Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 3

Capitulo 4: Magia Oscura Anti-Magia

Parte 3

Las paredes de ladrillo de los edificios y la misma carretera empezaron a burbujear como si estuvieran expuestos a productos químicos. Estaba preparada para la batalla. Y también parecía saber el significado de eso.

“Preguntar por la fuerza, ¿verdad?”

Habiendo discernido esa respuesta, sin responder a su mana, Suimei Yakagi comenzó a hablar sin dudarlo una vez más.

“Aun así, hay algo que quiero decirte”.

“¿Para… ser atrapado en silencio? ¿O que… lo que estoy haciendo está mal?”

“No. No me corresponde a mí juzgar si lo que estás haciendo está bien o mal. Si no me dices si los tipos a los que les lanzas magia son malos, o si tú eres malo, en última instancia, no tengo forma de saberlo, y lo que sea que tenga que decir al respecto no sería una razón para detenerte.”

“Entonces…”

“Pero aun así, hay algo que no apruebo. Y esa es la magia que estás usando”.

“¿Magia oscura…?”

“Así es, Liliana. Por lo menos, deja de usar esa magia. Es algo que los humanos nunca deberían tocar por el bien de seguir siendo humanos”.

“Sobre qué te basas…”

“Si es una razón adecuada por la que buscas, tengo una. Y si quieres escucharlo, te lo diré”.

“No tienes ningún derecho… a decirme eso. Simplemente haré… lo que debo hacer. Es por eso…”

Sí, por eso… ¿ella lo golpearía aquí? Para defenderse, con la excusa de que era por el bien de esa persona, ¿volvería a lanzar magia oscura sobre él? ¿A pesar de que no era uno de esos nobles que eran sus enemigos?

“… Ugh.”

Con todos esos pensamientos dando vueltas en su cabeza, sus labios cantando flaquearon. ¿Estaba esto realmente bien? El oscuro remolino de la duda amenazaba con consumirla. Pero ella ya había elegido su camino y comenzó a correr por él. Y hasta que terminara de correr por ese camino, o hasta que alguien la detuviera, no había vuelta atrás.

“Oh Oscuridad. Eres el negro fugaz que pinta este mundo por todas partes. Mézclalo en magnificencia, transfórmalo todo en siniestro y arranca los brotes del destino. Olgo, Lucuila, Ragua, Secunto, Labielalu, Baybaron…”

Después del cántico, tarareó los nombres salvajes y luego dejó volar las palabras clave de su hechizo.

“Esperanza Pasajera”.

Inmediatamente después de eso, todas las sombras y la oscuridad de la noche se fusionaron en forma de esferas hinchadas.

Las muchas burbujas que se elevaban en el aire comenzaron a borrar el paisaje urbano, las estrellas y toda la luz. Aunque tomaron trayectorias irregulares, todos fluyeron infaliblemente hacia Suimei Yakagi.

Observó las burbujas venir a por él sin una pizca de impaciencia. Luego abrió tranquilamente la boca en el momento adecuado.

“ΑΣΚΙ ΚΑΤΑΣΚΙ ΛΙΞ ΤΕΤΡΑΞ ΔΑΜΝΑΜΕΝΕΥΣ ΑΙΣΙΟΝ…”

Luego fue enterrado en las burbujas oscuras. Ni siquiera la luz de la luna podía alcanzarlo ahora.

¿Así que fue eso? De toda su magia oscura, este era un hechizo especialmente poderoso. Contra alguien que no había podido bloquear su hechizo la última vez, esto era algo de lo que nunca podría defenderse.

Y cuando las burbujas de la oscuridad se dispersaran, lo dejarían allí en el suelo, cubierto de innumerables heridas, todo su cuerpo ennegrecido por la eternidad. Todo lo que podría hacer sería finalmente dejar la carga de la vida mientras temblaba. Sí, sin duda alguna.

“…Estúpido.”

¿Estaba destinado a él o a ella misma? Esa pequeña maldición con un destino desconocido se desvaneció en la oscuridad. Este resultado, naturalmente, no era lo que ella realmente quería. Sin embargo, no tuvo más remedio que desatar un ataque feroz como ese.

Si su oponente no estaba dispuesto a ceder ante ella, tenía que hacer que se sometiera. Sin embargo, aun así, los restos de arrepentimiento que permanecían en su corazón perforaron su pecho. Suimei podría haber sido el primer amigo que había hecho. Pero al final, ese sentimiento se desvaneció en las burbujas negras.

