es un secreto. En serio, si no lo mantienes en secreto, las cosas se te saldrán de las manos. Cuento contigo. Pero, bueno, de todos modos, me alegro de haber podido conocer a Io-sama, ya sabes. Así, solo eso fue suficiente para que valiera la pena haber nacido. Al principio, en la Taberna Sherry, ¿verdad? Pareces un soldado voluntario, por lo que debes conocer la Taberna Sherry. Entonces, yo estaba ahí, ¿verdad? Y escuché que un sacerdote estaba reclutando miembros para su grupo. Ahora, yo estaba en otro grupo en ese momento, pero todos eran una mierda total. Los reyes de mierda. Los reyes de mierda. ¡Gwujujujujuhyuh! Me llamaban gordo, feo, asqueroso, espeluznante y maloliente, todo tipo de cosas. Ahora, tal vez algo de eso no era del todo falso, pero aun así, ¿cómo podían decirme eso en la cara? Quiero decir, seguro, actuaban como si fuera una broma amistosa, pero de todos modos, era horrible. Entonces, cuando lo dije bruscamente, me dijeron: «Hombre, ¿por qué te estás poniendo tan enojado? Solo estábamos bromeando contigo. Eres muy gracioso». En esos momentos, creería que podría haber sido un poco inmaduro al respecto, y me echaría atrás, pero cuando sucedió una y otra vez, y más de un millón, mil millones de veces, repetidamente, al final, comencé a pensar: «Ustedes me están tomando por un tonto. No están bromeando conmigo. Se están burlando y riéndose de mí. Estoy herido aquí». Podría haber puesto una sonrisa estúpida, pero estaba en el Callejón del Corazón Roto cuando entré en la taberna. ¿Qué es el Callejón del Corazón Roto? ¡Lo que sea! Puede que tenga 171 centímetros de altura y pesar 81 kilos, pero no tengo más de cien, ¿de acuerdo? No llames gordo a nadie de menos de cien kilos. Es una ofensa al concepto de gordura. Estás de acuerdo, ¿verdad? ¿Lo estás? ¿Está bien?”

“Oh… uhhh…” dijo Kuzaku. “Supongo, sí…”

No sé si estar de acuerdo o no, pensó. Quiero decir, ni siquiera estoy seguro de con qué quieres que esté de acuerdo.

Ni siquiera sé más. Quiero decir, este tipo, ha estado murmurando para sí mismo en voz baja a mi lado todo este tiempo. Tampoco parece que vaya a parar. Ha estado charlando sin parar todo el tiempo que hemos estado caminando. Solo puedo escuchar. Es como, trato de escuchar, pero no escucho las palabras. Este gordo es malditamente molesto…

“Para empezar, estaba Sakumata, ese tipo que era lo que llamarías el líder del grupo que decía que solo estaban «bromeando conmigo». Me pregunto si todavía anda por ahí. ¿Aún está vivo? Bueno, él estaba por ahí entonces. Ese tipo salía con la maga del grupo, pero se separaron, luego salió con la ladrona del grupo. Quiero decir, de un vistazo, ¿tal vez era atractivo? Como, él pensaba que era muy atractivo. El hecho era que, él decía abiertamente cosas como: «Simpre he sido popular con las mujeres». Hombre, tu cara no es nada especial. Tienes una cara como un plátano aplastado. Cara larga, nariz chata, labios finos, ojos caídos. Podría haber sido uno de los miembros menos feos de ese grupo, pero esa es la barra baja para terminar con todas las barras bajas. Por cierto, sus amigas, la maga y la ladrona, odio ser el que diga esto, pero en el mejor de los casos, estaban a mitad de la tabla. Tal vez peor. Puede que mi cara no sea la más simétrica, y si fueras un chico bonito, podrías estar en una posición para llamarme feo, pero no quiero escucharlo de ti. No tienes derecho a decirlo.”

