Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 14: Paranomanía [parano_mania]

Capítulo 11: Abrázame Suavemente [nunca_me_falles]

Parte 1

Setora estaba haciendo todo lo posible por no pensar: ¿Qué demonios está pasando?

O más bien, en algún momento, había dejado de pensar eso. Era muy probable que fuera porque se había arraigado en ella la creencia de que pensar en eso no iba a hacer ningún bien.

Había renunciado a mirar atrás en el camino que habían tomado y también a tratar de memorizarlo. Simplemente siguieron en línea recta, y llegarían a pantanos sin fondo con burbujas blancas y acantilados que eran como relámpagos.

Si girarban 180 grados y volvían por donde vinieron, naturalmente deberían haber visto lugares familiares, pero por alguna razón no siempre era así. No, podría ser más justo decir que casi nunca era el caso.

¡Imposible! ¡Algo está mal! Tal vez era un rechazo a la falta de coherencia, o un miedo e incertidumbre más primarios, o confusión, pero, fuera lo que fuera, era difícil reprimir el sentimiento.

Sin embargo, enfrentar la realidad frente a ella mientras abrigaba esos sentimientos habría sido aún más difícil. Para adaptarse a la realidad poco realista en la que se encontraba, tenía que aceptarlo todo.

Primero, abandonó cualquier idea preconcebida de cómo debería ser la realidad. Aceptó la realidad que tenía, pero ¿entonces qué?

La adormecía, así que cuando soplaba el dulce viento, se cubría la boca con una tela. Beber agua la ponía intensamente triste, así que no bebía. La falta de comida y agua no la consumiría, por lo que no comía ni bebía nada.

“Pero esto es…”

Cuando subió a la cima de una colina que parecía girar, no, que en realidad estaba girando, una ciudad se extendía debajo de ella.

¿Era una ciudad? Había filas de edificios, grandes y pequeños, con techos de tejas, o algo similar, y caminos entre ellos. También podía ver jardines y paredes. Había una fina neblina, por lo que no podía ver claramente, pero ¿podrían las cosas que se mueven arriba y abajo de las calles ser humanos?

“Todavía parecen muy normales, o sanos. Oh, supongo que son lo mismo, ¿eh?” Dijo su compañera de viaje con una risa.

Esta mujer estaba actuando terriblemente extraña también, pero era cuestionable que eso fuera simplemente aceptado junto con los otros eventos. No estaba segura de qué hacer al respecto.

Solo mirando a la mujer, no era diferente de antes. No como Kiichi, quien se había transformado enormemente y ahora llevaba a su maestra en su espalda.

Sí, Kiichi había cambiado. Mirando a Kiichi con ella en su espalda, solo una de cada diez mil personas todavía podría pensar que era un nyaa.

Los nyaas eran criaturas que a veces también se llamaban gatos mono, o monos gato, y cuando se medían desde la parte superior de la cabeza hasta la parte inferior del cuerpo, con la cola excluida, incluso los más grandes eran menos de la mitad que una persona adulta. Caminaban a cuatro patas cuando se movían, pero podían pararse sobre sus patas traseras, y con el entrenamiento, podían usar sus patas delanteras con destreza como las manos. Pero ¿y ahora?

En este momento, Kiichi tenía aproximadamente más del doble del tamaño de su maestra, sus cuatro patas eran espantosamente gruesas y tenía la cara de un malvado carnívoro. No había ni un fragmento de encanto que encontrar.

No podía negar que su excesiva maldad era linda de alguna manera, pero, aun así, había dejado el rango de lo que ella llamaría un nyaa y había irrumpido en una dimensión completamente diferente.

Mientras defendía a su maestra, mordiendo hasta la muerte diligentemente a los monstruos que intentaron atacarlos, Kiichi se fue haciendo cada vez más grande y más fuerte. ¿Todos los monstruos en este mundo eran altamente nutritivos?

No… incluso si comiera suplementos nutricionales en grandes cantidades, como un nyaa adulto, Kiichi no habría crecido tanto.

Ella no podía entenderlo, pero tenía que aceptarlo. Como quiera que mire ahora, Kiichi era Kiichi. Era leal a su maestra incluso sin una disciplina severa, tenía una personalidad rara que incluía tenacidad además de su fuerte curiosidad, y era excepcionalmente inteligente, adaptable y atlético. Entre todos los nyaas que había visto, él había demostrado el mayor potencial.

Era mejor para ella asumir con optimismo que era debido a la naturaleza de Kiichi que, incluso después de haberse convertido así, seguía sirviendo a su maestra como siempre.

En este mundo, todo cambiaba. Todo estaba cambiando. ¿Realmente estaba bien concluir que su compañera de viaje no era una excepción a eso?