“Tan estúpido…”

Al poco tiempo, la magia estaba dando la bienvenida a su final.

La propagación de las burbujas oscuras se detuvo repentinamente y comenzaron a disiparse en la oscuridad de donde habían venido. Sin embargo, cuando la oscuridad se rompió, la figura de Suimei Yakagi colapsó sobre los ladrillos colocados… no fue lo que vio.

“Ah…”

Lo primero que vio fue un círculo mágico brillante que disparaba una luz blanca. Lleno de blasones y palabras desconocidas, estaba bellamente dibujado.

¿Había protegido a su dueño de la oscuridad que se suponía que lo derribaría? Encima había un espacio sin una sola sombra o nube iluminada por la luz de la luna.

Y justo cuando Liliana pensó que escuchó el delicioso sonido de los dedos chasqueando, las burbujas oscuras restantes se elevaron hacia el cielo como si se las llevara esa onda de choque.

En poco tiempo, como si estuviera recuperando su sentido del tiempo, los sonidos de su entorno regresaron a ella. Los árboles y arbustos comenzaron a crujir como si algo los asustara.

Los escombros chocaron contra el suelo como si se estuviera riendo. Las paredes y los setos de ladrillo rojo, las púas de acero negro y las puertas plateadas… Todo había perdido su color y se había convertido en parte de una pintura gigante, opaca y cenicienta.

El área se inundó de repente con el aire fresco y fresco de una noche de otoño. La luna adquirió un tinte rojizo cuando la miró. Y luego, en el centro de todo eso…

“Esa magia ya no funcionará en mí, ¿sabes? Hechicero de la Mano Izquierda”.

Mirándola intensamente con ojos carmesí tenía el rostro de un mago.

Esa noche, hubo dos puntos que Suimei tuvo en cuenta mientras se ocupaba del núcleo de los incidentes una vez más.

Esta sería la tercera vez que tenía un encuentro con el culpable después del anochecer. Lo primero que tuvo en cuenta fue que ahora conocía la identidad de dicho culpable. La segunda era que los dos estarían solos esta vez.

En este momento, ni Felmenia ni Lefille estaban presentes. Para persuadir a Liliana, les pidió que se abstuvieran de acompañarlos esta vez. Si la superaban en número, era posible que intentara escapar.

“De ninguna manera… ¿Cómo…?”

Presumiblemente porque se había defendido por completo contra su poderoso ataque de magia oscura, pudo escuchar una voz infantilmente desconcertada deslizarse por sus labios.

La magia que había usado era magia defensiva. Un hechizo del amuleto grabado en el cinturón de la diosa de la luna, Diana de Éfeso. Los dioses eran, por así decirlo, existencias cuyos cuerpos estaban compuestos de sustancias muy parecidas a lo astral, lo etérico y similares.

Y dado que este era un hechizo para proteger a un dios, fue efectivo contra los ataques dirigidos al cuerpo astral. Aski, kataski, lix, tetrax, damnameneus, aision.

Oscuridad, brillo, tierra, el año, el sol y la razón. Con esas palabras, la malicia en la dimensión superior fue bloqueada por su poder. Normalmente, era magia la que rara vez se usaba. De hecho, con tanta poca frecuencia que se podría decir que nunca se usó en peleas respetables entre compañeros magos.

Pero en una noche de luna como esta, la magia manifestó sus efectos bastante bien. Ahora, en lo que respecta a la magia oscura que no pudo ejercer su fuerza destructiva debido a esta magia…

“El Elemento de la oscuridad era algo de lo que se hablaba con bastante frecuencia. Los tipos que usaron este sistema de magia probablemente no estaban seguros hasta el final de cuál era realmente su origen”.

Después de que Suimei dejó escapar un suspiro, Liliana frunció el ceño y le dio una mirada de desacuerdo.

“¿Qué… estás siquiera diciendo? El Elemento de la oscuridad… es un sirviente de la Diosa… y uno de los poderes de un mago”.

“No, no es lo que todos ustedes piensan que es. Hasta el último de ustedes parece malinterpretarlo. Por eso, como acabas de ver, tengo los medios para defenderme”.

“Ugh… Oh Oscuridad. Eres afilado como el relámpago que atraviesa el cielo. ¡Impulso de la Oscuridad!”