“Uhh… sí, seguro…”

“Entonces, básicamente, estaba pensando: «Quiero salir del grupo de Sakumata. Tal vez debería renunciar. ¿Qué tengo que hacer?» Cuando entonces, maldita sea, una diosa vino a mí. ¡En serio! Era una diosa literal. Cuando fui a ver el reclutamiento de miembros para el grupo del sacerdote, escucha esto, había una diosa ahí. Una diosa que había bajado del cielo a la tierra. Como un rayo. Estaba estupefacto. ¡Gwujujujujuhyuh!”

“Oh, uhh…”

No me importa, pero ¿puedes hacer algo al respecto? Kuzaku pensó vagamente. Quiero decir, he tenido suficiente. En serio, estoy empezando a cansarme de esto.

“Uh… lo siento, Tonbe-san.” Kuzaku trató de interrumpir tan educadamente como pudo, pero a Tonbe, el gordo paladín, no le importó ni un poco.

“No sé lo que era. Tenía un cabello suave y sedoso y una figura pequeña, pero era, como, realmente, realmente pequeña, pero no de una forma delicada, ¿sabes? ¿Tenía una figura femenina, se podría decir? El uniforme de sacerdote es blanco después de todo, y esa blancura, reaaaalmente le quedaba bien. Como, su piel, parecía muy suave, y brillaban, sus ojos, quiero decir, porque eran muy grandes y, lo que es más importante, esa diosa ya estaba rodeada de soldados voluntarios, pero en el momento en que sus ojos se encontraron con los míos, me sonrió. Una sonrisa. Sentí que mi corazón se iba a detener, ¿sabes? No, eso no es mentira. No estoy exagerando. Mi corazón, literalmente, se detuvo por un momento, ¿de acuerdo?”

¿Por qué este tipo no se murió en ese entonces? Kuzaku gruñó silenciosamente. Si lo hubiera hecho, no tendría que escuchar esta tontería, una historia sin sentido, ¿o sí?

No, retiro eso. No es bueno pensar así. Lo siento, lo siento. No importa lo horrible que sea, no debería desearlo muerto. Él me salvó después de todo.

Este gordo. Supongo que tampoco debería llamarlo así. Bueno, sin embargo, es gordo. No creo que ser gordo sea tan malo, pero hay diferentes tipos de gordos. Su tipo me molesta. ¿No? ¿Estoy enojado porque es Tonbe? Hmm. Podría ser. Pero estoy cansado y con sueño.

Aún así, es una maravilla que todavía este caminando. Es menos que estoy caminando y más que estoy cayendo hacia adelante, y luego mi pierna se mueve hacia adelante por sí misma, y ​​luego vuelvo a caer, y luego mi otra pierna se mueve hacia adelante. Lo mismo, una y otra vez. Además, es extrañamente dulce…

“No hace falta decirlo, pero lo decidí de inmediato,” continuó Tonbe. “Regresé con ese estúpido, idiota y cara de plátano aplastado Sakumata, y le dije: «Adiós, nunca nos volveremos a encontrar, olvida que alguna vez existí, sí, eso significa para siempre». Entonces, enseguida, corrí hacia mi diosa, me armé de valor y me nominé para ser una de sus camaradas. No recuerdo exactamente lo que dije. Fue, «Quiero cambiar mi vida», o algo así, creo. Ah, y creo que dije algo como, «Haré cualquier cosa, así que,por favor, llévame también». Quiero decir, obviamente haría cualquier cosa, ¿verdad? Esa era Io-sama, una diosa después de todo. Tenía que. ¡Guhfuhfuhfuhfuhyujojohyuhyujojoh!”

Estoy en mi límite, Kuzaku gimió en silencio. Claramente no puedo aguantar más, y ya no me importa. Solo me derrumbaré.

En el momento en que cayó, hubo una patada inmediata.

“¡Ay!”

Kuzaku rodó, con ambas manos sosteniendo su frente.

Sorprendentemente, el que pateó a Kuzaku en la frente con la punta del pie no fue Tonbe. “No te duermas, idiota.”

Otra persona que los acompañaba, una que no era gorda como Tonbe, estaba mirando a Kuzaku.

“N-No me patees,” murmuró Kuzaku. “Ay…”

“Sí, te voy a patea,” dijo el sujeto.

