Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 14: Paranomanía [parano_mania]

Capítulo 11: Abrázame Suavemente [nunca_me_falles]

Parte 2

La hiedra espinosa se había vuelto espesa, entrelazada y estaba cubriendo completamente la abertura de la puerta.

“Bueno, ahora…” dijo Setora. “¿Crees que no dejan salir a la gente una vez que entran?”

“Esa sería una forma en que podríamos interpretarlo… creo. ¿Cómo lo estoy haciendo?”

“Suficiente. Parece que no voy a tener tiempo para preocuparme por ti.”

Tic. Tic. Las orejas de Kiichi se estremecieron.

Grrrr… gruñó.

Setora podía escuchar algo. Como el viento. Pero ni siquiera había una ligera brisa.

No-Mary también estaba mirando alrededor.

Setora escuchaba atentamente.

Bieeeeeeen…

…veniiiiidos…

Setora inclinó la cabeza hacia un lado. “Podría estar equivocada, pero… podemos ser más bienvenidos de lo que pensábamos.”

Bien…

…venidos…

…a nuestra…

…ciudad…

Bienvenidos…

Hmph. No-Mary resopló. “En ese caso, no se niegan a dejarnos salir, sino a tratar de mantenernos aquí.”

Su tono no estaba lejos de su voz original. Pero eso era molesto en sí mismo.

Si… siguen las reglas… todos pueden quedarse… felices… en esta ciudad…

Regla… Uno… Sé silencioso… No hagas un escándalo…

Regla… Dos… pelear es… malo… Sé pacífico… gentil… divertido…

Regla… Tres… No puedes… dejar esta… ciudad… nunca…

Regla… Cuatro… Imita… a todos…

Si… siguen las reglas… todos pueden quedarse… felices… para siempre…

¿De quién era esa voz? Se podía escuchar desde todas las direcciones. Eso, o tal vez venía de dentro de sus cabezas.

No-Mary levantó solo su ceja izquierda. “Parece que irse está prohibido después de todo.”

Regla… Uno… Sé silencioso… No hagas un escándalo…

“Mantengan la boca cerrada y no hablen, ¿es eso?” Setora sonrió.

Setora no sabía quién era el que hablaba, pero estaba siendo muy agresivo. Como mínimo, podía estar segura de que la vida feliz en esta ciudad no le iría muy bien.

Entonces, ¿qué iba a hacer al respecto? Ni siquiera tenía que pensar en ello. Iba a salir de la ciudad inmediatamente.

Setora apretó a Kiichi con fuerza con ambas piernas.

Fue entonces cuando sucedió.

La pared de hiedra que bloqueaba la puerta por la que Kiichi estaba a punto de taclear y abrirse paso fue destruida desde el otro lado.

“¡¿Qué…?!”

Lo que derribó la pared de hiedra y la atravesó fue un gran disco… no, ¿era un espejo?

Incluso aquí, un espejo enorme no iba a moverse solo. Había alguien que lo llevaba. El corpulento hombre que sostenía el espejo en alto, girándolo, y luego miró a Setora y Mary con severidad.

“Ustedes, ¿son Yomus?”

“¿Yomus?” Setora miró a No-Mary sin querer hacerlo.

Parecía que No-Mary no tenía más idea de lo que ese sujeto estaba hablando que ella, e inclinó la cabeza hacia un lado. “¿No lo creo?”

“No se parecen a un Yomu, ¿entonces qué son?” Gritó el hombre. “Por lo que parece, no son medio monstruos, o monstruos de sueños. Tampoco parecen embaucadores. ¡¿Eso significa lo que creo que es?! ¡¿Qué son ustedes?! ¡¿Podemos matarlos?!”

“¡¿Qué estás haciendo, Tonbe?! ¡Eres un saco de manteca!” Otro hombre apareció del agujero en la pared de hiedra.

“Ese es horrible acento,” No-Mary murmuró.

Era cierto, tenía una entonación distintiva que era difícil de captar, pero su apariencia también era única. ¿Había realmente gente con mentones tan largos?

