Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 3

Interludio 1: Un Paria Del Oeste II

Parte 5

El Bastille Dungeon – Nivel 1

(Está lleno… pero la energía no es mala).

El Señor Demonio esbozó una sonrisa al ver la bulliciosa plaza. Algunos gritaban a la multitud para vender comida o bebida, algunos tenían hierbas puestas a la venta, y algunos incluso reclutaban miembros del grupo para ir al calabozo. El Bastille Dungeon estaba en el centro de la ciudad, rodeado por la ciudad.

No fue exagerado decir que la mazmorra en sí misma era el motor económico de la zona y un negocio por derecho propio. Donde la gente se reunía, nacían todo tipo de oportunidades comerciales.

“La tarifa de entrada era un medallón de oro, ¿verdad?”

“Así es. Y el gobierno toma el 10% de los ingresos que obtienes de la venta de artículos y partes de monstruos allá abajo… Solo hablando conmigo mismo, por cierto”.

“El 10% no es demasiado injusto para un impuesto. Bastante razonable, de hecho.”

“¿Estás bromeando? Estamos arriesgando nuestras vidas cada vez que entramos… ¡Sin embargo, sigo hablando conmigo misma!”

Cuando escuchó a Mikan “hablando consigo misma”, el Señor Demonio se dio cuenta de que esta mazmorra era una máquina de imprimir dinero para el país.

Varios objetos y monstruos se reabastecieron en el calabozo, por lo que el gobierno estaba cosechando una matanza en los ingresos fiscales al hacer que los aventureros hicieran todo el trabajo de caza cazando y recogiéndolos.

No contrataban a estos aventureros de ninguna manera, por lo que no era problema del estado si alguno de ellos se lastimaba o moría. Los aventureros eran prácticamente una colonia de hormigas que recaudaban dinero para el gobierno hasta la muerte.

(Incluso el suministro de aventureros se repone automáticamente…)

El Señor Demonio formó este tipo de impresión, pero no lo dijo en voz alta por temor a insultar a muchos de los aventureros allí. Esta vez, le preguntó a Yukikaze sobre algo que se estaba preguntando.

“Dijiste que la mayoría de las Naciones del Norte tienen al menos una de estas mazmorras o ruinas, ¿verdad?”

“… Mm-hm. Muchos lugares son mucho más peligrosos que aquí”.

“Ya veo. Así es como pueden estar en guerra durante todo el año”.

“… ¿Qué quieres decir?”

“Una fuente de ingresos, debería decir. No importa.”

Dado que las pieles de monstruos, cuernos, colmillos, colas y cosas de esa naturaleza eran valiosas, estas mazmorras eran como una mina de oro sin fin.

A medida que se acercaban a la entrada de la mazmorra, pudo ver numerosas tiendas abarrotadas, revitalizando el área a pesar de la hora temprana.

Una sucursal del Gremio de Aventureros estaba más cerca de la entrada, acompañada por la oficina del recaudador de impuestos justo al lado. Parecía que los rastreadores de mazmorras saldrían de la mazmorra e inmediatamente venderían el botín en el gremio.

(Este es un sitio directo de trabajo diurno).

Sin ningún tipo de seguridad social de la que hablar, los rastreadores solo ganaron de su trabajo diario, pagando impuestos en el acto.

El Señor Demonio podía imaginar que cualquier dinero sobrante de su botín desapareció en alcohol, mujeres, ropa y cosas por el estilo.

Este podría haber sido un buen estilo de vida para los jóvenes y saludables, pero cuando los aventureros crecieran, se lesionaran o enfermas, ya no tendrían la capacidad de arrastrarse por las mazmorras. Por supuesto, ni el Gremio de Aventureros ni el gobierno ayudarían en ese momento.

“No es de extrañar que un grupo de ellos se retire, nunca pasando la etapa de Novato. Solo son trabajadores sin perspectivas de futuro”.

“… Tiene razón, señor Fox, pero los aventureros también pueden ganar a lo grande”.

“¿Te gusta encontrar un objeto raro?”

“… Mm-hm. Conozco a algunas personas  que ganaron en grande y compraron una casa o una granja”.

(Jugar a la lotería con tu vida hasta que te derribes… No es que no aprecie ese tipo de estilo de vida).

Al final del día, al Señor Demonio no le disgustaba la mentalidad de “ve a lo grande o vete a casa”. Es por eso que había vertido tantos detalles en el casino, que era ajeno al juego, y lo actualizó repetidamente.