Liliana soltó otro hechizo. Fue sencillo, pero acentuado la velocidad. Sin embargo, en situaciones como esta, confiar en la magia oscura que se aprovechaba de la oscuridad que oscurecía la visión de un oponente era una táctica establecida. El hechizo de un mago que confiaba en trucos tan básicos nunca golpearía a Suimei mientras estaba de pie a la luz de la luna. Avanzó con confianza y luego jugó con ella.

Chasqueó los dedos mientras daba un paso hacia Liliana, y los ladrillos a sus pies explotaron. Sus ojos se abrieron de par en par por la sorpresa como si sus expectativas hubieran sido traicionadas, y se puso de pie como un rayo.

“Cuando comí esa cosa por primera vez, generalmente tenía una idea aproximada de lo que era.

Después de todo, no hay tantas cosas que puedan afectar directa y seriamente al cuerpo astral. Misterios causados por ejercer el poder de dioses malvados usando Goetia. Ataques suicidas llevados a cabo por  demonomistas devotos de su fe.

Maldiciones intrínsecas. Maleficios. Los ataques de las apariciones. Y de todas las posibilidades, la que se considera la técnica más anticuada es la que utiliza pensamientos de odio, resentimiento  y envidia hacia el objetivo para atacarlos directamente. Es tan simple que ni siquiera requiere un hechizo, pero esos pensamientos de odio son poderosos y sus efectos fueron observados por muchos en las religiones indígenas antiguas”.

“¿Qué… tipo de relación estás diciendo que tiene… con el poder que uso?”

“¿Estas escuchando? La cosa llamada el ‘elemento de la oscuridad’ no existe. Tal como dice el refrán ‘el odio y el resentimiento que alberga el hombre se convierte en una maldición y causa un efecto real en el cuerpo’, la desbordante maldición del odio que no tiene adónde ir en el mundo transitorio termina coagulándose en el plano astral.”

La forma más antigua de maldición.

Es decir, una masa de odio albergada por personas, seres, animales y similares. Dado que el odio existía en todas partes, podría usarse como un ataque siempre que hubiera un objetivo para recibir la emoción. Por eso se penetró la muralla de la fortaleza dorada.

Las murallas eran murallas. Eran muros defensivos, pero no ofrecían protección contra los pensamientos. Si hubiera sido magia débil, entonces el hechizo insertado en él sería defendido, y la maldición sería manejada por su resistencia natural como mago.

Pero si la maldición superó esa resistencia, no tenía forma de bloquear la malicia que se abrió paso. Y eso era aún más cierto con magias más poderosas.

La diferencia con el poder que ejercían los demonios radica en este punto.

Suimei se defendió una vez más contra un hechizo que se le lanzó con irritación, y continuó hablando, imperturbable.

“Sin embargo, normalmente, ese tipo de cosas no puede ser utilizado por cualquiera. Un solo fragmento sería una historia diferente, pero el odio y el resentimiento a menudo llevan a los humanos a la ruina. Son esencialmente la perdición de la humanidad. Sin embargo, hay un tipo de usuario que puede manejarlo libremente. Y ese es alguien cuyo corazón simpatiza con el odio y el resentimiento. En otras palabras, tú como eres ahora”.

“¿Estás diciendo que albergo esos sentimientos?”

“Apuesto que lo haces. Desde las probabilidades y los finales de su discurso y conducta hasta ahora, y el hecho de que puede usar esa magia, es algo que armé. Sin embargo, es posible que usted mismo no sea consciente de ello”.

“Ese tipo de cosas—”

“¿No es verdad, quieres decir? Pero ya sabes, la prueba está debajo de tu guante. Debido a que ejerce el poder del resentimiento y el odio coagulados, y simpatiza con ellos, altera las extremidades de su cuerpo que son fáciles de invadir. Es probable que lo que hay debajo de tu parche sea lo mismo, ¿verdad? Bajo la influencia de continuar sumergiendo tu cuerpo en un poder negativo, tu forma se está desviando de la de un humano normal”.

Liliana instintivamente se tapó el parche con la mano.

“Así es. El arte que estás usando es el arte de las maldiciones que los humanos no deberían poner en sus manos. Incluso si no te dijera eso, tú que lo usas lo sabrías mejor que yo, ¿verdad?”

