Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 14: Paranomanía [parano_mania]

Capítulo 3: Mis Queridos Amigos [sé_mi_amigo]

Increíble, pero podían volar.

Más bien, ¿cuánto tiempo iban a seguir volando?

¿Para siempre?

Pero Haruhiro se encontraba cada vez menos capaz de pensar en eso.

No solo estaban volando después de todo; también estaban girando. Era un poco infernal. No, no solo un poco. Era un infierno absoluto. Un unfierno giratorio.

Pensó que este era un tipo de giro al que le resultaría difícil someterse incluso si lo intentara. Era más allá de hacer que tus ojos giraran, o cualquier cosa en ese nivel. En este punto, todo era papilla. Era como si su cerebro, su sangre, sus fluidos y sus órganos, incluso sus huesos, fueran una papilla, un desastre total, y todavía se estuviera sacudiendo, sacudiendo y sacudiendo.

Debido a que estaban atrapados dentro de la piel negra de la pala, no podía ver nada en el exterior y ¿qué, privación sensorial? Eso solo hizo que el fuerte impacto pareciera peor, o algo así.

Probablemente tocaron tierra, por fin, pero luego: ¡Wham, bam, aplastar! Sintió múltiples impactos.

Ohh, estamos bien muertos, pensó.

Lo que significaba que no estaba muerto. Qué alivio. Bueno, no, no era un alivio en absoluto.

“…¿Alice?” Preguntó vacilante.

“¿Sí?”

“¿Estás bien?”

“…Sí.”

No había forma de que Alice estuviera bien. La voz de Alice era extraña. ¿O era él el que se había vuelto extraño?

¿Sus oídos estaban arruinados? No, no era eso. Se suponía que Haruhiro se aferraba a Alice. Pero no sentía que estuviera tocando a otra persona o algo parecido al calor. ¿Podía mover sus manos y pies, o no podía? Todo era increíblemente vago.

Él estaba respirando. No había duda sobre eso. Alice también lo estaba. Ambos estaban vivos. Al menos, eso era bueno.

¿Era qué? ¿Realmente lo era?

Sentía que, incluso si estaba vivo, habían bastantes otras cosas más desagradables que cosas agradables.

¿Bastantes? ¿Tal vez terriblemente muchas? No era justo. ¿Alguien le estaba tomando el pelo? En estos días, tenía que preguntarse.

Bien. Se sentía un poco mejor ahora.

Tomó un respiro profundo. “¿Estás herida en—?”

“Vamos a salir,” dijo Alice antes de que pudiera terminar.

El capullo hecho piel negra, o negruzca, bueno, negra probablemente estaba bien, la piel negra se deshizo, se dividió en tiras finas y se envolvió alrededor del palo de carne que Alice sostenía.

Haruhiro entrecerró los ojos. ¿Era un agujero? Alice y Haruhiro estaban en el fondo de un agujero. No particularmente profundo o grande. Podía ver el cielo de lunares.

El capullo probablemente había caído e incrustado en el suelo. Pero, al parecer, no había caído en un lugar plano. ¿Había golpeado un edificio o algo así? ¿Habían atravesado un techo y luego caído al suelo?

“Aléjate,” dijo Alice, empujando a Haruhiro hacia un lado.

Antes de que pudiera responder, ella le dio un codazo en la cara. Eso dolió bastante, pero a Alice no le importaban esas cosas. Alice se arrastró fuera del agujero, y Haruhiro la siguió.

Esto realmente era el interior de un edificio. Había un agujero en el techo. Aparentemente, era una casa pequeña de un piso.

Había ventanas, y tenían vidrieras en ellas. La luz entraba por el agujero en el techo, pero difícilmente podía llamarse brillante. Aun así, bueno, podía más o menos resolver la situación dentro de la habitación.

Había algo así como una chimenea. Había un sofá, una mesa y lo que parecía ser una estantería. Las paredes y los pisos eran probablemente de piedra. En el piso estaba el gran agujero del que Alice y Haruhiro habían salido.

“¿La casa de alguien?” Haruhiro se preguntó.

“No sé si es alguien…” Alice comenzó a decir, luego sostuvo la pala lista.

La puerta se abrio.