Estaba vestido todo de negro, con una mirada que gritaba que era un caballero oscuro. Su barbilla era terriblemente larga. De hecho, tanto que sobresalía de debajo de su máscara. Sus cejas estaban cerca de ser triángulos, tenía ojos de sanpaku mostrando su blanco y una frente increíblemente delgada.

Había límites a lo delgada que podía ser una frente. Kuzaku nunca había visto una línea de cabello que llegara tan bajo antes.

“Si te duermes, causará problemas,” dijo el otro sujeto. “Por supuesto que voy a tener que patearte. Si te vas a dormir, entonces muere. Si no puedes morir por tu cuenta, te asesinaré yo mismo.”

“Gomi,” dijo una voz.

Era una voz tan clara como una campana de cristal. ¿Esa hermosa voz estaba… llamando a alguien “gomi,” una palabra que significa “basura”?

Cuando Kuzaku miró, una belleza de cabello largo con una túnica blanca miraba en su dirección.

Aunque la llamaba una belleza, había una máscara en su rostro, que cubría la mitad inferior del mismo. Aun así, era ridículamente hermosa. Sentía que Tonbe la había llamado pequeña, pero era de estatura media, ni alta ni baja. Sus proporciones no dejaban nada de qué quejarse.

Era como, bueno, una chica bonita ortodoxa. La chica bonita. Era como cuando alguien decía las palabras “chica bonita,” ella era del tipo al que se referían. Había una traslucidez en ella, ¿una limpieza? Tan bonita que la palabra “bonita” en sí misma parecía rancia. Como, “ahí hay una chica bonita.”

Las chicas bonitas no eran una ficción. Realmente existían.

El traje de la chica bonita no era todo blanco. Tenía algunas líneas azules. Aunque se había diseñado para ser más lindo, era lo que reconocerías como un traje de sacerdote. Le quedaba increíblemente bien. Era como si fuera un traje único en su tipo, personalizado para una chica como ella.

Esa chica bonita, con una voz que se ajustaba a una chica bonita, había dicho una sola palabra gomi, que significaba basura o porquería.

Eso lo golpeó con fuerza destructiva.

“Déjalo así, Gomi.”

¡Lo había dicho de nuevo! La chica bonita, diciendo “gomi.”

El caballero oscuro que había sido llamado basura se inclinó más de 90 grados, no, 120 grados, no, no, cerca de 180 grados.

“¡L-Lo haré! ¡Si Io-sama dice que lo haga, lo haré con mucho gusto!”

“Tu voz es demasiado fuerte,” dijo la chica bonita. “Cállate, Gomi.”

Habiendo sido insultado por la chica bonita, Gomi realizó una reverencia que colocó su rostro tan bajo que casi se tocó las rodillas, y con una voz tan tranquila como el zumbido de un mosquito, se disculpó. “L-Lo siento…”

Su cuerpo entero temblaba. Tal vez estaba llorando. En realidad, las lágrimas se desbordaban, por lo que no había tal vez; este hombre adulto estaba completamente llorando.

Hombre, tienes más de treinta, pensó Kuzaku. No llores.

Por cierto, Tonbe ahora estaba mirando a Gomi y sonriendo. Bueno, ¿no era una vista desagradable?

“Bueno…” Kuzaku se sentó, giró su cabeza hacia la izquierda y hacia la derecha, y giró sus brazos en círculos. Por un momento, sintió que su sueño se desvanecía, pero todavía no se sentía bien.

“Es cierto que sentí que me iba a quedar dormido,” dijo Kuzaku. “¿Eso habría sido algo malo?”

“Bueno, sí,” dijo la chica bonita. “En Parano, cuando duermes, sueñas. Esos sueños se deforman para dar vida a los monstruos de sueños.”

“Hmm…”

Realmente no lo entiendo, pensó Kuzaku. ¿Lo entiendo? Pero, en serio. Ah… estoy cansado…

Intentó bostezar, pero tenía la boca tapada. Con una mano

¿Cuál mano?

“El viento está soplando, ya sabes,” dijo la chica bonita. “El viento dulce de Parano. No lo respires descuidadamente.”