“Pero si… si no tuviera esta magia… yo, yo tendría…”

“Para. Esa magia destruirá tu cuerpo. No es demasiado tarde ahora. Deja de usar magia oscura y prioriza la curación de tu cuerpo. Si no es así,

¡algún día dejarás de ser tú misma! Entonces…”

“Entonces…”

Justo cuando Liliana parecía estar a punto de ceder, la malicia con la que simpatizaba comenzó a balancearse detrás de ella como una bruma de calor. Y como si eso la hiciera entrar en razón, su ojo de repente se abrió de par en par.

“¡¿Urgh, y qué?! ¡Lo sé muy bien! Al menos sé que… si sigo usando esta magia… ¡algún día seré tragado por la oscuridad! Pero eso no tiene absolutamente nada que ver contigo, ¿verdad? Entonces, ¿por qué… por qué te preocupas por alguien como yo?”

“Porque como mago, no puedo aceptar que sigas ese camino”.

Sí, el camino de la magia que condujo a la magia oscura… Era algo que la misticología llamaba el camino de la izquierda. La palabra “siniestro” proviene del latín “sinistra”, que significa izquierda. Así que a menudo se decía que los magos siniestros que caminaban por el camino de la ruina manipulando la inmoralidad y los espíritus malignos caminaban por el camino de la izquierda. Incluso en el mundo de la magia, se consideraba una mala elección. Es por eso que Suimei no podía dejarla continuar por ese camino.

“Además, es porque soy un entrometido caprichoso”.

Y cuando Suimei le mostró una sonrisa preocupada, Liliana parecía completamente desconcertada. Como si la interrogara por sus verdaderos sentimientos, Suimei habló una vez más.

“Oye, ¿estás de acuerdo con vivir este tipo de vida?”

“¿Qué…?”

“Destruyendo tu propio cuerpo. No tiene ni un solo lado bueno, ¿verdad? Puede que no te arrepientas de eso, pero si sigues usando magia oscura, nunca serás feliz, ¿sabes?”

Como si intentara sacudir todas las palabras que llegaban a sus oídos, Liliana negó violentamente con la cabeza.

“¡Pero si hago eso, no podré pelear! Y si no puedo luchar, ¡este país no me necesita! ¡Ni siquiera el coronel me necesitará! Desde que mamá y papá me abandonaron, ¡he estado sola! Ser recogido por el Coronel y venir al Imperio… ¡Por primera vez, tenía un lugar al que pertenecía! ¡Incluso si terminé siendo llamado el arma humana! ¡Incluso si todos me detestaran! Si no tengo magia oscura, voy a… voy a… De nuevo, voy a estar…”

“¿Pero todo eso está realmente bien?”

“?!”

“¡No lo es, ¿verdad?! ¿Era esto lo que realmente querías? ¡¿Vivir esta vida dolorosa?!”

Sí, incluso Liliana debería haber tenido algo que quería. Debería tener algo que deseara en lo profundo de su corazón. Y ese definitivamente no era este lugar de solo dolor. Al ver su sonrisa inocente esa misma tarde, Suimei supo que lo que realmente quería no era la ruina total y la desgracia.

“Lo que quería…”

“Así es. Lo que querías es…”

Suimei una vez más le pidió que volviera en sí. Sin embargo, Liliana…

“¡Cállate! Si nadie me necesita a menos que pueda pelear, ¡entonces estoy bien siendo así para siempre!”

Ella rechazó lo que estaba diciendo con emociones más fuertes de las que había mostrado antes y gritó un aullido cercano. Con eso, la oscuridad que la rodeaba se volvió loca.

“¡A-AAAAAAAH!”

La oscuridad que emanaba de ella como humo era una maldición. No, fue malicia. El resentimiento reprimido que se congeló en el mundo astral, utilizando el cuerpo de Liliana como relevo, se manifestó con espantoso vigor. Naturalmente, fue porque simpatizaba con el corazón de Liliana.

Usando su grito que encarnaba su odio por la forma en que era el mundo, cambió sus emociones al revés.

“¡Para! ¡No te quedes con la oscuridad por tu cuenta, maldita sea!”

Una gran cantidad de malicia brotó de sus pies, y Liliana lo estaba chupando todo. En un intento por salvarla, Suimei corrió sin preocuparse por su propio bienestar.

“¡Guuu-AAAAAAAAAAAH!”