Este hombre tenía su boca cubierta con un especie pañuelo, pero no podía contener completamente su barbilla demasiado larga. Estaba sobresaliendo.

¿Las cejas podían crecer en triángulos equiláteros tan perfectos como ese? Sus pupilas eran terriblemente pequeñas. Esos ojos de sanpaku habían sido vistos como una marca de mala fortuna hace mucho tiempo, una causa de rechazo.

Además, ¿qué pasaba con la frente de ese hombre? O mejor dicho, ¿había algo de eso? Era angosta, casi inexistente. Incluso era difícil llamarla frente cuando era tan angosta. ¿El hombre no tenía frente entonces? ¿Qué significa no tener frente?

La frase: “Él causa un gran impacto” pasó por la cabeza de Setora. Esas palabras no formaban parte de su vocabulario habitual. Sonaba como algo que Kuzaku podría decir. Aun así, era cierto, la apariencia del hombre causaba un gran impacto.

El hombre puso su mano en la empuñadura de la gran espada atada a su espalda, mirando a Setora y No-Mary. “¿Eh…? ¿Qué demonios son ustedes?”

Dejando a un lado al Hombre Espejo, este tipo parecía bastante capaz, sin embargo, debido a que su apariencia causaba un gran impacto, Setora no pudo evitar reírse de él.

“Podría preguntarte lo mismo.”

Suprimiendo a conciencia su risa, Setora tuvo que trabajar duro para mantener una expresión seria. Si se reía, el Hombre Gran Impacto la atacaría inmediatamente.

No estaba segura de poder bloquear el primer golpe. Dependiendo de cómo fuera, podría terminar con ese primer corte. El aura malvada que el Hombre Gran Impacto emitía era suficiente para inspirar ese sentido de urgencia en ella.

El Hombre Espejo preparó su espejo gigante. Su cuerpo regordete estaba mayormente oculto por el enorme espejo. El espejo parecía un espejo de mano gigante, pero ¿cómo lo llevaba? Ella realmente no lo sabía.

Con los labios fruncidos y el brazo izquierdo colgando flojo, el Hombre Gran Impacto se acercó más, apretando y soltando la empuñadura de su gran espada con la mano derecha.

Incluso para Kiichi, a quien se le levantaron los pelos y estaba listo para pelear, el manejar al Hombre Gran Impacto probablemente iba a ser difícil. Probablemente tampoco podrían subestimar al Hombre Espejo. ¿Quién sabía cuánto de una pelea soportaría No-Mary? En cualquier caso, Setora necesitaba estar preparada para una batalla total.

Setora saltó de la espalda de Kiichi, agarrando con fuerza el recipiente de pseudo alma escondido en su bolsillo. “¡Enba!”

La pseudo alma que se hacía con el poder de una reliquia y el recipiente de pseudo alma que la contenía eran el verdadero cuerpo del gólem Enba. Dicho esto, el cuerpo de Enba, que estaba hecho de cadáveres y metal, se rompió y se perdió. El cuerpo no podía funcionar sin un recipiente de pseudo alma, y ​​no era más que un simple títere, pero el recipiente de pseudo alma no era más que una gema dura sin un cuerpo.

La gente mayor que ella, decían que era posible leer la voluntad de la seudo alma desde la luz azul que atravesaba varios agujeros. Setora pensaba que era una alucinación. Si no rehacía su cuerpo, Enba no se movería.

Si Setora construyera un cuerpo en cualquier lugar que no fuera la aldea, donde nació, tendría que reunir todas las herramientas y materiales desde cero, así que, para decirlo de una manera extremadamente simple, sería una tarea enorme. Sería increíblemente difícil preparar un nuevo cuerpo para Enba.

Enba estaba esencialmente muerto en este punto.

Por alguna razón, ella había nacido en la Casa de Shuro, y el primer gólem de carne que había creado como nigromante había sido Enba. No pudo acostumbrarse al método de la Casa de Shuro de destruir y hacer nuevos gólems uno tras otro, buscando hacer un gólem un novedoso.