La chica bonita estaba mirando a Kuzaku. Ella estaba muy cerca. ¿Cuando pasó eso? Se había sentido somnoliento de nuevo, y tal vez había empezado a quedarse dormido. Pero, espera, se sentía como si la chica bonita estuviera cubriendo su boca. No, no se sentía así; absolutamente lo estaba haciendo.

“¡I-Io-sama!” Tonbe gritó.

“¡Io-sama!” Gomi gimió.

Gordo y Basura, no, Tonbe y Gomi, estaban entrando en pánico. De hecho, se enfurecieron. ¿Por qué estaban tan enojados?

“Eh… ¿viento…?” Kuzaku preguntó.

“¡Ah!” El cuerpo de la chica bonita se estremeció, y soltó un gemido encantador que lo hizo saltar un poco.

¿Eh? ¿Qué, qué, qué? ¿Qué hice?

“¿Qué fue eso?” Él gritó.

“¡Me hizo cosquillas!” La chica bonita retiró la mano que había estado usando para cubrir la boca de Kuzaku, sosteniéndola debajo de su brazo izquierdo mientras se alejaba de él. “…Cielos.”

Ella le lanzó a Kuzaku una mirada de reojo. Vio lo que ella estaba haciendo aquí.

Era tan deliberado, que quería decir: De ninguna manera.

Incluso mientras pensaba: ¿Quién hace eso?, el corazón de Kuzaku comenzó a acelerarse. Si tenía que decir si ella era bonita o no, realmente era bonita. Las chicas bonitas eran una cosa que temer.

“¡Cómo! ¡Te! ¡Atreveeeeeeeeeeeeeeees…!” Tonbe gritó.

“¡E-E-Esto! ¡Esto es! ¡Esto es! ¡Esto es imperdonable…!”

Tonbe y Gomi se habían quebrado totalmente. Sus rostros estaban rojos como remolacha, y parecían listos para atacar a Kuzaku en cualquier momento.

Tonbe tenía listo su martillo de guerra, y Gomi buscaba la gran espada colgada en su espalda. ¿Estaban listos para matar…?

La mano de la chica bonita había tocado a Kuzaku. Eso podría ser lo que los había enfurecido a los dos. No es que no entendiera por qué. Probablemente, ella les gustaba.

Estaban enamorados. La llamaban Io-sama después de todo. La amaban demasiado, tal vez hasta el punto de que era algo cercano a la adoración.

Sin embargo, su Io-sama no los veía como objetos de interés romántico en lo más mínimo. Ella los usaba como sus lacayos.

Esto se está poniendo feo, pensó Kuzaku. Esto es malo.

“Uh… Oigan… Eh…”

Dicho eso, lo habían salvado, y eran sus superiores cuando se trataba de soldados voluntarios, y también podría tener otros vínculos con ellos.

Kuzaku no quería causar problemas, así que, aunque no creía haber hecho nada malo aquí, optó por inclinar la cabeza en disculpa.

“Si hice algo para ofenderlos, lo siento.”

“¡¿-C-C-Crees que d-d-d-disculparte te va a sacar de esto?!” Tonbe gritó.

“Hombre, estás tartamudeando como loco, Tonbe-san…” dijo Kuzaku.

“¡No te burles de mí! ¡Mocoso descarado! ¡He estado haciendo esto por más tiempo que tú!”

“Lo siento, no pude evitarlo…”

“¡Io-sama!” Gomi gritó mientras finalmente sacaba su espada. Él estaba llorando por alguna razón. “¡Estoy listo, deme permiso para cortar a este podrido larguirucho que parece que piensa que es atractivo!”

“¿Parece que creo que soy un chico atractivo?” Kuzaku preguntó escépticamente. “Leyendo un poco las cosas ¿no? Quiero decir, ni siquiera creo ser atractivo.”

“¡¿De dónde sacaste esa actitud engreída y segura de ti mismo?!” Gomi gritó. “¡Dices que no eres atractivo, pero probablemente estás pensando que eres muy atractivo! ¡Tu tipo realmente me pone enfermo!”

“No, en serio no creo que lo sea.”

“¡¿Actuando casual conmigo?! ¡Soy tu superior! ¡¿Ni siquiera puedes dirigirte a mí con el debido respeto?! ¡Muere!”