Quizás habiendo vuelto a sus sentidos por el grito de angustia de Suimei, los ojos de Liliana se abrieron de par en par.

“Q-Qué estás…”

“No lo aceptes… No puedes. Ese camino… no es uno que debas recorrer…”

“B-Basta. ¡Si te acercas, incluso tú estarás…!”

La oscuridad, las maldiciones y la malicia se filtraron en el cuerpo de Suimei. Era un poder fuerte y concentrado que ni siquiera podía compararse con la magia oscura que Liliana había usado con él. Era evidente que si no endurecía su mente, incluso su alma sería profanada. Pero esta fue una carrera contra el tiempo.

No tuvo tiempo de posponer ninguna acción cuando comenzó a cantar defensas desde la luna. Incluso mientras Liliana le gritaba que se salvara, Suimei continuó tratando de ayudarla.

“Lucem sacrum implebis, nunc perfectam formam appetes… Gah”.

[Llénate del resplandor sagrado, busca la figura ideal…]

Suimei recitó el canto de memoria para alejar las maldiciones mientras mantenía los ojos cerrados. Con ese nerviosismo, claramente podía sentir la sensación de sudor frío fluyendo desde su frente hasta su nariz y mejillas.

El espantoso vigor de la enorme maldición no se debilitaba. Mientras Suimei intentaba alejar a Liliana, la oscuridad que surgía asaltó su cuerpo.

“Gah, ah… Ah… ¡Maldita sea—!”

Reuniendo todo su poder con pura fuerza de voluntad, la mano de Suimei alcanzó a Liliana y la agarró. Y usando ese impulso para arrojarla a un lado con fuerza, la arrojó fuera del vórtice de maldiciones. Liliana rodó por el suelo y Suimei se derrumbó. Al darse cuenta de lo que estaba pasando, Liliana se levantó estupefacta y se acercó a Suimei.

“¿Suimei Yakagi…?”

“Idiota… No importa cómo lo digas, morirías allí…”

Después de agregar algunas maldiciones, Suimei comenzó a jadear, pero aún le mostró una cara risueña. Al verlo así, Liliana se dio cuenta de su propia estupidez y cayó de rodillas impotente.

“Lo siento…”

“En serio… te lo ruego, cálmate y quédate quieta…”

Al decir eso, Suimei lo pasó por alto con una sonrisa pálida que le dijo que se relajara. Ahora que Liliana no estaba siendo consumida por la oscuridad, podía relajarse. Respiró hondo y se levantó en silencio, pero las cosas no acabarían tan fácilmente.

“Qué—”

“¿Eh?”

El mundo se estremeció de repente. Fue un gran terremoto que pareció combinar temblores verticales y horizontales, pero incluso mientras recorría con la mirada los alrededores, nada se movía a pesar de todos los temblores. Los árboles, los guijarros caídos, todo estaba tranquilo donde estaba sentado. Eso significaba que este no era un terremoto normal. Era…

Vibración Manafield…

“Tch… ¿Se acumuló demasiada malicia?”

Al ver el mundo que no dejaba de temblar, Suimei escupió una maldición. En ese momento, el paisaje urbano en este otro mundo estaba siendo sacudido, un efecto secundario de un fenómeno normalmente imposible que estaba ocurriendo, o un poder que traspasó con creces sus límites tomando forma.

La malicia que se derramó usando a Liliana como relevo había aumentado más allá de los límites de lo que un solo espacio podía soportar. Si era tan serio, era probable que la malicia coagulada ganara direccionalidad y tomara forma.

En poco tiempo, tal como Suimei predijo, las cosas estaban convergiendo tanto visual como audiblemente en esa dirección extrema. La bruma compuesta de malicia proyectó gradualmente una oscuridad teñida de un púrpura oscuro diferente de los tonos profundos del cielo nocturno mientras acechaba en el aire.

La silueta, que todavía no había tomado una forma clara, dejó escapar una voz aguda de dolor y una voz profunda y pesada de envidia. Sembró una incomodidad que nunca podría olvidarse en la mente de todos los que la oyeron, y envió un escalofrío amargo corriendo por sus espinas.

“E-Eso es…”

“Se está manifestando. Retrocede…”

El espacio donde estaba a punto de manifestarse se llenó de relámpagos. Fue un presagio que sucedió de vez en cuando. Y sin ninguna pausa, la malicia tomó forma y se concretó.