Ella había creado vida con sus propias manos. Ahora que lo había logrado, no podía destruirla. Había decidido que Enba sería su primer y último gólem.

Al no poder hablar, Enba le había servido en silencio. Siempre había estado a su lado. Como un amigo.

Eso había causado la muerte de Enba.

Era como si ella misma hubiera matado a Enba.

No se sentía culpable. Enba era un gólem. Estaba listo para dar su vida por el nigromante que fuera su maestro en cualquier momento. Enba solo hizo lo obvio. Enba, obviamente, no culparía a Setora. Nadie podía culparla por nada.

Enba ya no existía. Probablemente nunca regresaría. Setora solo tenía que aceptar ese hecho. No había nada más que pudiera hacer. Así era como se suponía que debía ser.

El Hombre Gran Impacto saltó y se lanzó hacia ella. Iba más rápido de lo que la visión cinética de Setora podía seguir.

Setora o Kiichi, posiblemente ambos, habrían sido cuidadosamente divididos por la gran espada del Hombre Gran Impacto si Enba no hubiera aparecido de repente en el camino del Hombre Gran Impacto.

El largo brazo izquierdo de Enba, cubierto en metal, desvió la gran espada de Hombre Gran Impacto. Sin perder un instante, su brazo derecho retumbó.

El Hombre Gran Impacto se retiró con un movimiento extraño que lo hizo desaparecer, solo para reaparecer en otro lugar, esquivando el brazo derecho de Enba.

“¡¿Qué demonios…?! Setora gritó.

“¿¡Mwuhuh…?!” El Hombre Espejo rechazó un repentino ataque de Kiichi con su enorme espejo.

Kiichi saltó hacia atrás, cayó en una posición de lucha, luego gruñó.

Ese espejo enorme tenía bastante poder defensivo. El Hombre Espejo tenía un martillo de guerra en la espalda, pero seguramente no podía usarlo al mismo tiempo que el espejo.

El Hombre Gran Impacto y el Hombre Espejo eran un equipo, uno manejaba el ataque, el otro manejaba la defensa, ¿no era así?

No-Mary golpeó el pomo de su bastón dos veces en el suelo, observando en silencio. Parecía que no tenía ninguna intención de involucrarse en absoluto. Era imposible saber qué haría si las cosas salieran mal, pero por ahora, Setora necesitaba que Kiichi y Enba hicieran todo lo posible.

¿Por qué Enba estaba, quien debería haber perdido su cuerpo, aquí? Más que eso, cuando Setora sostuvo su pseudo alma y le pidió que viniera, apareció. ¿Cómo funcionaba este fenómeno? Setora no tenía idea, pero Enba estaba aquí.

Había defendido a Setora varias veces en este extraño mundo, eliminando a sus enemigos, y había hecho un buen trabajo al desviar la gran espada de Hombre Gran Impacto en ese momento. No era una ilusión.

La piel de Enba no estaba expuesta en absoluto. Las envolturas elásticas que Setora había hecho para su cuerpo con sus propias manos estaban envueltas alrededor de todo su cuerpo, cubriéndolo adecuadamente. La que había blindado sus brazos donde lo necesitaban había sido Setora también.

Sin importar cómo lo mires, Enba solo podía ser Enba. Sin embargo, era difícil decir que estaba completamente sin cambios. De hecho, era imposible.

Enba había sido la altura de un hombre adulto, tal vez un poco más pequeño. Cuando comenzó a hacer a Enba, Setora tenía nueve años, por lo que Enba se sentía grande en ese momento, pero ya no tanto.

No había sido tan grande antes.

Enba había crecido.

¿Lo había hecho?

No, claro que no. Eso no podría ser posible.

Los gólems de carne no se escogían ni crecían, y tampoco engordaban. No debería ser posible, pero el Hombre Gran Impacto probablemente estaba por encima de la altura promedio, pero también más bajo que Enba. Sí, definitivamente era más bajo.

Enba, claramente se había vuelto más grande.