Grrrr… Tal vez sintiendo la perturbación en el corazón de su maestra, Kiichi dejó escapar un gruñido.

Mientras acariciaba el cuello de Kiichi, se volvió para ver lo que estaba mirando su compañera de viaje, que estaba de pie junto a ella y mirando hacia la ciudad. Podría ser mejor hacer la pregunta a ella.

¿Quién eres? No, tal vez necesitaba ser más directa. ¿No eres ella, verdad? No la mujer llamada Mary. Eres otra persona. Tengo razón, ¿no es así?

“¿Hm?” La mujer con el rostro de Mary la miró y sonrió.

Era una sonrisa falsa, una a la que solo podía imaginar que la mujer se había acostumbrado después de hacerla millones de veces. No era como si conociera a la mujer tan bien, pero ¿había sido del tipo que lucía una sonrisa como esa?

La mujer no sonreía mucho para empezar. Cada vez que la había visto sonreír, ella había sido vacilante, como si temiera que su sonrisa lastimara a alguien más. Esa era la impresión que le había dado.

“¿Sucede algo, Setora?” Preguntó la mujer.

“No importa.”

“Ya veo. Bueno, está bien entonces.”

“Si hay algo mal con una de nosotras, es contigo, ¿no?” Setora preguntó.

No era como si hubiera murmurado eso. Lo había dicho fuerte y claro, pero la mujer no reaccionó, como si ni siquiera lo hubiera escuchado.

Si iba a ignorar a Setora, había mejores maneras de hacerlo. Tenía que ser bastante audaz para hacerlo así.

“Parece ser una ciudad,” dijo Setora. “Parece que gente vive ahí.”

“Supongo que sí.”

“Esta vez estás respondiendo, ¿no?”

“Sin embargo, podría ser mejor decir que son cosas como personas. Solo porque se parecen a personas no significa que lo sean.”

“…Bueno, supongo que no.”

“Este lugar tiene sus propias reglas. Son un poco diferentes de las reglas que conocemos. No, supongo que no solo un poco. Son muy diferentes. Hemos aprendido eso aquí.”

“También eres bastante diferente,” dijo Setora. “No era así como hablabas antes.”

“¿Qué quieres hacer? ¿Tratar de ir ahí abajo?”

“Entonces estás intentando ignorarme por completo. Muy bien. En ese caso, tengo algunas ideas propias.”

“Hey, Setora.” La mujer puso de nuevo esa sonrisa falsa.

Setora tenía una fuerte necesidad de quitarle la máscara, pero, si realmente lo hiciera, ¿cuál sería el verdadero rostro que emergiría?

“¿Podemos dejar esto de lado por ahora? Estamos enfrentando una crisis. Por supuesto, quién sabe cuánto tiempo durará.”

“Solo quiero saber qué está pasando contigo, eso es todo. Hay demasiado que no entiendo.”

“¿No vas a aceptarlo y seguir adelante?” Preguntó la mujer.

“¿Cuándo dije eso? Creo que nunca lo dije en voz alta.”

“Esa fue la mirada en tu rostro.”

“Si Haru te conociera ahora, me pregunto cómo se sentiría.”

“…Haruhiro, ¿eh?”

“A diferencia de mí, Haru te ama,” dijo Setora. “Se siente apegado a ti, me imagino.”

“Puede que tenga que considerar la posibilidad, pero ¿sigue vivo? No puedo imaginar que un soldado voluntario de su nivel pueda sobrevivir aquí—”

La mujer cerró la boca y puso una expresión seria en su rostro. No, no una expresión seria; podría ser más apropiado decir una falta de expresión. Pero fue solo por un momento. La mujer rápidamente plasmó esa sonrisa sospechosa en su bonito rostro.

“Por ahora, supongamos que ha sobrevivido. Eso parece más seguro.”

“Qué raro…”

“Esa expresión no es mala. Puedo entender por qué querrías decir eso, pero… yo no estoy tan segura. Hasta que salgamos de nuestras dificultades actuales, ¿por qué no cooperamos como antes? Si podemos simplemente cerrar los ojos ante un problema menor, las dos podemos llevarnos bien. Deberías sentir lo mismo. Por eso no dijiste nada antes, ¿verdad?”

“Ya no te importa poner apariencias, ¿eh?” Preguntó Setora.

“Porque eres una mujer razonable. La verdad es que lidiar con mocosos estúpidos es un montón de problemas. Aunque contigo no.”

La identidad de esta mujer todavía era desconocida, pero a pesar de eso, Setora podía sentir intuitivamente que era un ser malvado. Tal vez impulsado por la necesidad, ese ser estaba revelando sus cartas. Sin embargo, la verdad no estaba del todo clara.