Lo que se abalanzó sobre ellos fue una figura repulsiva. Sin textura, su cuerpo era una silueta de tono negro que era demasiado suave.

Tenía miembros colgando de él como si le hubieran quitado el esqueleto. Una sustancia cruda y viscosa cubría su superficie. Incrustada en el lado derecho de lo que parecía ser su cabeza había una única luz color sangre que imitaba un globo ocular. Este molde que parecía una personificación de la fealdad de la humanidad era como una imagen dibujada con ingenuidad.

Pero quizás no hubiera mejor diseño para una criatura como esta.

“A-Aah…”

“No prestes tu oído a su voz. Serás atrapada”.

Al ser golpeada por los sentimientos desagradables causados por su lamento demasiado repulsivo, el cuerpo de Liliana tembló.

Como fue ella quien lo evocó, fue fácil para ella dejarse influir por él. Sabiendo eso, Suimei le puso la mano en el hombro. Reprimió su mente y su cuerpo que estaban siendo convocados.

La figura pecadora se movió. Los ladrillos que tocó con lo que parecían ser sus pies se ennegrecieron. A medida que se acercaba, el aire se empañaba de malicia. Con solo dar un paso hacia adelante, la influencia ejercida por esta criatura fue insondable. Y al presenciar eso, Liliana levantó una voz angustiada.

“T-Tenemos que correr… Eso es… No podemos…”

Lo que se estaba agitando ferozmente dentro de ella era pavor. Cualquier persona normal moriría de miedo al pararse ante tal criatura. Debido a que admiraba y comprendía la magia, realmente podía apreciar la situación en la que se encontraba y lo que estaba enfrentando.

“¿De qué sirve huir? Esta cosa no se puede dejar suelta”.

“Pero, es imposible… ¿Cómo sugieres que incluso nos deshagamos de él? Además, con tu cuerpo así…”

“Cuando dices que algo es imposible, soy el tipo de persona que quiere intentarlo”.

Y cuando Suimei dijo audazmente eso, como si tratara de desentrañar el habla humana, la criatura chilló.

Su repulsiva voz que sonó a través de la zona residencial se convirtió en una onda de choque y asaltó sus cuerpos. Obstruido por el muro de la malicia, el sonido no se filtró fuera de la oscuridad, pero alguien eventualmente sentiría el fenómeno inusual. La terrible criatura avanzó.

Tanto su voz como su apariencia fueron suficientes para volver locos a los seres vivos. La ciudad se convertiría en un infierno viviente si se escapara. Eso tenía que evitarse a toda costa.

La figura pecadora dio un salto hacia adelante. Sus movimientos eran diferentes a los de un humano que corría sobre dos patas y más a los de un animal que corría a cuatro patas.

Era como si golpeara el suelo con toda su fuerza mientras saltaba, y reaccionando a sus extraños movimientos, Suimei levantó suavemente a Liliana en el aire con magia y la movió hacia un seto.

Luego, haciendo coincidir la figura saltando, Suimei saltó hacia atrás. Sería malo si lo golpearan.

No importa lo que toque, ya sean los ladrillos sobre los que aterrizó o las paredes que golpeó, estaba claro lo que sucedería. Con cada paso que daba, la sombra se acercaba como si se estuviera extendiendo.

Disparando un golpe de magia, una, dos, tres y luego cuatro veces… El chasquido de los dedos de Suimei no le perturbó en absoluto, y se vio obligado a saltar hacia un lado para escapar.

Contrario a lo esperado, la terrible criatura no la persiguió. Estaba más allá del concepto de una pelea adecuada. No era como si estuviera corriendo hacia Suimei en primer lugar. Se estaba volviendo loco. Simplemente estaba clavando sus garras en la realidad. Solo quería aumentar el mismo tipo de desgracia que representaba. No importa a dónde fuera, era pura malicia, simple y llanamente.

La figura luego barrió ingeniosamente su brazo gigante, negro y gomoso. El extremo de esa extremidad cilíndrica que en realidad no podría llamarse mano dio a luz al viento, y cuando formó un vendaval con ambos brazos, se pudo ver el poder destructivo que poseía cuando las paredes y los ladrillos del suelo se desmoronaban.

Cuando Suimei levantó ambos brazos para protegerse, analizó la situación a través del espacio en sus brazos mientras soportaba las ondas de choque y las piedras voladoras.