“¡Al ataque, Enba, Kiichi!” Setora gritó.

¿Qué había importado cuando Kiichi se había convertido eso? Enba acababa de hacerse más grande. No era un gran problema.

Enba atacó al Hombre Gran Impacto, mientras que Kiichi cargó contra el Hombre Espejo. El Hombre Gran Impacto se movió con flexibilidad hacia la izquierda y hacia la derecha, evadiendo los feroces ataques de los brazos izquierdo y derecho de Enba.

Esquivó.

Esquivó.

Cuando parecía que simplemente iba a evadir, lanzó su gran espada como una lanza para un contraataque. Enba se inclinó hacia atrás para evitarlo, cayendo hacia atrás mientras lo hacía.

Antes de que pudiera recuperar el equilibrio, el Hombre Gran Impacto rugió y saltó hacia él. “¡Gyahhhhhhh…!”

¿Enba podría manejarlo?

Por favor, manéjalo de alguna manera, suplicó silenciosamente Setora.

Su oponente ni siquiera era serio todavía. Estaban en la etapa donde el enemigo estaba viendo a través de todos los movimientos disponibles que tenían.

Los golpes de gato de Kiichi con ambas patas delanteras, y la patada que realizaba después de un salto mortal hacia adelante, habían sido bloqueadas por el Hombre Espejo, así que se estaba esforzando para atacar.

Si el Hombre Gran Impacto determinara que podía abrumar a Enba, probablemente irían a la ofensiva. Ella quería hacer algo antes de eso, pero Setora no tenía cartas para jugar.

Mirando a No-Mary, la mujer estaba sentada y abrazándose las piernas. ¿Qué estaba haciendo?

Incapaz de soportar eso por más tiempo, Setora finalmente se rompió y comenzó a gritarle a No-Mary. “¡Tú—!”

“¡Esperen, esperen, esperen!” Alguien tropezó a través del agujero en la pared de hiedra y entró a la ciudad.

Esa persona era alta, y posiblemente como una contramedida contra el viento dulce, la persona tenía una tela sobre la boca.

Era…

“¡Deténganse, deténganse, deténganse! ¡Tonbe-san! ¡Gomi-san! ¡No son enemigos! ¡Son mis camaradas! ¡No hay necesidad de luchar!”

“¡¿Eh?!”

“¡¿Qué diceeees?!”

El Hombre Gran Impacto y el Hombre Espejo saltaron hacia atrás al unísono.

“¡E-Esperen!” Setora gritó.

Cuando Setora dio la orden, Enba y Kiichi retrocedieron.

El hombre se quitó la tela que le cubría la boca.

“¡Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhh! ¡Mary-san! ¡Setora-san! ¡Esto es una locura!”

¿Qué se suponía que era la “locura”? ¿Qué había con esa cara? Ella se sintió avergonzada de solo mirarlo.

¿Cómo podía alguien sonreír con su cara tan desordenada? Sus ojos también estaban llenos de lágrimas. Era comprensible que estuviera feliz, pero ¿no era extraño llorar? Tenia que ser así.

A pesar de eso, Setora sintió una irritación profunda en su nariz, y el área alrededor de sus ojos se calentó.

De ninguna manera. Sentía que iba a llorar, ¿o no?

Mientras tanto, No-Mary se había levantado en poco tiempo y lo saludaba con una sonrisa. “Ha sido un tiempo, Kuzaku.”

Tal vez eso era de esperarse. No hizo que Setora se sintiera fuertemente de una manera u otra, pero ¿ella no podía dedicarse un poco más a su acto?

Parecía que Kuzaku estaba tan conmovido que su juicio estaba nublado, y solo estaba yendo: Sí, sí, mientras trataba de limpiar las lágrimas, así que probablemente estaba bien por ahora.

“…Espera. ¿Eh?” Kuzaku miró a Kiichi, se volvió para mirar a Enba, luego gritó. “¡¿Qué?! ¡¿E-Ehhhh?! ¡¿Queeeeeeé?! ¡¿Q-Q-Qué?! ¡¿Queeeeeeeeeeé…?!”