Alice se fue, como si estuviera volando, y golpeó a quien abrió la puerta con la pala, tirándolo al suelo. “¡Vamos, Haruhiro!”

“¿Eh?”

Probablemente no era el momento de estar parpadeando. Alice ya estaba fuera del edificio. Se sacudió la confusión y persiguió a Alice.

La puerta todavía estaba abierta. La persona en el suelo, la que Alice golpeó, estaba deteniendo la puerta.

Era una chica rubia que llevaba un vestido verde claro.

No, no era una chica.

Sería fácil confundirla con una chica, pero ¿era una muñeca?

La forma era humana, pero la textura de su piel no era la de una criatura viva. Se veía dura al tacto. También había costuras en las articulaciones de sus brazos y piernas expuestas. Estaba boca abajo, por lo que no podía ver su cara, pero era una muñeca bastante compleja.

No se movía ahora, pero se había estado moviendo hace un momento.

—¿Verdad?

Había abierto la puerta, e intentó entrar.

¿A pesar de que era una muñeca?

Eso era espeluznante, pero esto era Parano. Siempre había cosas extrañas. De hecho, no había nada más que cosas extrañas sucediendo aquí.

Haruhiro saltó sobre la chica muñeca y salió.

Había una fina neblina. ¿Esta era una ciudad? Había filas de edificios, todos ellos de piedra con techos de tejas. Todo era increíblemente normal.

Le hacía pensar: Sí, hay ciudades como esta, ¿no? De hecho, era demasiado normal. No encajaba en el Parano.

Alice estaba ahí, esperando a Haruhiro. ¿Alice lo había esperado?

Esta era Alice, así que tal vez no. Era posible que Alice no haya podido ir a ninguna parte.

Había gente. ¿Tal vez los residentes de esta ciudad? Allá en la calle, aquí, y no solo algunos de ellos.

Sus formas estaban borrosas en la neblina, pero había decenas de esos residentes, tal vez más. Al por el momento, ninguno de ellos se estaba acercando. Sin embargo, estaban rodeando a Alice y Haruhiro a distancia. No estaban solo en los caminos. Podía ver figuras sobre edificios aquí y allá. En otras palabras, también estaban en los techos.

“Realmente nos enviaron por un largo camino…” murmuró Alice.

“Um… ¿dónde estamos?”  Haruhiro preguntó.

Alice miró hacia abajo, suspirando. “Ciudad de las Muñecas. Ruinas No. 3.”

“Oh… así que es eso.”

Todo en Parano era transitorio y cambiante. A veces lenta y suavemente, otras veces repentina e intensamente. La geografía no era la excepción. Incluso si hubiera una montaña pedregosa aquí ahora mismo, podría ser un desierto arenoso poco después, o podría convertirse en un bosque gris en su lugar.

Sin embargo, según Alice, que había pasado mucho más tiempo en este mundo que Haruhiro, incluso en Parano, había varios lugares que existían continuamente. Por ejemplo, las Ruinas No. 1 a Ruinas No. 7, las ruinas de siete ciudades y el área alrededor de ellas, eran un ejemplo de eso.

“El lugar donde conocimos al monstruo de sueños, el Bosque Escarlata, eran las Ruinas No. 1… ¿verdad?”  Haruhiro preguntó.

“Sí.”

“Desde las Ruinas No. 1 a las Ruinas No. 3, eso es…”

“Sería un largo paseo.”

El tiempo y la distancia eran vagos en Parano, por lo que solo podían medirse por cómo se sentían. Incluso las aproximaciones, como por ejemplo, Son unos X kilómetros, o, Tomaría aproximadamente medio día, no funcionaban. Puede que sea mejor pensar que si son menos vagos, y más que el tiempo y la distancia no son medidas absolutas. A pesar de eso, Alice estaba diciendo que sería un largo camino, por lo que realmente debe haber sido un largo camino.

“Me sorprende que hayamos sobrevivido,” dijo Haruhiro.

“No quería venir. No aqui.”

“¿No?”

“Por cierto, también hay una ciudad de muñecas en Tokio, pero esto no es así.”

“Tokio…” murmuró Haruhiro.

La palabra tenía un extraño sonido. Aparentemente era el nombre de un lugar. Sentía que lo sabía, o tal vez no lo sabía. Se sentía como si pudiera recordar si lo pensaba, pero claramente no era el momento.