Cuando la figura ante sus ojos dejó de balancearse alrededor de sus brazos, Suimei desató un rayo de sus dedos con su mano en forma de espada. Murmurando en voz baja “Abreq ad Habra” y desatando su pálida punta de lanza de magia, chocó contra la figura pecadora y se dispersó.

Todo lo que hizo fue provocar un solo espasmo. Debido a que fue improvisado, su efecto se diluyó. La terrible criatura inmediatamente recuperó su equilibrio, pero permaneció donde estaba mientras dejaba que sus extremidades colgaran libremente.

“Mira. Es cierto que se hace uniendo todas las formas de malicia. Sin embargo, dado que es una mezcla de todo tipo de malicia y emociones, no puede decidirse por lo que quiere hacer. Por eso sus movimientos son tan anormales. No hay necesidad de temerlo más de lo necesario”.

“Pero…”

“No seas tan pusilánime. Si te fascina, entonces eso en sí mismo será el final”.

Cuando la mirada de uno se apodera de esa figura pecaminosa, el temor latente dentro de ellos se agita.

Sí, estas eran las cadenas del pecado que ataban los corazones de los hombres. Merodeó, buscando cualquier abertura en esos corazones. Una existencia sucia de la que todos huirían. Era algo que existía más allá de este plano. Algo que nunca debería haber sido traído a este mundo. Una influencia maligna.

La figura pecadora seguía clamando con voz chirriante. Liliana se selló los oídos como si estuviera inmovilizando su cabeza, y estaba desesperada por distraerse de esa voz mientras negaba con la cabeza. Finalmente parecía una niña de su edad. Uno que nunca debería dejarse devorar por los gusanos de la malicia.

Por eso, no importa en qué estado me encuentre…

“No puedo dar marcha atrás”.

La figura pecadora comenzó a moverse de nuevo. Lanzando un grito agudo y estridente como si algo estuviera raspando un metal afilado, corrió hacia abajo mientras rompía el suelo.

Fue un ataque de supercarga como un meteoro entrante. Todo lo anterior parecía congelado en el tiempo, y detrás de él se levantaron interminables escombros. Si Suimei fuera golpeado por eso, no se saldría a la ligera. Usando sus ojos afilados con magia, Suimei se dedicó por completo a la evasión, sin embargo…

“Gu… ugh…”

El dolor le recorrió todo el cuerpo. Fue por salvar a Liliana de volverse loca, pero la malicia que estaba carcomiendo su cuerpo eligió el peor momento para gritar.

Y debido a ese dolor, Suimei perdió su oportunidad de evadir. Sintió que se desmayó por unos segundos. Para cuando recuperó sus sentidos, el monstruo estaba prácticamente sobre él.

“Entonces está bien si no esquivo…”

Lo que grabó con su mano derecha en forma de hoja fue un hexagrama de Thelema. El sudor de sus mejillas goteaba hasta el suelo. Y ante esa angustia interminable, enseñó los colmillos. Liliana estaba gritando algo, pero en este momento, Suimei no podía escucharla. Había endurecido su mente.

Estaba decidido a destruir esta encarnación de la malicia.

Continuó estabilizando el maná en la punta de sus dedos. Ahora mismo era de noche. No podía usar la hoja de bendición. La decapitación grabada en azur también sería imposible de manifestar. Tenía que seleccionar la magia correcta.

Mientras lo hacía, el silencio se cernió. Finalmente, todo el ruido pareció detenerse, y dentro de esos pocos segundos, solo estaban Suimei y su oponente.

El viento le rozó la mejilla. “No me roces, joder”.

Todo lo que quedó después de que involuntariamente escupió esas palabras fue la figura pecaminosa que pasaba corriendo junto a él, y Suimei con su mano como una espada sobresalió como si hubiera atravesado el hexagrama. Incluso disminuyó la velocidad, pero la terrible criatura cayó, cayó por la acera de ladrillos, se rompió y se disipó en la oscuridad del cielo.

El que logró la victoria al cruzar a un pelo de distancia fue Yakagi Suimei.

Y cuando la figura pecadora desapareció, el aire pesado que barría los alrededores se dispersó. En ese momento, la fatiga de la batalla y el dolor de la malicia carcomiendo su cuerpo de repente asaltaron a Suimei. Reprimiendo ese sentimiento lo mejor que pudo, se acercó a Liliana y se sentó.