Su trabajo excesivo y su espíritu de juego se personificaron en el juego de azar más difícil del casino.

Si un jugador hubiera ganado en ese juego, el Juego de esa semana habría terminado en ese mismo momento, proporcionando al ganador un final especial y liberando a todos los jugadores. Dicho esto, ni una sola persona había logrado ganar en ese juego…

“Muchos de ellos tienen grandes bolsas o cajas”.

Estaban gritando precios como ‘seis medallones de bronce’. Algunos fueron abordados por aventureros y negociando.

“¿Quiénes son ellos, Mikan?”

“No digas mi nombre… Son porteros. Llevan su botín.” “Hm. Entonces puedes hacer que carguen con la carga”.

“Los buenos también pueden desarmar monstruos, por lo que pueden ser bastante caros. Si quieres uno, estás pagando por ellos”.

“No necesito uno”.

El Señor Demonio podría arrojar tantos elementos como quisiera a la Carpeta de Elementos. Era como si tuviera un bolsillo que conectara con otra dimensión. Técnicamente, cada jugador en el juego solo podía contener hasta diez elementos, excluyendo su equipo.

Podrían llevar cinco por defecto, y podrían agregar hasta otros cinco (uno a la vez) comprando Mochilas de Respaldo en las tiendas. Por otro lado, los asesores del Castillo de Sleepless tenían noventa y cinco de las Mochilas de Respaldo desde el comienzo del juego, lo que les permite tener un total de cien artículos.

(Incluso las Mochilas de Respaldo actúan como su diseño…)

Al igual que para Bases, la Mochila de Respaldo ignoró el tamaño y la masa del artículo. Uno podría lanzar fácilmente una camioneta en uno de esos. Cuando ese tipo de efecto cobró vida, ¿qué más se podría describir como algo diferente a la magia?

(Ahora, eliminemos SP de algunos monstruos. Dudo que encuentre un objeto mágico aquí).

Era un calabozo Rookie, después de todo. El objetivo del Señor Demonio para esta expedición era acostumbrarse a la mazmorra misma, así como a los aventureros a su alrededor. No sabía la próxima vez cuándo llegaría a una mazmorra con una fiesta. Parte de eso era que tenía que mantener las apariencias si uno de sus asesores o los niños lo acompañaban.

“Ah, y estás actuando como portero”.

“¿Ese es mi papel?”

“… Porque no estás registrado como aventurero, señor Fox”.

“No se puede evitar. Vayamos con eso por el momento”.

“¡Ah, y llevarás todo lo que te digamos!” Mikan declaró triunfalmente en un intento de tomar represalias por todo el estrés que le había causado.

“Portero, ¿eh…? Me lo puedes dejar a mí.”

“Te mostraré lo que significa ser una aventura… ¡¿err?!”

El Señor Demonio tiró de Mikan cerca de su cintura antes de levantarla bajo su brazo y seguir caminando. Teniendo en cuenta que Mikan llevaba una espada larga, esto no habría sido una hazaña fácil para alguien con una fuerza ordinaria.

“¡D-Déjame ir! ¡No te dije que me llevaras!”

“… Estás muerta, Mikan”.

——B1 Nivel de la Bastille Dungeon

(Esto es un calabozo, ¿eh…? Me pregunto quién hizo esto…)

El grupo fue recibido con un pasaje después de descender el largo tramo de escaleras desde la entrada de la mazmorra. Parecía una mina excavada hace mucho tiempo, como una cueva estereotípica en piezas de fantasía. Además, el camino era lo suficientemente ancho como para adaptarse a veinte hombres hombro con hombro. ¿Quién podría haber hecho este lugar? Esa pregunta seguía volviendo al Señor Demonio.

“Mikan, ¿cuánto tiempo ha estado este calabozo, de todos modos?”

“¡Grr!”

Mikan gruñó hacia el Señor Demonio. Parecía estar nerviosa después de que él la llevó bajo su brazo hace un minuto. Mikan se enorgullecía de su fuerza física, y ella ni siquiera podía luchar contra él. Parte de eso, seguramente, fue humillación.

“No hay mucho que temer cuando hay tanta gente”.

Dado que una gran cantidad de aventureros se habían vertido en la mazmorra, parecía más un destino turístico lleno de gente que el comienzo de una aventura. Mientras todavía estaban en el primer nivel, la atmósfera estaba lejos de ser un esfuerzo que arriesga la vida.

“… Mucha gente hasta que pasemos el tercer nivel. Mucho menos después de eso.”