En realidad, era cierto que sería mutuamente beneficioso trabajar juntas. Pero si las cosas cambiaban y se hacía más una carga de lo que su valía utilidad, esta mujer podría deshacerse de Setora para silenciarla.

Naturalmente, Setora no tenía la intención de caer fácilmente, y podría hacer uso de sus movimientos que tenía disponibles.

“En ese caso, al menos mantén el ritmo,” dijo Setora. “Nunca se sabe cuándo podríamos encontrarnos con los demás. No me interesa lo que hay dentro de ti, pero los demás se sentirán diferente.”

“Bueno, sí, supongo que tienes razón.”

“Por favor, no hagas preocupar a Haru, o estar triste. Es el primer hombre que he amado. No es como si ya lo hubiera superado por completo.”

“Me lo tomaré en serio,” dijo la mujer.

“Hazlo, por favor.”

Setora estaba tratando de poner en la expresión el tono de una mujer que no podía dejar de lado sus sentimientos románticos, haciendo todo lo posible por el hombre que amaba, pero no estaba segura de qué tan bien estaba funcionando. No era como si no tuviera ninguno de esos sentimientos por completo, por lo que no debería haber sido completamente insincera.

“Ahora, entonces… ¿nos vamos?” Setora preguntó. “¿A esa ciudad?”

Setora montaba a Kiichi y la mujer que se hacía pasar por Mary bajó la colina cubierta de baches y grietas y se dirigieron a la ciudad.

La neblina no se espesaba ni se aclaraba. El área alrededor de la ciudad tenía un poco de neblina. Era extraño, pero no tan aberrante que no pudiera aceptarlo. A veces, las cosas debían ser así aquí.

Mientras saltaban por encima de las grietas, y se desviaban alrededor de picos que eran afilados como espadas, de alguna manera se las arreglaron para bajar la colina.

La ciudad parecía estar rodeada por una retorcida cerca de celosías. A medida que se acercaban, encontraron que iba desde tan alto como una persona hasta tres veces más, y estaba cubierta por una hiedra gruesa con espinas.

Podría no ser imposible escalarla si estuvieran dispuestos a ser un poco imprudentes, pero tenía que haber una entrada y una salida en algún lugar.

Siguieron la cerca, y había una entrada. No había puerta, y no había guardias. Aparentemente eran libres de entrar.

Setora cruzó la entrada y entró a la ciudad. Estaba tan neblinoso como siempre. No había nadie cerca de la puerta, pero podía ver figuras aquí y allá por la calle.

“Está tranquilo,” dijo No-Mary en un susurro, mirando a Setora. “Está tranquilo,” repitió.

Ella tenía razón. Si no hubiera nadie alrededor, eso sería una cosa, pero había gente caminando, y todavía estaba tan tranquilo como si estuviera tapándose los oídos. ¿Nadie en este lugar hacía ruido, o hablaba?

Kiichi, que tenía una audición más sensible que un humano, no movía sus orejas para nada. Eso significaba que Kiichi tampoco estaba escuchando nada.

“Por ahora, vamos a echar un vistazo,” dijo Setora.

Ella y los demás continuaron recto por el camino.

Neblina. Figuras en la distancia. Neblina. Figuras en la distancia. Neblina…

Figuras en la distancia. Neblina. Figuras en la distancia. Neblina. Figuras en la distancia. Neblina…

“Hm…” No-Mary gimió antes de encogerse de hombros. “No estamos pasando a nadie.”

“Parece que nos están evitando.”

“De todos modos, no esperaba ser bienvenida.”

“¿Por qué no intentas fingir un poco más?”

“Copy that,” dijo No-Mary en un idioma extranjero.

“¿Qué dijiste?”

“Roger.”

“¿Estás jugando conmigo?”

“Perish the thought.”

“Vamos a regresar por ahora, Kiichi.”

Solo al escuchar su nombre, Kiichi predijo sus órdenes e hizo un cambio de dirección.

“¿No podemos montar las dos?” No-Mary gruñó mientras la seguía.

“Si fueras la verdadera, eso podría ser una cosa, pero no hay manera de que deje que alguien como tú vaya en Kiichi.”

“No soy exactamente falsa, pero incluso si tuviera que explicártelo, dudo que lo aceptes.”

“Explicar significa que lo dices de una manera que la otra persona pueda entender,” dijo Setora. “Estás hablando solo para ocultar algo, o para esquivar el problema. Eso no es una explicación.”

“Hablar contigo es divertido,” dijo No-Mary. “Así es sinceramente como me siento.”

La entrada estaba cerrada. No era que una puerta previamente inexistente hubiera aparecido de la nada.