“Se acabó.”

Quizás Liliana no pudo creer lo que sucedió ante sus propios ojos. Estaban muy abiertos por la sorpresa, y miró entre Suimei y el lugar donde la terrible criatura había desaparecido.

“Cuéntame tu historia… ¿Por qué estás haciendo estas cosas…?”

“E-Eso es… Los nobles están tratando de causar daño al Coronel. Por eso… esa persona sugirió… ”

“¿Esa persona? ¿Ese otro chico que estaba contigo…?”

Dejando que el efecto de la malicia siguiera su curso, Suimei hizo todo lo posible para juntar esas palabras. Entonces pudo escuchar el sonido de los silbatos de la policía militar en la distancia. Cuando la figura pecaminosa se manifestó, transformó el área circundante en un mundo espiritual, por lo que no era como si hubieran escuchado el alboroto que sucedió aquí. Entonces por qué…

Sorprendida por los pasos y las voces enojadas que se acercaban, los hombros de Liliana se levantaron. Y en poco tiempo, con Elliot a la cabeza, aparecieron Christa y un grupo de policías militares.

“¡Por aquí!”

Sonó la hermosa voz de Elliot, de género neutro. Inspeccionó el área inmediatamente después de llegar, y vio a la figura colapsada de Suimei con Liliana con una expresión desconcertada.

“Suimei Yakagi, y si no me equivoco…”

“Por qué… estáis todos…”

Justo cuando Suimei estaba preguntando eso, se dio cuenta de que Liliana estaba temblando agitadamente. De repente dio varios pasos hacia atrás. El ajetreo y el bullicio de Elliot y la policía militar. La malicia que había tomado en ella que provocó este incidente. Todo eso la empujó a sus límites.

“Mierda, qué mal momento…”

Suimei gimió ante la amargura que de repente se extendió por su boca. A este paso, con todos estos tipos innecesarios interviniendo, no podría tener una conversación tranquila con Liliana. A medida que la situación se deterioró gradualmente, Suimei se levantó del suelo.

“Lo que sea. Parece que se volverá un poco problemático, pero vamos, Liliana”.

“Yo…”

Suimei extendió su mano hacia Liliana cuando ella alcanzó alturas de desconcierto. Y justo entonces…

“¿Está bien irse así? Si se detiene aquí, su objetivo no se logrará, ya sabe…”

Cuando esa voz la alcanzó, el cuerpo de Liliana tembló. Mirando hacia arriba, vio la sombra alta de pie en un tejado.

“¡¿Tu eres—?!”

Suimei levantó la voz, pero la sombra alta no le prestó atención y se dirigió de nuevo a Liliana.

“¿Qué harás? No me importa de todos modos… Pero ese no es tu caso, ¿verdad?”

“H-Hnngh…”

“¡No puedes! ¡No lo escuches!”

“Vamos.”

La sombra alta señaló en la dirección opuesta. ¿Le estaba diciendo a Liliana que se dirigiera hacia allí? Un momento después, una ráfaga repentina levantó una nube de polvo y suciedad en el aire. Elliot y Christa inmediatamente comenzaron a manejar la situación con calma, pero la policía militar fue sacudida y perdió la compostura.

“Mierda, ¡Urgh!”

Suimei no podía moverse. Cuando intentó dar un paso adelante, su cuerpo se lo negó. Fue por la malicia que había asumido cuando salvó a Liliana y el daño que había recibido al cruzar espadas con esa terrible criatura. Había hecho una cosa irrazonable tras otra, y estaba pagando el precio por ello.

Ya no podía hacer nada. Liliana, por otro lado, simplemente no parecía saber qué hacer en la agitada situación. Ella tembló de confusión, y luego…

“¡Ah, UaaaAAAAAH!”

Gritando como para bloquear todo lo que acababa de suceder, huyó colina abajo en la dirección que la sombra alta había señalado y desapareció en la oscuridad de la noche.

“Ugh… Liliana… No te vayas…”

Agarrándose el pecho y jadeando de angustia, Suimei se acercó débilmente a ella mientras corría. Y luego, en la cima de la colina, la sombra alta pareció interponerse en su camino.

“Maldito…”

En respuesta a la maldición de Suimei, parecía que la boca de la sombra alta se torció en una mueca de desprecio.