Cuando Yukikaze respondió, una criatura de caracol grande emergió del oscuro rincón del camino. Estaba a la altura de las rodillas, y se acercó a la fiesta mientras retorcía su cuerpo deshuesado.

“Un caracol de arena. Wow, ¿eso no te trae recuerdos?”

“… Me recuerda a mis días de novato”.

(Es enorme y asqueroso…)

Mientras Yukikaze y Mikan miraban a la criatura con nostalgia, la cosa era un caracol increíblemente grande para el Señor Demonio. Ninguna cantidad de sal parecía suficiente para disolver esta.

“Je. Cacemos uno por los viejos tiempos”.

Balanceando su espada larga, Mikan cortó en cuadritos el cuerpo blando del caracol, luego sacó la daga de su cintura para quitar rápidamente el caparazón de su cuerpo.

“Mikan. ¿Esa cáscara es el botín? ”

“Así es. Si rompes esto y lo mezclas en tierra, lo endurece”.

“Hm. Materiales de construcción, entonces.”

“… Se pone duro como una roca”.

Mikan arrojó el caparazón al Señor Demonio como si fuera una pelota de baloncesto. Lo atrapó sin esfuerzo y lo inspeccionó con una expresión seria por un momento acariciándolo, tocándolo y enfocándose en los detalles.

“¿Aproximadamente cuánto obtienes por uno de estos?”

“… Depende de la temporada. Por lo general, alrededor de cinco monedas de bronce para tres de ellas”.

“Va por más antes de las grandes batallas”.

“Ya veo. Con el fin de construir fortalezas y bases, apuesto. Probablemente útil también para reconstruir áreas dañadas.”

Un fenómeno similar tuvo lugar en el mundo real, donde los materiales de construcción volaron de las estanterías después de los desastres naturales.

A lo largo de la historia, mientras que los desastres y las guerras causaron bajas, también estimularon todo tipo de demandas. A través de la guerra constante, las Naciones del Norte, por extraño que parezca, vigorizaban varios mercados.

“… Llévalo… Snow Dolly”.

Con el movimiento de la varita de Yukikaze, surgió un gran carro, hecho de nieve y hielo. Esta era una carretilla que seguía detrás de la rueda y podía transportar varios bienes. Dado que ajustar su temperatura le permitía a uno congelar los productos, era útil cuando transportaba carne sin dejar que se estropeara.

“… Mételo, señor Fox. La roca dura… erm.”

“Chupa esto por un tiempo”.

El Señor Demonio arrojó un caramelo a la boca de Yukikaze mientras arrojaba la concha sobre la carretilla. Como un experto lanzador, ambos movimientos fueron perfectos. Si quisiera, podría lanzar cualquier cosa con la precisión de enhebrar una aguja.

“Me he estado preguntando… ¿Qué pasa con la carcasa del monstruo?”

“¿Huh? Desaparece después de un tiempo.”

“¿Aunque este caparazón no lo hará?”

“No puedo explicarlo. Es un objeto diferente una vez que se ha cortado,

¿verdad?”

“Es tan descuidado y vago…”

Cuando el Señor Demonio murmuró su queja, una voz fuerte y el sonido de un silbato se escucharon desde más adentro de la mazmorra. Las expresiones de Yukikaze y Mikan cambiaron al escuchar el silbato. Después de escuchar una combinación de tres sonidos peculiares, la pareja se emocionó.

“Esa señal… ¡Es un Monster Party! ¡Ahora estamos hablando!”

“…Que comience la Party.”

“¿Party?”

El Señor Demonio notó que los aventureros a su alrededor comenzaban a correr. La mayoría de sus caras estaban rojas de emoción, ya que se escuchaban gritos agresivos e incluso risas. Los aventureros comenzaron a instalar antorchas y piedras de hechizo a lo largo de las paredes y el techo para iluminar rápidamente la mazmorra.

“¡Muy bien! ¡Vamos chicos!”

“¡Si!”

Los aventureros rugieron en respuesta a la llamada de Mikan. Las voces emocionadas se extendieron como una ola masiva, y pudieron escuchar la estampida de una multitud detrás de ellos. Agarrando la espada larga de su espalda, Mikan corrió hacia la mazmorra sin dudarlo, como una pantera salvaje.

“… Espera hasta que yo venga también, Mikan”.

“No soy nadie para perder una Party”.

Disfrutando de la energía de la multitud, con un toque de su abrigo, el Señor Demonio comenzó a correr.