“¡Gomi!” Io gritó.

Si no lo hubiera hecho, Gomi absolutamente habría atacado a Kuzaku. Entonces Kuzaku habría caído muerto con un solo golpe. Probablemente, no, casi seguro, habría sido asesinado.

Cada pelo en su cuerpo se puso de punta.

Maldición, eso fue aterrador, pensó.

La mirada furiosa que Gomi le había lanzado. Había estado a punto de intervenir, con una agudeza en sus movimientos como un ataque de resorte. Además de eso, Gomi era un caballero oscuro. Al ser un caballero oscuro, la alta movilidad, los movimientos que hacían alucinar a su oponente y la habilidad con la espada eran sus especialidades. Kuzaku probablemente habría tomado el primer ataque de Gomi, sin posibilidad de resistir.

El hombre no era promedio. Estaba claro que Gomi era un caballero oscuro de alto nivel y altamente cualificado. Además, podría tener la magia que parecía que cualquiera en Parano podría usar para afectarlo también. En cualquier caso, sus habilidades eran un nivel, tal vez dos o tres niveles, por encima de Kuzaku.

A pesar de eso, en las manos de Io, no era más que basura. No era un sujeto agradable, pero Kuzaku tenía que sentir un poco de pena por él.

“Es suficiente, Gomi,” dijo Io con frialdad. “Él ya es mi lacayo. ¿En serio crees que tienes derecho a castigarlo?”

“No lo creo,” murmuró Gomi. “Posiblemente no podría. Soy terrible, Io-sama…”

“¿Realmente lo entiendes? ¿Tú, Gomi? Eres una basura que no es apta para vivir y ¿dices que puedes escuchar lo que digo y entenderlo?”

“¡No puedo! ¡No puedo, pero, déjeme intentarlo! ¡Soy una sucia basura, pero déjeme ser basura, estoy dispuesto a ser llamado basura, Io-sama!”

Guau. Él estaba llorando. Gomi estaba, llorando, llorando y pidiendo perdón a Io. ¿Cómo podía rebajarse así? Kuzaku no lo entendía en absoluto. Era un misterio por qué Tonbe estaba mirando a Io y Gomi y gimiendo con los dientes apretados también. ¿Qué tipo de relación tenían? Kuzaku no quería adivinar, y deseó que lo dejaran fuera de eso, pero dejando eso de lado…

“También soy tu lacayo… ¿Eso es?” Kuzaku preguntó.

“Bueno, ¿sí?” Io dijo, con un implícito. “¿Qué hay con eso?”

No, no, no, pensó Kuzaku. “¿Eh? ¿Desde cuando?”

“Desde que naciste, ¿no?”

Cuando respondió como si fuera un hecho, incluso él comenzó a sentir que tal vez ella tenía razón.

No.

Como el infierno.

“Ni siquiera recuerdo haber nacido,” dijo Kuzaku. “Quiero decir, ni siquiera tengo recuerdos de antes de venir a Grimgar. Solo nos conocimos.”

“Estás en los Day Breakers, ¿verdad?” Io preguntó.

“Bueno… ¿técnicamente sí? Aunque nunca se ha sentido así. Soma-san, Akira-san, e incluso Rock-san, se siente que todos están muy por encima de nosotros, fuera de nuestro alcance.”

“Definitivamente, estoy muy lejos de tu alcance, pero afortunadamente también soy miembro de los Day Breakers, y nos hemos reunido aquí en este mundo alternativo, este otro mundo, llamado Parano. ¿Quieres decir que es una coincidencia?”

“Nah… uh… no lo sé,” dijo Kuzaku. “Creo que es suerte.”

“Tonto. Esto era inevitable, ¿sabes? Me conociste porque estabas destinado a hacerlo.”

“¿De verdad lo crees?”

“Sí, eso es correcto. Para ser mi lacayo.”

“Tu lacayo…”

“Te permitiré que me sirvas. No hace falta decirlo, pero no podrías tener más suerte. Tiembla de alegría.”

“¡Eso es cierto!” Tonbe pisoteó el suelo, escupiendo saliva mientras gritaba.

Asqueroso… pensó Kuzaku.