Ciudad de las Muñecas.

Muñecas.

“Todos ellas, no son personas… ¿son muñecas?” Haruhiro preguntó.

Mientras miraba todas las figuras en los techos, Alice dejó escapar otro suspiro de exasperación.

“Esta es la ciudad de la maestra de muñecas.”

“Um… ¿Alguien que conoces?”

“Éramos amigas. Hasta que ella cayó en la oscuridad.

“Oscuridad…”

“Ella está aquí.”

“¿Eh? ¿Dónde?”

“Ahí.”

Alice se volvió hacia él, a la izquierda. Haruhiro apresuradamente giró en esa dirección también.

Nadie estaba ahí. No en la calle. Pero había algo parado en el techo de uno de los edificios que daba a la calle.

Tenía una forma humana, por así decirlo. Había una cabeza, un cuerpo, dos brazos y dos piernas, todas las cosas que deberían estar ahí, pero… eran delgadas. Malditamente delgadas. Con la excepción de la cabeza, con su sombrero extravagante, todo era delgado. El cuello y las extremidades eran prácticamente palos. Llevaba una falda muy corta, y sus pechos estaban cubiertos por una tela que parecía ropa interior. Sus caderas también eran delgadas. Incluso si un humano adelgazaba hasta el extremo, metía el estómago y luego apretaba la cintura con algún tipo de cinturón, no podría ser así.

Debido al sombrero, que le hacía pensar en un pastel con demasiadas decoraciones, y con los múltiples pares de gafas que llevaba puestas por alguna razón, no podía distinguir su rostro en absoluto. Aún así, tenía grandes labios, y eran rojos hasta el punto de parecer tóxicos. Parecía ser una mujer. Aparentemente, ella era la maestra de muñecas, así que probablemente no era una muñeca.

“Ngh… Ngh… Jeje… Je…”

¿La maestra de muñecas se estaba riendo? Tenía una voz como el viento que sopla a medianoche.

“Nui…” Alice metió la punta de la pala en el suelo y habló con voz dolorida. “Ha pasado tiempo.”

Nui. ¿Ese era el nombre de la maestra de muñecas cuando era amiga de Alice? Nui.

En algún momento, las muñecas habían comenzado a moverse. Era difícil ver a través de la neblina, pero a juzgar por dónde era posible distinguir el color de sus vestidos, parecía haber muñecas aquí y allá, por lo que debían estar acercándose lentamente a Haruhiro y Alice.

O mejor dicho, ¿no había más de ellas ahora?

¿Solo era su imaginación? No, definitivamente estaban creciendo en número. ¿Podría ser que todas las muñecas de la Ciudad de las Muñecas se estaban reuniendo aquí en este mismo momento?

Nui estaba hablando sin sentido ahora. “Ahh… Ngh… Jeejee… Kuh… Guguh… Fuh…”

“Nui,” dijo Alice, con pena, “no quiero pelear contigo. Puede que no haga ninguna diferencia decir esto, pero… éramos amigas, ¿no?”

“Foo… reh… nuheh… dzuh… gugheh…”

“No quise venir. No es que no quiera verte. Es solo que… no puedo ver que esta reunión vaya bien. Así que la he estado evitando. Puedes quedarte aquí, para siempre, haciendo tus muñecas. Eso es lo que quieres, ¿verdad? No voy a estorbar.”

“Hahh… Heah… Hahh… Nghjejeh…”

“No está bien, eh.” Con un chasquido de lengua, Alice sacó la pala del suelo.

“¿Qué quieres decir con que no está bien?” Haruhiro preguntó.

“No podemos hablar con ella,” dijo Alice. “Tampoco parece que me reconozca. Después de todo, es un embaucadora. No puedo culparla.”

“Quieres decir, como Haname…”

¿Hace cuánto tiempo había sido eso? Bueno, en Parano, esa pregunta podría no tener sentido. Alice lo había llevado a las Ruinas No. 2, el Jardín Bayard. La maestra de ese lugar era una embaucadora con el nombre de Haname, y se suponía que era seguro si no te metías con su jardín, pero habían ocurrido cosas y habían pasado un mal momento ahí.