“¡Estás siendo demasiado ruidoso, Bossari!” Gritó una voz femenina.

¿Todavía había otro?

¿Ahora quién?

Setora podía decir que la voz era de una mujer. Probablemente viajaba con Kuzaku, pero no era Shihoru.

No solo había monstruos en este mundo. El Hombre Espejo y el Hombre Gran Impacto eran humanos. Lo más probable es que eran soldados voluntarios, como Haruhiro y su grupo. En ese caso, ¿esa mujer era una de ellos también?

La mujer estaba al otro lado del agujero en la pared de hiedra, con los brazos cruzados. Ella no hizo ningún intento de entrar a la ciudad.

Como Hombre Gran Impacto y Kuzaku, su boca estaba cubierta con una tela y vestía un traje blanco con líneas azules. Era lo que llamaban uniforme de sacerdote.

“¿Qué eres?” Setora exigió.

“No, tú. ¿Qué eres?”

“Soy Shuro Setora. ¿Quién eres tú?”

“Soy Io. No me importaría permitirte que me llames Io-sama.”

“No necesito permiso.”

“¡¿Por qué?!”

“Porque no hay ninguna razón por la que me dirija a ti con -sama.”

“¿No sabes por qué deberías llamarme Io-sama por respeto?” Se burló la mujer. “Oh, cielos. ¿Debes ser una tonta, tal vez?”

“¿Eso no te describe mejor?” Setora le preguntó fríamente. “Por cierto, Kuzaku.”

“¿Muh?”

Kuzaku se señaló a sí mismo con una mirada tonta en su rostro. Setora ya sabía que no era un hombre particularmente brillante, por lo que no le molestaba. Ese era, a su manera, un aspecto digno de elogio de él.

“¿Qué estás haciendo aquí?” Setora preguntó. “¿Por qué viniste a esta ciudad?”

“Ohh. La cosa sobre eso es…”

Regla… Uno… Sé silencioso… No hagas un escándalo…

Regla… Dos… pelear es… malo… Sé pacífico… gentil… divertido…

Regla… Tres… No puedes… dejar esta… ciudad… nunca…

Regla… Cuatro… Imita… a todos…

No seguir…  las reglas… es malo… Sal de aquí…

Ellos escucharon esa voz. O tal vez, debido a todo el alboroto que hicieron, no lo habían notado. Era posible que no la habían escuchado antes.

Si no sales… Mueres…

Setora se dio la vuelta. Había sido descuidada. Debido a todo lo que había estado sucediendo, no se había dado cuenta antes.

En los caminos, en la parte superior de los techos, en los espacios entre los edificios, estaban ahí. Sus figuras eran confusas a través de la neblina, pero mientras algunos eran similares a los humanos, algunos eran similares pero diferentes, y otros eran completamente inhumanos. Era posible que se hayan reunido de toda la ciudad. Había enjambres de ellos.

“…Uh, ¿vinimos aquí para ganar identidad?” Kuzaku preguntó, titubeando.

Se acercó a Setora, sacando su gran katana. Pero este hombre, para empezar, había sido alto, pero ¿había sido tan grande?

“Si digo eso, ¿lo entiendes?” Él preguntó.

“No, ni siquiera un poco… pero prepárense, Enba, Kiichi.”

Enba y Kiichi defendieron los flancos de Setora. No-Mary también preparó a regañadientes su bastón. El Hombre Espejo y Hombre Gran Impacto también de movieron.

Los residentes de la ciudad parecían no moverse a primera vista. Sin embargo, no habían estado ahí antes. Definitivamente estaban avanzando. Se acercaban poco a poco y luego podrían caer sobre ellos como si se hubiera roto una presa.

“Masácrenlos,” dijo Io.

Era como si Io les hubiera dado la orden. Ellos venían. Los residentes de la ciudad estaban avanzando.

Por un momento, a Setora se le ocurrió un pensamiento. No los masacraremos. ¿No nos van a masacrar en su lugar?