“¡No estoy contento de ver que aumenta el número de lacayos, pero si Io-sama lo dice, que así sea!” Tonbe gritó. “¡Sé feliz! ¡Es un honor, así que sirve a Io-sama con alegría! ¡Alabada sea Io-sama!”

“¡No quiero aceptarte! ¡Pero no tengo otra opción! ¡Es la voluntad de Io-sama!” Gomi estaba llorando de nuevo. ¿Cómo podía llorar tan fácilmente? ¿Se habían aflojado sus conductos lagrimales por la edad?

“Nos vamos.” Io se apartó hacia atrás su largo cabello, y comenzó a caminar antes de detenerse. Ella puso su mirada en Kuzaku.

Cuando lo miró así, sintió una sensación que le hizo sentir como si ella hubiera agarrado su corazón. No podía mover ni un músculo. Casi deseaba que cuando ella se quitara la máscara, su apariencia resultara ser nada especial. Si no lo fuera, y ella realmente fuera una belleza perfecta, él podría estar en problemas.

“Bossari,” dijo Io en un murmullo.

Kuzaku ladeó la cabeza hacia un lado. “¿…?”

“Es tu nombre.”

“No, soy Kuzaku…”

“De ahora en adelante, eres Bossari,” declaró Io. “Lo decidí. ¿Entendido?”

Él posiblemente no podría aceptar esa palabra como su nombre; significaba “desaliñado.” Estaba a punto de quejarse cuando Io bajó su máscara hasta la parte inferior de su barbilla.

Ella era impecable.

Había una bonita chica impecable justo delante de él. Sus labios en particular eran tan gruesos y brillantes, que la hacían especialmente preocupante.

“¿Entiendes?” Io exigió.

Yo no… Espera, ¿de qué estábamos hablando? Supongo que no importa. Ya no. Ella es demasiado bonita. Kuzaku casi asintió sin querer. ¿Eh?

Está bien. ¿No está bien? No está bien, ¿verdad?

Pero, espera, ¿qué no está bien…?

“¡Encantado de conocerte, Bossari!” Tonbe gritó. “¡Esa es nuestra Io-sama! ¡Su sentido para poner nombres es maravilloso, Bossari!”

“¡Oye, Bossari! ¡Bien por ti, Bossari! ¡Estoy deseando trabajar contigo, Bossari!”

Tonbe y Gomi rodearon a Kuzaku por ambos lados, poniendo sus brazos alrededor de sus hombros.

“¡No!” Kuzaku gritó. “¡Bossari no está bien! ¡No hay forma de que esté bien, ¿no?!

“¡¿Eres imbécil?! ¡Io-sama dice que eres Bossari, así que ya está decidido!”

“¡Sí señor! ¡Pareces un Bossari para mí! ¡Bossari es el único nombre para ti!”

“Oh, cierto, Gomi, dale a Bossari una máscara de repuesto,” ordenó Io.

“¡En seguida, Io-sama! ¡Ven aquí, ponte esto, Bossari!”

“¡Por cierto, Bossari, soy un insomne ​​natural, así que no necesito una máscara! ¡Sí, soy un insomne! ¡¿Lo entiendes, Bossari?! ¡Gujujujujujohyuh!”

“¡No me importa si eres un insomne!” Kuzaku gritó. “¡Vamos! ¡Al escuchar que ustedes me llaman «Bossari, Bossari» me está molestando aún más!”

“¿Eso está bien? ¡Esa es una mejilla, ponerte enojado con nosotros, Bossari!”

“¡Solo eres un Bossari, así que no pongas engreído con nosotros, Bossari!”

“¡Maldición! Está bien, vámonos, pero ¿a dónde? No me han dicho nada…”

“Al Bosque Escarlata.” Io puso su mano en su cadera, apartando su cabello hacia su espalda de nuevo.

¿Le gustaba ese gesto? Ella lo estaba magnificando. Con su belleza sobrenatural, lo estaba magníficando tanto que daba miedo.

“Te presentaré al rey,” le informó Io. “Si quieres sobrevivir aquí en Parano, te aconsejaría que seas educado y que no hagas nada que lo ofenda.”