Esa imagen de Haname mientras parecía llenar el cielo todavía estaba grabada en la mente de Haruhiro. Si ese era el poder de un embaucador, ¿esta situación no era increíblemente mala?

“¿Vamos a pelear?” Haruhiro vaciló.

“Déjame pensar en eso después de haberla golpeado.”

Antes de que Alice pudiera agregar: “Vamos,” Haruhiro abrazó a Alice por detrás.

Dependiendo de cómo lo vieras, este podría ser el acto de un pervertido. Haruhiro no lo estaba haciendo porque quería, de ninguna manera, pero si no lo hacía lo suficientemente rápido, podría ser regañado por no poder hacer nada sin que se lo dijeran explícitamente.

La magia de Haruhiro, la Resonancia, amplificaba la magia de Alice, Philia. Sin embargo, Haruhiro no tenía idea de cómo funcionaba la Resonancia, ni de qué manera, ni qué efecto tenía. Sentía un tirón que era espiritual, no físico. Si fuera un poco hiperbólico, sentía como si le sacaran el alma. Eso, o si se comparara con un contenedor lleno de energía vital, eso estaba fluyendo hacia Alice.

“Ve,” susurró Alice.

Alice podría dejar la pala en cualquier momento, así que no hacía falta decir que la pala no era Alice. A pesar de eso, la pala era el fetiche de Alice, haciéndolos uno y el mismo.

La piel dura, pero flexible se desprendió. Palpitando ante el simple toque del aire exterior, la verdadera forma de la pala, que cortaba con terrible facilidad, quedó al descubierto. Esa piel protegía a Alice, pero ambién se convertía en una espada que cortaba a sus enemigos, así como una lanza y una alabarda.

Destruye. Destruye. Destruye. Destruye. Destruye todo lo que intente hacerme daño.

La piel desató su furia. Se estiró y se dobló libremente, azotando, convirtiéndose en diez o más cuchillas, y asaltando los edificios cercanos y a la maestra de muñecas.

La maestra de muñecas no retrocedió. Ella levantó sus brazos de palo. Las formas de cada uno de sus dedos eran diferentes. Los dedos índice y medio eran tijeras. Otro era un cuchillo curvo, uno era una barrena de mano, uno era un cincel, y uno era una sierra manual.

Los dedos de ambas manos de la maestra de muñecas eran todos herramientas para hacer muñecas. Sin embargo, eran más que simples herramientas. No solo se usaban para trabajos delicados, sino también para cosas peligrosas.

La maestra de muñecas perforó y detuvo las tiras de carne de la pala con las herramientas en sus manos, cortándolas. La piel no podía lastimar a la maestra de muñecas.

Pero ya lo sabía. Era como si pudiera escuchar los pensamientos de Alice. Sé que eso es lo que me permite golpear la piel en la maestra de muñecas sin piedad. La maestra de las muñecas, no, Nui, era mi amiga. Incluso ahora que se ha convertido en esta cosa, no quiero matar a una amiga. Pero Nui cayó y se convirtió en una embaucadora. No me contendré solo porque la maestra de muñecas fue mi amiga.

Apuntó a sus pies. La piel cortó el edificio donde estaba la maestra de muñecas, los edificios cercanos y las muñecas que avanzaban hacia ellos.

La maestra de muñecas está enterrada entre los escombros. Sin embargo, estoy segura de que ella saldrá en poco tiempo. Aun así, podemos salir de aquí antes de que eso suceda. Hasta aquí, Nui…

En el momento en que se alejó de Alice, Haruhiro se dio cuenta de que todo esto era muy extraño.

Alice ya estaba corriendo. Él tenía que seguirla, así que eso fue lo que hizo. Su cuerpo se movía como debía, pero el interior de su cabeza era un desastre.

¿Qué era? ¿Qué demonios había pasado?

Justo ahora, esa era Alice.

Había estado sintiendo y pensando casi como si fuera Alice.

¿Era por la magia? ¿Resonancia? Él era la primera persona en que Alice la había visto. Aparentemente, era una magia inusual. Una magia que amplifica la magia de los demás. El hecho del asunto era que, cuando Haruhiro tocaba a Alice, la magia de Alice se fortalecía.

Pero, ¿realmente eso era todo lo que había?